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Elecciones hacia fines del bicentenario republicano

Todos sabemos que en casi 200 años, nuestra vida republicana no ha logrado traer a los peruanos la riqueza y condiciones de vida que debimos alcanzar de haber aprovechado nuestras capacidades. En Lampadia esperábamos que el final del bicentenario, sus últimos cinco años, más allá de la definición del ganador, sirvieran para ponernos en un mejor predicamento para el inicio del ‘tricentenario’. (Ver: Lo que el Perú enfrentará los próximos cinco años).

Con los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, interpretamos que el mandato popular nos decía que ‘debíamos construir sobre lo avanzado’, rechazar los planteamientos refundacionales (cambios  de modelo y/o Constitución) y alejarnos de las ‘ideas muertas’ que han debilitado el filo y calidad de nuestras políticas públicas durante muchas  décadas.

Este enfoque político implicaba que los dos candidatos jugaran el partido de la segunda vuelta de la siguiente manera:

  • Reconociéndose más como socios que como enemigos.
  • Mostrando su coincidencia en las políticas públicas más importantes.
  • Explicando a los ciudadanos, cada uno con sus particularidades, dos cosas que pocas veces se llevan a la opinión pública: ¿Por qué debemos seguir esas políticas? Y ¿Cómo debemos ejecutarlas?
  • Poniendo al costado a los que confrontaban las ideas básicas que los electores abrazaron con su voto.

Lamentablemente, nada de esto apareció durante los últimos dos meses:

  • Se mostraron como enemigos irreconciliables.
  • Atacaron sus propuestas, desdibujándolas a los ojos de los ciudadanos, en vez de matizarlas.
  • En lugar de enfatizar la imperiosa necesidad de desarrollar ciertas acciones de gobierno y mostrar sus relaciones causa-efecto con el bienestar general, se fueron deslizando a temas más marginales y más cercanos a las ideas de los perdedores de la primera vuelta.
  • En cuanto a las dirigencias de los partidos políticos que quedaron excluidos de la segunda vuelta, en nuestra opinión PPK (desde el 11 de abril en que anunció su deseo de visitar a Gregorio Santos en la cárcel) cometió el error de invitarlos para obtener su apoyo en votos a cambio de ‘hipotecas políticas’ y, según el propio PPK, también de espacios en la maquinaria del gobierno. Hipotecas, como la expresada el 5 de junio por Guido Lombardi, que consideró que las adhesiones de la última semana (llámese Verónika Mendoza o Julio Guzmán) habían sido muy importantes en el resultado y, que esto tendría que reconocerse en el gobierno. – ¿VM, PF, JG, CA, al eventual gabinete de PPK?

El marco político dibujado por los candidatos en la segunda vuelta dio pie a otro desarrollo destructivo, un ‘vergonzoso’ carga montón mediático, intelectual y político a un candidato que obtuvo el 40% del voto nacional y 73 de 130 congresistas. A este se sumó también el gobierno en boca del Presidente de la República y su esposa.

Teniendo una agenda de reformas importantes, que para ejecutarse se  requiere concordancia entre el ejecutivo y el legislativo, la descalificación  de Fuerza Popular dificultará el éxito del gobierno. Además, siendo que, hoy por hoy, es el único partido político con una estructura sólida, presencia nacional y representación política,  su eventual debilitamiento, dejaría un vacío político que sería cubierto por la proterva colección de cúpulas de la izquierda tradicional, radical y anti sistema.

No queremos entrar en el detalle de los ataques mutuos de ambos  candidatos, que esperamos sean superados por el bien de todos. Es evidente que aparte de las hipotecas políticas indicadas líneas arriba, sobre PPK, referidas a la apertura del juego con la izquierda, ambos han desarrollado también, ‘hipotecas programáticas’ por sus ofertas populistas y oportunistas, que si bien, podían entenderse en el estilo en que se desarrolló la segunda vuelta, son muy perniciosas con respecto a la capacidad de desarrollar un gobierno exitoso con políticas legítimas que no contradigan las malas ofertas.

A estas alturas no sabemos quién ganará, pues entre actas observadas y no procesadas, quedan aún muchos votos por clasificar (lunes, 11a.m.). Más allá de la definición del próximo Presidente, esperamos que estas reflexiones, ayuden a ambos grupos a entender el contexto político desde el cual debemos proyectar los próximos cinco años, uno de convergencia, colaboración y de mucha consecuencia y responsabilidad.

Como están las cosas, pareciera que Peruanos Por el Kambio controlará el ejecutivo y Fuerza Popular el legislativo. Por lo tanto, ambos grupos políticos serán determinantes en la calidad del próximo gobierno.

Hasta hoy, nuestro análisis nos permite decir que la segunda vuelta ha sido ‘sub-óptima’, pero insistimos en esperar un gobierno que se acerque al óptimo, si queremos que nuestra tercera centuria vea finalmente el despegue del Perú hacia el bienestar general. 

Lampadia