Centro Internacional de la Papa
El Comercio, 3 de junio del 2024
Jose Cayetano
Los peruanos consumimos un promedio de 68,4 kg de papa al año. Incorporar tubérculos a la dieta diaria es necesario para una alimentación nutritiva, especialmente para los niños de 12 a 36 meses de edad. Este grupo enfrenta una grave amenaza: la anemia por deficiencia de hierro. Según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes), el 43,1% de menores de 3 años en el Perú padece esta condición. Asimismo, dos de cada 10 mujeres en edad fértil la presentan también.
Ante este panorama, el Centro Internacional de la Papa (CIP) ha desarrollado dos nuevas variedades biofortificadas de este tubérculo,quecontienenhasta50%másde hierro que una papa convencional: ‘kallpa yawri’ y ‘puka yawri’.
—Aliado contra la anemia—
La biofortificación consiste en el enriquecimiento de los nutrientes intrínsecos que posee un alimento, con el objetivo de reducir la malnutrición por deficiencia de micronutrientes.
“Por ser uno de los alimentos másconsumidosdelpaís,lapapaes un vehículo eficaz para la biofortificación”, explicó Gabriela Burgos, investigadora asociada del CIP, a El Comercio.
“Las dos variedades de papas biofortificadas contienen 50% más hierro que una papa no enriquecida. Su nivel de absorción de hierro llega a 30% gracias a su alta concentración de vitamina C y bajo contenido de fitatos, que inhiben la absorción de hierro. Es un gran aliado contra la anemia”, detalló.
Asimismo, Burgos explicó que, en zonas donde se consume un promedio de 500 gramos y un kilo de papa al día, la ingesta de papas biofortificadas cubriría el 50% del requerimiento diario de hierro de las mujeres en edad fértil (1,41 miligramos).
La especialista indicó que la distribución de las semillas de las variedades enriquecidas se iniciará en unos cuatro meses en comunidades con altos índices de anemia. Las semillas se entregarán a cerca de 4 millones de productores de papa por medio de semilleros especializados.
-Política nacional-
El enriquecimiento de alimentos ampliamente consumidos es la estrategia más rentable para abordar la malnutrición por micronutrientes. De acuerdo con Aníbal Velásquez, oficial nacional de Políticas Públicas del Programa Mundial de Alimentos, por cada US$1 invertido en el enriquecimiento, se generan US$27 en retorno económico, debido a la reducción del gasto en atención sanitaria y el aumento de la productividad.
«El impacto es todavía mayor si tenemos en cuenta que, según un estudio del Grupo de Análisis para el Desarrollo, la anemia le cuesta al Perú aproximadamente S/2.777 millones al año por los costos del tratamiento y la pérdida de productividad», explicó.
El 1 de mayo, el Gobierno aprobó el reglamento de la ley para el fortalecimiento del arroz, cuya distribución será obligatoria en todos los programas sociales a partir del próximo año; además, las empresas productoras deberán desarrollar una línea del producto.
Al ser la papa otro alimento de consumo masivo en el país, Burgos destacó la necesidad de que exista una ley de enriquecimiento de la papa. «Sería muy importante tener una norma que incluya este alimento enriquecido como parte de las compras públicas», dijo.