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“Protestas y autoridades” … entre comillas

“Protestas y autoridades” … entre comillas

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 12 de febrero de 2021
Para Lampadia

Si un grupo de vándalos no hubiera bloqueado a la bruta la carretera Panamericana en Ica, las protestas de diciembre pasado hubieran pasado inadvertidas. Me refiero a las protestas contra las empresas agroexportadoras. En efecto, prácticamente todos los trabajadores hubieran asistido libre y voluntariamente a sus centros de trabajo. Y – por ende – todas las empresas hubieran trabajado con total normalidad, tal como lo están haciendo actualmente… y tal como lo venían haciendo hasta antes de los bloqueos.

Por eso hay que preguntarnos – objetivamente – si lo de Ica fue una genuina protesta laboral, o un acto vandálico promovido políticamente para simular una protesta laboral. Yo estoy seguro que lo de Ica fue esto último… un acto de sabotaje político en contra de las empresas agroexportadores. Y lo mismo diría de las protestas de Chao… en la pujante irrigación de CHAVIMOCHIC. Incluso, años atrás pasó algo parecido contra las empresas mineras. Recordemos las protestas contra Conga en Cajamarca, Tía María en Arequipa, y Las Bambas en Apurímac. En mi opinión, todas fueron “protestas” entre comillas. Es decir, actos de sabotaje político con fines anti empresariales.

El cinismo de los promotores fue tal, que siempre se ampararon en el derecho constitucional a la huelga, a la protesta, y a la sagrada libertad de expresión… con lo cual todos estamos de acuerdo. Sin embargo, el bloqueo de carreteras – y el vandalismo delincuencial – fue el común denominador en todos los casos en cuestión. ¡Pobre de aquellos que no se plieguen a la protesta! ¡Ay de aquellos que no apedreen a la Policía! Les cortaban el agua para sus parcelas, les quemaban sus casas, y hasta los agredían físicamente… la sanción era implacable y cruel. Y encima eran tildados de traidores, cobardes… y todo lo demás. ¡Quemen los vehículos que osen circular frente a los piquetes que bloquean las carreteras! Piedras, fuego, bombas Molotov… ¡todo valía! A eso le llamaban marchas pacíficas.

Bueno pues… así está la situación. No obstante, vandalismo y delincuencia hay en todo el mundo. Incluso en países desarrollados como Suiza, Estados Unidos, Japón… entre otros. La diferencia es que allá hay autoridad, mientras que acá… no. Nuestras autoridades son “autoridades” … entre comillas. ¡He ahí el problema!

  • Y no me refiero – solamente – al Presidente Sagasti, quien humilló y descabezó hace poco a la Policía Nacional del Perú (PNP), y se doblegó mansamente ante a los vándalos que exigían la derogatoria de la Ley de Promoción Agraria.
  • Me refiero también al ex Presidente Vizcarra. ¿Cómo olvidar su cobarde rendición ante el innombrable Gobernador de Arequipa, en el caso de Tía María? Y así por el estilo. El ex Presidente Humala… muy castrense él, pero hasta “cosito” lo llamaban. Y paro de contar.

Sin embargo, aparte de la pusilanimidad gubernamental frente a los bloqueos de carreteras y vandalismo delincuencial, hay un sesgo marcadamente anti empresarial en muchas autoridades políticas de nuestro país, secundadas – eso sí – por no pocos periodistas, académicos, dirigentes sociales, y ciudadanos en general. No podemos tapar el sol con un dedo.

Para esos propulsores del estatismo, las empresas privadas – todas las empresas – son abusivas, evasoras de impuestos, especuladoras, acaparadoras y mil etcéteras más. Las empresas – en esencia – son malas. Sólo el Estado – y nadie más que el Estado – puede velar por el bienestar y progreso de los trabajadores, los consumidores y la ciudadanía en general. Así se expresan muchos presidentes, ministros, congresistas, gobernadores regionales, alcaldes, etc. Y como acabo de mencionar, cuentan con mucho respaldo académico, periodístico y dirigencial… lamentablemente.

Pusilanimidad gubernamental y estatismo ideológico… eso es lo que tenemos. Conste que nadie – en su sano juicio – pide la vuelta del autoritarismo abusivo y arbitrario. Nada que ver. Lo que pedimos muchos peruanos – no todos… valgan verdades – es autoridad legítima. Un Estado firme, servicial y eficiente. Pero – repito – lamentablemente no lo tenemos.

¿Qué hacer entonces? Pues denunciar a los vándalos ante el Ministerio Públicos. Denunciar a los vándalos que bloquean carreteras y apedrean a vehículos particulares. Denunciar a los vándalos que masacran a policías desarmados. Y dado que el Gobierno no hace nada al respecto, hacerlo nosotros desde la ciudadanía. ¡Eso es lo que debemos hacer!

Se trata de exigir orden, estabilidad, seguridad, legalidad, predictibilidad, civismo. ¡Estamos en nuestro derecho! No queremos “protestas” entre comillas. Y menos… “autoridades” entre comillas. Lampadia




Vandalismo pide… Estado otorga. ¡Así estamos!

Vandalismo pide… Estado otorga. ¡Así estamos!

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 11 de diciembre de 2020
Para Lampadia

Dar una orden a la Policía en el sentido de no despejar vías bloqueadas es señal de debilidad. No controlar ni sancionar el uso ilegal de Services en el agro denota inoperancia. Abandonar a pacientes de hospitales públicos en horario de trabajo es un maltrato cruel. Y pedir plata por lo bajo – o sea, bailar al son de las coimas – es corrupción.

Bueno pues, eso y mucho más es el Estado peruano. Y el periodismo – salvo escasas y honrosas excepciones – apaña a ese Estado fallido. ¡Así estamos!

A propósito de Estado fallido, el Congreso de la República acaba de derogar la Ley de Promoción Agraria. Y el presidente Sagasti – ipso facto – promulgó la derogatoria… feliz. ¿Qué ley rige para el sector agrario? No se sabe, pero no importa. La consigna era derogar la Ley Chlimper. El vandalismo pide… el Estado otorga. ¡Así estamos!

¿Cómo será la nueva ley del sector agrario? Tampoco se sabe, pero tampoco importa. La Ley Chlimper fue derogada. Eso era lo único que importaba. La demagogia y el populismo están de fiesta. El vandalismo pide… el Estado otorga. ¡Así estamos!

Mientras tanto, el Ministerio del Interior y la Policía se hunden cada vez más en su laberinto. El presidente Sagasti no tiene un mes en el cargo y ya va por su tercer ministro del Interior. Y – como se sabe – cada ministro entra y sale con su Director General bajo el brazo. Y los directores – a su vez – hacen lo mismo con sus subordinados. Cero carreras públicas, cero meritocracia, cero profesionalismo, cero continuidad funcional. ¡Así estamos!

Consecuentemente, la seguridad ciudadana es un bien escasísimo en nuestro país. Los bloqueos de carreteras aparecen aquí y allá… en cualquier momento, y por cualquier motivo. El problema es que cualquier momento es todos los días… mañana, tarde y noche. Y cualquier motivo es la huelga agraria, la huelga minera, la huelga médica; incluso la huelga de transportistas ilegales. Toda protesta conlleva el bloqueo de una carretera. ¡Así estamos!

El caos es tal, que para viajar por tierra hay que redoblar las provisiones de agua y comida. Y si hay niños de por medio, hasta en pañales hay que pensar. Los bloqueos de carreteras pueden durar hasta cinco días. Los protocolos conspirativos se han sofisticado. Aparte de apedrear a los buses y camiones con niños y mujeres adentro, los vándalos revientan las llantas de los vehículos – y en algunos casos, los incendian – con lo cual quedan convertidos en barricadas infranqueables.

Lo que llama la atención es que no hay ninguna denuncia, ni ningún detenido. Como que en Ica – la semana pasada – no pasó nada. Las empresas agrícolas están trabajando con total normalidad. ¡100% de afluencia de trabajadores! Los vándalos… simplemente no existen. Nunca existieron. Y el Estado… tampoco existe. Esto es tierra de nadie. ¡Así estamos!

Claro que hay que respetar el derecho a la huelga y la protesta. Y sancionar como corresponde a las empresas abusivas que maltratan a sus trabajadores e incumplen las leyes. Pero también hay que sancionar a las autoridades que no cumplen sus funciones, y a los vándalos que bloquean carreteras y destruyen todo lo que encuentran en su paso.

Estado débil, inoperante, maltratador… y corrupto. Vandalismo pide… Estado otorga. ¡Así estamos! Lampadia




¿Protestar como león y votar como burro?

¿Protestar como león y votar como burro?

Opinión libre de Rafael Venegas
Para Lampadia

No hay duda que todos tenemos motivos mas que suficientes para protestar y de manera muy enérgica. La ciudadanía esta harta, indignada, frustrada y muy enojada. La desbordante corrupción a todo nivel, la vergonzosa impunidad, la creciente crisis moral, la pandemia mal manejada, la crisis económica debido a la ignorancia y populismo de un infame congreso y la peor de todas, la nefasta crisis de gobernabilidad generada por una desgastada, corrupta e irresponsable clase política.

Un verdadero festival de caprichosas interpretaciones constitucionales, abuso del poder para uso propio, clientelismo a diestra y siniestra, populismo barato, inmunidad descarada, blindajes vergonzosos, cierre del parlamento, renuncias y vacancias presidenciales. Es decir, un escenario de una pobreza política sin precedentes que ya tocó fondo. Nuestra democracia está en la UCI y el oxigeno está en manos de incapaces, corruptos e irresponsables.

Por supuesto que dan muchas ganas de protestar, de salir a las calles, de gritar y de hacer mucho ruido, aunque sea como desahogo. Sin embargo, hay que tener en cuenta tres riesgos que pueden jugar muy en contra de estas manifestaciones pacíficas: La proliferación de contagios del Coronavirus, la suspensión de garantías que dan a la policía facilidades para reprimir y el aprovechamiento de la situación por una minoría de malos peruanos.

Estoy seguro de que la enorme mayoría de los peruanos que están protestando en las calles o ¨caceroleando¨ desde sus ventanas, están genuinamente hartos y preocupados por todos estos motivos. Sin embargo, hay una minoría infiltrada que es profesional en estas lides y que sus motivaciones son muy diferentes a las de la mayoría. Hay que identificarlos, repudiarlos y entregarlos a las autoridades.

En esta minoría imprudente se destacan tres grupos: Los irresponsables y trasnochados políticos que quieren aprovecharse de la situación para ganar adeptos para la próxima elección. Dan lástima y vergüenza ajena. Luego están los vándalos que provocan a la policía e incitan al resto para generar caos y vandalismo para luego saquear y robar.

Y la peor de todas, los profesionales del caos, digitados desde el foro de Sao Paulo. Esta mafia que acaba de hacer lo mismo en Chile y Colombia, tienen la rojísima consigna de generar el caos generando vandalismo y hasta muertes, en busca de introducir su trasnochada ideología vía una nueva constitución. Esto lo acaban de conseguir Chile.

Solo basta escuchar las declaraciones de algunos jóvenes que protestan, para darnos cuenta de que ya están haciendo su trabajo aquí también. A todo esto, se suma un sector de la prensa sospechosamente activa en crear y publicar dramáticamente el caos.

En esta protesta hay diferentes motivaciones válidas, pero parece no haber un propósito único y claro, aunque todo apunta a la imperiosa necesidad de renovar totalmente a la desgastada y corrupta clase política.

¡No me siento representado por un desconocido usurpador! ¡No me siento representado por un presidente corrupto y mentiroso! ¡No me siento representado por un congreso incapaz y populista, con mas de la mitad de sus miembros denunciados ante la justicia! ¡Me siento inseguro e indefenso ante una justicia corrupta y una creciente delincuencia!

¿Botamos al usurpador? ¿Regresamos al felón? ¿Qué se vayan todos? ¿Cerramos el irresponsable y populista congreso? ¿Qué es lo que queremos? ¿Qué se vayan todos y se convoque a elecciones generales?

La buena noticia es que esto ya está en camino, ya que las elecciones están programadas para abril. Estamos a solo cinco meses, tiempo ajustado para desplegar un proceso transparente y eficiente que permita a los partidos hacer sus elecciones internas y a los votantes de estar bien informados.

Estoy escribiendo esto el lunes 16 y se acaba de elegir al tercer presidente de la república, en solo una semana. Lo cuestionable es que se ha elegido entre los miembros del impresentable congreso, que es repudiado por la ciudadanía. Esta claro que este presidente tampoco será la solución para el problema de fondo y poco podrá hacer para controlar las crisis que nos agobian.

Sin embargo, debemos exigirle al menos estas cuatro cosas: Calmar a la ciudadanía, encarar adecuadamente la pandemia, controlar la economía para que no siga deteriorándose y garantizar elecciones justas y transparentes en la fecha programada.

Los ciudadanos tenemos el derecho (y el deber) de protestar pacíficamente, ¨cacerolear¨ y gritar cuando sintamos que los que nos representan no están haciendo bien su trabajo y más aún cuando están abusando del poder que les hemos confiado. Para eso tenemos VOZ y debemos alzarla cuando esto sucede. Sin embargo, para que el esfuerzo valga la pena y sea eficaz, tenemos que complementarlo con nuestro VOTO responsable y muy bien informado. La VOZ y el VOTO son nuestras únicas armas y debemos usarlas eficazmente.

¨De nada sirve protestar como un león, si vas a votar como un burro¨
(Verdad Anónima).

Para que no suceda esto debemos utilizar la misma fuerza de la indignación que usamos en las protestas, para exigir que el proceso electoral se respete y cumpla de la manera mas transparente para que así podamos elegir a quienes verdaderamente nos representen.

¨Protestemos como leones, pero también votemos como leones¨

Lamentablemente las reglas ya están dadas y favorecen a los irresponsables y corruptos que las establecieron y no habrá tiempo para reformarlas, por lo que tendremos que acatarlas. Dado esto, tenemos que actuar como leones exigiendo, vigilando y controlando a la autoridad desde hoy, hasta que se proclame al nuevo presidente de la república.

Empecemos por exigirle información detallada y transparente vía medios masivos y especialmente por vía virtual. Aquí la prensa puede convertirse en un jugador relevante, informando veraz y transparentemente a la ciudadanía. ¡Debemos estar informados en exceso!

También debemos demandar que el proceso de revisión y ¨filtrado¨ de los candidatos sea muy riguroso, transparente y enfocada mas en el fondo que en la forma. Las hojas de vida deben revisarse exhaustivamente y publicarse para que la ciudadanía tenga la posibilidad de presentar tachas sin miedo. Aquí la tolerancia debe ser cero. Si lo consignado no es veraz, debe eliminarse al candidato sin miramientos.

No podemos permitir que participen personas con pasados turbios, felones, corruptos, sentenciados, denunciados consuetudinarios, ¨caseritos¨ del poder judicial y de la policía. Tampoco queremos a personas que han demostrado que privilegian sus motivaciones individuales envés de las colectivas, personas sin la debida experiencia, que no han hecho nada relevante en su carrera, o que no tienen la preparación adecuada. Menos aún los que mienten en sus hojas de vida. Escojamos a personas nuevas, pruebas, preparadas, con comprobada experiencia profesional y con vocación de servicio. Tenemos que ser muy críticos y selectivos con los que nos quieren representar. ¡No nos quedemos callados, actuemos como leones!

En el frente de los candidatos presidenciales aparte de lo anterior, tenemos que exigirles que presenten y publiquen sus planes de gobierno y que nos expliquen cuales son sus planes para solucionar las cuatro crisis (de salud, económica, política y moral). Además, deben presentar a las personas que conformaran su equipo de gobierno. Esta información debe ser presentada oportunamente, al menos tres meses antes de la elección, para que toda la ciudadanía pueda revisarla y así votar muy bien informada.

Es importante también influir y educar a nuestro entorno para que se informen bien antes de votar. El voto responsable y bien informado junto con nuestra voz de protesta, es la combinación perfecta para deshacernos de una vez por todas, de esta trasnochada, corrupta e irresponsable clase política y salvar a la verdadera democracia que hoy agoniza.

Por eso no debemos olvidarnos que:

¨De nada sirve protestar como un león, si vas a votar como un burro¨ Lampadia




Persiste la lucha por la democracia en Hong Kong

Persiste la lucha por la democracia en Hong Kong

Las manifestaciones en contra del Partido Chino Comunista en diversas localidades de Hong Kong persisten a pesar de que el gobierno cedió a su principal demanda: levantar el proyecto de ley que le daba potestad de extraditar a sospechosos o disidentes políticos a las cortes chinas.

Esta era de esperarse. Como hemos presentado en Lampadia: El afán de China sobre Hong-Kong y las consecuencias que este trae, algo que empezó con una protesta totalmente legítima ante la injerencia de la dictadura china en la jurisprudencia de Hong Kong, se terminó extremando a reclamos que buscan emancipar completamente a Hong Kong de China, que, valgan verdades, se ha tornado sumamente autoritaria al atropellar diversas libertades civiles y políticas como la libertad de expresión, de culto y de adherencia ideológica (ver Lampadia: La lucha de Hong Kong).

Lo que es peor, el problema se ha expandido a otras partes del territorio que circunde el mencionado gigante asiático. Como The Economist publicó recientemente en un artículo que compartimos líneas abajo, los reclamos por la independencia de China ya no solo comprenderían a Hong Kong sino también a Taiwán, pues teme correr la misma suerte de zonas como el Tibet y Xianjiang,  donde también se reprimen libertades individuales e inclusive se aprisiona a la gente por practicar determinada religión.

En este sentido, con el fin de que China no pierda reputación global de manera que no se tuerza la clara senda de crecimiento en la que se encuentra; y darle estabilidad también a los negocios que planean ingresar a territorio asiático vía el principal centro financiero global y bastión del mundo libre, Hong Kong, creemos que el partido liderado por Xi Jin Ping debe permitirles acceder a la democracia y a las elecciones libres de su director ejecutivo. Creemos que el modelo económico, que ha sido el principal motor de progreso en dicho país, difícilmente podría ser arrebatado en elecciones democráticas pues la misma cultura hongkonesa intrínsecamente ya ha adoptado la filosofía del liberalismo en su vida diaria desde su fundación. Lampadia

Hong Kong en revuelta
La periferia rebelde de China resiente la mano dura del Partido Comunista

El partido no puede ganar un asentimiento duradero a su gobierno solo por la fuerza

The Economist
21 de noviembre, 2019
Traducido y comentado por Lampadia

Hace unos días, cientos de jóvenes, algunos adolescentes, convirtieron el campus de ladrillo rojo de la Universidad Politécnica de Hong Kong en una fortaleza. Vestidos de negro, sus rostros enmascarados también de negro, la mayoría de ellos permanecieron desafiantes cuando fueron asediados. La policía les disparó balas de goma y chorros de agua teñida de azul. Los defensores se agacharon sobre botellas de vidrio, llenándolas de combustible y llenándolas con fusibles para hacer bombas. Muchos aplaudieron la noticia de que una flecha disparada por uno de sus arqueros había golpeado a un policía en la pierna. Después de más de cinco meses de disturbios antigubernamentales en Hong Kong, las apuestas se están volviendo letales.

Esta vez, muchos manifestantes exhaustos se rindieron a la policía; a los más jóvenes se les dio paso seguro. Afortunadamente, hasta ahora se ha evitado el derramamiento de sangre masivo. Pero Hong Kong está en peligro. Cuando The Economist fue a la prensa, algunos manifestantes se negaron a abandonar el campus, y las protestas continuaron en otras partes de la ciudad. No atraen nada como los números que asistieron a las manifestaciones desde el principio, tal vez 2 millones en una ocasión en junio. Pero a menudo implican vandalismo y cócteles molotov. A pesar de la violencia, el apoyo público a los manifestantes, incluso a los radicales que arrojan bombas, sigue siendo fuerte. Los ciudadanos pueden entrar en vigencia para las elecciones locales el 24 de noviembre, que han adquirido un nuevo significado como prueba de la voluntad popular y la oportunidad de dar una paliza a los candidatos a favor del establecimiento. La única concesión del gobierno, retirar un proyecto de ley que habría permitido enviar a los sospechosos a China continental para ser juzgados, hizo poco para restablecer la calma. Los manifestantes dicen que quieren nada menos que democracia. No pueden elegir a su director ejecutivo, y las elecciones para la legislatura de Hong Kong están muy inclinadas. Entonces las protestas pueden continuar.

El Partido Comunista en Beijing no parece ansioso por lograr que sus tropas aplanen los disturbios. Lejos de eso, dicen los de adentro. Este es un problema que el partido no quiere tener; los costos económicos y políticos de disparar en masa a las multitudes en un centro financiero global serían enormes. Pero es dueño del problema que tiene. La mano dura del líder de China, Xi Jinping, y el resentimiento público por él, es la causa principal de la agitación. Él dice que quiere un “gran rejuvenecimiento” de su país. Pero su enfoque brutal e intransigente del control está alimentando la ira no solo en Hong Kong sino en toda la periferia de China.

Cuando las guerrillas de Mao Zedong tomaron el poder en China en 1949, no se hicieron cargo de un país claramente definido, y mucho menos de un país totalmente dispuesto. Hong Kong fue gobernado por los británicos, cerca de Macao por los portugueses. Taiwán estaba bajo el control del gobierno nacionalista que Mao acababa de derrocar. El terreno montañoso del Tíbet estaba bajo una teocracia budista que se irritaba con el control de Beijing. Las tropas comunistas aún no habían ingresado a otra región inmensa en el extremo oeste, Xinjiang, donde los grupos étnicos musulmanes no querían ser gobernados desde lejos.

Setenta años después, la lucha del partido para establecer la China que quiere, está lejos de terminar. Taiwán sigue siendo independiente en todo menos en su nombre. En enero, se espera que su partido gobernante, que favorece una separación más formal, tenga buenos resultados una vez más en las encuestas presidenciales y parlamentarias. “Hoy es Hong Kong, mañana Taiwán” es un eslogan popular en Hong Kong que resuena con su público objetivo, los votantes taiwaneses. Desde que Xi asumió el poder en 2012, lo han visto atacar las libertades de Hong Kong y enviar aviones de combate en incursiones intimidantes alrededor de Taiwán. Pocos de ellos quieren que su isla rica y democrática sea tragada por la dictadura de al lado, incluso si muchos de ellos tienen miles de años de cultura compartida con los continentales.

Tibet y Xinjiang están callados, pero solo porque la gente allí ha sido aterrorizada en silencio. Después de brotes generalizados de disturbios hace una década, la represión se ha vuelto abrumadora. En los últimos años, el gobierno regional de Xinjiang ha construido una red de campos de prisioneros y ha encarcelado a aproximadamente 1 millón de personas, en su mayoría de etnia uigur, a menudo simplemente por ser musulmanes devotos. Documentos oficiales chinos recientemente filtrados al New York Times han confirmado los horrores desatados allí. Las autoridades dicen que esta “formación profesional”, como la describen escalofriantemente, es necesaria para erradicar el extremismo islamista. A la larga, es más probable que genere rabia tanto que algún día explotará.

El eslogan en Hong Kong tiene otra parte: “Xinjiang de hoy, Hong Kong de mañana”. Pocos esperan un resultado tan sombrío para la antigua colonia británica. Pero los hongkoneses tienen razón al ver el partido con miedo. Incluso si Xi decide no usa tropas en Hong Kong, su visión de los desafíos a la autoridad del partido es clara. Él piensa que deberían ser aplastados.

Esta semana, el Congreso de EEUU aprobó un proyecto de ley, casi por unanimidad, que exige que el gobierno aplique sanciones a los funcionarios culpables de abuso de los derechos humanos en Hong Kong. No obstante, es probable que China se apoye más en el gobierno de Hong Kong, para explorar si puede aprobar una nueva ley severa contra la sedición y para exigir a los estudiantes que se sometan a “educación patriótica” (es decir, propaganda del partido). El partido quiere saber los nombres de quienes lo desafían, para luego hacerles la vida imposible.

Xi dice que quiere que China logre su gran rejuvenecimiento para 2049, el centenario de la victoria de Mao. Para entonces, dice, el país será “fuerte, democrático, culturalmente avanzado, armonioso y bello”. Lo más probable es que si el partido permanece en el poder durante tanto tiempo, los asuntos pendientes de Mao seguirán siendo una llaga terrible. Millones de personas que viven en las regiones periféricas que Mao afirmó para el partido estarán furiosas.

No toda la élite comunista está de acuerdo con el enfoque de puño cerrado de Xi, que presumiblemente es la razón por la cual alguien filtró los documentos de Xinjiang. Los problemas en la periferia de un imperio pueden extenderse rápidamente al centro. Esto es doblemente probable cuando las periferias también están donde el imperio se frota contra vecinos sospechosos. India desconfía de la militarización china del Tíbet. Los vecinos de China observan ansiosamente la acumulación militar del país en el estrecho de Taiwán. Un gran temor es que un ataque a la isla pueda desencadenar una guerra entre China y EEUU. El partido no puede ganar un asentimiento duradero a su gobierno solo por la fuerza.

En Hong Kong, “un país, dos sistemas” expirará oficialmente en 2047. En su forma actual, es probable que su sistema sea muy similar al resto de China mucho antes. Es por eso que los manifestantes de Hong Kong están tan desesperados, y por qué la armonía que Xi habla tan alegremente de crear en China lo eludirá. Lampadia