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Tía María no puede esperar más

Tía María no puede esperar más

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El 31 de julio –dentro de 9 semanas- se vence el plazo de vigencia del Estudio de Impacto Ambiental de Tía María, y aun el proyecto no recibe luz verde de parte del gobierno. En febrero, poco antes del foro mundial de minería PDAC en Canadá, ocasión en que las grandes empresas y los fondos de inversión están viendo el Perú, hubo declaraciones del ministro Francisco Ísmodes y del propio presidente de la República que sugerían la posibilidad que se diera por fin la licencia de construcción, pero ello no ha ocurrido hasta ahora.

Los que aquí se enfrentan son, por un lado, el Perú entero que necesita activar su enorme potencial minero para dar un salto de crecimiento y bienestar para convertirnos en país desarrollado, y un pequeño grupo de opositores ideologizados que no atiende razones sino solo pequeñas posiciones de poder. Que se oponen, en suma, al desarrollo del país.

Porque, como se ha demostrado mil veces, no hay acá afectación ambiental. Pero ese pequeño grupo, que logró infundir temor en la población del valle del Tambo, es cada vez más pequeño y la población le hace cada vez menos caso. Ello ha sido consecuencia del cambio de conducta de la empresa Southern, que desde hace más de dos años estableció en el valle una serie de programas sociales y de apoyo productivo que han ido sembrando confianza en la población. Uno de ellos, por ejemplo, consistió en un convenio con el Gobierno Regional para que las postas médicas del valle, que solo atendían de 8 am a 4 pm, lo hicieran las 24 horas del día. La empresa asumió el costo adicional. Fuera de eso, ha entregado los estudios definitivos para dos hospitales y para agua potable en todo el valle, programas de capacitación en ganadería y en algunos cultivos, matemáticas para todos digital, etc.

El proyecto tiene más aceptación

Esta nueva política de la empresa ha tenido resultados tangibles. Los 6 alcaldes distritales anteriores de la provincia de Islay eran anti-mineros, pero en las elecciones de noviembre pasado, salvo uno, no se oponen al proyecto si se resuelve el problema hídrico, como veremos. Eso cambia radicalmente la correlación política porque parte de la financiación y el apoyo logístico a las movilizaciones anti Tía María en el pasado provino de las municipalidades.

En noviembre y diciembre el Ministerio de Energía y Minas realizó 7 talleres informativos sobre el proyecto sin resistencia alguna y con participación ciudadana. Las oficinas informativas de la empresa en los pueblos del valle no son hostilizadas.

Opositores están disminuidos

Ante los anuncios algo ambiguos arriba mencionados de que se podría dar licencia de construcción al proyecto, en marzo, 130 personas se reunieron para formar el Frente Amplio Defensa del Valle del Tambo. Este Frente ha venido organizando marchas semanales, pero con un número reducido de participantes que, al decir de informantes, ha venido cayendo semana a semana. En la última marcha realizada el jueves pasado, desfilaron unas 250 personas en lugar de las 1,200 o más que marchaban dos o tres años atrás.

El principal líder anti Tía María del valle, Jesús Cornejo, presidente de la Junta de Usuarios de Riego, ha sufrido un duro golpe: su Junta se ha partido y se ha formado una nueva, valle arriba, que lo ha desconocido. Esta nueva Junta está a favor del proyecto minero. Además, Cornejo está sometido a “reglas de conducta” dictadas por el Poder Judicial, de modo que no puede participar en manifestaciones. Por lo demás, de acuerdo a nuestras informaciones, los anti-mineros en Islay están divididos.

La represa de Yanapuquio

Los alcaldes de Islay emitieron el 27 de marzo un comunicado señalando que “no puede haber un proyecto minero sin haber solucionado el problema hídrico”, y solicitaban buscar los mecanismos para concretar la represa de Paltuture. Era, en buena cuenta, un visto bueno a Tía María condicionado a la construcción de la obra hidráulica.

El problema es que parte del espejo de agua de esa eventual represa estaría en la región Puno, cuyo pasado gobernador, como si se tratara de otro país, presentó una medida cautelar contra la obra en el Poder Judicial. No se puede realizar. Ante ello, sin embargo, el ministerio de Agricultura ha identificado otra represa cuyo espejo de agua se encontraría íntegramente dentro de la región Moquegua. Se trata de la represa de Yanapuquio. Sus aguas habría que dividirlas entre Moquegua y el valle del Tambo, que queda en Arequipa, pero eso no sería problema.

De modo que la condicionalidad puesta por los alcaldes estaría resuelta. Pese a ello, el viernes, luego de una reunión con el Primer Ministro, han expresado reservas, pero puede ser una posición negociadora. Sólo hace falta, en realidad, la decisión política del gobierno, y solo quedaría planificar bien una estrategia policial para prevenir actos de violencia que eventualmente pudieran ocurrir, pese a que el grupo contrario es cada vez menor y que la oposición al proyecto se ha reducido.

Beneficios

Por lo demás, sería conveniente ir difundiendo los beneficios que traería el proyecto a la zona. Para comenzar, la regalía y el canon se multiplicarían por 10. El canon para la municipalidad distrital de Cocachacra pasaría de 3.4 millones de soles al año a 33 millones de soles.

Esto sin contar el empleo que generaría esta inversión de $1,400 millones de dólares: 9,000 puestos de trabajo en la etapa de construcción y 4,800 empleos permanentes entre directos e indirectos.

Por supuesto, la señal nacional e internacional para el clima de inversión sería extraordinaria. Los fondos de inversión globales están mirando lo que ocurra con Tía María, que se ha convertido en un proyecto icónico. Su lanzamiento sin duda significaría un punto de inflexión, sobre todo si a ello se suma la creación de condiciones institucionales para la inversión minera en otras zonas del país.

La llave

Por lo demás, Tía María es la llave para un paquete de nuevas inversiones de la propia Southern que, de salir, aprobaría invertir en otros proyectos tales como una nueva fundición y refinería en el sur ($1,350 millones de dólares), además de proyectos de otros operadores, como los de Zafranal, la expansión de Toromocho, La Granja, Cañaris, y Apurímac Ferrum, entre otros.

Además, el Perú tiene que aprovechar la incertidumbre que existe en México para la inversión, que podría llevar a la Southern a poner casi todas sus fichas en nuestro país.

Tía María tiene una importancia estratégica para el relanzamiento de la inversión minera en el Perú y para la consolidación del clima de inversión en general. El gobierno tiene la obligación de autorizarla. Y no podría sino beneficiarse de ello. Lampadia




Consolidando la Hermandad del Agua

Consolidando la Hermandad del Agua

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 19 de enero de 2018
Para Correo Ica y Lampadia                                     

Los amargados no creen… pero no importa. Si no reconocen la eliminación de las colas en nuestros hospitales ¿cómo van a aceptar que estamos avanzando en lo del Agua Grande? ¡Imposible! Si no reconocen lo que ven… ¡cómo van a reconocer lo que no ven! Además ¿para qué hacerles caso? Que sigan chillando que no hemos hecho nada. Nada – ni nadie – los va a sacar de sus amarguras… ni de sus cegueras.

Lo importante es avanzar. Los Consejos Regionales de Ica y Huancavelica – ambos por unanimidad – aprobaron hace poco la suscripción del Acuerdo Tripartito entre el Ministerio de Agricultura, el Gobierno Regional de Huancavelica, y el Gobierno Regional de Ica para ejecutar la Iniciativa Privada Cofinanciada (IPC) denominada “Sistema de Afianzamiento Hídrico en los Valles de Ica y Pisco y Áreas Irrigables de las Provincias de Huaytará y Castrovirreyna en Huancavelica”. ¡Tráguense ese sapo… amargados, incrédulos, renegados!

Ahora bien, la “Hermandad del Agua” implica más acciones… aparte de la IPC antes mencionada. Por ejemplo… la conformación del Consejo de Recursos Hídricos del Alto Pampas, y los ríos Tambo, Santiago e Ica. Asimismo… la conformación de los Consejos de las demás cuencas compartidas con Huancavelica. La “Hermandad del Agua” implica – también – la constitución de la Mancomunidad Regional Huancavelica – Ica (MANRHI) para que sea la unidad ejecutora de los proyectos de Siembra y Cosecha de Agua que estamos haciendo en las partes altas de todas nuestras cuencas comunes.

El Proyecto Especial Tambo Ccaracocha (PETACC) es ahora un proyecto birregional, y forma parte de la MANRHI. Es increíble cómo una simple medida administrativa puede mejorar tanto el ambiente para el diálogo entre dos pueblos hermanos. ¿Por qué nos demoramos tanto en establecer un diálogo basado en el respeto, equidad, justicia, y sostenibilidad… con Huancavelica? La verdad… no se sabe. Pero lo que sí se sabe es que nuestro diálogo con Huancavelica atraviesa por su mejor momento de los últimos 70 años.

Todo lo anterior: la IPC, los acuerdos de los Consejos Regionales, el Consejo de Recursos Hídricos, la MANRHI, el PETACC birregional, el diálogo con Huancavelica, los proyectos de Siembra y Cosecha de Agua… todo es real y avanza viento en popa.

Más bien, lo que falta – para redondear la faena – es el dispositivo que determine el Pago por Servicios Ecosistémicos. ¿Qué es eso? Pues una tarifa mínima que todos los usuarios de agua de las partes bajas de nuestras cuencas – agricultores, ciudadanos, comerciantes, industriales… – debemos pagar para ejecutar de manera continua y permanente los proyectos de afianzamiento hídrico. Básicamente, para construir reservorios y para plantar bosques en las partes altas de nuestras cuencas… a perpetuidad.

El mecanismo ha sido diseñado por el Ministerio del Ambiente, y tanto Ica como Huancavelica estamos de acuerdo. Realmente, sería una gran cosa que la Región Ica – desde Chincha hasta Nasca – dé el ejemplo a todo el país, respecto a cómo se debe hermanar la Costa con la Sierra.

Esa es – pues – la “Hermandad del Agua” que algunos amargados no quieren ver. Una relación entre pueblos que comparten – de manera natural – una misma cuenca. Es decir, un territorio cuyas aguas confluyen todas a un mismo río, lago o mar.

¿Quién inventó las fronteras territoriales entre Ica y Huancavelica? Ciertamente fueron los conquistadores españoles, pero ¿quién exactamente? ¡Sabe Dios! Sin embargo, es evidente que quien haya inventado la frontera entre Ica y Huancavelica fue un ignorante redomado en materia de manejo de cuencas hidrográficas.

Para eso – precisamente – es la “Hermandad del Agua”. Para reparar el error histórico de los que inventaron – ignorantemente – la demarcación territorial en nuestro país. Algo así como una herramienta integradora para que todos los peruanos tengamos agua. Agua para todos… todo el año. Agua para los de arriba y agua para los de abajo. Pero sobre todo… agua en los estiajes. Lampadia