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Grandes irrigaciones con pocos caudales en los andes liberteños

Grandes irrigaciones con pocos caudales en los andes liberteños

NESTOR MENDOZA ARROYO
Gerente Regional de Agricultura de La Libertad
Desde Trujillo
Para Lampadia

Perú tiene dos épocas bien marcadas, una temporada lluviosa con abundante agua (superávit) y una temporada seca con escases de agua (déficit hídrico), las aguas mayoritariamente provienen de las precipitaciones pluviales que se dan anualmente. Se calcula que en el territorio nacional cada año precipita 2 Billones de metros cúbicos y solo se aprovecha 20,000 millones de metros cúbicos que equivale a 1% del agua disponible cada año.

En los andes liberteños nacen varios ríos, cuyas aguas desembocan en el Océano Pacifico y en el Océano Atlántico; desde la planicie del distrito de Quiruvilca, provincia de Santiago de Chuco, se originan las cuencas hidrográficas regionales de los ríos Chicama, Moche, Virú-Huamanzaña y Tablachaca, cuyas aguas nacen y atraviesan territorios liberteños hasta desembocar en el Océano Pacifico; así mismo existen otras cuencas hidrográficas interregionales de los ríos Jequetepeque y el Santa, que nacen en regiones vecinas y atraviesan territorios liberteños para desembocar sus aguas en el Océano Pacifico. Al Océano Atlántico discurren las aguas de los ríos Crisnejas, Chusgon, Cajas, El Ingenio y Puzac.

En las cuencas hidrográficas de los ríos antes mencionados, existen miles de canales de regadío, la mayoría son de tierra y pocos son revestidos con cemento. En las cabeceras de las cuencas se práctica la agricultura familiar cuyas siembras se hacen en la temporada de lluvias, así mismo, existen cientos de pequeños canales de regadío que son construidos de tierra que conducen pequeños volúmenes de agua para riego y son administrados por los comités de regantes; un comité de regantes está integrado en promedio por 50 agricultores, el canal de regadío en promedio conduce 20 litros por segundo en los primeros meses que deja de llover, luego disminuye a la mitad y luego a la cuarta parte, en esos meses de escases entran a regar por turno, conocido como la mita de agua, siendo los intervalos de riego cada 50 días en promedio, en estas condiciones los cultivos entran en estrés hídrico y la productividad disminuye a menos de un tercio de la producción normal. En estas condiciones los agricultores solo riegan entre 2,000 a 2,500 metros cuadrados, por el bajo caudal del agua de riego.

Frente a la escases de agua descrita, el Gobierno Regional de La Libertad representado por el Gobernador Regional Ing. Manuel Llempen Coronel, a través de la Gerencia Regional de Agricultura liderada por su Gerente el Ing. Néstor Mendoza Arroyo, han construido 9,689 reservorios de tierra impermeabilizados con geomembrana HDPE de 1.5 mm de espesor para regar 10,212 hectáreas; el tamaño de los reservorios varían en función al tamaño de la parcela y el caudal del agua de riego, los tamaños de los reservorios son modulares, diseñados desde el R1 hasta el R10, dentro de ellos encontramos reservorios familiares menor a 100 m3, reservorios multifamiliares mayor a 100 m3 y menor a 1,000 m3, y comunales mayores a 1,000 m3, el 75% de reservorios son familiares por la alta presencia del minifundio. El reservorio familiar que tiene mayor aceptación es el R2 cuyas dimensiones son de 10 metros de largo por 5 metros de ancho y 1.70 metros de profundidad, almacena 60 metros cúbicos en promedio, y se llena cada 2 horas con 10 l/seg. ó 4 horas con 5 l/seg. Hecho el reservorio, la mayoría de agricultores están optando por comprar accesorios para la instalación de riego presurizado, un reservorio R2 riega entre 5,000 a 7,000 metros cuadrados de terreno y la productividad de los cultivos se duplica.

Los costos del reservorio R2, entra 120 metros cuadrados de geomembrana que cuesta S/ 1,300; en accesorios se invierte S/ 180; en asistencia técnica S/ 520 y en mano de obra S/ 1,000. El Costo total es de S/ 3,000 por reservorio; los reservorios se coejecutan en convenio con el comité de regantes y las municipalidades distritales y provinciales, el movimiento de tierras hasta su perfilado de taludes de los reservorios familiares lo hacen los agricultores con pico y pala, los reservorios comunales mayores a 1,000 metros cúbicos de capacidad, el movimiento de tierras lo hacen las municipalidades con maquinaria pesada y el perfilado de los taludes los comuneros organizados.

Beneficios de los reservorios.

  1. Los agricultores que sembraban con lluvias lo hacían una vez al año, ahora que su terreno es bajo riego, están sembrando 2, 3 ó 4 veces al año dependiendo el tipo de cultivo.
  2. Cuando sembraban con lluvia, solo trabajaban 3 meses al año, el resto de meses estaban sin trabajo, por lo que migraban a las ciudades en busca de trabajo.
  3. Muchos agricultores que migraron a la ciudad se convirtieron en comerciantes ambulantes, pero con la llegada del COVID 19, muchos tuvieron que retornar a su lugar de origen porque migraron dejando casa y terrenos en abandono.
  4. Los reservorios, para los retornantes a la zona rural, son de mucha satisfacción porque les permite producir alimentos sanos para la familia, tener trabajo los 365 días del año, cultivar hortalizas para la venta diaria.
  5. El servicio del agua potable en la zona rural ha mejorado, porque ya no utilizan el agua potable para regar sus cultivos ahora lo hacen con el agua del reservorio.
  6. El valor del terreno se ha incrementado, una hectárea de terreno al secano vale S/ 15,000 y con riego vale S/ 80,000.
  7. Un terreno bajo riego produce una dieta balanceada (carbohidratos, proteínas, vitaminas y sales minerales) en contra posición de un terreno al secano solo produce carbohidratos (granos)

Si damos una mirada a nuestra sierra peruana, se podrían construir millones de pequeños reservorios en apoyo a la agricultura familiar. En una primera etapa se podrían construir 2 millones de reservorios familiares, con una inversión de 4 mil millones de soles para regar UN MILLON DE HECTÁREAS en convenio del Gobierno Nacional (MIDAGRI) con los Gobiernos Regionales y Locales y los miles de comités de regantes existentes en las cuencas hidrográficas de nuestro país. Lampadia




Solo el 0.91% del territorio nacional se encuentra en etapa de explotación minera

Solo el 0.91% del territorio nacional se encuentra en etapa de explotación minera

No es cierto que la minería explote amplias extensiones para extraer minerales, afirma Henry Luna. Esta industria ha aportado por exportaciones mineras 245,049 millones de dólares a la economía nacional en los últimos 10 años, trabajando en espacios que apenas llegan al 1% del territorio.

Entrevista a Henry Luna Córdova, Presidente Ejecutivo (e) del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet)
REVISTA DESDE ADENTRO
SOCIEDAD NACIONAL DE MINERÍA PETRÓLEO Y ENERGÍA
Por Piero Gálvez

¿Qué acciones se deben realizar por parte del Estado para reducir la tramitología en el sector minero?

Lo primero que se tiene que hacer es mejorar los Textos Únicos de Procedimientos Administrativos de las instituciones públicas, reducir el número de trámites y, sobre todo, el tiempo que estos demoran. En el Ministerio de Energía y Minas (MEM), así como en el Ingemmet, ya lo hicimos, pero esto no depende exclusivamente del sector minero, ya que la mayoría de trámites se realizan fuera del ámbito de competencias del Ministerio.

¿Cuáles de esos trámites ajenos al MEM complican este proceso burocrático?

Por ejemplo, los trámites respecto al uso del agua, que se deben hacer ante la Autoridad Nacional del Agua (ANA) o lo referido a terrenos superficiales, que implica a privados, comunidades y los gobiernos locales, regionales y a la Superintendencia de Bienes Nacionales. Finalmente, los estudios ambientales ahora se tramitan ante el Senace, que está bajo la tutela del Ministerio del Ambiente. Como Ingemmet, lo único que tramitamos son las concesiones mineras para exploración y explotación, cuyo proceso de titulación dura entre cuatro y cinco meses.

¿Considera, entonces, que se deberían reducir o centralizar los trámites?

Las dos cosas. Por ejemplo, la ventanilla única, que se está tratando de implementar a nivel de minería artesanal, también se debería aplicar en la mediana y gran minería, porque nos simplificaría procesos. Y, sobre todo, darle más valor al uso de las declaraciones juradas, teniendo en cuenta que muchos de estos documentos serán fiscalizados posteriormente por OEFA, OSINERGMIN y SUNAFIL. En ese sentido, no se debiera pedir tantos volúmenes de información porque, finalmente, si una empresa incumple la normativa al momento de ser fiscalizada no podrá desarrollar su proyecto.

Pese a estas dificultades, ¿el sector minero está dando señales positivas para el país?

Entre los meses de noviembre 2017 a noviembre 2018 se ha registrado una cifra récord en cuanto a las solicitudes de concesiones mineras en el Perú. En este último año ya hemos recibido unas 8,000 solicitudes de concesión minera, con lo cual estamos superando lo registrado en el 2012, cuando se llegó a 7,500 pedidos. Sin embargo, para los intereses de crecimiento y desarrollo del país, no basta solo con adquirir concesiones mineras, sino que es fundamental poder realizar exploraciones en estas y, posteriormente, explotarlas.

¿Hay diferencias entre concesión minera y proyecto minero?

No son lo mismo. A nivel nacional las concesiones mineras representan el 14.5% del territorio nacional. Sin embargo, solo el 0.31% está en etapa de exploración, es decir, 708 concesiones, y solo el 0.91% del territorio nacional se encuentra en etapa de explotación minera, es decir, 3,800 concesiones. Eso significa que en un 13.28% de las áreas concesionadas no se reporta actividad alguna. Así, solo en el 1.22% del territorio nacional se explora o se explota algún tipo de mineral. Recientemente realizamos un estudio que reveló que solo el 0.049% del territorio nacional concesionado es ocupado por las principales operaciones mineras, tales como Toquepala, Cuajone, Constancia o Las Bambas, entre otros, que son los que impulsan el crecimiento del país.

¿Cuál ha sido el aporte del sector minero al crecimiento del Perú?

El aporte de la minería ha sido fundamental para el desarrollo económico del Perú. De los 474,654 millones de dólares recaudados entre 1950 y 2018 por exportaciones tradicionales, más del 75% correspondió a las exportaciones metálicas, es decir, 356,600 millones de dólares. Asimismo, en la última década, de los 312,080 millones de dólares de las exportaciones tradicionales, el 79% correspondió a minería metálica, aportando 245,049 millones de dólares a la economía nacional en los últimos 10 años.

¿Cómo se puede trabajar para superar las creencias que impiden el desarrollo de proyectos mineros en regiones como Cajamarca?

Existen muchos mitos respecto al desarrollo de la minería. Por ejemplo, se debe aclarar la naturaleza de las concesiones y de los proyectos mineros, del impacto económico de la minería a nivel local. Y también es necesario ayudar a los gobiernos regionales y locales para que administren mejor los recursos que obtienen gracias a la actividad del sector, como el canon, regalías y derecho de vigencia.

¿Qué otras acciones pueden generar conocimiento acerca de las actividades mineras?

Necesitamos difundir las actividades de la gestión de agua. Ahí el sector solo utiliza el 1% del recurso disponible en el país, según la ANA. También se necesita difundir los temas de responsabilidad social que ejecutan las empresas mineras. Tengo entendido que están realizando una campaña al respecto, pero se necesita involucrar a otros sectores para hacer comprender a la población que la minería genera desarrollo, como en Apurímac, que era una de las regiones más pobres del país y ahora es un nuevo polo de desarrollo gracias a la actividad minera. Lampadia