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Hacia el final de la pobreza

Hacia el final de la pobreza

De la edición impresa del The Economist, 1 de junio del 2013
Traducción de LAMPADIA

En su discurso inaugural en 1949, Harry Truman dijo que “más de la mitad de las personas del mundo viven en condiciones cercanas a la miseria. Por primera vez en la historia, la humanidad posee el conocimiento y la habilidad para aliviar el sufrimiento de las personas”. Nos ha llevado mucho más tiempo del que Truman esperaba, pero finalmente el mundo ha hecho progresos extraordinarios en sacar a la gente de la extrema pobreza. Entre 1990 y 2010, su número se redujo a la mitad como porcentaje de la población total de los países en desarrollo, del 43% al 21%, una reducción de casi mil millones de personas.

Ahora el mundo tiene una gran oportunidad de redimir la promesa de Truman de mejorar a los menos afortunados. De los 7 mil millones de personas del planeta, 1,100 millones subsisten por debajo del umbral de extrema pobreza de US$ 1,25 al día, según el estándar aceptado  internacionalmente. A partir de esta semana y durante todo el próximo año, la ONU congregará a políticos y funcionarios de gobiernos y organismos internacionales, para elaborar una nueva lista de objetivos que reemplacen los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que se acordaron en septiembre del 2000 y expirarán en el año 2015. Los gobiernos deberían adoptar, como una nueva meta principal, el objetivo de reducir la pobreza extrema en otros mil millones de personas para el año 2030.

Nadie en el mundo desarrollado vive remotamente cerca de la línea de pobreza de US$ 1,25 al día. La línea de pobreza de Estados Unidos es US$ 63 por día para una familia de cuatro (US$15/persona). En las partes más ricas del mundo emergente la barrera de la pobreza es de 4 dólares diarios(como en el caso de Perú). Pero el flagelo de la pobreza es feroz debajo de US$ 1,25 (el promedio de las propias líneas de pobreza de los 15 países más pobres, medido en dólares del 2005 y corregido por las diferencias en el poder adquisitivo): las personas por debajo de ese nivel, viven vidas que son pobres, desagradables, brutales y cortas. Les falta no sólo educación, salud, ropa apropiada y refugio, que la mayoría de la gente en casi todo el mundo da por sentado, sinoincluso alimentossuficientes para la salud física y mental. Sacar a las personas de ese nivel de miseria no es una ambición suficiente para un planeta próspero, pero es necesario.

Los logros del mundo en la reducción de la pobreza son, en casi cualquier medida, impresionantes. Aunque muchos de los objetivos originales del milenio, como reducir la mortalidad materna en tres cuartas partes y la mortalidad infantil en dos terceras partesno se podrán cumplir, el objetivo de reducir a la mitad la pobreza mundial, entre 1990 y 2015, se alcanzó cinco años antes.

Los ODM pueden haber contribuido marginalmente, creando de un punto de referencia para medir el progreso, y centrando las mentes en la maldad de la pobreza. La mayor parte del crédito por los avances, sin embargo, debe ir al capitalismo y el libre comercio, ya que permiten el crecimiento de las economías y fue el crecimiento, sobre todo, lo que disminuyó la indigencia.

Las tasas de pobreza comenzaron a derrumbarse a finales del siglo 20 en gran parte por la aceleración del crecimiento de los países en desarrollo, de una tasa anual promedio de 4,3% entre  1960 y 2000, al 6% entre 2000 y 2010. Alrededor de dos tercios de la reducción de la pobreza en estos países provino del crecimiento. La mayor igualdad también ayudó, contribuyendo con el tercio restante. Un aumento del 1% de los ingresos en los países más desiguales produce solo una reducción de 0.6% en la pobreza, en los países más igualitarios, se produce una reducción de hasta  4.3%.

China (que nunca ha mostrado ningún interés en los ODM) es responsable de tres cuartas partes de sus logros. Su economía ha estado creciendo tan rápido que, a pesar de que la desigualdad está aumentando rápidamente, la pobreza extrema está desapareciendo. China ha sacado a 680 millones de personas de la miseria entre 1981 y 2010, y redujo su tasa de extrema pobreza del 84% en 1980, a un 10% actual.

Esa es una razón por la cual,ahora será más difícil sacar otras mil millones de personas de la extremapobreza en los próximos 20 años, como se hizo en los últimos 20. Una menor gobernabilidad en India y África, los próximos dos objetivos, significaría que es poco probable que la experiencia de China se replique rápidamente allí. Otra razón es que el logro de llevar a la gente sobre la línea de US$ 1,25 al día ha sido relativamente fácil en los últimos años, debido a que muchas personas estaban justo debajo de esa línea. Con menos gente por debajo del límite oficial de la miseria, será más difícil llevar grandes cantidades de gente por encima del mismo.

La precaución se justifica, pero el objetivo sigue pudiendo lograrse. Si los países en desarrollo mantienen el impresionante crecimiento que han logrado desde el año 2000, si los países más pobres no se dejan atrás por el mayor crecimiento de los de ingresos medios, y si la desigualdad no se amplíay los ricos se llevan toda la crema del crecimiento, entonces los países en desarrollo podrían reducir la pobreza extrema del 16% de su población actual al 3% en el 2030. Eso reduciría el número absoluto en mil millones. Si el crecimiento es algo más rápido y el ingreso más equitativo, la pobreza extrema podría caer a 1,5%, lo más cercano a cero que es posible, de manera realista. El número de los indigentes sería entonces de unos 100 millones, la mayoría de ellos en países complicados del África. La miseria en miles de millones, se quedaría consignada a los anales de la historia.

Mercados versus miseria

Acá hay muchos“si es que”. Pero hacer que estas cosas suceden no es tan difícil como los cínicos profesan. El mundo sabe ahora cómo reducir la pobreza. Una gran cantidad de políticas dirigidas a redes de seguridad básica en seguridad social y los planes de transferencia de efectivo, como Bolsa-Familia de Brasil, ayudan. Así también ayuda la eliminación de subsidios a los combustibles a la clase media de Indonesia y el sistema de registro de hogares (hukou) de China que aumentan la desigualdad. Pero la mayor y mejor medida de reducción de la pobreza, es liberalizar los mercados para dejar que los pobres se hagan más ricos. Eso significa, liberalizar el comercio entre los países (África sigue siendo cruelmente castigada por los aranceles) y dentro de ellos (el gran salto adelante de China se produjo porque permitiócrecer a las empresas privadas). Tanto la India como el África están llenos de monopolios y prácticas restrictivas al comercio.

Muchos occidentales han reaccionado a la recesión, limitando los mercados y el rol de la globalización en sus propios países, y quieren exportar estas ideas al mundo en desarrollo.Ellos no necesitan este tipo de asesoramiento. Lo están haciendo muy bien, gracias en gran medida a los mismos principios económicos que ayudaron a los países desarrollados a enriquecerse y que ahora pueden sacar a los más pobres de la miseria.