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Además de la corrupción está la arbitrariedad

Todos los ciudadanos tenemos muy presente la incidencia de la corrupción en múltiples gobiernos regionales y municipales, así se refleja en los medios de comunicación y en los debates pre electorales. Pero se nos está escapando la arbitrariedad y la prepotencia con la que muchas de estas autoridades se conducen día a día, sin importarles en lo más mínimo las opiniones de los ciudadanos a los que deben servir.

Desde que los cargos regionales y locales se empoderaron con la deficiente descentralización y desde que sus presupuestos se multiplicaron por la recuperación de la economía de principios de siglo; estos se han tornado en un botín que cada día atrae más elementos perniciosos.

Para colmo de males, como hemos explicado con anterioridad en Lampadia, los gobiernos regionales y locales no están sujetos a instituciones básicas de las democracias funcionales. Por ejemplo:

  • Las decisiones de los gobernadores y alcaldes no están sujetas a la ‘doble instancia’. Sus decisiones solo pueden ser contrastadas judicialmente.
  • Los mecanismos de ‘rendición de cuentas’ son muy débiles y alejados de la ciudadanía.
  • No hay ‘balance de poderes’ en los municipios, pues el poder se concentra artificiosamente, sin reflejar las opciones electorales. 

Dado que las decisiones de estas autoridades cubren prácticamente todas las relaciones de los ciudadanos con el Estado, éstas deberían guardar todos los respetos necesarios para cautelar las necesidades ciudadanas.

Lamentablemente, sucede lo contrario. Las normas, ordenanzas y las respuestas a los trámites de los ciudadanos se resuelven frecuentemente con arbitrariedad y prepotencia. Se imponen caprichos. Se hacen y rehacen obras. Se desperdicia recursos valiosos en obras sin sentido.

Ni el Ejecutivo, ni el Congreso han querido corregir la normativa correspondiente, con efecto para el inminente proceso electoral. En estas circunstancias, solo queda invocar a los lectores que hagan un esfuerzo especial para estar alertas sobre los síntomas de corrupción de los candidatos, así cómo sobre los síntomas de caracteres abusivos y prepotentes.

La reciente prohibición de que los gobernadores y alcaldes puedan postular a la reelección, solo empeora las cosas. En primera instancia impide que los ciudadanos puedan preservar y premiar una buena gestión (que las hay); y, en segundo lugar, dados los privilegios indicados líneas arriba, alienta que los malos elementos se hagan del poder para provecho personal y de grupo, gozando de grandes espacios de impunidad.

Algo que agrava más esta indeseable estructura del espacio de las autoridades políticas en las regiones y municipios, es la devaluación de los partidos políticos, que solo tienen representaciones menores y, por lo tanto, en la gran mayoría de gobiernos regionales y municipales (dirigidos por independientes) no pueden ejercer un freno a las malas gestiones en aras de cuidar el prestigio partidario.

Es evidente pues que todo esto deviene de una desastrosa normativa y de la crisis de los partidos políticos. Razón suficiente para que la reforma política, que se pretende llevar a referéndums, deba ser enfrentada con muchísima ponderación, análisis, debates y cuidados.

Es evidente que la reforma judicial no puede esperar, y que hoy tenemos la mejor oportunidad de avanzar de manera importante en el diseño de la estructura del conjunto del Sistema Judicial; pero la reforma política debe recién aplicarse para las elecciones generales del 2021 y, por lo tanto, debe hacerse con mucha seriedad, a no ser, claro, que alguien pretenda acelerar indebidamente, el calendario electoral.

En cuanto a las próximas elecciones regionales y locales, por ahora solo queda santiguarse como dice Fernando Cillóniz, el actual gobernador de Ica: “En el nombre del agua… la salud… la educación… y la justicia…”. Lampadia




Trump es una amenaza para la humanidad

La mayor amenaza para los Estados Unidos en este momento no es el terrorismo o la economía. La mayor amenaza es Donald Trump, el candidato del Partido Republicano a la presidencia. Este ex promotor inmobiliario que se convirtió en una estrella de televisión ha manipulado los miedos y las ansiedades de la población estadounidense hasta convertirse en candidato para las elecciones de noviembre próximo.

Trump ha sido sin duda la figura más mediática de este ciclo electoral en EEUU y, en parte, la media tiene parte de culpa de su popularidad. Las agencias de noticias le han dado una enorme atención, lo cual solo ha alimentado su ascenso y presencia. Este candidato ha preocupado a personas de todo tipo de inclinaciones políticas con sus comentarios prepotentes, ignorantes y descuidados, por lo que su popularidad es alarmante.

La atención de los medios se centró inicialmente en la vulgaridad del planteamiento de su reforma migratoria, afirmando que los mexicanos “son violadores; y algunos, supongo, son buenas personas” y amenazando construir un muro en la frontera con México (el cual tendría alrededor de 3,200 kilómetros de largo, seis metros de alto y un costo de US$ 15 a US$ 25 mil millones, que ‘obligaría’ pagar a México a través de una combinación de derechos  aduaneros, capturas de las remesas de los trabajadores y tarifas más altas en visados).

Desde entonces, Trump ha desplegado otras políticas y posiciones: la derogación y sustitución del Obamacare; la renegociación del TLCAN; la reforma de la Administración de Veteranos; imponer aranceles a la importación de bienes de empresas estadounidenses fabricados en otros países de hasta 35%; el retiro de EEUU de la OMC (Organización Mundial del Comercio); no proteger a Europa de un eventual ataque de Rusia; el alejamiento de la OTAN y su participación en conflictos internacionales a no ser que EEUU les cobre a los países involucrados: etc., etc. Todo esto manteniendo un déficit fiscal similar al actual, un crecimiento sostenido de la economía y sin modificar los programas Medicare y Seguridad Social. Ver un análisis integral de sus demás propuestas en Lampadia: Una lucha de extremos que solo trae inquietud al mundo.

En concreto, una eventual presidencia del agresivo magnate inmobiliario estaría al mismo nivel de peligrosidad que el terrorismo de ISIS, como lo afirmó The Econonmist Intelligence Unit (EIU) hace unos meses. Y es que el ascenso de Trump ha fomentado un sentimiento anti globalización y anti libre comercio, a través de un discurso que promete proteger a los trabajadores de EEUU y a la industria nacional e impedir el ingreso de bienes que fabrican las empresas de EEUU en el extranjero.

Esto podría escalar rápidamente hacia una guerra comercial. En palabras del EIU, “sus tendencias militares hacia Oriente Medio y su prohibición a todos los musulmanes de viajar a EEUU sería un potente instrumento de reclutamiento para grupos yihadistas, aumentando su amenaza tanto dentro de la región como más allá“.

Esta amenaza de una guerra comercial tendría como principal víctima a México. Según Trump, “México actúa de forma injusta al promover sus propios productos, retiró sus tarifas arancelarias para ser miembro del TLCAN pero impuso una tasa al valor añadido de las importaciones para seguir siendo competitivo” (un comentario maniqueo). Además, recientemente comparó la situación de EEUU con la del Brexit, para plantear que Estados Unidos también “se independice” en materia económica, lo que incluye bloquear también el nuevo Tratado Comercial Transpacífico (TPP).

La invocación del Artículo 2205 del TLCAN para retirar a EEUU del pacto, según expertos en política comercial, provocaría con seguridad la imposición de tarifas a las exportaciones estadounidenses y las importaciones de México. Varias organizaciones empresariales, como la Cámara de Comercio de EEUU (USCC) y la Asociación Nacional de Manufactureros (NAM), han dejado en claro su rechazo a las ideas de Trump, advertiendo de que éstas disminuirán las exportaciones y causarán un alza de precios y la pérdida de al menos 3.5 millones de empleos.

Enrique Krauze, el afamado escritor mexicano, escribió recientemente en un artículo títulado “La urgencia de parar a Trump” publicado en El País de España que, de ocurrir la pesadilla de que Trump sea presidente, habría una nueva guerra entre México y EEUU. “Esta guerra no será militar: será una guerra comercial, económica, social, étnica, ecológica, estratégica, diplomática y jurídica”:

“Comercial, por la amenaza creíble de que EEUU abandone el Tratado de Libre Comercio e imponga aranceles a nuestras exportaciones. Económica, por el secuestro anunciado de las remesas que son la principal fuente de divisas para México. Social, por las deportaciones masivas de mexicanos indocumentados que recordarían episodios vergonzosos de confinamiento y persecución contra los japoneses residentes durante la II Guerra Mundial. Étnica, por el previsible encono que desataría esa política de deportación no solo en Estados Unidos (donde las tensiones raciales son cada día más graves) sino en México, donde viven pacíficamente más de un millón de norteamericanos. Ecológica, por la posible renuencia mexicana a cumplir con convenios en materia de agua en la frontera texana como respuesta a las agresiones estadounidenses. Estratégica, por la nueva disrupción de la vida en la frontera (ya de por sí frágil y violenta) y la cancelación potencial de los convenios de cooperación en materia de narcotráfico. Diplomática, por las inevitables consecuencias que la aplicación de la doctrina nativista y discriminatoria de Trump tendría en todos los niveles y órdenes de gobierno en los dos países, estatales y federales, ejecutivos y legislativos. Jurídica, por el alud de demandas que someterían a las cortes individuas, grupos y empresas mexicanas, públicas y privadas, para defender sus intereses.”

Además, Krauze afirmó que el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, estaría adoptando “una política de avestruz frente a Donald Trump”, en la que actuar con cautela frente al candidato republicano para “no atizar más la animosidad”. Esto, claramente, sería un error dado que estaría perdiendo la oportunidad de incidir en la eleeción del próximo presidente de EEUU y mostrar “valentía y dignidad” al enfrentarse a un candidato facista. 

Cabe señalar que las declaraciones que ha hecho Trump en relación al proteccionismo que piensa instaurar en Estados Unidos no han sido sólo en contra de México, y ha tenido opiniones negativas también de las relaciones comerciales con Japón, China y básicamente cualquier nación con la que EEUU mantenga un déficit comercial crónico.

Según el Presidente Barak Obama, Trump es “Unfit for President” (no apto, incompetente, incapaz, indigno para la presidencia). Veamos como lo ilustra The Economist con la caricatura de Kal:

Por su lado El País de España tituló ayer una nota: “La afinidad de Trump con Putin rompe con la política exterior de EEUU”. 

De llevarse a cabo lo que amenaza con hacer Trump, el mundo entero podría entrar en una crisis de pronóstico reservado y la paz global estaría amenazada gravemente, considerando además que al otro lado del tablero ya tenemos a otro líder desquiciado, Vladimir Putin.

Como hemos comentado anteriormente, el mundo necesita buenos líderes. La tragedia de nuestro tiempo es que los mejores hombres y mujeres no están en la política. Hay que hacer de la política un mejor espacio de desarrollo personal. 

Lampadia




En un momento difícil el mundo opta por los peores líderes

El día de ayer el Partido Republicano de EEUU oficializó la postulación de Donald Trump a las elecciones presidenciales de noviembre próximo. 

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Como hemos manifestado anteriormente en Lampadia, Trump debería ser declarado como ‘persona no grata a la humanidad’. Sus posiciones extremistas contra los más débiles en su propia sociedad y su desdén por muchos otros pueblos del mundo, lo deberían haber descalificado para encarnar la postulación republicana. Lamentablemente, muchos no lo tomaron en serio al principio y, cuando pretendieron impedir su nombramiento fue muy tarde.

Este personaje, por llamarle de alguna manera, es un ícono de la prepotencia y la soberbia. Antes de ser candidato se solazaba en los cierres de sus programas televisivos diciendo a gritos a las personas que presentaba: “You are fired” (Estás despedido).

En el plano político, es un oportunista que pretende aprovechar del descontento de los estadounidenses con llamados populistas y soluciones mágicas como cerrar la frontera con México, a cuyos migrantes acusa de ser el origen de todos los males de la economía de EEUU.

Trump ha hecho una campaña demoledora, acorralando a sus rivales con inusitada violencia y haciendo propuestas que han escandalizado a todo el mundo civilizado. 

Entre las barbaridades que propone Trump, quiere construir un muro de 3.5 kilómetros de largo y seis metros de alto, a lo largo de la frontera con México, que además, anuncia que hará que lo paguen los mexicanos. Pretende cortar la presencia militar en el mundo, excepto que sea pagada por los países que necesiten se mantenga. También pretende cortar la migración desde Europa, Medio Oriente y África. Y plantea un enfrentamiento económico con la China que puede desestabilizar la economía global y la paz mundial. Además, otras de sus propuestas podrían afectar severamente la situación del Medio Oriente. 

A estas alturas de la campaña, ya ha hecho buenas migas con otro nefasto líder político actual, Vladimir Putin, el nuevo Zar de Rusia que pretende ser ‘el Zar de todas las rusias’, que ya ha hecho retroceder a Obama de Siria y Ucrania con una prepotencia inusitada en la política del mundo pos ‘guerra fría’.

Ver nuestras notas anteriores sobre Trump y Putin:

Riesgos globales según el Economist Intelligence Unit

Una lucha de extremos que solo trae inquietud al mundo

Un occidente débil frente a un Putin envalentonado

La doctrina del resentimiento

A continuación, presentamos la campaña de los historiadores estadounidenses que pretende ilustrar a los votantes sobre las nefastas características personales y políticas de Donald Trump para asumir el más alto cargo político del mundo libre:

Historiadores sobre Donald Trump

Publicado en el Facebook: Historians on Donald Trump

12 de Julio de 2016

Transcrito y traducido por Lampadia

 

Como ejemplo de los llamados de los historiadores estadounidenses contra Trump, publicamos líneas abajo las palabras de David McCullough, un muy reputado escritor e historiador estadounidense, dos veces ganador del Premio Pulitzer y de muchas otras distinciones, que ha organizado una campaña de historiadores para hacer reflexionar a los ciudadanos que se aprestan a un proceso electoral que se presenta con un dramatismo muy especial:  

David McCullough, escritor e historiador, ha recibido en dos ocasiones el Premio Pulitzer — Por  “Truman” (1992) y “John Adams” (2001) — Y dos veces recibió el Premio Nacional del Libro — Por “El camino entre los mares” (1977) y por “La mañana a caballo” (1982). Sus otros aclamados libros incluyen “El viaje más largo” (2011), “1776” (2005), “Valientes Compañeros” (1991), “La inundación de Johnstown” (1968 ), “El gran puente” (1972) y “Los hermanos Wright” (2015). Él es el ganador de numerosos premios y honores, Incluyendo la Medalla Presidencial de la Libertad, el más alto premio de EEUU a un civil.

“¿A qué ha llegado el partido republicano? En un período tan inquietante como este, con tantos desafíos y problemas trascendentales que deben abordarse – y sí, tanto que debemos y podemos lograr – ¿por qué debemos optar por confiar nuestro más alto cargo nacional, y nuestro futuro, a alguien tan claramente inadecuado para el puesto? Alguien que nunca ha ocupado un cargo público, no ha servido a su país en ninguna forma”.

“El presidente Dwight D. Eisenhower, que tan admirablemente sirvió a su país durante toda su carrera, dijo que había cuatro cualidades claves para medir a un líder: carácter, capacidad, responsabilidad y experiencia”.

“Donald Trump no clasifica en ninguna de las cuatro. Y hay que señalar que Eisenhower puso en primer lugar el carácter. En las palabras de los antiguos griegos, el carácter es el destino”.

“Tanto así que Donald Trump, con un discurso tan vulgar y tan lejos de la verdad y mezquino; realmente no está a la altura en la cuestión del carácter. Es imprudente. Claramente no tiene preparación, ni capacidades y, a menudo, parece desquiciado. ¿Cómo podemos poner nuestro futuro en las manos de un hombre así?”

“Nosotros somos en general -no olvidemos- un buen país, de gente buena, con buenas intenciones”.

“Buenos, hasta grandes líderes, han desempeñado un rol decisivo en nuestra historia, una y otra vez. Hemos creído desde el principio en un logro digno y hemos puesto ejemplos emblemáticos de lo mucho que se puede lograr cuando trabajamos juntos, incentivados por un espíritu positivo”.

“Inspirados por Theodore Roosevelt, construímos el Canal de Panamá. Dirigidos por el presidente Harry Truman, creamos el Plan Marshall. El presidente John F. Kennedy nos incentivó para llegar a la luna – ¡y fuimos a la luna! A través del liderazgo de los presidentes Ronald Reagan y George H. W. Bush, terminamos con la Guerra Fría”.

“Y no hay ninguna razón por la cual, bajo el liderazgo correcto, no podamos continuar en ese camino. Depende de todos nosotros, de todos nosotros, republicanos, demócratas, independientes, jóvenes y viejos, sin importar los espectáculos o las discusiones durante las campañas y la política, debemos hacer una pausa y pensar -y pensar cuidadosamente. Esta opción de liderazgo, tan importante y de tan largo alcance, está en nuestras manos, nos van a responsabilizar por ella. ¿Cómo nos juzgará la historia?”

Ver los demás mensajes en el siguiente enlace:

La siguiente lámina presenta un compósito de la mayoría de los historiadores de EEUU que se han puesto al frente para defender los valores tradicionales de la política de la democracia más fuerte del planeta. 

Lampadia