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El mundo está parado

El mundo está parado

Las medidas de contención frente al avance del coronavirus acometidas por el presente gobierno, a destacar, la cuarentena masiva por 15 días que entró en vigencia el pasado lunes 16 de marzo, son acertadas a la luz de la experiencia de China que parece haber parado en seco el incremento de los casos de contagio. Como comentamos en Lampadia: Podrían morir 125 mil peruanos, si bien los contagios han seguido incrementándose en nuestro país a pesar de la cuarentena, recién a partir de esta semana se podrá ver la efectividad de esta medida dado el tiempo de incubación del virus.

Sin embargo, también es menester señalar que cantar victoria y levantar los estados de emergencia, aún en el gigante asiático, es muy precipitado dada la incertidumbre que puede surgir si se concreta un segundo brote de la enfermedad, no solo producto del contacto que las personas podrían tener con el mundo exterior, sino por el riesgo de que los actualmente recuperados puedan sufrir una recaída (ver Lampadia: La resiliencia de China frente al coronavirus). Esta predisposición de los que ya han sido receptores del virus aún no está comprobada por las investigaciones por lo que aún es una posibilidad latente.

Para ahondar en esta discusión compartimos un reciente artículo de The Economist, que resume un fresco estudio de la prestigiosa universidad Imperial College de Londres que trata sobre la efectividad y los costos de las denominadas políticas de mitigación y supresión, de la cual la cuarentena es parte, implementadas por los países en contra del coronavirus en los últimos días. The Economist destaca además el impacto económico de las medidas tomadas para combatir la pandemia.

“Ha quedado claro que la economía está sufriendo un golpe mucho peor de lo que los analistas esperaban. Los datos de enero y febrero muestran que la producción industrial en China, que se había pronosticado una caída del 3% en comparación con el año anterior, disminuyó un 13,5%. Las ventas minoristas no fueron un 4% más bajas, sino un 20,5%. La inversión en activos fijos, que mide el gasto en cosas como maquinaria e infraestructura, disminuyó un 24%, seis veces más de lo previsto. Eso ha enviado a los pronosticadores económicos al mundo a correr para revisar sus predicciones. Enfrentados a la recesión más brutal en la memoria viva, los gobiernos están estableciendo paquetes de rescate en una escala que excede incluso la crisis financiera de 2007-09”.

Como último punto y probablemente el más importante a destacar del artículo es que los gobiernos deben dar cuenta que las restricciones no pueden ser levantadas permanentemente, ya que, como comentamos al inicio de este artículo, un segundo brote siempre puede ser una posibilidad. Para ello es necesario que se siga haciendo seguimiento en tiempo real de la curva de contagio aun cuando se presume que se haya llegado a un punto de inflexión.

Esperemos que el presente gobierno tome nota de estas recomendaciones por el bien del país de cara a los próximos meses en su batalla con la pandemia del covid-19. Lampadia

Cerrado por el covid-19
Pagando para detener la pandemia

Es probable que la lucha por salvar vidas y la economía presenten opciones agonizantes

The Economist
19 de marzo, 2020
Traducido y comentado por Lampadia

El planeta Tierra se está cerrando. En la lucha por controlar al covid-19, un país tras otro exige que sus ciudadanos eviten a la sociedad. A medida que las economías se tambalean, los gobiernos desesperados están tratando de controlar a las empresas y los consumidores entregando trillones de dólares en ayuda y garantías de préstamos. Nadie puede estar seguro de qué tan bien funcionarán estos rescates.

Pero hay algo peor. Nuevos hallazgos preocupantes sugieren que detener la pandemia podría requerir paradas repetidas. Y, sin embargo, ahora también está claro que tal estrategia condenaría a la economía mundial a un daño grave, tal vez intolerable. Algunas opciones muy difíciles están por venir.

Apenas 12 semanas después de los primeros informes de personas misteriosamente enfermas en Wuhan, en el centro de China, el mundo está comenzando a comprender el verdadero costo humano y económico de la pandemia. Hasta el 18 de marzo, SARS-COV-2, el virus detrás de covid-19, había registrado 134,000 infecciones fuera de China en 155 países y territorios. En solo siete días, eso representa un aumento de casi 90,000 casos y 43 países y territorios. Se cree que el número real de casos es al menos un orden de magnitud mayor.

Asustados, los gobiernos se apresuran a imponer controles que habrían sido inimaginables hace solo unas semanas. Decenas de países, incluidos muchos en África y América Latina, han prohibido a los viajeros los lugares donde abunda el virus. Times Square está desierto, la ciudad de Londres está oscura y en Francia, Italia y España los cafés, bares y restaurantes han cerrado sus puertas. En todas partes, los estadios vacíos hacen eco a las multitudes ausentes.

Ha quedado claro que la economía está sufriendo un golpe mucho peor de lo que los analistas esperaban. Los datos de enero y febrero muestran que la producción industrial en China, que se había pronosticado una caída del 3% en comparación con el año anterior, disminuyó un 13,5%. Las ventas minoristas no fueron un 4% más bajas, sino un 20,5%. La inversión en activos fijos, que mide el gasto en cosas como maquinaria e infraestructura, disminuyó un 24%, seis veces más de lo previsto. Eso ha enviado a los pronosticadores económicos al mundo a correr para revisar sus predicciones. Enfrentados a la recesión más brutal en la memoria viva, los gobiernos están estableciendo paquetes de rescate en una escala que excede incluso la crisis financiera de 2007-09.

Este es el telón de fondo para las elecciones fundamentales sobre cómo manejar la enfermedad. Utilizando un modelo epidemiológico, un grupo del Imperial College de Londres estableció esta semana un marco para ayudar a los responsables políticos a pensar en lo que les espera. Es sombrío.

Un enfoque es la mitigación, “aplanar la curva” para hacer que la pandemia sea menos intensa, por ejemplo, aislando casos y poniendo en cuarentena a los hogares infectados. El otro es suprimirlo con una gama más amplia de medidas, que incluyen encerrar a todos, excepto a aquellos que no pueden trabajar desde casa, y cerrar escuelas y universidades. La mitigación frena la pandemia, la supresión tiene como objetivo detenerla en seco.

Los modelistas descubrieron que, si el virus se extendiera, causaría alrededor de 2.2 millones de muertes en EEUU y 500,000 en Gran Bretaña a fines del verano. Concluyeron que en las economías avanzadas, tres meses de aplanamiento de la curva, incluidas las cuarentenas de hogares infectados durante dos semanas, en el mejor de los casos evitarían solo la mitad de estos. Además, la demanda máxima de cuidados intensivos seguiría siendo ocho veces la capacidad de aumento del Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña, lo que llevaría a muchas más muertes que el modelo no intentó calcular. Si ese patrón se mantiene en otras partes de Europa, incluso sus sistemas de salud con mejores recursos, incluido el de Alemania, se verían abrumados.

No es de extrañar que los gobiernos opten por los controles más estrictos necesarios para suprimir la pandemia. La supresión tiene la ventaja de que ha funcionado en China. El 18 de marzo, Italia agregó 4,207 casos nuevos, mientras que Wuhan no contó ninguno. China ha registrado un total de poco más de 80,000 casos en una población de 1,400 millones de personas. A modo de comparación, el grupo imperial estimó que el virus dejado solo infectaría a más del 80% de la población en Gran Bretaña y EEUU.

Pero es por eso que la supresión tiene un aguijón en la cola. Al mantener las tasas de infección relativamente bajas, deja a muchas personas susceptibles al virus. Y dado que el covid-19 ahora está tan extendido, dentro de los países y en todo el mundo, el modelo del Imperial London College sugiere que las epidemias regresarían a las pocas semanas de que se levantaran las restricciones. Para evitar esto, los países deben suprimir la enfermedad cada vez que reaparece, pasando al menos la mitad de su tiempo encerrado. Este ciclo de encendido y apagado debe repetirse hasta que la enfermedad haya funcionado en la población o haya una vacuna que podría tardar meses, si es que funciona.

Esto es solo un modelo, y los modelos son solo conjeturas educadas basadas en la mejor evidencia. De ahí la importancia de observar a China para ver si la vida allí puede volver a la normalidad sin que la enfermedad vuelva a estallar. La esperanza es que los equipos de epidemiólogos puedan realizar pruebas a gran escala para detectar nuevos casos de manera temprana, rastrear sus contactos y ponerlos en cuarentena sin poner de cabeza a la sociedad. Quizás serán ayudados por nuevos medicamentos, como un compuesto antiviral japonés que China dijo esta semana que era prometedor.

Pero esto es solo una esperanza, y la esperanza no es una política. La amarga verdad es que la mitigación cuesta demasiadas vidas y la represión puede ser económicamente insostenible. Después de algunas iteraciones, los gobiernos podrían no tener la capacidad de transportar empresas y consumidores. La gente común podría no tolerar la agitación. El costo del aislamiento repetido, medido por el bienestar mental y la salud a largo plazo del resto de la población, podría no justificarlo.

En el mundo real hay trade-offs entre las dos estrategias, aunque los gobiernos pueden hacer que ambas sean más eficientes. Corea del Sur, China e Italia han demostrado que esto comienza con pruebas masivas. Cuanto más claramente pueda identificar quién tiene la enfermedad, menos dependerá de las restricciones indiscriminadas. Las pruebas para detectar anticuerpos contra el virus, para detectar quién ha sido infectado y recuperado, son necesarias para complementar las pruebas actuales que solo son válidas justo antes y durante la enfermedad. Eso permitirá que las personas inmunes hagan sus negocios sabiendo que no pueden ser una fuente de infecciones adicionales.

Una segunda línea de ataque es usar tecnología para administrar cuarentenas y distanciamiento social. China está utilizando aplicaciones para certificar quién está libre de la enfermedad y quién no. Tanto este país como Corea del Sur están utilizando big data y redes sociales para rastrear infecciones, alertar a las personas sobre puntos calientes y reunir contactos. Corea del Sur cambió la ley para permitir que el estado obtenga acceso a los registros médicos y los comparta sin una orden judicial. En tiempos normales, muchas democracias pueden encontrar eso demasiado intrusivo. Los tiempos no son normales.

Por último, los gobiernos deberían invertir en atención médica, incluso si sus esfuerzos tardan meses en dar sus frutos y tal vez nunca sean necesarios. Deben aumentar la capacidad de aumento de los cuidados intensivos. Países como Gran Bretaña y EEUU carecen desesperadamente de camas, especialistas y ventiladores. Deben definir los mejores protocolos de tratamiento, desarrollar vacunas y probar nuevos medicamentos terapéuticos. Todo esto haría que la mitigación fuera menos letal y la represión más barata.

No se haga ilusiones. Es posible que tales medidas aún no eviten que la pandemia extraiga un alto costo. Hoy los gobiernos parecen estar comprometidos con la represión, sea cual sea el costo. Pero si la enfermedad no se vence rápidamente, se acercarán a la mitigación, incluso si eso provocara muchas más muertes. Es comprensible que justo ahora eso no sea un trade-off que cualquier gobierno esté dispuesto a contemplar. Es posible que pronto no tengan otra opción. Lampadia




2011 – 2021: Década Perdida

Líneas abajo reproducimos el excelente artículo de Jorge Baca Campodónico sobre el impacto de los errores de gestión de los gobiernos de Humala, Kuczynski y Vizcarra, que entre el 2011, donde se dio el ‘Punto de Inflexión’ del proceso virtuoso de crecimiento, y el 2021, malograron la posibilidad de crecer y reducir la pobreza, entre otros beneficios sociales y económicos.

El análisis de Baca Campodónico muestra que el menor crecimiento de la década de 3.7% versus 6.8% que deberíamos haber logrado, se explica por la menor inversión en los proyectos mineros que los tres gobiernos desperdiciaron. Esa inmensa diferencia es lo que la minería conlleva como impacto potencial en la vida de los peruanos.

Como hemos explicado muchas veces, (por ejemplo en: ‘Estrategia para la creación de empleo y generación de riqueza en el Perú durante los próximos 20 años’), el Perú está desaprovechando sus riquezas y postergando la posibilidad de mejorar el bienestar general. Esto se hace crítico habida cuenta de las brechas económicas y sociales que no hemos logrado superar, en temas cruciales como educación, salud, infraestructuras y tecnología. Las que nos lastran de cara a la ‘cuarta revolución industrial’, que podría terminar por condenar a nuestros pobres a mantenerse eternamente en los arrabales de la globalización.

Próximamente, completaremos este análisis con una nueva mirada al mandato estratégico de gobierno para los siguientes 20 años.

De Expreso
Jorge Baca Campodónico
12 de Mayo del 2019

Lo que le ha costado al Perú los errores de Humala y PPK-Vizcarra

Las caídas de las exportaciones (11.8%) y de las importaciones (7.3%) en el mes de marzo confirman la desaceleración de la economía y ratifican nuestro pronóstico de que el PBI no crecerá mas de 3.6% este año y no mas de 4% en los años 2020 y 2021. Con estos resultados cerraremos una década de pobre desempeño económico que nos quita la ilusión de llegar al bicentenario de la independencia habiendo superado la trampa del ingreso medio.

Lamentablemente el pobre desempeño de esta década se lo debemos a decisiones erradas tomadas por el gobierno de Humala que las administraciones de PPK-Vizcarra no solo no han sabido revertir, sino que las han acentuado.

  • Desde el día en que Humala tomó el poder juramentando por la constitución socialista de 1979, las autoridades han venido tomando medidas populistas que socaban el modelo económico consagrado en la constitución de 1993.
  • Se han priorizado proyectos de inversión de dudosa rentabilidad económica como la Refinería de Talara, los Panamericanos y Gaseoducto del Sur.
  • Al mismo tiempo que se han puesto trabas a la ejecución de proyectos mineros como Conga, Tía María, La Granja, El Galeno, y muchos otros.

Las autoridades de las diferentes administraciones de esta década han esgrimido diferentes justificaciones para explicar el pobre desempeño de la economía como la crisis mundial, el fenómeno del Niño Costero, la corrupción, la obstaculización del Congreso, etc. Muy pocas autoridades reconocen los errores cometidos. Por el contrario, se insiste en medidas populistas como el incremento del salario mínimo, de las pensiones, de los programas no contributivos de salud y pensiones, de los programas de sociales de transferencia monetaria, en incremento de la burocracia no productiva. Como en la época de la bonanza del guano, las autoridades están mas interesadas en el gasto no productivo que en cómo hacer crecer la economía.

¿Cuánto nos está costando los errores de política económica de los gobiernos de Humala y PPK-Vizcarra? Para responder esta pregunta hemos utilizado nuestro modelo PREDICE para simular que hubiera pasado con la evolución del PBI si se hubieran concretado en forma progresiva la inversión minera postergada por las decisiones erradas del gobierno. Para fines comparativos hemos utilizado la evolución del PBI chileno para el periodo 1997 – 2021. En el caso chileno, las proyecciones para el periodo 2019 – 2021 son las proyecciones del FMI.

En el Gráfico 1 se presentan las evoluciones del PBI real chileno y peruano en miles de millones de dólares de 2018 para el periodo 1997 – 2021 juntamente con el escenario alternativo correspondiente a la evolución del PBI peruano si se hubiesen puesto en ejecución los proyectos mineros que se han paralizado o se vienen aplazando por diferentes trabas burocráticas o conflictos sociales.

La conclusión que se llega del ejercicio de simulación es que el aumento de inversión asociado a la puesta en marcha de los proyectos de inversión mineros adicionales hubiese generado un PBI que superaría ligeramente al PBI de Chile en el 2021. Es decir, que hubiésemos llegado al Bicentenario con un PBI ligeramente superior al PBI de Chile.

Este PBI implica un crecimiento promedio anual para el período 2011 – 2021 de 6.8%, que contrasta con el magro crecimiento promedio de 3.7% que obtendremos con las políticas que venimos implementando. En el 2021, hubiésemos llegado a tener una economía de US$ 330 mil millones en lugar de los US$ 250 mil millones que tendremos con la política actual.

La inversión minera adicional también hubiese significado un crecimiento de nuestras exportaciones muy por encima del observado en los últimos años. En el Gráfico 2 se presentan las evoluciones de las exportaciones chilenas y peruanas en millones de dólares americanos juntamente con el escenario alternativo que describe la evolución de las exportaciones peruanas si se hubiesen concretado los proyectos mineros paralizados o postergados por las trabas burocráticas o conflictos sociales. En el escenario “Perú sin década perdida”, nuestras exportaciones hubiesen crecido al ritmo de la evolución de los precios de los minerales para ubicarse en el 2021 a la par con el valor de las exportaciones de Chile.

La puesta en marcha de los proyectos de inversión mineros hubiera significado un aumento de la inversión bruta fija total a lo largo de la década. Este aumento de la inversión es la que explica el mayor aumento del PBI a lo largo de la década y el aumento de las exportaciones. En el Gráfico 3 se presenta la evolución de la inversión bruta fija medida como porcentaje del PBI para Chile y Perú para el período 1997 – 2021.

Observamos que la puesta en marcha de los proyectos mineros paralizados o postergados representa en promedio 1.5 puntos porcentuales del PBI por encima de lo sucedido a lo largo de la década 2011 – 2021. Los 1.5 puntos porcentuales adicionales son equivalentes en promedio a 3,000 millones de dólares americanos adicionales de inversión por año. Esta cantidad es equivalente a la inversión de dos Tía María o a la mitad de Conga o La Granja.

Si no hubiésemos tenido la década perdida, para el 2021 no solo hubiésemos superado el PBI de Chile, pero podríamos haber eliminado la pobreza extrema y reducido la pobreza monetaria a un dígito y podríamos haber recibido el Bicentenario en un clima de optimismo que significa romper la trampa del ingreso medio. Lampadia




Una nueva visita a: ¡Qué “calato”… ni que ocho cuartos!

Datos demasiado grandes para el formato del archivo




La pobreza se reduce más lentamente

La pobreza se reduce más lentamente

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) publicó sus cifras sobre la reducción de la pobreza en el Perú durante los años 2009 y 2015 en un informe titulado, “Informe Técnico: Evolución de la Pobreza Monetaria 2009-2015”. En esta publicación se informa que durante el último año, la pobreza en el Perú disminuyó tan solo un punto porcentual, pasando de 22.8 % en 2014 a 21.8 % en 2015 (un equivalente a 221 mil personas) y la pobreza extrema se habría reducido solamente 0.2 % respecto al 2014, llegando a 4.1 % en 2015.

Es importante remarcar la definición del INEI para la pobreza y pobreza extrema. Según el INEI, “la medición monetaria usa al gasto como indicador de bienestar”. Define a los pobres monetarios como “las personas que residen en hogares cuyo gasto per cápita es insuficiente  para adquirir una canasta básica de alimentos y no alimentos (vivienda, salud, educación, transporte, etc.). Son pobres extremos aquellas personas que integran hogares cuyos gastos per cápita están por debajo del costo de una canasta básica de alimentos”.

De acuerdo con el INEI,  para una persona no sea considerada pobre debe tener la capacidad de consumir más de S/. 303 al mes, que es el monto fijado como el promedio mensual por persona de la canasta familiar. Por otro lado, para salir de la pobreza extremalos peruanos deben tener un consumo mínimo de S/. 161 al mes, que es el costo de la canasta alimentaria mínima del Perú.

En el último año, la pobreza no se ha reducido a los mismos niveles que en años anteriores. Todavía existe una importante brecha entre los sectores urbano y rural. Como se puede observar en el cuadro inferior, mientras que en el área urbana la pobreza es de 14.5 %, en las zonas rurales se eleva a 45.2 %. Y en el caso de la pobreza extrema, a nivel rural es catorce veces mayor que en las zonas urbanas: 13.9 % contra 1 %.

La región del país en la que más se ha reducido la pobreza en el último año es en la selva. En esta región, la pobreza disminuyó 1.5 %, pasando de 30.4 % a 28.9 %. En la sierra y la costa, la pobreza bajó 1.3 % y 0.5 %, respectivamente. Sin embargo, en este mismo periodo, la pobreza extrema se incrementó en 0.4 % en la selva, mientras en la costa y la sierra se redujo en 0.2 y 0.5 %, respectivamente.

Todas estas cifras muestran que, lamentablemente, la situación en el Perú viene desmejorando en los últimos años. Como hemos señalado anteriormente en Lampadia, en 2011 se produjo un punto de inflexión, tanto en aspectos sociales como económicos. (Ver: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo). 

Es justamente esta falta de crecimiento económico y de inversión lo que ha vuelto más lenta la reducción de la pobreza. Este es el caso también del último índice de The Conference Board, en el que muestra que la Productividad Total de Factores (PTF) habría caído en 4.5% el 2014 y 7.8 % desde el 2011. Ver en Lampadia: Veamos la evolución de la productividad con cifras.

Por otro lado, el indicador de Gini (que mide la desigualdad en la distribución de los ingresos) muestra la misma tendencia que la línea de la pobreza. Para el año 2015, alcanzó 0.44, es decir, se mantiene en los niveles de año 2014. Sin embargo, bajo un análisis a nivel de región, se observa que en la Costa se mantiene estable, mientras disminuye en la Sierra y se incrementa en la Selva.

Analizando los resultados en un período más largo (2009-2015, el último quinquenio), se observa que la desigualdad disminuye a nivel nacional y en casi todos sus ámbitos geográficos, con la excepción de la Costa rural, la cual se mantiene en el mismo nivel. A nivel nacional la disminución es de 0.03, pasando de 0.47 en el 2009 a 0.44 en 2015. Evaluando los resultados a nivel de dominios, la mayor disminución de la desigualdad se presentó en Lima Metropolitana y Sierra urbana (de 0.44 en el 2009 a 0.40 el 2015, en ambos casos), seguido de la Costa urbana y Selva urbana (de 0.40 en el 2009 a 0.37 en el 2015 y de 0.45 en el 2009 a 0.42 el 2015, respectivamente).

Queda entonces demostrado que la clave para derrotar a la pobreza es crear riqueza. El crecimiento económico ha sido la mejor política de inclusión social. Lo contrario ha sucedido, por ejemplo, en Cajamarca, donde más del 50% de la población son pobres. El Jefe del INEI informó que “en el año 2010, cinco departamentos tenían a más del 50% de su población en situación de pobreza y, en el año 2015, solo el departamento de Cajamarca tenía al 50.8% de su población en condición de pobreza”.

En Cajamarca la inversión pública está estancada por mala gestión pública y porque el sector privado ya no genera riqueza, la productividad del agro es de las más bajas del país, seis veces menor que en Arequipa, y grupos anti mineros han impulsado una agenda política anti-inversión que paralizó un proyecto de US$ 4,800 millones en Conga y los demás proyectos de la región, que hubieran generado miles de empleos y encadenamientos productivos. Una región ‘mágica’, que podría ser la más rica del Perú, se encamina sin pausa a la miseria.

Por lo tanto, la verdadera medida contra la pobreza es el crecimiento. Sin él, jamás se podrá luchar ni reducir la pobreza del país. 

Una vez que desarrollemos nuestro gran potencial productivo (minería, energía, forestal, acuicultura, agro exportaciones y turismo), y retomemos la senda de crecimiento sostenido, podremos abordar el tema de la pobreza a futuro y plantear una manera más eficaz de solucionarlo. Un método que ha logrado con eficacia superar la trampa de la pobreza es el planteado por Poor Economics (Ver en Lampadia: Una visión práctica para la superación de la pobreza), el cual confirma la necesidad de desarrollar programas de apoyo productivo, antes que asistencialismo puro, que, por supuesto hay que mantener para casos extremos, pero nominales, acotados y temporales.

Para que el Perú mejore reduzca la pobreza, es necesario que el sector privado alcance una mayor eficiencia e invierta en innovación y tecnología. Para impulsar la producción potencial se requerirán importantes reformas estructurales y así mejorar la productividad, la inversión, el capital humano y el empleo formal. Ver en Lampadia: Destrabemos la construcción de nuestro futuro. Para enfrentar este tremendo reto se tienen que generar recursos financieros suficientes para una mayor inversión y así evitar trabas paralizantes. Esto es clave, ya que no hay desarrollo sin crecimiento económico.

Este objetivo se logra manteniendo un crecimiento alto y sostenido, para lo que hay que retomar la inversión privada en general y, en particular, la de minería. Tenemos que recuperar nuestro crecimiento económico, que es el principal camino para la reducción de la pobreza y la desigualdad, la generación de empleo y la recaudación fiscal. Lampadia

 




Alentemos la migración de europeos

Alentemos la migración de europeos

El año que termina ha producido un punto de inflexión, una discontinuidad, que no estaba prevista, se ha acentuado una masiva migración a Europa de refugiados sirios y nor-africanos. Esta es el resultado de la violencia desmedida producida en territorios asolados por sus propios gobernantes como Al-Assad y, por ISIS, el movimiento asesino mal llamado islamista.

Este mismo año, Europa logró sacar la cabeza de la crisis de deuda que los ha afectado gravemente durante los últimos seis años. Durante la crisis financiera, se produjo la primera ola de migración de europeos del nuevo siglo. Esto fue especialmente notorio en el caso de España, que no solo dejó de recibir migrantes, sino que pasó a ver como parte de su población buscaba mejor futuro.

Algunos países de la región, como Chile y México, tomaron ventaja de la posibilidad de acoger a gente joven, bien formada y con ganas de trabajar y hacer patria. El Perú fue sujeto pasivo de este proceso, llegaron varios migrantes, pero perdimos la oportunidad de promoverlo como lo hizo Chile.

Hoy se está produciendo en Europa un fenómeno irreversible, que se estima, seguirá agravándose en el próximo futuro, la masiva migración masiva que sufre cambiará la vida de los europeos para siempre, lo cual traerá una nueva diáspora de europeos que en gran medida se vendrá a América Latina. Esto abre una nueva oportunidad para atraer emprendedores y trabajadores bien capacitados al Perú.

El caso de Europa es especialmente dramático, como lo describe Arturo Pérez-Reverte, ver en Lampadia: Los godos del emperador Valente

A ver si nos enteramos de una vez: estas batallas, esta guerra, no se van a ganar.

Europa o como queramos llamar a este cálido ámbito de derechos y libertades, de bienestar económico y social, está roído por dentro y amenazado por fuera. Los ‘godos’ seguirán llegando en oleadas, anegando fronteras, caminos y ciudades. Cuando esto ocurre hay pocas alternativas, también históricas: si son pocos, los recién llegados se integran en la cultura local y la enriquecen; si son muchos, la transforman o la destruyen. No en un día, por supuesto. Los imperios tardan siglos en desmoronarse.

No hay forma de parar la Historia. Mucho quedará de lo viejo, mezclado con lo nuevo; pero la Europa que iluminó el mundo está sentenciada a muerte.  Ni ustedes ni yo estaremos aquí para comprobarlo. Nosotros nos bajamos en la próxima”.

Más allá de la nueva crisis europea, los peruanos deberíamos pensar sobre lo que nos hace falta para que nuestra sociedad pueda terminar de desarrollarse hacia una plena de oportunidades y de bienestar general.

Es obvio que hasta hoy no hemos sabido sacar provecho de las múltiples y hasta infinitas posibilidades de desarrollo que nos brinda nuestro país. No solo tenemos una población emprendedora, creativa y trabajadora que ha sobrevivido a las diez plagas de Egipto (nuestro malos gobiernos y la debilidad de nuestra clase dirigente), además tenemos todos los recursos que podemos imaginar para tener una vida próspera.

Hoy nos faltan emprendedores y trabajadores capacitados para seguir creando riqueza y empleo para más peruanos, pero el Perú, a pesar de haber refrescado recientemente su legislación migratoria, es esencialmente xenófobo y la participación de extranjeros en el país es mínima.   

Según el INEI el Perú alberga solo 99,510 extranjeros como residentes permanentes y con permiso para trabajar, el 0.2% de la población. También se han producido 10,861 naturalizaciones de distintas nacionalidades, destacan con el 25% ciudadanos de EEUU, Argentina con el 11.7%, y España con el 9.8%.

En noviembre pasado The Economist publicó una nota sobre la inmigración de Brasil criticando su poca vocación por albergar extranjeros. Es interesante revisar algunos de los comentarios de la revista británica que nos ayudarán a poner nuestra situación en perspectiva:

  • Solo el 0.3% de la población brasileña nació en el extranjero.
  • Brasil necesita millones de trabajadores bien calificados. Sin inmigración enfrenta un ‘apagón de capacidades’.
  • Argentina atrae al doble de migrantes que Brasil.
  • La legislación de migraciones de Brasil es anacrónica. Tratan a los extranjeros como una amenaza a la seguridad y a los trabajadores brasileños.
  • Para conseguir permisos de trabajo se exigen trámites de meses con altos costos.
  • Mientras más calificado sea el inmigrante, la burocracia es más “diabólica”.
  • Hoy día Brasil, a diferencia de Chile, no se marketea a ciudadanos prospectivos.
  • “El 61% de los empleadores brasileños tienen problemas para llenar sus vacantes.
  • Entre 42 países, solo el geriátrico Japón, el más pobre Perú y el minúsculo Hong Kong, tienen más graves carencias de talentos”.
  • En cuanto a la emigración, la diáspora brasileña, solo el 0.9% de su población vive en el exterior.

En el caso del Perú, aproximadamente el 10% de nuestra población vive en el exterior, como 3 millones de nuestros compatriotas y no olvidemos que hasta hace pocos años el 86% de nuestros jóvenes pensaba emigrar. (Ver en Lampadia: Un mensaje para nuestros queridos jóvenes).

El siguiente cuadro de The Economist nos da una buena perspectiva de nuestra situación:

La crisis migratoria europea es una oportunidad única para abrir nuestro país, para convertirlo en uno de los mejores países del mundo, en un centro de gravedad de la humanidad, el centro del ‘Nuevo Nuevo Mundo’.

No nos olvidemos que el Perú es ‘infinito’, tenemos todos los recursos que necesitamos, empezando con gente trabajadora y creativa, que al lado de los ‘futuros nuevos peruanos’ podría mejorar sus oportunidades y capacidades de desarrollo. Lampadia  




¡No nos confundamos sobre el crecimiento!

¡No nos confundamos sobre el crecimiento!
  • Se acabó el crecimiento
  • Se basó en los precios de los commodities
  • Hubo crecimiento pero no desarrollo
  • Ahora necesitamos inversión pública
  • El crecimiento potencial está entre 3 y 4%
  • Crecimos pero no le llegó a todos

Últimamente, muchos se dejan llevar por los que anuncian el fin de nuestro ciclo de crecimiento y esto lo relacionan y sustentan en los ajustes de la economía china y la reducción de los precios de los commodities. Pero pocos hacen un análisis de algunas líneas estratégicas o por lo menos unas cuantas relaciones causa-efecto de los acontecimientos de los últimos años.

En Lampadia queremos revisar este importante tema y plantear tres reflexiones al respecto:

  • Cuándo empezó nuestro ciclo de crecimiento
  • Por qué se paró el crecimiento
  • Cómo podemos crecer alto y sostenido

El gran ciclo de crecimiento empezó con la Constitución de 1993

Desde principios de los años 60, el Perú perdió el rumbo de desarrollo; terminó empobrecido, sin inversión privada, alejado del resto del mundo y con crecimiento negativo. Todo se inició con las perniciosas ideas de Prebish, la CEPAL y la sustitución de las importaciones. Políticamente empezó con el primer gobierno de Belaunde, siguió con la dictadura militar, el segundo gobierno de Belaunde y terminó en la euforia tercermundista del primer gobierno de García.

En ese lapso se terminó prohibiendo la inversión privada en el campo, la minería, la pesca y hasta en el turismo. Se hizo lo mismo que en la Venezuela chavista de hoy y, por supuesto, los resultados, como todos reconocen, fueron nefastos.

Esto se corrigió recién con la captura del genocida Abimael Guzmán y con la promulgación de la Constitución de 1993 que trajo el regreso de la inversión privada. Así fue que entre 1993 y 1997 el PBI del Perú creció en un promedio de 6.8% anual. Ver gráfico:

Este período de crecimiento se suspendió por gracia del corte de la cadena de pagos y la larga recesión en la que el país se sumergió por miedo a la pasajera crisis asiática de 1998, bajo la errada conducción del ministro de Economía y Finanzas de entonces, Jorge Baca Campodónico.

Una vez superada la recesión, retomamos el crecimiento de la mano de la inversión privada que además recibió el impulso de los positivos factores externos de los precios de commodities, las tasas de interés y la abundante liquidez internacional. Lo que debe quedarnos claro es que el crecimiento alto y sostenido duró 20 años, incluyendo la caída del 98 y la del 2009 fue un solo proceso: la exuberancia económica de un país que estuvo sediento de inversión por treinta años (60 – 90).

El ciclo de crecimiento se interrumpió a partir del 2011

Como hemos explicado anteriormente, el ciclo virtuoso que tuvimos fue interrumpido en el 2011 con lo que hemos llamado ‘Punto de Inflexión’, gracias a la nueva administración de Ollanta Humala, el Partido Nacionalista y su gabinete de izquierda presidido por Salomón Lerner.

En el 2011 se produjeron dos puntos de inflexión muy graves en el proceso virtuoso que estábamos viviendo, tanto en aspectos sociales como económicos. En el aspecto social, se produjo un punto de quiebre en la reducción del nivel de anemia en niños menores de tres años, luego de una sostenida reducción entre el 2007 y el 2011. En lo económico, el cuadro inferior muestra claramente la caída de la inversión privada, principalmente en la minería moderna que detuvo el crecimiento pro-pobre y pro-clase media, que trajo consigo una importantísima disminución de la pobreza, desnutrición, mortalidad infantil y desigualdad en la última década. 

Cuanto podemos y debemos crecer los próximos 35 años

Según el Banco HSBC en su reporte ‘The World in 2050’, el Perú debe crecer en promedio 5.5% anual ayudado por su ‘bono demográfico’ que representará un crecimiento de 40% de la PEA hasta el 2050. De crecer a ese ritmo la economía peruana será la número 26 del mundo en el mismo año y la distribución de ingresos de su población evolucionará según lo mostrado en el siguiente gráfico:

Ese crecimiento de 5.5% de promedio anual, produciría excelentes resultados para el bienestar de nuestra población, o sea que lo primero que tenemos que hacer el declarar la obligación de mantener un:

Crecimiento anual mínimo de 5.5%

Lo siguiente es preguntarnos cómo hacer para lograrlo. Si queremos reactivar la economía, debiéramos entender que tenemos que recuperar un mayor ritmo de inversión. Y sólo lo lograremos promoviendo en primera instancia la inversión minera y en infraestructuras cuyos proyectos están a ‘punto de caramelo’. (Ver en Lampadia: Volvamos a prender el motor de la economía).

Contar con infraestructuras adecuadas tiene un impacto muy  positivo en aspectos sociales al dar acceso a los pobres al mundo moderno y mejorando la  competitividad del país, los llamados costos de transacción y, en general, potenciando el desarrollo de nuestros sectores productivos. En Lampadia, hemos propuesto un plan de 7 años: Sobre cómo financiar e invertir US$ 80,000 millones.

Además el Perú tiene un gran potencial productivo. Cuenta con claras ventajas para generar industrias sostenibles en torno al sector forestal, la transformación petroquímica, la pesca, las agroindustrias, la energía y el turismo. Es un país muy rico en recursos naturales, con una gran diversidad agrícola, buenas zonas de pesca, grandes y variados yacimientos de minerales y metales, entre otros. Está clasificado internacionalmente como un país megadiverso. (Ver en Lampadia: El enorme Potencial Productivo del Perú).

Nosotros tenemos reservas productivas acumuladas y no explotadas en una serie de sectores, producto del “apagón productivo y de inversión” que nos “regalaron” nuestros gobiernos durante los años 60, 70 y 80. En esos años, mientras todos los demás seguían desarrollando sus capacidades, nosotros hicimos un receso. Es así, que hoy tenemos un potencial minero para multiplicarnos por 5; igual o más en energía; en forestería podemos multiplicarnos por 30; podemos desarrollar acuicultura en nuestros ríos, cochas y mares; etc. El Perú es infinito en comparación al tamaño de nuestra población. Solo necesitamos un gobierno que entienda esa realidad y permita que nuestra capacidad creativa se encargue del resto. (Ver en Lampadia: Nuestro potencial productivo supera las limitaciones coyunturales)

En cuanto al impacto de los ajustes de China y la caída de los precios de los commodities, el Perú, a diferencia de Australia, Canadá y Chile, tiene la capacidad de compensar con mayores volúmenes de producción el efecto de los menores precios. Ningún país tiene la competitividad del Perú en minería, ni el stock de proyectos embalsados. Confirmando esto, el IPE mostró hace unos meses que nuestro crecimiento, de no haberse parado los proyectos mineros, no debió colapsar. Ver gráfico:

Es bastante claro que el Perú puede mantener un ritmo alto de crecimiento. Como mínimo de 5.5% anual. No promover esa meta es renunciar a nuestra obligación más elemental: buscar el bien común a la mayor velocidad posible. Lampadia

 




Sudamérica: Crecimiento visto con lentes oscuros

Sudamérica: Crecimiento visto con lentes oscuros

Todos comentan sobre la desaceleración de la región. Se dice que es la más afectada por la situación de la economía global, por la caída de los precios de los commodities, por la aguantada del crecimiento chino, por su dependencia de materias primas. Lo hace el FMI, el Banco Mundial (BM) y muchos analistas. Se pronostica un mísero crecimiento de 0.5% para el 2015. Nuestro ministro de Economía y Finanzas se solaza afirmando que seremos líderes de crecimiento en la región (el campeón de los pobres), así crezcamos menos de 3%, sin dudas un papelón.

La verdad es que la historia es totalmente diferente. Para entenderlo, solo tenemos que ver, uno por uno, los principales países de la región y preguntarnos luego si los asertos sobre los shocks externos son correctos o si la frenada del crecimiento es obra (y gracia) de nuestros fallidos gobiernos.

Para evaluar el tema, veamos los casos más representativos. Revisemos la situación de Venezuela, Argentina, Brasil, Chile y Perú:

 

Venezuela: Según el Presidente Humala, su situación de crisis humanitaria se debe a los gobiernos anteriores a Chávez. Según el resto del mundo, se debe precisamente a los gobiernos del chavismo. Estos asaltaron su empresa petrolera para hacer política local y regional, estatizaron lo que les dio la gana, regalaron los recursos fiscales adentro y afuera. Pusieron controles de cambio y de precios, con lo que generaron que desaparezcan las divisas (tipo de cambio del mercado negro es 100 veces el oficial) y se creó una carestía perversa de los bienes más esenciales. Además, el país batió todos los records de criminalidad y corrupción. No hay libertad de opinión, de prensa, ni de oposición política. Su producción interna colapsó, incluso la petrolera (cayó 40%), que hoy representa más del 96% de sus exportaciones. Este año su economía caerá en 5.1%.

Argentina: Capturada por los Kirchner, una versión edulcorada del peronismo que viene destruyendo el país desde hace más de 70 años. Estos ‘salvadores de la patria’ se enriquecieron en lo personal, mientras desaprovechaban el boom de commodities al optar por las políticas del Alba. Nacionalizaron varios sectores, empezando por el de energía y se quedaron sin abastecimiento teniendo que volcarse a la importación en los tiempos de mayores precios del petróleo. Impusieron cargas tributarias absurdas a la exportación de carne, hoy exportan menos que Uruguay.  Controlaron los precios y tuvieron que poner vigilantes en todos los supermercados. Desapareció hasta el tomate y se quedaron sin salsa para la pasta. Se empobrecieron tremendamente, cayó su producción y falsearon sus cifras macroeconómicas, de igual manera como hizo Grecia para entrar y para permanecer en el Euro. Hoy su economía decrece y adolece de todos los males del doloroso piso que al final producen el populismo y la corrupción.

Brasil: Después de cuatro gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), Brasil se debate entre la recesión económica, la corrupción y el ‘impeachment’ (juicio de corte del mandato presidencial) de su presidenta. Lula empezó relativamente bien. Eligió buenos funcionarios para manejar el fisco y la política monetaria. Luego, bajo los auspicios del nuevo descubrimiento del Banco Mundial (BM) para luchar contra la pobreza, las transferencias ‘condicionadas’ de dinero a los pobres (Oportunidades en México, Bolsa Familia en Brasil, Juntos en Perú, etc.) y el aumento de ingresos por la soya empezó un programa de asistencialismo que llega a gran parte de la población. Además, luego de su ‘ascensión’ a miembro de los BRIC, mostró mucha soberbia con sus políticasasistencialistas que pregonaba por todas partes. En el Perú retó al presidente García diciendo que era mejor distribuir para crecer, que crecer para distribuir. Alardeó con sus cifras y en Lampadia tuvimos que cuestionarlo, pues nuestras cifras eran mejores. Ver: Luces y sombras de la visita de Lula al Perú.

Posteriormente, luego del descubrimiento de unafranja de petróleo enorme en la capa sub-acuática llamada de pré-sal, alteró prepotentemente la propiedad de los activos de Petrobras que mantenía un alto porcentaje de sus acciones en la bolsa; reservó para el Estado el yacimiento y empezó a bombear aire a la empresa, que eventualmente colapsó. Tuvieron que vender sus activos internacionales, nunca pudieron desarrollar el nuevo yacimiento (y probablemente nunca se haga) y se metieron de manos y bolsillos llenos en esquemas de corrupción, siempre con el mascarón de proa de Petrobras. Finalmente, el gran Brasil pasó de fulgurante BRIC a triste decepción, ver en Lampadia: Brasil sin rumbo ni brújula. El mundial de futbol en Brasil terminó siendo el símbolo del fracaso de la popularidad de Lula y Rouseff, de su economía y de la agonía del orgulloso Partido de los Trabajadores. Hoy están en recesión y a punto de expulsar a su presidenta por corrupción política y falta de visión de futuro.

Chile: En cuanto a Chile, ya habíamos comentado que Bachelet había puesto marcha atrás, pero por la alta participación del cobre en su economía, creíamos que Chile sí era víctima de un shock externo, tal como se plantea para toda la región. Sin embargo, hace solo dos semanas, tuvimos la visita en Lima de Klaus Schmidt-Hebbel (KSH), que nos demostró que Chile no sufría por la caída del cobre, pues los términos de intercambio de su economía, tomando en cuenta la caída del precio del petróleo (son importadores de todo el petróleo que consumen) eran  neutros y afirmó que la parálisis de su crecimiento era “woman-made” (hecha por una mujer): obra de Michelle Bachelet. Según KSH, Chile es víctima de un shock político interno que paró en seco la economía. Ver en Lampadia: Chile sigue ejerciendo su derecho a ser estúpido. Y apreciar el siguiente gráfico: 

Por lo tanto, Chile, el país más expuesto a los precios del cobre, no es víctima de su dependencia en los recursos naturales, sino, como dice el historiador británico Nial Ferguson: “están ejerciendo su derecho de ser estúpidos”.

Perú: Como hemos explicado antes, ver en LampadiaEn el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo, como se puede comprobar en los siguientes gráficos sobre anemia infantil e inversión minera:

La frenada del sector minero fue el inicio de una cadena de eventos intra-sectoriales que determinaron, junto con el desmadre político del último año, el efecto ‘parar para mirar’, que nos precipitó a un crecimiento vergonzoso de 2 a 3 puntos anuales. Ver en Lampadia el siguiente gráfico el estimado de crecimiento del Perú si no hubiéramos parado la inversión minera, según el IPE: El Costo de la Trampa Anti-Minera

El Perú tampoco es víctima de su dependencia de los recursos primarios. El país pudo compensar con mayores volúmenes de producción, los menores precios y seguir aprovechando de los mismos, pues las cotizaciones de los minerales siguen siendo buenas.

Conclusión: El enfriamiento de la región sudamericana no se debe a su dependencia del exterior, ni a los impactos de los precios de los commodities, ni a la desaceleración china. El menor crecimiento de la región se debe a las malas políticas de sus gobiernos, algunas de la cuales estaban ocultas detrás de ingresos extraordinarios, pero su pérdida no prueba el origen del descalabro de sus economías.

No hay FMI ni Banco Mundial, ni reputados analistas económicos que valgan, si no miran con más cuidado y rigor la realidad de la región y se dejan de seguir sembrando mitos que hacen un tremendo daño a una región a la que le urge la creación de riqueza (que en el corto plazo, solo se puede hacer de lo que se tiene), para nivelar sus economías y sus indicadores sociales de cara a la tercera revolución industrial. Esa sí puede entrar como una tromba y hacernos perder el ‘último tren del desarrollo’. Ver en Lampadia: Diálogo sobre la Tecnología y el Futuro.

¿Por qué no leemos estas reflexiones en los medios nacionales y nos dejamos confundir? ¿No tenemos pensamiento crítico? ¿No tenemos interés en el tema? ¿Estamos más ocupados en las trifulcas políticas? Usted dirá querido lector(a). Lampadia




La exacerbación política está creando otra discontinuidad

La exacerbación política está creando otra discontinuidad

Hacia el 2011 habíamos superado en buena medida el empobrecimiento de las décadas perdidas de los años 60, 70 y 80. Habíamos superado la ruptura de la cadena de pagos y la recesión de 1998. Y también habíamos superado la crisis del 2008. Nuestra confianza en el futuro estaba a todo vapor, crecíamos alto reduciendo aceleradamente la pobreza, disminuyendo la desigualdad y mejorado la mayoría de los indicadores sociales.

Sin embargo, optamos por un gobierno que cuestionaba todas las realizaciones. Luego de un período extraordinario de inclusión, nos casamos con un movimiento que planteaba la buscarla con las políticas públicas que ya nos habían empobrecido y habían sido abandonadas por todos los países que estaban saliendo de la pobreza. Ver en Lampadia: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo.

Los resultados se hicieron esperar pocos años, pero indefectiblemente terminamos por desandar el camino de la prosperidad que el sector privado había forjado, a pesar de nuestras limitaciones institucionales, sociales (educación y salud) y de infraestructuras. Ver en Lampadia: ¡Qué “Calato”… ni que ocho cuartos!

¿Cómo fue que los peruanos, en vez de dar otro paso adelante, tomamos el camino de regreso a las épocas en que los empresarios y el sector privado eran mirados con desconfianza, en vez de ser vistos como la palanca para el desarrollo integral?

 

Veamos cual era el sentir de los peruanos hacia fines del año 2010 y hacia marzo del 2011, en que se diluyó nuestra confianza en el futuro y optamos por una discontinuidad:

1. Sensación de felicidad

Según Apoyo Opinión y Mercado, en mayo del 2010, el 70% de los peruanos decía que: “Casi siempre me siento feliz o me siento feliz la mayor parte del tiempo”. Ver la siguiente tabla:

 

 

2. Apreciaciones sobre la vida familiar: optimismo y regresión

En diciembre del 2010, Apoyo O y M, registró un cambio significativo estadísticamente en comparación con diciembre del año anterior. Los ciudadanos que decían que su situación familiar con respecto a ‘Hace 12 meses’ y ‘Dentro de 12 meses’, era ‘Peor o Mucho Peor’, había bajado notoriamente, corroborando la sensación de felicidad que mostraba el cuadro anterior.

Evidentemente, los peruanos se sentían mejor y expresaban una mucho mayor confianza en el futuro, sin embargo, solo tres meses después, en marzo del 2011, después de la terrible campaña política para las elecciones, no solo regresaron a los indicadores del 2009, acusaron una situación aun peor que entonces. Esto se aprecia en el siguiente cuadro para Lima. (Las cifras para el resto del Perú no eran tan pronunciadas, pero mantenían la misma tendencia).

 

 

El siguiente gráfico confirma esta información, pero además, muestra la evolución histórica de estos indicadores. La curva de los que acusaban una mejor situación superó a los que sentían lo contrario. El contraste es especialmente notorio en el gráfico inferior, en el que se realiza una proyección de los años siguientes:

 

 

Algo importante tenía que haber sucedido para que en marzo del 2011, se produjera una reversión tan dramática del sentir ciudadano.

 

 

3. De cómo el clima político trastocó nuestras sensaciones

En nuestra opinión, los siguientes tres cuadros muestran y nos recuerdan el clima político y mediático que vivimos en el verano del 2011. La guerra fue a muerte. Todos los candidatos se descalificaron mutuamente y el tono de sus críticas fue tal, que se creó la sensación de que: “Todos están mal” y que “Todo está mal”. Muy parecido a lo que está sucediendo estos días.

Esto fue aderezado y alimentado por los medios, incluso por el que debía ser el más serio de todos, el diario de especializado en negocios, Gestión, que llegó a mentir descaradamente sobre unas afirmaciones del Banco Mundial. Ojo que en los cuadros referidos no se puede apreciar lo que sucedió en provincias, especialmente en las radios, que nos brindaron una feria de falsas catarsis.

El tercer cuadro muestra que el triunfalismo del Presidente García (justificado o no). Este, solo agudizó las contradicciones y abonó el terreno de la híper-crítica que nos llevó a: ‘mueran Sansón y los filisteos’.

También hay que mencionar que durante esos meses, como sucede todos los veranos por las lluvias de la sierra, subieron algunos precios básicos y el petróleo, que no hacían sino darle una manito al falso diagnóstico de que ‘todo estaba mal’. Veamos:

 

 

 

 

4. El giro de 180 grados

En tan solo tres meses los peruanos nos pasamos del ‘Vaso Medio Lleno’ al ‘Vaso Medio Vacío’. Evidentemente, no se habían resuelto todos los problemas del país, ni mucho menos, especialmente los remanentes de pobreza y los temas institucionales, pero el proceso en marcha y su reconocimiento por la población, no dejaban dudas de que antes dela campaña electoral estábamos en el camino de la prosperidad. Ver en Lampadia: Las cifras de la Prosperidad.

 

 

¿Por qué queremos recordar ahora esta información?

Pues por algo que ya nos es evidente a todos: hoy día, lejos aún del próximo proceso electoral, la clase política está embarcada en el mismo proceso autodestructivo y descalificador. Peor aún, ahora se produce esta trampa, en medio del enfriamiento de la economía y, a diferencia del 2011, en medio de una objetiva crisis de corrupción.

Parece que la clase política y muchos otros personajes, que terminan siendo una suerte de ‘tontos útiles’ del ‘todos contra todos’ y, ‘contra todo’, no se dan cuenta que la sensación de ‘tierra arrasada’ a la que estamos conduciendo el Perú, está abriendo las puertas del ‘infierno’.

Tenemos que parar la mano. No podemos seguir como vamos. Si no paramos este festín, es fácil imaginar que para marzo del próximo año, llegaremos exhaustos, hartos y dispuestos a tirarnos por cualquier barranco.

En momentos como estos es que una nación necesita la voz y el golpe en la mesa de los viejos de la tribu. De los hombres y mujeres que están más allá del bien y del mal. Si no escuchamos sus voces, tendremos que afinar el oído para escuchar el reclamo de las mayorías silenciosas, que durante sus esforzadas jornadas siguen produciendo riqueza y reclamando en voz baja: ¡BASTA!  Lampadia

 




¡Qué “calato”… ni que ocho cuartos!

Datos demasiado grandes para el formato del archivo




Veamos la evolución de la productividad con cifras

Veamos la evolución de la productividad con cifras

A diferencia de la prédica de los anti sistema, que ya se están pareciendo a los que niegan la teoría de la evolución y el genocidio nazi, durante los últimos años se viene machacando que la productividad nunca creció. Evidentemente, este es el indicador madre, sobre la evolución de una economía y si se puede llegar a convencer a la gente que nunca tuvimos un buen resultado, sería más fácil negar las demás realizaciones de nuestro país, como las que reseñamos en nuestra publicación:  Las Cifras de la Prosperidad.

Esta prédica que cuestiona el crecimiento de nuestra productividad hasta el 2010, incluye lasde Piero Ghezzi y José Gallardo (hoy ministros) en su libro “¿Qué se puede hacer con el Perú?” y más recientemente, la deCarlos Ganosa y Andrea Stiglich en: “El Perú está Calato”. La verdad es que hasta el 2010, el crecimiento de la Productividad Total de Factores (PTF) en el Perú, era de muy buen nivel y sobresaliente en el mundo, como lo hemos mostrado con anterioridad. Ver en Lampadia: Se pretende negar record histórico de productividad – Desinforma que algo queda.

Lamentablemente, como hemos señalado en Lampadia, el 2011 se produjo un punto de inflexión en el crecimiento de la inversión, la anemia infantil y el aumento de la PTF. (Ver: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo).  

La situación en el Perú viene desmejorando en los últimos años, y ya nos estamos acostumbrado a que los índices muestren un retroceso. Este es el caso también del último índice de The Conference Board, en el que muestra que la Productividad Total de Factores (PTF) habría caído en 4.5% el 2014 y 7.8 % desde el 2011.

Según The Conference Board, la Productividad Total de Factores es el resultado de una combinación de mejoras en la eficiencia (menos insumos para una mayor producción), así como la tecnología y la innovación. Este índice tiene una alta correlación con el PBI ajustado por inflación. El bajo resultado que muestra el cuadro para el 2014, refleja el pobrísimo crecimiento de ese año, de tan solo 2.4%.

El Perú está creciendo menos. Las proyecciones del 2015 siguen bajando, al igual que la inversión pública y privada. Así jamás recuperaremos el desarrollo del que tanto nos enorgullecíamos y con el que ganamos el nombre de “la estrella de Latinoamérica”.

Si bien esta tendencia es un fenómeno que viene afectando a toda la región, la contracción en la economía peruana supera a la del resto de países miembros de la Alianza del Pacífico y es la segunda mayor caída en la región, detrás de Argentina (-10.9 %).

El crecimiento de la productividad en las economías emergentes alcanzó su pico el 2007, y desde entonces cambió la tendencia a la baja junto con el resto del mundo. Las economías emergentes están muy por detrás de países con más altos niveles de productividad y tecnología (la frontera de la productividad) y, por lo tanto, tienen mayores posibilidades de crecer más rápido aplicando nuevas tecnologías (como celulares en África que no necesitan cables y requieren menor inversión), procesos y estrategias ya desarrolladas y utilizadas por los países más avanzados.

La década de 1990 a 2000 fue un período de rápido crecimiento para China e India por una combinación de ‘ponerse al día’ con los países desarrollados y adoptar reformas internas.El aumento de la globalización, como la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio, y la mayor inversión en comunicaciones y tecnología ayudaron muchísimo en este proceso. 

Para que el Perú mejore en su productividad, es necesario que el sector privado alcance una mayor eficiencia e invierta en innovación y tecnología. Para impulsar la producción potencial se requerirán importantes reformas estructurales y así mejorar la productividad, la inversión, el capital humano y el empleo formal. Ver en Lampadia: Destrabemos la construcción de nuestro futuro.

La opción estratégica del Perú debe ser apostar por el crecimiento y la tecnología. Tenemos que asumir el cambio con la mayor ambición posible en cuanto a velocidad y profundidad, sin miedo a enfrentar las limitaciones políticas y sin caer en una falsa dicotomía con la explotación de  recursos naturales, llamados a financiar nuestro ‘salto adelante’ en educación, salud y tecnología. Ver en Lampadia: Revolución Tecnológica en el Perú y El futuro ya llegó y el Perú debe alcanzarlo.

Existen muchas cosas por hacer en la agenda pendiente. Erradicar la pobreza es uno de los impactos más importantes del crecimiento sostenido. Esto no es posible con un déficit de infraestructuras tan grande como el que tenemos (US$ 88,000 millones según AFIN).

Para enfrentar este tremendo reto se tienen que generar recursos financieros suficientes para invertir en infraestructurasy evitar las trabas paralizantes. Esto es clave, ya que no hay desarrollo sin crecimiento económico, y no existe crecimiento, desarrollo y reducción de pobreza sostenidos, con problemas y déficits de infraestructuras como los que tiene el Perú.

Lo mismo reza para educación e instituciones. Por ejemplo, hagamos lo mismo que otros países, y utilicemos estrategias ya desarrolladas y exitosas. Un ejemplo claro es la mejora de lasinstituciones y de la educación en Polonia, debido a la humildad de los polacos en aceptar que no era necesario reinventar la pólvora sino que simplemente tenían que seguir el buen ejemplo de sus vecinos europeos. Ver en Lampadia: Polonia la nueva estrella europea

Este objetivo se logra manteniendo un crecimiento alto y sostenido, para lo que hay que retomar la inversión privada en general y la de minería en particular (el mayor y mejor motor del crecimiento peruano, así algunos pretendan negarlo y apagarlo). También se tiene que trabajar para que el Perú no pierda, o recupere, la confianza de los inversionistas y empresarios extranjeros. 

Tenemos que retomar la confianza de nuestro país, cuidar la democracia y,cuanto antes, trepar las cuestas que tenemos por delante. Lampadia




En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo

En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo

En el 2011, coincidiendo con el inicio del gobierno de la inclusión, se han producido dos puntos de inflexión muy graves en el proceso virtuoso que estábamos viviendo, tanto en aspectos sociales como económicos.

En el aspecto social (ver el cuadro superior), en el 2011 se produjo un punto de quiebre enla reducción del nivel de anemia en niños menores de tres años, luego de una sostenida reducción entre el 2007 y el 2011.

Según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) del INEI, el promedio nacional de anemia volvió a elevarse desde su menor nivel, el 2011, de 41.2 % a 46.8 % en el 2014; y en menores de 5 años el promedio subió de 30.7 % en 2011 a 35.6 % en 2014.

El porcentaje más alto de esta terrible afección se dio en Puno, donde afecta a 8 de 10 niños menores de 3 años. En el Perú rural llega ahora al 54 % de los niños. Los indicadores señalan que la anemia infantil se elevó en 13 regiones del país, principalmente en San Martín. En Lima, más de 147 mil niños menores, sufren ahora de esta perniciosa deficiencia.

Esto expresa un problema social e institucional. El 2011, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) cortó el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa), parareemplazado por un nuevo esquema que demoró dos años en implantarse. Dicho programa se implementó en el 2007 con resultados impresionantes: a nivel nacional,la anemia en niños entre 6 meses y 3 años bajó de 56.8% el 2007 a 41.6% el 2011. Ver el cuadro superior.

Este resultado es producto de un nivel de irresponsabilidad y falta de consecuencia sin nombre. No es aceptable que esto se haya producido y que además se haya ocultado al país. Esta información se dio a conocer hace más de un año por el ex ministro Luis Carranza cuando, refiriéndose al MIDIS, afirmó: “Las reglas impuestas para asegurar el cumplimiento y el monitoreo permanente del buen uso de gasto se han dejado de lado. El presupuesto para atención social [Proanaa] se ha incrementado varias veces, (…). Como resultado de esta inacción la anemia viene subiendo desde el 2011 y en el 2013 se llegó a 46.4%, subiendo casi 5 puntos.” Ver en Lampadia: Piel de Gallina

Sin embargo el gobierno todavía no toma las medidas correctivas, condenando a nuestros niños a limitaciones, algunas de ellas irreversibles. La anemia infantil tiene un grave efecto en el crecimiento de un niño, afecta su desarrollo mental, conduce a problemas de atención, retrasos en su capacidad de lectura y bajo rendimiento escolar.

Peor aún, ni siquiera aceptan estar cometiendo un error. En una entrevista de El Comercio del pasado 11 de abril a Paola Bustamante Suárez, Ministra de Desarrollo e Inclusión Social, se puede leer lo siguiente:

“¿Cuáles son los resultados de los programas sociales?

Es el tercer año del ministerio y estamos haciendo las evaluaciones de los diferentes programas para hacer ajustes o tomar decisiones. Calculo que hacia fines de año o a principios del próximo estaremos dando resultados sobre las evaluaciones de impacto.

¿Se tiene algún adelanto?                 

No, todavía. (…)

El ex ministro Luis Carranza dice que los programas sociales se usan con fines político-electorales.

Las afirmaciones vertidas sobre un supuesto manejo político de los programas sociales no tienen ninguna evidencia que lo confirme. (…)

¿Después de los resultados de la evaluación de los programas sociales podríamos hablar de desaparición, fusión o incremento de ellos?

Lo que identificamos desde el ministerio es que una vez que se realizan las evaluaciones uno puede identificar que el programa puede pasar a ser política pública, (…).

Con crecimientos de 5% y 6% del PBI se reducía la pobreza en medio millón de personas. Será difícil llegar a esas cifras ahora.

Estamos seguros que si llegaremos porque, como bien lo señala el estudio del Banco Mundial, no solo con crecimiento se reduce la pobreza (…).

¿La reducción de la pobrezade cuanto será entonces?

Yo preferiría que salgan los resultados”.

No es necesario esperar las evaluaciones. Las cifras mostradas dejan claro que el cierre del Pronaa han traído resultados muy negativos, a los que se ha debido reaccionar oportunamente. Y, argumentos como que “la lucha contra la anemia es responsabilidad del Sector Salud” (según declaraciones del MIDIS en El Comercio el día que se publicaron las cifras sobre la anemia), son inconsecuentes en boca de un ministerio de políticas sociales del gobierno de la “inclusión”.

La anemia infantil es uno de los indicadores sociales más importantes, su nivel es altísimo y el que se haya agravado, contando con recursos financieros es imperdonable.

Este desastre coincidió con la paulatina paralización de varios los proyectos mineros, empezando por el de Conga. Como hemos explicado varias veces, la minería fue el gran motor de crecimiento de los últimos años y el mayor generador de recursos fiscales.

En el tema económico, el punto de inflexión se dio también en el 2011. Ver en Lampadia: El país resbala después de muchos años, que incluye el siguiente gráfico y es muy explicativo:

 

Lo peor que se puede hacer es no reconocer la realidad, pues solo en base a ella se pueden tomar medidas correctivas. Afortunadamente, el Primer Ministro, Pedro Cateriano, se ha comprometido a recuperar el crecimiento económico,que contrariamente a lo manifestado por la Ministra de Desarrollo e Inclusión Social, es el principal camino para la reducción de la pobreza, la generación de empleo y la recaudación fiscal, fuente de la acción redistributiva del EstadoLampadia