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El presente virtual

El presente virtual

Mientras todo sucede
Milagros Leiva
Para Lampadia

Acabo de asistir a la graduación de mi sobrino Francesco vía YouTube en vivo. Las autoridades de Toronto daban la bienvenida a todos los alumnos que terminaron sus maestrías y que estaban enlazados a través de la plataforma mientras hablaban en un auditorio cuyos asientos vacíos nos hablaban de la espantosa situación que vivimos por culpa del Covid-19. Ese mismo día también acababa de exponer en un webinar y veía con sorpresa como en el mismo momento 2,500 participantes me escuchaban que hay que creer para crecer. La pandemia nos ha quitado la posibilidad de celebrar en grupo, de conectar nuestras energías en persona, pero la virtualidad nos ha devuelto a todos la enorme oportunidad de seguir creciendo y creyendo en nuestros sueños al margen incluso de los encierros.

No sé qué pasará en los siguientes meses con tantos alumnos que han perdido aprendizaje efectivo por no poder regresar a las aulas. ¿Cómo procesarán los nuevos conceptos sin hacer prácticas guiadas y sin poder intercambiar en persona las dudas y las interrogantes que surgen cuando algo nos sorprende? No lo sé. Creo que hemos perdido mucho en todo este tiempo. Yo creo en el contacto personal, en el apoyo de las miradas. En el festejo físico. ¿Volveremos a ser los mismos?

Sí me queda claro que nada podrá reemplazar un encuentro en vivo y en directo, pero tampoco hay que tener miedo de tomar los riesgos que la virtualidad nos impone. Ser flexibles a los cambios es una de las principales lecciones de este presente. Las reuniones de trabajo vía zoom, por ejemplo, han hecho más efectivo el manejo del tiempo; el trabajo a distancia ha demostrado que muchas cosas se podían hacer sin necesidad de requerir la presencia para echar a andar un proyecto.

Pero es en el campo de la salud donde las cosas se tornan más dramáticas y es en el adiós donde un FaceTime jamás podrá reemplazar el efecto de un abrazo. Durante esta pandemia he vivido uno de los episodios más dolorosos de mi vida. Mi hermana menor murió víctima del Covid-19 y no pude ir a su entierro. Prohibidos los peruanos de ingresar a Europa, tuve que usar las plataformas virtuales para despedirla por última vez. Confieso que sentí impotencia. Habría dado todo lo que tengo por abrazarla, besarla y despedirme. Me habría consolado más sujetando las manos de mis sobrinos, sus hijos. Pero nada pudo ser salvo ver su entierro a través de una pantalla. Muy pronto viajaré a Alemania para visitar su tumba, para rezarle en persona, para decirle cuánto la extraño, para abrazar a mis sobrinos, para recorrer sus calles, sus parques, sus objetos, sus recuerdos más íntimos en persona. Será un viaje duro, pero necesario. Puedes decirle a una persona cuánto lo sientes a través de una llamada o de un mensaje de texto, pero ni una sola palabra tiene el efecto de un abrazo presente en cuerpo y alma. Las palabras sobran cuando dos personas se funden en un abrazo, cuando las miradas se encuentran. Cuando dos almas enlazan sus energías no hay virtualidad que valga. Eso lo sé. Lampadia




Más cuarentenas

Más cuarentenas

Alex Kaiser, de la Fundación para el Progreso de Chile, nos alerta sobre el error de persistir en establecer cuarentenas que hacen mucho daño a la propia salud mental y física de las personas, más allá de los daños económicos.

Compartimos este artículo para llamar la atención al gobierno peruano que ha desarrollado una vocación por políticas oscuras y equívocas para combatir la pandemia.

Cuarentena, salud y libertad

Axel Kaiser
Fundación para el Progreso – Chile
Publicado en El Mercurio, 26.03.2021

Señor Director:

La columna de Cristián Warnken (ayer) toca el aspecto esencial de lo que la tradición liberal clásica ha defendido históricamente, a saber, que es la libertad lo que hace que nuestra vida tenga sentido, entre otras, por las razones que él señala. Vivir aterrados y encerrados, en verdaderas dictaduras sanitarias por el riesgo de contagiarse un virus de letalidad moderada, habla de una disposición alarmante de la ciudadanía y la clase política a sacrificar lo que hace que la vida misma tenga sentido.

Lo cierto es que el virus no afecta a todos por igual y en nada a los niños; por tanto, la mayor parte de la población podría y debería llevar una vida relativamente normal.

Hay cada vez más evidencia de que las cuarentenas causan más daño a la salud mental y física de las personas —sin mencionar la economía— que el mismo virus. Peor aún, cada vez más estudios indican que el contagio del virus no se deja afectar por las cuarentenas de manera sostenible, algo que se refleja en el caso de Nueva Zelandia, considerado modelo de cuarentena el año pasado y que hoy enfrenta un escenario de colapso en su sistema de salud (NZ Herald, 25.03.2021). Algo similar se podría decir de Alemania.

Así las cosas, toda la política de cuarentenas ha sido no solo inútil, sino contraproducente y tremendamente destructiva desde el punto de vista humano. Más voces debieran sumarse a restaurar el sentido común abogando por esquemas de protección focalizada en lugar de una represión generalizada e infundada de nuestras libertades. Lampadia




La respuesta de Suecia al covid 19

La respuesta de Suecia al covid 19

Compartimos un reciente artículo publicado por The Economist en el que se desmitifican varios rumores sobre la estrategia sanitaria de Suecia para enfrentar el coronavirus, en particular aquellos que enarbolan la supuesta exposición hacia el virus que acometió con su población para generar una suerte de “inmunidad de rebaño”, sin emprender acciones concretas como cuarentenas estrictas o la promoción del uso de mascarillas y/o artículos de prevención.

Como se desprende del análisis de The Economist, en contra de esta creencia, la base de la estrategia sueca se centró más bien en desarrollar “la convivencia con el virus”, sopesando cuidadosamente los costos y beneficios económicos y sanitarios, pero además psicológicos de las cuarentenas generales y focalizadas, algo que muy pocos países han considerado al respecto. Cabe destacar por ejemplo cómo el gobierno ha sido muy enfático con el tema de las escuelas, las cuales nunca cerraron pues entendieron no sólo la baja incidencia del covid en los menores de edad, sino también las pérdidas irremediables de largo plazo que se generan en los niños el cortar la educación presencial, algo que se exacerba en países de bajo nivel de desarrollo como el nuestro (ver Lampadia: El cierre de escuelas puede ser devastador, El perjudicial cierre de las escuelas). Otro tema a destacar es el correspondiente al aislamiento de contagiados, acometidos en tiempos cortos pero suficientes para una recuperación certera sin vulnerar la salud mental de las personas. Ello por supuesto acompañado del seguimiento de contactos, algo que en nuestro país nunca se incorporó y que le ha permitido a Suecia, entre otras cosas, amortiguar la aparición de una segunda ola a diferencia de lo que sucede en buena parte de Europa.

Si bien consideramos que la estrategia de Suecia no ha sido del todo exitosa – a diferencia de Corea del Sur, China o Taiwán por ejemplo que han prácticamente parado en seco el contagio y las muertes sin resentir tanto sus economías – sí rescatamos su idea de no persistir en medidas de corte salomónica ya sea a través de encierros totales o de medidas absurdas como la prohibición expresa de no dejar salir a los ancianos a algún espacio recreativo o hacer deporte (ver Lampadia: Cuarentena abusiva), algo que se ha probado que es insostenible para la salud mental de las personas dada la duración que parece tendrá todavía la pandemia. Y muestra además la absurda dicotomía de salud vs economía que mantuvo el gobierno hasta casi el tercer mes de iniciado el brote, lo cual significó la quiebra de miles de empresas y de desempleados en nuestro país. Grave error que no debemos volver a cometer jamás. Lampadia

Tierra de los sin máscara
Las verdaderas lecciones del enfoque sueco del covid-19

Suecia es considerada campeona de la libertad. De hecho, es el hogar del pragmatismo.

The Economist
10 de octubre, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Lo mejor de usar un país pequeño para respaldar su argumento es que es poco probable que sus oponentes sepan lo que realmente está sucediendo allí. Quizás por eso Suecia, con 10.3 millones de habitantes, se ha convertido en un ejemplo muy citado en el debate sobre cómo lidiar con el covid-19. Los suecos amantes de la libertad supuestamente están siguiendo una estrategia de bloqueo liviana sin máscaras que creará inmunidad colectiva sin quebrar la economía. El éxito de Suecia, se dice, es una reprimenda permanente a los aguafiestas de izquierda que aman mandar a la gente y cerrar todo.

Suecia, de hecho, contiene lecciones, pero se trata menos de libertad que de utilizar compensaciones para generar una cohesión social duradera. El país es un modelo extraño para los fanáticos del gobierno pequeño. La última vez que persiguió el individualismo con uñas y dientes rojos, la política social estaba en manos peludas de hombres que iban a trabajar en lanchas. En la actualidad, Suecia es un faro progresista y ocupa el séptimo lugar en la clasificación de gasto social de la OCDE, incluso por delante de Alemania.

Los fanáticos de Suecia tienen razón al señalar que, en la primera fase de la enfermedad, el gobierno tuvo un toque ligero. Aunque prohibió los grupos grandes y emitió muchos consejos de salud, rechazó las cuarentenas generales. Pero ese no fue un enfoque particularmente exitoso. Suecia tiene una tasa de mortalidad de alrededor de 60 por 100,000, diez veces la de Finlandia y Noruega, que sí se encerraron. La libertad de los suecos no perdonó la economía, a pesar de que muchas muertes se produjeron entre personas mayores que ya no trabajaban. La producción solo en el segundo trimestre se contrajo un 8.3%, también peor que en los demás países nórdicos. Una gran cantidad de casos es perjudicial para la economía.

Una réplica es que, a diferencia de Gran Bretaña, Francia y España, Suecia no ha visto una segunda ola. Sin embargo, incluso si se deja de lado el hecho de que los casos en el condado de Estocolmo se cuadriplicaron aproximadamente en septiembre (en términos absolutos, siguen siendo bajos), la nueva estrategia de Suecia para la segunda fase converge con la de Alemania. Contrariamente a algunas afirmaciones, esto no depende de la inmunidad colectiva: Suecia todavía tiene una gran población de personas susceptibles. Más bien, implica pruebas a gran escala y rastreo de contactos para identificar y suprimir los brotes de manera temprana. Esto va acompañado de un mensaje claro y coherente que es sostenible porque da autonomía a las personas. Esos son los componentes básicos de estrategias exitosas contra el covid-19 en todas partes.

La lección de la nueva política sueca no es que sea libertaria, sino que el gobierno sopesa las compensaciones de cada restricción. Por ejemplo, cuando alguien da positivo, toda su familia debe entrar en cuarentena, pero los escolares están exentos porque, según reconoce el gobierno, los beneficios de encerrarlos se ven abrumados por el daño duradero a su educación. Asimismo, la cuarentena dura de cinco a siete días, en comparación con dos semanas en otros lugares. El riesgo de propagar el covid-19 en esa segunda semana es pequeño y se está reduciendo, pero el daño a la salud mental del aislamiento prolongado está aumentando.

Suecia es una sociedad de alta confianza, donde la gente sigue las reglas. Y, sin embargo, su enfoque se basa en la idea de que, como el covid-19 estará aquí durante mucho tiempo, pedir demasiado a la gente reducirá el cumplimiento y, por lo tanto, propagará la enfermedad. Las sociedades de baja confianza pueden necesitar un equilibrio diferente entre coerción y autocontrol, pero también necesitan reglas sostenibles.

¿Y las máscaras? Los fanáticos de Suecia aprovechan las multitudes sin máscaras en Estocolmo como prueba de su libertad. Pero esa no es la base de su política. Los expertos gubernamentales argumentan que la evidencia de que las máscaras ayudan es débil y que sus otras medidas funcionan bien. En esto, Suecia está fuera de sintonía con otros países. Si la enfermedad vuelve allí, es probable que eso cambie. Después de todo, su política se basa en evidencia y pragmatismo, no en principios ciegos. Lampadia




El lado oscuro de la exigencia educativa

La competencia de China con el resto del mundo los ha llevado a establecer exigencias muy altas en la educación escolar. Además, se da a los exámenes, un peso desmedido en la medición de resultados. Esto genera una presión dañina en los estudiantes y en sus padres de familia, distorsionando el sentido correcto de la formación.

Líneas abajo compartimos la reflexión de The Economist sobre este tema en China. Pero equivocado o no, el enfoque y prioridad que China da a la educación, debiera hacernos reflexionar nuevamente sobre el abandono estratégico con el que medramos en un sistema educativo, innecesariamente retrógrado.

En Lampadia hemos propuesto un ‘Pacto Social por la Educación’, pero. Ningún ministro de educación se anima a analizar la propuesta, pues siempre, por más pobreza que genere, parece que es más cómodo mantener el statu quo. Lo mismo pasa con IPAE, que se apresta a desarrollar el CADE por la Educación, y no recoge la propuesta base del CADE Ejecutivos 2017, sobre el ‘Pacto Social’.

El sistema educativo en China es muy diferente del sistema educativo de EEUU. China tiene el sistema educativo más exigente del mundo. El componente más importante del sistema educativo son los exámenes. Debido a la importancia de estos exámenes, tomarlos se consideran uno de los momentos más importantes de la vida de una persona en China. Los resultados de las pruebas son algo que no solo afectará al individuo, sino a toda su familia.

En todos los niveles de la educación de un niño necesitarán tomar exámenes nacionales que determinarán el camino de su educación. Se requieren puntajes altos para que un niño sea elegible para asistir a escuelas altamente calificadas del área. Desde la escuela primaria hasta la secundaria, estos exámenes determinan el futuro de un niño. Las escuelas juzgan a los estudiantes basándose únicamente en los puntajes de sus exámenes.

La importancia dada a estos exámenes ha creado un ambiente de alto estrés para los estudiantes en China, lo que ha resultado en que muchos desarrollen diferentes problemas conductuales y mentales. Un informe que China Daily publicó en 2017 mostró que el examen nacional fue la causa de 79 suicidios de estudiantes de primaria y secundaria el año pasado. El 93% de estos suicidios sucedieron después de discusiones con los profesores o se atribuyeron a la intensa presión del estudiante para estudiar. El informe también citó suicidios de estudiantes consternados por la carga de tareas y puntajes deficientes en las pruebas, así como también por aquellos que reaccionaron al darse cuenta de que las escuelas preferidas no los admitirían.

Existe incertidumbre sobre el futuro para la mayoría de los jóvenes estudiantes en China; incluso después de haber recibido educación adicional, todavía se sienten “perdidos”. Los estudiantes en China están capacitados para ser “máquinas de exámenes” en lugar de saber en qué son buenos y aplicarlo a un campo profesional. El estrés y la preocupación no disminuyen después de que los estudiantes llegan a la universidad. El éxito no es tan simple como una puntuación alta en una prueba.

El sistema educativo tradicional tiene como objetivo calificar un examen para juzgar la capacidad y el valor de un alumno. Sin embargo, la vida no se trata solo de tomar exámenes. Una vida exitosa que los estudiantes están buscando siempre debe coincidir con quiénes son y qué les gusta. Lampadia

Domando a las madres
China hace sonar una alarma sobre sus escolares estresados

Los padres excesivamente exigentes los están volviendo miserables

The Economist
18 de agosto, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Lin Ming, un niño de diez años a quien le faltan dos para acabar la primaria en Beijing, no recuerda la última vez que regresó a casa antes de las 6 pm en un día laborable en el trimestre. Tan pronto como termina las clases, su madre, Yang Mei, lo lleva por toda la ciudad, a clases privadas donde estudia matemáticas avanzadas y gramática de inglés. Yang acepta que “tal vez está estresando demasiado” a su hijo. Pero ella no tiene otra opción. “Alrededor del 90% de los compañeros de clase de mi hijo asisten a clases después del colegio. Es una competencia que no puedo perder”. Cuando el nuevo año académico comience el próximo mes, Yang estima que gastará 3,000 yuanes (US$ 435) al mes en tutores privados para su hijo, aproximadamente una quinta parte del ingreso mensual de su hogar.

A muchos escolares chinos les va bien académicamente. En la última prueba del Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), en 2015, los chinos de 15 años de algunas ciudades obtuvieron mejores resultados en ciencias y matemáticas que sus contrapartes en la mayoría de los países miembros de la OCDE, un club en su mayoría de países ricos. Sin embargo, a los funcionarios chinos les preocupa que los logros de los alumnos puedan exigir un precio mental y físico demasiado elevado. En julio, el Ministerio de Educación publicó su primera “evaluación exhaustiva de calidad” de la educación primaria y secundaria del país. El tono inusualmente crítico del informe de 26 páginas ha estado causando revuelo entre los analistas de China.

Una preocupación que plantea el documento es que los alumnos reciben demasiada tarea. El ministerio reconoce que casi uno de cada diez alumnos en el penúltimo año de primaria pasa más de dos horas solo en tareas todos los días escolares. Incluso antes de que se publicara el informe, algunas autoridades educativas habían intentado aligerar las cargas de trabajo. En marzo, por ejemplo, los profesores de primaria de la ciudad de Hangzhou les dijeron a sus alumnos que dejaran de hacer los deberes a las 9 pm si no podían completarlo antes. Los alumnos de secundaria tenían hasta las 10pm.

Otro problema relacionado es que los alumnos chinos tienen problemas de salud física. Según el informe, casi un quinto de los niños de nueve años y las niñas de 13 años tienen sobrepeso u obesidad. Esto se debe, en parte, a que muchos colegios, a menudo bajo la presión de los padres sobre exigentes, imparten más sesiones de asignaturas básicas como matemáticas y chino de las que exige el Ministerio de Educación y eliminan las clases de educación física. A partir de ahora, sin embargo, las escuelas serán evaluadas no solo en lo bien que los alumnos se desarrollan en las pruebas académicas sino también en su capacidad atlética, en función de su rendimiento en desafíos tales como carreras de 50 metros y saltos largos.

Sin embargo, la crítica más severa del ministerio está reservada para las escuelas y las clases privada de tutoría que sobrecargan a los alumnos al “enseñar por adelantado”, es decir, exigir conocimientos que son demasiado avanzados para un grupo de edad determinado. Zhang Ling, el director del jardín de infantes Ben Jen en Pekín, sospecha que la mayoría de las guarderías de la ciudad utilizan materiales diseñados para el primer o segundo año de la escuela primaria. Eso ya no estará permitido.

En julio, el ministerio ordenó que las guarderías de toda la nación se enfocaran en “diversión y juegos” en el aula. Diversos inspectores serán enviados a finales de este año para hacer cumplir esto. Zhang, que dice que su guardería ya estaba cumpliendo, celebra el mayor escrutinio. Ella dice que ahora puede presentar un documento oficial a los padres que insisten en que sus hijos estén expuestos a una exigencia académica demasiado avanzada.

Para asegurarse de que las clases privadas no ofrezcan cursos “inadecuados”, en febrero el gobierno les ha advertido que deben proporcionar a las autoridades educativas los detalles de los planes de estudios y las listas de sus alumnos, junto con el año en que se encuentran en cada escuela. También deben aceptar inspecciones puntuales.

El ministerio está tomando medidas enérgicas contra los pedagogos deshonestos que se niegan a enseñar material académico en el colegio y fuerzan a los alumnos a asistir a clases nocturnas en los centros de tutorías. Este verano, 31 profesores en la ciudad nororiental de Harbin recibieron un castigo no especificado por hacerlo.

Yang, la madre, dice que las nuevas reglas son bien intencionadas, pero pueden terminar lastimando a la gente de clase media como ella. Esto se debe a que aquellos con bolsillos más grandes siempre pueden contratar tutores a domicilio, que es más difícil de controlar por el gobierno, para enseñarles a sus hijos. Un agente de servicio al cliente de Xue Er Si, una cadena de clases privadas a nivel nacional, dice que las nuevas restricciones significan que los tutores en el aula tendrán que ser más cautelosos sobre lo que enseñan. Pero, sin embargo, tranquiliza a los padres de que el contenido del curso no será aún más difícil que el que se encuentra en los libros de texto escolares.

La represión contra los profesores e instructores demasiado exigentes no aborda la causa raíz del estrés de los alumnos, señala Zeng Xiaodong, del 21st Century Education Research Institute, un grupo de expertos con sede en Beijing. Mientras que la admisión a las escuelas secundarias se base en los resultados del extenuante examen de zhongkao, es probable que los padres exploten todas las opciones para darle una ventaja a sus hijos. Normalmente, solo el 60% superior de zhongkao-takers se asegura un lugar en una escuela académica. El resto se deriva a vocacionales. Una mejor manera de reducir el estrés para los niños pequeños, argumenta Zeng, es desechar los exámenes de ingreso a las escuelas secundarias. El ministerio de educación ha identificado correctamente un problema. Necesita estudiar más arduamente cómo resolverlo. Lampadia




¿Un peligro para el liderazgo global?

Desde el ingreso de Trump a la Casa Blanca, no ha habido un solo día en que no se hayan generado situaciones de alarma por las acciones del propio presidente. Basta ver los programas de CNN, que vienen dedicando más del 50% de su programación a ventilar los sorprendentes desaguisados. La alarma sobre Trump es global y diaria. Veamos algunos elementos que nos ayudan a entender la situación.

Durante su campaña, Trump ha inspirado muchas críticas y la indignación de gran parte de la población, desde cuestiones debatidas en su plataforma, su falta de conocimiento en diversos temas, su lenguaje inflamatorio y su nivel de violencia y agresividad política. Recientemente, en el NYT se publicó una carta abierta firmada por psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales advirtiendo que el estado mental de Donald Trump “lo hace incapaz de servir como presidente en forma segura”.

Los 33 profesionales de la salud mental dijeron que “las palabras y el comportamiento de Trump sugieren una profunda incapacidad para sentir empatía”. Añaden que la tendencia del Presidente a “distorsionar la realidad” para ajustarse a su “mito personal de grandeza” y atacar a los que le desafían era probable que aumentara en una posición de poder.

Por lo general, los psiquiatras no dan opiniones profesionales sobre el estado mental de una figura pública que no han examinado personalmente, según lo dicta un pasaje del código de ética de la Asociación Psiquiátrica Americana conocido como la regla de Goldwater. Pero en la carta al New York Times, los médicos dijeron que habían decidido que era necesario romper el silencio sobre el asunto porque temían que “está demasiado en juego”.

Titular de El País de España lo dice todo: en tan solo un mes, Trump ha logrado crear un caos en EEUU

La cuestionada salud mental del presidente Donald Trump origina un argumento de su invalidez mental para abordar el cargo de presidente del país más poderoso del mundo. La aplicación de la Sección Cuarta de la Vigesimoquinta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, como  lo explica líneas abajo el articulista de El País de España, empieza a ser mencionada.

En Lampadia vimos el desarrollo de Trump y el 30 de junio del 2015 (hace 19 meses), publicamos en el ticker de nuestra web: “Debemos declarar a Donald Trump persona non grata a la humanidad”. El mundo necesita buenos líderes, esperamos una oportuna reacción pueda contener y balancear los impulsos autoritarios de Trump, así como sus pulsiones altaneras y despectivas. O en su defecto, que la institucionalidad democrática de EEUU pueda limitar los daños. En todo caso no se puede tomar ligeramente las amenazas de Trump en el gobierno de EEUU. Lampadia

Psicólogos profesionales advierten sobre Trump

NYT
13 de febrero de 2017

Traducido y glosado por Lampadia

“Al editor:

Charles M. Blow, en su columna en el New York Times del 9 de febrero, describe la necesidad constante de Donald Trump de “machacar a la oposición”. Como profesionales de la salud mental, compartimos la preocupación de Blow.

El silencio de las organizaciones de salud mental del país se debe a un dictado autoimpuesto sobre la evaluación de figuras públicas, conocido como la Regla de Goldwater de 1973, de la Asociación Psiquiátrica Americana. Pero este silencio ha resultado en un fracaso para prestar nuestra experiencia a periodistas preocupados y miembros del Congreso en este momento crítico. Tememos que está en juego demasiado para permanecer en silencio.

El discurso y las acciones de Trump demuestran una incapacidad para tolerar opiniones diferentes de las suyas, lo que le lleva a reacciones de rabia. Sus palabras y conductas sugieren una profunda incapacidad para sentir empatía. Los individuos con estos rasgos, distorsionan la realidad para adaptarla a su estado psicológico, atacando a los hechos y a quienes los transmiten (como por ejemplo, periodistas y científicos).

En un líder poderoso, es probable que estos ataques aumenten, ya que su mito personal de grandeza parece que se confirma. Creemos que la grave inestabilidad emocional indicada por el discurso y las acciones de Trump, lo hace incapaz de servir con seguridad como presidente”.

Lance Dodes

Joseph Schachter

Beverly Hills, Calif.

El Dr. Dodes es un asistente clínico jubilado de psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard. El Dr. Schachter es ex presidente del Comité de Propuestas de Investigación de la International Psychoanalytic Association. La carta también fue firmada por otros 33 psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales.

 

La enmienda 25 y la destitución de Trump

La salud mental del presidente de EE UU es cuestionada por primera vez por connotados expertos

Francisco Martín Moreno
El País de España

16 de Febrero de 2017
Glosado por
Lampadia

La Sección Cuarta de la Vigesimoquinta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos establece que “cuando el vicepresidente y la mayoría de los principales funcionarios de los departamentos ejecutivos o de cualquier otro cuerpo que el Congreso autorizara por ley transmitir al presidente pro tempore del Senado y al presidente de la Cámara de Representantes, su declaración escrita que el presidente está imposibilitado para ejercer los poderes y obligaciones de su cargo, el vicepresidente inmediatamente asumirá los poderes y obligaciones del cargo como presidente en funciones”.

He aquí otra vertiente para la destitución de Trump, esta vez originada en su invalidez mental, a diferencia de Nixon o de Clinton. Todo lo anterior viene al cuento porque renombrados psiquiatras y psicólogos escribieron una carta al New York Times para alertar sobre la “incapacidad para servir como presidente de forma segura”. “Sus discursos y acciones indican que no es capaz de tolerar diferentes puntos de vista, lo que le lleva a tener reacciones de rabia”, expresaron.

La salud mental del presidente Donald Trump es cuestionada por primera vez por connotados expertos en salud mental de Estados Unidos, como las universidades de Boston, la Escuela de Medicina, Harvard, Columbia, Washington, Pennsylvania, entre otras, quienes indican “que el mandatario tiene incapacidad para empatizar con las ideas de otras personas”. Sus discursos y acciones indican su manifiesta imposibilidad de aceptar puntos de vista distintos a los suyos y que dicha intolerancia lo conduce a “distorsionar la realidad para adaptarla a su estado psicológico, así como a atacar a aquellos que ponen en evidencia sus acciones, como a periodistas y científicos”.

Trump distorsiona la realidad cuando afirma que también habría ganado el voto popular si tres millones de inmigrantes ilegales no hubieran votado por la señora Clinton, de la misma manera en que lo hace al confesar que “él y la exsenadora republicana Kelly Ayotte habrían ganado en Nueva Hampshire si no hubieran votado personas que fueron llevadas de otros estados”.

Soy novelista, lo confieso, y tal vez por la misma razón sueño con la aplicación de la Sección Cuarta de la Vigesimoquinta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, misma que, desde luego, no corresponde al mundo de las fantasías. El dispositivo legal ya existe en la realidad, ahora sólo falta que Trump continúe emitiendo pruebas que confirmen sus temerarias patologías. Por lo pronto, creo que el proceso de destitución no vendrá por sus conflictos de salud mental, sino por sus actividades encubiertas con Putin que, día a día, salen a la luz pública. Las instituciones democráticas de Estados Unidos están a prueba…

Lampadia