Entrevista a Santiago Cueto, director ejecutivo e investigador principal de Grade
Gestión, 3 de noviembre de 2020
Sobre todo en los de inicial y primeros grados de primaria, porque son claves para el desarrollo de habilidades básicas de lectura, escritura y matemáticas.
Si bien en los últimos años, la deserción escolar en el Perú ha mostrado una tendencia a la baja, esta se habría revertido con la emergencia sanitaria por el covid-19. Aún no hay una cuantificación al respecto, pero un estudio reciente publicado por Grade: “Predictores de la deserción escolar en el Perú”, analiza qué factores se asocian con la deserción escolar en cuatro países (Etiopía, India, Perú y Vietnam), que abarca el estudio longitudinal Niños del Milenio. Sobre los resultados del Perú, dialogamos con Santiago Cueto, uno de los autores del documento.
¿Aumentó la deserción escolar en el país durante la pandemia?
No hay datos recientes. El año pasado se estimaba que en primaria la deserción era como de 1.3% y en secundaria 3.5%; es decir, era baja, ha ido en descenso en el país, año a año con el crecimiento económico y la disminución de la pobreza, pero este año debe haber crecido bastante, asociado al aumento de la pobreza, y debe ser diferenciada por zonas.
El estudio encuentra que la principal razón por la que los niños desertan de las escuelas es la económica. ¿Puede explicar?
Uno de los hallazgos del estudio es que bajo rendimiento escolar está asociado a la deserción. El nivel socieconómico explica el rendimiento escolar, y este a su vez es el que explica los niveles de deserción. Los que menos aprenden son los de NSE más pobres y son los que terminan abandonando la escuela. Y cuando se les pregunta a ellos por qué abandonaron (desertaron), responden dos razones: que tienen necesidad de trabajar y que no les interesaba lo que hacían en la escuela, particularmente en la secundaria.
Lo que hace el estudio es evaluar a jóvenes que desertaron de las escuelas y ahora tienen entre 19 y 22 años…
Sí, y que no habían terminado la secundaria. Puede sonar obvio, pero hemos cuantificado que cuanto más temprano en edad abandonan los chicos la escuela, el impacto en sus habilidades es mayor.
Eso se ve en una prueba de rendimiento en matemáticas versus la deserción que hace el estudio. ¿Qué resultados arroja?
Lo que muestra la prueba es que cuanto más temprano abandonan los estudiantes la escuela tienen una pérdida de rendimiento mayor. Es decir, a los 22 años estas personas que desertaron tempranamente tienen un rendimiento menor y, por lo que tanto, sus posibilidades de conseguir un buen trabajo son menores. Pero hay otro problema.
¿Cuál es a dificultad?
Que, aun si asumiéramos que este año no haya habido deserción escolar (cosa negada), dado que la intensidad del aprendizaje es mucho menor por la pandemia, la pregunta es cuánto de las habilidades de los estudiantes se está perdiendo. Ya sabemos por otros estudios que, por ejemplo, durante el verano (en cualquier año normal) los chicos, sobre todo los más pobres, pierden habilidades. Etonces, ahora que prácticamente no ha habido asistencia y que la educación ha sido virtual o por otros medios, la pérdida de habilidades debe haber sido importante.
El Banco Mundial habla de una crisis de aprendizaje global. Lo decía desde antes de la pandemia, y creo que ahora se debe destacar este punto: más allá de que abandonen la escuela o no, se debería cuantificar la pérdida de aprendizaje durante la pandemia y cómo afectará eso al PBI.
¿Y qué se puede hacer para recuperar esa pérdida de aprendizaje?
Primero, cuando vuelva la enseñanza presencial, cuantificar cuánto ha sido esa pérdida, con algunos métodos que existen y, luego, recuperar esa pérdida, sobre todo de los de 5 años de inicial y primeros grados de primaria, porque son claves para desarrollar habilidades básicas de lectura, escritura, matemáticas, porque de lo contrario se puede complicar el tema del aprendizaje.
¿Qué política debería aplicar el próximo Gobierno frente a la deserción escolar y la pérdida de aprendizaje causadas por la pandemia?
El siguiente Gobierno tiene que rediseñar un sistema de educación, de salud, de protección social, mucho más justo y equitativo. Pero en lo concreto, por ejemplo, el Gobierno ha mandado a comprar un millón de tablets, que está bien que lo haya hecho, y le está poniendo muchos programas pedagógicos, pero habrá que tener cuidado con eso.
¿A qué se refiere?
En el pasado, hemos tenido problemas, por ejemplo, con el uso de las laptops. El Gobierno tiene que poner mucha atención y dedicación en el funcionamiento de este nuevo sistema, ya que no se trata solo de disponer de tecnología sino de trabajar con los docentes, que en muchos casos no tienen experiencia usando esas tablets con estudiantes y con sus familias, que tampoco conocen.
Entonces, a nivel macro y a mediano plazo, hay que pensar en un sistema educativo más justo, y en lo inmediato hay que pensar mucho en cómo trabajar con la tecnología. De otro lado, el estudio recomienda identificar a esos grupos vulnerables que han desertado y trabajar con ellos para recuperarlos en la escuela.
PROPUESTA
El reto es mejorar la calidad de la enseñanza en el país
Santiago Cueto, investigador de Grade, sostiene que una manera de mejorar la calidad de la enseñanza en el país podría ser a través de una ampliación del programa Juntos para el próximo año.
“El Gobierno ya ha creado un programa que se llama ‘Juntos la educación no para’, orientado a prevenir la deserción escolar, precisamente. El estudio (ver entrevista) concluye que Juntos ya previene la deserción escolar, lo cual está muy bien, pero hay muy poca evidencia de que mejore los aprendizajes”, precisa. Ello se debe a que los chicos van a la escuela, pero a la misma que iban tradicionalmente, que es rural, de mala calidad, etcétera. “Entonces, a la par de hacer que asistan a la escuela, hay que mejorar la calidad de esta, sobre todo de la escuela rural”, agrega. En la situación de escasez de recursos fiscales que habrá este año y los próximo, hay que priorizar gastos esenciales como este.