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Sobre Asistencialismo Social y Apoyo Productivo

Sobre Asistencialismo Social y Apoyo Productivo

Pablo Bustamante Pardo

Presidente del Patronato de Sierra Productiva

Desde principios de siglo ningún gobierno ha querido apoyar el programa de apoyo productivo para la sierra alto andina llamado ‘Sierra Productiva’, desarrollado por Carlos Paredes Gonzales (un antiguo correligionario de Javier Diez Canseco en el PUM), que puede ayudar a superar la pobreza de los campesinos minifundistas que aún se mantienen en una suerte de Siglo XVI.

Sierra Productiva actúa sobre el predio de la unidad familiar campesina y hace que sus potencialidades: agua, tierra, recursos naturales, cultivos, crianzas y su sapiencia, que viene heredada de sus padres y abuelos, se potencien con tecnología. Al aplicar conocimientos innovadores y la implementación de tecnologías, hace que sus productividades se eleven sustantivamente. Solo en pastos, la elevación de productividad con riego tecnificado, riego por aspersión, se eleva en 100 veces, cuestión que no ocurre en cualquier otra actividad de la economía.

Efectivamente, ninguno de los gobiernos recientes quiso apoyar este extraordinario programa. El gobierno de Humala lo recogió a medias cambiándole el nombre a Haku Wiñay aplicándolo en una proporción muy pequeña y con varias distorsiones en su concepción. En esta oportunidad se estaría produciendo un cambio total en el enfoque del nuevo gobierno que ha manifestado su intención de desarrollar programas productivos desde el MIDIS (Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social). Lo que es más, es indudable que el gobierno de PPK tendrá un gran apoyo para este cometido por parte de Fuerza Popular, ya que el programa de Sierra Productiva es parte de su plan de gobierno.

Durante el gobierno de Humala hemos multiplicado los programas sociales, invirtiendo en ellos recursos muy importante. El presupuesto de los programas sociales (MIDIS) pasó de 213´629,382 soles el 2012 a 4,305´578,000 de soles el 2016. El enfoque de gobierno fue básicamente de asistencialismo tradicional, al estilo del chavismo y del gobierno de Lula en Brasil.

La oportunidad de multiplicar el asistencialismo, dados los recursos fiscales que estuvieron disponibles, permitió que dichos gobiernos se obnubilaran con el asistencialismo que, mientras duraran los recursos, creara resultados de un aparente bienestar. Aparente,  pues no son sostenibles fiscalmente, ni superan la pobreza (solo la compensan) y, a diferencia de los programas de apoyo productivo, no dan dignidad a los pobres como lo hace un Sierra Productiva, que en vez de solo compensar la pobreza, tiende a su superación con un admirable efecto de empoderamiento individual y la ‘explosión’ de dignidad.

Evidentemente, tampoco se trata de abandonar el asistencialismo social. Allí donde hay pobreza extrema, todos, el Estado, las empresas y los individuos debemos apoyar. Lamentablemente, eso no permite que todos los pobres superen sus carencias, pero para algunos hace toda la diferencia. Permítanme compartir con ustedes, dos anécdotas muy ilustrativas al respecto:

Las Estrellas de Mar (de un video de hace 25 años)

Cuentan que un hombre sabio se encontraba en lo alto de una playa observando el mar. En la arena se veían miles de estrellas de mar rojas expuestas al sol. Hacia la derecha, el sabio divisó a un joven que recogía una estrella, corría hacia el mar y la tiraba al agua, para luego repetir la misma acción, una y otra vez.

El sabio se acercó al joven: “Oiga con tantas estrellas quemándose al sol, ¿cree usted que puede ayudarlas?” El joven lo miró a los ojos, recogió otra estrella, corrió hacia el mar y la echó al agua. Volvió hacia el sabio y le dijo: “Para esa estrella, hace toda la diferencia”.

El SIS, la Diálisis y el Canillita

Hace pocos días me encontré con el canillita que me reparte los periódicos. Él es un hombre relativamente mayor, pero más afectado por su duro trabajo que por su edad. Su oficio le exige madrugar, llevar mucho peso en la bicicleta, haga calor, frío o llueva.

El buen señor se enfermó de los riñones y en un centro de salud pública le indicaron que necesitaba que lo dialicen tres veces por semana. El canillita no tenía recursos para afrontar el tratamiento y tampoco había adquirido ningún seguro en su vida. Sin embargo, el funcionario público le indicó que iba a verificar si por casualidad su nombre figuraba en el SIS (el Sistema Integral de Salud). Para suerte del canillita, si figuraba y desde entonces le hacen las diálisis. No solo ha superado su dolencia, de alguna manera, hasta ha rejuvenecido después de haber estado envenenándose, sabe Dios cuanto tiempo. Para él, el asistencialismo hizo toda la diferencia.

MORALEJA

El asistencialismo hace toda la diferencia para uno o varios individuos, pero no para todos y, los administradores de un país donde prevalece la pobreza, están obligados a buscar soluciones para todos, soluciones sostenibles. Y esa es:

“Traer a los pobres a la economía de mercado”, en vez de optar por ‘distribuir para crecer’ hasta que se acaben los recursos o cambie el gobierno, para que a otro le toque retroceder.

Para emprender esta tarea se necesitan recursos sostenibles, para ello hay que crecer y optar por ‘crecer para distribuir’, pero privilegiando el apoyo productivo, sin dejar al más pobre en el abandono.

Pero, para apoyar los programas productivos, no hace falta hacer preguntas maliciosas ni maniqueas como las expresadas por mi respetado amigo, Carlos Eduardo Aramburú en su artículo de ayer en el diario El Comercio que tituló: ¿Basta con crecer? Veamos:

“¿Qué relación hay entre crecimiento económico y pobreza? ¿Será cierto que basta con crecer para salir de pobres? Entre los países desarrollados, no son los de mayor crecimiento los que tienen mejores niveles de vida”.

Algunas importantes reflexiones al respecto:

  • Que yo sepa nadie ha dicho nunca que basta con crecer. Ver en Lampadia: La agenda pendiente.
  • La relación entre crecimiento y reducción de la pobreza es muy clara. A mayor crecimiento mayor reducción de la pobreza. Extraña pregunta para un estudioso del país. Recordemos que en el Perú, cuando empezamos a crecer a principios de siglo, por cada 1% de crecimiento del PBI, la pobreza se reducía en 0.5%. Pero, cuando el crecimiento se aceleró, por cada 1% de crecimiento del PBI, llegamos a reducir la pobreza en más de 2%. Esa relación entre crecimiento y pobreza es dinámica. Ver en Lampadia: Crecer para reducir la pobreza.
  • Nadie ha dicho que basta con crecer para salir de pobres.
  • Finalmente, decir que: “Entre los países desarrollados, no son los de mayor crecimiento los que tienen mejores niveles de vida”, es otro comentario insidioso, pues la foto actual de los que son más desarrollados no tiene, evidentemente, ninguna relación con su ritmo de crecimiento actual. Esa riqueza, desde la cual ya no crecen al mismo ritmo, la construyeron antes.

Los peruanos necesitamos faros nítidos para que no equivoquemos las prioridades. Efectivamente, el crecimiento económico no es el objetivo del desarrollo, como si dice correctamente Carlos Eduardo Aramburú, es el medio para todo lo demás. Ver en LampadiaSin crecimiento económico no hay desarrollo. Ya tenemos muchos agentes políticos negando los beneficios de la economía de mercado y planteando el absurdo pos-extractivismo. Está muy bien que Aramburú apoye el eventual desarrollo del magnífico programa de Sierra Productiva, pero no es necesario dar pita a las ideas que promueven los economistas que hablan cotidianamente en nombre de la PUCP.

Busquemos un alto ritmo de crecimiento, apoyemos los programas productivos y no olvidemos que para los más pobres, una ayuda ‘hace la diferencia’.