Jaime Spak
Para Lampadia
La presidente Dina Boluarte ha vuelto a hacer lo mismo, en los dos discursos, el año pasado y este del 28, hablo durante 9 horas y 11 minutos.
Tomando en cuenta, que el discurso presidencial debe ser aprobado por el concejo de ministros antes de pronunciarlo en el Congreso, me parece imposible que los ministros hayan tenido la oportunidad de leerlo y aprobarlo.
Aparte del espectáculo mediático de algunos mediocres congresistas, que interrumpieron el discurso con pancartas, fue una vergüenza ver que solo 33 de los 130 congresistas se quedaran hasta el final del discurso.
Muchos de los que se quedaron, o estaban casi quedándose dormidos o conversaban con sus compañeros y creo que un ínfimo porcentaje presto atención.
La verdad es que hablar más de cuatro horas seguidas y probablemente no saber lo que leía, fue una de las causas del aburrimiento parlamentario.
Con capacidad de síntesis y en menos de una hora pudo indicar los escasos logros de su gobierno, y engañarnos una vez más, con algún proyecto que no se realizará.
Su principal tema debió ser la seguridad nacional, y el señor Santivañez, el ex ministro del interior que fue censurado por este congreso, no tuvo ningún empacho en asistir y aplaudir de una manera sostenida.
Cuando te expulsan de una casa, por orgullo y autoestima no deberías de regresar, pero a este sujeto no le entran balas.
Y hablando de seguridad quiero referirme a un tema muy delicado.
En la década de 1980, con el inicio de los movimientos subversivos, que dejaron miles de muertos en nuestro país, sucedió una migración interna muy grande.
Mas de 200 mil familias migraron de las provincias a Lima.
Es decir, casi un millón de personas se desplazaron, huyendo del horror de la subversión.
En la actualidad está sucediendo lo contrario.
A raíz de la minería ilegal y del crecimiento de los sembríos de coca, miles de jóvenes están regresando a las provincias.
No para dedicarse a la agricultura, que es uno de nuestros mayores activos, sino a la minería ilegal.
Con el precio récord de nuestros minerales, ven mayor oportunidad trabajar de manera informal con los ilegales o sembrando coca, que dedicándose a la agricultura esencial.
En la primera década de este siglo, las exportaciones agrícolas eran de aproximadamente 500 millones de dólares anuales, hoy en día esta cifra se ha incrementado 25 veces, exportamos más de 12,500 millones de dólares.
Gracias a la inversión privada.
Esta inversión debería ir de la mano con la inversión pública, con mayores represas construidas, para tener más agua y lograr aumentar el nivel de estas exportaciones.
La mano de obra directa en la industria agroindustrial es intensa y sería una gran noticia que la mayoría de las jóvenes emigren para trabajar en estas empresas.
El crecimiento debe ser consecuencia de una sinergia entre inversión privada y pública.
Y si no puede el estado, que haga un acuerdo con los privados.
Obras por impuestos funcionaria.
El Perú es un país minero y en estos momentos los precios de nuestros principales minerales están altísimos.
Imagínense como hubiera crecido nuestro país, si los proyectos que debían empezar desde la época de Humala estarían funcionando. La situación económica sería diferente.
El peruano, es una de las personas más trabajadoras y emprendedoras de la región.
Lamentablemente solo contamos con ejemplos puntuales de éxito mundial.
El mejor restaurante del mundo es peruano.
El mejor torero del mundo es peruano.
El mejor tenor del mundo es peruano.
El mejor escritor premio nobel también fue peruano.
¿Por qué no podemos exigir que el próximo gobernante del Perú sea el mejor?
Desde Humala a la fecha, hemos tenido los peores gobernantes. El congreso ha ido descendiendo de nivel cada vez más.
Tenemos que impulsar la inversión privada.
Los peruanos somos individualistas, la gran mayoría somos empresarios, dentro del 70 % del sector informal cada uno se considera así.
Desde el que vende golosinas, el frutero, el ambulante, el pequeño emprendedor, el que logra éxito luego de ser informal.
La mayor inversión de estos informales es en la educación de sus hijos.
Tenemos que educar a nuestra población.
Muchos profesionales jóvenes no consiguen trabajo.
Es urgente una entidad sea estatal o privada, que identifique donde está el potencial de los jóvenes para apoyarlos y estudien carreras que los beneficiaran.
No podemos seguir aceptando a los ninis, lo que ni estudian ni trabajan.
No todos podemos ser eximios futbolistas, toreros, cantantes, escritores, cocineros .
Lo que si tenemos es una capacidad única de resiliencia para superarnos.
Con una política bien concebida la migración de la ciudad a las provincias seguirá creciendo, logrando avances en las regiones, y una disminución de la pobreza.
Es urgente que en el 2026 los poderes ejecutivo y legislativo, estén conformados por los mejores peruanos, para olvidarnos de estos gobernantes que no han logrado nada en beneficio de la población.
Lampadia