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Las aplicaciones de seguimiento de contactos

Las aplicaciones de seguimiento de contactos

Entre las medidas que se encuentran implementando los gobiernos para la rápida detección de los casos de contagio de coronavirus destaca el lanzamiento de las denominadas “aplicaciones de seguimiento de contactos”.

Si bien han demostrado ser útiles para aislar los casos sospechosos – contribuyendo a aplanar las curvas de contagio – en países como Corea del Sur o China, hay ciertos factores que deben tomar en cuenta los hacedores de política antes de lanzarse a masificarlos en las poblaciones de sus países.

Un reciente artículo publicado por The Economist incide en varios de ellos, haciendo énfasis en las implicancias que tales aplicaciones tienen sobre la privacidad de los datos personales y el limitado uso que tiene en zonas con baja cobertura. Asimismo, muestra cómo su aún prematuro desarrollo podría inducir tanto al error como a reducir el aislamiento social, justamente algo que debe evitarse en la pandemia.

Es fundamental que el gobierno tome nota de estas advertencias, ajuste a la luz de ellas el actual aplicativo que lanzó en abril, a través de la PCM, que identificaba las zonas de riesgo por contagio e informe a la ciudadanía de los posibles riesgos que conllevarían su uso. Como concluye acertadamente The Economist “En una pandemia, la experimentación con nuevas respuestas de salud pública, como la vigilancia masiva, debe hacerse con cuidado, en caso de que posteriormente resulte tener efectos secundarios desagradables.” Lampadia

Escapando del encierro
No confíes en las aplicaciones de seguimiento de contactos

Los gobiernos están poniendo sus esperanzas en una tecnología que podría resultar ineficaz y peligrosa

The Economist
16 de mayo, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Todo sucede más rápido en una crisis. Frente al covid-19, los fabricantes de vacunas están cortando tantas esquinas como pueden de forma segura. Los medicamentos antivirales se están apresurando en ensayos clínicos. Aun así, pasarán meses hasta que haya algo disponible. Con 297,000 personas registradas muertas, la espera es agonizante. Pero la precaución es crucial. La historia de la medicina está llena de tratamientos prometedores que, cuando se probaron, no funcionaron o incluso causaron daños.

Muchos gobiernos esperan que la salvación pueda llegar antes, con aplicaciones de rastreo de contactos en teléfonos inteligentes, incluso mientras se disputa el control de Apple y Google sobre la tecnología. Estas aplicaciones se pueden usar para automatizar el difícil proceso de localizar personas que han estado en contacto con las personas diagnosticadas con covid-19, que es vital para controlar el virus. Países desde Bahrein y Bulgaria hasta Indonesia e Islandia han desarrollado tales aplicaciones.

Son una idea atractiva. Sin embargo, las aplicaciones de rastreo de contactos también son una invención médica no probada que se introducirá sin el tipo de garantías a las que están sujetos los nuevos medicamentos. La información inexacta puede inducir a error a los funcionarios de salud y a los ciudadanos de maneras que pueden ser tan dañinas como cualquier droga fallida. Los gobiernos deben proceder con cuidado.

La cobertura es una complicación. Los epidemiólogos consideran que las aplicaciones podrían ser útiles si alrededor del 60% de las personas las usan. Sin embargo, incluso en Europa, donde la adopción es más alta, solo el 76% de las personas tienen suscripciones de Internet móvil. Ese número es menor entre los ancianos, los más vulnerables al covid-19. Una encuesta reciente sugirió que menos de la mitad de los estadounidenses usaría una aplicación de rastreo de contactos.

La precisión también es un problema. Dichas aplicaciones están diseñadas para escuchar los teléfonos móviles cercanos, registrando un contacto si otro dispositivo se acerca lo suficiente. Sin embargo, la intensidad de las señales de radio utilizadas para hacer esto se ve afectada por todo tipo de cosas además de la distancia. Los cuerpos humanos impiden la transmisión, por ejemplo, lo que significa que un teléfono en un bolsillo se comportará de manera diferente a uno en una mano.

Eso podría dificultar la calibración del sistema, y un error tendría consecuencias. Demasiado sensible y corre el riesgo de un diluvio de “falsos positivos”: contactos considerados cercanos y significativos que en realidad eran distantes e irrelevantes. Demasiado indulgente, y los casos genuinos de transmisión viral pasarán desapercibidos.

Además, las aplicaciones mismas pueden cambiar el comportamiento. Una aplicación demasiado tranquilizadora podría alentar a las personas a salir antes de que sea segura. La privacidad debe sopesarse con la transparencia, por razones médicas, así como por la libertad civil. Corea del Sur publica resúmenes detallados de casos descubiertos por sus rastreadores de contactos. Un salto reciente en los casos se relacionó con un hombre que visitó clubes nocturnos gay. La corriente resultante de invectiva homofóbica podría disuadir a otros de cooperar con las autoridades, electrónicamente o de otra manera.

Los esfuerzos de algunos gobiernos, incluidos los de Gran Bretaña, Francia y Alemania, se han visto complicados por Apple y Google, que entre ellos dominan casi todos los teléfonos inteligentes del planeta. Las empresas han hecho de la privacidad una prioridad, ya que consideran que los usuarios serán anónimos y la información se almacenará principalmente en dispositivos en lugar de cargarse en repositorios centrales. Eso ha enfurecido a muchos funcionarios. La centralización ofrece ventajas, dicen. Y en cualquier caso, ¿por qué los codificadores en Silicon Valley anulan las decisiones tomadas por expertos médicos y funcionarios electos?

Como regla general, los gobiernos tienen razón al preocuparse por el poder inexplicable de los gigantes tecnológicos. En este caso, sin embargo, el enfoque cauteloso de Google y Apple es sensato. En una pandemia, la experimentación con nuevas respuestas de salud pública, como la vigilancia masiva, debe hacerse con cuidado, en caso de que posteriormente resulte tener efectos secundarios desagradables. Con el software de alta tecnología, la precaución es tan valiosa como lo es con las píldoras y las pociones. Lampadia