1

La mala educación

La mala educación

En el siguiente editorial de El Comercio se analiza la situación de la educación –a la luz del reciente Informe sobre Capital Humano del WEF- tanto en sus niveles básicos como superiores, estableciéndose que el Perú, no obstante su crecimiento económico, se muestra incapaz de superar los problemas que lo aquejan en este sector desde varias décadas atrás.

La permisividad gubernamental con la dictadura magisterial del SUTEP,  que impide la meritocracia en la escuela pública, y el intento de aprobar una ley universitaria que le permita al Estado controlar las currículas de los centros superiores y entrometerse en la vida interna, representan los principales proyectos que profundizarán el hoyo del sistema educativo. En el Perú no solo no hay propuestas de cambio y reforma sino que existen iniciativas que nos pueden empujar a una caída libre.

Leer editorial de El Comercio




Anti democracia y anti mercado

Anti democracia y anti mercado

La gran mayoría de países del mundo, a excepción de unos cuantos como Corea del Norte o Cuba, buscan promover, desarrollar y perfeccionar sus democracias y sus mercados. Es más, las sociedades en conjunto buscan la adopción de prácticas democráticas, competencia y transparencia, tanto en instituciones públicas como en privadas.

La mejora de la calidad de nuestras instituciones es uno de los temas principales de nuestra Agenda Pendiente. El prestigio de las instituciones públicas es muy bajo, nuestros partidos políticos dejan mucho que desear tanto en su estructura, como en sus prácticas democráticas internas y su nivel de representación popular.  Más abajo en la escala de organizaciones sociales, nuestros clubes deportivos también están en crisis de representación y de sostenibilidad económica. Tal vez, las instituciones que sí tienen mejores prácticas democráticas son los clubes departamentales, regionales y provinciales.

Por último, pero no menos importante, están los gremios empresariales y laborales. En ellos tenemos unas de cal y otras de arena. Por el lado empresarial, las cosas no parecen tan mal, en general, sus directivas se renuevan periódicamente y el nivel de representación parece ser razonable. Lamentablemente, por el lado laboral la cosa suele ser más bien de características anti democráticas y de falsa representación.

Por ejemplo, en la CGTP, que se arroga la representación de todos los trabajadores, cuando no representa a más del 6% o 7% de la PEA, no renuevan a sus directivos, o los reeligen eternamente, las elecciones son a manos alzadas. En realidad solo representa y defiende a una casta sindical privilegiada que, además, por su sesgo ideológico comunista, siempre ha sido anti mercado y quiere tener alianzas con el estado benefactor a cambio de prebendas, espacios y sueldos mínimos.

En el caso del SUTEP, que detenta la representación de todos los maestros del sector público, el sindicato no responde a la naturaleza de las funciones educativas, su planteamiento estatutario de base es la “lucha de clases” y los niveles de manipulación de carácter partidario (Patria Roja), son dignos de ficción política.

Ya es hora de que en el Perú nos pronunciemos de manera enfática, a nivel del estado, de la sociedad civil y de las diferentes instancias del gobierno, en favor de las buenas prácticas democráticas y de mercado.

Uno de los objetivos de la agenda pendiente para consolidar nuestro desarrollo, es el fortalecimiento de las instituciones sociales, entre ellas las organizaciones sindicales, las cuales no pueden seguir siendo manejadas como instrumentos de acción política, tal como vemos en el caso de la CGTP, el SUTEP o el Sindicato de Construcción Civil.

El fortalecimiento institucional del Perú requiere también que las organizaciones de los trabajadores sean instituciones proactivas en favor de la creación de empleo, que solo se da con el crecimiento económico y que hoy sustenta el sector privado hasta en un 90%. Así es como tendrían que encarnar los  verdaderos intereses de sus afiliados, sin obstaculizar los caminos a la prosperidad.




La gran reforma pendiente

El experto peruano y consultor internacional en educación Hugo Díaz, desarrolla en la presente entrevista un análisis muy valiente sobre la necesidad de una profunda reforma de la educación pública.

¿Por qué la calidad de la educación no ha avanzado a la par con el crecimiento económico y el aumento del gasto público?

Es un tema muy importante. En realidad el presupuesto para la educación se ha multiplicado en los últimos 12 años, ha crecido por tres. La matrícula ha caído en un millón de estudiantes en la escuela pública y sin embargo no hay mejoras en la calidad. Lo que se aprecia es que hay mucha improvisación de políticas, no hay continuidad en el marco de una visión de largo plazo de la educación, y la gestión del sistema educativo es pésima.  No hay liderazgo del ministerio, las regiones se manejan cada una como les parece. Tenemos pues un magisterio desorientado, poco comprometido al ver que las políticas educativas no marchan como debería ser.

La nueva ley de carrera magisterial ¿retrocede en términos del principio meritocrático?

Lo que me preocupa es que se están retomando temas que ya habían sido superados. Por ejemplo, con la Carrera Pública Magisterial ya se había aceptado la evaluación del desempeño, todos los criterios meritocráticos estaban siendo puestos en práctica,  y el proceso era voluntario. Este gobierno ha optado por una carrera en la que obliga a todos a a participar de un nuevo régimen, pero lo que sucede es que hay una parte significativa de profesores que no está de acuerdo con la meritocracia, y la pelea la van a hacer internamente. Esto se va a dar de manera mucho más intensa cuando se vean los problemas de gestión que el ministerio tendrá que afrontar el próximo año. El ministerio debe, según la ley, hacer dos concursos de incorporación de profesores en los que se supone que tendrá que evaluar el desempeño docente de más de 100 mil profesores en cada concurso. No tenemos manual de evaluación de desempeño, no tenemos indicadores para evaluar, no sabemos cómo se va a evaluar el desempeño de los profesores. ¿Cómo hacemos para, en 12 meses, tener a 200 mil profesores evaluados? Allí está el problema.

¿Es viable una educación pública de calidad con un sindicato marxista comprometido ideológicamente?

Indudablemente que las condiciones en las cuales se ha manejado el sindicato hasta el momento, buscando más intereses políticos que educativos, más de conveniencia partidista, no nos llevan a ninguna parte. Este es un sindicato que esencialmente ha buscado  una lucha ideológica, sus estatutos dicen que la lucha de clases es su fundamento principal, no se ha renovado. No hay propuestas pedagógicas de parte del sindicato, como sí las hay en otros países, en los que, cuando hay cambio de gobierno, los sindicatos se preparan, hacen su propuesta de cambio, la presentan, la discuten con el gobierno. Colombia tiene una de las mejores revistas educativas que todo funcionario debe de leer, que es hecha por los sindicatos y congrega a los mejores intelectuales para debatir sobre el tema educativo; eso no lo vemos acá. La verdad es que (en el Perú) el aporte sindical es muy pobre, y la lástima es eso porque tenemos una educación pública que pide a gritos que la mejoren.

¿Qué papel va a jugar el SUTEP como corriente sindical en la idea de implementar la meritocracia?

Indudablemente que el SUTEP se ha quedado dentro de lo que es la filosofía de los sindicatos en América Latina. Hace poco estuve en México, donde está uno de los sindicatos más poderosos que hay en el mundo, tiene 2’700,000 profesores, y allí el discurso en contra del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, etc., está totalmente superado hace más de dos décadas. Ellos ya no tratan esos temas en sus mensajes. De lo que tratan es de cómo analizan, o cuestionan, o apoyan, una política nacional de desarrollo, cómo le demandan rendir cuentas al gobierno respecto de los actos que se hacen en educación. Entonces el rol del sindicato (en el Perú) es un rol totalmente distinto al de otros países de América Latina, como Colombia, como México, y en ese sentido si este sindicato (el SUTEP) no cambia indudablemente que va a ser un gran estorbo.

¿La orientación marxista del SUTEP agrava la situación?

Por supuesto que sí, sobre todo si tenemos a un sindicato asociado a Patria Roja, que quiere permanecer de manera permanente en la dirigencia, y esta situación lo que ha generado es que surja un movimiento radical, que es el CONARE, el cual está tratando en este momento de tener una mayor presencia en la educación. El tema y el peligro está en que ambos quieren administrar la Derrama Magisterial, que tiene un capital de más de 800 millones de dólares. El peligro está en que si el CONARE asume la dirigencia (magisterial) qué podría pasar en el país.

– Educación pública: presupuesto triplicado, un millón menos de estudiantes, sin mejora de la calidad.

– Si el SUTEP no cambia es un gran estorbo para mejorar la calidad de la educación.