1

¿Las cuarentenas son más buenas que malas?

¿Las cuarentenas son más buenas que malas?

Interesante debate producido en El Mercurio de Chile a raíz de una publicación de Axel Kaiser sobre la inconveniencia de las cuarentenas.

Kaiser y muchos estudios internacionales abogan más bien por promover políticas de protección focalizadas.

Algo que hemos reclamado en el Perú, donde se hace más importante, dado el volumen de gente que vive de su trabajo diario y no tiene condiciones mínimas para mantener un encierro.

Hay que hacer pruebas moleculares masivas, decenas de miles por día, cercar al virus y ayudar a los afectados directamente. Por supuesto con el apoyo de la sociedad civil, de los empresarios y de las iglesias.

En todo caso, lo más urgente ahora, es comprar todas las vacunas que se pueda. Como dice Antonio Pratto, miembro del ‘Comando Vacuna’, hay que convocar expertos en negociaciones internacionales del sector privado y visitar a todos los laboratorios que producen vacunas de calidad, para comprar todo lo que se pueda, aunque sea en lotes pequeños.

Basta de encierros inútiles con los cuales el gobierno deja de hacer lo importante y urgente.

Debate de cartas: Axel Kaiser vs cuarentenas

Fundación para el Progreso – Chile
15.03.2021

El pasado jueves 11 de marzo, Axel Kaiser, Presidente del Directorio FPP, publicó una carta en El Mercurio llamada “Irracionalidad: la otra pandemia” respondiendo a un lector llamado Kurt Reichard su carta llamada “Burocracia: la otra pandemia”. Luego de eso, una seguidilla de respuestas a Kaiser, generaron debate sobre qué tanta evidencia existe en torno a que las cuarentenas tengan un beneficio mayor en la salud de las personas del mal que provocan.

¿Las cuarentenas son más buenas que malas? Lee aquí el interesante debate de cartas al Director del Diario El Mercurio:

Kurt Reichard B: “Burocracia: la otra pandemia”

Publicada en El mercurio, 10.03.2021

El marzo del año pasado (2020), mi señora fue internada por coronavirus. Mientras permanecía en la clínica, la Seremi fue a controlarla en nuestro domicilio, donde obviamente no estaba.

Procedió entonces a cursas una infracción por no encontrarse cumpliendo la cuarentena en su domicilio. Por supuesto, oportunamente respondí la citación, informando que ella estaba internada en una clínica; ergo, junto con luchar por su vida, cumplía la cuarentena. Esto lo expliqué también a la PDI.

Pues bien, la semana pasada, 11 meses después de los hechos, me llega una sentencia del sumario sanitario, firmada por doña Daniela Zavando, Seremi Minsal de la RM, condenando a mi señora a pagar 50 UTM (algo más de 2,5 millones) por no respetar la cuarentena. En dicha resolución rechazan los descargos, porque dicen que no acredité representación de mi señora, quien, postrada en cama, no tuvo la diligencia de defenderse ella ni de concurrir a una notaría a darme poder.

En un último y delicado detalle, dan cinco días para apelar, los que vencieron hace 11 meses, ¡plop!

tengo 70 años y estaba agradecido del Gobierno por haberme vacunado. Me duró 5 días el agradecimiento.

Axel Kaiser: “Irracionalidad: la otra pandemia”

Publicada el El Mercurio, 11.03.2021

Señor Director:

La carta del lector Kurt Reichard, el día de ayer, viene a confirmar lo que ha sido el común denominador de buena parte de la política para combatir la pandemia: la irracionalidad. Hasta hoy no contamos con evidencia concluyente que demuestre que las cuarentenas cumplieron su propósito de disminuir el total de muertes y contagios, ni de que las barreras sanitarias regionales hayan conseguido su propósito. No contamos con evidencia de que el costo en términos de salud pública creado por la histeria mediática y estas políticas sea menor que el beneficio. Es más, la evidencia indica que será mayor y el mejor ejemplo es el daño gigantesco que se ha hecho a los niños con el cierre de escuelas, en circunstancias de que hace tiempo sabemos que estas no son focos de contagio. A ello se suma la destrucción de nuestras libertades, al punto de que ancianos y familias completas fueron puestos en calabozos por caminar al aire libre sin riesgo alguno de contagio cuando había cuarentena.

Otro ejemplo es la cuarentena obligatoria para quienes ingresan a Chile a pesar de contar con PCR negativo. Esto no solo es cuestionable porque en Chile todos los días entran cientos de personas ilegales sin control sanitario alguno, sino porque estudios señalan que la probabilidad de contagiarse en un avión es de uno en 4.300 o uno en 7.700 si no hay nadie en el asiento contiguo. Así las cosas, el problema no es solo la burocracia, sino la irracionalidad con que se ha enfrentado esta crisis, virus que por cierto ha infectado también el tratamiento de diversos temas de la vida colectiva y contra el que parece no haber vacuna posible.

.Pedro Gazmuri Schleyer: “Bien común”

Publicada en El Mercurio, 12.03.2021

Señor Director:

En su edición de ayer, se publica una carta del señor Axel Kaiser en que afirma que no existe evidencia concluyente que demuestre que las cuarentenas cumplieron su propósito de disminuir el total de muertes y contagios, ni de que las barreras sanitarias regionales hayan conseguido su propósito. Ambas afirmaciones son falsas; existe ya abundante información que demuestra que ambas medidas tuvieron un efecto positivo en disminuir los contagios y las muertes.

En esa carta del señor Kaiser, como en otras de su autoría, prima al parecer el sesgo ideológico de establecer la libertad como un bien absoluto; hay un bien superior, que es el bien común, en particular la salud y la vida de los chilenos, especialmente de los más desposeídos, que han sido las víctimas prioritarias de esta pandemia.

Axel Kaiser: “Efecto de cuarentenas”

Publicada en El Mercurio, 13.03.2021

Señor Director:

En carta de ayer, un lector refuta mi afirmación de que no contamos con evidencia concluyente sobre que las cuarentenas y barreras sanitarias han reducido significativamente muertes y contagios en el país.

Lamentablemente, el lector, que de paso descalifica la libertad personal como ‘pura ideología’, no cita los estudios que avalan su postura, limitándose a expresiones que nos informan más sobre su estado de ánimo -seguramente afectado por las cuarentenas- que sobre la realidad. Pero estamos aquí para ayudarle. En diciembre de 2020 el American Institute for Economic Research compiló una lista de 24 estudios realizados por diversos expertos en distintos países concluyendo que las cuarentenas no servían al propósito que se planteaban. Puede consultarlos en la web de la institución. Este mes, la revista Nature y la OMS han publicado un nuevo estudio, realizado en 87 regiones del mundo, en el que señalan: ‘En conclusión, usando esta metodología y los datos actuales, en 98% de las comparaciones usando 87 regiones diferentes del mundo no encontramos evidencia de que el número de muertes / millón se reduzca al quedarse en casa’.

Otros estudios obtienen resultados similares, aunque hay una discusión en esta materia. En todo caso, la evidencia más relevante a la que me referí en mi primera carta y que es la decisiva a la hora de evaluar las medidas adoptadas es aquella que indique que, ponderando diversos factores, el costo total de todas las políticas de cuarentena fue menor que el beneficio. En el ambiente de irracionalidad imperante hoy -de la que la carta del lector es fiel reflejo- no sorprendería que demandar esa evidencia se considere una expectativa ‘puramente ideológica’.

Ivan Marinovic V: “Efecto de cuarentenas I”

Publicada en El Mercurio, 14.03.2021

Señor Director:

Pedro Gazmuri dice poseer evidencia que justifica las medidas tomadas por el gobierno chileno para evitar los contagios y reducir el número de muertes. Su evidencia sería tan incontrovertible que incluso le daría derecho a calificar las opiniones de Axel Kaiser como ‘pura ideología’ (menos mal no lo llamó fascista).

Vivo en California y acá nunca nos han prohibido salir a tomar aire libre, hacer deporte, o pasear con nuestros niños. ¿Podría Gazmuri revelar la evidencia que indique que esto fue un error de política?

Me parece triste la falta de aprecio por la libertad que parece dominar a muchos chilenos.

Pedro Gazmuri Schleyer: “Efecto de cuarentenas II”

Publicada en El Mercurio, 14.03.2021

Señor Director:

Axel Kaiser contesta una carta mía en la que refuto su afirmación de que las cuarentenas y cordones sanitarios no han tenido ningún efecto sobre la pandemia de covid-19 en Chile. Cita dos estudios: uno del American Institute for Economic Research y otro publicado en la revista Nature. El mencionado instituto es una reconocida organización empresarial dedicada al lobby para favorecer los intereses del comercio norteamericano; si uno revisa sus documentos, hay un propósito evidente de detener cualquier medida que afecte la actividad económica.

El artículo de la revista Nature aparece con una nota explícita de los editores, indicando que hay científicos renombrados que están refutando la información contenida en dicho artículo. Además, hay otros artículos de Nature, que no están siendo cuestionados por nadie, que contienen abundante información a favor de las cuarentenas.

Puedo agregar además información, a nivel internacional y nacional, que argumenta en sentido contrario de lo mencionado por Axel Kaiser:

– Un estudio internacional de Barbara Nussbaumer et al (2020) contiene el análisis de 29 estudios, en el que sí se demuestra el efecto de reducción de los contagios de las cuarentenas.

– Un estudio de los investigadores Dandekar y Barbastathis, de MIT, que llega a la misma conclusión.

– A nivel nacional, el Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile ha desarrollado abundantes estudios cuantitativos que demuestran que las cuarentenas tienen el efecto deseado.

– El profesor Jorge Marshall, experto en estadística aplicada de la PUC, ha publicado un artículo en que hace un análisis empírico de la evolución de la pandemia en 10 comunas diversas de la Región Metropolitana, en que también demuestra lo mismo.

Sería bueno que el señor Kaiser se acercara a dialogar con los expertos del Centro de Modelamiento Matemático de la U. de Chile, o de Espacio Público, liderado por el profesor Eduardo Engel, o de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, o del Colegio Médico, o de la Sociedad Nacional de Epidemiología; todos grupos de expertos que han ofrecido argumentos de sobra para recomendar la cuarentena.

En cualquier caso, nuestra discusión se zanjará en pocas semanas, al ver los resultados de estas cuarentenas sobre el número de contagiados.

Axel Kaiser: “Efecto de cuarentenas”

Publicada en El Mercurio, 15.03.2021

Señor Director:

Aunque es un avance que el lector Pedro Gazmuri cite estudios, ninguno de ellos permite afirmar lo que él cree, a saber, que el beneficio de las cuarentenas en términos de salud pública —muertos y patologías— es mayor que el costo. Mucho menos que son preferibles considerando además el daño económico y social que producen. Ni siquiera permiten concluir que las cuarentenas han sido más efectivas en reducir muertes por covid que lo que habría sido una alternativa de protección focalizada sin cuarentena.

Pero, además, el lector no leyó bien mi carta anterior. Si lo hubiera hecho, sabría que no cité dos estudios que refutan las cuarentenas, como afirmó, sino 25. Ninguno de ellos fue realizado por el American Institute for Economic Research, como sostuvo descalificando de paso a la institución de manera falaz. Lo que hizo el AIER fue compilar 24 estudios elaborados en diversos países del mundo por expertos independientes. En cuanto al estudio de Nature, la nota del editor solo señala que hay una discusión sobre sus conclusiones, algo esperable, que no lo invalida y que yo mismo mencioné en mi carta anterior.

El lector puede consultar además los trabajos de Jay Bhattacharya (Stanford), John Ioannidis (Stanford), del premio Nobel y biofísico Michael Levitt, las publicaciones de Martin Kulldorff (Harvard), Sunepta Gupta (Oxford) y la Great Barrington Declaration, firmada por 13.732 académicos y científicos del rubro médico de todo el mundo, además de 41.637 profesionales de la salud, todos rechazando las cuarentenas y promoviendo políticas de protección focalizada. También puede revisar un estudio de Galetovic y Núñez publicado por el CEP en noviembre del año pasado, que concluye que ‘no hay evidencia de que sea necesario cerrar la economía’ para controlar la enfermedad agregando que, en cambio, ‘hay evidencia abrumadora de que se debe proteger a las personas mayores de 65 años y aquellos que padecen de ciertas enfermedades’. El mismo estudio concluye que ‘mantener medidas estrictas de confinamiento no parece sostenible ni necesario’.

Por último, la discusión no se zanjará viendo la evolución de la pandemia en las semanas que vienen. Dado que el virus no tiene crecimiento exponencial ininterrumpido, sino ciclos, haya o no cuarentena, la tasa de contagios tenderá a caer luego de alcanzar su máximo. El lector podrá creer que eso avala las cuarentenas, pero, una vez más, estará equivocado.




Cortar los rebrotes de raíz para que no se conviertan en segunda ola

Cortar los rebrotes de raíz para que no se conviertan en segunda ola

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Como podemos ver en el gráfico, la pandemia ha cedido considerablemente en nuestro país, pero no ha desaparecido. Abraham Levy nos lo pone así: “El SINADEF muestra una curva de fallecimientos que induce a pensar que la inmunidad colectiva ha contenido a la pandemia. Al término de octubre el decrecimiento del excedente de fallecidos se muestra marginal y con tendencia asintótica”.

Eso significa que el número de fallecidos se reduce cada semana, pero la reducción es cada vez menor. En la última semana que terminó el 31 de octubre, hubo 54 muertos por Covid en promedio según la sala situacional del MINSA, pero Levy advierte que según los partes del Sinadef, hubo 88 defunciones asociadas al Covid en promedio en los últimos 15 días hasta el 28 de octubre.

Para Farid Matuk, “estamos convergiendo a una nueva estabilidad, ligeramente superior por las mejoras en cobertura de SINADEF, a las cifras pre-epidemia Lo que no sabemos es si la inmunidad adquirida en 2020 es transitoria o no; éste es el mayor riesgo para el 2021”.

Claro, esa es la pregunta. El economista Waldo Mendoza cree que no habrá segunda ola. Calcula que “existirían en el Perú 14.6 millones de infectados, 46% de la población total. Debe ser el porcentaje más alto del mundo. Si la COVID-19 inmuniza a los infectados, estamos muy cerca o ya hemos alcanzado la inmunidad de rebaño. En consecuencia, no veremos una segunda ola en el Perú”.

Levy considera que el porcentaje de infectados no es tan alto. Como fuere, consultamos al Dr. Dante Cerso de Essalud si los distritos de Lima en los que se había reportado incrementos del número de contagiados dos semanas atrás habían vuelto a tener un aumento la última semana, y nos informó que hay 4 distritos en los que eso ha ocurrido, como puede verse en el siguiente cuadro:

Hubo incremento de casos en la semana 42 respecto de la 41 y luego en la 43 respecto de la 42. El porcentaje de incremento es el que corresponde a la última semana. A nivel agregado en Lima, sin embargo, hubo una disminución de 11%.

¿Significa que en esos distritos hay un rebrote? Según el Dr. Cerso, aún no se puede inferir tal cosa. ¿Cuántas semanas de incremento continuo tendrían que pasar para que estemos ante un rebrote? La repuesta no es clara, pero sin duda no deberíamos esperar una respuesta teórica: este es un caso en el que habría que intervenir con pruebas moleculares masivas para identificar y aislar a los infectados y sus contactos y abastecerlos de alimentos y medicamentos en sus casas a fin de impedir que estos rebrotes se conviertan en una segunda ola.

De eso se trata. El gobierno no puede descansar en la esperanza de que llegue la vacuna, que no sabemos realmente cuándo llegará ni en qué cantidades. Tiene que estar preparado para actuar cortando de raíz los rebrotes, algo que, aunque parezca increíble, hasta ahora no ha aprendido a hacer. Recién la Diresa de Ancash ha diseñado y está aplicando un modelo de intervención de este tipo, que el MINSA ha empezado a mirar para ver si lo adopta.

Hay un instrumento muy interesante que puede ayudar mucho. Después de larga demoras burocráticas, el equipo de Edward Málaga de la UPCH está iniciando estos días la validación de campo de la prueba molecular rápida que ha diseñado, y que debería estar produciéndose y comercializándose a fines de diciembre, cuando según algunos podrían darse amagos de una segunda ola o multiplicarse los rebrotes. O sea que saldría justo a tiempo.

La ventaja de esa prueba es que es mucho más rápida -pues da el resultado en 42 minutos-, es fácil de aplicar pues es como como una tira de embarazo –no requiere hisopado-, y es bastante más barata: 25 dólares por prueba, frente a los 100 dólares o más que cuesta la molecular normal. Y el gobierno no tendría el pretexto de no tener acceso a ello. Según el Dr. Cabezas, jefe del INS, esa institución posee ahora 408 mil pruebas moleculares normales, pero se sigue usando pruebas rápidas. También se puede importar pruebas moleculares rápidas más baratas desde ahora.

Con mayor disponibilidad de pruebas moleculares –normales o rápidas-, se trata entonces simplemente de darle más orientación estratégica y capacidad logística a la operación Tayta, que ha mejorado, pero todavía está lejos de poder atender (testear-aislar-abastecer) todos los casos que se presentan diariamente. Solo ha podido hacerlo con el 12% de los contagios que se han presentado desde el 1º de junio. En el siguiente cuadro tenemos sus números:

89,370 casos positivos son el 12% del total de casos que se dieron desde el 1º de junio. El ministerio de Defensa, que ejecuta ese programa, incomprensiblemente se resiste a aprovechar la capacidad logística de empresas privadas como Backus, Ransa, Alicorp y otras que ha sido ofrecida por la Sociedad Nacional de Industrias. Esa reticencia ha tenido y sigue teniendo consecuencias mortales. Lampadia




Aprendices de brujo

Aprendices de brujo

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Finalmente se anunció la cifra oficial de variación del PBI para abril 2020 y, como no podía ser de otra forma, el resultado fue una caída de 40.49%, lo que nos ha llevado en los primeros cuatro meses del año a caer 13.1%. Lo más lamentable, es que estos números han venido acompañados de una pérdida de 2.3 millones de puestos de trabajo, sólo para Lima metropolitana en el mes de mayo.

Lo más triste es que todo este sacrificio, hecho en nombre del control de la pandemia, no ha servido de nada, pues estamos “rankeados” entre los países del mundo con mayor número de infectados y número de fallecidos, entre otros indicadores. Más impactante aún, cuando lo medimos en índice por cada 100,000 habitantes. Es decepcionante este resultado, después de haber aplicado una de las cuarentenas más extensas y rígidas del planeta.

Entonces es legítimo preguntarse, ¿qué pasó? ¿Hemos sometido a la población a un encierro de más de 90 días, orden de inamovilidad y toque de queda, con apoyo de las Fuerzas Armadas, uso de toda la Policía Nacional con suspensión de garantías constitucionales y declaratoria de emergencia, para no tener ningún obstáculo en esta “Operación COVID-19” desde el 16 de marzo 2020, para nada?

Creo que la respuesta es sencilla, hemos querido manejar este problema con un equipo de “Aprendices de brujo”, con no poco aire de corrupción. A la cabeza de la operación, un presidente y un primer ministro que seguro pensaron estaban atendiendo un problema del tamaño de la municipalidad de Moquegua, que no convocaron a un equipo de expertos en todos los campos y experiencia suficiente para hacer un planeamiento adecuado (¿o no deseaban observadores extraños?). Aún sin un planeamiento integral, desecharon el esfuerzo hecho por la exministra Hinostroza, quien mal que bien, aprobó con Resolución Ministerial N. 039-2020/MINSA del 31 de enero de este año, el “Plan Nacional de Preparación y Respuesta frente al riesgo de introducción del Coronavirus 2019-nCoV”, con apego a las recomendaciones de la OMS y considerando el uso de pruebas moleculares.

No pretendo que este haya sido “el plan a ejecutar”, lo que podemos notar es que, si para enero ya se tenia una Resolución Ministerial al respecto, al menos dos semanas antes ya era un tema de discutido en el sector salud y compartido a nivel del gabinete, pero nadie (presidente, ni PCM) lo acogió debidamente, hasta que el 15 de marzo optaron por lo más efectista y sin mayor análisis; la cuarentena total por quince días. ¿Quién en su sano juicio, después de observar lo que venía ocurriendo en los países afectados más tempranamente, incluyendo a China, hubieran pensado en ese plazo?

Por otro lado, la cuarentena, en la historia, se concibe como el confinamiento de un enfermo para evitar que este transmita sin control la enfermedad contagiosa. Eso obligaba a ser muy estricto en la identificación de los portadores del virus, desde el momento más temprano posible e identificar a sus contactos, hacerles pruebas moleculares y si estaban contaminados, ponerlos también en cuarentena. Cerrar fronteras desde el primer día y hacer pruebas moleculares a quienes retornaron al país, en lugar de pagarles dos semanas en un hotel a ver cómo evolucionaban (más efectivo y económico).

Como hemos dicho, no se convocó a un equipo para el planeamiento integral y se cambió de ministro en el sector salud. Supongo habrán tenido muy buenas razones para el cambio (la ministra Hinostroza no aceptó cambiar las pruebas moleculares a rápidas, como en efecto se hizo), pero ¿nombrar a un médico que nunca ejerció como tal, sin experiencia en gestión y gerencia de ninguna institución, sino que se ha pasado la vida de asesor de organismos regionales, MIDIS u otros, que no tiene que ver con el sector?

La primera disposición de este ministro fue no comprar pruebas moleculares (mintió desde el primer día diciendo que Trump las había acaparado todas, mientras la representación diplomática de Corea del Sur ofrecía, sin limitación y con disponibilidad inmediata, las de empresas de su país) y dispuso “usar pruebas rápidas aplicadas sólo a quienes tengan síntomas”. Como sabe cualquier ciudadano, alguien puede estar infectado, no tener síntomas y estar contagiando a todos los que interactúan con él, aunque la prueba serológica reportará negativo durante los primeros 6 a 7 días de infectado.

Sobre ese “error” se optó por la cuarentena masiva. Un grave error, porque no se contempló las condiciones de vida de la población, de las casas habitación, ni las condiciones sanitarias de las mismas. Y como respuesta al encierro sumamente restrictivo (semana Santa y “pico y placa” por sexo incluidos), se desbordó la población, en particular los de menores recursos.

Para darles dinero crearon el bono, del cual hasta hoy, hay cerca de un millón de ciudadanos que no lo reciben, pero con eso destruyeron el principio básico de “la distancia social”. El MIDIS a cargo de una persona sin ninguna capacidad, el ministerio de la mujer igual. Ciertamente con gente incapaz de concebir y menos de manejar un proyecto logístico de entrega de alimentos o de alimentación con cocinas populares o distribución de dinero, como soluciones alternativas a ser aplicadas según el caso. Búsqueda de soluciones de agua potable que les permita lavado de manos frecuente, tampoco se plantearon y hasta hoy no se dan.

Mención especial merece el MEF, pues, por su gran inexperiencia, no sólo no fue capaz de darle velocidad al plan de rescate financiero concebido por el BCRP, sino que lo burocratizó demorando su aplicación. Tampoco fue capaz de analizar qué sectores de la actividad económica debían seguir operando. Verificar con países de estructura productiva similar a la nuestra qué harían. Tomar el liderazgo del aparato productivo para convocar a los gremios y ministerios sectoriales a un trabajo de equipo. Pedir a los gremios que establezcan protocolos de operación en lo inmediato para ponerlos a trabajar y que no se nos caiga la economía del país. El MEF no sólo tiene que manejar la caja y los presupuestos, es responsable fundamental de la marcha de la economía del país, por lo que, ante lo evidente, ha debido tomar medidas correctivas. Pero les faltó entender su rol…

Cuando designaron a la ministra, algún periodista me preguntó qué pensaba de su designación y comenté: “Entiendo que es una profesional con muy buena formación, grandes valores, pero su falta de experiencia podría ser una debilidad”. No me equivoqué, pues esto no hubiera ocurrido con alguien de más experiencia y peso personal.

Lo preocupante es que, hasta el día de hoy, insisten en tratar de solventar la salida de esta catástrofe económica amparados en la inversión pública. No dudo que es una oportunidad que trabajen por fin la reconstrucción con cambios que, el señor Vizcarra no trabajó como es debido durante su tiempo de ministro y menos como presidente, pero deben tener en cuenta que la inversión pública es sólo la quinta parte de la inversión total.

Otra preocupación es la reiteración de este gobierno en  pretender hacer inversión pública entregando dinero a los gobiernos locales y regionales, quienes no tienen capacidades técnicas,  les falta control y claro reporte de cumplimiento de metas, además de su altísimo nivel de corrupción.

Hasta aquí ya tenemos mucho material de trabajo para la Contraloría General de la República y para la Fiscalía de la Nación. Sería importante que lo vean ahora que el tema está fresco.

Finalmente, el Perú cuenta con un enorme portafolio de proyectos en el sector privado (varias veces mayor al de “Arranca Perú”), es tiempo de convocar y promover esa inversión privada y diseñar un plan de recuperación muy potente para salir de este caos. ¡El Perú lo necesita! Lampadia




Empresas podrían funcionar en cuarentena con pruebas moleculares

Empresas podrían funcionar en cuarentena con pruebas moleculares

Jaime de Althaus
Para
Lampadia

No sabemos si el gobierno prolongará la cuarentena, pero en el caso lo haga, o aun si no lo hace, sería conveniente “dar paso a la acción quirúrgica de proteger en lo posible el aparato productivo, los ingresos de la población, y la sobrevivencia de las empresas”, como escribió la semana pasada Roberto Abusada en El Comercio. ¿Cómo? Abusada no lo desarrolla, salvo enfatizar el uso masivo del diagnóstico, pues “el testing a la coreana será la única manera de salir de la cuarentena”.

Al respecto, hay una idea que viene germinando y que permitiría reactivar cada vez más empresas y sectores para restablecer buena parte de la actividad económica, sin necesariamente levantar medidas de aislamiento social en el conjunto. Se trataría de que las empresas mineras, agroexportadoras, industriales, bancos e incluso centros comerciales, etc., apliquen pruebas moleculares a todos sus trabajadores y sus familiares, aislando en sus hogares a los que den positivo y ejerciendo vigilancia sanitaria sobre los que den negativo.

De esa manera las unidades de producción pueden operar sin detenerse, porque todos sus trabajadores estarán libres de virus, y las cadenas de producción podrán seguir operando incluso en estado de cuarentena. Esto es lo que hay que hacer.

Según el Dr. Omar Neyra, estas pruebas moleculares PCR identifican el Covid 19 en dos horas desde el primer día en que una persona ha sido infectada. Fueron desarrolladas en el hospital universitario de Charite en Berlín, y se usaron luego en Wuhan.

El gobierno anunció que compraría 300,000 pruebas moleculares, pero la mala noticia es que ya casi no hay en el mundo. Todos han comprado. Y al gobierno le quedan unas 8,000 según el ministro de Salud. Según fuentes, Corea tenía un stock de 500,000 y lo ofreció a Perucompras el viernes pasado, pero el gobierno no se decide. Mientras tanto el New York Times informaba ayer que el presidente Trump llamó por teléfono al presidente coreano para comprarle su stock. No podemos quedarnos de brazos cruzados.

Si el gobierno no se mueve, las empresas peruanas podrían gestionar directamente una compra, para que puedan operar aun en cuarentena. Pero tienen que correr, porque la pruebas se están agotando. Sería lamentable que ya no hubiera. 15 días más de cuarentena con el aparato productivo parado, puede ser catastrófico para el país. Lampadia