Entrevista a Ángela Grossheim, Directora ejecutiva de la SNMPE
Por Juan Saldarriaga
El Comercio, 3 de Setiembre del 2022
Días atrás el Ministerio de Economía y Finanzas dio a conocer sus proyecciones para la inversión minera. Según sus cálculos, esta caería 2,1% en el 2022 y 2,4% en el 2023. La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) sostiene, sin embargo, que la caída será mayor debido a los conflictos sociales que “no se terminan de solucionar”, apunta Ángela Grossheim, directora ejecutiva del gremio minero-energético.
–¿Cómo viene la producción minera este año?
De enero a junio vemos que la producción de algunos metales es inferior, en comparación al año anterior. Pero tenemos un hecho importante, que es el próximo inicio de producción de Quellaveco, que va a aportar 300 mil toneladas anuales de cobre y una operación completamente automatizada. Es decir, además de producción nos trae innovación y generación de empleo en la zona (Moquegua).
–¿Esa es la buena noticia?
Esa es la parte positiva, pero también tenemos la parte negativa que es la paralización de operaciones mineras como Cuajone y Las Bambas, que ha llevado a que esta última mina reduzca sus estimaciones de producción este año, más aún cuando no ha podido entrar en operación el proyecto Chalcobamba (su nuevo tajo).
–Sin embargo, la producción de cobre se mantiene estable (1,2% de aumento hasta junio).
Lo que estamos viendo es que hay una mayor producción de Mina Justa (Ica) y la entrada de Quellaveco hará que al final del año haya cierto crecimiento.
–¿De cuánto sería ese crecimiento?
Esperamos un crecimiento de 3% a 5%. Pero si se superan los problemas en Las Bambas, la producción también aumentaría en el 2023, a 2,6 millones de toneladas (13% más respecto al 2021).
–¿Y las inversiones cómo marchan? Mina Just a y Quellaveco ya salieron, pero ¿qué hay después?
Claramente, hay algunos proyectos que debían estar empezando, como Chalcobamba, que no ha podido por los conflictos en Las Bambas. También San Gabriel debía estar iniciando su construcción, pero no ha podido por el mismo motivo. Y tenemos Yanacocha Sulfuros que sí es muy grande (más de US$2.000 millones), pero que no termina de tomar la decisión de invertir. Así que, efectivamente, no hay un nuevo proyecto gigantesco como Quellaveco.
–El MEF proyecta una caída en la inversión minera de 2,1% en el 2022 y de 2,4% en el 2023. ¿Qué piensan ustedes?
Ellos estiman que la inversión minera debe estar alrededor de US$5.000 millones este año, pero a nosotros nos parece que será un poco menor. Porque San Gabriel debería estar dentro de esa suma, pero no creo que vayan a invertir por los problemas que tienen con las comunidades.
–¿Y cómo ven la conflictividad? Las Bambas sigue con problemas y en Cuajone parece que se está solucionando.
Pero todavía siguen en mesa de diálogo. No termina de cerrarse el tema. Y Las Bambas aún tiene parte de sus concesiones invadidas. Sobre todo, no vemos un plan integral de prevención de conflictos, una decisión clara, política, de cómo tratarlos y prevenirlos. Vemos cierto apoyo, pero no la articulación completa que se requiere.
–En el Minem y la PCM había equipos de gestión social muy fuertes. Ahora parece que no coordinan entre ellos.
No hay una solidez de los equipos, una permanencia en el tiempo. Esta rotación de actividades no ayuda mucho. Las empresas nos comentan que iban al Minem a hablar con los funcionarios para resolver sus problemas sociales, pero al poco tiempo había rotación en el ministerio y los sacaban. Todo eso no ayuda a solucionar los conflictos.