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Delegación sería traición

Delegación sería traición

Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia

¿Te imaginas si para colocar tu perfil en LinkedIn tendrías que previamente pagar una detracción a la SUNAT?, ¿Si antes de hacer una reserva por Airbnb tendrías que llenar un formulario en el Banco de la Nación?, si antes de suscribirte a NETFLIX o Spotify tendrías que llenar un formulario aprobador por SUNAT, exhibir RUC y pagar una percepción? o, si antes de comprar en Ali Express, Amazon tendrías que pasar por SUNAT a que te sellen el formulario y declares para que, por que y de donde compras?

¿Te imaginas si todo esto también se repitiera cuando hagas un pedido de delivery al mercado de tu barrio?, ¿te imaginas al repartidor convertido en agente de retención, cobrándote el impuesto y haciéndote llenar el formulario cada vez que te trae un pollo a la brasa? ¿Cómo verías al chofer de Uber, haciéndote llenar un formulario antes de bajar del taxi para que detraigas el IGV?

Nada de esto te lo imaginas tu. Crees que por fin hemos llegado a un mundo sin papeles, sin formularios, sin colas. Crees que la pandemia logró un boom de interacción digital que ha agilizado la interacción comercial y simplificado las cosas a las personas y reducido mucho los costos.

Sin embargo, lo que tu no has pensado es qué desde hace años, los estados y no solo los que son gobernados por la izquierda, están buscando más dinero. Hace años buscan cobrarles impuestos a las multinacionales que te brindan estos servicios: Facebook, LinkedIn, Airbnb, Amazon, Uber, Netflix, Spotify, entre otros. El apetito de recursos nunca termina. Y, como no es factible cobrarles impuestos a empresas que no tienen domicilio en el Perú y la solución peruana siempre le carga la responsabilidad al ciudadano, te lo cobrarán a ti, al consumidor.

¿No me crees?

Te doy algunas razones:

  • La presión tributaria en el Perú no supera el 14% del PBI (aunque es mucho mayor para el formal y el gran contribuyente que paga 1 de cada 3 soles que gana y 1 de cada 5 soles que consume).
  • La recaudación del IGV es la principal fuente tributaria del Estado. De lejos. Un impuesto a las grandes fortunas no cambia esto.
  • Juntos por el Perú, el partido de la señora Mendoza que nunca debe haber pagado IGV, propone que la presión tributaria suba al 18% del PBI.
  • Sólo subiendo el IGV o gravando a más productos con este impuesto es posible acercarse a esta meta.

Si el pedido de Pedro Francke, el ministro de Verónika en el gabinete, de tener facultades legislativas, planteado por primera vez el 22 de setiembre y repetido hace algunos días, con el pretexto de “simplificar la tributación”, “gravar a las grandes fortunas” o “hacer una reforma tributaria justa” tiene acogida por el Congreso, les habremos dado a los representantes del 4.4% [i]del padrón electoral, la posibilidad de arruinar la economía del 100% de los peruanos. Vía delegación podrían, sin ningún rubor, cambiar en 180° el esquema económico de todos los peruanos, gravándonos con más impuestos, tributos, tasas, multas, sanciones y trámites. Habrían conseguido a través de una ley de delegación, lo que las urnas electorales les negó en dos elecciones:2016 y 2021.

¿Podría el Congreso, por decisión mayoritaria, conceder a quienes no representan ni la mayoría ni los intereses del país, la facultad de arruinar la economía del resto de los peruanos?

Yo particularmente creo que no. Eso sería una traición. La delegación de facultades sería una traición.

Si hay algo que hacer en materia tributaria es dejar de seguirnos persiguiendo a los mismos contribuyentes. Vayan por sus socios, amigos de la izquierda que están en el desgobierno.

  • Cobren a los dinámicos de las regiones,
  • a las empresas fantasmas que se crean para ganar licitaciones que ustedes mismos les otorgan.
  • Vayan al Vraem, cobren a sus financistas.  
  • Cobren a los mineros ilegales y sus fortunas escandalosas.
  • Vayan a Tacna, Juliaca y Puno, sus principales bastiones y cobren a sus electores.

Y, sobre todo, no dilapiden los recursos que los formales contribuimos en el país.

Y si hay algo que legislar, que lo sometan al Congreso y que este lo debata y apruebe, si corresponde al bien de todos los peruanos. Lampadia

[i] Juntos por el Perú. Resultado electoral 2021: 1´090,000 votantes. 4.4% padrón electoral.




La Visión del MEF

La Visión del MEF

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Líneas abajo publicamos partes del ‘Balance de Gestión’ del ministro de Economía, Waldo Mendoza. Nos parece importante compartir con nuestros lectores varios de sus gráficos, que consideramos adecuados.

Sin embargo, como se puede apreciar más abajo, no coincidimos con la información que presenta el ministro sobre la presión tributaria. Uno de los caballitos de batalla de los enemigos de nuestra economía de mercado es la narrativa de que el Perú no tiene suficientes recursos fiscales. 

No nos olvidemos que los recursos que necesitamos para afrontar los retos del desarrollo están esperando, fundamentalmente, en el crecimiento de la economía.

Veamos algunos de sus cuadros:

A pesar de haber desperdiciado muchas oportunidades de crecimiento, la performance económica del Perú desde el año 2000, ha sido la mejor de la región.

Igual es en el caso de la inflación. Después del desastre de la hiperinflación que se inició en la dictadura militar de izquierda en los años 70, y que terminó a principios de los años 90 con la nueva Constitución, que estableció la autonomía del Banco Central, los peruanos aprendimos a mantener la estabilidad macroeconómica.

El regreso de la inversión extranjera, el crecimiento de la economía y la generación de recursos fiscales, permitieron que bajáramos la deuda externa de 89% del PBI a menos de 20%. Sin embargo, desde el gobierno de Humala empezó a subir nuevamente, disparándose a 35% con la pandemia.

Pero el avance en los temas macroeconómicos no fue acompañado de desarrollos en salud, infraestructuras, instituciones y otras. Hubo recursos, pero también mala gestión,  corrupción y falta de visión. Veamos el ranking del World Economic Forum.

Ya durante la pandemia, en la que el gobierno de Vizcarra generó una innecesaria crisis múltiple: sanitaria, económica, social y política; gracias a la visión y responsabilidad de Julio Velarde, como presidente del BCR, se pudo desarrollar un audaz programa crediticio que evitó el corte de la cadena de pagos. El programa más importante fue el llamado Reactiva Perú, que en contra de las mentiras de los grupos de izquierda, llegó a más de 500 mil empresas, la mayoría de ellas Mypes.

Viendo hacia el futuro, el MEF estima una recuperación importante de la economía. Sin embargo, con el acceso de Perú Libre y sus socios al gobierno, es muy probable, dadas sus propuestas, que estos indicadores no se puedan dar.

Otro tema importante, donde se está creando una narrativa descalificadora de la economía peruana, es el de la presión tributaria. En la siguiente gráfica, el propio ministro afirma que la presión tributaria habría bajado hasta 13% del PBI.

Sin embargo, el mismo ministro muestra que los ingresos del gobierno general, un indicador más realista, son de 19.9%.

Pero en el documento: PERÚ 2021 ARTICLE CONSULTATION – PRESS RELEASE; STAFF REPORT; AND STATEMENT BY EXECUTIVE DIRECTOR FOR PERÚ, del FMI, se dice que el NFPS Revenue (Non Financial Public Sector Revenue), o Ingresos no Financieros del sector público, fueron de 24.8% del PBI el 2019, y 22.1% el 2020.

Personalmente he podido comprobar que la información sobre los ingresos del Estado se está distorsionando, aparentemente para justificar eventuales incrementos de impuestos. Algo que, en las actuales circunstancias, sería una barbaridad.

Pero esa no es la única distorsión que se está creando. Los recursos fiscales los generan las empresas privadas formales, y estas sufren de sobrecargas tributarias que son las mayores de todos los países de la Alianza del Pacífico, como podemos ver en el siguiente cuadro.

Algo que el ministro destaca adecuadamente, es la identificación de los motores de la economía, la minería y las agroexportaciones, los dos sectores atacados por el populismo de izquierda.

También destaca los motores que debemos consolidar, como la acuicultura, el sector forestal y el turismo.

Ver el Power Point del MEF en el siguiente enlace:

https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/238d5-mef-balance-de-gestio-n-12.07.pdf

Lampadia




¿Recaudación tributaria o exacción?

¿Recaudación tributaria o exacción?

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Es común encontrar en la prensa, entrevistas a personajes, que por mantenerse vigentes y en titulares de periódicos, hacen afirmaciones sin sustento o porque así lo suponen. Por ejemplo: “Estimación de Exjefe de la SUNAT: El 50% de evasión y elusión tributaria es por operaciones de grandes empresas”.

Me pregunto, ¿tiene esta persona bases suficientes para hacer tamaña afirmación? Sería conveniente que sustente sus afirmaciones o revise y explique los criterios que está siguiendo para decirlo. Los contribuyentes ya estamos cansados de ver la actitud prepotente de la SUNAT a ese respecto.

Es conveniente mostrar algunos ejemplos y luego sacar conclusiones.

  1. Una compañía de telefonía emite mensualmente un sinnúmero (varios millones) de recibos de menor cuantía (entre 40 y 100 soles) por el servicio de comunicación fija o celular, incluyendo IGV. Cuando esos recibos no son pagados, en el siguiente recibo la compañía indica que hay una cuota impaga y que, de persistir la situación, se cortará el servicio.  Si esto se repite en el mes siguiente, el servicio es realmente interrumpido. La compañía tiene derecho a provisionar esa deuda y de persistir la situación, a “castigar dicha deuda”, con los efectos sobre IGV e Impuesto a la Renta. Pero no, para la SUNAT, el contribuyente debe demostrar que ha agotado sus esfuerzos de cobranza, aún en la vía judicial, para merecer tal derecho. ¿Ha pensado la autoridad tributaria que cada juicio cuesta más de 100 soles y que es un absurdo exigir tales juicios? Obviamente los juicios de cobranza no se han realizado, pues carece de sentido económico hacerlos, en consecuencia, la SUNAT no reconoce la reducción de los ingresos y la no cobranza del IGV, por lo que, acota los impuestos del IGV y a la Renta de un “ingreso” que nunca se dio y a partir de ahí, aplica multas e intereses draconianos. ¡Ahí si no cuenta la primacía de la realidad económica! Para la SUNAT y ante el público, la empresa es una “evasora”.
  2. Una empresa minera, suscribe, de buena fe, un “contrato de estabilidad jurídica” con el Estado Peruano, que es válido por 15 años y que aplica a las operaciones de explotación sobre una “Unidad Económico Administrativa” (léase un área específica debidamente delimitada). El Estado peruano, en medio de la vigencia de tal contrato, crea las “Regalías Mineras”, que no son otra cosa que el derecho del Estado a recibir un pago sobre el material extraído del yacimiento. Obviamente NO LE SON APLICABLES, pero ante la consulta de un congresista al Viceministro de Minas de la época, sobre su opinión al respecto, éste contesta que “en su opinión” sí se le debiera aplicar y pretenden cobrar. No sólo eso, sino que, en el tiempo, el propio Estado crea el Impuesto Extraordinario al sector Minero (IEM), aplicable a las empresas sin contrato de estabilidad y el Gravamen Extraordinario al sector Minero (GEM), a ser acordado mediante contrato voluntario por las empresas con “Contrato de Estabilidad Jurídica” (el GEM tiene tasas más altas que el IEM, porque reconoce que estas empresas no pagan Regalías). Obviamente el Estado suscribió con la empresa “estabilizada”, los contratos requeridos para iniciar la cobranza. No obstante, el Estado persiste, a pesar de haber cobrado el GEM, en la cobranza de la Regalía, y no sólo eso, sino que NO reconoce la posibilidad de deducir como gasto la Regalía exigida, tal como permite la ley.  En consecuencia, el Estado está cobrando el doble de lo que debía, aplica multa, recargos e intereses draconianos. A esto se le llama exacción y un abuso que, ciertamente, espanta a la inversión.
  3. Se ha convertido en una práctica común que la SUNAT gestione la emisión de normas tributarias, vía Ley, DL, DS o DU, o bien, emita normas internas, que luego interprete y aplique de manera retroactiva. Por ejemplo; las empresas y en particular las empresas mineras, tienen desde siempre (digo eso porque en los 60s y 70s del siglo pasado, ya se ejecutaban vía MINPECO), la posibilidad de utilizar instrumentos de mercado para, en momentos atractivos de mercado, fijar precios a futuro en mercados internacionales. Esta práctica, a la que se le llama “hedge”, se puede ejercer vendiendo el producto físico, a precio fijo a un comprador final o mediante instrumentos financieros derivados, vía la banca de inversión internacional. Un día la SUNAT gestionó un dispositivo, para que los resultados negativos de estas transacciones (entiéndase precio fijado vs precio obtenido por el producto vendido, según contrato de venta), sólo se puedan compensar contra utilidades de operaciones de fuente extranjera, sabiendo que las operaciones regulares generan renta de fuente nacional. Otro día, tomó indebidamente una norma de contabilidad internacional (NIIF), creada para fines de reporte, denominada “índice de eficacia” de un instrumento financiero derivado, y pretendió aplicarlo para reconocer o no los resultados negativos de una cobertura (ciertamente los resultados positivos sí los reconoce, los negativos los evita). Finalmente, más adelante dispuso que sólo reconocería los resultados de venta física con fijación anticipada de precio con el cliente, pero no los provenientes de la aplicación de Instrumentos Financieros Derivados. Obviamente, la persecución de recaudación tributaria, ha venido en cada oportunidad, dando efecto retroactivo a cada una de los dispositivos emitidos, cada cierto tiempo y en la secuencia comentada.

Todo lo anterior, es una clara muestra de la falta de institucionalidad en el Perú, que usa como criterio; “la caja gana”, sin importar la lógica tributaria y empresarial, ni aplicando debidamente la ley y los principios constitucionales en la materia.

Entiendo que la necesidad es mala consejera, pero en nuestro país, se cambian los criterios de aplicación de la ley, a renglón seguido generan el mensaje y la imagen de las “empresas evasoras y elusoras”, a base de sus interpretaciones de cosas, que no todos entienden y finalmente, entrevistan a esta gente que, por mantenerse vigente en la prensa, son capaces de atropellar la legalidad y las reglas, sin sustentar, ni explicar su afirmación.

Recordemos que la presión tributaria en el Perú, es de sólo 14%, pero que los impuestos se aplican sólo al 30% de la ciudadanía y empresas, en consecuencia, para quienes tributan, la presión tributaria es del orden del 40%, sin olvidar que, para los principales contribuyentes (PRICOS), la SUNAT es “omnipresente”, pues tiene oficina permanente en la mayoría de estas empresas. Ver en Lampadia: Datos y no prejuiciosCuidado con el fiscalismo desorientado.

Por todo lo dicho, cuando uno evalúa la competitividad del Perú, no sólo debe leer las leyes, sino ser consciente de las prácticas de la SUNAT y de “los grados de libertad”, con los que ella interpreta las normas y ahí, salimos jalados. Lampadia




Cuidado con el fiscalismo desorientado

Cuidado con el fiscalismo desorientado

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

A raíz de la publicación del Reglamento del Decreto Legislativo 1434, que obliga a las empresas del sistema financiero a brindar información mensual a la Sunat sobre las cuentas financieras cuyos montos sean iguales o mayores a 10,000 soles; se ha generado un debate entre economistas de orientación fiscalista y constitucionalistas.

Los fiscalistas privilegian los objetivos tributarios sobre los derechos de los ciudadanos a la privacidad, concretamente al secreto bancario, cautelado por la Constitución. Ver en Lampadia: Norma que facilita acceso a datos bancarios sería inconstitucional.

Este tema se da además en el contexto de los impactos económicos de la pandemia, absurdamente inducidos por la negligencia e incapacidad del gobierno de Vizcarra, que entre otros daños ha debilitado gravemente la posición fiscal del país.

Efectivamente, el 2020 cerrará con un déficit fiscal del orden de 10% del PBI, y para el 2021 se estima uno algo mayor a 6%. Esta situación se da tanto por los gastos extraordinarios generados por la pandemia, como por el deterioro de la economía, que lleva a que la capacidad contributiva de las empresas esté seriamente mermada.

Más allá del tema del secreto bancario, la crisis económica y la necesidad de recuperar el crecimiento y la salud de las empresas, nos obligan a ser muy cautos en el manejo fiscal. No es momento para pensar en eliminar exoneraciones y mucho menos en el aumento o creación de nuevos tributos. Pero en los medios, se multiplican las opiniones y enfoques fiscalistas que se acogen sin sentido crítico y más bien se difunden con un absurdo tono de falsa justicia.

Por estas razones, y para que se hagan análisis serios, estamos volviendo a publicar uno de nuestros artículos de julio de 2019, sobre los mitos de que las grandes empresas no pagan impuestos, cuando la realidad es que las empresas formales, especialmente las más grandes, están sobre gravadas. En el Perú, el 78% de los tributos internos los paga el 0.16% de los contribuyentes.

Fake News tributarias
Mito: Las empresas grandes no pagan impuestos

Publicado por Lampadia
Lima-Perú, 18/07/2019
Reeditado

En general los políticos, los medios, y muchas veces el propio gobierno afirman que las empresas grandes no pagan impuestos. La verdad es otra, la recaudación de tributos está concentrada en las grandes empresas.

Se habla mucho de que la presión tributaria es muy baja en el Perú, implicando un nivel de tributación insuficiente. En verdad esto se debe al alto nivel de informalidad de la economía y la baja productividad de muchas empresas pequeñas, pero no a la equivocada generalización de que las empresas grandes no pagan impuestos.

Como podemos ver a continuación, las empresas formales en el Perú (mayormente las grandes), tienen más bien una sobrecarga tributaria, bastante mayor que la de sus equivalentes en la Alianza del Pacífico. Veamos:

La economía formal soporta una presión tributaria del orden de 26.5%, casi cuatro puntos más que en Chile.

Este cuadro muestra todo lo contrario de lo comúnmente anotado en los medios y el mundo político. Las empresas formales, y en mayor medida las empresas grandes, soportan una carga tributaria exagerada.

El siguiente gráfico muestra la presión tributaria y el nivel de informalidad para los países de la Alianza del Pacífico, que explica que en promedio tengamos una baja presión tributaria.

Además, en el siguiente gráfico (fuente de la SUNAT), podemos ver que el 78% de los tributos internos lo pagan 14,532 contribuyentes, solo el 0.16% del total, lo que corrobora la concentración de la tributación en las empresas más grandes.

Fuente: SUNAT

Ver en LampadiaPrejuicios mediáticos anti empresa.

En cuanto al impuesto a la renta, muchas veces las empresas terminan pagando más de la tasa nominal (30%), por acciones de la SUNAT por las cuales no reconocen algunos gastos, muchas veces antojadistamente. Por ejemplo, según explica el contador de Telefónica, desde 1994 la empresa pagó 9,000 millones de soles, que corresponde a una tasa mayor al 40%. Ver en: https://www.facebook.com/ElContadorDeTelefonica/.

Además las empresas formales soportan una carga burocrática ridículamente alta. Las empresas formales no son victimarias, son más bien, víctimas de un sistema que desalienta la inversión y las apuestas por el largo plazo.

Por lo tanto, buena parte de la atención del gobierno está desenfocada, incluyendo el verbo anti elusivo de reciente difusión. Si queremos mejorar los ingresos del Estado, más allá de posibles excepciones, el foco no debe estar en perseguir a las empresas grandes, sino en superar la informalidad y en alentar el crecimiento de la economía y el aumento de la productividad de las empresas más pequeñas. Lampadia




Mito: Las empresas grandes no pagan impuestos

En general los políticos, los medios, y muchas veces el propio gobierno afirman que las empresas grandes no pagan impuestos. La verdad es otra, la recaudación de tributos está concentrada en las grandes empresas.

Se habla mucho de que la presión tributaria es muy baja en el Perú, implicando un nivel de tributación insuficiente. En verdad esto se debe al alto nivel de informalidad de la economía, pero no a la generalización de que las empresas grandes no pagan impuestos.

Sin embargo, como podemos ver a continuación, las empresas formales en el Perú (mayormente las grandes), tienen una sobrecarga tributaria, bastante mayor que la de sus equivalentes en la Alianza del Pacífico. Veamos:

La economía formal soporta una presión tributaria del orden de 26.5%, casi cuatro puntos más que en Chile.

Este cuadro muestra todo lo contrario de lo comúnmente anotado en los medios y el mundo político. Las empresas formales, y en mayor medida las empresas grandes, soportan una carga tributaria exagerada.

El siguiente gráfico muestra la presión tributaria y el nivel de informalidad para los países de la Alianza del Pacífico, que explica que en promedio tengamos una baja presión tributaria.

Además, en el siguiente gráfico (fuente de la SUNAT), podemos ver que el 78% de los tributos internos lo pagan 14,532 contribuyentes, solo el 0.16% del total, lo que corrobora la concentración de la tributación en las empresas más grandes.

Fuente: SUNAT

Ver en Lampadia: Prejuicios mediáticos anti empresa.

En cuanto al impuesto a la renta, muchas veces las empresas terminan pagando más de la tasa nominal (30%), por acciones de la SUNAT por las cuales no reconocen algunos gastos. Por ejemplo, según explica el contador de Telefónica, desde 1994 la empresa pagó 9,000 millones de soles, que corresponde a una tasa mayor al 40%. Ver en: https://www.facebook.com/ElContadorDeTelefonica/.

Las empresas formales soportan una carga burocrática ridículamente alta. Las empresas formales no son victimarias, son más bien, víctimas de un sistema que desalienta la inversión y las apuestas por el largo plazo.

Por lo tanto, buena parte de la atención del gobierno está desenfocada, incluyendo el verbo anti elusivo de reciente difusión. Si queremos mejorar los ingresos del Estado, más allá de posibles excepciones, el foco no debe estar en perseguir a las empresas grandes, sino en superar la informalidad. Lampadia