Carlos Pareja
El Comercio, 5 de julio del 2025
“Ocupó el cargo de canciller durante los cinco años del gobierno de Alan García, lo que le permitió ejercer una recordada influencia en la región”.
La muy destacada trayectoria diplomática del embajador José Antonio García Belaunde fue sin duda inspirada por su abuelo Víctor Andrés Belaunde. Dio inicio a su carrera diplomática muy joven bajo la atenta mirada del embajador Carlos García Bedoya, continuada en Nueva York con el embajador Javier Pérez de Cuéllar al ser elegido este al cargo de secretario general de la ONU en 1982, de quienes fue cercano colaborador.
García Belaunde desempeñó diversos cargos en la Comunidad Andina de Naciones (CAN) en los que cimentó su profundo conocimiento de los mecanismos del comercio e integración regionales. Esta experiencia facilitaría –bajo el liderazgo del presidente Alan García– la creación en el 2011 de la Alianza del Pacífico integrada por Chile, Colombia, México y el Perú, que tuvo un inusitado desarrollo, hasta que lamentablemente gobiernos populistas con poca visión de integración y progreso le dieron un cariz político, que precisamente el Perú quiso evitar en su diseño y estructura para que conservara permanencia en el tiempo.
Durante su gestión, se logró la aprobación del TLC por el Congreso de EE.UU., que conlleva grandes beneficios para el comercio con ese país, así como la firma de acuerdos comerciales con México, Canadá y la Unión Europea. Se celebraron con éxito en Lima las cumbres de APEC (2008) y América Latina-Unión Europea(2009).
Ocupó el cargo de canciller durante los cinco años del gobierno de Alan García Pérez, lo que le permitió ejercer una recordada influencia en la región, y reforzar el bien ganado prestigio del Ministerio de Relaciones Exteriores en la comunidad internacional. Se constituyó como un claro referente interno, hecho destacable, por cierto, al ver actualmente con desazón el deterioro de muchas instituciones nacionales. En tanto que estrecho colaborador suyo durante esos cinco años, debo destacar el buen hacer de García Belaunde en el ámbito interno de la cancillería.
Su hábil conducción del proceso sometido por el Perú contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya sobre la controversia jurídica bilateral por la frontera marítima muestra su clara visión de futuro en las relaciones con nuestro vecino del sur. Desarrollamos con Chile durante ese delicado período (2008-2014) una relación bilateral fluida con base en el mutuo respeto, convocando ambos gobiernos a la participación de vastos sectores de la sociedad civil con la mirada puesta en lograr consenso para concretar un ambiente propicio para el estricto cumplimiento de la sentencia inapelable de dicha corte (enero del 2014). Esta política, debo mencionar, fue de continuidad en la gestión del canciller Rafael Roncagliolo durante el gobierno del presidente Humala.
Cabe referirme a la discreta y hábil negociación de García Belaunde con el canciller de Ecuador José Ayala, que permitió definir la frontera marítima del Perú con ese país (2011), acuerdo fundamental, asimismo, para dar mayor sustento a la posición del Perú ante la Corte Internacional de La Haya para la definición de la frontera con Chile.
Es así que José Antonio García Belaunde nos deja un legado personal y profesional sólido y perdurable en Torre Tagle.