Entrevista a Juan Carlos Burga
Gerente general de Cementos Yura
Perú 21, 27 de mayo de 2025
La central solar de Cementos Yura es la primera planta de autoconsumo en el sector. Juan Carlos Burga, gerente general de la empresa, comparte los esfuerzos que se realizan para maximizar la eficiencia energética.
Tras un exhaustivo análisis de mercado y evaluación de tecnologías, Cementos Yura identificó a la energía solar como una alternativa viable y de alto potencial para sus operaciones en Arequipa. Así nació la primera planta fotovoltaica de la industria cementera en el mercado nacional.
El proceso de construcción tomó alrededor de dos años y una inversión de US$23.5 millones, pero la mayor lección de este proceso fue demostrar que es posible implementar proyectos de gran envergadura en el Perú. La planta fotovoltaica de Yura se alinea con la estrategia de sostenibilidad de la división Cemento, Concreto y Cal del Grupo Gloria, centrada en alcanzar la neutralidad de carbono a 2050, a través de la inversión en energías renovables.
La meta del sector para reducir la huella de carbono a 2030 es de 520 kg CO²/Tn de cemento. Yura tiene un porcentaje menor.
Estamos muy orgullosos de estar por encima de las expectativas del sector. Nuestra huella de carbono aproximada es de 490 kg CO²/Tn de cemento, alcanzando y superando la meta sectorial establecida por FICEM. Para 2030, nuestro objetivo es ir aún más allá y conseguir reducir nuestras emisiones a 403 kg CO²/Tn. Nuestra visión a largo plazo y la constante inversión en tecnología de vanguardia es lo que nos ha permitido alcanzar estos resultados sobresalientes.
¿Cuáles son los pilares de Cemento Yura en su ruta hacia la carbono neutralidad?
Contamos con una estrategia muy clara y sólida, basada en tres vertientes clave y alineadas a la Hoja de Ruta de Carbono Neutralidad de FICEM. El primero es la reducción del factor clínker. Por ello, hemos disminuido este componente a través de adiciones cementarias como la puzolana, lo que mitiga las emisiones de CO2 asociadas a su producción. El segundo pilar es la eficiencia energética a través del uso de energías renovables. Buscamos nuevas formas de optimizar nuestro consumo energético e incorporar fuentes de energía más limpias dentro de nuestras operaciones. En esa línea, hemos inaugurado nuestra planta fotovoltaica, la cual cuenta con una potencia instalada de 28 MWp. Por último, utilizamos residuos industriales y domésticos como fuente de energía alternativa para nuestro horno cementero, lo que nos permite alcanzar un 10% de uso de combustibles alternativos, reduciendo la dependencia de fuentes fósiles y contribuyendo a la economía circular.
¿Cuál es la importancia de esta planta fotovoltaica, la primera para la industria cementera?
Es un hito trascendental, tanto para nosotros como para el sector, además de una muestra contundente de nuestro liderazgo y compromiso con la sostenibilidad. No solo marca un antes y un después en nuestra estrategia, sino que también representa un paso concreto hacia la descarbonización del sector cementero, tradicionalmente intensivo en el uso de energía. Esta inversión nos permitirá continuar avanzando hacia una matriz energética más limpia, eficiente y resiliente.
¿Cuáles son las proyecciones respecto a su funcionamiento y utilidad?
La planta solar de Yura está conformada por más de 51 mil paneles y se extiende a lo largo de 45 hectáreas. En cuanto a las proyecciones, esperamos que la planta genere cerca del 30% de nuestra demanda energética. Esto se traducirá en una reducción aún mayor de nuestras emisiones de CO2 y en una mayor eficiencia operativa a largo plazo. Además, su funcionamiento nos permitirá seguir innovando en la gestión energética y explorando nuevas oportunidades para la integración de energías renovables.
Con esta experiencia, ¿qué consideraciones tiene sobre el potencial del Perú para la generación de energía solar como alternativa?
Consideramos que esta es una alternativa viable y una necesidad estratégica para el desarrollo sostenible del país y la lucha contra el cambio climático. Nuestra planta fotovoltaica es una muestra clara del inmenso potencial que tenemos como país para la adopción de energías limpias como la energía solar. Las regiones del sur, como Arequipa, gozan de una radiación solar excepcional, lo que las convierte en ubicaciones idóneas para este tipo de proyectos.