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Amenazas a la inversión en el aire

Amenazas a la inversión en el aire

Claudia Navas
Analista de riesgos para Perú de la consultora Control Risks
Para Lampadia

Los inversionistas necesitan claridad por parte del gobierno del Presidente Pedro Castillo. El daño que hizo el ex primer ministro Guido Bellido a la confianza inversionista está hecho y sus amenazas permanecen en el aire, sobre todo por el rehúso de Castillo a contradecirlas de manera tajante. La confianza inversionista no solo se lastimó con las amenazas de Bellido a proyectos de importancia nacional, como la de nacionalizar el proyecto gasífero de Camisea si el consorcio se negaba a renegociar las utilidades del proyecto a favor del estado (cuando aún ni siquiera el consorcio había manifestado su posición frente a la propuesta de renegociar). También por su tono amenazante a la institucionalidad, a la estabilidad política y a las bases democráticas del Perú.

Si bien el 6 de octubre la administración de Castillo marcó un giro con la salida de Bellido y el cambio de figuras radicales de su gabinete por unas más moderadas, son necesarias medidas más contundentes para enmendar la confianza inversionista. Es necesario que Castillo plantee una hoja de ruta clara sobre cómo implementará su plan de gobierno, o manifestar si es que su gobierno cambiará de rumbo para adoptar políticas más moderadas pero que se desarrollarán en el marco de la agenda social ambiciosa (tal como fue el tono de su campaña). En la definición de esta hoja de ruta, debe también demostrarse un nuevo tipo de liderazgo por parte de Castillo, en el que se evidencie que él da la pauta sobre las políticas de gobierno y que ningún miembro del gabinete operará como una rueda suelta.

También Castillo deberá demostrar su capacidad de dialogar con líderes de las diferentes fuerzas del espectro político (incluyendo la oposición), así como también con el sector empresarial y con organizaciones de la sociedad civil. Al generar unos consensos mínimos sobre los pilares de su gobierno, Castillo podría esquivar los obstáculos que le ponga el Congreso, y generar los cambios sociales que el país necesita. Esto les permitiría a los inversionistas tomar decisiones con más certeza y a los empresarios alinearse de mejor manera con las apuestas sociales y económicas que el gobierno trace.

El anuncio de la nueva primera ministra Mirtha Vásquez sobre su invitación a las principales fuerzas políticas del Congreso a dialogar sobre la agenda de gobierno en materia de educación, salud y reducción de la pobreza podría ser una primera señal en esta dirección. No obstante, hay pocas razones para ser optimistas teniendo en cuenta el alto nivel de fragmentación política del Legislativo y la débil cohesión ideológica y programática. Es entonces probable que las relaciones entre el Ejecutivo y Legislativo se sigan enmarcando en una lucha de poder, donde los momentos de inestabilidad política se sigan perpetuando. Mientras tanto habrá una ciudadanía a la espera y crecientemente desesperada porque el sistema político dé respuesta a sus necesidades.

Algunos inversionistas adversos al riesgo, probablemente continuarán temerosos de apostarle al Perú en medio de la incertidumbre y volatilidad política y a la falta de una hoja de ruta clara ante un gobierno que no ha perdido su tono populista. No obstante, si Castillo quiere pasar a la historia como el líder de origen popular que logró que Perú dé saltos cualitativos en reducir las brechas políticas, sociales y económicas del país, es necesario que se disipe de manera pronta y contundente la amenazas a la inversión que permanecen en el aire luego de estos primeros tres meses de gobierno.

Claudia Navas es politóloga, Máster en Estudios Internacionales de Paz, con amplia experiencia en análisis de los riesgos políticos, regulatorios, sociales y de seguridad que puedan afectar las grandes inversiones en Perú. Asesoró a la Presidencia de Colombia con la formulación de políticas para la implementación del acuerdo de paz entre el gobierno y la ex guerrilla de las FARC.

Lampadia




Lecciones para impulsar la inversión pública

Lecciones para impulsar la inversión pública

La inversión pública se ha tornado un componente importante en los planes de reactivación de los gobiernos para paliar los efectos de la pandemia.  Sin embargo, a diferencia de otros componentes del gasto como el consumo o la inversión privada, la inversión pública cuenta con varias particularidades que hacen que su impulso a veces no logre los cometidos deseados, redundando por ejemplo en infraestructuras de uso público no necesaria dadas las brechas y potencialidades del país, ineficiencia reflejada en excesivos sobrecostos o corrupción. Todo ello, sin considerar la lenta ejecución en todos los niveles de gobierno que en nuestro país supone un problema histórico y estructural que atrasa su cierre de brechas sociales y de infraestructura.

En un reciente artículo de The Economist que compartimos líneas abajo, el popular medio británico recomienda, a la luz de las buenas prácticas internacionales, un par de políticas que permitirían reducir estos errores en la implementación de la inversión pública.

SI bien recientemente, el Perú ha cumplido nominalmente con una de ellas, que es la selección de una cartera de inversiones de alto impacto en la productividad y competitividad en el corto plazo, que además toma en cuenta las externalidades positivas y potencialidades en las regiones que interviene – el Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad – la ejecución de esta cartera ha sido mínima – sería del 3.3%, desde que se estipuló en el 2019, según el Consejo Privado de Competitividad. Si bien la pandemia ralentizó sobremanera los procesos de adjudicación de por lo menos 21 obras (de un total de 52), sí hay razones para pensar que el gobierno no está poniendo el suficiente impulso al respecto pues varios megaproyectos en ejecución de esta cartera se encuentran paralizados.  Tal es el caso de Chavimochic III y Majes Siguas II, por ejemplo, ambas APP que se encuentran trabadas desde hace más de 4 años y cuya contribución sobrepasa los S/. 3,000 millones, para no mencionar los múltiples casos de retrasos mayúsculos y sobrecostos de la mayoría de obras previas al anuncio del último plan.

Y ello está atado a la segunda recomendación de The Economist, que creemos que el Estado peruano no logra entender todavía, que es la de aprovechar la participación del sector empresarial e impulsar las APP y otro modelos de cofinanciamiento privado, que al ser mejor administrados y de mayor envergadura, tienen mejores prospectos en el logro de los objetivos de cierre de brechas y generación de empleo.

Saludamos que en esta coyuntura económica tan difícil en nuestro país la inversión pública pareciera que por fin ha cambiado su tendencia y ha empezado a reportar tasas de crecimiento positivas interanuales en los meses de octubre (6.6%), noviembre (28.4%) y diciembre (36.8%), después de estar en rojo casi todo el año. Sin embargo, si el gobierno de transición quiere realmente generar el mayor crecimiento en el menor tiempo posible, debe concentrar sus esfuerzos en destrabar los grandes megaproyectos de infraestructuras como los anteriormente mencionados y también los mineros como Tía María y Conga, pues su mismo alcance y articulación con otros sectores productivos podrían generar un quiebre positivo en la economía peruana que es lo que necesitamos a gritos este año, tras todo lo perdido en el 2020. Lampadia

Inversión pública
Cómo conseguir la infraestructura adecuada

Todos los países quieren construir más puentes, carreteras y redes de energía renovable. No será fácil

The Economist
2 de enero, 2021
Traducida y comentada por Lampadia

En 1916, Cincinnati decidió construir un nuevo y magnífico sistema de metro. Después de décadas de errores, fue abandonado en 1948, y hoy hay dos millas de túneles debajo de la ciudad que nunca se han utilizado. Ese cuento con moraleja sigue siendo relevante. Los políticos de todo el mundo están pidiendo más gasto en infraestructura. Sin embargo, pocas industrias tienen un historial peor de llegar a tiempo y dentro del presupuesto. Para que el auge incipiente produzca mejores resultados, los gobiernos y las empresas deben aprender a adoptar las mejores prácticas de todo el mundo.

La mayoría de los países han promulgado planes de estímulo a corto plazo para hacer frente a la pandemia. El 27 de diciembre, el presidente Donald Trump firmó un proyecto de ley de gastos de 900,000 millones de dólares. Pero también hay ganas de darse un atracón de infraestructura. Joe Biden quiere gastar US$ 2 trillones en carreteras, redes eléctricas y ferrocarriles, y espera obtener el apoyo de ambos partidos para sus planes. La Unión Europea acaba de aprobar un presupuesto de 1.8 trillones de euros (2.2 trillones de dólares), una parte del cual es para inversiones digitales y energéticas.

El enamoramiento de la nueva infraestructura es comprensible. La inversión pública y privada se han estancado en un 3-4% del PBI en todo el mundo. Eso es muy poco para mantener activos viejos en los países desarrollados (un tercio de los puentes estadounidenses están chirriantes) o para proporcionar suficiente agua limpia y electricidad en el mundo emergente. Las bajas tasas de interés significan que el financiamiento es barato y muchos economistas piensan que la recuperación de la inversión en infraestructura es atractiva. Mientras tanto, el cambio climático y la digitalización de la economía están creando una gran demanda de conectividad y sistemas de energía renovable, incluidas las redes 5G.

En la práctica, sin embargo, el historial de la infraestructura está tan lleno de baches como una autopista de Mumbai. Los sobrecostos a menudo superan el 25%. Dos tercios de los casos de soborno extranjero involucran acuerdos de infraestructura. China gasta más que nadie, pero quizás la mitad de sus inversiones han destruido el valor económico. India tuvo un auge en la década de 2000 que terminó en un fango de deudas. Incluso Alemania lucha por hacerlo bien. Todo esto refleja algunos problemas subyacentes profundos. La mayoría de los proyectos tienen un horizonte temporal más allá del de los políticos y los votantes. A menudo son únicos en su clase: China solo tiene Tres Gargantas para represar, no seis. Y los beneficios económicos completos creados por una carretera, por ejemplo, no son capturados por la organización que la paga.

Sin embargo, la amarga experiencia sugiere al menos dos lecciones universales. En primer lugar, los gobiernos deben seleccionar proyectos de manera sistemática creando una lista única y eligiendo aquellos con mayor rentabilidad. Esta evaluación debe tener en cuenta las externalidades, incluido el impacto en las emisiones de carbono, y los retrasos, que son una gran fuente de sobrecostos. Y debe ser realizado por organismos que sean independientes de aquellos que construyen y administran activos. A menudo, los proyectos seleccionados no serán los nuevos y relucientes templos en los que a los políticos les gustan sus nombres, sino humildes reparaciones y mantenimiento.

La segunda lección es aprovechar el sector privado. No solo es una fuente de capital —los fondos de infraestructura global tienen más de US$ 200,000 millones esperando ser desplegados— sino que los proyectos con inversionistas privados también tienden a administrarse mejor. Eso significa desarrollar contratos estandarizados y reguladores independientes que protejan a los contribuyentes, pero también brinden a los inversionistas una certeza razonable de un rendimiento adecuado.

Ambas lecciones pueden parecer obvias. Algunos lugares, como Chile y Noruega, tienen la infraestructura adecuada. Pero más de la mitad de los países encuestados por el FMI no mantienen una cartera nacional de proyectos. Y en la mayoría de los casos, el registro es asombrosamente errático. EEUU está derrochando 5G pero tiene aeropuertos miserables y muy poca energía renovable. Europa tiene aeropuertos y parques eólicos brillantes, pero está en la edad de piedra con el 5G. La infraestructura es una de las últimas industrias locales que quedan donde todavía se pueden obtener ganancias fáciles copiando a otras en todo el mundo. Si compara la inversión pública en más de 100 países, la adopción de las mejores prácticas podría hacer que el gasto sea un 33% más eficiente. El premio es enorme. No espere un metro en Cincinnati. Lampadia




¿Cómo perciben los peruanos al sector empresarial?

¿Cómo perciben los peruanos al sector empresarial?

MÁS MITOS QUE REALIDADES

La Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), dirigida en el Perú por Luis Bustamante Belaunde, presentó el pasado 23 de julio un evento muy importante sobre la percepción del sector empresarial por parte de los peruanos. La ponencia estuvo a cargo de Rolando Arellano Cueva y contó con los comentarios de Patricia Teullet y de Luis Salazar.

Arellano explicó cómo, muchas veces, las percepciones pueden diferir o alterar la realidad. Este es el caso en cuanto a la imagen del sector empresarial.

Como se puede ver en el video que presentamos líneas abajo, se ve al sector empresarial como egoísta y alejado de la consecución del bienestar general. Sin embargo, por ejemplo, durante la pandemia el sector empresarial peruano ha generado aportes y contribuciones graciosas que representan un esfuerzo 4.2 veces más grande que el desplegado por las empresas de EEUU.

En la siguiente lámina se ve el reconocimiento del mayor aportante, el BCP, y de muchos otros grupos empresariales.

En cuanto al sector minero, tan menospreciado en la política y en los medios, la población reconoce, ocho de cada diez peruanos, que “la minería formal es el motor económico que necesita la reactivación”.

La responsabilidad de esta situación, se debe en buena medida, al silencio de las empresas y analistas de la economía de mercado, que no han sabido contrarrestar la bulla mediática y política, que ha desfigurado la realidad.

Ver presentación: https://youtu.be/8xUPkeZ_jsQ

El panel también hizo importantes aportes que pueden verse en el siguiente link: https://youtu.be/1pqfGro2GhU




Un llamado a la acción a las empresas peruanas

Un llamado a la acción a las empresas peruanas

PhD. Remy Michael Balarezo Nuñez, Universidad de Piura – UDEP PhD. Ivan Montiel, Baruch College, City University of New York
Para Lampadia

El Covid-19 llegó al país abruptamente haciendo que el Gobierno tome medidas drásticas, pero necesarias, que han sacudido nuestra economía y sociedad. Por un lado, el impacto en nuestra sociedad y en la salud pública es muy significativo, con un número de contagiados de 4,342 y un total de 121 muertos (cifras que crecen día a día) a fecha 8 de abril del 2020. El daño económico por otro lado, está siendo también muy significativo, con un 55% del PBI paralizado y con alta probabilidad que más de un millón de personas pierdan sus trabajos.

Nuestro país no es ajeno a eventos disruptivos y que han puesto a prueba al Gobierno, a las empresas y a la sociedad. En los últimos 40 años hemos pasado por una guerra contra el terrorismo, hiperinflación, shock económico, fenómeno del Niño de 1998, terremoto de Pisco del 2007 y hace apenas tres años el Niño Costero. Hoy nos enfrentamos a un nuevo gran reto de la sociedad actual, el Covid-19. Hemos decidido llamarlo un gran reto, ya que los profesores George, Howard-Greville, Joshi y Tihanyi (2016:1880) definen este tipo de retos como “formulaciones de problemas globales que pueden ser solucionados mediante el esfuerzo coordinado y colaborativo”. Claramente, en cada uno de los eventos anteriores que ha afrontado nuestro país y en el Covid-19 en estos momentos, la manera de solucionarlos es como indican los profesores citados, a pesar si la “solución potencial” (en el caso de Covid-19, una vacuna) existiera. Dado que somos profesores e investigadores en gestión de empresas escribimos este artículo para hacer un llamado a las empresas peruanas a la acción rápida.

Desde el día que se planteó el aislamiento obligatorio empezaron las primeras reacciones por parte de las empresas peruanas y gremios industriales. Algunas de estas acciones han liderado la respuesta para ayudar a limitar el impacto negativo del Covid-19. Por ejemplo, las principales acciones han sido reunir importantes sumas de dinero para poder adquirir y donar al Gobierno respiradores, material sanitario y pruebas, o donación de productos propios o alimentos a las poblaciones más vulnerables. Por otro lado, y en menor medida, organizaciones que han puesto a disposición de los ministerios y el Gobierno sus capacidades y recursos para reparar instrumentos médicos, producir mascarillas, desarrollar APPs informativos, repatriar – albergar peruanos del exterior, etc. y empresas que han decidido mantener la planilla y el pago de sus colaboradores a pesar de la cuarentena obligatoria.

El primer tipo de acciones, y las más comunes en nuestro país en situaciones similares, las podemos clasificar como filantrópicas. La extrema pobreza y desigualdad que convive dentro de las grandes ciudades del país y la cultura solidaria que tenemos por aspectos religiosos – familiares hace que los directivos y trabajadores de las empresas realicen este tipo de acciones. El segundo tipo de acciones, menos comunes en nuestro país en situaciones similares, las podemos clasificar como innovación rápida responsable (Gutierrez, Castillo y Montiel, 2020). Nuestra posición es llamar a la acción a las empresas peruanas en desarrollar innovaciones rápidas responsables ante situaciones como el Covid-19. Creemos que, si bien la filantropía es una acción de responsabilidad social loable, la consideramos deficiente al momento de enfrentar grandes retos. Por eso nuestro llamado a que las empresas peruanas evolucionen hacia una responsabilidad social “5.0”, mediante la innovación rápida responsable. Importante también será el no tomar acciones simbólicas o relaciones públicas, intentando aparentar que se ayuda a paliar Covid-19 pero sin realmente contribuir sustancialmente a solucionar la crisis, en un fenómeno que se empieza a denominar “coronawashing”. Aquellas empresas las cuales los ciudadanos descubran a posteriori este comportamiento simbólico y engañoso, pagarán un precio bien caro. No solamente eso, sino que tal comportamiento es del todo irresponsable.

A continuación, damos ideas de acciones que pueden realizar las empresas peruanas ante el

Covid-19 o futuras situaciones similares.

1. Promover prácticas que protejan a todos los grupos de interés (stakeholders).

Este tipo de prácticas debe generar un beneficio social a todos los grupos de interés. Acá las empresas deben evitar quedar atrapadas en la visión financiera, sino más bien capturar los diversos intereses de los grupos de interés teniendo una visión sostenible de largo plazo (Kaplan, 2020; Barney, 2020). En el Perú algunas empresas han llevado este tipo de prácticas ni bien se impuso el aislamiento obligatorio. Por ejemplo, distintas cadenas de hoteles nacionales e internacionales pusieron su infraestructura a disposición del Gobierno para recibir a peruanos repatriados del exterior como también para albergar a trabajadores de la sanidad y de las fuerzas armadas. Por otro lado, algunos fundos agroexportadores ubicados en localidades de bajos recursos al interior del país pusieron a disposición sus maquinarias e insumos a los municipios con la finalidad de poder desinfectar las calles y lugares públicos.

Finalmente, pequeños empresarios (bodegueros) de los distritos emergentes, han decidido ir contratando por día a distintos trabajadores de la zona – cuadra. De esta manera un día le dan trabajo a su vecino, al día siguiente al hermano del vecino, luego al otro vecino y así con la finalidad de que puedan llevar un ingreso diario a la familia.

2. Innovar rápido y responsablemente.

Nos referimos a cambios rápidos que generan beneficio social, como desarrollar productos- servicios distintos a los ordinarios, desplegar los recursos y capacidades actuales de la empresa para nuevas actividades o desarrollar nuevas formas organizativas. En el Perú, los pequeños textileros del cluster de Gamarra han empezado a fabricar una mascarilla especial hecha con tela de anti-fluido y que son reutilizables y a coste muy bajo con la finalidad de evitar contagios entre la población. Por otro lado, algunas universidades privadas, concretamente en las facultades de ingeniería, han empezado a reparar y fabricar respiradores mecánicos que son escasos en el sistema de salud de nuestro país y que son claves para evitar muertes de Covid-19. También tenemos constancia de lavanderías que han puesto sus servicios a disposición y están innovando y creando nuevos protocolos sanitarios en sus procesos para poder lavar material sanitario si se les pide.

Finalmente, una empresa del sector construcción con la iniciación del trabajo remoto en casa y la implementación de reuniones virtuales (Zoom, Microsoft Teams, etc.) ha hecho que ya no se realicen visitas a subsidiarias y/o proyectos al interior del país y en la región. Su CEO ha decidido este año eliminar los viajes, generando un ahorro de aproximadamente USD 150K y con ese dinero poder mantener puestos de trabajo y sueldos durante la cuarentena obligatoria.

3. Colaborar de manera ágil con todos los grupos de interés (stakeholders).

Finalmente, el trabajo colaborativo y coordinado entre el Gobierno, ONGs, Ministerios, Fuerzas Armadas, Policía, Organismos Internacionales, etc. Este tipo de prácticas han sido difíciles de encontrar en nuestro país. Como ejemplo, la Marina de Guerra del Perú en su buque insignia está potabilizando (desanalizando el agua de mar) y de manera conjunta con SEDAPAL y las Municipalidades está haciendo llegar esa agua potable a 40 asentamientos humanos. Por otro lado, para evitar que los estudiantes de los colegios públicos pierdan clases, el Ministerio de Educación de manera conjunta con el medio de comunicación público han empezado a transmitir las clases en la T.V y radio.

Cada una de estas acciones tiene matices que las asemejan al concepto de innovación rápida responsable y que debe desarrollarse en el muy corto plazo con la finalidad de proteger la sociedad y salvar vidas (Gutiérrez et al., 2020). Creemos que las empresas privadas tienen mayor capacidad y recursos que otros tipos de organizaciones para detectar áreas de necesidad luego de un desastre, aprovechar oportunidades de respuesta y reconfigurar sus recursos de manera rápida para solucionar los problemas (Ballesteros, Useem y Wry, 2017) y son más eficientes cuando se deben desarrollar soluciones novedosas para enfrentar problemas sociales y mejorar el bien social (Luo y Kaul, 2018). Estudios recientes muestran que empresas que han invertido en capacidades de innovación y relación con sus stakeholders durante una crisis, como la crisis financiera del 2008, han sido capaces de mantener su competitividad luego de terminada la crisis (Flammer y Ioannou, 2018; Wenzel, Stanske y Lieberman, 2020)

Por tal motivo, este artículo es un llamado a las empresas peruanas a la acción inmediata, pero no desde una acción filantrópica ni mucho menos simbólica coronawashing. En vez, el sector empresarial debe volcarse en explorar vías para la innovación rápida responsable que permitan a las empresas cooperar con sus grupos de interés de manera ágil, coordinar y crear valor social para paliar la pandemia y/o cualquier otro gran reto. Lampadia

Referencias

Ballesteros, L., Useem, M., & Wry, T. (2017). Masters of disasters? An empirical analysis of how societies benefit from corporate disaster aid. Academy of Management Journal, 60(5), 1682-1708.

Barney, J. B. (2020). Measuring performance in a way that is consistent with strategic management theory. Academy of Management Discoveries, 6: 5–7 (https://journals.aom.org/doi/10.5465/amd.2018.0219).

Flammer, C., & Ioannou, I. (2018). To save or to invest? Strategic management during the financial crisis. Strategic Management during the Financial Crisis (October 28, 2018)Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=2621247 or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.2621247.

George, G., Howard-Grenville, J., Joshi, A., & Tihanyi, L. (2016). Understanding and tackling societal grand challenges through management research. Academy of Management Journal, 59(6), 1880-1895.

Leopoldo Gutierrez-Gutierrez, Ana Castillo, & Ivan Montiel (2020), “Companies vs. Coronavirus: A Call for Rapid Responsible Innovation” (https://one.aom.org/covid-19-insights- from-business-sustainability-scholars)

Luo, J., & Kaul, A. (2019). Private action in public interest: The comparative governance of social issues. Strategic Management Journal, 40(4), 476-502.

Kaplan,  S.  L.  (2020).  Beyond  the  business  case  for  social  responsibility.  Academy  of Management Discoveries, 6: 1–4 (https://journals.aom.org/doi/10.5465/amd.2018.0220).

Wenzel M, Stanske S, Lieberman MB. Strategic responses to crisis. Strat Mgmt J. 2020;41:V7– V18. https://doi.org/10.1002/smj.3161




Gobierno fomenta ambiente anti empresa

“Hemos sido gobernados por empresarios corruptos”.
Primer Ministro Salvador del Solar
Conferencia: “El país que soñamos, las reformas políticas indispensables”
Cusco
Ver en Lampadia: Salvador del Solar…. ¿premier, o candidato?

Una barbaridad, que solo en un país adormecido pasa sin llamar a escándalo. Este aserto no solo es falso, también es insidioso y desestabilizador.

La verdad es que la ola de corrupción devenida en llamarse Lava Jato, es de origen político y fundamentalmente de destino político.

El origen está en el diseño de penetración política diseñado por Lula de Silva en Brasil, que usó a empresas corruptas como los brazos ejecutores de su interferencia política en varios países de la región. En el caso del Perú, el apoyo a la campaña de Ollanta Humala, fue ordenado específicamente por Lula. Lo mismo se ha evidenciado con respecto a Susana Villarán, de la que Barata afirmó que tenía la línea política que hacía conveniente se la apoyara.

Por otro lado, es muy claro que la corrupción hizo carne en los más altos niveles de la política peruana, empezando por varios ex presidentes de la República, gobernadores y alcaldes.

Entonces, ¿a qué llama la pésima declaración del premier?

Evidentemente a seguir abonando ese espacio hostil al sector empresarial que ha tomado cuerpo en la política y los medios de comunicación.

Más allá de que pueda haber empresas que hayan caído en la corrupción, no pueden hacerse generalizaciones, y menos calificar la naturaleza del quehacer empresarial como corrupta. El Perú necesita de sus empresas, las peruanas y las extranjeras, las pequeñas y las grandes, para dinamizar los circuitos de inversión, fuente primordial del crecimiento económico, que a su vez permite luchar contra la pobreza y la desigualdad.

El futuro del país pasa por la suerte del sector privado, del mundo empresarial. Redondeando cifras se puede decir que las medidas del país son: 90 -90 -90.

  • 90% del empleo es generado por el sector privado
  • 90% de la inversión la hace el sector privado
  • 90% de los recursos fiscales provienen del sector privado

Entonces ¿de qué futuro estamos hablando cuando se tiene una visión estatista del país? ¿De qué se trata cuando se chanca al sector empresarial, incluso con mentiras?

Es urgente revalorar, potenciar y dinamizar el sector empresarial. Los peruanos tenemos que crear riqueza en la mayor proporción y rapidez posible. Tenemos tareas que no podemos descuidar, como cerrar las brechas económicas y sociales en educación, salud, infraestructuras y tecnología, que todavía nos lastran y que nos ponen en una notoria desventaja para ser parte del mundo de la ‘cuarta revolución industrial’, y cuidar que nuestros ciudadanos más pobres no vayan a quedar eternamente en los arrabales de la globalización.

Exijamos a nuestros funcionarios públicos más responsabilidad y consecuencia con los importantes roles que les hemos encomendado. Lampadia




¿Planificación Fiscal Minera?

¿Planificación Fiscal Minera?

Carlos Gálvez
Ex Presidente de la SNMPE
Para Lampadia

Cuando se exporta productos minerales, sean refinados o en concentrados, se tiene una clara identificación de los contenidos metálicos exportados, al igual que de los contenidos no valorados e impurezas penalizables.

Fuente: LabPeru

Es importante explicar a quienes no sepan que, tanto compradores como vendedores, reconocen claramente el origen de los concentrados por los contenidos típicos de estas substancias, identificando sin duda cuando se ha efectuado mezcla  de materiales de distintos orígenes o minas.  Esto prácticamente es un ADN inconfundible y probablemente solo alguien que no sabe nada de la actividad minera, puede afirmar que no sabe cuánto cobre, oro, plata u otros contenidos  se están exportando en un lote de concentrados y de qué mina provienen.

Cuando se produce y se comercializa un concentrado  de mineral, se hace un análisis exhaustivo y al 100% de todos los contenidos que, clasificamos en tres categorías:

  1. Contenidos metálicos de interés y valor comercial, tales como;  oro, plata, cobre, zinc  u otros que, se denominan “contenidos pagables”.
  2. Contenidos sin valor comercial que no se han podido eliminar en el proceso de concentración y ocupan volumen y peso, tales como; hierro, azufre, sílice, calcio, insolubles, etc.  y que mientras no excedan ciertos rangos de contenido,  no se penalizan.
  3. Contenidos no deseados, tales como; arsénico, bismuto, manganeso, mercurio, entre otros y que se penalizan.

Las fundiciones y refinerías no están dispuestas a recibir ni a tratar concentrados que tengan contenidos no deseados, sea porque exceden los límites máximos permisibles por razones ambientales o porque afectan a sus instalaciones de fundición y refinación.

Resulta lamentable que se afirme,  no solo sin conocimiento ni sustento alguno, pero manejando incoherente y tendenciosamente conceptos de “subvaluación de precios”, de “flujos financieros ilícitos”, “planificación fiscal”, tanto como “que el cobre se exporta también mezclado con otros productos” y consecuentemente “¿cuál es la participación del cobre?, pues al tratarse de grandes cargamentos, solo se estima que oscila entre el 20 y el 30% del total”.

Quien afirmó lo anterior, no solo no sabe de muestreos sistemáticos  y estadística, sino que para cubrirse apela a nombres como “CEPAL”, sin decir que la publicación  indica que “las opiniones expresadas en el documento que no ha sido sometido a revisión editorial, son de exclusiva  responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la organización”, independientemente de los errores metodológicos reconocidos por los propios autores del estudio.

“Cristal de Mira” tampoco dice que ha copiado algunos párrafos fuera de contexto, referidos en conjunto a Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú, sin resaltar que,  en Perú, a diferencia de los demás países, hay una correlación perfecta entre las declaraciones de contenidos exportados y la realidad.  Este no es el caso de Bolivia y Colombia, donde la exportación de oro de contrabando proveniente de la extracción ilegal de minerales del Perú, distorsiona la información del conjunto.

Es sabido que una buena mentira debe tener algo de verdad y como el objetivo del artículo de “Cristal de Mira” (de hace una semana), es desprestigiar a un sector empresarial, le es suficiente publicar algo que suene “creíble” aunque no lo pueda demostrar.

Teniendo claro que los contenidos son plenamente analizados e identificados por  el vendedor, el comprador, fiscalizados por la SUNAT (aduanas) y todos respaldados por laboratorios de prestigio internacional que, en este proceso compiten entre ellos y que, ante discrepancias, están sujetos a otro laboratorio dirimente, este aspecto del artículo queda desvirtuado.

Respecto al precio, los contratos comerciales de concentrados establecen un “periodo de cotizaciones”, que no es otra cosa que la identificación del lapso de tiempo (normalmente el mes siguiente u otro, a la entrega del material), durante el que se tomará la cotización internacional que es pública y se registra día tras día.  Por lo tanto queda desvirtuada la falta de  claridad en el precio.  De paso, hablar de “país socio” para robar al fisco es imposible, pues las reglas  en el Perú son claras y de aplicación rígida para impedir “precios de transferencia” de un país a otro, entre empresas relacionadas y más aún a “paraísos fiscales”.

No puedo terminar esta nota sin resaltar que el sector minero hace grandes inversiones locales e importación de equipo, con el objeto de crear fuentes de riqueza y renta desde la puesta en producción, momento a partir del cual paga todos los impuestos calculados sobre dicha renta; regalías, impuesto especial  al sector minero (IEM) e impuesto a la renta, que según el mencionado libro de “CEPAL” asciende al 44% de la renta en el Perú. Lampadia




El gran potencial de la pesca acuícola

La pesca es una actividad productiva muy significativa para el Perú y un sector importante de exportación. Por el momento, sin embargo, no explotamos todo nuestro potencial. Mientras que en el mundo el 50% de la pesca es extractiva y el resto acuícola, en el Perú tenemos 98% de pesca extractiva y sólo 2% acuícola.

El clima estable durante la mayor parte del año y la diversidad de cuerpos de agua continentales proveen condiciones óptimas para el desarrollo de la actividad acuícola. Con cerca de 2,500 kilómetros de costa, la fría corriente de Humboldt es el hogar de una gran diversidad de especies de peces, moluscos, crustáceos, equinodermos y algas. Además de las aguas saladas, tenemos otro frente con importante potencial productivo en los ríos de la selva y las cochas de la sierra.

El Grupo Hochschild ya exporta paiche al mercado europeo

Fuente: Diario Gestión

Los mares del mundo ya están muy estresados por los volúmenes de pesca extractiva y se espera que la acuicultura pueda seguir creciendo en proporción del total de la pesca para que la humanidad aproveche la excelente calidad de la proteínas ictiológicas.

Acuicultura de Huaura (Acuahuaura), empresa del Grupo Redondos, que se dedica al cultivo Super intensivo de Tilapia

La acuicultura, después de estar décadas como entenada del sector pesquero proyecta convertirse en uno de los nuevos motores de nuestro crecimiento económico. Según el Viceministro de Pesca y Acuicultura, Juan Carlos Requejo, “con la reciente (fines del 2015) aprobación de inversiones acuícolas por más de S/. 92 millones y la ampliación de la frontera acuícola para nuevas inversiones en casi 25,000 hectáreas, en los próximos cinco años podríamos tener un crecimiento lo suficientemente importante como para aportar el 15% del PBI”.

http://oceana.org/sites/default/files/styles/blog_node/public/shutterstock_250338043.jpg?itok=gcGbRH76

El Perú es el primer exportador de harina y aceite de pescado en el mundo. Se trata de productos que se distribuyen a más de 100 países en los cinco continentes, entre los que destacan China, Alemania, Japón y Chile. Uno de sus principales aplicaciones es justamente la base de alimentación en los desarrollos de acuicultura.

Entre los años 2003 y 2014 el valor de las exportaciones pesqueras se incrementó en 165%,  alcanzando los 2,724 millones de dólares; de los cuales el 62% correspondió a productos para el segmento de CHI (consumo humano indirecto) y el 38% restante al segmento de CHD (consumo humano directo). Ver en Lampadia: Sembrando peces para cultivar oportunidades.

El enfoque del gobierno actual para el manejo del sector pesquero no ha sido el más feliz. En Lampadia lo hemos criticado con mucha fuerza. Ver: Graves fallas del ordenamiento pesquero y Más sobre el ordenamiento pesquero.

El gran potencial de la pesca acuícola

Sin embargo, ahora, así como criticamos al Ministro de la Producción Piero Ghezzi por lo indicado líneas arriba, hoy debemos celebrar su compromiso con el desarrollo de la acuicultura. Con el fin de impulsarla, creó una Mesa Ejecutiva Sectorial Acuícola de la mano con el sector empresarial, la cual rápidamente identificó 24 barreras tales como el elevado riesgo sanitario, sistema de trazabilidad débil y poco confiable e informalidad, entre otros. Ver más información sobre las reformas y logros de esta mesa en la sección Documentos de Lampadia:  Mesa Ejecutiva Sectorial Acuícola.

Fuente: Ministerio de la Producción

Para abordar estas barreras, se organizaron reuniones descentralizadas y plenarias. Por ejemplo, en Piura, se ha conformado el grupo de trabajo de Sechura que viene abordando el ordenamiento, los problemas ambientales y sanitarios de la bahía, para temas de la concha de abanico.

Según Ghezzi, el SANIPES (Organismo Nacional de Sanidad Pesquera), creado en este gobierno, permitirá la apertura de mercados al sector pesquero. Esto se debe a que este realizará un trabajo similar al del SENASA  con las  agroexportaciones, que apoya en el ingreso de nuestros productos a diversos mercados globales. Confirmando el incipiente desarrollo de la acuicultura en el Perú, Piero Ghezzi afirmó: “Mientras que en el mundo el 50% de la exportación pesquera es por la actividad acuícola, en el Perú solo llegamos a 1.5%, el resto es por la actividad extractiva”.

La multiplicación de los peces puede haber sido un milagro hace dos mil años, pero hoy día sabemos que está a nuestro alcance cotidiano, se llama acuicultura. Por fin estamos empezando a aprovechar esta gran oportunidad que representa una magnífica contribución a las necesidades de alimentación de calidad de la humanidad. Lampadia




Las IDEAS y sus consecuencias

Las IDEAS y sus consecuencias

Arnold C. Harberger, University of Chicago

Presentación en la Reunión de the Mont Pelerin Society en Lima, Perú, marzo 2015

 

Traducido, glosado y comentado por Lampadia

El Profesor Arnold Harberger, de 90 años de edad, uno de los pocos sobrevivientes de esa generación de economistas de la Universidad de Chicago que formaron a muchos jóvenes economistas de la región desde los años 60, compartió en el Perú una lección magistral de economía llena de sentido común en la que también aprovechó para desmitificar el prejuicio sobre los llamados “Chicago Boys”.

Efectivamente, los Chicago Boys no fueron los soldados de Pinochet, que impusieron reformas neoliberales a sangre y fuego. Más bien fueron profesionales comprometidos con sus países y que, sin lugar a dudas, fueron los responsables de la recuperación de América Latina de las nefastas políticas Cepalinas y de la Getulio Vargas, que solo trajeron estancamiento económico, empobrecimiento y una cultura de resentimiento. Esta última actuó como una suerte de lluvia ácida que desde los años 60 quemó las neuronas de gente muy valiosa. No solo perdimos treinta años de desarrollo, también perdimos casi una generación completa de los mejor de nuestra clase profesional y académica.

Nadie puede negar que la región es hoy día otro planeta. Por eso el Profesor Harberger afirma sentirse orgulloso de los economistas que transformaron eventualmente Chile, Panamá, Uruguay, Argentina y México. Reconociendo también los aportes de otras escuelas en Brasil y Perú.

La presentación de Harberger tiene dos partes importantes. Una primera donde explica la naturaleza de las enseñanzas de la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago, y una segunda donde abunda, con ejemplos sencillos, sobre las relaciones entre las buenas ideas y sus consecuencias.

Uno de los mayores problemas de aprendizaje de los pueblos, sobre las políticas públicas, es que casi nunca se hacen y comunican las relaciones causa-efecto entre las políticas y los resultados. Esta es una falla de los políticos, que de repente no las entienden, pero sobre todo de los economistas, que suelen ser pésimos comunicadores.

Por ejemplo, en el caso del Perú, pasamos de treinta años de estancamiento, empobrecimiento, falta de inversión y crecimiento; a veinte años inversión, crecimiento, disminución acelerada de la pobreza y la desigualdad y recuperación de la confianza de los ciudadanos en el futuro. Pero, ninguno de los gobiernos que navegaron sobre este proceso espectacular, supo, trató y/o logró comunicar a los ciudadanos el antes y después, el origen y el destino, la causa y el efecto de uno de los procesos de cambio más espectaculares de la historia económica mundial: “La Gran Recuperación de la Economía Peruana desde 1993”.

Por esta razón es que creemos de vital importancia aprovechar la extraordinaria presentación del Profesor Harberger para divulgar algunas lecciones que nuestros líderes locales no supieron aportar. A continuación presentamos una traducción libre de la presentación del gran Profesor de Economía de la Universidad de Chicago en Lima:

Me han asociado a la gran ola liberalizadora y de reformas que ocurrió en América Latina mayormente en los años 70. Esa asociación ha sido exagerada, pero existe en cierta medida.

Para referirse a esta época siempre se cita a los llamados Chicago Boys. Esa etiqueta vino de Chile, donde había más Chicago Boys que en otras partes. Peroellos también fueron importantes en Uruguay (80s), Argentina (90s), México (70s), y Panamá (60s).

Pero quiero enfatizar, que las buenas ideas sobre economía, no pertenecían solo a los Chicago Boys de la región. Entre muchos otros teníamos a Hernán Büchi, Jorge Cauas, y José Piñera en Chile, Alejandro Vegh Villegas en Uruguay, Domingo Cavallo en Argentina, Pedro Aspe en México, Roberto Campos en Brasil y Hernando de Soto y Carlos Boloña en Perú.

También quiero reconocer reformistas fuera de Chicago. Tanto ellos como sus alumnos, también fueron determinantes en la económicamente complicada Latinoamérica. Algunos nombres importantes:

Los Premios Nobel: Gary Becker, Bob Fogel, Milton Friedman, James Heckman, Bob Lucas, Bob Mundell, Theodore Schultz, Larry Sjaastad y George Stigler.

No es posible que un grupo de estudiantes, expuestos a las enseñanzas de estos Profesores durante un tiempo importante, se pierdan una gran educación económica.

Déjenme elaborar un poco sobre las ideas económicas de la Escuela de Chicago de ese entonces y hasta ahora:

Seguro se sorprenderán cuando les aseguro que durante mi tiempo en el Departamento de Economía de la Universidad de Chicago, nunca he presenciado prédicas o enseñanzas de naturaleza ideológica. Milton Friedman me enseñó sobre la oferta y la demanda y sobre cómo funcionaban los mercados de bienes, de capital y de trabajo.Capitalism and Freedom” y“Free to Choose”, no estaban en su lista de lecturas. Si figuraban: Notas sobre la teoría de precios y su “Monetary History”de EEUU.

No había el más mínimo sesgo político en el Departamento de Chicago. Friedman estaba orgullosos de señalar de que de los tres más importantes departamentos de economía, el de Chicago estaba dividido a medias entre republicanos y demócratas, mientras los demás (Harvard y MIT) eran tremendamente demócratas.

¿Cómo podemos medir los costos y beneficios de nuevas políticas y reformas, cuando se insertan en un mundo lleno de distorsiones?

Felizmente, la economía tiene las herramientas para lidiar con estas situaciones, y estas son exactamente las herramientas que nos dicen que una economía ampliamente competitiva y el libre mercado a nivel global, producen los mejores resultados.

Si hubiera una solo lección que fuera el objetivo de mi enseñanza de economía, sería el tratar de dar a mis estudiantes las guías sobre como pilotear el bote de políticas, no solo en las aguas calmadas de un estado ideal de cosas, sino también, y mayormente, en medio de las aguas turbulentas que nos presenta la realidad.

Así es como los estudiantes que lideraron las reformas en Chile, Panamá, México, Uruguay y Argentina llevaron con ellos el gran mensaje de sus profesores de Chicago, así como algunos consejos sobre el arte de pilotear los botes en aguas movidas. He seguido su trabajo durante medio siglo y debo admitir que me siento inmensamente orgulloso de lo que han logrado. Definitivamente, mi rol ha sido el de un profesor en el aula y el de un cheerleader mientras ellos ponían en práctica sus reformas. Y puedo decir más o menos lo mismo por mis colegas de Chicago.

Las malas ideas tienen malas consecuencias. Miremos los siguientes casos:

  • Allende en Chile
  • Isabelita Perón en Argentina
  • Alan García (en su primer gobierno) en Perú
  • Chávez y Maduro in Venezuela

Pero a veces hay cosas que nos sorprenden, como Argentina conNéstor Kirchner y Cristina Fernández.

No conozco una sola genuinamente buena política o reforma hecha durante su gobierno. Más bien todos sabemos de los malos pasos que dieron. Sin embargo, hasta hace poco, continuaba el crecimiento económico a un ritmo sorprendente. (Aunque los datos de los últimos años sean sospechosos).

La mejor explicación del crecimiento durante los Kirchner-Fernández es que:

  • Heredaron un muy buen paquete de políticas de los años anteriores
  • Se beneficiaron de excelentes precios de sus principales exportaciones

Lección: Las malas políticas se puede escapar de las malas consecuencias con mucha suerte [y por algún tiempo].

La siguiente lección:

Las consecuencias de las buenas políticas se encuentran en niveles, no en tasas de crecimiento.

Si liberalizamos las barreras arancelarias y hacemos la economía X por ciento más eficiente, seguirá siendo más eficiente mientras que esa política se mantenga. Puede volverse más eficiente rápidamente o gradualmente, según se adapte la economía.

Si buscas el efecto en el ritmo de crecimiento, te puedes decepcionar. Si aprecias el efecto en el nivel de producción, podrás estar satisfecho.

Mientras continuo con este tema de ideas y sus consecuencias tengo que mencionar que en mi mente hay un paso intermedio entre las ideas y sus consecuencias. Ese paso se refiere a las políticas económicas y alas otras acciones de gobierno. Veamos:

El crecimiento se produce por muchas causas:

El incremento en la cantidad de trabajo

El incremento en la calidad del trabajo

El incremento de la inversión

Por la tasa de retorno de la inversión

Y lo más importante de todo, por reducciones reales de costos, como:

  • Una mayor eficiencia económica
  • Avances tecnológicos
  • Mayor productividad (Productividad Total de Factores – PTF)

Estas fuerzas trabajan separada e individualmente. No sobre toda la economía, pero si pueden trabajar sobre:

  • Un sector
  • Una industria
  • Una empresa productiva
  • Una rama de una empresa

Los efectos de la mayoría de cambios de política, prácticamente se pierden entre las miles de deferentes fuerzas que afectan una economía en un momento determinado.

(…) Los beneficios de una reducción de aranceles vienen del re-direccionamiento de recursos que salen de actividades ineficientes, protegidas por la sustitución de importaciones, hacia exportaciones económicamente eficientes que reflejan las ventajas comparativas de un país.

Una reforma masiva con un efecto importante en las importaciones y exportaciones del país, incrementa la eficiencia económica, pero su beneficio no es inmediato, se da gradualmente, mientras los recursos se expulsan de las actividades protegidas artificialmente y se canalizan hacia actividades de exportación eficientes.

Si una reforma de este tipo, produce un efecto limitado en el crecimiento, puedes estar seguro que otras típicas reformas más pequeñas, tendrán efectos que serán muy difíciles de detectar y separar de las miles de fuerzas que afectan el crecimiento de un país.

Mi última lección:

Cuando trates de medir el efecto de los cambios de política, deja de mirar la tasa de crecimiento, mira, en cambio, las mediciones directas de los efectos de la reforma. Por ejemplo:

  • Para una reducción de un arancel, mide el incremento de la importación de los ítems liberalizados.
  • Para inversiones en educación, mide la tasa de retorno a través de los ingresos marginales de los graduados de la educación secundaria versus losde primaria, o de los graduados de la universidad versus los de la secundaria.
  • Para inversiones en una autopista, mide el ahorro en los tiempos de viaje.

Las historias de crecimiento que mencionamos al principio son incitantes y la gente  tiende a hacer generalizaciones de ellas. Seguir este camino es muy traicionero:

Los cambios de política tienen efectos grandes y visibles, solo cuando se hace un importante paquete de reformas, empezando de una situación inicial, tremendamente distorsionada.

Para mostrarles lo que implico por una situación tremendamente distorsionada, recordemos la que tenía Chile a principios de 1973:

  • 13 tipos de cambio distintos, desde 25 Escudos a 1,325 Escudos por dólar.
  • Control de precios sobre 3,000 productos.
  • Mercados negros para la mayoría de ellos.
  • Los precios de los mercados negros eran 5, 6, y 7 veces los de los precios oficiales.

Con semejante punto de partida y con muchas buenas reformas aplicadas al mismo tiempo, uno podía esperar una acumulación de beneficios suficientemente grande como para producir resultados medibles y notorios sobre el crecimiento.

En la mayoría de los casos, sin embargo, las reformas que se aplican son mucho más pequeñas que las de Chile. Sus beneficios deben pensarse como cambios en el nivel de la eficiencia económica, y deben ser valorados y apreciados como tales.

Si en estos casos, usted pretende encontrar grandes resultados, se decepcionará en la mayoría de las veces.

Mi invocación es que busquen resultados realistas como producto de las buenas reformas políticas. Cuando lo hagan así, examinando en detalle los efectos de políticas individuales, podrán confirmar las lecciones del buen manejo económico.




La Economía de Mercado y el Sector Empresarial

La Economía de Mercado y el Sector Empresarial

Durante el año pasado el sector empresarial ha sufrido una serie de problemas, coronados con la falsa imputación de haber urdido la llamada “Ley Pulpín”, que han debilitado su performance y su imagen.

Ya antes de la aludida ley, las empresas peruanas han debido enfrentar el frenazo de la economía producido por la combinación de: la disminución de las exportaciones tradicionales; las trabas a los proyectos de inversión minera y energética que debieron concretarse hace rato; las dificultades de la tramitología y burocracia estatal que ha ido asfixiando paulatinamente todo tipo de inversión; la corrupción; la inseguridad ciudadana; el contagio de la destructiva politiquería de gobierno y oposición y; la pérdida de confianza, labrada a pulso por la debilidad del liderazgo nacional que incluye a la desprestigiada clase política y al mundo académico, gremial y mediático.

También ha ido calando en la imagen del sector empresarial, la constante prédica anti inversión. Algunos ejemplos: varios comentaristas radiales, (como en Radio Capital, para no hablar de las radios de provincias), repiten permanentemente que la multiplicación de los centros comerciales y las tarjetas de crédito son una maldición; la entrevistadora de El Comercio, Mariella Balbi, considera que los trabajos de los jóvenes en el sector de retail no son suficientemente dignos; un ex ministro de comercio, como Fernando Villarán que afirma: “La juventud no necesita más leyes inspiradas en la ideología del ´libre mercado´ que fomentan el capitalismo salvaje; ideología que está en retirada en muchos países por sus desastrosas consecuencias” (La República, 24 de diciembre 2014); en el mismo diario, Humberto Campodónico, escribe sobre las “grietas del modelo”, insinuando que la suspensión del crecimiento sería producto de haber mantenido las políticas económicas de los gobiernos anteriores, cuando desde el 2011, ha sido precisamente, este gobierno, el que ha debilitado el proceso de inversión y ha deteriorado nuestro clima institucional. Ciudadanos por el Cambio, fundadores del FRENAIZ (Frente Amplio de Izquierdas) acusa al Presidente de la República de haber traicionado su programa de la “Gran Transformación”, al que renunció expresamente para poder acceder al gobierno con la alternativa “Hoja de Ruta”.

A esto hay que sumar los efectos políticos y de imagen generados alrededor de la Ley Pulpín. Una tímida ley que va en la dirección correcta de flexibilizar nuestro sistema laboral, uno de los más rígidos del planeta, que tiene en la crisis europea un nítido ejemplo de su inconveniencia, especialmente para los jóvenes que en España alcanzan un 55% de desempleo, 25% en Francia, etc.

Lo curioso es que la oposición a esta ley, empezó con las movilizaciones de los jóvenes políticos que serían parte de Ciudadanos por el Cambio, como Jorge Rodríguez Ríos de la Coordinadora Juvenil por un Trabajo Digno (CJTD), quién confiesa que: “se están uniendo diversas luchas en una causa mayor”. Lo que está detrás de su protesta, señala, es “un cuestionamiento mayor al modelo. (…) Lo más importante en términos ideológicos y políticos, hay un avance en el cuestionamiento hacia el modelo” (La República, 4 de enero 2015). Esta pequeña llama, ha logrado arrastrar a la propia oposición que aprobó la ley en el Congreso, aprovechando las reacciones populistas acrecentadas en los medios, que, sin lugar a dudas, lograron ya contagiar las varias frustraciones de los jóvenes hacia una protesta oportunista y más amplia.

Es cierto que el gobierno tubo graves fallas de difusión y comunicación alrededor de esta medida. También es cierto que el sector empresarial, que calificó la ley como conveniente, permitió que le clavaran la autoría de la norma, sin haber sabido desmarcarse oportunamente. Esto ha afectado la imagen del sector, especialmente de las empresas más grandes, en un contexto de debilitamiento de CONFIEP con la salida de Adex y falta de desarrollo de las Fedecam, las agrupaciones empresariales de las regiones, que debieron asumir un importante liderazgo en el debate nacional.

Toda este desorden y vacíos, ad portas de una año electoral, exige una mayor presencia del sector empresarial y una vocación programática que asuma un mayor liderazgo y comunique una visión positiva de futuro. El sector empresarial no tiene por qué asumir los pasivos de un lustro sin lustre.

Las posibilidades de desarrollo integral, duradero y sostenible del Perú, son casi infinitas. Los peruanos, especialmente los jóvenes que ya renunciaron a emigrar del país, tienen muy claro que quieren una nación que logre transformar su potencial de desarrollo en oportunidades efectivas de vidas plenas que no tengan nada que envidiar a la de nuestros vecinos, o las de los mejores países emergentes.

Solo necesitamos mejor liderazgo. Empecemos recomponiendo la confianza en el sector empresarial, abocándonos a las propuestas de mejora que el país espera, poniendo encima de la mesa el gran menú de bienestar general que está al alcance de la mano de los peruanos. Lampadia




“No sé si Dilma es consciente del embudo histórico en el que estamos”

“No sé si Dilma es consciente del embudo histórico en el que estamos”

Entrevista a Fernando Henrique Cardoso. Expresidente de Brasil

Por Antonio Jiménez Barca/Carla Jiménez

(El País, 02 de Diciembre del 2014)

El expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso (Río de Janeiro, 1931) asiste como expectante espectador privilegiado al, según él, embudo histórico en el que se encuentra actualmente Brasil, a un mes de que Dilma Rousseff, del Partido de las Trabajadores (PT), comience su segundo mandato, sacudido por las crecientes acusaciones de corrupción que minan Petrobras, paralizado desde el punto de vista económico y con un nuevo ministro de Economía que prevé ajustes y ahorro para el año que viene. Fue uno de los fundadores del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), comandado por el senador Aécio Neves, perdedor por poco en las últimas elecciones. Para el sociólogo, diplomático y exministro de Hacienda, el origen último de todos estos problemas se encuentra en la fragmentación política que vive el país, con un congreso triturado en más de veinte partidos. Elegante, distinguido, amable y atento, recibe a EL PAÍS en el instituto de estudios sociales que lleva su nombre, una tarde de explosiva tormenta primaveral en São Paulo.

El nombramiento del nuevo ministro de Economía, Joaquim Levy preconiza un viraje económico de la presidenta. ¿Qué le parece?

Hay que entender el porqué de este cambio. La situación está muy difícil. Hubo casi una ruptura entre el Gobierno y los sectores empresariales. Ahora, Rousseff trata de recomponerlo, aunque los empresarios no se lo creen. Por otra parte, habrá que ver si el nuevo ministro disfruta de voz y de poder. El momento impone, sí o sí, algunas medidas de contención del gasto.

No hay alternativa…

No; La economía empezó a descarrilar hace mucho tiempo. La respuesta del Gobierno durante la crisis internacional fue la correcta. En aquel entonces era importante ampliar el crédito. Pero eso tiene un límite. Y ya hemos llegado. La mayoría tiene ya demasiadas deudas, así que el consumo ya no es suficiente como motor económico. Y el PIB no crece. Así que hay que hacer algo.

¿El qué?

Diría que nos acercamos a una etapa parecida a la que yo abordé cuando era ministro de Finanzas y todo estaba en desorden. Ahora todo camina también hacia el desorden. Pero hay un nudo político que desatar ¿Tendrá el Gobierno fuerza para poner en marcha esas medidas necesarias? El embrollo político es más delicado que el económico, porque el económico se sabe cómo hay que solucionarlo. Un país con veintitantos partidos en el Congreso y cuarenta ministerios esconde la receta del fracaso. Yo gobernaba básicamente con tres partidos. Los demás no contaban. Los nombramientos se daban en función de una agenda, los puestos claves no estaban en manos de los partidos. Y mi partido, el Partido de la Socialdemocracia Brasileña, no influía tanto como lo hace el PT en Dilma. Yo tenía más libertad para designar.

¿Ve a Rousseff muy presionada?

Mucho. Tiene un partido que exige un conjunto de alianzas con otros partidos muy amplio y no existe un consenso entre todos sobre lo que hay que hacer. Lo que le gusta al PT no es lo mismo que le gusta al PMDB y a los otros.

La misma Rousseff, la noche de las elecciones aludió a la proliferación de fuerzas como motor de avance…

Eso sería así si se dejara influir por los que perdieron. Y eso no se va a dar. ¿Qué pasó con las elecciones? Pues que quedó claro que hay dos Brasiles. Y no son el Brasil pobre y el Brasil rico (A Neves también le votaron los pobres. Nadie tiene 51 millones de votos sin los pobres. Nadie gana São Paulo sin los pobres), sino el Brasil más dependiente del Estado y el más independiente. No sólo los pobres, sino también los ricos, como las empresas que dependen del Gobierno… Muchos no son de derechas ni de izquierda, persiguen acercarse al aparato público para tener ventajas, son clientelistas. Y esos no están en un lado o en otro. Están con quien gane. Ahora, al lado del PT, no porque apoyen al PT, sino porque el PT controla el Estado. Si estuviésemos nosotros, nos apoyarían a nosotros. A Dilma le apoyó la población menos dinámica. Y si el desafío es el crecimiento económico, pues Rousseff depende de los que perdieron. Es una contradicción. ¿Cuál sería la diferencia si hubiera ganado Aécio Neves?. La situación seguiría la misma, mala, difícil, pero habría una diferencia: la esperanza.

Hay quien teme que un sector de los que votaron a Neves se radicalice.

La responsabilidad sería del PT y de Lula, que jugaron a eso de ricos contra pobres, y eso ha despertado ganas a algunos de sentirse muy de derechas y de pedir que vuelvan los militares.

¿Es peligroso ese movimiento?

No, no tienen reflejo en la vida política o parlamentaria. Hacen ruido pero no tienen poder. Aquí, en Brasil, muy pocos se reconocen de derechas.

¿Su partido, el PSDB, dónde se ubica?

Los criterios europeos de derechas e izquierdas no funcionan en Brasil. Cuando formamos el PSDB lo definimos como un partido democrático, con compromisos sociales (reforma agraria, salud, etc) pero que asumiera también que el mercado existe.

¿Esa sería la diferencia con el PT, lo del mercado?

Antes sí, ahora ya no tanto. El PT quiere ocupar el Estado. Y utilizar la palanca pública para impulsar la economía. El PSDB no considera eso tan importante. Prefiere servir de puente entre la sociedad y el Estado. Pero utilizando el esquema básico: No podemos aceptar eso que dice el PT de que ellos son el partido de los pobres y nosotros el de los ricos. Parte de ese estigma procede de que Lula viene de abajo y yo no. El PT salió de la izquierda, pasó por el centro-izquierda y ahora se acerca al centro. El PSDB fue empujado para el centro derecha, pero ahora está volviendo para el centro. ¿Quién creó más becas? Yo. ¿Quién hizo más reforma agraria? Yo. ¿Quién protegió más a los indígenas? Yo. Entonces, ¿por qué se nos llama de derechas? No tiene sentido. ¿Quién benefició más a los bancos? Lula. Lula no es de izquierdas.

¿No?

Nunca lo fue. Él mismo lo ha dicho. Conozco a Lula desde que era líder sindical. Él tenía horror a los partidos, era un líder sindicalista auténtico, independiente, veía el sindicato como su casa, el partido llegaría después. Siempre fue muy favorable a los intereses de la mayoría, como yo y como todos. Él es conservador, no quiebra las instituciones, no es Chávez, no hará nunca lo que hizo Chávez. Lula ni es antiamericano ni anticapitalista.

Así que Brasil nunca será Venezuela.

Nunca

Un empresario brasileño, Ricardo Semler, al respecto del escándalo de Petrobras, mantenía en un artículo reciente que en Brasil siempre se robó, y que ahora se roba menos. ¿Está de acuerdo?

Leí el artículo. No aportaba pruebas. En mi época de presidente puede que hubiera corrupción, de la que yo no me enteré. Pero la diferencia con el Petrobras de hoy es que hoy hay un sistema organizado en el que participan empresarios, directivos, altos cargos y agentes políticos, es una especie de mafia, donde rige la omertá, la ley del silencio, con la bendición del poder. Aunque ahora empezaron a hablar.

¿Cree que Lula y Rousseff lo sabían?

No tengo elementos para afirmarlo. Pero si Dilma Roussef lo supo, trató de frenarlo. Ahora bien, todo esto de Petrobras va a explotar, porque la justicia ya ha entrado, y puede que salgan volando muchos partidos.

¿Cómo va a terminar todo esto?

Va a afectar a políticos. No sé si Dilma tiene noción del embudo histórico que estamos viviendo. Los volúmenes de dinero son enormes. Sólo hay que fijarse en que un arrepentido está dispuesto a devolver 100 millones de dólares… ¿De qué volumen estamos hablando? ¿De mil millones? Este proceso va a ser largo.

Hace unos años se veía en el extranjero a Brasil como el país del futuro. Ahora, con la economía parada y el escándalo de Petrobras, nos da la impresión de vivir en un lugar diferente.

Es que es así. Los que mandaron en este país cuando crecía no supieron hacerlo bien. La semilla estaba ahí. Pero el PT no lo hizo bien porque no quiso. El PT es una organización burocrática que necesita dinero. Y hay mucha gente que obtenía dinero de corruptelas para el partido. Era una especie de visión política, un resabio de otras épocas, por así decir, revolucionarias: de aquello de que todo vale porque es para la revolución. Así, todo vale mientras vaya para el partido. Por otro lado: yo hice ajustes. Pero la renta per capita no cayó. Los hice sin que el pueblo pagara el coste. Ahora será difícil que el pueblo no pague ese ajuste que se avecina. Pero soy optimista. El país tiene instituciones que funcionan. El mismo PT es importante para el país.

Cuando ella fue reelegida dijo que sería la presidenta de Brasil y no del PT.

Fue un paso. Pero el PT es muy complicado. Y nunca se sabe muy bien dónde está Lula. Él no es una persona que tenga convicciones. Es alguien que ve su oportunidad y sabe sacarle provecho. Pero el momento pide convicciones.




¿Tiene el sector privado un rol en mejorar la calidad educativa en América Latina?

¿Tiene el sector privado un rol en mejorar la calidad educativa en América Latina?

Por: Gabriel Sánchez Zinny

(El País, 01 de Agosto del 2014)

En la sociedad del conocimiento en la que vivimos en este siglo XXI, el capital humano es el principal activo de un país, de una empresa, de un individuo. En particular, en economías emergentes es la única forma de pasar a un nuevo estadio de desarrollo, que demanda mayor competitividad y productividad, es aumentar substancialmente los niveles de capital humano.

Sin calidad educativa, como es la situación en América Latina de acuerdo a los indicadores internacionales, y con enormes disparidades educativas según niveles de ingreso, es imposible acumular este capital, tan necesario para continuar con el crecimiento económico de la región y la disminución de la pobreza.

Generar capital humano es una responsabilidad de todos en una sociedad. Dada su profunda importancia, y el hecho de que la educación es un bien público, los Estados nacionales la garantizan, al menos el acceso a la escuela, aunque no logran igualdad calidad para todos. Todos los sectores económicos y sociales de un país deben considerar la educación como una prioridad.

Como dice Harry Patrinos, especialista del Banco Mundial, “en las economías emergentes, en países de bajos ingresos, demasiado se espera de los gobiernos. Estos son proveedores, financiadores, reguladores y también se les pide innovar. Esto no se requiere de los gobiernos en los países de la OECD”.

En particular el sector privado, con y sin fines de lucro, tiene un rol importantísimo que jugar. Por un lado, en general conforma el mayor demandante de recursos humanos en un país, y como tal, tiene un conocimiento particular de qué tipo de habilidades y capacidades el sistema educativo debería proveer. A pesar de eso, todos los estudios muestran una gran desconexión entre la demanda laboral y la oferta educativa. Es necesario que haya mayor diálogo entre gobiernos y el sector privado en lo que a educación se refiere.

El sector empresarial ha comenzado a involucrarse de muy diferentes formas. Por un lado, en las últimas décadas las empresas han aumentado sus presupuestos de responsabilidad social corporativa, con un especial énfasis en educación. Para citar solo un país, en Colombia, según la encuesta más reciente conducida por la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI), la cual entrevistó a trescientos presidentes de distintas compañías, “lograr la educación primaria universal” es la prioridad del más del 40 por ciento de ellos.

La entrada de capital privado en las universidades lanza un debate sobre cómo impacta la salida laboral de los estudiantes y sus niveles de deuda posteriores

A su vez, el sector educativo está atrayendo mucho capital privado, en particular a nivel universitario. Empresas y fondos de inversión como Laureate, Whitney Education, Debry, han invertido más de 1 billón de dólares en comprar y expandir universidades en toda la región, generando algo de controversia en el camino, y lanzando un debate sobre cómo esto impacta en la calidad de la enseñanza, en la salida laboral de los estudiantes y sus niveles de deuda posteriores.

También se observa en la región mayores niveles de inversión social de impacto impulsada por instituciones como el Multilateral Investment Fund, y otros fondos como Acumem, Fundacion Inicia, New Ventures en Mexico, Velum en Colombia, conscientes de que hace falta mayor innovación en el sector educativo y de que emprendedores, con o sin ánimo de lucro, pueden generar una diferencia en iniciativas que pueden luego ser escaladas y masificadas por los gobiernos.

El sector privado está generando también una nueva ola de emprendimientos tecnológicos enfocados en la educación, que pueden ser importantes para servir a una creciente demanda de alumnos que están surgiendo en la región, debido al aumento de la clase media y al tan comentado bono demográfico.

Este aumento del capital privado en los sistemas educativos de América Latina está generando nuevos y viejos debates. Tal vez el primero se refiere a la calidad. Sabemos que los sistemas educativos no están generando calidad, ¿pero la generará el sector privado? A su vez, ¿qué regulaciones hacen falta para fomentar estos nuevos actores, estas innovaciones, pero asegurando igualdad de oportunidades para todos los estudiantes sin importar sus condiciones de ingresos? ¿Cómo lograr evaluaciones sistemáticas de maestros y alumnos, para que todo el sistema cuente con mayor información que le permita elegir mejor a las familias y alumnos?

Sin mayor innovación será muy difícil alcanzar a los países más desarrollados en sus niveles de acumulación de capital humano, y pareciera que el sector privado es el mejor preparado para traer esa innovación al sector, pero no puede hacerse sin un Estado que asegure un acceso a estas nuevas oportunidades para todos los estudiantes de la región.