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¿Exportaciones sin valor agregado, o periodistas sin nada que agregar?

¿Exportaciones sin valor agregado, o periodistas sin nada que agregar?

A pesar de todos los estudios, informes y explicaciones, se sigue difundiendo el brulote de que las exportaciones de productos primarios, como los minerales, no tienen valor agregado. Solo hace dos días, en un programa matutino de RPP, a eso de las 7 am, el periodista que pasaba lista a los temas de la economía, celebró que el año pasado hayamos exportado US$ 44,918 (lo que representó un incremento de 22.7% respecto al 2016). Sin embargo, agregó, que lamentablemente, el 70% de nuestras exportaciones no tenían valor agregado.

Veamos algunas informaciones objetivas sobre el valor agregado de la minería, que se han repetido infinidad de veces:

De cada sol producido en minería, el 69% corresponde a su Valor Agregado, mientras que el 31% restante proviene del Consumo Intermedio. En el sector manufacturero  esta proporción se invierte, siendo que su Valor Agregado llega solo a 33% de lo producido y 67% a consumos intermedios.

  • Otro punto de vista muy ilustrativo sale de una entrevista que le hicieron a Andrés Oppenheimer en Buenos Aires. Resulta que compró un polo Ralph Lauren en Miami pagando US$ 85. Como el polo había sido fabricado en el Perú, llamó al productor, que le comentó, que de ese precio él se quedaba solo con US$ 8.5, el 10%. Pero lo que queda al productor minero es el 85% del valor del producto final. Ver: Conflictividad y debilidad política impiden desarrollo minero

  • Durante la edición 33 de la convención minera Perumin, se publicó la encuesta de El Comercio-Ipsos, que analizaba las percepciones sobre la actividad minera en el Perú urbano. Las tres preguntas principales analizan la importancia del sector minero, su contribución a la economía del país y si las personas consideran conveniente desarrollar estos proyectos. La respuesta es innegable: ¡Sí, queremos! Entre el 79% y 87% (cifra varía dependiendo de la pregunta) de las personas encuestadas están de acuerdo:

Qué lástima que en el Perú los ciudadanos seamos desinformados constantemente. Podemos entender que los políticos comprometidos con doctrinas anti mercado, digan cosas que solo llevan agua para sus molinos, tergiversando datos e incluso mintiendo. También podemos entender que académicos y/o intelectuales comprometidos con ideologías anti inversión privada, manejen la información a su mejor interés, como hace buena parte de los profesores de economía de la Pucp. Pero no podemos entender, que en los medios nacionales, varios periodistas, sigan repitiendo mentiras abiertas, como la del valor agregado de los minerales, y que, entre sus filas, no haya nadie que los eduque y corrija.

La pura verdad es que, como se ve en el gráfico superior, la exportación de concentrados de minerales tiene casi el doble de valor agregado que el conjunto del sector industrial.

Volviendo a informaciones falsas que se difunden en un medio, puede ser que el periodista se haya confundido, pero una vez que se explica que las cifras demuestran lo contrario, un periodista serio tendría que llamarse a sorpresa, y comprometerse a dar, en ocasiones futuras, la información correcta.

Pero resulta que lo políticamente correcto en los medios es hablar mal de la minería. Solo importa el aplauso de los comunes, el gregarismo de la profesión y la simpatía de los activistas políticos. Y habría que agregar, el cariño del anti-minero más pernicioso, el ex cura, ahora congresista, Arana. Lampadia    




Respuesta de los peruanos al Cobre

En mayo del 2017 publicamos en Lampadia la Carta del Cobre a los peruanos. En ella, el Cobre hizo un análisis integral sobre sus capacidades y su potencial aporte a los peruanos.

Queridos peruanos,

(…) Es difícil creer que, en la actualidad, haya perdido tantos seguidores. Permítanme mostrarles lo que puedo aportar para su bienestar:

  • La demanda de Cobre
  • ¿Miedo al precio del cobre?
  • Competitividad del Perú
  • Valor agregado
  • ¿Ser un recurso no renovable es malo?
  • ¡No soy “tan solo” una materia prima!
  • Nuestros vecinos sí aprovechan sus recursos
  • Conflictos ambientales y sociales
  • Hablemos de desarrollo
  • Conclusiones

(…) tras tantas acusaciones falsas, he creído necesario defenderme y demostrar que mucho de lo que se afirma en contra de la producción de cobre, en particular, y de la minería en general son mitos y falacias interesadas.

¡Guardemos los mitos, iniciemos una cruzada nacional para desarrollar los proyectos de cobre y convertir al Perú en el gran país que todos podríamos construir!

A pesar de esa gran presentación del cobre en particular, y de la minería en general, el país siguió sin reaccionar a promover ‘como temas de interés nacional’ el desarrollo y puesta en marcha de los proyectos de cobre. Con un presidente de la República y algunos de sus colaboradores, como el entonces primer ministro, Fernando Zavala, conocedores del tema, el gobierno siguió acobardado por las campañas anti-mineras y la falta de profundidad de análisis de los medios, y no pudo articular una sola acción proactiva para explicar a los peruanos la importancia de la minería, y menos aún para acelerar las inversiones.

Inclusive, un buen economista, nada menos que el presidente del Consejo Fiscal, Waldo Mendoza, en una entrevista del diario El Comercio, en setiembre del año pasado, comentó que “La minería es un motorcito pequeño (…)”. Comentario que tuvimos que observar en Lampadia. (Ver: El “motorcito pequeño” de Waldo Mendoza). Pero, Waldo Mendoza, como hombre inteligente, enmendó luego su error: “Lo que es una sorpresa, por lo menos para mí, es cómo una sola variable, el precio del cobre, puede afectarnos tanto” (noviembre 2017, El Comercio, Salvo el cobre, todo es ilusión).

Cuando publicamos la Carta del Cobre a los peruanos (5 de mayo, 2017), el precio del cobre estaba en US$ 2.51 la libra. Pues está mañana el se cotizaba en US$ 3.24 la libra.

Es pues muy claro el gran aporte que el cobre puede dar a los peruanos. No nos olvidemos que hasta el presidente comunista de Chile, Salvador Allende, llegó a decir que “El cobre es el sueldo de Chile”

A pesar de que el gobierno no atina aún, a promover mayores inversiones mineras; en buena hora, tenemos empresas que tercamente, siguen apostando por desarrollar proyectos de cobre en el Perú. Un buen ejemplo de ello, es el de Southern Copper Corporation, la empresa mexicana, que a pesar del maltrato que recibió en relación a su proyecto de Tía María, ha seguido relacionándose con la población de la zona y explicando al país, los beneficios de su proyecto.

Lo que es más, Southern acaba de ganar la licitación del proyecto de Michiquillay en Cajamarca, ofreciendo un pago de US$ 400 millones y una regalía de 3%.

Ahora le toca al gobierno desarrollar una campaña inteligente para explicar a todos los ciudadanos cómo es que el país, en su conjunto, puede beneficiarse de las inversiones mineras, y de las del cobre en particular.

No es un momento para más cobardía. Es un momento para lucidez, compromiso y valentía. ¡Viva el Cobre y Viva el Perú! Lampadia




El sorprendente valor agregado de la minería

El sorprendente valor agregado de la minería

La economía sigue bajando su ritmo de crecimiento. Las expectativas de crecimiento bajan constantemente, pasando de un 4% a un 2%. Esto se debe a que, desde el inicio de la gestión del nuevo gobierno, se evitó poner la necesidad de recuperar la inversión minera en la primera fila. El gobierno nos ofreció un crecimiento que se daría como producto de la simplificación de trámites y de la inversión en infraestructuras.

Pero el problema no empezó con el actual gobierno. Desde la gestión del gobierno del expresidente Ollanta Humala se paró la inversión en minería. Peor aún, en el Perú se desarrolló una campaña para llevarnos a rechazar el desarrollo del sector minero. También han contribuido algunos académicos despistados como Efraín Gonzales de Olarte, vice rector de la PUCP, que afirma que la minería exporta piedras; o con un análisis supuestamente técnico económicos de Piero Ghezzi y José Gallardo en su libro “¿Qué se puede hacer con el Perú?”, en el que compararon el desarrollo de la minería con el del guano y el caucho; el libro de Carlos Ganoza (asesor del ex ministro Alfredo Thorne) y Andrea Stiglich, “El Perú está calato”.

Los ataques a los avances económicos y sociales del país durante los primeros 15 años del nuevo siglo, como los de ambos libros, se hicieron implicando una relación de causalidad entre nuestras debilidades institucionales y dichos avances. Esto constituye una falacia que se habría usado en un caso como estrategia para entrar al gabinete ministerial de Humala y, en el otro, para ganar notoriedad en los medios y las barras bravas de los caviares. Ver en Lampadia: ¡Qué “calato”… ni que ocho cuartos! Y Plan de Diversificación Productiva y sus diagnósticos equivocados.

Las expresiones indicadas sobre la minería son equivocadas y parte de agendas subalternas que pretendieron desmerecer nuestro crecimiento (al 2011) y sostener, falazmente, que somos primario-exportadores, que estaríamos sufriendo la ‘enfermedad holandesa’, que somos víctimas de la maldición de los recursos naturales y que las exportaciones mineras no tienen valor agregado.

No se quiere entender que, estúpidamente, estamos tirando por la borda una riqueza que ha producido muchos beneficios económicos y sociales y que puede crear mucha riqueza adicional por largos años. Dicha riqueza es esencial para generar los recursos que nos permitan superar nuestras brechas sociales y económicas y, sobre todo, para que ante la revolución tecnológica en ciernes podamos nivelarnos con los países más desarrollados en el más corto plazo posible.

El impacto de la minería en la economía

¿Y cómo no vamos a aprovechar la bendición de nuestros recursos? El Perú es uno de los países líderes en América Latina y el mundo en la actividad minera. Es el segundo mayor productor de plata a nivel mundial y tercero de cobre y zinc para el año 2016. Ver en Lampadia: La minería: generó un ciclo virtuoso de crecimiento.

La importancia directa de la minería para el crecimiento del país es indiscutible. Ya durante las vacas flacas del sector, en el 2015, la minería contribuyó con 1.1 puntos porcentuales (p.p.) del crecimiento total (3.2%) y para el 2016 se estima que aportó 1.8 p.p. de un total de 3.9%.

Según un reciente estudio del IPE, titulado El Valor Agregado de la Minería en el Perú, “Se puede apreciar más claramente la importancia del sector en los últimos años si se analiza la contribución minera al crecimiento mensual del PBI. Por ejemplo, con el inicio de los últimos proyectos mineros grandes, Toromocho y Las Bambas, en diciembre del 2015 la minería contribuyó con 2.5 p.p. a un crecimiento mensual de 6.5%. Durante el 2016, el aporte continuó aumentando y, durante los meses de abril y mayo alcanzó a contribuir 2.5 p.p. y 3.7 p.p. a crecimientos de 2.7% y 4.8% respectivamente. Es decir, en esos meses el mayor crecimiento mensual nacional se debió directamente a la actividad del sector minero”.

Queda claro que la contribución de la inversión minera ha sido una parte importante de la inversión privada la cual, a su vez, ha sido un factor esencial en el crecimiento y decrecimiento de la economía. Durante el período 2004-2013, la inversión minera tuvo un crecimiento promedio anual del 42.7%. En contraste, entre el 2014 y 2016, esta inversión cayó 24.1% promedio anual. El IPE afirma que “[Esta caída] ha repercutido en la trayectoria de la inversión privada, en descenso para los últimos tres años, acumulando doce trimestres consecutivos de variación negativa (desde el primer trimestre del 2014 hasta el cuarto trimestre del 2016). No se producía una caída tan prolongada de esta variable desde 1982”.

El verdadero valor agregado de la minería

Existe la percepción generalizada de que las actividades primarias, como la minería por ejemplo, tienen un bajo valor agregado, que de alguna manera las hace poco deseables, que son actividades de segunda categoría, que no generan valor, como que no nos llevan a nada. Esta es una percepción muy equivocada. (El IPE define el valor agregado en la minería “al convertir minerales dispersos e imperceptibles en la tierra en concentrados de minerales con valor comercial. Pero estos concentrados son heterogéneos y con pureza distinta. Dependiendo de las características geológicas, pueden contener más minerales pagables o algunos penalizables.”)

Como hemos afirmado anteriormente en Lampadia (La minería tiene un alto valor agregado), de cada sol producido en minería, el 69% corresponde a su Valor Agregado, mientras que el 31% restante proviene del Consumo Intermedio. En el sector manufacturero  esta proporción se invierte, siendo que su Valor Agregado llega solo a 33% de lo producido y 67% a consumos intermedios.

Algunas críticas apuntan a que la producción de concentrados de minerales tiene poco valor agregado. Esto no es correcto. Según el último estudio elaborado por el Instituto Peruano de Economía (IPE), las fases de la minería que generarían mayor valor agregado en la economía con las de exploración y explotación.

El estudio recoge información del INEI y afirma que del valor final de los productos del sector minero extractivo, casi el 70% corresponde a valor agregado. Entre tanto, en el sector de refinación de metales, poco menos del 40% del precio final representa valor agregado.

Otra de las maneras de medir el valor agregado de una actividad es analizando cuánto paga el mercado por un producto. Al final de cuentas ésta es la una medida razonablemente objetiva de medir cuanto valor agregado hay en algo. Según la data recogida para el estudio, “en el 2012 una libra de cobre contenido en concentrados valía US$3.43 antes de refinarse. Luego de ser refinado, el valor de los metales contenidos en esa misma libra de concentrado ascendía en total a US$4.05. De esta forma, el refinado solo aumenta el valor del producto en un 18%, y eso aun sin tomar en cuenta los costos de la refinación”.

El estudio también estimó el valor agregado que generaba el Complejo Metalúrgico La Oroya, el cual era el centro de refinado más grande del Perú hasta el 2009, año en que suspendió operaciones. Los cálculos realizados indican que “un concentrado mineral de un valor equivalente a US$100 aumentaba su valor de mercado a US$123 una vez refinado, pero para ello necesitaba utilizar insumos por un valor de US$13 (por ejemplo, combustible y electricidad). Por lo tanto, se estima que el valor agregado de la refinación solo era de aproximadamente 10%”.

Otro de los sectores que se relaciona fuertemente con la minería es la manufactura. Si bien este sector es relativamente menos importante que otros sectores que componen el Consumo Intermedio de la extracción de minerales, la minería sí representa una buena parte de la demanda de este sector y además ha contribuido a su desarrollo. Como se observa en el Gráfico inferior, la demanda de la minería por productos metálicos aumentó de S/. 874 millones a S/. 1,118 millones entre el 2007 y el 2012, lo que representa un crecimiento de 28% en ese lapso de tiempo.

Según el IPE, “El impulso del sector minero como comprador del sector manufactura sirvió para que este se desarrolle y pueda abastecer a otros sectores productivos. Así, se puede observar como la participación de la minería como comprador en varios sectores de la manufactura alcanza un elevado porcentaje en 2007 y luego disminuye hacia el 2012, aunque continúa con valores aún altos.”

La generación de empleo gracias a la minería

El gráfico inferior muestra cómo la minería ha tenido una mayor generación de empleos directos e indirectos. Otra gran verdad sobre la minería es su capacidad de dinamizar el empleo en toda la economía. Por cada puesto generado de forma directa en el sector minero extractivo se generan adicionalmente 6.25 empleos en el resto de la economía. De estos 6.25 empleos adicionales, 1 se genera a consecuencia del efecto indirecto, 3.25 por el efecto inducido en el consumo y 2 por el efecto inducido en la inversión, tal como se observa en el cuadro inferior.

A diferencia de la minería, el sector que tiene el mayor stock de empleo, la agricultura no es generadora de empleo, pues por cada puesto nuevo que se genera solo produce 0.2 en el resto de la economía.

Efecto multiplicador de la minería

Esto se analiza viendo cuál es la generación de encadenamientos entre sectores de la economía generados por la minería. Por ejemplo, el aumento de la exportación de productos mineros implica la contratación de técnicos que realicen servicios de mantenimiento de vehículos para el transporte de los minerales al puerto. A su vez, estos trabajadores gastan parte de su remuneración en el consumo de alimentos, con lo cual el gasto en el consumo del mercado de alimentos aumenta, lo que genera que haya más trabajo para el agricultor y así se va incrementando la actividad productiva.

En el caso de la producción minera, el estudio concluye que, para el 2012, ante un aumento de S/. 1, 000 de exportaciones mineras el PBI nacional se incrementaría en S/. 1,200 considerando los efectos directo, indirecto e inducido. De este efecto total, S/. 670 se generarían de forma directa en el mismo sector minero, S/. 175 se generarían de forma indirecta por los insumos que utiliza la actividad minera, S/. 165 por el efecto inducido en el consumo y S/. 190 por el efecto inducido en la inversión.

Aún más importante es notar que la extracción de minerales con respecto a su efecto en el PBI muestra una gran desagregación en otros sectores de la economía. Solo el 57% del efecto total viene directamente desde la extracción, mientras que el resto del PBI se encuentra significativamente desagregado en otros sectores: la construcción, el transporte terrestre, servicios financieros, cultivos agrícolas y las actividades de apoyo a la minería.

Conclusiones

La minería ha generado gran parte del crecimiento económico en los últimos años. Contamos con un sector que aporta un gran valor agregado a la economía, generando miles de millones de dólares de exportaciones. Pongamos en valor los recursos mineros que tenemos el privilegio de tener y actuemos en pro del desarrollo integral, duradero y sostenible, sin que los mitos y las mentiras nos aparten del camino de la reducción de la pobreza. Lampadia

Fuente de los gráficos y cuadros: Libro El Valor agregado de la Minería en el Perú – IPE

Ver además en Lampadia:

Mitos, desinformación y tergiversación sobre la minería

Parar y retrasar los proyectos de cobre es inmoral

¿Minería: Bendición o Maldición?

Para el Perú, los recursos naturales son una bendición

El quid de los conflictos anti minería

El secreto de la minería peruana

Minería impulsa la economía peruana

La minería sigue siendo nuestra principal fuente de crecimiento

La minería impulsa el crecimiento de las regiones del Perú

Perú sigue retrasándose en inversión minera

 




El desarrollo institucional de las empresas extractivas

El desarrollo institucional de las empresas extractivas

Como todos sabemos la actividad minera y las empresas extractivas vienen siendo sujeto de un proceso de cuestionamiento que ha descarrilado las políticas públicas que permitieron su desarrollo y su consiguiente aporte (múltiple) a la mejora de nuestros indicadores económicos y sociales durante los últimos 25 años. Por ejemplo, las regulaciones con las que se impulsó el crecimiento del sector minero en los años 90 han sido multiplicadas, literalmente, por 100. Otro ejemplo, ningún gobierno estableció, en la conciencia de la opinión pública, las relaciones causa-efecto entre las operaciones extractivas y el canon con que se multiplicaron los recursos de las regiones. Tan es así, que en algún momento, poblaciones vinculadas al sector minero marcharon coreando: “Canon sí, minería no”.

Las empresas extractivas, en todo el mundo y en el Perú, se han caracterizado por enfoques de gestión de un corte ingenieril. Esto no ha impedido que hagan los mayores esfuerzos por desarrollar operaciones que respeten el ambiente y las relaciones con los pueblos y comunidades de sus áreas de influencia. Estas empresas gastan cientos de millones de dólares durante décadas para evaluar y entender los aspectos geológicos y técnicos del desarrollo de sus proyectos y también en temas ambientales y sociales, pero no han sido capaces de desarrollar una visión igualmente sofisticada sobre los factores políticos, sociales y económicos que dan forma a los países en los que operan.

Esto tiene que cambiar. Obtener y conservar el acceso a los recursos naturales a largo plazo es uno de los aspectos más críticos para las empresas extractivas. Por esta razón, en Lampadia recogemos en este análisis las medidas más importantes sugeridas en el informe de McKinsey Global Institute (MGI) titulado “Invirtiendo la maldición: Maximizando el potencial de las economías impulsadas por los recursos“. Medidas que debieran tomar las empresas extractivas para lograr una mejor inserción en el imaginario social de los países donde operan. (La semana pasada hicimos un primer análisis más general de dicho informe, ver: Aprovechando la bendición de los recursos naturales).

Desarrollar un entendimiento detallado del contexto del país

Según McKinsey, los ejecutivos de las empresas extractivas necesitan entender completamente las diez dimensiones más importantes que determinan la naturaleza de los países en que operan. Éstas varían de país en país y el entendimiento de cada caso es esencial para que adapten sus enfoques empresariales. Ver el detalle en el siguiente cuadro:

Una dimensión importante es el tamaño del país. En los países con poblaciones relativamente pequeñas, la industria extractiva puede ser mucho más importante para el desarrollo económico que en los países más grandes que son propensos a tener una economía más diversa y mercados internos más grandes. Como resultado, es probable que en los gobiernos de los países más pequeños, la industria extractiva sea objeto de un escrutinio mucho más detallado.

Otro aspecto importante es el grado de desarrollo económico de un país. Los gobiernos de los países con economías menos desarrolladas tienen más probabilidades de depender de los ingresos procedentes de la extracción de recursos. Probablemente también dependan de las empresas privadas desempeñen funciones más amplias dentro de la economía, como prestar servicios sociales a la comunidad o desarrollar las infraestructuras. Las empresas también pueden enfrentarse a un imperativo más fuerte para contribuir a un mayor desarrollo económico.

Evaluar rigurosamente las contribuciones actuales de la empresa y compararlas con las expectativas

Las empresas necesitan mejorar su comprensión del impacto de sus actividades y cómo podrían responder más eficazmente a las expectativas de los países anfitriones. La mayoría de las empresas extractivas hacen contribuciones sustanciales a los países en los que operan, ya sea una importante contribución fiscal, dividendos y obligaciones patrimoniales.

Pero no solo contribuyen de esta manera. También lo hacen mediante la creación de empleo y el desarrollo de habilidades de los empleados a través del desarrollo de sus propias fuerzas de trabajo y las cadenas de suministro, así como a través del desarrollo industrial, producto de encadenamientos sectoriales muy importantes, como ha sido en el Perú. Invierten en infraestructuras y en la creación de beneficios sociales más amplios. Sus actividades pueden beneficiar a las comunidades locales a través de contribuciones en las áreas de salud, educación, seguridad, rehabilitación ambiental y la sostenibilidad económica. Y, por último, pueden desempeñar un papel importante para minimizar la contaminación del aire, la tierra y el agua, así como en la conservación de la biodiversidad.

En contra de lo afirmado por los grupos anti extractivistas, la mayoría de las empresas consideran todas estas áreas. Sin embargo, una encuesta que realizó McKinsey a 22 líderes de algunas de las compañías mineras más grandes del mundo muestra algo interesante: “Cuando se le preguntó cómo pensaban que los representantes del gobierno enumerarían en orden de importancia las diferentes áreas de desarrollo social y económico, la inversión en infraestructuras fue vista como una de las áreas más importantes. Sin embargo, las infraestructuras también fueron consideradas por estos mismos ejecutivos como una de sus áreas de peor desempeño. Por el contrario, el impacto ambiental se considera un área en la que sus empresas se desempeñaron relativamente bien, pero fue visto por los ejecutivos mineros como una prioridad muy baja para los gobiernos.”

Para entender mejor este tema, McKinsey desarrolló una herramienta que le permite a las empresas evaluar su performance en las distintas áreas de interés y comparar sus expectativas con las de los otros interesados (gobiernos, países, instituciones, etc.). Ver diagrama inferior:

Contribuciones en desarrollo local

En el diagrama, se evalúa el potencial de las actividades de desarrollo económico a nivel de activos y proyectos. McKinsey identificó 90 medidas en cinco dimensiones: (1) contribución fiscal; (2) creación de empleo y desarrollo de habilidades; (3) inversión en infraestructuras; (4) beneficios sociales y comunitarios; y (5) preservación del medio ambiente. A estas se les suma un conjunto de medidas de rendimiento de la empresa en la gestión de accionistas/inversionistas y los esfuerzos de comunicación interna, lo cual es importante si las contribuciones de la empresa han de tener el impacto deseado.

Esta herramienta clarifica la contribución de una empresa al desarrollo económico mediante la evaluación de qué tan bien coinciden las prioridades de la empresa con las de las ‘partes interesadas’; compara el rendimiento de las mejores prácticas con las expectativas de los interesados e identifica las áreas en las que se puede mejorar, ya sea mediante el fortalecimiento del desempeño en áreas específicas o reasignación de gastos.

Las principales conclusiones de McKinsey después de utilizar esta herramienta fueron:

  • Las prioridades de las empresas extractivas normalmente no coinciden con las de los stakeholders locales.
  • Las prioridades y sus performances pueden variar significativamente dentro de la misma empresa.
  • La performance no es valorada adecuadamente por los stakeholders locales.

A medida que el mundo en desarrollo capta una participación cada vez mayor de la exploración y producción de recursos naturales, es cada vez más importante para las empresas adoptar un enfoque más cuantitativo y basado en el rol que desempeñan en el desarrollo económico de los países receptores.

En países como el Perú, en donde el aventurerismo político asume, en muchas ocasiones, la forma de movimientos anti-mineros, estos temas no pueden dejarse a la improvisación o al ensayo y error. Mientras las empresas no tomen los cuidados necesarios, los anti-mineros tendrán amplias facilidades para desarrollar sus acciones hostiles. La responsabilidad sobre la recuperación de la legitimidad y buena imagen del sector, está en manos de los gobiernos (nacionales y regionales), de las mismas empresas extractivas, de los gremios empresariales y el periodismo.

Para lograr este cometido es imperioso organizar una gesta nacional para asociar, en la mente de nuestros ciudadanos, las relaciones causa-efecto entre la operaciones extractivas y el crecimiento, empleo, ingresos fiscales, infraestructuras, encadenamientos sectoriales, mejoras sociales, valor agregado y mejoras del medio ambiente. Algo muy difícil, pero no por el esfuerzo requerido, sino por la esquiva decisión política por parte de los actores vinculados al sector, para emprender la gesta por transformar los recursos naturales en una bendición para sus pueblos.  

Lampadia




“Los recursos naturales, la verdadera riqueza del Perú”

“Los recursos naturales, la verdadera riqueza del Perú”

Entrevista a Christopher Martenson. Investigador económico y futurólogo especializado en los ciclos de economía, energía y recursos naturales. PhD en la Universidad de Duke (EEUU).

Por Magda Quispe Ch.

(La República, 28 de Octubre del 2014)

El estadounidense Martenson sostiene que el Perú tendrá muy buen futuro si sabe administrar sus recursos naturales. El economista participa hoy en el Seminario Internacional “Nuevos escenarios globales que definirían el Perú en los próximos 20 años”, organizado por la Universidad San Martín de Porres y Business Insiders.

¿Cómo observa la economía del Perú comparada con las de otros países?

Perú en este momento cuenta con muchas ventajas, como una deuda muy baja, tiene buenos suministros energéticos, recursos naturales excelentes y no tiene una crisis de agua como en el caso chileno, pero aún están muy expuestos porque un quinto de los ingresos de Perú están basados en las exportaciones a pesar de que en el último trimestre dichos envíos han bajado. Ello podría traer la posibilidad de una recesión si es que llega a explotar una ‘burbuja inmobiliaria’ en China, lo que generaría una crisis global, ya que los países tendrían la necesidad de comprar acero, cemento y cobre.

¿Cómo debe el Perú aprovechar sus recursos naturales, cuál es su recomendación?

Los países que cuentan con recursos, como es el caso del Perú, si juegan bien sus cartas, el futuro les pertenece porque en todo el mundo se están acabando los recursos, que son la verdadera riqueza porque el dinero es volátil. El Perú tiene recursos de alta calidad y si se administra bien, el Perú puede tener muy buen futuro.

¿Qué significa administrar bien los recursos naturales en el país?

Por ejemplo, en el año 2005, se descubrió una gran área de gas que se está convirtiendo en gas licuado y están pensando en ampliarlo para lograr un gas aún mas licuado para la exportación. Pero por la física cuando se retira un gas para convertirlo en licuado, requiere mucha energía. Para dicha acción, un 25% de la energía de dicho gas se pierde y más bien dicha energía podría usarse para construir un puente o brindar electricidad. Quizá tiene sentido político o económico convertirlo en gas licuado porque genera ingresos, pero desde el punto de vista energético o de la explotación de recursos no tiene mucho sentido.

¿Y cuál es la situación del país en este punto?

 Conociendo el total de reservas en Perú, se ha calculado que tienen 38 años más de explotación de gas, a menos que se incremente el consumo a un 7% al año; entonces solo le quedaría al Perú unos 19 años de reservas de gas y ahí dependerá de cómo se va a consumir dicho recurso para determinar cuántos años de reserva podemos tener. Ante esta situación, debe haber un diálogo abierto en el país para determinar si dicho gas debería convertirse en gas licuado o no, y llegar a un consenso en beneficio del país.

¿Qué otros sectores económicos son potenciales en el Perú?

La pregunta más importante que se dará en el mundo es ¿de dónde vendrán todos los alimentos?, y el trasfondo será de dónde saldrá el agua para cultivar dichos alimentos. Cuando China importa alimentos, lo que está haciendo es importar agua, porque le hace más falta el agua que si viviera una crisis alimentaria. Lo mejor para cualquier país es entender que la materia prima de nuestros recursos naturales son la verdadera riqueza. Por ello, lo recomendable es tomar esos recursos primarios y darles un valor agregado en vez de solo enviar la materia prima al extranjero.

¿Eso quiere decir que el Perú debe cambiar su modelo económico?  

Esa es la idea. El objetivo es tener productos con un valor agregado.

Hablando sobre la economía global ¿qué percepción tiene al respecto?

La economía mundial sorprendentemente está muy debilitada, a pesar de todos los billetes que imprimen los bancos centrales. Tanto Japón como la mayor parte de Europa se encuentran en recesión. Así como China, su mercado inmobiliario se ha detenido un poco y la última vez que ocurrió una baja tan fuerte en todo el mundo fue cuando se registró la crisis del 2008. Creo saber por qué la economía se ha debilitado, y justo mañana (hoy) en mi exposición trataré sobre el uso energético y los efectos en la economía.

¿Existe el riesgo de una nueva ‘burbuja inmobiliaria’ que origine una crisis similar a la del 2008? 

Por todo el mundo se están produciendo esas ‘burbujas inmobiliarias’ por diferentes razones. Hay una enorme que se ha dado en Londres (Inglaterra) porque hay dinero que está llegando de China y Rusia. Pero Canadá y Australia tienen ‘burbujas’ extraordinarias y quizá también el Perú, ya que éstos tres países dependen mucho de sus materias primas y exportaciones. En Estados Unidos por ejemplo, se inició esta ‘burbuja inmobiliaria’ en Silicon Valley, probablemente en Las Vegas y en Arizona, pero aún no se está dando en todos los Estados Unidos.




Como un buen economista puede perder perspectiva

Como un buen economista puede perder perspectiva

La verdadera materia prima de la riqueza Comentado por Lampadia

Ricardo Hausmann, Ex ministro de planeamiento de Venezuela, Jefe de Economía del BID y profesor de Harvard.

Publicado por Project Syndicate, julio 2014

Traducido del inglés por Ana María Velasco

TIRANA – Los países pobres exportan materias primas en bruto, como cacao, hierro y diamantes. Los países ricos exportan -con frecuencia a esos mismos países pobres- productos más elaborados, como chocolates, automóviles y joyas. Si los países pobres quieren hacerse ricos deberían dejar de exportar sus recursos naturales en bruto y concentrarse en agregarles valor. De lo contrario, los países ricos se quedarán con la mayor parte del valor y con todos los buenos empleos. Una forma de lograr esto es siguiendo el ejemplo de Sudáfrica y de Botsuana y emplear la riqueza natural para forzar la industrialización aguas abajo a través de restricciones a la exportación de minerales en bruto, una política que llaman “beneficiación”.

[Este pensamiento trae de regreso la concepción de la teoría de la dependencia, que asumía que el valor de los commodities bajaría cada vez más, mientras el valor de la tecnología subiría hasta producir una brecha que se podía denominar como la “Cruz de la Muerte”. La realidad de los largos últimos años, es lo contrario, los precios de la tecnología bajan aceleradamente mientras los de los commodities suben, una suerte de “Cruz de la Vida”. Ver en Lampadia: Grave error de lectura de América Latina y Más sobre los perjuicios de la Teoría de la Dependencia.

Además, este razonamiento asume que los commodities, por ejemplo, los concentrados de cobre en el Perú, tienen un bajo valor agregado. La realidad es todo lo contrario, ver: Más allá de los mitos – La minería tiene un alto valor agregado.]

¿Son estas ideas acertadas o erradas? La verdad es que hay ideas que son aún peor que erradas, son castrantes. Esas ideas hacen que uno enfatice las cuestiones secundarias -por ejemplo, la disponibilidad de materias primas- pero impiden ver las oportunidades más prometedoras que existen en otros ámbitos.

[Comentario que no es aplicable al Perú, pues a diferencia de casi todos los países del mundo, en esta tierra se proscribió la inversión privada por treinta años (60,70 y 80s). Como resultado de semejante política, nos empobrecimos, se sembró exclusión en las regiones (ricas en RRNN), solo se invertía algo en Lima, Arequipa y en las fronteras de la costa, Tacna y Tumbes, con tremendos subsidios. Adicionalmente a los impactos económicos y sociales, al dejar de invertir como el resto del mundo, acumulamos una “reserva productiva” que aún no hemos podido poner en valor. Al mismo tiempo, obviamente, acumulamos también, una gran brecha social y económica en educación, salud, instituciones, infraestructuras, pobreza y tecnología, que seguramente supera el 50% de nuestro PBI. Semejante brecha solo puede ser cerrada en un plazo razonable, poniendo en valor dichos RRNN.]

Tomemos como ejemplo a Finlandia, un país nórdico donde existe una enorme cantidad de árboles en relación a su escasa población. Un economista clásico diría que, en vista de esto, Finlandia debiera exportar madera, cosa que ha hecho. En contraste, un economista del desarrollo tradicional diría que Finlandia no debe exportar madera en bruto, sino agregarle valor, transformándola en productos como papel o muebles, cosa que este país también ha hecho. Sin embargo, los productos relacionados con la madera representan apenas el 20% de las exportaciones de Finlandia. [Pero, como lo explica el propio Hausmann, Finlandia siguió un proceso paulatino e incremental en su estrategia productiva.]

Esto se debe a que la madera abrió un camino diferente y mucho más próspero hacia el desarrollo. Talando árboles y cortando madera, los finlandeses encontraron que sus hachas y serruchos perdían el filo y se dañaban. Afilando y reparando estas herramientas, a la larga Finlandia se convirtió en un buen productor de máquinas para talar árboles y cortar madera.

Los finlandeses pronto se dieron cuenta de que también podían fabricar máquinas que cortaran otros materiales, ya que no todo lo cortable está hecho de madera. Su próximo paso fue automatizar las máquinas cortadoras, porque cortar todo a mano puede llegar a ser muy tedioso. De ahí pasaron a otras máquinas automatizadas porque, al fin y al cabo, no todo en la vida es cortar. Y de las máquinas automatizadas eventualmente terminaron en Nokia. Hoy en día, las máquinas de diferentes tipos constituyen el 40% de los bienes que exporta Finlandia. [Un proceso natural y de larga duración que debe seguirse desde el desarrollo de los mercados y las inversiones correspondientes, sin dar saltos aventureros. En el Perú esto ya está sucediendo con el sector industrial, el cual, por ejemplo, está exportando maquinaria minera a China y a varios otros países, justamente por haber seguido el mismo proceso de Finlandia. Este proceso no requirió de la intervención de ningún burócrata ni de ningún iluminado gobernante.]

La moraleja de esta historia es que agregarle valor a las materias primas que uno posee es uno de los posibles caminos hacia la diversificación, pero no necesariamente el más largo ni el más fructífero. [En el caso del Perú, la gran inversión minera de los últimos 20 años, ha ayudado a formar el sector industrial más grande, más fuerte, competitivo y exportador de nuestra historia.] Los países no están limitados por los recursos naturales que poseen. Al fin y al cabo, en Suiza no hay cacao y China no fabrica chips de memoria avanzados. Pero ello no ha impedido que estos países tengan una posición dominante en el mercado del chocolate y de las computadoras, respectivamente.

Tener la materia prima cerca es una ventaja sólo cuando el costo de trasladarla es muy alto, [o cuando la demanda internacional compensa los costos de  transporte y, cuando los desarrollos industriales sobre la base de las mismas materias primas, está más cerca de los mercados finales] lo que es más válido para la madera que para los diamantes o incluso el hierro. Australia, pese a su lejanía, es un importante exportador de mineral de hierro, pero no de acero, mientras que Corea del Sur exporta acero aun cuando debe importar hierro.

Lo que revela la experiencia de Finlandia es que los caminos más prometedores hacia el desarrollo no implican agregar valor a las materias primas, sino añadir capacidades a las capacidades ya existentes. Esto significa combinar capacidades nuevas (por ejemplo, la automatización) con las ya establecidas (como las que se utilizan para hacer las máquinas cortadoras), y así poder penetrar en mercados diferentes y más atractivos. En contraste, para obtener materias primas, basta con llegar al puerto más cercano.

Pensar el futuro en base a la ventaja de tener cerca cierto recurso natural limita a los países a productos que emplean de manera muy intensiva ese recurso, lo que resulta ser extremadamente restrictivo. Por ejemplo: ¿la cercanía a qué materia prima en particular hace que un país sea competitivo en la producción de automóviles, impresoras, antibióticos o películas? La mayor parte de los productos exige numerosos insumos y, en general, la proximidad a un par de ellos no marca una diferencia suficiente. [Otro razonamiento forzado, pues el acceso a teléfonos celulares, internet e impresoras 3D, es perfectamente compatible con la puesta en valor de RRNN,  máxime, si la riqueza que pueden generar se canaliza a las inversiones estratégicas que pueden crear capacidades ampliadas en la sociedad del conocimiento.]

La política de beneficiación obliga a las industrias extractivas a vender su producto localmente a precios más bajos que los de exportación, por lo cual opera como un impuesto implícito que sirve para subsidiar las actividades aguas abajo. En principio, no hay nada oprobioso en gravar eficientemente a las industrias extractivas, pues permite que las sociedades se apropien del valor que genera su riqueza natural. Pero no hay motivo para dedicar esa capacidad de gravar para favorecer a las industrias aguas abajo. [Tampoco es el caso del Perú, pues sus RRNN son para exportación y localmente se venden en base a las cotizaciones internacionales. Pero habría que preguntarle a los americanos que piensan de la posibilidad de reindustrializar su país con la explotación del Shale Gas y crear un camino de reducción de las desigualdades que generó la tercerización de dichos procesos.] Como mis colegas y yo hemos demostrado, estas actividades no son ni las más próximas en términos de capacidades, ni tampoco las más valiosas como trampolines hacia un mayor desarrollo. 

Se puede afirmar que el impacto económico más notable que tuvo la industria del carbón de fines del siglo XVII en Gran Bretaña, fue el haber fomentado el desarrollo de la máquina de vapor como solución al problema de bombear el agua fuera de las minas. Pero ese invento terminó revolucionando la manufactura y el transporte, lo que cambió la historia del mundo, el lugar que en ella ocupó la Gran Bretaña – y hasta la ventaja de tener carbón cerca.

En contraste, darle prioridad a plantas siderúrgicas o petroquímicas en países ricos en hierro o petróleo refleja una profunda falta de imaginación dado que a menudo los beneficios son muy limitados, pues la proximidad a la materia prima  no es una ventaja significativa. Mucho más creativos fueron los Emiratos Árabes Unidos, donde utilizaron los ingresos del petróleo para invertir en infraestructura y servicios, transformando así a Dubái en un exitoso centro turístico y empresarial.

Esta discusión es relevante hasta para Estados Unidos, donde está imperando desde hace pocos años y casi por casualidad, una importante política de beneficiación. En 1973, durante el embargo petrolero, el país restringió la exportación de crudo y gas natural. En los años subsiguientes, Estados Unidos se convirtió en un gran importador de energía, por lo que la restricción a las exportaciones se volvió irrelevante, aunque nunca se abandonó formalmente. Pero la reciente revolución energética producida por el shale o esquisto ha hecho que la producción de petróleo y de gas aumente dramáticamente en el último quinquenio. Ahora la restricción a la exportación causa que el precio interno del petróleo y sobre todo del gas natural esté hoy muy por debajo del precio de exportación.

Esto constituye un subsidio implícito a las industrias que emplean gas y petróleo de manera intensiva, y es posible que desplace ciertas inversiones hacia Estados Unidos. Pero ¿es ésta la mejor manera de emplear la capacidad del fisco de gravar o regular el comercio? ¿No estaría mejor Estados Unidos usando su capacidad de gravar el gas natural para estimular el desarrollo del equivalente tecnológico actual a lo que representó la máquina de vapor? [No lo creemos, su problema más álgido hoy, es la desigualdad de ingresos que pretenden aliviar con el uso interno de energías más económicas.]




La minería: generó un ciclo virtuoso de crecimiento

La minería: generó un ciclo virtuoso de crecimiento

Últimamente diversos economistas y académicos han comparado el ciclo económico actual, y su alza a partir de los precios de los minerales, con el boom del guano y el  caucho. Se cita estas experiencias para desmerecer nuestro actual crecimiento y sostener, falazmente, que somos primario-exportadores, que estaríamos sufriendo de la ‘enfermedad holandesa’ o de la maldición de los recursos naturales. La comparación entre dichos momentos y el actual es inaceptable, dado que la presente situación  es completamente diferente al pasado. Este es uno de los mitos con los que se ha venido combatiendo a la minería, que esperamos desvanecer. 

Descripción física de los procesos “productivos” del guano y el caucho:

La explotación del guano y caucho fue completamente diferente a la especializada y  avanzada tecnología de la minería moderna.

La exportación de guano solo requería que se recogiera con palas en las islas y se acumulara en bolsas de yute. Para el caucho bastaba con recogerlo en baldes colgados de los árboles de cuyas incisiones fluía la savia, que luego se pasaba a recipientes adecuados para su exportación.

Ambos procesos eran efectivamente primario-exportadores, sin ningún valor agregado, sin encadenamientos a otros sectores y basados en la explotación abusiva de la mano de obra.

Físicamente podrían equivaler a lo que en la minería artesanal antigua se llamó el “pallaqueo”, que consistía en recoger rocas mineralizadas de la superficie del terreno, acumularlas en bolsas y sin proceso alguno, despacharlas a los procesadores.

Ninguna de estas actividades puede asociarse a la minería moderna. Hacerlo es confundir procesos totalmente diferentes, llevando a conclusiones inaceptables en el mundo académico, o a una manipulación tendenciosa de la política tradicional.

El boom del guano

Entre los años 1840 y 1870, el Perú exportó alrededor de 12 millones de toneladas de guano, valorizadas en US$ 500 millones de entonces.

No tuvo ningún impacto favorable en nuestro aparato productivo, ni generó ninguna externalidad positiva. El aumento en las exportaciones de guano fue acompañado de un estancamiento en casi todos los demás sectores económicos, constituyendo un tipo de enfermedad holandesa. El aumento de riqueza no fue acompañado por una reinversión efectiva en otros sectores de la  economía.

El boom del caucho

El apogeo del caucho (1880 – 1912) utilizó mano de obra nativa, explotada y maltratada al someterla a condiciones de semiesclavitud. El nivel de mortalidad fue altísimo.

No tuvo un impacto positivo en el sector tecnológico dado su arcaico proceso de explotación. No generó ningún tipo de actividad colateral, ni impulsó un encadenamiento que dinamice la economía nacional.

El boom minero actual

El Perú ha crecido a un ritmo sostenido, impulsado principalmente por la minería, volviéndose en uno de los principales productores mundiales de oro, plata, cobre, plomo, zinc, hierro, estaño, molibdeno, teluro, entre otros. Esto es reflejo no sólo de la abundancia de recursos y la capacidad de producción de la actividad minera, sino de la estabilidad de las políticas económicas que lo alentaron.

La importancia de la minería es crucial para el crecimiento económico, ya que por cada dólar de exportación minera, el PBI tiene un incremento adicional de 0.56 dólares. (Ver en Lampadia: El impacto macroeconómico de la minería).

La minería no ha impedido el desarrollo de otros sectores, por lo contrario, no solo a crecido la economía, sino que se ha diversificado al galope (como dice Richard Webb, ver en Lampadia “Las tres golondrinas”).

A diferencia de los booms primario-exportadores del guano y del caucho, la inversión minera ha traído consigo un impacto altamente positivo. La minería moderna usa tecnología de punta, se integra adecuadamente con sus espacios sociales y ambientales. La recuperación del sector minero ha traído consigo el desarrollo de un sector industrial que puede calificarse ahora como el más grande, más sólido, competitivo y exportador de nuestra historia. Además, han construido carreteras y aumentando la cobertura eléctrica y de telecomunicaciones, mejorando la calidad de vida de los pueblos aledaños.

La minería ha creado puestos de trabajo bien remunerados e importantes ingresos fiscales. Ver en Lampadia: Informe de Efecto de la minería sobre el empleo, el producto y recaudación en el Perú elaborado por el IPE. El mismo IPE muestran que por cada empleo generado por la minería, se crean nueve empleos indirectos en otros sectores (el sector agrícola solo crea 1/6 de empleo indirecto por cada empleo directo del sector). Por cada US$ 1,000 millones de exportaciones mineras se genera un incremento en el PBI de US$ 1,470 millones. En sus mejores años ha aportado hasta el 40% del impuesto a la renta, y ha permitido la generación de recursos fiscales en proporciones nunca vistos en el Perú. El canon minero, bien utilizado, ha transformado las regiones más responsables y capaces.

Al contrario de los mitos anti-mineros, este sector si tiene un alto valor agregado. Por ejemplo, si en vez de los concentrados de cobre exportados el año pasado, hubiéramos exportado cobre refinado, el valor de las exportaciones hubiera crecido solo en un 5.1%, y si hubiéramos exportado alambrón de cobre, el valor se habría incrementado en un 14.5% sobre el de los concentrados. Esto comprueba que la minería, en su modalidad de concentrados, tiene un altísimo valor agregado. (Ver en Lampadia: La minería tiene un alto valor agregado).

El Perú ha mejorado a pasos agigantados. La inversión privada, liderada por la minería, ha permitido un crecimiento sostenido del PBI, multiplicando por 4 el PBI per cápita, reduciendo la pobreza, la desigualdad, la desnutrición y mortalidad infantil. Además de la estabilidad macroeconómica, la inversión, el empleo y el incremento de los ingresos fue superior fuera de Lima, ver en Lampadia: Descentralización y Regionalización – Cara y Sello del nuevo Perú y LAS CIFRAS DE LA PROSPERIDAD.

El gran reto del Perú es poner en valor nuestros proyectos  y situarnos como uno de los principales exportadores mineros del mundo. Así podríamos cerrar nuestras deficiencias económicas y sociales. No olvidemos que Noruega y Australia lideran el Índice de Desarrollo Humano, ver nuestro artículo: El reto de los economistas peruanos ante el bicentenario.

Esperamos que en el mundo académico no se insista en este mito falaz y sin sustento que desprestigia a las instituciones que los acogen. Lampadia