Aldo Mariátegui
Perú21, 3 de junio del 2025
“Ya es hora de que todos los aeropuertos tengan luces de balizaje para operaciones nocturnas, algo que Ositran obstaculiza’’.
Ahora que se abrió el nuevo aeropuerto internacional limeño y el tema aeronáutico está de moda, junto y sintetizo varias ideas de algunas fuentes: “El Perú no recibe el número de turistas que debiera recibir y está así a la zaga de Colombia y Chile, que no deberían ni ser nuestros rivales turísticos, porque desde hace décadas asistimos a un divorcio MTC-Mincetur, que no entienden que puedo tener transporte sin turismo, pero jamás podré tener turismo sin transporte.
Hay que abrir ya los cielos peruanos totalmente a la competencia. Desatar las quinta y sexta libertades. Permitir que cualquier línea internacional opere dentro del Perú como, cuando y en donde quiera y así que lleguen aviones más modernos a nuestros cielos, que hoy son para llorar. Ya estuvo bueno de dejarle el mercado solito a Latam y a mediocres aerolíneas locales, esas que alquilan viejos aviones usados que ya ni en África usan.
Abramos los vuelos entre regiones y países sin pasar por Lima. ¿Por qué un turista extranjero tiene que pasar tres veces por Lima si quiere conocer Machu Picchu, Iquitos y Kuelap? ¿Por qué no hay vuelos Santiago-Tumbes? Que el mercado establezca solito las rutas. Reviertan la concesión del inmóvil aeropuerto de Pisco si el concesionario sigue igual de ocioso. Ya es hora de que todos los aeropuertos tengan luces de balizaje para operaciones nocturnas, algo que Ositran obstaculiza. También que se acabe esa vergüenza en pleno siglo XXI de que no se puede aterrizar en aeropuertos tan fáciles como Trujillo “porque hay neblina” o que haya todavía aeropuertos regionales donde no existe aprovisionamiento de combustible en pista. Hay que quitarle a la FAP el control sobre las avionetas y helicópteros.
Teníamos un parque floreciente de avionetas privadas hasta que Velasco mató al sector metiendo a la FAP y su burocracia espantosa. El Perú debería recibir por lo menos seis millones de turistas anuales. Y turistas de verdad, no chilenos o ecuatorianos que cruzan a Tacna o Tumbes por el día”.