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Sur Peruano y Valle del Tambo

Sur Peruano y Valle del Tambo

Carlos E. Galvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Lima, 12 de febrero de 2020
Para Lampadia

¿Por qué el Estado peruano, a sabiendas que tenemos un histórico y grave problema de contaminación ambiental natural en la cuenca del Valle del Tambo, no asume sus responsabilidades?

¿Sabía usted, como sí lo sabe el gobierno del Perú, que la producción de arroz en Cocachacra contiene por razones del suelo y del agua usada, hasta 4 veces más Arsénico que el Límite Máximo señalado por el CODEX alimentario? ¿Y que la aceituna producida en Dean Valdivia, contiene 8 veces el límite máximo de Arsénico aceptado por el Consejo Internacional de Aceituna? Ciertamente por eso no se pueden exportar, obviamente tampoco se debieran comercializar para consumo nacional, de la misma manera que no se permite la comercialización de carne de Cerdo con Triquina o de carne de Res con Tuberculosis.

Dicho esto, que ha sido verificado por OEFA e informado desde el año 2017, nadie reacciona. El Ing. Oswaldo Tovar, especialista y consultor en temas económicos, ha publicado en la revista ENERGIMINAS en noviembre 2018, el artículo “Minería de Todos” que explica muy bien esta situación, pero que pareciera no interesar a las máximas autoridades del gobierno, a pesar de los graves daños que viene generando a la población y en particular a la niñez.

¿No somos conscientes que es imposible combatir la anemia, mientras no resolvamos este problema? ¿Creemos que acaso pudiéramos aspirar a ser aceptados en la OECD sin resolver estos graves problemas de control en nuestra actividad productiva?

Creo que la consecuencia natural de esta nota, debiera llevar al gobierno a instalar una dependencia de SENASA en El Valle del Tambo, para certificar la calidad del arroz, aceituna y en general de toda la producción agrícola, así como hacer un claro control y seguimiento policial de la cadena comercial y de distribución de estos productos que, sin esos controles pudieran estar llegando a la mesa de TODOS LOS PERUANOS. No hacerlo sería un grave hecho de corrupción y prevaricado del gobierno.

A continuación, copio, con autorización del autor, Ing. Oswaldo Tovar, la parte pertinente de su artículo que, repito fue publicado en la edición 66 de ENERGIMINAS en noviembre 2018.

Valle El Tambo

Este hermoso valle, donde no sólo está ubicado el proyecto minero Tía María, sino la segunda relavera de Cerro Verde recientemente inaugurada el 2015, la mina de cobre Chapi (Pampa de Cobre), la mina Tucari (Aruntani), el proyecto minero San Gabriel, y Los Calatos, la Presa Pasto Grande (con su trasvase de agua hacia Moquegua), el proyecto de embalse Paltiture; y si bien desemboca al Océano Pacífico en Arequipa, al subir en dicha cuenca pasa por Moquegua y llega hasta Puno tanto en el extremo norte como sur, pasando previamente por una zona volcánica con varias emanaciones de géisers que contaminan el agua del cauce con Boro, Arsénico entre otros.

En este valle existen 44 géisers (según INGEMMET) con emanaciones que van desde 22 hasta 91 °C, contenido de Boro hasta 48 mg/L, Litio hasta 28 mg/L (ojo con esto), Cloruro hasta 14,000 mg/L, Sodio hasta 9,000 mg/L, totalizando un caudal de 50 L/s de estas aguas termales vertidas de manera natural a la cuenca y contaminando el agua.

Consulta: ¿A nadie se le ha ocurrido que esta agua contaminada, está a su vez contaminando de manera natural desde hace miles de años los suelos y los cultivos del Valle El Tambo?

Resulta que entre febrero y mayo del 2017 el OEFA hizo una inspección en la zona y emitieron el Informe 078-2017-OEFA/DE-SDCA-CMVA[1] firmado por 10 (diez) profesionales, donde además de hacer muestreos al agua y suelos, hicieron -a pedido de la población- 7 (siete) muestras de tejido vegetal, 2 (dos) de ellas en Cocachacra (granos de arroz), y 1 (una) en Dean Valdivia (olivo fruto), determinándose que:

  • Las muestras de arroz contienen 0.2 y 0.8 mg/kg de Arsénico, sobrepasando el límite máximo de 0.2 mg/kg señalado por el Codex Alimentario[2].
  • La muestra de aceituna contiene 0.8 mg/kg de Arsénico, sobrepasando el límite de 0.1 mg/kg del Consejo Internacional de Aceitunas[3]

En otras palabras, si deseamos exportar ese arroz y esas aceitunas a mercados internacionales, nos la van a observar. Y no por negligencia de los agricultores, sino porque las condiciones naturales del valle son así, la propia agua ya viene contaminada, por lo tanto, la producción también tiene riesgo de estar contaminada. De la misma forma que sucedió con los primeros envíos de “alcachofa orgánica” del Valle del Mantaro a USA (resulta que tenían Arsénico[4]).

Recordemos que uno de los efectos del arsénico en el organismo es la reducción de la producción de glóbulos rojos (anemia), y a lo mejor es una de las razones por las que entre 60% y 80% de niños menores de 3 años de los distritos de la cuenca como son Cocachacra, Polobaya, Yarabamba, Puquina, Omate, Punta de Bombón, etc. tienen anemia según cifras oficiales del MINSA de junio 2018.

Entonces, en un entorno que de manera natural se están generando productos agrícolas que no van a pasar controles fitosanitarios, ¿usted estimado lector cree que será bienvenida la gran inversión que además trae a la SUNAT, SENASA, OEFA, Policía, Fiscalía, etc.?

Una alternativa de solución puede ser el de voltear el escenario y pensar en generar economías con los recursos que se tiene, por ejemplo:

  1. El proyecto de represa Paltiture ha sido ubicado con buen criterio civil-hidrológico tan arriba en la cuenca que se localiza en Puno, y ello ha llevado a que un alcalde distrital de Puno interponga una medida cautelar impidiendo su construcción hasta la fecha. Conocido este escenario, se puede reubicar el embalse ligeramente aguas abajo pero antes de la aparición de los géisers, y contemplar en el proyecto un entubado del agua limpia recolectada.
  2. Aguas más abajo se tiene la presencia de géisers, con ellos se podrían generar dos productos de valor, por un lado, se puede precipitar las sales de boro (para fabricación de vidrio borosilicato) y litio que de ellas emanan (falta hacer los cálculos técnicos y económicos), pero además, con el calor de dichas emanaciones podría generarse energía geotérmica, justamente esa zona está catalogada por INGEMMET como región geotérmica.
  3. Aguas más abajo, y por efecto del agua limpia entubada, se puede generar energía hidroeléctrica, por cada 1000 L/s y una caída de 1000 m se puede generar aproximadamente 9 Mw de potencia hidroeléctrica, y con la venta de dicha energía co-pagar el tratamiento químico u ósmosis necesaria para tener agua limpia de riego al final de la cuenca de El Tambo. Tenemos que empezar a ver al agua como un insumo más en la cadena de producción (así como la mano de obra, la electricidad, el petróleo), y como tal no tiene por qué ser gratis, “sin agua no produzco”.
  4. Finalmente, en la parte baja del valle (Cocachacra), debido a que los suelos ya están contaminados, se podría instalar terrazas horizontales hechas de gavionería (andenes) y así generar una nueva superficie agrícola con productos de mucho mayor valor unitario (que pague tanta inversión) para exportación. Dejemos atrás el slogan “consume lo que el Perú produce” y demos un paso adelante con “produce lo que el Mundo requiere”.

Con este concepto habrá que hacer cálculos, pensando “inyectar el mínimo capital posible” y a su vez “generar el mayor volumen de ventas formales a través del cambio en la matriz de producción” (entiéndase que no se va a sembrar ni papa ni arroz). Como verán, no es una ecuación que la resuelve un solo sector (ejem MINAGRI) sino que debe manejarse de forma intersectorial (INGEMMET, MINEM, MINAGRI, MINSA), y justamente esa es una debilidad actual del Estado: problemas como este suelen tradicionalmente manejarse de manera unisectorial.

Con una visión holística del entorno podríamos considerar que el proyecto Tía María no sólo se va a vender “por sus beneficios macroeconómicos y su probada inocuidad ambiental”, sino que es el propio Estado quien tiene que asumir un rol estadista y generar un Plan Estratégico de Desarrollo, apalancado por sus recursos naturales (minería y geotermia) que permita revertir la condición de informalidad económica que de manera natural existe en la zona, y eventualmente evaluar la posibilidad de generar subsidios cruzados entre minería, energía, agricultura, industria, y hasta turismo. Es decir, que con parte de la renta minera se co-pague el agua que por ser escasa y de mala calidad resulta siendo cara como insumo de producción.

Lampadia

[1] https://repositorio.oefa.gob.pe/handle/123456789/100

[2] www.fao.org/news/story/es/item/238690/icode/

[3] www.internationaloliveoil.org/documents/viewfile/9708-norma-english

[4] http://www2.caretas.pe/Main.asp?T=3082&S=&id=12&idE=706&idSTo=0&idA=24150