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Los asesinos de la familia

Los asesinos de la familia

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 6 de setiembre de 2019
Para Lampadia

Muchas familias peruanas se están deshaciendo. Con sólo decir que el delito más denunciado en las comisarías de nuestro país es “Violencia Familiar”. O sea… el padre le pega a la madre. O peor aún. El esposo mata a la esposa. ¿Cuántos titulares como “mujer fue asesinada por su esposo” ocupan las primeras planas de nuestros periódicos? Los feminicidios se han convertido en una rutina macabra.

Pero los niños también figuran entre las víctimas. Y no sólo por agresiones físicas o psicológicas, que de por sí son terribles. ¡Sino – incluso – por violaciones! Muchos hogares peruanos se han convertido en espacios muy inseguros para nuestros niños. La cantidad de embarazos adolescentes perpetrados dentro de los hogares, lo dice todo.

Con todas sus desventajas, las familias peruanas están luchando por la vida. Realmente, están hecha pedazos. Muchas se han desintegrado completamente. ¡Una lástima!

La pregunta es ¿cómo vamos a salir de esta crisis? Pues con valores. Y – yo agregaría – con castigos severos, también. Además, para recuperar y realzar el valor de las familias debemos inspirarnos en la canción oficial de los extraordinarios Juegos Panamericanos Lima 2019… “Jugamos Todos”.

Efectivamente, estamos ante un desafío colectivo. En el tema de la familia “Jugamos Todos”. Sería absurdo atribuirle al Estado la responsabilidad de solucionar la crisis de las familias en nuestro país. Obviamente, el Estado deberá jugar un rol muy importante en materia educativa y sancionadora. Pero en este caso, la gran responsabilidad recae en nosotros mismos. En pocas palabras, la responsabilidad frente a la crisis familiar recae más en la ciudadanía, que en el Estado.

Gilbert Chesterton (1874 – 1936) fue un extraordinario escritor y periodista británico. Era alto, corpulento, brillante… y mataperro como él sólo. Se convirtió al catolicismo después de haber escuchado un sermón aburridísimo en una iglesia londinense. Él contó que después del sermón, fue a la sacristía y le dijo al cura algo así como “si la Iglesia Católica ha sobrevivido 2,000 años con sermones tan malos como el suyo, entonces es la Iglesia verdadera”. Y se bautizó.

Bromas aparte, el genial Chesterton acuñó la expresión del titular de este artículo: Los asesinos de las familias. A pesar de no haber tenido hijos, Chesterton fue un gran defensor de la familia. Su frase maestra fue: los que atacan a la familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen.

A ese respecto pongamos los puntos sobre las íes. Y al que la caiga el guante, que se lo chante. Muchos peruanos están atacando a las familias peruanas. Los feminicidas son los peores. Los esposos que agreden a las esposas, también. Los padres que maltratan a sus hijos. Esos son los asesinos de las familias.

Pero también el periodismo – cierto periodismo – está atacando a las familias. Los noticieros de televisión – y las portadas de ciertos periódicos sensacionalistas – también están atacando a nuestras familias. El hecho de propalar – casi únicamente – noticias sangrientas, de violaciones, de corrupción, u otras por el estilo, también constituyen ataques sistemáticos a nuestras familias.

Nuestros niños no merecen tanta sangre, muerte y corrupción. La ausencia de buenas noticias – que las hay… y en abundancia – denota que la familia es la última rueda del coche para estos asesinos de la familia. Lampadia




Violencia y terror en nuestras familias

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 5 de abril de 2019
Para Lampadia

El delito más denunciado en las comisarías de Ica es Violencia Familiar. Durante toda mi gestión como Gobernador Regional – dentro del marco de las sesiones mensuales del Consejo Regional de Seguridad Ciudadana (CORESEC) – el representante de la Policía Nacional del Perú daba cuenta de esta penosa realidad. Violencia emocional, violencia física y violencia sexual. Esas eran – y siguen siendo – las denuncias más recurrentes en las comisarías de la región. ¡Y eso que no todos los casos de violencia familiar son denunciados! Obvio. Es muy riesgoso para una mujer o niño denunciar a un familiar violador.

El hecho es que los hogares iqueños son más inseguros que los más tenebrosos espacios públicos de la región. Víctimas y victimarios conviven bajo un mismo techo. Pero ahí no acaba la cosa. Según la Encuesta Demográfica de Salud Familiar (ENDES), Ica está reportada como una región de Índice de Violencia Familiar relativamente bajo. Eso quiere decir que en otras regiones la situación es aún peor. La violencia familiar – física, sicológica y sexual – está arraigada en todo el Perú.

Los hogares peruanos están atravesando por una crisis profunda. De allí la drogadicción, pandillaje, alcoholismo, pornografía, criminalidad, etc. La madre del cordero está en las familias. Por eso la inmoralidad generalizada. Por eso la corrupción a tope.

Nuestras familias se están desintegrando. Nos estamos animalizando. O peor aún, nos estamos embruteciendo. Me da la impresión de que la prensa – sobre todo la televisión – tiene mucho que ver en el asunto. Nunca se había visto tanta sangre en las noticias, como ahora. Los noticieros muestran un marcado sesgo hacia historias sobre maldades, muertes, mentiras e injusticias. “Nada bueno ocurre en nuestro país”. El Perú es lo que propalan los noticieros. ¡Una porquería! A eso nos está llevando la prensa.

Por otro lado, el consumismo nos está corrompiendo. “Todo vale para poseer un objeto de moda”. Y el relativismo es aún peor. “Da igual, lo bueno y lo malo”. ¿Integridad? ¡Qué es eso!

En mi niñez, el Tío Johnny inculcaba amor y civismo. Amor a nuestros padres y abuelos. Hacer las tareas escolares y obedecer a nuestros maestros. Jugar con los amigos. Tomar leche. Cuidar a la naturaleza. Respetar a la Policía.

Ahora, todo eso se está perdiendo. Los programas culturales están en vías de extinción. La Televisión peruana abdicó de su labor educativa. Lo cotidiano son las violaciones, drogas, crímenes, robos, asaltos, farándula y escándalos de corrupción. El dios rating es lo que manda.

Todo lo demás, viene por añadidura. Las redes sociales – esa maravilla tecnológica del siglo XXI – se ha convertido en un antro de groserías, insultos y calumnias de la más baja estofa. Las Fake News y los Trols llegaron a nuestros hogares para quedarse para siempre.

Ante tal degradación, la ciudadanía empoderada debe tomar al toro por las astas. ¡Manos a la obra! No nos negamos a las malas noticias. Pero también queremos de las buenas. Queremos entretenimiento y educación. Queremos verdad, justicia, bien y vida.

No esperemos mucho del Estado a este respecto. El problema está en nuestros hogares. ¡Es el turno de la ciudadanía empoderada! Padres de familia, maestros, periodistas, empresarios, trabajadores, religiosos, ciudadanos en general. En nuestras almas está la salida de esta profunda crisis moral. Lampadia




Familias violentas… niñez anémica

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 18 de enero de 2019
Para Lampadia

¡Qué terrible! En nuestro país, el 44% de niños menores de 3 años padece de anemia. (La anemia se define como una cantidad disminuida de glóbulos rojos, causada por la deficiencia de hierro en la sangre) La cifra penosa – de más de 40% – se ha mantenido inalterable durante la última década. Lo dice la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES). ¡Un fracaso!

Otro dato. La pobreza en el Perú afecta al 22% de la población. En los últimos 10 años la pobreza se redujo de 55% a 22%. Eso quiere decir que la pobreza se redujo 50%. Lo dice el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). ¡Un éxito!

Pregunta: ¿qué relación hay entre anemia y pobreza? Estadísticamente… ninguna. Como ingeniero de la UNI que soy… lo afirmo. Un país puede reducir la pobreza – ¡50% en 10 años! – y no mejorar ni una pizca la salud de su niñez. Ese país se llama Perú.

Segunda pregunta: ¿por qué se suele responsabilizar al Estado por el alto índice de anemia en nuestra niñez? Respuesta: Porque sí. “Yo nunca tengo la culpa de nada”. “El Estado es el culpable de todos mis males”. Así piensan muchos compatriotas. ¡Qué equivocados están!

A ese respecto, sería bueno que aprendamos a asumir nuestras responsabilidades. Por ejemplo… criar bien a nuestros hijos. Me refiero a alimentarlos bien… y amarlos también. Digo esto porque uno de los delitos más denunciados en nuestras comisarías es “violencia familiar”. O sea, violencia física y psicológica, abuso sexual, insulto, abandono… y todo lo demás. ¿Qué tiene que ver el Estado en esta materia? Obviamente… nada.

Los hogares del Perú – y lamentablemente los de Ica también – se han convertido en espacios muy agresivos e inseguros para muchas mujeres y niños indefensos. Entonces las cosas claras y el chocolate espeso. Los culpables – en estos casos – son los padres de familia… no el Estado.

Pregunto ¿no tendrá esto algo que ver con la anemia? Repito… la anemia se mide en niños menores de 3 años. ¿Dónde están los niños a esa edad… si no es en sus hogares?

Sigamos. ¿Qué dice la “bio-descodificación” al respecto? (La “bio-descodificación” es un término terapéutico que conecta las emociones con las enfermedades físicas) Pues bien… según algunos “bio-descodificadores”, la anemia por falta de hierro en la sangre está relacionada con el siguiente conflicto emocional: “No recibo el afecto suficiente de mi padre o de mi madre. No me siento amado. Mi familia me ahoga, no me apoya. La atmósfera en la que vivo es tóxica, no respiro bien. La anemia por falta de hierro en la sangre está relacionada con una falta de motivación o reconocimiento familiar. En mi hogar no hay apoyo ni amor.”

Es verdad… hay personas que no creen en la “bio-descodificación”. En ese sentido, habrá que respetarlas. Pero lo que no se puede negar es que estamos viviendo una severa “crisis de familia”. Y la “violencia familiar” es – tan solo – una manifestación de ello.

Conclusión. Está bien que les demos alimentos y suplementos ricos en hierro a nuestros niños. Pero más importante aún, es darles amor y cariño. ¡No a la violencia familiar! Entre otros motivos, porque – según los “bio-descodificadores” – así curaríamos la anemia en nuestra niñez. Lampadia




Del hogar… a la calle

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 28 de setiembre de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

Primero… lo primero. ¡Qué está pasando en nuestros hogares! Allí, en el seno de nuestras familias. Allí, donde el espacio es inviolable frente a cualquier intervención externa. Allí, donde los padres son el máximo ejemplo para los hijos, y los hijos son todo imitación frente a los padres.

Lo digo porque resulta que las denuncias más frecuentes registradas ante nuestra Policía Nacional en Ica son – nada menos que – las de “violencia familiar”. O sea, el esposo le pega a la esposa… o viceversa. El padre – o la madre – le pega al hijo o hija. El tío abusa del sobrino o sobrina. Y hasta el abuelo entra en la colada. Repito… ¡qué está pasando en nuestros hogares! En Ica hay más denuncias por violencia familiar, que robos y asaltos callejeros… por ejemplo.

Nuestros hogares – léase… nuestras familias – están en una profunda crisis. Estoy convencido de que ahí está el germen de la violencia – y la crisis moral – que azota a nuestro país. Toda la podredumbre que vemos en el Sistema Nacional de Justicia, en el Congreso de la República, y – en general – en el Estado y en nuestra sociedad, viene de nuestros hogares. Toda la agresividad que se vive a diario en las calles viene – también – de nuestras familias violentas y disfuncionales. ¡Qué está pasando en nuestros hogares!

Más aún. ¡Cómo es posible que haya anemia en Ica!… si somos grandes productores de frutas y hortalizas. Si producimos de todo… pescado, carne y huevos, leche, menestras, papa, etc. Si tenemos pleno empleo. Si cada vez se venden más vehículos nuevos, ropa de marca, licores, electrodomésticos, computadoras, celulares… y hasta viviendas nuevas. Si la concurrencia a nuestros centros comerciales es cada vez mayor. Y nuestra economía crece y crece sin parar. ¡Cómo es posible que haya anemia en Ica!

La razón es muy sencilla. La anemia se mide en niños de 3 a 36 meses de edad. O sea, en niños recién nacidos… hasta niños de 3 años. Precisamente, la edad en la que los niños no concurren a las escuelas… donde el Estado sí podría intervenir. La edad donde los niños están – al cuidado de sus padres – en los hogares.

Al pan, pan… y al vino, vino. Los hogares peruanos están en crisis. La crisis moral nace en los hogares. La violencia ciudadana también. Incluso la anemia. Y todos tenemos vela en este entierro. No sólo el Estado.

Por ello – dada la importancia y relevancia del tema – he querido referirme a la educación en la región Ica, como una responsabilidad muy importante y difícil de gestionar… que le compete – en primer lugar – a los padres de familia, – en segundo lugar – a los directores y maestros de las escuelas, y – en tercer lugar – a las autoridades y ciudadanos en general. Como se ve – al margen del ranking de las responsabilidades – la educación es tarea de todos… no solo del Estado.

A este respecto, hay países que sancionan a los padres de familia, cuando los hijos cometen actos delincuenciales. Yo creo que se trata de una medida justa. Y yo agregaría. Si un niño – o niña – tiene anemia, y proviene de una familia que tiene casa propia, carro nuevo, televisor de pantalla plana, laptop, celular, etc.… ya saben quiénes son los responsables. Lampadia