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Parece que EEUU se gobernará a ‘Trumpeadas’

Después de la Segunda Guerra Mundial, EEUU se convirtió en el paladín de la democracia que trató de exportar, por las buenas y también por las malas. Después de los años 60, los derechos civiles le dieron a la política interna un nuevo tono. Más adelante, fueron los derechos humanos los que ocuparon un importante espacio en la política estadounidense. En el plano económico, EEUU ha sido el campeón del libre comercio y la globalización. El estilo ha sido cada vez más diplomático y basado en negociaciones en foros internacionales o directas, pero basadas en lineamientos de política global.

Pronto, todo ello será parte del pasado. EEUU está a punto de entrar a formas de gobierno contrarias a las que las actuales generaciones han conocido. La política tomará un tono agreste, con un populismo bastante extremo y tendrá una expresión de voluntarismo digna de otros tiempos y lugares. Y, por lo que ya se puede ver, aún a días de la toma del mando, con características autoritarias y hasta caprichosas, que simplemente, se impondrán a ‘Trumpeadas’.

Un giro fatal de los acontecimientos, cuando justamente Rusia está gobernada por una suerte de zar, que ya tomó por la fuerza territorios ajenos, controla el 70% del PBI de Rusia y juega a la geopolítica usando inclusive la empolvada baraja nuclear.

Otra infeliz coincidencia, es la de la evolución de la política en China, donde desde la muerte de Deng Xiaoping, que tuvo que revertir 25 años de comunismo, no se había vuelto a ver la construcción de un culto a la personalidad, como lo está haciendo Xi Jinping, incluso especulándose la posibilidad de que se alteren los mecanismos de sucesión.   

El discurso anti libre comercio y anti globalización viene expandiéndose en el mundo, sobre todo en los países ricos, sumándose a la inestabilidad e incertidumbre política, generada por el aumento de la desigualdad en las economías avanzadas, la migración y el impacto del Brexit. La perspectiva de que el presidente Donald Trump abandone el globalismo es real. La elección de Trump consolida la tendencia anti-comercio internacional y anti-globalización, que  pueden ser fatales para el crecimiento en el mundo.

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Fuente:  www.news1971.com

Lo que distingue a Trump de sus predecesores es su falta de convicción en las normas y tradiciones, y su temperamento autoritario y errático. Se esperaba que el período de transición entre las elecciones y la toma de mando permitieran un paulatino ‘appeasement’ (apaciguamiento), pero no ha sido así. Ahora nos encontramos ante la perspectiva de que Trump, como presidente, sea aún peor que como candidato.

Nadie puede estar seguro de qué hará Trump cuando asuma el cargo. Pero ya podemos hacer algunas suposiciones.

  • Podemos asumir con seguridad que Trump se mantendrá firme en su promesa de “Make America Great Again”. Durante su campaña, enmarcó la idea que EEUU abandone su papel de liderazgo mundial. Un EEUU que avanza hacia el nacionalismo aislacionista seguirá siendo el país más poderoso del mundo por un amplio margen, pero ya no garantizará la seguridad de los países occidentales ni defenderá un orden internacional basado en el libre comercio, la globalización y la democracia.
  • Trump ya descarriló el TPP y el TTIP (la Asociación Transpacífica de 12 países y la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión con la Unión Europea, respectivamente).
  • Seguramente pretenderá renegociar el Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio (NAFTA) con Canadá y México.
  • Peor aún, usará la amenaza de aranceles punitivos para manipular las decisiones empresariales de las industrias estadounidenses, como ya lo ha hecho los últimos días con Ford y GM.
  • Es probable que haga lo mismo con las importaciones de China, sin reparar que el nivel de integración global determina que muchas de ellas contienen producción estadounidense de hasta 45%. Este frente de su gobierno puede provocar una absurda guerra comercial.
  • Con Rusia, muestra una cercanía inconducente en relación a la política externa de EEUU. Sin embargo, tuvo que reconocer la posibilidad de que Rusia hackeara una serie de objetivos durante las elecciones de noviembre, pero aseveró que los ataques cibernéticos no tuvieron ningún efecto en el resultado de la elección.
  • Muchos de los nombramientos de puestos clave parecen llenos de personajes más confrontacionales y extremistas que conciliadores. Nombró como jefe de gabinete de la Casa Blanca a  Reince Priebus.  A Stephen Bannon (director ejecutivo de la web de noticias de extrema derecha Breitbart News), como director de estrategia y asesor principal (alguien acusado de racismo, antisemitismo y sexismo). También ha elegido a Steven Mnuchin, un exbanquero de Goldman Sachs que se habría beneficiado de la crisis inmobiliaria, como su secretario del Tesoro. Por otro lado, el crítico contra las vacunas, Robert Kennedy Jr., ha aceptado una posición dentro de la administración de Donald Trump, como presidente de un panel sobre la seguridad de las vacunas y la integridad científica.
  • Se prepara para desafiar las leyes anti-nepotismo al confirmar a su yerno Jared Kushner, esposo de su hija Ivanka, como asesor presidencial. Según Associated Press, Kushner tendrá que discutir una ley que no se aplica a sí mismo.
  • En un claro ejemplo de autoritarismo y de una conducta digna del dictador de un ‘Banana Country’, Trump amenazó a Toyota con aplicarle aranceles fronterizos más altos, si continua su plan de construir una planta en Baja California, México. “Toyota Motor dice que construirá una nueva planta en Baja, México, para fabricar autos modelo Corolla que se venden en Estados Unidos. De ninguna manera, construyan la planta en Estados Unidos o pagarán más aranceles”, escribió Trump en su cuenta personal de Twitter.

Una cosa queda clara: el excéntrico fascistoide, futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es una de las mayores amenazas a los valores de la civilidad, la tolerancia, la concordia y el orden mundial que representa EEUU, así como al libre comercio y globalización, las fuerzas que hicieron posible el gran avance de la humanidad durante las últimas décadas. Esperamos que una oportuna reacción del ‘establishment’ americano, pueda contener y balancear los impulsos autoritarios de Trump, así como sus pulsiones altaneras y despectivas. Lampadia