Sigrid Bazán
La República, 16 de agosto de 2017
Comentario de Lampadia
Hoy día nos toca completar las opiniones que recogemos en Lampadia con la columna de Sigrid Bazán en La República, con lo que completamos opiniones sobre la coyuntura de cuatro mujeres.
En el caso de Bazán, reproducimos su nota,marcando la diferencia con las columnas de Cecilia Valenzuela, Mariella Balbi y Madeleine Osterling, pues su enfoque, como de costumbre, está más sesgado por la ideología que por su preocupación con las víctimas de la huelga de maestros, los educandos y los buenos educadores.
Evidentemente, Bazán incluye en su columna los mitos sobre la inversión en educación, ignorando el aporte del sector privado que nos lleva a un total mayor al 6%. Así mismo, deja de explicar quer el origen de los magros ingresos del magisterio fue la dictadura militar que originó, por un lado, la hiperinflación que terminó exaservando Alan I en su fase de izquierdista tradicional, y por otro destruyendo la vocación y dignidad de los maestros, al impulsarlos a vivir de cachuelos por la licuación de sus sueldos.
Se acerca la discusión del Presupuesto Nacional y cada vez más actores reclaman mejoras para sus sectores. Los movimientos sociales tienen una lógica propia y este es uno de los factores que influye en la fuerza con la que emergen. Por otro lado están los partidos políticos, con sus debilidades institucionales insalvables. Lo cierto es que el gobierno actual no supo conectarse –ni en campaña ni ahora– con otros partidos políticos y menos con los movimientos sociales.
Una consecuencia natural de esta desconexión total con las organizaciones sociales es la situación actual de la huelga de los maestros.
La forma en la que varios han evaluado esta situación también nos dice mucho. Nos quejamos de profesores con falta de conocimientos, pero no hay incentivos para estudiar una carrera como la de Educación y menos incentivos para especializarse o seguir capacitándose.
Además, mientras que en algunos países el maestro mantiene un estatus social por encima de otros profesionales por ser los encargados de la educación del país, aquí son los peores pagados.
Los sueldos de los maestros en nuestro país han ido cambiando pero, según los expertos, algunas variables se mantienen en el tiempo. Por ejemplo, los factores que hacen que algunos maestros ganen más o menos que otros: el género, la ubicación de la escuela, el sector privado/público y la asociación a algún gremio. Esto lo explica Liang en uno de sus estudios: “Los profesores hombres ganan más que las mujeres y los maestros que trabajan en zonas rurales y otras áreas ‘difíciles’ ganan entre un 10% y un 30% menos que sus contrapartes de las zonas urbanas” (Liang, 2003).
Del mismo modo, es importante mencionar que, en el 2007, el Perú se encontraba con los maestros de primaria y secundaria peores pagados de la región (Mizala y Ñopo, 2007). Esto cambia, en especial, durante el gobierno de Ollanta Humala, quien hace un incremento sustancial no solo de los salarios a los docentes sino también del presupuesto en educación.
El gobierno de PPK no puede dar marcha atrás en ese aumento que pone al Perú dentro del promedio regional. A pesar de ello, nosotros le dedicamos 3,28% del presupuesto nacional, mientras que en educación países como Bolivia invierten 6,89% o Brasil que destina el 5,82% del total.
Lo que está claro es que adelantar el aumento de sueldo a los maestros no es una solución verdadera. El gobierno necesita plantear una oferta concreta para los próximos cuatro años, en cuanto a salario y en cuanto a presupuesto, que permita solucionar la huelga por completo y reiniciar las clases en todo el país.
No se trata de criminalizar a los docentes y mucho menos echarles la culpa del fraccionamiento social que el presidente no tomó en cuenta al momento de asumir su mandato. No se trata de responsabilizarlos por la debilidad institucional que gobiernos pasados se dedicaron a imponer. El gobierno necesita empezar a hacer política y negociar, que este no será el único sector que parece lo pondrá en aprietos.