Jaime de Althaus
Para Lampadia
Proyecciones de Macroconsult señalan que el 2025 el Perú volverá a ser el país con mayor crecimiento (3%) y menor inflación (2.1%) en Latinoamérica[1]. Esto pese a la bajísima aprobación presidencial y congresal, al caos institucional y al avance de las extorsiones y la criminalidad en el país.
Se desprenden tres corolarios.
El primero, que hayamos retomado esas posiciones pese a lo señalado habla de la potencia del modelo económico, o de lo que queda del modelo económico luego de más de una década de intervencionismo de baja intensidad.
El segundo se deriva del anterior: ¿Cuánto estaríamos creciendo si levantáramos ese intervencionismo, si elimináramos las regulaciones que traban y ahogan la producción?
Y el tercero es similar: ¿Cuánto creceríamos si tuviéramos un gobierno y una institucionalidad normales y una criminalidad mucho más controlada?
Porque no podemos sentirnos satisfechos con ser los mejores en América Latina con apenas 3% de crecimiento. Esa tasa casi no alcanza para reducir la pobreza.
No hay excusa para no crecer a más del doble con los precios de los minerales que nos sonríen, mayores aun que en la época de Alan García cuando crecíamos al 8 o 9% al año.
El problema es que, al no estar en crisis económica, no hay sentido de urgencia ni ánimo dispuesto a aplicar las reformas necesarias, sobre todo cuando implican afectar intereses parasitarios. Hay complacencia. Pero si bien no es evidente la crisis, sí se está incubando si no hacemos algo.
Hay un déficit fiscal estructural en ciernes que es una bomba de tiempo. El MEF envió al Congreso un informe, a pedido de la congresista Ruth Luque[2], que muestra, en primer lugar, cómo año a año crece en 16% en promedio la cantidad de proyectos de ley del Congreso de la República con impacto tributario y fiscal. El siguiente gráfico muestra la evolución:
Siguiendo la tendencia, el 2025 se generarían más de 300 proyectos de ley con temas tributarios. Un verdadero festín, absolutamente irresponsable.
El MEF informa que ha evaluado 144 proyectos de ley en el periodo 2021 – 2025 y ha encontrado que su costo fiscal potencial estimado ascendería a la astronómica cifra de S/ 406,462 millones, lo cual equivale al 35.2% del PBI proyectado para el 2025.
De hecho, el Congreso ya ha aprobado proyectos que suponen un costo fiscal anual de S/ 26,954 millones, lo cual equivale al 2.3% del PBI proyectado para el 2025. Los dictámenes aprobados, por su parte, dan un costo fiscal anual estimado de S/ 152,893 millones, equivale al 2.3% del PBI proyectado para el 2025. En el siguiente cuadro podemos ver el desagregado por estado del proyecto:
Y visto el asunto por partidos políticos, resulta Acción Popular concentra el mayor costo fiscal estimado con S/ 188,371 millones, seguido de Perú Libre y de Somos Perú. Fuerza Popular, por su parte, concentra la mayor cantidad de proyectos presentados, haciendo poco honor al eje fundamental de la política de los 90 que fue el equilibrio fiscal para matar la inflación. Una vergüenza.
El ministro de Economía ha anunciado que no se modificará la regla fiscal de 2.2% del PBI para este año porque los ingresos tributarios han subido muy por encima de lo previsto. Pero si se siguen aprobando leyes como la que le resta 2 puntos del IGV al gobierno central para dárselo a gobiernos locales que ni si quiera pueden ejecutar, vamos directamente al infierno de un presupuesto desfinanciado que solo se podría sostener con más impuestos o con más endeudamiento, o con maquinita.
La gran conquista del Perú en los 90s fue salir de ese infierno. No regresemos a él. Lampadia
[1] Salvo Argentina en lo relativo a crecimiento
[2] INFORME Nº 0022-2025-EF/61.05