Javier González -Olaechea
Correo, 16 de agosto del 2025
Internacionalista se muestra a favor de norma para contrarrestar lo que considera que ha sido una instrumentalización de la justicia con fines ideológicos.
El excanciller e internacionalista Javier González-Olaechea Franco examina los alcances y motivaciones de la llamada ley de amnistía en favor de miembros de la fuerzas del orden que pelearon contra las organizaciones terroristas. Asevera que hay y hubo cientos de casos en los que se evidencia una persecución política por un sistema de justicia instrumentada.
¿Está de acuerdo o no con la ley de amnistía recién promulgada; algún reparo o matización?
Sí. Estoy de acuerdo por cuanto, finalmente, hace justicia a quienes nos defendieron del terrorismo y de la barbarie cuando permanentemente fuimos atacados, secuestrados, heridos y muertos en costa, sierra y selva, tuvieras cargo, uniforme o no. Tarata, por ejemplo, no distinguió a nadie.
La norma busca cortar la persecución judicial por décadas contra los acusados; ¿es una justificación real, justa?
Es más que justa. La procura de la justicia se convirtió en la implantación de la injusticia. Hubo y aún hay cientos de casos en los que se evidencia una persecución política instrumentando la justicia. Los derechos humanos eran reconocidos exclusivamente a los terroristas, a sus apologistas.
La norma beneficia a personas con condenas firmes o en ejecución; ¿no es esto lo más polémico de la norma?
Polémico por qué. Las personas tendemos a negar u olvidar el pasado, y aquí permítanme una precisión. El artículo primero de la Ley menciona a los comités de autodefensa. ¿Y por qué se autodenominaron de autodefensa? porque el Estado y las fuerzas del orden, justamente, no se daban abasto para estar con la suficiente capacidad en todo nuestro vasto territorio, a la vez. Hubo días de varios atentados terroristas sincronizados.
La Fiscalía de la Nación se prepara para interponer una acción de inconstitucionalidad contra la Ley; su comentario.
El actual Ministerio Público carece de sentido histórico y de proporcionalidad. Entre los años 1980 y 2000, el período que comprende lo sustantivo de la ley, asesinaron a fiscales lejos de las capitales de las provincias más convulsionadas.(…) Para los millones de peruanos que vivimos bajo el terror, el Ministerio Público es parte del problema y no de la solución.
La Relatoría de Naciones Unidas y la Corte IDH han expresado un rechazo recalcitrante a la ley.
Me da mucha pena decirlo, pero hay relatores, altos magistrados, comisionados y funcionarios que han hecho provechosas carreras imponiendo su pensamiento ideológico antes que la verdad objetiva. Cuando fui canciller y pasaba algo acá, a las pocas horas recibía un escrito del exterior tan extenso que no podía ocultar su factura peruana. Hasta usaban palabras de uso común local. El pudor mutó, muchas veces, en hedor. Y la razón se ha extraviado en algunos pasillos de edificios en el exterior muy bien acondicionados que todos pagamos con nuestros impuestos.
¿La posición de la fiscal de la nación, Delia Espinoza, a su juicio, deriva de motivaciones de corte ideológico más allá del rol que le corresponde?
Claro que puede haber motivaciones políticas. Basta con haber visto el muy penoso espectáculo, casi un reality show, de los principales protagonistas.
¿En relación con el incidente diplomático con Colombia, qué piensa de los termocéfalos en ambos lados de la frontera?
Recordemos el significado de la palabra. Termocéfalo es aquella persona que sostiene la violencia y los extremismos como la única o principal forma de combate político. En el contexto de la línea general de la entrevista , la ley de amnistía recién promulgada, solo hubo y hay termocéfalos en un lado de la frontera y esos son precisamente los terroristas que concibieron a la violencia como la única vía de su lucha política.