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¿Cómo paliar la pesca ilegal?

¿Cómo paliar la pesca ilegal?

La pesca ilegal en el Perú, además de que depreda su diverso recurso hidrobiológico – lastrando el potencial de la pesca formal – significa una pérdida anual de más de S/. 1,200 millones según la FAO, un monto nada despreciable en un contexto de recesión económica y contracción del comercio mundial, producto de la pandemia. En términos de divisas, solo en la cadena productiva de la pota, la pesca ilegal acarrea pérdidas del orden de US$ 85 millones anuales, socavando nuestra balanza comercial por lo que también afecta negativamente nuestra competitividad externa.

Si bien existen a la fecha iniciativas desde el estado para introducir sistemas de rastreo satelitales para monitorear que las embarcaciones que pescan dentro de las 200 millas estén autorizadas para hacerlo – a propósito del reciente y controversial avistamiento de barcos chinos en mar peruano – (ver Lampadia: Tolerancia cero) los esfuerzos todavía son limitados pues no se ha observado una caída sostenida en las estimaciones de la producción de la pesca ilegal en los últimos años.

Un reciente artículo de The Economist que compartimos líneas abajo incide en algunas medidas de política que podrían contribuir a aplacar significativamente o en el mejor de los casos desaparecer al sector, el cual tendría implicancias terribles no solo sobre la diversidad de especies marinas, sino también sobre la mano de obra empleada y sobre los negocios del narcotráfico y tráfico de armas, que muchas veces usan estas embarcaciones para expandir sus operaciones a mansalva.

Destacamos pues la propuesta de The Economist de incorporar mecanismos de machine learning a los sistemas de rastreo satelitales obligatorios y su énfasis en desarrollar coordinación entre países para monitorear todo tipo de embarcación inclusive aquellas que navegan en alta mar, algo que podría reducir los riesgos de pesca ilegal considerablemente. Esperemos que estas propuestas puedan ser sopesadas por los funcionarios del Estado e incorporadas a sus agendas políticas. Lampadia

Monstruos de las profundidades
La pesca ilícita devasta los mares y abusa de las tripulaciones

Acá se dice como pescar a las culpables

The Economist
22 de octubre, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

“Considere la sutileza del mar”, advirtió Herman Melville en “Moby Dick”; “cómo sus criaturas más temidas se deslizan bajo el agua … escondidas traicioneramente bajo los más hermosos tintes de azul”. Casi 170 años después, otro horror marino se está volviendo visible. Imágenes de satélite y otras han revelado “flotas oscuras” de barcos de pesca que apagan sus transpondedores y saquean la abundancia del océano. La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada representa un asombroso 20-50% de la captura mundial. Es una de las razones por las que las poblaciones de peces están cayendo en picada: solo una quinta parte de las especies comerciales se pescan de forma sostenible. Los operadores ilegales roban a los estados costeros en su mayoría pobres más de US$ 20,000 millones al año y amenazan los medios de vida de millones de pequeños pescadores. Las aguas costeras de Corea del Norte han sido tan saqueadas que sus pescadores tienen que conducir sus desvencijadas embarcaciones hacia mares tormentosos para llenar sus redes. Miles se han ahogado.

También se realiza una gran cantidad de pesca ilícita en barcos con licencia. Pueden capturar más de su cuota, o declarar falsamente que su captura es abundante atún blanco en lugar del patudo más valioso. En el puerto, los inspectores de pesca están siempre sobrecargados. Si se captura a un operador, por ejemplo, pescando con una red demasiado fina, la multa y la confiscación se consideran un costo de hacer negocios. Muchos pagan y regresan directamente al mar.

El daño de la pesca ilícita va mucho más allá de las poblaciones de peces. Es probable que los operadores que cometan un tipo de delito también estén cometiendo otros: cortar las aletas de los tiburones o incluso administrar armas o drogas. Muchos también están abusando de sus tripulaciones. Decenas de miles de trabajadores migrantes, principalmente del sudeste asiático, tripulan las flotas del mundo. Muchos se afanan en el mar en condiciones viles con amos violentos, a veces durante años. Muchos de ellos están en servidumbre por deudas; y es mucho más difícil escapar de un barco de pesca que de una fábrica.

Con demasiada frecuencia, los beneficiarios finales de este comercio son difíciles de pescar porque se esconden detrás de empresas de placa de latón y turbios emprendimientos conjuntos. Perseguirlos requiere el mismo tipo de investigación involucrada en la represión de los sindicatos criminales. Una iniciativa liderada por Noruega para perseguir los delitos de pesca transnacional está ganando apoyo. Se necesita mucha más cooperación transfronteriza.

En el mar, la tecnología puede ayudar. El monitoreo electrónico promete una revolución tecnológica a bordo: las flotas australianas y estadounidenses están liderando el camino. Las cámaras combinadas con el machine learning pueden detectar comportamientos sospechosos e incluso identificar especies ilícitas que se incorporan. Deben ser obligatorias como condición para el acceso a las zonas económicas exclusivas que definen el control de un país sobre recursos como el pescado. También deberían ser obligatorias incluso cuando los barcos navegan en alta mar. Del mismo modo, los reguladores nacionales deberían establecer normas laborales básicas en el mar. Si los países no siguen las reglas, los estados costeros deberían prohibir el acceso a sus flotas pesqueras a sus aguas. Las naciones que se alimentan de pescado deberían permitir las importaciones únicamente de flotas responsables.

Sobre todo, los gobiernos deberían acordar en la OMC eliminar los subsidios que promueven la sobrepesca. De los US$ 35,000 millones anuales que se prodigan en la industria, unos 22,000 millones ayudan a destruir las poblaciones de peces, principalmente al hacer que el combustible sea demasiado barato. Eliminen los subsidios y el trabajo forzoso, y la mitad de la pesca en alta mar dejaría de ser rentable. Tampoco lo haría el arrastre de fondo devastador para el medio ambiente de China frente a la costa de África occidental. Tales abusos desaparecerían de la noche a la mañana. Parte del dinero que se ahorró podría ayudar a restaurar las pesquerías costeras para millones de pescadores en pequeña escala, suscribiendo moratorias temporales sobre la pesca y creando zonas de no captura. Y podría ayudar a establecer la piscicultura, alimentada por larvas de insectos. La pesca no tiene por qué ser un negocio sospechoso. Lampadia




El fracaso del Decreto 005-Produce

El fracaso del Decreto 005-Produce

Cometario Lampadia:

Es increíble como en el Perú nos cuesta darnos cuenta de qué cosas están bien y qué mal. Y sobre todo reconocer los errores y rectificarlos. A pesar de todas las advertencias que se hicieron en su momento, el gobierno insistió tozudamente en mantener el Decreto 005-Produce y defendió la posición irracional y antitécnica de la ex Ministra Gladys Triveño. Los resultados no se hicieron esperar y tal como se previó, provocó la casi quiebra de la pesca formal en el sur, generó  el desvío de la pesca destinada al consumo humano hacia la producción de harina de pescado fomentando la pesca ilegal. Así, lo señalamos cuando recién juramentado el ministro de producción, Piero Ghezzi, declaró que mantendría la vigencia el Decreto Supremo 005-Produce y al viceministro de pesquería Paul Phumpiu. (Ver en Lampadia (L): Graves fallas en el ordenamiento pesquero

El señalamiento originó la respuesta airada de Ghezzi, en la que desconocía abiertamente los perjuicios del mencionado Decreto (ver en L: Más sobre el ordenamiento pesquero).

Finalmente, tras dos años de vigencia de la malhadada norma se tiene que reconocer sus efectos negativos. Un reciente informe de Macroconsult concluye que el Decreto Supremo 005, que regula la pesca de anchoveta en las primeras 10 millas del mar peruano no ha logrado sus objetivos. No ha protegido el recurso, ya que la exclusividad de la franja para embarcaciones de menor escala habría incrementado el sub reporte de desembarque de anchoveta, que pone en riesgo el recurso.  Además ha causado una redistribución de riqueza hacia armadores que realizan actividades informales e ilegales, y el desembarque de anchoveta para consumo humano directo ha disminuido significativamente a pesar de que su objetivo era incentivarlo. Es decir, ha sido un completo fracaso.

Adicionalmente, habría que señalar que la menor exportación de productos pesqueros del año 2013 (US$ 600 millones), coincide exactamente con nuestro déficit de balanza comercial de dicho año. Algo que podría volver a ocurrir el 2014. Tremendo.

Ghezzi, parece finalmente reconocer el error y, de acuerdo a Caretas, le pidió la renuncia al viceministro de pesquería Paul Phumpiu. Ahora se espera la derogación de la norma. Ver líneas abajo los editoriales de El Comercio y Perú 21.

Pescando contradicciones

Por Editorial El Comercio

(Jueves 02 de Octubre del 2014)

Como informamos ayer en nuestra sección Portafolio, un reciente estudio de Macroconsult sobre los efectos del decreto que “reordenó” la pesca industrial de anchoveta hace dos años ha confirmado lo que –desde antes de su aprobación– diversos expertos argumentaban sucedería: no se ha cumplido ninguno de los objetivos por los que la norma fue aprobada y, por el contrario, esta ha agudizado los problemas que buscaba solucionar.

La regulación actual prohíbe la pesca industrial dentro de las 7 millas en el sur y las 10 millas en el norte de nuestro litoral, dejando las mismas como exclusivas y liberadas (es decir, sin límite de cuotas) para las embarcaciones pequeñas y artesanales siempre que pesquen para el consumo humano directo. Mientras tanto, los industriales, que, a diferencia de los anteriores, sí cuentan con cuotas máximas de pesca individuales, un régimen de vedas y un sistema de control vía satélite, pueden operar solo a partir de la milla 7 o 10 en el sur y norte, respectivamente.

El argumento utilizado por el presidente Ollanta Humala para la aprobación de esta norma fue que se debe privilegiar el consumo humano de los recursos marinos y reconocer el “sacrificio de los pequeños pescadores y la irresponsabilidad de las grandes empresas que han depredado la anchoveta”. El presidente, sin embargo, perdió de vista que lo que hace que un pescador deprede el recurso no es el tamaño de su operación (pues la suma de pequeños pescadores puede depredar igual que una embarcación industrial) sino que la misma se realice sin controles. Y esto, justamente, es lo que sucede con la pesca menor a la que se le entregaron las primeras millas.

A dos años de la aplicación de esta regulación, la evidencia sobre sus pésimos resultados es clara. El informe de Macroconsult ha mostrado que con el decreto ha aumentado la pesca ilegal y ha caído dramáticamente la pesca para el consumo humano directo (pues a los informales les sale más a cuenta vender el pescado para otros fines, lo que difícilmente se controla). El informe detalla, por ejemplo, que la brecha entre la exportación de harina proveniente de la pesca legal y de la pesca ilegal antes de la aplicación del decreto era de 73 mil toneladas anuales, mientras que ahora la brecha ha saltado a 163 mil toneladas en favor de los ilegales. Asimismo, el informe señala que la producción de anchoveta para el consumo humano antes del decreto había llegado a un pico histórico de 125 mil toneladas y ahora, sumado a que el Estado ha dejado de ofrecer este recurso en sus programas alimentarios, se estima que este año a duras penas se cerrará con 30 mil toneladas.

Por otro lado, a raíz de que se restringió la actividad de las grandes empresas, al término de la primera temporada de pesca la participación en el PBI de este sector se encuentra en descenso, el nivel de desembarques también ha caído y las exportaciones están yendo por el mismo camino. Para la Sociedad Nacional de Pesquería, se estima que al cierre del 2014 los desembarques totales serán de 3,5 millones de toneladas, equivalentes a la mitad del promedio de desembarques entre el 2000 y el 2011. Asimismo, las exportaciones de harina y aceite de pescado se encuentran en riesgo y se estima que serán similares al bajo nivel del 2013, aproximadamente de US$1.800 millones, lejos de los US$2.300 millones del 2012.

Como cereza de la torta, principalmente debido a las restricciones que se le impuso, la industria solo ha podido pescar el 68% del total de la cuota asignada por el propio gobierno, dejando de pescar 807.070 toneladas, lo cual representa aproximadamente US$385 millones en pérdida de exportaciones y US$21,2 millones en pérdida de ingresos de los trabajadores. Un lujo que en el contexto de desaceleración en el que nos encontramos no nos podemos dar.

Es urgente un cambio en la política pesquera. No debe hacerse distinciones entre grandes y pequeños y tiene que establecerse un sistema de cuotas individuales generalizado con controles aplicables a todo el mundo. La designación del flamante viceministro de Pesquería abre una nueva puerta para un cambio de rumbo. Ojalá él decida dar el giro que es necesario para enderezar este asunto y que el gobierno deje de pescar tan solo contradicciones.

Regulando pescados

Por Juan José Garrido

(Perú 21, 02 de Octubre del 2014)

Este gobierno, como muchos otros y un gran contingente de seguidores del Estado como Gran Hermano, creyó que microrregulando solucionaría los problemas de desigualdad. Lo hizo en el sector pesca y en el sector minero con mucho entusiasmo, pero poca previsión.

La idea era simple: dado que las “grandes pesqueras” así como las “grandes mineras” depredan nuestras riquezas, impongámosles mayores regulaciones que limiten su actividad económica. Suena sencillo, pero, en un país con una informalidad que bordea el 75% de la PEA y 45% del PBI, era fácil prever quiénes saldrían beneficiados con dichas medidas. El gobierno creyó que serían los peruanos; no obstante, sin un esfuerzo mayor por formalizar o hacer que las leyes se cumplan (para castigar las actividades ilegales), lo obvio era imaginar que fueran las mafias las beneficiadas. Y así sucedió.

El caso más concreto es el del sector pesquero. Un reciente estudio de Macroconsult desnuda la forma en que, desde el inicio del famoso Decreto 005 (aquel que trasladaba a la industria pesquera de la milla 5 a la milla 10), el sector pesquero ha sufrido una gran caída en su producción anual. Este año, el desembarque de anchovetas para consumo humano será poco mayor al del 2005, casi una cuarta parte (léase bien, 25%) de lo pescado en el 2011.

Los bienpensados creerán que ganamos todos los peruanos, que el mar recupera su biomasa y que la pesca artesanal –aquella destinada al consumo humano– podría extraer mayores recursos marinos. Ni lo uno ni lo otro: la pesca ilegal para harina se incrementó y la artesanal decayó.

El problema de la pesca se puede trasladar, de igual manera, a casi cualquier otra industria: como el Estado Peruano es incapaz de hacer valer la ley, de verificar si los informales e ilegales disminuyen (y en qué medida), las regulaciones solo hacen más difícil la actividad en el sector formal; el informal, como imaginarán, sigue realizando sus actividades sin problemas. Parafraseando, para regular y comer pescado, hay que ir con mucho cuidado.




Más sobre el ordenamiento pesquero

Más sobre el ordenamiento pesquero

En Lampadia publicamos la semana pasada “Graves fallas del ordenamiento pesquero”, artículo en el que cuestionamos la política pesquera de Produce. El énfasis lo pusimos en las distorsiones que viene generando el polémico DS-005-2012-PRODUCE, que el actual Ministro, Piero Ghezzi, ha decidido mantener. Posteriormente, Produce nos hizo llegar un correo electrónico objetando nuestra posición. A continuación presentamos nuestros comentarios a dicho mail, que además publicamos en su integridad líneas abajo.

El pasado 1 de abril, publicamos nuestro el artículo “Graves fallas del ordenamiento pesquero”, el cual se ocupó principalmente de los efectos del DS-005-2012-PRODUCE, que a pesar de sus múltiples cuestionamientos, ha sido mantenido por el flamante Ministro de la Producción, Piero Ghezzi.

También afirmamos que en el sur, la pesca formal estaría a punto de desaparecer. Explicamos que dicho decreto establecía dos franjas exclusivas: una para la pesca artesanal y otra para la de menor escala, relegando al sector industrial más allá de la milla 10. Enfatizamos que ante la debilidad de los controles en las primeras franjas, se había creado de facto una zona no regulada. Este diseño y sus fallas de control alientan la pesca ilegal desviando la pesca de Consumo Humano Directo (CHD) a la producción ilegal de harina.

Indicamos, también, que la producción de harina de pescado en el sur (2013), había caído en 37% y que las exportaciones del sector (aceite y harina) en 17%, lo que equivale aproximadamente a nuestro último déficit de balanza comercial (US$ 600 millones). Agregamos, que si quería evitar la pesca ilegal, debería instalarse GPS y monitoreo satelital al íntegro de la flota.

El 3 de abril, recibimos en Lampadia un mail de la asesora del despacho ministerial, Ximena Pinto, en el cual plantean algunas observaciones a nuestro artículo. Dicho mail que ha sido difundido profusamente y publicado en el Facebook del Ministerio sin esperar nuestra respuesta.

En dicho mail, la representante del ministerio indica:

A.       “Que el DS-005-2012-PRODUCE no se aplica al sur, donde está vigente el DS-001-2013-PRODUCE”.

Efectivamente en nuestro artículo Graves fallas del ordenamiento pesqueroomitimos mencionar que el DS-005-2012-PRODUCE fue “modificado” por el DS-001-2013-PRODUCE. Sin embargo, éste último decreto no cambió la filosofía del manejo de las franjas, se fijó que la pesca industrial podía darse en el sur desde las  milla siete (7) en vez de la diez (10) y flexibilizó las capacidades de pesca de la flota artesanal y de menor escala más allá de sus franjas originales siempre y cuando lo hicieran para CHD.

 

B.       El Ministerio afirma que: El D.S. 005-2012-PRODUCE y las normas complementarias del ordenamiento pesquero, se emitieron precisamente para regular y controlar mejor la actividad pesquera entre la milla 0 a la 10, donde históricamente predominó la pesca ilegal e informal y donde ya se producía el desvío de anchoveta para consumo humano hacía la harina de pescado desde mucho tiempo atrás. Es por ello que, al amparo del ordenamiento pesquero, por primera vez durante el 2013, el Ministerio de la Producción dispuso vedas focalizadas de pesca de anchoveta que incluyó tanto a la pesca industrial, artesanal y de menor escala. Por tanto, no es cierto que no se apliquen vedas ni controles ni que existan zonas no reguladas. Es más, producto del ordenamiento, se han multiplicado los controles y mejorado los niveles de supervisión de la milla 10 para abajo, sin que ello signifique que no se pueda avanzar más”.

Lamentablemente, esto no es del todo cierto. Las vedas no se han aplicado de igual forma en las primeras franjas. Ya han pasado 19 meses desde la dación del famoso decreto “005” y los controles de la pesca artesanal y de menor escala adolecen de graves fallas, como lo ha reconocido el propio ministro en el programa Agenda Política del Canal N dirigido por Enrique Castillo: “El problema del decreto no ha sido el decreto mismo, sino que al no cumplirse se vuelve menos bueno.” (…) [Castillo repregunta]: ¿Pero no se le da más espacio a los informales? (…) “En Japón donde se respeta las leyes, seguramente sería un buen decreto”, respondió Ghezzi. ¡Qué preocupante que en el Perú se legisle asumiendo que estamos en el Japón!

Si bien se han hecho 47% más de inspecciones que en el 2012, solo se han dado 200 permisos y el control satelital (SISESAT) alcanza solo a 130  embarcaciones de menor escala, siendo el universo alrededor de 1,000 naves, según el ministro. Queda claro que no se ha podido controlar a la gran mayoría de las embarcaciones de menor escala y, ni que decir, de las artesanales.

En noviembre del 2013, en el diario Correo, la presidenta de la Sociedad de Pesquería, Elena Conterno, estimó que la pesca ilegal extraía “1 millón de TM de anchoveta” anualmente. Una cifra gigantesca si calculamos que la pesca total de este producto es de 6 millones. Es claro, que los controles no funcionan.

Todo lo indicado líneas arriba sustenta la posición fundamental de nuestro artículo: se estableció, contra viento y marea, mediante un decreto una franja desregulada, pues no se aplicaron los controles requeridos  que debieron ser de un “estándar japonés”.

C.      En otra objeción que hizo el Ministerio a nuestro artículo se afirma que: “La caída de 37% de los desembarques en el sur, según informes de IMARPE, se debió a factores climatológicos y falta de esfuerzo pesquero de las embarcaciones industriales (no salieron a pescar)”.

Algo realmente extraño. En la misma zona (sur del país), nuestros vecinos de Chile batieron records de pesca. Es pues ilógico lo que señala Produce, pues de acuerdo al IMARPE la zona sur del Perú y norte de Chile comparten la misma biomasa de anchoveta. Según la presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), Elena Conterno: “En el 2013, Chile ha pescado el triple que el Perú [en el norte]. Hablamos de una diferencia de 500,000 toneladas“. (Edición web de El Comercio 28 de enero 2014).

D.       El Ministerio, además, afirma: “a la fecha, no tenemos noticias de empresas que hayan quebrado como consecuencia del D.S. 005-2012-PRODUCE”.

Nuestro artículo se centra en los efectos del referido Decreto en la zona sur, justamente, porque allí se concentraban los principales problemas. Las empresas industriales no tuvieron  posibilidad de pescar en la franja de 7 millas. El impacto en las empresas del sector ha sido muy fuerte. Para muestra un botón: hace un año, el Diario Correo de Moquegua alertaba: “7 plantas de harina de pescado han dejado de producir. Las empresas han suspendido a 70 trabajadores y al menos 500 personas pueden quedar desempleadas” (Diario Correo-Moquegua, 11 de Febrero 2013). Y como está hay decenas de llamados de atención sobre los perniciosos efectos que estaba teniendo el 005 en la actividad pesquera del sur. Llama la atención que Produce no las tenga registradas o que las niegue tan categóricamente.

En Lampadia saludamos que los funcionarios públicos debatan y defiendan sus posturas, aunque no siempre estemos de acuerdo con las formas que empleen. Nos gustaría que Produce analice desapasionadamente si el DS 005-2012-PRODUCE es conveniente o no para el país. Quizá la manera más transparente de realizar esta tarea sea evaluar si se han cumplido o no los objetivos para los que fue creada esta norma. A saber, tres objetivos se buscan con la emisión de esta medida:

  1. Conservación del recurso pesquero.
  2. Incentivar el CHD de la anchoveta y creación de zonas de reserva.
  3. Mejorar el control de la actividad pesquera.

Como demuestra nuestro análisis previo, así como abundante evidencia científica, económica e, incluso, periodística, la implementación de la polémica norma no ha cumplido con ninguno de los objetivos. Si la medida fue diseñada para incentivar el consumo de anchoveta, está claro que no ha servido para tal fin. Por el contrario la actividad ilegal se ha acrecentado en la zona dedicada la actividad artesanal. Las plantas residuales así como las fábricas clandestinas han estado operando a su máxima capacidad, porque simplemente no se ha cumplido o no se ha podido implementar los controles. Lo cierto es que esta norma en vez de proteger el recurso e incentivar el consumo ha causado un efecto nocivo. Se sigue esperando una explicación técnica que aclare porque se ha establecieron estas franjas. Se debe recordar que en una Resolución de la Corte Suprema de noviembre del 2013 se objetó esta norma justamente por carecer de sustento técnico. Esa fue una de las razones por la que se declaró al DS-005 parcialmente inconstitucional.

Con los precios internacionales de la harina de pescado altos y escaso interés de la población en consumir anchoveta, está claro que el incentivo de los pescadores está en vender la anchoveta que pescan para que sea procesada. Y en este hecho radica el problema de esta norma: querer cambiar la realidad por Decreto. El uso que se le da a la anchoveta no va cambiar porque un burócrata iluminado así lo ordene desde su cómodo escritorio. No, el mercado y la realidad, pronto les demostrarán su error.

Los funcionarios públicos debieran tomar un ejemplo muy cercano para entender cómo verdaderamente nace, crece y obtiene éxito y reconocimiento mundial un sector industrial. Nos referimos al boom de nuestra gastronomía. Como recientemente señalaba The Economist: “La industria de restaurantes de Lima es un ejemplo perfecto de un grupo de negocios de la clase que los gobiernos latinoamericanos y los burócratas internacionales anhelan crear por decreto. Sin embargo, como la mayoría de los ecosistemas empresariales exitosos, este ha surgido desde abajo, impulsado por las fuerzas del mercado”.

Dejen, pues que las fuerzas del mercado operen. La anchoveta puede servir bien para impulsar el crecimiento de una industria que es el futuro de la humanidad: la acuicultura para la producción de las proteínas del futuro. Así la emplean ya en Chile para su industria del salmón y así, también, la utilizan en China, el principal importador de nuestra harina de pescado y el mayor productor acuícola del mundo. Ese es el camino. Lampadia

Adjuntamos  el mail del Ministerio de la Producción a Lampadia

Estimado señor:

Pablo Bustamante

Director del Portal Lampadia

De mi mayor consideración.-

Queremos expresarle nuestro cordial saludo y, a su vez, manifestarle nuestra preocupación por el artículo “Graves fallas del ordenamiento pesquero” publicado en el portal de su dirección que contiene graves fallas, imprecisiones y errores de información. Nos sorprende que un artículo de crítica tan frontal, no haya verificado previamente muchas afirmaciones fácticas. Por ello, nos vemos obligados a aclarar lo siguiente:

1.- Se señala: Una de las primeras declaraciones del nuevo ministro Piero Ghezzi, fue que mantendría la vigencia el Decreto Supremo 005-Produce. La polémica norma transformó las reglas de la industria pesquera. Sus efectos, están llevando a la quiebra a la pesca formal en el sur, desbaratando el conjunto del sector.

La nueva administración del ministro Piero Ghezzi ha analizado de manera técnica y desapasionada el ordenamiento pesquero y ha reafirmado su vigencia pues considera que está en la línea correcta de introducir equidad, sostenibilidad y promover el consumo humano directo. Un primer gran error de su artículo es afirmar que el Decreto Supremo 005-2012-Produce se aplica en la zona sur del país. No es así. La región sur, por sus características especiales, tiene una regulación propia contenida en el Decreto Supremo-001-2013-Produce, que establece la pesca industrial a partir de la 7 milla. Tampoco es cierto que se esté llevando a la quiebra a la pesca formal. Todas las embarcaciones que pescan en la zona sur, pertenecen a las mismas empresas que pescan en la zona centro-norte y, a la fecha, no tenemos noticia de empresas que hayan quebrado como consecuencia del D.S.005-2012- Produce.

2.- Se afirma:Tradicionalmente la pesca se regula mediante cuotas y vedas. Esta norma mantenía ambos procedimientos más allá de la milla 10, pero de facto, estableció una zona no regulada en las primeras 10 millas, sin cuotas, vedas, ni nuevos controles….

El D.S. 005-2012-PRODUCE y las normas complementarias del ordenamiento pesquero, se emitieron precisamente para regular y controlar mejor la actividad pesquera entre la milla 0 a la 10, donde históricamente predominó la pesca ilegal e informal y donde ya se producía el desvío de anchoveta para consumo humano hacía la harina de pescado desde mucho tiempo atrás. Es por ello que, al amparo del ordenamiento pesquero, por primera vez durante el 2013, el Ministerio de la Producción dispuso vedas focalizadas de pesca de anchoveta que incluyó tanto a la pesca industrial, artesanal y de menor escala. Por tanto, no es cierto que no se apliquen vedas ni controles ni que existan zonas no reguladas. Es más, producto del ordenamiento, se han multiplicado los controles y mejorado los niveles de supervisión de la milla 10 para abajo, sin que ello signifique que no se pueda avanzar más.

3. Se afirma: En el sur, por el perfil del zócalo marino, la anchoveta se pega a la costa, por lo que mover la pesca industrial hasta la milla 10 tiene efectos devastadores. Estos son los evidentes resultados del DS-005.

Nuevamente se incurre en un grave error. En el sur no se aplica el D.S. 005-2012-Produce, ni las embarcaciones pescan a partir de la milla 10. Eso sólo sucede en el centro-norte, que representa el 90% de la pesca nacional y donde las actividades se vienen realizando prácticamente de manera normal. El año 2013, la biomasa de anchoveta se recuperó a 10,3 millones de toneladas (venía de una caída a 5,3 millones de toneladas en la segunda temporada del 2012). Esta mayor biomasa originó una mayor cuota industrial y un crecimiento del PBI pesquero de 12% en el 2013, incluso más del doble del crecimiento del país que fue de 5%.

3. Se afirma: Las razones declaradas para establecer una franja de 10 millas para el uso exclusivo de la pesca artesanal y de mediana escala, no se acompañaron nunca de nuevos mecanismos de control, que evitaran que se hayan producido todo tipo de efectos disfuncionales, que contradicen la propia existencia de la norma.

Es exactamente lo contrario. Producto del ordenamiento se han establecido nuevos mecanismos de control no existentes anteriormente a lo largo litoral y la nueva gestión fortalecerá aún más a la Dirección General de Supervisión y Fiscalización, dotándolo de las herramientas tecnológicas y la fuerza de un organismo regulador. En el 2013, se realizaron 133,077 visitas de inspección, 47% más que en el 2012. También se ha avanzado en la formalización de las embarcaciones de menor escala. Después de un largo proceso de evaluación, se han otorgado 200 permisos, de las cuales 130 ya cuentan con SISESAT (control satelital). Toda esta información es totalmente pública.

Este nuevo sistema es obligatorio, al punto que hoy en día, la Dirección General de Supervisión y Fiscalización, no autoriza el zarpe de las embarcaciones de menor escala, si no cuentan con el SISESAT a bordo. Además, de 831 titulares de embarcaciones que presentaron su solicitud para ser evaluados inicialmente, el Ministerio de la Producción declaró improcedentes 551 solicitudes de empresas que ya no podrán pescar en esa franja.

4. Se afirma: “En 2013, el desembarque de anchoveta para harina de pescado cayó 32% en el sur; en contraste en el resto del país creció 37%”.

A nivel global, en el 2013 el desembarque de anchoveta para harina y aceite de pescado creció 27,2% en comparación con el 2012, alcanzando un total de 4699.8 millones de toneladas (incluye todo el litoral). La caída de 37% de los desembarques en el sur, según los informes de IMARPE, se debió a factores climatológicos y a la falta de esfuerzo pesquero de las embarcaciones industriales (no salieron a pescar). Adicionalmente, las empresas optan por realizar sus faenas de pesca en la zona norte-centro, porque históricamente, ésta concentra el 90% de la pesquería de anchoveta en comparación con el 9.7% que tiene la zona sur. Es decir, se trata de una decisión económica que el sector industrial adopta libremente.

5. Se afirma: “Un dato interesante es que la menor exportación de productos pesqueros del año 2013, de US$ 600 millones, coincide exactamente con nuestro déficit de balanza comercial”.

La contracción de las exportaciones de harina y aceite de pescado durante el 2013 reflejó principalmente la menor cuota fijada en 810 mil toneladas para la segunda temporada de pesca de anchoveta en el 2012. Esta menor cuota se debió a la caída de la biomasa de anchoveta a 5,3 millones de toneladas, que reportó IMARPE. Esta caída no es atribuible al D.S. 005-2012, que se implementó recién a partir de la primera temporada de pesca del 2013. En su momento, IMARPE explicó que la caída se debió a factores climáticos (Ondas Kelvin) y al excesivo descarte de juveniles en altamar.

6. Se afirma: “Para detener la pesca ilegal, todas las embarcaciones pesqueras deberían contar con GPS y ser monitoreadas mediante control satelital, actualmente solo se controla a la flota industrial”.

Tampoco es cierto. Como se ha señalado en las respuestas anteriores el Ministerio de la Producción, ha intensificado el control de las actividades pesqueras a lo largo litoral. Y esto se aplica tanto en las zonas de desembarque para consumo humano indirecto como para consumo humano directo. También se aplica en las plantas de procesamiento y todo el transporte. Es decir, a toda la actividad pesquera industrial y no industrial. De las 200 embarcaciones de menor escala ya autorizadas a pescar, más del 60% ya tiene instalado el Sistema de Seguimiento Satelital, SISESAT, es decir, está sujeto a control y supervisión. Con el incremento de los derechos de pesca los controles a la pesca ilegal se profundizarán.

Finalmente, señor Director, queremos indicarle que no estamos señalando que el actual ordenamiento pesquero es totalmente perfecto, pero claramente representa un avance en las políticas públicas pesqueras y permite un control más estricto de las actividades ilegales en un sector que históricamente ha tenido -al lado del sector formal- un número importante de actividades ilegales que estamos dispuestos a combatir en la nueva administración, perfeccionando las normas y trabajando de la mano con el sector privado.

Agradecemos que esta aclaración sea publicada en su portal, en aras de una mejor información al público.

Atentamente,

Ximena Pinto La Fuente
Asesora del despacho ministerial
Directora Oficina de Prensa e Imagen Institucional
Ministerio de la Producción




Graves fallas del ordenamiento pesquero

Graves fallas del ordenamiento pesquero

Una de las primeras declaraciones del nuevo ministro de producción, Piero Ghezzi, fue que mantendría la vigencia el Decreto Supremo 005-Produce. La polémica normatransformó las reglas de la industria pesquera.Sus efectos, están llevando a la quiebra a la pesca formal en el sur, desbaratando el conjunto del sector. El resultado ha sido, entre otros problemas,  el desvío de la pesca destinada alconsumo humanohacia la producción de harina de pescado, fomentando así la pesca ilegal.

En agosto de 2012, el Ministerio de la Producción publicó el D.S. 005 Produce, que modificó el ordenamiento pesquero de la anchoveta. El  objetivo declarado, fue crear una zona de pesca exclusiva para la pesca artesanal y de mediana escala (de hasta 10 y  32.5 m3 de capacidad de bodega, respectivamente) y para “garantizar el abastecimiento sostenible” de recursos hidrobiológicos para el Consumo Humano Directo (CHD). Así, desde la milla 0 a la 5 sería exclusivamente para la pesca artesanal, mientras que desde la 5 a la 10 se destinaría a la de menor escala, preferentemente para el consumo humano. Esta norma fue ampliamente criticada y los resultados no han sido los esperados.

Tradicionalmente la pesca se regula mediante cuotas y vedas. Esta norma mantenía ambos procedimientos más allá de la milla 10, pero de facto, estableció una zona no regulada en las primeras 10 millas, sin cuotas, vedas, ni nuevos controles, más allá de anuncios sin contenido.

Producción industrial

En 2013, el desembarque de anchoveta para harina de pescado cayó 32% en el sur; en contraste en el resto del paíscreció 37%. En el sur, por el perfil del zócalo marino, la anchoveta se pega a la costa, por lo que mover la pesca industrial hasta la milla 10 tiene efectos devastadores.Estos son los evidentes resultados del DS-005.

Un dato interesante es que la menor exportación de productos pesqueros del año 2013, de US$ 600 millones, coincide exactamente con nuestro déficit de balanza comercial. Qué ironía.

Las razones declaradas, para establecer una franja de 10 millas para el uso exclusivo de la pesca artesanal y de mediana escala, no se acompañaron nunca de nuevos mecanismos de control, que evitaran que se hayan producido todo tipo de efectos disfuncionales, que contradicen la propia existencia de la norma.

Supervisión y pesca ilegal

Existen deficiencias en el control de desembarque, lo que alienta la proliferación de la pesca ilegal que desvía la pesca destina al (CHD) hacia la producción de harina de pescado, en plantas a su vez, ilegales, sin que PRODUCE haya hecho nada.

Elmer Cuba, socio- director de Macroconsult, señala que principal problema de la pesca de anchoveta es el desvío del CHD a la producción de harina, en otras palabras, pesca ilegal. La prueba objetiva es que las exportaciones de harina de pescado entre 2010 y 2012 fueron 18% superiores a la cifra de desembarques oficiales. 

No existe una adecuada supervisión de las embarcaciones de menor escaladentro de la zona de pesca entre la milla 0 y 10 lo cual pone en riesgo la sostenibilidad del recurso pesquero, pues es ahí es donde se da la reproducción de las especies.

Para detener la pesca ilegal, todas las embarcaciones pesqueras deberían contar con GPS y ser monitoreadas mediante control satelital, actualmente solo se controla a la flota industrial. Además, por supuesto, debieran fijarse cuotas para todas las embarcaciones y hacer un manejo inteligente de las vedas, aplicables a todos los operadores.

La menor producción pesquera significa, menores puestos de trabajo, exportaciones e impuestos. Esperemos que estos problemas se enfrenten a la brevedad. El recurso pesquero debe ser cuidadosamente regulado, por un lado, para lograr su aprovechamiento económico y de empleo, y por otro, algo muy importante, su preservación para el muy largo plazo, por no decir para siempre. Lampadia