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Los estragos de Trump

Los estragos de Trump

Una vez superada la terrible turba que arremetió en el Capitolio de EEUU, intentando alterar la toma de mando de Biden, cabe realizar algunas reflexiones sobre el daño acometido a la democracia estadounidense por parte de Trump – quien azuzó a las masas alegando un fraude electoral – y el probable futuro del país americano al mando del nuevo gobierno.

Un reciente artículo de The Economist que compartimos líneas abajo incide en algunas respuestas al respecto haciendo un breve recuento sobre el comportamiento de Trump en los últimos meses – constantes impugnaciones a los resultados, que además nunca reconoció, frente a cortes que tampoco llegaron a  beneficiarlo – pero sobretodo lo debilitado que queda el partido republicano tras las protestas y cómo esto traerá fuertes implicancias para la gobernanza del país en los próximos meses, ahora que los demócratas consiguieron la mayoría en el Senado, tras su reciente victoria en el estado de Georgia.

Como se dejan entrever en estas líneas, evidentemente el partido republicano tendrá que defenestrar a Trump de su figura política si realmente quiere volver a generar expectativas entre sus votantes. No nos deja de sorprender pues desde la llegada de este personaje, nunca avizoramos nada bueno no solo para EEUU y su democracia, una de las más desarrolladas a nivel global, sino también para el mundo (ver Lampadia: El ‘americano feo’ desestabiliza las relaciones económicas del mundo).

Al día de hoy Trump ha dejado un mundo desglobalizado con secuelas permanentes a nivel geopolítico, comercial y tecnológico que lamentablemente tomarán años en ser reversadas si es que Biden realmente quiere hacerlo (ver Lampadia: ¿Biden o Trump?). Su empecinamiento con China, centrado en el histórico déficit comercial que tiene EEUU con este país, no ha podido ser resuelto con la guerra arancelaria sino por el contrario, esta misma política ha llevado al mundo a una contracción del comercio sin precedentes. Ello sin considerar los vetos tecnológicos a empresas como Huawei, Tik Tok o WeChat, con acusaciones de espionaje nunca comprobadas.

Desde ya esperamos que el partido republicano esté a la altura de una verdadera renovación en el futuro inmediato, de manera que la democracia estadounidense, considerada entre las más ejemplares a nivel mundial, y la globalización como un todo, no vuelvan a recibir tan dañinos embates como los recibidos en los últimos años con tan nefasto personaje. Lampadia

Política estadounidense
El legado de Trump: la vergüenza y la oportunidad

La invasión del Capitolio y la victoria de los demócratas en Georgia cambiarán el rumbo de la presidencia de Biden

The Economist
9 de enero, 2021
Traducida y comentada por Lampadia

Hace cuatro años, Donald Trump se paró frente al edificio del Capitolio para tomar posesión de su cargo y prometió poner fin a la “carnicería estadounidense”. Su mandato concluye con un presidente en ejercicio instando a una turba a marchar hacia el Congreso, y luego elogiándolo después de haber recurrido a la violencia. No tenga ninguna duda de que Trump es el autor de este ataque letal al corazón de la democracia estadounidense. Sus mentiras alimentaron el agravio, su desprecio por la constitución lo centró en el Congreso y su demagogia encendió la mecha. Las imágenes de la mafia que asalta el Capitolio, transmitidas alegremente en Moscú y Pekín tal como se lamentaron en Berlín y París, son las imágenes definitorias de la presidencia antiamericana de Trump.

La violencia del Capitolio pretendía ser una demostración de poder. De hecho, enmascaró dos derrotas. Mientras los partidarios de Trump entraban y entraban, el Congreso certificaba los resultados de la incontrovertible derrota del presidente en noviembre. Mientras la mafia rompía ventanas, los demócratas celebraban un par de victorias poco probables en Georgia que les darán el control del Senado. Las quejas de la mafia repercutirán en el Partido Republicano cuando se encuentre en la oposición. Y eso tendrá consecuencias para la presidencia de Joe Biden, que comienza el 20 de enero.

Aléjese de las tonterías sobre las elecciones robadas, y la escala del fracaso de los republicanos bajo Trump se vuelve clara. Habiendo ganado la Casa Blanca y retenido la mayoría en el Congreso en 2016, la derrota en Georgia significa que el partido lo ha perdido todo solo cuatro años después. La última vez que les sucedió a los republicanos fue en 1892, cuando la noticia de la humillación de Benjamin Harrison viajó por telégrafo.

Normalmente, cuando un partido político sufre un revés de tal magnitud, aprende algunas lecciones y vuelve más fuerte. Eso es lo que hicieron los republicanos después de la derrota de Barry Goldwater en 1964 y los demócratas después de la derrota de Walter Mondale en 1984.

La reinvención será más difícil esta vez. Incluso en la derrota, el índice de aprobación de Trump entre los republicanos ha rondado el 90%, mucho mejor que el 65% de George W. Bush en el último mes de su presidencia. Trump ha aprovechado esta popularidad para crear el mito de que ganó las elecciones presidenciales. La encuesta de YouGov para The Economist revela que el 64% de los votantes republicanos cree que el Congreso debería bloquear la victoria de Biden.

Quizás el 70% de los republicanos en la Cámara y una cuarta parte en el Senado se confabularon en su conspiración al jurar intentar precisamente eso; para su vergüenza, muchos de ellos persistieron incluso después del asalto al Congreso. Como truco antidemocrático, no tenía precedentes en la era moderna (ni ninguna posibilidad de éxito). Y, sin embargo, también es una señal del control maligno de Trump. Después de ver cómo terminó las carreras de leales como Jeff Sessions y eligió casi por sí solo a otros, como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, los que enfrentan las primarias siguen aterrorizados de provocarlo.

El mito electoral que ha tejido Trump puede haber roto el ciclo de retroalimentación necesario para que el partido cambie. Deshacerse de un líder fallido y una estrategia rota es una cosa. Abandonar a alguien a quien usted y la mayoría de sus amigos piensan que es el presidente legítimo, y cuyo poder fue arrebatado en un gigantesco fraude por sus enemigos políticos, es algo completamente diferente.

Si algo bueno va a salir de la insurrección de esta semana, será que esta forma de pensar pierda algo de valor. Ver a un partidario de Trump descansando en la silla del presidente debería horrorizar a los votantes republicanos a quienes les gusta pensar que el suyo es el partido del orden y de la constitución. Escuchar a Trump incitando a los disturbios en el Capitolio puede persuadir a algunas partes del centro de EEUU a darle la espalda para siempre.

Para Biden, mucho depende de si los republicanos escépticos de Trump en el Senado comparten esas conclusiones. Eso se debe a que las victorias de Jon Ossoff y Raphael Warnock, el primer afroamericano en ser elegido demócrata al Senado por el sur, han abierto repentinamente la posibilidad de que el gobierno de Washington, DC, esté menos plagado de obstrucciones republicanas y trucos trumpianos.

Hace una semana, cuando la opinión convencional era que el Senado permanecería bajo el control republicano, parecía que las ambiciones de la administración de Biden se limitarían a lo que podría lograr mediante órdenes ejecutivas y nombramientos en agencias reguladoras. Una división 50-50 en el Senado, con la vicepresidenta, Kamala Harris, emitiendo el voto de desempate, es una mayoría tan estrecha como es posible obtener. No permitirá milagrosamente que Biden lleve a cabo las reformas radicales que a muchos demócratas les gustaría, pero marcará la diferencia.

Por ejemplo, Biden podrá obtener la confirmación de sus opciones para el poder judicial y para su gabinete. El control de la agenda legislativa en el Senado pasará de los republicanos a los demócratas. Mitch McConnell, el líder saliente de la mayoría del Senado que habló con fuerza esta semana contra el vandalismo institucional de Trump, era un maestro en bloquear votos que podrían dividir su caucus. Eso creó el estancamiento en Washington que los votantes suelen culpar al partido del presidente.

Los demócratas también pueden obtener algunas medidas a través del Senado a través de la reconciliación, una peculiaridad de procedimiento que permite que los proyectos de ley de presupuesto se aprueben con una mayoría de uno o más, en lugar de los 60 votos necesarios para evitar un obstruccionismo, que se mantendrá, por mucho que sea. El ala izquierdista del partido quisiera dejarlo.

Para los republicanos, el costo del maldito acuerdo que su partido hizo con Trump nunca ha sido más claro. Los resultados de noviembre dieron señales de que un partido reformado podría volver a ganar las elecciones nacionales. Los votantes estadounidenses desconfían del gran gobierno y no le han entregado a un partido más de dos mandatos consecutivos en la Casa Blanca desde 1992. Pero para tener éxito y, lo que es más importante, fortalecer la democracia estadounidense una vez más en lugar de representar una amenaza para ella, necesitan deshacerse de Trump. Porque, además de ser un perdedor de proporciones históricas, ha demostrado estar dispuesto a incitar a la carnicería en el Capitolio. Lampadia




Donald Trump gana las elecciones de Estados Unidos

Estados Unidos ya votó. Contra todos los pronósticos, tienen de presidente al populista Donald Trump, quien ha declarado la guerra a los migrantes, ha ofendido a casi todas las minorías y ha hecho una defensa feroz de la autarquía en el país. Cuenta con el repudio de la mitad del país y hasta de varios destacados políticos del partido republicano. Se han pronunciado en su contra los historiadores, economistas y buena parte de la intelectualidad estadounidense. Trump ha superado de largo los 270 votos electorales necesarios para ser presidente; dispone de 290, mientras que su rival demócrata Hillary Clinton logró solo 228.

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Fuente:  www.flims.cl

Esta noticia ha caído de sorpresa al mundo, ya que desde hace dos semanas las encuestas daban una clara ventaja a Clinton y nadie apostaba por una victoria del magnate inmobiliario. La remontada de Trump en las encuestas se produjo después de que, once días antes de las elecciones, el director del FBI, James Comey, anunciase la reapertura del caso contra Clinton por el empleo de un servidor privado para sus correos electrónicos oficiales cuando era secretaria de Estado (2009-2013).

También se aprovechó de los cambios demográficos, las transformaciones tecnológicas y las tensiones económicas que ha vivido Estados Unidos en los últimos años para exacerbar la rabia y la angustia de la población, la cual Trump ha usado para aprovechar el descontento generalizado y vender la ilusión de “Make America Great Again”, el slogan de su campaña presidencial.

Trump, con un discurso nacionalista, proteccionista, xenófobo y populista, logró cortejar el voto de la clase media, obrera y rural estadounidense y aunar la frustración de ese sector contra los políticos tradicionales de Washington, que encarnaba su rival. Además, centró su campaña en presentar a Clinton, como la “deshonesta Hillary”.

Ahora, no solo ha logrado conseguir la presidencia, sino que el partido republicano ha logrado conseguir la mayoría en la cámara de representantes y mantener el control del senado. Todo ello prepara el terreno para que Trump lleve a cabo una agenda fundamentalmente conservadora y se asegure un Tribunal Supremo republicano durante una generación.

Resultados elecciones EEUU 2016

Sin embargo, el partido republicano se encuentra casi tan dividido como la población. Los republicanos que controlarán el Senado están profundamente fragmentados en cuestiones que incluyen la inmigración, el comercio y el cambio climático. De hecho, algunos republicanos ni siquiera han apoyado a Trump en campaña y públicamente han anunciado que no votaron por él. Además, pocos conservadores han apoyado algunas de sus consignas más personales, como construir un muro en la frontera con México o gravar con un 35 % las importaciones mexicanas por parte de empresas de EEUU.

A nivel global, las portadas de los diarios muestran el verdadero asombro y descontento generalizado por los resultados de las elecciones.

¿Qué sucederá ahora?

En su primer discurso como ganador de las elecciones presidenciales de EEUU, Donald Trump ha priorizado la necesidad de unificar el país, fuertemente dividido por las elecciones, y se ha comprometido a ser el presidente de todos los americanos.

A pesar de su discurso, la incertidumbre es muy clara, especialmente en los mercados mundiales. Los futuros de casi todos los índices de referencia de Wall Street se desplomaron en 5% durante la noticia, y los sistemas automáticos han tenido que detener las cotizaciones hasta la apertura de la Bolsa americana. Por su lado, las Bolsas asiáticas, las únicas abiertas durante el recuento de votos, también han caído en más de 5%. Y el peso mexicano perdió un 10% de su valor frente al dólar.

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Esta elección consolida la voltereta global contra el libre comercio  la globalización. Juzgando en función de su campaña, tenemos que concluir que de hecho la primera víctima será el TPP, para felicidad de nuestras izquierdas tradicionales. Ver en Lampadia: El sándwich que amenaza a los países emergentes. Pero la lista de víctimas vinculadas a la apertura de las economías y a las alianzas estratégicas de EEUU con Europa, la OTAN, China, Japón y México, será larga, mediante una probable metamorfosis de la geopolítica global.  Por ahora, las consecuencias del gobierno de Trump son difíciles de preveer. Esperamos que la institucionalidad de EEUU pueda frenar los peores ímpetus de su nuevo presidente. Lampadia




En un momento difícil el mundo opta por los peores líderes

El día de ayer el Partido Republicano de EEUU oficializó la postulación de Donald Trump a las elecciones presidenciales de noviembre próximo. 

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Como hemos manifestado anteriormente en Lampadia, Trump debería ser declarado como ‘persona no grata a la humanidad’. Sus posiciones extremistas contra los más débiles en su propia sociedad y su desdén por muchos otros pueblos del mundo, lo deberían haber descalificado para encarnar la postulación republicana. Lamentablemente, muchos no lo tomaron en serio al principio y, cuando pretendieron impedir su nombramiento fue muy tarde.

Este personaje, por llamarle de alguna manera, es un ícono de la prepotencia y la soberbia. Antes de ser candidato se solazaba en los cierres de sus programas televisivos diciendo a gritos a las personas que presentaba: “You are fired” (Estás despedido).

En el plano político, es un oportunista que pretende aprovechar del descontento de los estadounidenses con llamados populistas y soluciones mágicas como cerrar la frontera con México, a cuyos migrantes acusa de ser el origen de todos los males de la economía de EEUU.

Trump ha hecho una campaña demoledora, acorralando a sus rivales con inusitada violencia y haciendo propuestas que han escandalizado a todo el mundo civilizado. 

Entre las barbaridades que propone Trump, quiere construir un muro de 3.5 kilómetros de largo y seis metros de alto, a lo largo de la frontera con México, que además, anuncia que hará que lo paguen los mexicanos. Pretende cortar la presencia militar en el mundo, excepto que sea pagada por los países que necesiten se mantenga. También pretende cortar la migración desde Europa, Medio Oriente y África. Y plantea un enfrentamiento económico con la China que puede desestabilizar la economía global y la paz mundial. Además, otras de sus propuestas podrían afectar severamente la situación del Medio Oriente. 

A estas alturas de la campaña, ya ha hecho buenas migas con otro nefasto líder político actual, Vladimir Putin, el nuevo Zar de Rusia que pretende ser ‘el Zar de todas las rusias’, que ya ha hecho retroceder a Obama de Siria y Ucrania con una prepotencia inusitada en la política del mundo pos ‘guerra fría’.

Ver nuestras notas anteriores sobre Trump y Putin:

Riesgos globales según el Economist Intelligence Unit

Una lucha de extremos que solo trae inquietud al mundo

Un occidente débil frente a un Putin envalentonado

La doctrina del resentimiento

A continuación, presentamos la campaña de los historiadores estadounidenses que pretende ilustrar a los votantes sobre las nefastas características personales y políticas de Donald Trump para asumir el más alto cargo político del mundo libre:

Historiadores sobre Donald Trump

Publicado en el Facebook: Historians on Donald Trump

12 de Julio de 2016

Transcrito y traducido por Lampadia

 

Como ejemplo de los llamados de los historiadores estadounidenses contra Trump, publicamos líneas abajo las palabras de David McCullough, un muy reputado escritor e historiador estadounidense, dos veces ganador del Premio Pulitzer y de muchas otras distinciones, que ha organizado una campaña de historiadores para hacer reflexionar a los ciudadanos que se aprestan a un proceso electoral que se presenta con un dramatismo muy especial:  

David McCullough, escritor e historiador, ha recibido en dos ocasiones el Premio Pulitzer — Por  “Truman” (1992) y “John Adams” (2001) — Y dos veces recibió el Premio Nacional del Libro — Por “El camino entre los mares” (1977) y por “La mañana a caballo” (1982). Sus otros aclamados libros incluyen “El viaje más largo” (2011), “1776” (2005), “Valientes Compañeros” (1991), “La inundación de Johnstown” (1968 ), “El gran puente” (1972) y “Los hermanos Wright” (2015). Él es el ganador de numerosos premios y honores, Incluyendo la Medalla Presidencial de la Libertad, el más alto premio de EEUU a un civil.

“¿A qué ha llegado el partido republicano? En un período tan inquietante como este, con tantos desafíos y problemas trascendentales que deben abordarse – y sí, tanto que debemos y podemos lograr – ¿por qué debemos optar por confiar nuestro más alto cargo nacional, y nuestro futuro, a alguien tan claramente inadecuado para el puesto? Alguien que nunca ha ocupado un cargo público, no ha servido a su país en ninguna forma”.

“El presidente Dwight D. Eisenhower, que tan admirablemente sirvió a su país durante toda su carrera, dijo que había cuatro cualidades claves para medir a un líder: carácter, capacidad, responsabilidad y experiencia”.

“Donald Trump no clasifica en ninguna de las cuatro. Y hay que señalar que Eisenhower puso en primer lugar el carácter. En las palabras de los antiguos griegos, el carácter es el destino”.

“Tanto así que Donald Trump, con un discurso tan vulgar y tan lejos de la verdad y mezquino; realmente no está a la altura en la cuestión del carácter. Es imprudente. Claramente no tiene preparación, ni capacidades y, a menudo, parece desquiciado. ¿Cómo podemos poner nuestro futuro en las manos de un hombre así?”

“Nosotros somos en general -no olvidemos- un buen país, de gente buena, con buenas intenciones”.

“Buenos, hasta grandes líderes, han desempeñado un rol decisivo en nuestra historia, una y otra vez. Hemos creído desde el principio en un logro digno y hemos puesto ejemplos emblemáticos de lo mucho que se puede lograr cuando trabajamos juntos, incentivados por un espíritu positivo”.

“Inspirados por Theodore Roosevelt, construímos el Canal de Panamá. Dirigidos por el presidente Harry Truman, creamos el Plan Marshall. El presidente John F. Kennedy nos incentivó para llegar a la luna – ¡y fuimos a la luna! A través del liderazgo de los presidentes Ronald Reagan y George H. W. Bush, terminamos con la Guerra Fría”.

“Y no hay ninguna razón por la cual, bajo el liderazgo correcto, no podamos continuar en ese camino. Depende de todos nosotros, de todos nosotros, republicanos, demócratas, independientes, jóvenes y viejos, sin importar los espectáculos o las discusiones durante las campañas y la política, debemos hacer una pausa y pensar -y pensar cuidadosamente. Esta opción de liderazgo, tan importante y de tan largo alcance, está en nuestras manos, nos van a responsabilizar por ella. ¿Cómo nos juzgará la historia?”

Ver los demás mensajes en el siguiente enlace:

La siguiente lámina presenta un compósito de la mayoría de los historiadores de EEUU que se han puesto al frente para defender los valores tradicionales de la política de la democracia más fuerte del planeta. 

Lampadia




Riesgos globales según el Economist Intelligence Unit

Riesgos globales según el Economist Intelligence Unit

En Lampadia dijimos hace varios meses: Debemos declarar a Donald Trump persona non grata a la humanidad. En nuestra opinión es necesario hacer frente a este tipo de personajes apenas aparecen. Este demente es una suerte de émulo de individuos, que ya tuvimos en otras épocas y latitudes y causaron un gran daño a toda la humanidad. Es verdaderamente sorprendente, que Trump haya seguido escalando posiciones en el Partido Republicano con tanta facilidad. Recién en los últimos días, parece haber una reacción para tratar de parar su posible nominación.

Esta no es una preocupación de latinos o migrantes ilegales, es una preocupación global. Por esta razón nos ha parecido oportuno publicar líneas abajo la nota del Mercurio de Chile que recoge la publicación del Economist Intelligence Unit (EIU), que incluye la posible elección de Trump entre los 10 riesgos globales más importantes. Asimismo, hemos glosado la calificación de riesgo del EIU sobre Trump.

No queremos dejar de hacer notar, que ningún medio nacional ha recogido esta información para los peruanos. Por lo menos nuestros lectores estarán debidamente ilustrados. 

Una presidencia de Trump, tan riesgosa como el avance yihadista para la economía global

El Mercurio de Chile

Viernes, 18 de marzo de 2016

Glosado por Lampadia

Su hostilidad al libre comercio plantearía un escenario de incertidumbre

La posibilidad de que Donald Trump gane la presidencia en EEUU es considerada por la Unidad de Inteligencia del semanario británico The Economist como una de las grandes amenazas a la economía global, junto a la desaceleración de la economía china, la salida del Reino de la Unión Europea (BREXIT) y el terrorismo yihadista.

La Unidad de Inteligencia de la revista advierte que una presidencia a cargo de Trump podría intensificar los riesgos políticos y de seguridad en Estados Unidos, además de los económicos. No obstante, destaca que no espera que el multimillonario vaya a imponerse a la demócrata Hillary Clinton, a quien percibe como “la más probable candidata demócrata”.

Entre los “atributos” que llevan a Trump a estar incluido en la lista, The Economist destaca: la hostilidad al comercio libre y el acercamiento al proteccionismo, sus posturas “excepcionalmente” extremas respecto de Medio Oriente y el terrorismo yihadista (incluyendo la idea de matar a las familias de los terroristas e invadir Siria para acabar sobre el terreno con el Estado Islámico), la propuesta de expulsar a los 11 millones de inmigrantes ilegales y levantar un muro a lo largo de la frontera con México, entre otros.

“En el caso de una victoria de Trump, su actitud hostil hacia el libre mercado y su alienación de México y China en particular, podrían escalar rápidamente hacia una guerra comercial que, como mínimo, pondría en peligro el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP). Además, sus tendencias militaristas hacia Medio Oriente podrían convertirse en una potente arma de reclutamiento para grupos yihadistas”, plantea The Economist.

Robert Powell, analista que trabajó en el informe, dijo a The New York Times que no recordaba a otro candidato presidencial estadounidense que haya estado en la lista [de riesgos globales].

El magnate es actualmente el favorito para ganar la nominación republicana. Su extravagante campaña ha cautivado y horrorizado a los estadounidenses y al resto del mundo.

En enero, el Parlamento británico debatió sobre la posibilidad de prohibirle el ingreso a su país, luego de que Trump planteara que EEUU debería negar que cualquier musulmán ingresara a su territorio.

The Economist considera que un escenario en el que Donald Trump sea Presidente de Estados Unidos entraña más riesgos globales que la posibilidad de que Reino Unido abandone la Unión Europea (UE), tras el próximo referéndum del 23 de junio, o un enfrentamiento armado en el Mar del Sur de China.

Entre los otros eventos que el ranking incluye entre los de más riesgo global figuran también una mayor desaceleración de la economía china, las intervenciones de Rusia en Ucrania y la posibilidad de que la crisis en Siria preceda a una nueva “guerra fría”.

La más preocupante de estas es la situación en China, debido a sus repercusiones en todos los ámbitos de la economía global. “Si la economía china se vuelve más lenta que los pronósticos, disminuirá aún más el precio de los commodities (especialmente el petróleo y los metales), lo que tendría un impacto enorme en aquellos países de América Latina, Medio Oriente y África, que se beneficiaron del pasado boom del precio de estos bienes”, plantea el informe de riesgo.

Riesgo Mundial: Alerta – Escenarios de riesgo global

THE ECONOMIST INTELLIGENCE UNIT

17 de marzo, 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

La economía global ha encontrado una base más firme después de inicio accidentado del 2016. Las primeras semanas del año fueron notables por caídas dramáticas de las bolsas de valores, una nueva caída del precio del petróleo y destacables disminuciones de los retornos de los bonos soberanos. Sin embargo, la volatilidad seguirá siendo un tema dominante el 2016, impulsada por mayor divergencia de políticas monetarias globales y por el esfuerzo del gobierno chino para disminuir el peso de la inversión en su economía. El mundo desarrollado seguirá adicto a los estímulos de los bancos centrales, y la perspectiva de los países emergentes enfrenterá monedas débiles, salidas de capitales, mayores riesgos geopolíticos y la frenada de China.

Escenarios de riesgo

Los mayores riesgos se califican de la siguiente manera: 

Muy alto riesgo = probabilidad de ocurrencia mayor a 40% en los dos próximos años; Alto = 31-40%; Moderado = 21-30%; Bajo = 11-20%; Muy bajo = 0-10%.

Muy alto impacto = cambio de 2% o más en el PBI global anual, comparado con la proyección de línea de base; Alto = 1-1.9%; Moderado = 0.5-0.9%; Bajo = 0.2-0.5%; Muy bajo = 0-0.1%.

La intensidad del riesgo es un producto de la probabilidad e impacto, en una escala de 25 puntos. 

Uno de los riesgos globales más importantes según el Economist Intelligence Unit (EIU) es precisamente la eventual elección de Donald Trump como Presidente de los EEUU, al que califican de la siguiente manera:

Escenario negativo – Donald Trump gana las elecciones presidenciales en EEUU

Riesgo moderado; Alto impacto; Intensidad de riesgo = 12

Veamos, en el siguiente cuadro la selección de riesgos globales del EIU, según la publicación del Mercurio:

Lampadia




Una lucha de extremos que solo trae inquietud al mundo

Una lucha de extremos que solo trae inquietud al mundo

La gran diferencia entre la política de los países más desarrollados y la de los países emergentes, como el Perú, ha sido siempre que en ellos se había abandonado la posibilidad de giros radicales que plantearan opciones refundacionales. El juego de izquierdas y derechas se daba dentro de espacios sensatos y predecibles, en base a propuestas de mejoras y de actitudes responsables con respecto al importante rol que sus países tienen en la vida del mundo global.

Lamentablemente, ahora, los EEUU se enfrenta a una confrontación de opciones extremistas, que solo puede traer peores tiempos para todos. Ver el siguiente esquema sobre el actual proceso electoral.

A diferencia del comportamiento tradicional de la política estadounidense, lo más llamativo de su dinámica actual es la emergencia, con sorprendente ascendiente popular, de la lucha entre los dos extremos ideológicos. Tanto el Partido Republicano como el Demócrata presentan hoy candidatos bastante extremistas, que en otro momento de la historia de EEUU, no hubieran tenido el espacio que han logrado. Bernie Sanders por los demócratas y Donald Trump por los republicanos, han sorprendido al mundo con el volumen de intenciones de voto que exhiben. ¿Cómo es que estos candidatos, a menudo considerados renegados por miembros de sus propios partidos, han atraído el apoyo de sectores tan amplios de la población? Intentaremos analizarlo.

Empecemos con sus biografías:

Bernard “Bernie” Sanders, senador por Vermont, un autodenominado socialdemócrata que se dirigide mayormente a la clase media, un idealista que comenzó como activista. Participó en el Movimiento por los Derechos Civiles y estuvo en la histórica marcha celebrada Washington por el ‘Tratado y la Libertad’, donde Martin Luther King pronunció su famoso discurso: “Yo tengo un sueño”El núcleo de su programa es cortar la financiación privada masiva a los partidos. Se opone frontalmente al modelo de Wall Street y propone la creación de un sistema de bienestar a la europea (cuando Europa está teniendo que abandonarlo). Otras medidas son la gratuidad de la enseñanza universitaria, la sanidad universal y el aumento del salario mínimo.

Donald Trump, por su parte, heredó entre US$ 40 millones y US$ 200 millones de su padre, los utilizó para convertirse en un magnate de bienes raíces en la ciudad de Nueva York, donde los precios del m2 subieron impresionantemente, se declaró en bancarrota corporativa en cuatro ocasiones con el fin de aislarse de protegerse de sus acreedores y terminó con algunos miles de millones de dólares a su nombre. Sin embargo, nunca ha sido elegido para un cargo político de ningún tipo. Hace ya unos meses, en Lampadia lo declaramos “Persona no grata a la humanidad”. Ver: La crisis migratoria y humanitaria más grande de la historia.

Veamos ahora algo de sus propuestas políticas.

El discurso de Bernie Sanders es netamente populista y resulta a veces hasta simplón. Sus propuestas son, en gran medida, irrealizables, a no ser que impusiera un alza masiva de impuestos. Sanders demoniza a las grandes empresas, a los bancos de inversión y a los súper-ricos. Mientras que la mayoría de demócratas con ambiciones políticas son pragmáticos y proponen una mezcla de políticas pro-gobierno y pro-mercado, para solucionar los problemas del país, Sanders parece adorar al gobierno y detestar al mercado.

  • El “18 trillion dollar man” Wall Street Journal analizó sus propuestas de campaña y estimó que sus planes para nuevos programas federales costarían alrededor de US$ 18’000,000 de millones durante los próximos diez años.

Alrededor de US$ 15’000,000 de millones se utilizarían en la expansión del Medicare para incluir a todos los estadounidenses en un intento de imponer un sistema de salud de “pagador único” (el gobierno).

El resto de propuestas incluye US$ 1’200,000 de millones para aumentar los beneficios de la Seguridad Social, US$ 1 mil millones de millones para la construcción de carreteras y puentes, US$ 750 millones de millones para que las universidades sean gratuitas, US$ 319 millones de millones para permisos médicos y licencias por motivos familiares, y US$ 5.5 millones de millones para “iniciativas de empleo juvenil”.

  • Combatir la desigualdad – Su campaña dice que va a “impedir que las corporaciones se muden al extranjero para evitar pagar impuestos”, aunque no ofrece un mecanismo de cómo hacerlo. También propone un “impuesto progresivo a la herencia” para los estadounidenses que heredan más de US$ 3.5 millones y un nuevo impuesto a Wall Street.
  • Sueldo mínimoPretende aumentar el salario mínimo a US$ 15 en 2020, ya que “nadie que trabaja 40 horas a la semana debería estar viviendo en la pobreza”.
  • Anti Libre MercadoPromete revertir la Asociación Americana de Libre Comercio (NAFTA), la Asociación de Libre Comercio de América Central, así como las relaciones comerciales con China. Acusa a los regímenes de libre comercio de haber ” impulsado los salarios hacia abajo y de ser la causa de la pérdida de millones de puestos de trabajo” (en su página web destaca específicamente a China).

Donald Trump, mantiene la visión republicana en muchos temas como el apoyo a los recortes de impuestos, el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Se ha lanzado como candidato presidencial 3 veces: la primera en 2000, la siguiente en 2012 y ahora. Su campaña electoral se caracteriza por muchos de los rasgos del  populismo y del nacionalismo de viejo cuño. Entre sus propuestas tenemos (Según la página oficial de Donald Trump: Make America Great Again!):

  • Reformas de inmigraciónAfirma que los mexicanos “son violadores; Y algunos, supongo, son buenas personas”. Plantea construir un muro en la frontera con México, aumentar los oficiales de inmigración, poner fin a la ciudadanía por nacimiento y eliminar los créditos fiscales para los inmigrantes indocumentados.

(Lo más grave es su ‘muro’, que tendría alrededor de 3,200 kilómetros de largo y tendría un costo de construcción de entre US$ 15 a US$ 25 mil millones de millones, según estimaciones de MPI, más el costo de mantenimiento y patrullaje. Afirma que México lo pagará a través de una combinación de los derechos de aduana, remesas incautadas de los salarios de los trabajadores ilegales y tarifas más altas en visados).

  • Relación comercial con ChinaPretende declarar a China como manipulador de divisas y reprimir la capacidad de China de subvencionar sus exportaciones. Planteó elevar un arancel a los productos chinos importados en un 45%, aunque luego lo negó. Esto es ilegal según las normas de la Organización Mundial del Comercio.
  • Discriminación religiosaProhibición absoluta del ingreso de musulmanes a EEUU por: “Un odio más allá de lo que se puede comprender”.
  • Reforma de impuestos Tiene una propuesta populista para eliminar los impuestos a millones de contribuyentes y los reduciría para las pequeñas y grandes empresas. Eliminaría principalmente los impuestos federales a los ingresos salariales para personas que ganan menos de US$25,000 y la tasa impositiva para los pequeños y grandes negocios no sobrepasaría el 15%. También se corregirían los resquicios de los que ahora gozan los inversionistas en Wall Street, en particular las empresas de capital privado que se benefician de bajas tasas impositivas.
  • TerrorismoOfrece un enfoque de política exterior que carece de lógica, destacando lo lejos que iría a derrotar a los grupos terroristas. “Bombardearía a esos imbéciles, haría estallar las tuberías, las refinerías, haría estallar cada pulgada de terreno, hasta que no quede nada más.”

Estas propuestas han roto las fronteras tradicionales entre la política derechista dentro del Partido Republicano. El candidato considera que si llega a ser elegido presidente podrá obligar a otros Gobiernos, utilizando el poder económico y político de la superpotencia (y con su carácter), a plegarse a sus deseos y convicciones.

Además, Trump ha tenido la osadía de coquetear con el Ku Klux Klan. Según Martin Wolf, promueve fantasías paranoicas y está gravemente descalificado para el trabajo político más importante del mundo.

Trump y Sanders han tenido éxito debido a su capacidad de atraer a aquellos que han dejado de votar, o que se sienten en conflicto con la clase política actual. Mientras Sanders parece ser la voz en temas de la desigualdad de ingresos, Trump trae el discurso público hacia el sistema de inmigración y el extremismo islámico. A los ojos de sus partidarios, Trump y Sanders plantean cuestiones que han, en su mayor parte, desaparecido del diálogo estadounidense en muchos años.

Ambos candidatos traen a la luz cuestiones que trascienden la política de sus partidos. Sanders y Trump por igual, hablan claro y fuerte con osadía al expresar sus opiniones particulares (aunque muchas veces algo sicóticas, mayormente en el caso de Trump). Lo que dice Trump (sobre el Islam, la inmigración y el terrorismo) es solo la visión de extremistas y de gente que se deja llevar por sus emociones y sus miedos, no por un pensamiento racional. Por otro lado, Sanders ha llevado el debate sobre la desigualdad de ingresos, a un nivel no visto desde el movimiento ‘Occupy Wall Street’.

Muchos argumentan que ambos candidatos se mueven en una plataforma que no hará más que perjudicar a sus respectivos partidos. Bernie Sanders ha sido comparado con Jeremy Corbyn, el nuevo líder del Partido Laborista del Reino Unido, quien ha sido llamado “inelegible” por llevar a su partido a la izquierda dura de la peor época del laborismo, que terminó con el desastroso ‘Winter of Discontent’ (invierno del descontento) de James Callaghan, que terminó propiciando el gobierno de Margaret Thatcher.

También, ha sido comparado con el líder del Partido de la Independencia Reino Unido, Nigel Farage. Ambos hombres han utilizado sus voces de línea dura para llamar la atención de los medios de comunicación con temas de inmigración de una manera que la mayoría de la gente y la élite política tienen el cuidado de evitar.

En realidad, el movimiento electoral a favor de Sanders o de Trump no parte de movimientos en creencias del pueblo, sino que llena el vacío político resultante del debilitamiento del liderazgo político de EEUU y refleja la insurgencia electoral de la fragmentación del electorado.

Nadie sabe cuál será el final de esta aventura política. Tras los resultados del “Súper Martes”, pareciera, que por el lado de los demócratas, Hillary Clinton podrá desplazar la amenaza de Sanders, pero Trump parece afirmar su opción con mucha fuerza.

Esperamos por el bien de toda la humanidad que el futuro líder del país más poderoso del mundo, la república más destacada desde Roma, sea alguien más constructivo y sereno, pues, nos guste o no, el liderazgo estadounidense es crucial para la paz y la gobernanza global. Lampadia