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Levitsky pontifica sobre el gasto social

Levitsky pontifica sobre el gasto social

El politólogo norteamericano Steven Levitsky (SL), en su última columna, enfatiza que la caída de la aprobación presidencial se debería a la “ultra ortodoxia económica”. Según SL, el Perú se ha convertido en una de las democracias “más tacañas del mundo” por haber obtenido la nota más alta de América del Sur en la evaluación sobre gasto público del Índice de Libertad Económica elaborado por la Heritage Foundation. El artículo de Levitsky contiene varias inexactitudes y errores de razonamiento que vale la pena aclarar.

Una de las perlas de SL es su afirmación de que el gasto público debería ser el resultado de un “tira y afloja” entre políticos (que buscan reelegirse) y tecnócratas. Esta nefasta receta se encuentra en las antípodas de la elaboración óptima del presupuesto público, que se debería diseñar con una metodología transparente que permita hacerlo predecible, incorporando criterios de optimización inter-temporal. Como académico, Levitsky debería entender que los tecnócratas no basan sus decisiones en convicciones románticas o ideológicas, sino en conocimiento especializado respaldado por investigación y evidencia empírica. Por ello, a diferencia del político promedio -cuyos incentivos están centrados en su reelección de corto plazo-, el tecnócrata, que no participa en elecciones populares, debe buscar maximizar el bienestar social de forma sostenible. SL manipula el papel de estos actores al asociarlos maliciosamente con una “menor protección social” para los peruanos. Nada más falso e insidioso.

Por otro lado, si bien es cierto que el gasto social en el Perú como porcentaje del PBI es más bajo que en países como Chile y Brasil, muchas investigaciones han encontrado la importante orientación pro-pobre, pro-clase media y pro-descentralizadora que ha cumplido el crecimiento económico experimentado por el Perú en los últimos 15 años (ver el siguiente documento del BCRP). Es remarcable que la experiencia peruana, además, constituya un fenómeno virtuoso, diferente a los típicos procesos de crecimiento que agudizan la desigualdad en el corto plazo, al haber creado una clase media emergente y haber incrementado los recursos destinados a los gobiernos locales y regionales, acentuando la descentralización.

La reducción de la pobreza en el Perú ha sido generada fundamentalmente por el crecimiento económico, pasando de 58.7% en el 2004 a 25.8% en el 2012, según el INEI. Complementariamente, el gasto social básico -definido por el Consenso de Oslo como los gastos en educación básica, salud básica, alimentación y nutrición, y agua y saneamiento, entre otros- creció 173% en el mismo periodo, y el gasto social complementario (que incluye educación secundaria, educación superior, infraestructura social y productiva, electrificación rural, carreteras rurales, etc.) se incrementó en 125% en el mismo periodo. En la actualidad, el presupuesto público es el doble del aprobado en el año 2006 y el 56% del mismo se concentra en sectores sociales y productivos, como Educación, Salud, Protección Social, entre otros. Solo lo social alcanza el 38%, con un crecimiento de 21,6% con relación al año anterior. 

Para sustentar su falacia, SL usa cifras del año 2009, argumentando que la democracia peruana es “tacaña”. Esto es falso, ya que el indicador de la Heritage no analiza la composición sectorial del gasto, sino el manejo prudencial de la política fiscal que busca asegurar la robustez macroeconómica, la transparencia y la sostenibilidad de las finanzas públicas, aspectos en los que el Perú tiene una fortaleza reconocida a nivel internacional.

SL también comete el “error” de inferir que la legitimidad democrática se construye a partir de la expansión del gasto social, ya que el aumento o la disminución de la participación del gasto social con respecto al presupuesto total o con respecto al crecimiento del PBI, no es condición suficiente para hacer afirmaciones sobre su efecto redistributivo y sobre el bienestar de la población. Cabe señalar que un estudio (Yamada, Castro y Bacigalupo, 2012) encuentra que los programas asistencialistas como JUNTOS solo explican un cuarto de la reducción de la desigualdad, mientras que las fuerzas del mercado y el crecimiento económico han sido los motores del 75% de la mejora en la distribución del ingreso y el consumo. En este sentido, parece ser que la caída de la aprobación presidencial no radicaría en la “ultra ortodoxia” o en el Estado “tacaño”, sino en la pérdida de confianza alimentada desde el Ejecutivo. 




Se descuidan avances en competitividad

Se descuidan avances en competitividad

A pesar de nuestro robusto crecimiento económico, el Perú muestra un retroceso en ocho de los doce componentes que conforman los pilares para la construcción de una economía competitiva a nivel internacional, manteniendo la ubicación 61 en el ranking de las economías más competitivas, pero retrocediendo en el puntajedel ranking global. 

Según el Foro Económico Mundial, la competitividad está compuesta por el conjunto de instituciones, políticas y elementos que determinan el nivel de productividad de un país, la que establece el nivel de prosperidad que una economía es capaz de lograr. De acuerdo al Informe Global de Competitividad 2013-14, que presenta los resultados de la clasificación de competitividad basada en el Índice Global de Competitividad adoptado por el Foro Económico Mundial en 2004, en el Perú se ha registrado un estancamiento de nuestro avance durante el último año. Pero lo preocupante es que en la evaluación de las siguientes categorías: instituciones (n°109), infraestructuras (n°91), salud y educación primaria (n°95), educación superior y formación (n°86), eficiencia en mercado laboral (n°48) y preparación tecnológica (n°86), no solo, no se ha avanzando en relación a otras economías con las que competimos, sino que hemos obtenido una puntuación individual inferior en relación a la obtenida en el mismo ranking el año pasado. Es decir, hemos empeorado.

Lasreformas de mercado que emprendió el Perú en el pasado nos ha permitido tener una economía más competitiva que la mayoría de países del Mercosur y el Alba, como Argentina (n°104), Bolivia (n°98), Uruguay (n°85), Venezuela (n°134), Nicaragua (n°99), y Ecuador (n°71); pero aún nos encontramos lejos de Chile (n°34), que sigue a la cabeza de la clasificación regional, junto con Panamá (n°40), Costa Rica (n°54) y México (n°55), que se mantienen relativamente estables.

¿En qué nos fue bien?

A pesar de los buenos resultados obtenidos en los últimos años, el Perú mejoró una posición en cuanto al entorno macroeconómico (en comparación a otros países), pero obteniendo un puntaje individual inferior al del año pasado, por lo cual tampoco podemos dormirnos en este aspecto. Igualmente, se obtiene una mejora en relación a otros países en eficiencia en el mercado de bienes, pero sin mejorar un decimal en la calificación obtenida el año pasado. Es decir, en estas categorías mejoramos en términos relativos porque otras economías empeoraron.  Sin embargo, es rescatable la mejora que ha tenido el país en desarrollo del mercado financiero, a pesar del reducido tamaño de nuestro (aún incipiente) mercado de capitales, y la baja penetración relativa de la banca. También se registra una mejora en la categoría relacionada a tamaño de mercado, lo que sin duda ha sido un efecto del importante crecimiento de la clase media y el impulso que ha tenido la demanda interna en los últimos años.

La agenda pendiente

Es claro que el Perú necesita avanzar más agresivamente en los desafíos de largo plazo que incluyen reformas de fondo para mejorar sustancialmente las tasas de productividad, que constituyen el factor real que sostiene el crecimiento inclusivo en el tiempo. En particular, urge establecer una agenda para definir estrategiasque permitan reforzar aquellos puntos en los que es muy claro que no se ha avanzado, como la mejora de la educación, las infraestructuras, y la reforma de instituciones del Estado. En este sentido, el informe destaca que los países que encabezan el ranking como Suiza (que lo lidera por quinto año consecutivo), Singapur y Finlandia, se caracterizan por mostrar entornos institucionales robustos, infraestructuras avanzadas y educación de primera, lo que permite generar un entorno favorable para tener un excelente nivel de innovación y formación tecnológica. Por ello, no debería sorprenderle al Consejo Nacional de la Competitividad (CNC) los pobres resultados que el Perú ha obtenido en estos campos cuando el presente Gobierno ha hecho muy poco para mejorar el capital humano.




El Limbo de Alfredo Torres

El Limbo de Alfredo Torres

Frente a algunos especialistas que no quieren reconocer el crecimiento explosivo de la clase media en el Perú, el estudio de Arellano Marketing confirma lo que en meses pasados el Banco Mundial y el BID ya habían destacado: el crecimiento de la clase nueva emergente ha transformado la estructura socioeconómica del país, y el sector de ingresos medios duplica al de ingresos bajos.

 

El estudio Planificar 2013-2014 de la consultora Arellano Marketing, afirma que el 57% de la población peruana pertenece a la clase media, donde el 39% corresponde a la nueva clase media y el 18% a la tradicional, gracias al desarrollo del país,que les han permitido salir de la pobreza.

Mientras tanto, Alfredo Torres sigue planteando el análisis con el paradigma tradicional de sus niveles socioeconómicos. En su último artículo, 25 años de niveles socioeconómicos deja a 39.8% de los peruanos en el limbo, al no calificarlos como clase media emergente o vulnerable, o baja, como lo hacen el Banco Mundial y el BID. Tampoco los define como pobres, pues la pobreza en el Perú solo llega al 25.8%, según cifras oficiales, y no al 65.6% (Clase baja, según Torres, compuesta por los estratos D y E, que incluiría a la clase emergente, los pobres y los pobres extremos).

La estructura socioeconómica del Perú ha experimentado una gran transformación. Según Arellano hemos pasado de ser una pirámide tradicional, donde el segmento pobre era el más numeroso, a una nueva figura similar a la de un rombo, en que la clase de ingresos medios es más del doble que la población considerada “pobre”.

El estudio de Arellano Marketing destaca que, a diferencia de lo que ocurría en el pasado, el crecimiento de la clase media emergente es descentralizado. En ciudades como Pucallpa, el 89% de este segmento es considerado emergente. Otras ciudades con importante avance son: Chiclayo (75%), Tacna (74%), Huancayo (69%), Arequipa (67%), Ica (65%), Chimbote (62%) e Iquitos (55%).

El empuje de este sector emergente ha generado que en algunas ciudades del país más del 50% de la población pertenezca a la clase media. Ellos afirman que esto ya ocurre en Lima (64%), Arequipa (60%), Tacna (54%) y Pucallpa (52%).

Los ingresos promedio de la Nueva Clase Media (S/.1,850) son similares a los de la Clase Media Tradicional (S/.2,070). Sin embargo, hay algunas diferencias: las tres cuartas partes viven en las zonas periféricas de las ciudades, 51% tiene vivienda propia, para el 39% culminar el colegio es su máximo grado educativo, el 18% tiene un negocio propio y el 14% tiene vehículos.

Para no detener esta favorable transformación social el gobierno debe continuar con las reformas en pro de una economía de mercado que permita el crecimiento sostenido de largo plazo. Sólo así podremos alcanzar las proyecciones presentadas por el banco internacional HSBC en su informe Consumer in 2050: The rise of the EM middleclass (“El consumidor del 2050: La aparición de la clase media en los países emergentes”) en el que señala que al año 2030 el Perú contará con el 70% de su población ubicada en la clase media consolidada, y un 10% en el grupo de altos ingresos, igualando a Chile y superando ampliamente a Colombia, que tendría solo al 50% de su población en los grupos de ingresos medios y altos.




Airbus prevé que Lima será un centro de conexión aérea de alcance mundial

Airbus prevé que Lima será un centro de conexión aérea de alcance mundial

La ubicación geográfica de Lima la ha ayudado a consolidarse como un centro de conexión aérea (‘hub’), para vuelos de corto y mediano radio, es decir, de escala regional en Latinoamérica.

 

En adelante, esa categoría y el incremento de operaciones aéreas en el aeropuerto Jorge Chávez llevarán a la capital peruana a un segundo nivel: convertirse en un ‘hub’ de larga distancia para el 2031, según el fabricante de aviones franco-alemán Airbus.

Según un estudio de esta compañía y compartido en exclusiva con El Comercio en la visita a su sede de Hamburgo (Alemania), Lima sería una de las 10 ciudades latinoamericanas que operarán con más de 10 mil pasajeros que arriben o se trasladen fuera del continente por día.

Grupo selecto

Patrick Baudis, vicepresidente de Márketing para Latinoamérica y el Caribe de Airbus, precisa que la capital peruana se unirá a un grupo selecto de ciudades ‘hub’ en el mundo, junto con Bogotá, Santiago de Chile, Buenos Aires y Sao Paulo.

“Actualmente, son 42 ciudades en el mundo con esta categoría. En el 2031 serán 92”, aclara Baudis. En ese contexto, las expectativas del fabricante son muy positivas respecto a la demanda de las aerolíneas latinoamericanas para incrementar su flota.

Para el ejecutivo, en los próximos 20 años las empresas aéreas de la región requerirán 2.120 naves de la familia A320, A350 y A380. El valor de mercado para este movimiento y lo que genere en tráfico aéreo alcanzará los US$242 mil millones.

Una de las aerolíneas que liderará esta demanda será LAN Perú, que solo este año adquirirá ocho aviones A320, que reemplazarán a la misma cantidad de A319 en su flota. Cada una de estas naves está valorizada en US$91,5 millones. Y como holding, LAN y TAM (Latam) han ordenado 380 aviones A320, y se han convertido en el primer cliente de Airbus en América Latina y el tercero en el mundo.

(CARLOS HURTADO DE MENDOZA, Enviado especial)

Publicado por El Comercio, jueves 29 de agosto del 2013




Inversión crece contra la corriente

Inversión crece contra la corriente

En el segundo trimestre del año la inversión total representó el 28.4% del PBI, un record si analizamos cómo ha evolucionado este ratio en los segundos trimestres de cada año. Sin embargo, a diferencia de años anteriores, esta cifra se alcanza mediante un crecimiento sostenido de la inversión privada, que aumentó 9.3% acelerando su ritmo con respecto al primer trimestre del año (8.1%). 

El ratio de la inversión total como proporción del PBI es un indicador importante porque aproxima cuánto del producto se está utilizando para expandir la frontera de posibilidades de producción futura, y con ello aumentar el crecimiento potencial de la economía. Es relevante para analizar a una economía porque la inversión no solo aumenta la oferta en el largo plazo, ampliando la capacidad productiva y generando más empleo; también dinamiza la demanda en el corto plazo.

Entre 1989 y el 2005 Chile presentó tasas de inversión total superiores a las de Perú. En la década del 90’ su tasa de inversión como proporción del PBI superó en promedio el 24%, mientras que en Perú apenas se alcanzó el 20%, mostrando también mayor volatilidad. Como consecuencia, el crecimiento promedio de Chile en ese periodo fue de 6.3%, mientras Perú alcanzó un crecimiento promedio anual bastante menor (3.4%). En China, la inversión llegó a alcanzar el 33% del producto a partir de los 90, y durante la primera década de este milenio se aceleró llegando a niveles mayores a 45%. Debido a ello, este país crece a tasas promedio anuales de 10% desde hace 20 años.

Una tasa alta puede deberse también a un impulso descontrolado de la inversión pública ante la desaceleración del PBI o a un sano crecimiento de la inversión privada. En el caso peruano, en al año 2012 el componente privado de la inversión bruta fija alcanzó los S/. 122,458 millones de soles representando el 21.4% del PBI, mientras que la inversión pública alcanzó los S/. 27,288 millones (5.2% del PBI). La inversión extranjera directa, que en el 2012 alcanzó la cifra record de US$ 12,240 millones, solo representó el 6% del producto, por lo que es claro que el grueso de la inversión fue ejecutada por los propios peruanos (S/. 88,168 millones aproximadamente). Es aún más destacable que se haya alcanzado este resultado en un periodo en el que no se ejecutaron inversiones emblemáticas de magnitud nacional, principalmente por el retraso y las trabas para sacar adelante importantes proyectos mineros, que sin duda, hubieran generado un impacto mucho mayor en el crecimiento y en la expansión de otros sectores.

En este sentido, la desidia del gobierno para impulsar proyectos importantes que tengan impactos agregados y que consoliden la confianza de los inversionistas en las proyecciones de largo plazo de nuestra economía, así como la ausencia del imperio de la ley, se ha visto, por ahora,  compensada por el esfuerzo de una pujante clase emergente que realiza inversiones pequeñas y medianas, en sectores como construcción, manufactura y servicios, dinamizando la economía y apostando por el futuro del país. No podemos dejar que nuestras debilidades políticas socaven este tremendo entusiasmo de los peruanos por construir un mejor país.




Libre mercado reduce la desigualdad en el Perú

Libre mercado reduce la desigualdad en el Perú

En el artículo “Todos somos prisioneros del aumento de la desigualdad” el columnista británico Tim Harford analiza la evolución de la desigualdad en EE.UU. y otros países avanzados para concluir falazmente que: “La verdad incómoda es que las fuerzas del mercado -es decir el resultado de contratos libremente acordados-  son probablemente la razón fundamental de una gran parte de la desigualdad. ”Sin embargo, esta afirmación no se condicecon la reducción de las tasas de pobreza a nivel mundial y la significativa reducción de la desigualdad entre países ricos y pobres.

Si bien es cierto que dentro de EE.UU. la distancia entre los ricos y los pobres ha aumentado, como consecuencia dela nueva división del trabajo generada por la revolución tecnológica, el ascenso de países emergentes que compiten en el mercado global, y el desempleo que en EE.UU. se ha mantenido cerca del 10% varios años, la globalización ha permitido un proceso acelerado de convergencia entre los países emergentes y los países desarrollados. En el caso de Europa, el extenso “Estado de Bienestar” mal manejado y políticas fiscales insostenibles tuvieron como consecuencia la generación de más desigualdad en el largo plazo, al estancarse el producto y aumentar el desempleo, que en España bordea el 25% y 55% en el caso de los jóvenes.  

Por ello, es irresponsable que la izquierda no pensante utilice la evolución de la desigualdad en los países de Europa y EE.UU. como un ejemplo para desacreditar el modelo de economía de mercado y apertura comercial en el caso peruano, arguyendo equivocadamente, que las reformas de mercado han incrementado la desigualdad, cuando las cifras oficiales del INEI y todos los estudios independientes evidencian lo contrario.

Así por ejemplo, estudiosos del tema,reportan que la distribución del ingreso en el Perú, mejoró hacia finales de la década pasada, en un contexto de alto crecimiento económico (Lopez-Calva y Lustig– 2010, Jaramillo y Saavedra – 2011).Por el contrario, el estudio de Figueroa (1993) sostiene que la desigualdad se deterioró entre 1970 y 1993, es decir, en las décadas en las que primó el modelo estatista, con controles de precios y barreras proteccionistas al comercio. Es destacable que otro estudio (Yamada y Castro)encuentra evidencia que en el periodo 2006-2010, desde la entrada en vigencia del TLC con EEUU, la desigualdad del ingreso medida con el coeficiente de Gini se redujo entre 8% y 11%, mientras que el consumo se desconcentró entre 10% y 11%. Este estudio muestra, además, que los programas de transferencias como JUNTOS solo explican un cuarto de la reducción de la desigualdad, mientras que las fuerzas del mercado y el crecimiento económico explican el 75% de la mejora en la distribución del ingreso y el consumo. También se destaca que el crecimiento del ingreso en este periodo se concentró en los percentiles 20 al 50, lo cual es consistente con el crecimiento de la clase media emergente.

Entonces, queda claro que la apertura comercial y la economía de libre mercado no han generado una mayor concentración de la renta en los ricos, haciendo a los pobres más pobres. Por el contrario, el crecimiento económico impulsado por la inversión privada y la competencia ha tendido a generar empleos más productivos y con ello a incrementar los ingresos laborales, reduciendo el subempleo y la informalidad.

En la última década, hemos experimentado un crecimiento más beneficioso para los pobres de lo que usualmente ocurría, incluso de lo que es usual en el mundo. No solo ha sido solo pro pobre sino que se ha llegado a la situación de que sean los pobres los que más se beneficien. Así, por ejemplo Richard Webb documenta que el jornal agrícola más que se duplico en la última década, mientras que la tasa de crecimiento promedio del sector rural en los últimos 20 años ha sido de 7.2%, muy por encima del promedio de solo 1.4% registrado entre 1900 y 1994. Igualmente, en las zonas rurales se ha registrado en el último lustro un aumento muy significativo en la demanda por vehículos, sobre todo por mototaxis y bicicletas, cuya tasa de crecimiento se encuentra sobre el 40%.

Lo paradójico es que siendo el Perú un país tan heterogéneo en la dimensión geográfica, étnica y cultural, ha sido a través de la economía de mercado que se está logrando reducir la desigualdad,logrando la convergencia de grupos que históricamente han vivido excluidos y en situación de pobreza. El mercado ha hecho su trabajo en reducir el nivel de desigualdad en términos económicos y sociales, pero es tarea del Estado impulsar las reformas en educación, infraestructuras e instituciones, así como en el mercado laboral, para reducir también lapeor de las desigualdades: la de oportunidades.




El Perú necesita crecer a 6% para atacar la pobreza

El Perú necesita crecer a 6% para atacar la pobreza

Luego de 10 años creciendo casi de manera ininterrumpida, la desaceleración de la economía global nos toma sin haber solucionado los problemas estructurales de fondo y que conocemos desde siempre.

El que la economía crezca 5% por año ayuda a reducir la pobreza, sí, pero no a la velocidad su?ciente. Un 4% es un crecimiento mediocre. Es necesario que el PBI crezca a una tasa de 6% o más “si queremos meterle diente en serio a la pobreza”, opina Hugo Santa María, socio gerente de Estudios Económicos de Apoyo Consultoría.

“Deberíamos aspirar a crecer por encima del 6% y me parece que está al alcance […]. En el 2016 vamos a crecer más de 6% porque se va a duplicar la producción de cobre (por la entrada en operación de Toromocho, Las Bambas y la ampliación de minera Cerro Verde). Sin eso, creceríamos solo 5%”, sostuvo.

La desaceleración global nos afecta en varios frentes, pero lo más grave es que seguimos teniendo los mismos problemas estructurales que hace 20 años, con un mundo en desaceleración.

Mundo complicado 

La situación global es muy difícil de interpretar. Lo que está claro es que los mercados reaccionan a todas las noticias todos los días y en cualquier dirección (a la baja o al alza). Y tal volatilidad altísima se mantendrá en los próximos meses, mientras la incertidumbre alrededor de los efectos reales del retiro del estímulo monetario por parte de la FED continúen.

Santa María señala la paradoja con la que los mercados han aprendido a vivir –y de la que ahora dependen– más o menos así: si la economía de EE.UU. mejora, la FED empezará a retirar el estímulo y entonces ya no habrá tanta liquidez que se dirija a comprar activos y no es bueno para los mercados.

Publicado en El Comercio, 25 de agosto del 2013.




Crecer para reducir la pobreza

Crecer para reducir la pobreza

La relación positiva entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza ha sido ampliamente documentada en la literatura económica. En el caso peruano, durante la última década, el crecimiento sostenido impulsado por la inversión privada, la apertura de los mercados y la disciplina macroeconómica logró reducir la pobreza en 43% y la pobreza extrema en 60%.

Frecuentemente, los analistas resaltan la necesidad de crecer al menos 6% para reducir sostenidamente la pobreza. Así por ejemplo, Hugo Santa María de APOYO Consultoría considera que un crecimiento de 5% no sería suficiente para reducir significativamente la pobreza. En este sentido, lo que se debe destacar es que la sensibilidad de la reducción de la pobreza mantiene una relación no lineal y creciente con el crecimiento económico; así, la pobreza se reduce en una mayor proporción cuanto más crece el país. El documento “Pobreza y crecimiento económico: tendencias durante la década del 2000” elaborado por el BCRP da cuenta de este fenómeno, anotando que el crecimiento económico en la última década ha tenido una clara tendencia pro-pobre, y destacando además que estas elasticidades muestran una tendencia creciente en valor absoluto.

El documento explica que mientras en el año 2001, por cada 1% de crecimiento del PBI, la pobreza se reducía en 0.9%, al año 2010, cuando el PBI aumentaba en 1%, la  pobreza se reducía en 1.7%. Asimismo, se documenta que entre los años 2008 y 2009, en los que el Perú sufrió una fuerte desaceleración como consecuencia de la crisis financiera en EE.UU., la elasticidad pobreza crecimiento se mantuvo aproximadamente, constante luego de haber mantenido una tendencia creciente durante el periodo previo, lo que demuestra la influencia positiva de la tasa de crecimiento sobre su impacto relativo en la reducción de la pobreza.

Cabe destacar que además del alto crecimiento, la sensibilidad de la reducción de la pobreza al crecimiento económico se vería repotenciada con un mejor funcionamiento de los mercados laborales, una reforma educativa seria, y mayor infraestructura, que permita conectar a los pobres con el mercado.




Diario “El Mercurio” de Chile resalta crecimiento de la economía peruana

Diario “El Mercurio” de Chile resalta crecimiento de la economía peruana

El diario El Mercurio de Chile informó que según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI),  desde el año 2011 el tamaño de la economía peruana medido a paridad de poder de compra (PPP), ya supera el tamaño de la economía chilena por primera vez en 20 años.  Asimismo, el diario chileno explicó que el FMI estima la ampliación de esta diferencia hasta alcanzar una brecha de 10,5% en el año 2018 a favor de Perú.  De esta manera, el Perú lograría ser en el 2018 la cuarta economía de Sudamérica, por debajo de Brasil, Argentina y Colombia.

Es interesante resaltar que el diario El Mercurio reconoce el liderazgo del Perú en las proyecciones de crecimiento para el año 2013 y 2014 publicados en todos los reportes internacionales, explicando que “si bien antes el aporte de los mayores precios de las materias primas sustentó a la economía (peruana), ahora es la expansión de la demanda interna y la construcción, que crecen en torno a 15% anual”, lo cual confirma la mayor diversificación y complejidad que está ganando la economía peruana, en contraposición de quienes afirman que la economía peruana depende solo de la producción de commodities.

Tasas de Crecimiento del PBI a precios constantes 2012 – 2018

Fuente: proyecciones FMI

No obstante, para lograr ser los líderes del crecimiento en la región como lo proyecta el FMI, es necesario mantener los márgenes de maniobra fiscal y avanzar en reformas estructurales para aumentar la productividad y el crecimiento potencial. El Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2014 – 2016 del Ministerio de Economía y Finanzas estima que para los siguientes cuatro años la inversión privada estará impulsada por el sector  minero y los proyectos de infraestructura en Asociaciones Público-Privadas. En esta línea, será fundamental que el Gobierno no se duerma en su tarea de eliminar las trabas burocráticas para ejecutar importantes proyectos de inversión y evitar el lamentable retraso que se ha venido ocurriendo con las inversiones y entrada en operación de importantes proyectos mineros como Las Bambas (US$ 5,200 MM), la ampliación de Cerro Verde (US$4,400 MM), Toromocho (US$ 1,320 MM), y Constancia (US$ 1,546 MM), entre otros, que permitirán duplicar la producción de cobre al año 2016. Igualmente, el Gobierno no debe descuidar la inversión proyectada para  modernizar el Muelle Norte y el muelle de minerales en Lima, la ampliación de los puertos de Paita y Matarani, el Terminal Portuario General San Martin y el puerto de Yurimaguas, así como la Red Vial No 4 (Pativilca-Puerto Salaverry), la Autopista del Sol (Trujillo-Sullana), la Carretera Longitudinal de la Sierra, y el Tramo 2 del IIRSA Centro, que permitirán mejorar la infraestructura de transporte, y con ello reducir “cuellos de botella” e incrementar la competitividad de la economía para lograr alcanzar el crecimiento proyectado por el FMI.

Finalmente, es paradójico que mientras a nivel internacional (incluyendo al vecino país del sur con el que competimos) se reconoce el notable avance que ha tenido la economía peruana, en el Perú aún existan grupos radicalizados que se oponen al desarrollo económico que se ha venido experimentando, por razones ideológicas.




Economía se diversifica a todo galope

Economía se diversifica a todo galope

Muchas veces se afirma en forma equivocada que el Perú es un país primario exportador, que en los últimos años no hemos diversificado nuestra economía y que, cada vez, dependemos más de la minería. Estos comentarios están alejados de la realidad y obedecen a una percepción ideológica, más que a un análisis riguroso de la evolución de nuestra economía.

Al revisar las cifras del PBI de los últimos 20 años, entre 1993 y el 2012, vemos que la minería tiene una participación sustancialmente menor a la de otros sectores como servicios, manufactura y comercio. En promedio, en las últimas dos décadas, el sector servicios ha participado con el 48.7%, la industria con 15.1% y el comercio con el 14.6%, en tanto que la minería solo lo hizo con el 4.5%. 

Una confusión generalizada es que, como producto del boom de los precios de los metales, el aporte de la minería al PBI habría crecido sustancialmente y, por lo tanto, reprimarizado nuestra economía, lo que ha aumentado son las divisas y los recursos fiscales. La evolución del sector nos muestra que hace 20 años, contribuía con 3.5% aproximadamente. Entre 1998 y 2008 su contribución promedio subió a niveles de 4% a 5.6%, para volver a bajar a su nivel tradicional de 3.6% el 2012. (Ver tabla de contribuciones sectoriales 1993-2012). Es más, los reportes del BCR señalan que en el 2012, el 85.3% del producto del país es generado por sectores no primarios y solo el 14.7% corresponde a los sectores primarios, incluyendo minería, hidrocarburos, pesca, agropecuario y otros. 

En su último discurso por Fiestas Patrias, el propio Presidente del Perú, Ollanta Humala, señaló que “las cifras demuestran que estamos progresivamente diversificando nuestra economía. Las exportaciones no tradicionales representan un tercio del total de nuestras exportaciones, superando los 11,000 millones de dólares, y las de servicios los 5,000 millones de dólares”.

Tal como ha señalado el reconocido economista Richard Webb, “se exagera el peso de las actividades primarias. Según el BCR, estas representan solo el 15% de la producción nacional, y su crecimiento ha sido menor al de las actividades industriales, comerciales y de servicios. La economía peruana es más diversificada de lo que se cree, y la diversidad crece al galope”. (Ver artículo “Las tres golondrinas”).

Durante los últimos años la minería ha tenido una contribución fundamental en la generación de divisas y recursos fiscales, largamente mayor a su participación en el PBI. Contribuciones muy positivas y deseables, que han permitido, en gran medida, los avances en bienestar general de las últimas décadas.

El sector manufacturero, el cual muchos creen que es débil, ya ha tenido ha tenido una verdadera transformación y crecimiento. Si la economía peruana medida en dólares, entre los 1990 y el 2012 se ha multiplicado por 6.9 veces y la manufactura ha mantenido su participación en el PBI, entonces, queda claro que ha surgido una industria mucho más grande, diversificada, pero muy competitiva debido a la apertura comercial.

Hoy vemos que las industrias alimenticias, metálica y no metálica, química, textil y de cueros, así como de madera y papel son los que más aportan a esta actividad. Como lo hemos mencionado anteriormente esta área industrial es ahora competitiva a nivel internacional. (ver No es verdad que solo vendemos piedras).

Lo que todos necesitamos, es que nuestra economía siga creciendo. La eventual evolución del sector minero hacia un mayor crecimiento, no inhibe el desarrollo del sector industrial, más bien lo potencia tal como ya se ha expresado durante los últimos largos años. En todo caso, es evidente que  ¡necesitamos más minería para seguir creciendo, tener más recursos fiscales y fomentar la diversificación!




Reducción del canon minero sorprende a regiones del sur

Reducción del canon minero sorprende a regiones del sur

Las transferencias del canon minero correspondientes al 2013 han perjudicado a las regiones del sur. Arequipa es una de las más afectadas ya que recibirá S/. 445 millones, lo que significa un recorte de 43,5% en comparación al 2012.

La disminución es más evidente en el Gobierno Regional de Arequipa, que el año pasado recibió S/. 197 millones por este concepto y que ahora solo obtendrá S/. 111 millones.

“Ello dejará sin fondo a varias obras”, advirtió Berly Gonzales, funcionario del gobierno regional.

A los municipios arequipeños se les transferirá S/. 334 millones a diferencia de los S/. 591 del año pasado.

Empero, en la región Cusco el panorama es más trágico. Se le recortó el 90% del canon, por lo que solo recibirá S/. 28 millones 624 mil en comparación a los S/. 271 millones del año anterior. Sin embargo, este recorte será compensado con el canon gasífero, que generará aportes superiores a los tres mil millones de soles.

Tacna también experimentará el bajón económico. Para este año contará con S/. 251 millones 918 mil, lo cual representa 25% menos que el año pasado.

La transferencia para Moquegua llega a S/. 283 millones, unos 20 millones de soles menos que en 2012.

Publicado por La República, 26 de julio del 2013




Perú es el segundo país con los costos más bajos para hacer emprendimientos

Perú es el segundo país con los costos más bajos para hacer emprendimientos

Un estudio de The Economist Intelligence Unit, a pedido del Banco Interamericano de Desarrollo, posiciona también a nuestro país como el segundo de la región con mejor ambiente para mujeres emprendedoras.

Los elevados costos que se incurren para iniciar y operar una empresa en cualquier parte del mundo pueden desalentar a inversionistas y desacelerar el crecimiento de negocios recién creados.

En ese sentido, el Índice del entorno empresarial para emprendedores, basado en datos del Banco Mundial, reveló que en Chile, Perú y Panamá los costos de hacer negocios son los más bajos.

“La reducción de costos para iniciar un negocio es una manera en que los países pueden impulsar la participación de las mipymes en el empleo y la formalidad”, señala el estudio.

No obstante precisa que en general, la región posee costos relativamente altos respecto a otras partes del mundo. “Allí todavía hay trabajo por hacer”, señala.

Mujeres ‘power’

Ahora bien, el estudio elaborado por The Economist Intelligence Unit, por encargo del BID a través del Fomin, también mostró que Perú es el segundo país en la región que ofrece el mejor ambiente para las mujeres emprendedoras debido a sus fuertes redes de negocio, programas de apoyo técnico a las pyme y un entorno macroeconómico estable.

“Las mujeres de Colombia y Perú son las que tienen mayor acceso a financiamiento para pymes. En el caso peruano, los bancos financian 47% de las inversiones de pyme encabezadas por mujeres y 20% de su capital de trabajo”, anota el índice.

Nada es perfecto

Al respecto la analista de Economist Intelligence Unit, Jimena Serrano sostuvo que para que Perú mejore su posición en este índice y logre la supremacía debería concentrarse en un par de temas.

“Lo primero es la corrupción. Nosotros medimos este tema haciendo preguntas a las mipymes sobre si sienten que en su país tienen que pagar sobornos o si consideran que la corrupción es una barrera para hacer negocios y allí la respuesta no fue tan halagadora”, indicó a Gestión.

El otro tema a tomar en cuenta es el acceso a la tecnología. Según la experta, aquí el aspecto en el cual se debe avanzar es mejorar el sistema de pagos electrónicos así como el acceso a internet.

Por su parte, la especialista del Fomin, María Teresa Villanueva sugirió los aspectos en los cuales aún falta más trabajo son los servicios sociales para los microempresarios.

“Hablamos de cuidado para los niños y de la tercera edad, políticas de maternidad y paternidad, así como el acceso a servicios de salud”, detalló.

Comentó que en ese aspecto, no solo Perú tienen un reto por avanzar sino toda la región si es que quiere lograr la tan esquiva pero “ansiada competitividad. “Las políticas públicas contribuyen a que las parejas puedan trabajar en su conjunto”, anotó a Gestión.

De otro lado, sostuvo que para que las mypimes apuesten por la formalidad tienen que haber incentivos donde se puedan visualizar realmente los beneficios.

EN CORTO

Ojito, ojito. Si bien en Perú los períodos en la resolución de demandas por incumplimiento de contratos son los más cortos; los procedimientos legales para recuperar las deudas pueden costar hasta la mitad de la cantidad que se disputa.

Informe elaborado por Rocío Barja

Publicado por Gestión, 25 de julio del 2013