Iván Alonso
El Comercio, 2 de mayo del 2025
“Telefónica asumió un riesgo enorme hace 30 años, y seguramente obtuvo durante un buen tiempo una rentabilidad más que satisfactoria. Es lamentable para sus accionistas que no haya podido lidiar últimamente con la competencia y las deudas”.
Telefónica de España compró en 1994 el 35% de lo que entonces eran Entel Perú y la Compañía Peruana de Teléfonos (CPT) por US$2.002 millones. Eso equivale, en dólares de hoy, a unos US$12.000 millones por el 100% de lo que ahora se conoce como Telefónica del Perú y que ha sido vendida a otro inversionista hace unas semanas en US$1.200 millones aproximadamente, la décima parte, si sumamos el pago en efectivo y las deudas que quedan en la compañía. No es un final feliz, pero peores cosas se han visto aquí y en otras partes del mundo.
Hay que reconocer, sin embargo, que la privatización de Entel y la CPT y la posterior liberalización del mercado transformaron las telecomunicaciones en el Perú. Antes de la privatización el Perú tenía menos de tres líneas de teléfono por cada 100 habitantes; los celulares y el Internet casi ni existían. En sus primeros cinco años Telefónica duplicó el número de líneas, y el número de celulares se multiplicó por 20. Hoy tenemos más celulares que habitantes en el país, cada vez con más megas y a menor costo.
Gran parte de la expansión inicial se debió a las obligaciones contractuales asumidas por Telefónica al momento de la privatización, en lo que se denominó el período de concurrencia limitada. Esa expansión sirvió para demostrar el potencial de crecimiento del mercado peruano y vencer el escepticismo de los inversionistas. Solo otros dos postores se habían presentado a la subasta, ambos ofreciendo menos de la mitad de lo que ofreció Telefónica. Terminado el período de concurrencia limitada, llegaron Bell South, TIM, que luego se convertiría en Claro, y Entel. Años después llegó Bitel. En el mercado de Internet aparecieron Win, Wow y otros.
La competencia fue erosionando la posición casi monopólica que Telefónica tenía al principio. En el 2016, por primera vez, menos de la mitad de los celulares eran de Telefónica; hoy son menos de la tercera parte. No la ayudaron su servicio posventa ni sus controversias de larga data con la Sunat, que finalmente se fueron resolviendo en su contra y comprometieron su situación financiera.
Pero no olvidemos lo principal. Telefónica de España asumió un riesgo enorme hace 30 años, y seguramente obtuvo durante un buen tiempo una rentabilidad más que satisfactoria. Es lamentable para sus accionistas que no haya podido lidiar últimamente con la competencia y las deudas; pero si Entel y la CPT no se hubieran privatizado, las pérdidas las estaríamos pagando hoy todos los peruanos.