Iván Alonso
El Comercio, 25 de julio del 2025
“El verdadero problema es que Petro-Perú pierde plata en casi todo lo que hace, y no debería estar tratando de usar al BCR como chivo expiatorio”.
Quizás, en estos tiempos, criticar al Banco Central de Reserva (BCR) por mantener supuestamente muy altas las tasas de interés lo haga a uno sentirse “presidenciable”. Más aún si uno invita a su casa al líder de un partido con inscripción, pero sin candidato, que presume de otro tipo de reservas.
Pero no nos distraigamos en especulaciones. Vayamos a los números. ¿Cuánto dejaría de perder Petro-Perú si el BCR redujera su tasa de interés un punto porcentual? Basándonos en los estados financieros al cierre del 2024, publicados en el portal de la Superintendencia del Mercado de Valores, la respuesta es, en el mejor de los casos, US$14 millones al año, que es una gota de agua frente a la pérdida de US$805 millones reportada.
El hecho es que más del 80% de la deuda de Petro-Perú está denominada en dólares, y el BCR no controla las tasas de interés en dólares. Y así las controlara, no podría hacer nada por reducir la carga de intereses de Petro-Perú porque casi todas esas deudas –los US$3.000 millones de bonos emitidos en el 2017 en el mercado internacional y los US$890 millones garantizados por CESCE, la agencia española de crédito de exportación– fueron contraídas a tasas fijas. El resto –poco más de US$500 millones–son préstamos bancarios, que podrían estar a tasas fijas o flotantes; pero, repetimos, el BCR no tiene ninguna injerencia sobre ellas.
Hay otros préstamos bancarios denominados en soles por el equivalente a US$1.108 millones. Son préstamos a corto plazo que seguramente podrían renovarse a tasas menores si el BCR redujera su tasa referencial, siempre que la situación de Petro-Perú no se deteriore aún más. Pero una reducción de un punto porcentual le ahorraría US$11 millones de intereses al año, nada más. El Tesoro Público podría ahorrarle otros US$3 millones, si redujera también en un punto porcentual las tasas que le cobra a Petro-Perú por los US$321 millones que le debe, producto de los rescates financieros del 2022, cosa que, en realidad, el Gobierno puede hacer en cualquier momento sin necesidad de que el BCR baje su tasa.
Claramente, el problema de Petro-Perú no es un problema de tasas de interés. El señor Narváez, como presidente de la compañía, no puede desconocer estas cifras. El verdadero problema es que Petro-Perú pierde plata en casi todo lo que hace, y no debería estar tratando de usar al BCR como chivo expiatorio.