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La herencia empresarial del comunismo moscovita

Más allá del Campeonato Mundial de Futbol de junio próximo, Rusia y Putin toman cada vez más relevancia en los acontecimientos globales, que también influyen en los espacios de vida de los peruanos.

Hace pocos días, el Financial Times publicó una entrevista a Vladimir Potanin, uno de los pocos sobrevivientes de la casta de oligarcas que se formo durante la implosión del imperio soviético, a principios de los años 90.

La interesante entrevista nos permite conocer varios temas interesantes:

  • El nuevo Estado ruso dirigido por Yeltsin, quebrado y endeudado, desarrolló un proceso de privatización llamado ‘préstamos por acciones’, que permitió que unos cuantos rusos se hicieran de la propiedad de inmensos activos. Un proceso a todas luces corrupto; a diferencia del proceso de privatización peruano, que fue impecable.
  • Los nuevos multimillonarios rusos, la primera ola de oligarcas, se hizo con la propiedad de los recursos naturales y financieros del desfalleciente Estado-Soviético. Siete fueron los más notorios, de los que hoy solo quedan dos, Vladimir Potanin y Mikhail Khodorkovsky que purgó 10 años de cárcel y está en el exilio.
  • Los demás murieron o desaparecieron por enfrentarse al poder de Putin o pretender transitar de la empresa a la política.
  • Hoy Rusia tiene otro grupo de súper millonarios, la segunda ola de oligarcas, los amigos de Putin.
  • A Putin le gusta controlar las cosas. No le gusta no estar en el circuito. Le gustan los detalles, le gusta saber cómo funcionan las cosas. Pero eso no significa que tengas pedir su aprobación antes de tomar decisiones”.
  • A los rusos no se les puede juzgar como a alguien nacido en Londres. “Nosotros nacimos en un campo de concentración. Vivimos durante muchos siglos sin propiedad privada en un estado paternalista”.
  • “Entonces, aunque ahora todo el mundo quiere un automóvil, una casa, joyas, también piensan que no deben ser dueños de una fábrica. Y esto está mal. La opinión pública es como un desastre natural. No puedes manejarlo. Empieza a llover, y bueno, te mojas”. – Qué curiosa valoración de  uso personal versus la de actividades empresariales.
  • “Soy un ser humano normal; todos se sienten atraídos por el poder… Pero nunca se puede convertir el poder empresarial en poder político. Si lo intentas, morirás”.

Hoy, Potanin se debate entre el remordimiento y el orgullo. Trata de redimirse desarrollando acciones altruistas, incluso más allá de Rusia. Pero en esencia está escondido del mundo, por haber sido un puente entre la corrupción del comunismo soviético y la corrupción de la nueva Rusia. Lampadia

El oligarca Vladimir Potanin habla sobre dinero, poder y Putin

Almuerzo con Vladimir Potanin

Uno de los primeros magnates pos-soviéticos rusos en el arte de sobrevivir en Moscú

Henry Foy, corresponsal de FT en Moscú
Financial Times
14 de abril, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Cualquier mente maestra malvada respetable necesita una guarida. Un castillo para disfrutar de victorias, una fortaleza para planear de nuevo. O, en el caso de Vladimir Potanin, un lugar para esquiar y jugar al hockey sobre hielo, y soñar con la redención y un mundo en el que ya no sea señalado como el villano original de Rusia.

En la saga de la metamorfosis de Rusia desde el socialismo controlado por el estado hasta el capitalismo, muchos consideran que el magnate es el sumo sacerdote de la oligarquía, que allanó el camino para la sociedad actual de unos cientos de ricos y decenas de millones de personas: una democracia solo de nombre, con los ricos tirando de las cuerdas y el resto imaginando que pudo ser.

A una hora en auto al oeste de Moscú, en un club de campo privado que construyó en un valle boscoso, encontré a un hombre resignado a esta sombría caricatura pero tratando de reescribir su propia historia. “Me escondo aquí”, dice mientras paseamos por un camino bordeado de árboles hasta el restaurante. “De todos”.

La imponente humanidad de Potanin se ve atenuada por su relajada actitud. Está vestido con pantalones y un blazer informal con una camisa y corbata azul marino. Nuestra conversación se mantiene bastante alegre. Pero las sonrisas enmascaran una de las mentes corporativas más inteligentes de Rusia. En 1995, cuatro años después del colapso de la Unión Soviética, el funcionario convertido en empresario instigó el controvertido esquema de “préstamos por acciones” con el que el presidente Boris Yeltsin entregó participaciones en los activos de recursos naturales más valiosos de Rusia por préstamos bancarios para cubrir las deudas del país y conseguir apoyo financiero para su fallida campaña de reelección.

Yeltsin se aferró al Kremlin, el estado endeudado obtuvo dinero en efectivo y un año más tarde, un grupo de siete empresarios como Potanin que habían emitido los préstamos, revendió para ellos mismos las acciones a precios muy bajos en subastas manipuladas. El premio de Potanin fue una participación del 38% en el coloso de metales y minería Norilsk Nickel por solo US$ 170.1 millones. Cuando nos reunimos, esa apuesta valía US$ 11,200 millones, aunque desde la imposición de nuevas sanciones estadounidenses contra Rusia y la agitación del mercado de esta semana, se ha reducido a US$ 9,400 millones.

En el complicado viaje que condujo a la actual Rusia de los oligarcas, la desigualdad y el soborno, muchos ciudadanos perciben los “préstamos por acciones” como el pecado original: el saqueo del estado que contaminó para siempre su futuro. Potanin ha construido una fortuna de US$ 15.6 mil millones, la sexta más grande en Rusia y la 83 en el mundo, pero tiene una mancha. Muchos rusos nunca lo perdonarán. Y sin embargo, también es uno de los grandes supervivientes corporativos de Rusia. De los siete oligarcas originales, él es uno de los dos únicos que aún son bienvenidos en Moscú. Son muy pocos los que acumularon riqueza e influencia antes de que Vladimir Putin ascendiera al poder y aún mantengan ambos.

“He estado involucrado desde el principio. Ha sido una vida muy interesante”, dice. “Sí, soy un sobreviviente, como pueden ver. Y quieres preguntarme por qué”.

Primero debemos pedir la comida. Estamos sentados junto a la ventana en un restaurante completamente vacío con un maître anciano en la esquina. Potanin recomienda la ‘dorada’, que yo elijo, con un trío de tartares de pescado para comenzar. Él hace lo mismo, y el francófono que vacaciona en Antibes toma una botella de Borgoña blanca.

Nacido en 1961 en la nomenklatura [una élite de la sociedad de la extinta Unión Soviética ], Potanin estudió para seguir los pasos de su padre en el ministerio de comercio de la URSS, con la perspectiva de conseguir puestos glamorosos en el extranjero. Pero después de siete años en la agencia de comercio estatal, renunció en 1990 para aprovechar la flexibilidad de las normas de Mihail Gorbachov sobre las empresas privadas. Fundó Interros ese año, con US$ 10,000 de capital prestado, y comenzó a competir con su ex empleador.

“El problema con los soviéticos es que nuestro país era como una célula. Nos aislaron.”, explica. “Y luego nos volvimos súbitamente abiertos… Aquellos que tenían apetito por los riesgos, la astucia y las habilidades, por supuesto, tenían una ventaja”.

Cinco años después, en un movimiento que modelaría el futuro de Rusia, convenció al Kremlin de respaldar su esquema de “préstamos por acciones”, seleccionando algunos de los activos de recursos naturales más valiosos del país como garantía para préstamos que tanto los banqueros como los políticos sabían que jamás serían pagados. Cuando llegan los tartares, le pregunto cómo se siente al ser inmortalizado como la mente maestra del esquema.

“Es la mayor tragedia de relaciones públicas de mi carrera”, dice. “Por supuesto, el proceso de privatización debe ser transparente. Y en nuestro caso no fue así. Mi plan era diferente. Quería privatizar las empresas con bancos y personas calificadas, aumentar su valor y luego venderlas.”

“La elección no fue entre ser justo y abierto o crear oligarcas. Era dejar estas compañías en manos de directores rojos soviéticos y olvidar la eficiencia para siempre, o venderlas de cualquier manera posible”.

Potanin está animado, gesticulando con las manos mientras defiende su esquema como un paso necesario para evitar el estancamiento económico. Cuando interrumpo para preguntar cuándo se dio cuenta de que podía hacer una fortuna manipulando las subastas y alejándose con las acciones por una fracción de su valor, hay una larga pausa.

“Sí, me hizo increíblemente rico”, dice, mirando hacia un lago. “Todo el mundo sabe que obtuve muy barato el control del 38 % de Norilsk en préstamos por acciones.” La última palabra gotea con condescendencia. “Hay cierta injusticia en tratar esos tratos como malvados. Fue más complicado que eso. No puedo reescribir la historia. Quizás,”- se corrige a sí mismo- “Está bien, ciertamente, fue mi error, mi desastre de relaciones públicas. No logré explicar todas esas cosas en aquel entonces.”

“Cuando las personas vienen de un sistema totalmente cerrado y de una economía planificada, a la apertura y a una economía de mercado; de un estado poderoso a un estado en dificultades, no hay lugar para la equidad”.

En cierto sentido, tiene razón. La economía de Rusia en la década de 1990 era ‘cuasi-sin ley’ y desesperada por tener empresas privadas. Independientemente de cómo adquirió el control, su gestión ha convertido a Norilsk en una de las empresas mineras más rentables del mundo. Pero es difícil sentir lástima por un multimillonario, sentado en los terrenos de su club de campo privado, mirando por encima de su pista de esquí, que ganó su riqueza en una privatización defectuosa diseñada y dirigida por aquellos que se beneficiaron.

“No me importa cuando la gente me llama oligarca”, dice, mirándome directamente. “Tengo suficiente autoestima para saber que hago bien las cosas.

Restaurante Luzhki Club Luzhki de Moscú, Trío de tartare de pescado x 2, Rublos 2,200 (US$ 38); Dorada en puerro x 2 Rublos 2,600 (US$ 45); Agua mineral Rublos 400 (US$ 7); Agua mineral Rublos 700 (US$ 11); Botella Corton-Charlemagne Grand Cru 2013, de cortesía. Gran Total: Rublos 5,800 (US$ 101).

“Vivimos durante muchos siglos sin propiedad privada en un estado paternalista. Entonces, aunque ahora todo el mundo quiere un automóvil, una casa, joyas, también piensan que no deben ser dueños de una fábrica. Y esto está mal. La opinión pública es como un desastre natural. No puedes manejarlo. Empieza a llover, y bueno, te mojas”.

Nos acabamos los tartares (un poco secos y sin sabor) y desafío a Potanin con una segunda crítica a los oligarcas: que su riqueza los hizo dueños de los políticos rusos. Boris Berezovsky, quien también participó en ‘préstamos por acciones’, alguna vez se jactó ante el FT de que él, Potanin y los otros cinco oligarcas controlaban el 50 % de la economía.

“A algunas personas les gusta llamar la atención y parecer más grandes de lo que son”, responde Potanin, tomando un poco de vino.

“Mira”, dice, hablando con mucho cuidado. “Siempre me sentí lo suficientemente inteligente y tengo buenas conexiones para llevar mis ideas a los responsables de la toma de decisiones. Pero nunca sentí que pudiera presionarlos”.

La jactancia de Berezovsky regresó para atormentar al septeto, luego de que Putin reemplazara a Yeltsin y tomara represalias contra los oligarcas. El magnate del petróleo y los medios huyó a Londres en 2000 y murió en circunstancias sospechosas en 2013. Mikhail Khodorkovsky fue encarcelado en 2003 durante 10 años y ahora vive en el exilio. Otros tres fueron investigados por crímenes financieros y abandonaron Rusia. Solo Mikhail Fridman, un magnate bancario, del retail y telecomunicaciones valorizado en 14,500 millones de dólares, ha prosperado junto con él.

“¿Por qué sobrevivimos, Fridman y yo? Tal vez porque nunca tratamos de dictarle al gobierno, al Kremlin “, dice. Recuerda una reunión en la que él y Fridman le dijeron a Khodorkovski: “Mikhail, el problema es que estás tratando de jugar juegos políticos. La percepción es que estás tratando de comprar el poder. Es inaceptable, no solo para ti sino para todos nosotros, todos nos veremos peligrosos”.

En 1996, Potanin se desempeñó como viceprimer ministro durante siete meses, una experiencia fallida que lo hizo temer de la política. “Soy un ser humano normal; todos se sienten atraídos por el poder. Pero esta vez como viceprimer ministro, aunque lo disfruté, me vacuné contra el poder. . . Entendí que nunca puedes convertir tu poder de negocios en poder político. Si lo intentas, morirás”.

Somos interrumpidos por la llegada de la dorada. El filete, escalfado dentro de las capas de puerro, es delicioso. El hombre ciertamente conoce su propio menú.

Antes del almuerzo, Potanin me había mostrado su pista de hockey sobre hielo, donde jugaba al menos dos veces a la semana. En docenas de gabinetes llenos de fotografías enmarcadas del oligarca que jugaba con ex profesionales y compañeros poderosos, vi una foto en la que aparecía con Putin, otro aficionado al hockey sobre hielo. Cuando le pregunté quién era el mejor jugador, sonrió: “Soy más joven”.

“Ser cercanos o apoyarnos, son cosas diferentes”, dice. “Nunca he sido tan cercano a Putin, pero eso no significa que lo apoye menos que sus amigos personales”, dice. “No necesitas estar cerca del presidente para ser un patriota”.

Sin embargo, durante el gobierno de 18 años de Putin, surgió una nueva clase de oligarcas cuya riqueza depende de su lealtad.

“A Putin le gusta controlar las cosas. No le gusta no estar en el circuito”, dice. “Le gustan los detalles, le gusta saber cómo funcionan las cosas”. Pero eso no significa que tengas pedir su aprobación antes de tomar decisiones”.

Según la constitución de Rusia, el nuevo mandato de Putin de seis años será el último. Le pregunto a Potanin si le preocupa que una reciente serie de enfrentamientos entre multimillonarios anuncie un período de lucha por el control.

“La estabilidad es realmente importante para Rusia”, dice. “Lo que es importante para Putin es cómo crea un programa para los próximos años”.

¿Sucesión? Le pregunto, pero el astuto veterano elude mi pregunta. “Putin es lo suficientemente inteligente como para entender cómo funcionan las cosas y cómo hacer que continúen funcionando. No sé cómo va a resolver esto, y no estoy lo suficientemente cerca como para discutirlo. . . Pero él conoce cómo funciona todo y sabe que su mayor legado sería garantizar la estabilidad y la continuidad.”

“Es importante para los negocios, también. . . Espero y creo que no permitirá este tipo de turbulencia entre los diferentes grupos. Creo que sabe cómo manejar esto”.

Cuando menciono su inclusión en la “lista del Kremlin” de los Estados Unidos (una lista de rusos conectados políticamente que podrían enfrentar sanciones), su rostro se pone más serio. “La lista del Kremlin es solo una hoja de papel”, dice. “Soy ruso. Estoy con mi país, pase lo que pase. Así que las listas, las sanciones, lo que sea que ustedes crean que es necesario, háganlo. Apoyo a mi país [Pero] es una lástima que este sentimiento de cooperación entre la nueva Rusia y el resto del mundo se haya perdido.”

“Mira, la tolerancia es algo por lo que los europeos son famosos”, dice. “Pero la velocidad y la nitidez con que desapareció esta tolerancia es un poco extraña… El mundo no es perfecto y si crees que eres el único que es perfecto, entonces estás equivocado”.

Este sentido de discriminación injusta aparece a lo largo de nuestro almuerzo. Potanin está resignado a su imagen de oligarca, pero se siente frustrado por no haber tenido la oportunidad de redefinir su narrativa.

“Cuando haces algo en tu vida, mientras más haces, más rumores, más información creas sobre tu actividad. Y en mi caso, no siempre es positiva, especialmente cuando hablamos de la década de 1990”, suspira. “Puedo dejarlo atrás. No puedo hacer nada, decir, mira, bien, vivo la vida que vivo, no hago caso a la opinión pública y me escondo en este club de campo”.

En este contexto, veo el entorno, no como la guarida de una mente corporativa maestra que fue astuta, sino más como el escondite de un hombre que teme que será castigado eternamente.

Aun así, Potanin está tratando de cambiar su imagen. Dio US$ 2,500 millones de su propio dinero para construir una estación de esquí en Sochi para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, y es el único signatario de Rusia en Giving Pledge [el pool de altruistas formado por Bill Gates y Warren Buffett], prometiendo donar al menos la mitad de su riqueza a la caridad. Su fundación apoya enormes programas educativos y culturales en Rusia, y fue galardonado con la Legión de Honor de Francia el año pasado después de donar una colección de arte soviético y ruso al Centro Pompidou. Pero el principal intento de Potanin de forjar un legado es su trabajo en la limpieza de Norilsk, la ciudad que da nombre a su empresa minera.

Soy un ser humano normal; todos se sienten atraídos por el poder… Pero nunca se puede convertir el poder empresarial en poder político. Si lo intentas, morirás.

En lo profundo del Círculo Polar Ártico y accesible únicamente por avión o barco, Norilsk se formó como parte de la red de campos de prisioneros de Stalin. Decenas de miles de prisioneros murieron construyendo las minas y fábricas que todavía se usan hoy en día. Construida sin tener en cuenta el medio ambiente, hace una década fue nombrada como la ciudad más contaminada del mundo. Potanin está gastando US$ 2,500 millones para arreglar eso.

“Estoy afirmándole públicamente al mundo entero que, para 2023, esto se resolverá y Norilsk se convertirá en un lugar normal para vivir. Si no puedes cambiar la historia escrita, debes escribir nuevas historias para reequilibrar la situación. Y como tengo suficiente dinero, energía y habilidades, puedo crear nuevas historias. La sociedad rusa tiene una fe muy limitada en los hombres de negocios para servir a su país”, dice. “Quiero que vean que estoy pagando”. Pero no puedo culparlos por tener resentimientos sobre las personas que son ricas y no sufren dificultades… He elegido un destino específico. Y soy un hombre feliz”.

El sol se pone en el horizonte congelado, la botella de vino está vacía. Potanin revisa su reloj Ulysse Nardin: hemos hablado durante tres horas. Cuando le hago un gesto al camarero, Potanin vuelve al perdón.

“Rusia no tiene suerte con el timing. Todo lo que sucedió hace 150, 200 años en otros países está sucediendo aquí mientras hablamos. Ustedes tuvieron sus guerras civiles hace siglos. El último asesinato de tu rey fue en 1649. Matamos a nuestro Nicolás II hace 100 años.”

“Quizás es por eso que es tan difícil para el mundo occidental entender a Rusia. Vuelvo a esta palabra: tolerancia. Ustedes terminaron con ciertos temas hace muchos siglos. Nosotros los estamos viviendo. La mía es una generación nacida en la Unión Soviética, y no entiendes lo que eso significa. Ustedes nos están pidiendo cierto comportamiento. Pero nacimos en un campo de concentración. ¿De verdad esperan de nosotros el comportamiento de los niños nacidos en Londres? Cuando ustedes nos enseñen, tengan cuidado, sean amables”.

Pido la factura por mi comida y pido pagar toda la cuenta. El incrédulo camarero mira aterrorizado a Potanin, que estalla en carcajadas. Finalmente, puedo pagar el almuerzo del multimillonario en su propio restaurante.

Sólo en el camino de regreso a Moscú me doy cuenta de que no habían considerado la botella de US$ 150 en la factura. Un obsequio caritativo del oligarca arrepentido. Lampadia




Acceso al agua: Algo que tratamos con mucha hipocresía

Acceso al agua: Algo que tratamos con mucha hipocresía

Hace unos veinte días publicamos una nota en la que decíamos: Agua Potable: Un servicio público menoscabado por la política. Con respecto a ella y en base a algunos de los comentarios que hemos recibido en nuestro Facebook, podemos comprobar cómo se han grabado con fuego algunos mitos que responden a ideas políticas (ideas muertas) que actúan como lentes oscuros e impiden poner las cosas importantes por delante. Explicamos como fue que los servicios de saneamiento no siguieron la suerte de los servicios eléctricos y de comunicaciones.

Después de haberse reestructurado el manejo de los servicios públicos de electricidad y comunicaciones, mediante las privatizaciones de los años 90, que permitieron una mejora sustancial de los servicios y el empoderamiento del Estado como el regulador de la actividad privada, hace prácticamente 20 años el país optó por mantener el servicio de agua potable y alcantarillado en manos del Estado.

Desde entonces, la politiquería ha ido solidificando un statu quo, a todas luces negativo: que impide a los ciudadanos el acceso a un servicio de calidad  y castiga a los más pobres a pagar por el agua hasta 15 veces más que las clases más acomodadas, que genera inmensas pérdidas de recursos públicos por inversiones inefectivas y; que permite la presencia de mafias corruptas que medran alrededor de las limitaciones de los pobres.

Peor aún, para evitar la participación del sector privado (esa suerte de ‘fuerza de ocupación extranjera’) en los servicios de agua se salió del apuro entregando el manejo de las empresas públicas en todo el país a los municipios, con lo cual los mitos previos ocuparon el estatus de una suerte de ‘sustento constitucional’ contra los que ni siquiera era conveniente declarar.

Daños en la Bocatoma de la planta de agua de Huachipa

En el caso de Lima, se creó el monstruo de Sedapal, una ‘empresa’ en donde según el Primer Ministro Cateriano, hay unos dos mil puestos de trabajo que tienen el derecho a heredarse a los hijos, por pacto sindical. Un pacto de ‘lesas legitimidad’ que debiera contarse de seco acusando penalmente a los que lo firmaron por la empresa y el sindicato, que establecieron un pacto contra el interés de los ciudadanos en su condición de ‘servidores públicos’.

En la nota referida señalamos varios casos de inversiones fallidas en Sedapal, así como sugerencias de cómo enfrentar las soluciones que podrían sacarnos de este atentado contra los pobres. En la misma fecha publicamos otra nota que aportaba recomendaciones adicionales, ver:  Una solución práctica para aliviar la escasez de agua.

Ahora publicamos líneas abajo, una nota publicada en El País de España, que habla de las limitaciones de estos servicios en la región y enfatiza como, en un país con tanta agua como el Perú, seguimos sin acceso universal y además, algo muy importante, que se quiere esconder debajo de las alfombras, los servicios que no ofrecen agua por 24 horas diarias.

Esperamos que el nuevo gobierno sea capaz de asumir el liderazgo necesario para que podamos enfrentar el reto de reconvertir el esquema actual, especialmente, tratándose del ‘pet project’ del propio PPK. Esfuerzos que tendremos que apoyar ilustrando a la opinión pública sobre los verdaderos análisis costo-beneficio a considerar.

TERMÓMETRO ECONÓMICO Y SOCIAL DE AMÉRICA LATINA

En la región con más agua, millones no tienen baño

Julio César Casma

El País Internacional

9 de Julio 2016

Glosado por Lampadia

 

91% del mundo tiene acceso a agua, pero 1.800 millones utilizan una fuente que está contaminada con materia fecal

La fórmula del problema es bastante simple: a más gente, mayor demanda de agua, pero las fuentes de suministro no aumentan tanto como las personas que la necesitan. Si bien el número de familias que accede a una fuente de agua ha aumentado en los últimos años, llegando al 91% para 2015, aún 663 millones de personas en todo el mundo, siguen esperando por agua limpia y barata para todos.

Las ciudades y la agricultura son las que más contribuyen al problema. La alta concentración de fábricas e industrias, los sistemas de transporte y edificios que requieren gran cantidad de energía podrían influir en una posible crisis de agua en el futuro. Además, aproximadamente el 70% del agua extraída de los ríos, lagos y acuíferos se utiliza para el riego.

El problema no queda ahí. Aun cuando tres cuartas partes del mundo están cubiertas de agua, sólo el 2% es dulce, y de acuerdo a Naciones Unidas, al menos 1,800 millones de personas en el mundo utilizan una fuente de agua potable que está contaminada con materia fecal y cada día cerca de 1,000 niños mueren a causa de enfermedades diarreicas prevenibles relacionadas con el agua y el saneamiento.

Entregar agua limpia y asequible para todos es un desafío con varios peldaños. El cambio climático, la gestión del agua, la escasez y la calidad del agua son temas claves para empezar a solucionar el problema.

Tenemos agua, pero no todo el día.

EL Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 reconoce que tener agua de forma sostenible va más allá de sólo proporcionar un suministro de agua potable y un adecuado saneamiento. Contar con ambos elementos implica mejoras para el medio ambiente, la salud, la seguridad alimentaria, la capacidad de recuperación frente a desastres e incluso el crecimiento económico de un país.

Actualmente, más del 91% de la población tiene acceso a una fuente mejorada de agua, superando la meta del Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODS) del 88%. Sin embargo, en todo el mundo, el servicio es a menudo insuficiente o insostenible, y el agua, incluso de una fuente mejorada, no siempre es segura para beber, según el Banco Mundial.

En Perú, por ejemplo, si bien la cobertura de acceso a agua es del 87%, aún varias ciudades sólo cuentan con ella por 9 horas al día. Uno de los problemas es que parte del agua potable se pierde durante su transporte a los hogares, en las tuberías rotas o sin mantenimiento. Mejorar la calidad del servicio implicaría también determinar si el costo de las tarifas es suficiente para proveer un buen servicio acordes con los ingresos de los usuarios.

Una mujer lava ropa en Íquitos, Perú. Mónica Tijero Banco Mundial

¿Qué pasa con el saneamiento?

Actualmente, sólo el 68% de la población mundial tiene acceso a saneamiento, esto deja fuera a 2,400 millones de personas que carecen de retretes o letrinas. El ODS 6 también busca garantizar un saneamiento adecuado para todos y para poner fin a la defecación al aire libre, la cual contamina el agua disponible y extiende enfermedades tales como el cólera, la diarrea y la disentería y causando la muerte de más de 842,000 personas al año. 

En el mundo, en promedio, siete de cada diez personas que carecen de acceso a instalaciones sanitarias higiénicas y seguras viven en zonas rurales. Y en América Latina, no es diferente. A pesar de los avances sociales y económicos recientes, aún 106 millones de personas aún no cuentan con un baño digno en casa y 34 millones no tienen acceso a agua potable de forma sostenible.

Lampadia




Alberto Verme nos recordó que el Perú es un país maravilloso

Alberto Verme nos recordó que el Perú es un país maravilloso

El peruano Alberto Verme, banquero internacional que vive en Londres como Chairman of Institutional Clients Group del Citigroup, nos encandiló en el CADE con una sentida y emotiva presentación sobre su visión del Perú, recogida a lo largo y ancho del mundo que transita.

“Lo que nos hace falta es liderazgo pero del responsable”

A continuación compartiremos con nuestros lectores los comentarios más impactantes que hemos podido recoger:

  • En sus recorridos por el mundo recoge una y otra vez los mismos comentarios sobre el Perú:

– Tienes un lindo país

– Con gente muy agradable

– Comida fantástica

– Arqueología espectacular

– Cultura extraordinaria

– Todos quieren volver al Perú

  • Pero también le dicen:

– Que nos falta ambición

– Que somos algo auto destructivos

– Que tenemos miedo al éxito

  • Verme nos dice que lo que falta es un liderazgo responsable y humilde
  • Destacó algunos de nuestros logros. Por ejemplo:

– Hemos logrado diversificar nuestro comercio. Un 25% de nuestras exportaciones van a EEUU, y otro tanto a Europa, Asia y Latino América.

– Hemos pasado de un Estado que asfixiaba la economía a uno donde el sector privado (vía privatizaciones) aporta la parte esencial del PBI.

– Tenemos financiamiento de buen nivel con grado de inversión.

– Hemos crecido con inversión que produjo empleo, ingresos y servicios.

  • Tenemos inmensas ventajas competitivas en:

– Agro exportaciones

– Minería

– Turismo

  • Nos falta mejor educación e infraestructuras.
  • Tenemos que ser más ambiciosos.
  • ¿Por qué no podemos hacer del nuevo aeropuerto del Cusco el mejor de la región?
  • ¿Por qué no podemos tener uno de los mejores puertos del mundo en El Callao?
  • La especialización es fundamental.
  • ¿Por qué no podemos tener una de las mejores Bolsas de Valores de la región, especializada en el financiamiento de las PYMES?
  • Necesitamos ambición y liderazgo.
  • La humildad es símbolo de grandeza.
  • El único cambio verdadero nace de uno mismo.
  • Necesitamos y AMBICIÓN Y OPTIMISMO.
  • Para el buen proyecto siempre habrá financiamiento.
  • Solo tenemos tres millones de turistas por año. ¿Por qué no podemos tener el doble? En turismo la oferta genera su demanda.

Necesitamos que estos peruanos que aman el Perú, pero viven lejos, estén más cerca de nosotros. Lampadia

 

 

 

 




Desmitificando al ‘Cuco’ del FMI

Desmitificando al ‘Cuco’ del FMI

Comentario de Lampadia

En el Perú estamos a días de la reunión anual del FMI (Fondo Monetario Internacional) y del BM (Banco Mundial), que se desarrollará en Lima, en el complejo del nuevo auditorio del Banco de la Nación, el Museo de la Nación, el Gran Teatro Nacional y la Biblioteca Nacional. Reunión que se llevará a cabo en Latinoamérica después de cincuenta años.

El la historia política global y muy claramente en la peruana, el FMI y el BM han sido una suerte de ‘punching balls’ de las izquierdas anti mercado. Ambas instituciones han sido demonizadas y junto con el llamado ‘Consenso de Washington’, acusadas de haber propiciado programas de ajuste y privatizaciones (que terminaron siendo muy exitosos y explican los buenos años de crecimiento de Latinoamérica, hasta hace pocos años).

La verdad, como explica Ricardo Hausmann en el artículo que presentamos líneas abajo, es lo contrario. Si bien faltan algunas reformas a este tipo de instituciones, como mejorar los pesos de sus miembros en función del mundo de hoy, si han tenido contribuciones muy importantes para la salud económica y social de muchos países,  desde el Reino Unido en los años 70, hasta prácticamente todos los países menos desarrollados como el Perú.

En nuestro caso, el deterioro de nuestra economía que empezó a labrarse en los años 60, nos llevó a que  a principios de los años 80, nos alejáramos de estas instituciones y nos convirtiéramos en un paria internacional. Fue justamente con el apoyo del FMI y del BM, que regresamos al mundo global y que pudiéramos recuperar la economía del país. Ver en Lampadia: Detalles no revelados de cómo se liberalizó la economía en los noventa – Crónica de una Reinserción.

Compartimos a continuación el artículo de Hausmann:

 

No teman al FMI

Por Ricardo Hausmann

Publicado por Project Syndicate el 28 de setiembre 2015

En muchos lugares del mundo, el Fondo Monetario Internacional es la organización a la que todos aman odiar. Según algunos, el FMI es malo para los pobres, las mujeres, la estabilidad económica y el medio ambienteJoseph Stiglitz, cuya influencia es más amplia debido a su premio Nobel, culpa al FMI de causar y luego empeorar las crisis económicas que se le pidió que resolviera. Supuestamente, hace esto para salvar a los capitalistas y a los banqueros, no al ciudadano de a pie. Si bien no es cierta, esta creencia hace enorme daño y limita el bien potencial que el FMI puede hacer.

Para empezar, consideremos la forma en que el mundo enfrenta las crisis de refugiados, como la de Siria, y la forma en que enfrenta las crisis económicas. Como su nombre lo indica, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados no es una institución, sino una persona, quien está a cargo de una “oficina”, no de una organización plenamente dicha. Es esta debilidad la que llevó a la Canciller de Alemania, Angela Merkel, a apremiar a sus socios de la Unión Europea para que respondieran de una manera más coherente al incesante flujo de personas en busca de asilo.

Por el contrario, el sistema para evitar y resolver las crisis financieras está anclado en una institución plenamente constituida: el FMI. Puede que ésta no sea perfecta, pero en comparación con cuestiones como las de los refugiados, los derechos humanos o el ambiente, está a años luz.

Es fácil no comprender bien lo que hace el FMI. La mayor parte de sus esfuerzos están dirigidos a la prevención de crisis. Como lo expresara Franklin D. Roosevelt en 1944, en la Conferencia de Bretton Woods, donde se establecieron el FMI y El Banco Mundial, “Las crisis económicas son fuertemente contagiosas. Por ello, la salud económica de cada país es un tema de preocupación para todos sus vecinos, próximos o distantes”.

Es por esta razón que los 44 países asistentes, y los 188 que hoy día pertenecen al FMI, acordaron que: “Las naciones deben consultar y acordar los cambios monetarios internacionales que afectan entre sí… y deben ayudarse mutuamente para superar las dificultades cambiarias de corto plazo”. A nivel operacional, esto se expresa en las llamadas consultas del Artículo IV. Estas discusiones formales sobre políticas económicas entre el FMI y los gobiernos de los países miembros, que por lo general se realizan anualmente, se redactan, pasan por la revisión de la Junta de Directores Ejecutivos del Fondo (donde están representados los 188 países) y se publican para que cualquiera pueda acceder a ellas en línea. Esto constituye un estándar de vigilancia y de transparencia colectiva al que deberían aspirar las organizaciones que se ocupan de otros temas.

El FMI ha sido instrumental en el desarrollo de las herramientas que los países emplean para medir, evaluar y mejorar su posición macroeconómica en un momento determinado: la política fiscal y monetaria, así como la estabilidad financiera, cambiaria y de precios. Además, ayuda a los países a encontrar mejores maneras de implementar medidas en todos estos aspectos, y procura identificar lecciones amplias provenientes de la experiencia de muchos países que sirvan para iluminar las opciones que cada país en particular pueda tener.

A través del diálogo, así como de la investigación, asesoría, asistencia técnica y capacitación, el FMI ha contribuido a la creación de una comunidad de prácticas a nivel mundial. Hoy día, es más fácil ser presidente de un banco central o ministro de hacienda, que ser ministro de salud o de justicia. Esto no se debe a que los desafíos sean menores, sino a que la comunidad de prácticas a nivel internacional, liderada por FMI, proporciona un apoyo que simplemente no existe en otros ámbitos.  

Las actividades más polémicas del FMI se producen durante los momentos de manejo y resolución de crisis. Los países solicitan la ayuda financiera del FMI cuando están en problemas y han perdido, o temen perder, su acceso a los mercados internacionales. El FMI puede movilizar cientos de miles de millones de dólares de sus países miembros con el fin de darles a los deudores tiempo para recuperarse. Sus recursos eclipsan los montos que la comunidad internacional puede movilizar para otros objetivos, debido a que su dinero se presta y se supone que se debe devolver.

A cambio de su apoyo financiero, el FMI típicamente exige que los países corrijan los desequilibrios que condujeron a sus problemas, no sólo para que puedan repagar su deuda, sino también para su propio bien, para restaurar su solvencia y, por lo tanto, su acceso a los mercados de capital. Pero es muy fácil confundir el dolor causado por la crisis misma con el que causa el remedio.

Sin lugar a dudas, es inevitable que el FMI cometa errores, lo que obedece en parte a que los problemas y las cuestiones que debe enfrentar cambian constantemente, de modo que nunca sabe si el estado actual del conocimiento es adecuado para los nuevos desafíos. Sin embargo, siendo una organización lo suficientemente abierta, puede y debe responder a las críticas.

Ahora, consideremos la alternativa. Un mundo sin el FMI sería muy parecido a lo que hoy es Venezuela. Hugo Chávez pasó a ser el regalón de los detractores del FMIincluso Stiglitz, cuando suspendió las consultas del Artículo IV en 2004. Como consecuencia, los venezolanos perdieron el acceso a la información económica básica que el país tiene la obligación de compartir con el mundo a través del FMI. El quiebre impidió que la comunidad internacional se expresara cuando el país emprendió políticas verdaderamente irresponsables, gastando en 2012 como si el precio del petróleo estuviera a US$197 por barril en lugar de US$107.

Con el colapso del precio del petróleo desde entonces, la economía está cayendo en picada: el PIB se contrae a un ritmo récord, la inflación sobrepasa el 200%, la moneda se ha hundido a menos del 10% de su valor previo, y ha surgido una escasez masiva.

Venezuela ha tratado de financiarse con la ayuda del Banco de Desarrollo de China, el que se abstiene de imponer el tipo de condiciones que desagradan a quienes despotrican contra el FMI. El BDC otorga préstamos en términos secretos, para usos corruptos que no se divulgan, y que incorporan privilegios para empresas chinas en sectores como telecomunicaciones (Huawei), línea blanca (Haier), automóviles (Chery) y la perforación de pozos petrolíferos (ICTV). Los chinos no han exigido que Venezuela haga nada para aumentar la probabilidad de recuperar su solvencia, tan sólo exigen más petróleo como garantía. Sean cuales sean las deficiencias del FMI, en comparación, el BDC es una vergüenza. 

La tragedia es que la mayor parte de los venezolanos (y muchos ciudadanos de otros países) creen que el papel del FMI no es ayudar sino perjudicar. En consecuencia, evitan los recursos masivos y los conocimientos que la comunidad internacional puede ofrecer en un momentos de crisis económica con el fin de disminuir el dolor y acelerar la recuperación. Esto los ha hecho quedar en una situación mucho peor de la que los detractores del FMI pueden llegar a reconocer. L