1

Anemia infantil en Perú 2019-1

Moisés Rosas
Para Lampadia

Hace ya varias semanas, se ha conocido el porcentaje de niños entre 6 a 36 meses de edad que habrían sufrido anemia en Perú durante el primer semestre del 2019. Es un tema que nos afecta a todos, porque su evolución es un indicador importante de gestión sectorial e intersectorial, así como de efectividad de los programas gubernamentales, entre muchas otras cosas. Sin embargo, parece que la noticia ha sido poco comentada por los expertos y por los medios.

Según el INEI, la prevalencia de anemia infantil en Perú para el primer semestre de 2019 fue 42.2%. Según el propio INEI, en términos estadísticos, comparada con el 43.5% del 2018, se trata de una disminución sin valor estadístico, es decir, probablemente no es real. En términos prácticos, se puede afirmar que la diferencia lograda de ‑1.3% es muy pequeña en relación con el tremendo despliegue que se habría realizado para combatir este flagelo.

A ese ritmo, aun cuando esa pequeña diferencia a la baja fuera real, nos tomaría entre 15 a 25 años disminuir a 20%, cerca de la meta oficial planteada. Casi una generación.

Fuente. Encuesta ENDES 2019-1, INEI.

Es importante tener en cuenta que aún falta la mitad de la muestra de la ENDES correspondiente al segundo semestre del 2019. Pero ello no significa que debemos esperar que el descenso anual sea el doble de ‑1.3%, es decir ‑2.6%. Siempre es posible, aunque por el modesto resultado alcanzado a la fecha, es poco probable.

Sin embargo, algunos resultados son alentadores: la tendencia a la disminución es en el sentido correcto; la mayor diminución ha ocurrido en la selva urbana, en donde ha disminuido ‑6.3% desde 48.0% en el 2018. Asimismo, la disminución en el ámbito del programa Juntos (‑3.1%) y en los niños del programa Juntos (‑3.9%) ha sido más pronunciada que en el promedio nacional, lo que sugiere una administración adecuada a pesar de no haber alcanzado significación estadística, probablemente debido al pequeño tamaño de muestra. Por su lado, el porcentaje de niños entre 6 a 8 meses de edad que consumieron suplemento de hierro en los 7 días antes de la encuesta subió 9.1%: sí señor, casi 10%. Sin embargo, por tratarse de poblaciones pequeñas, estos avances no logran arrastrar el promedio nacional.

Los resultados parecen sugerir que es necesario revisar fundamental y conceptualmente la estrategia, porque pese a los recursos invertidos, no se está avanzando con la velocidad que se esperaría. Recordemos que ya el 2018 la prevalencia de anemia (43.5%) disminuyó solo 0.1% en relación al 2017, que fue 43.6%.

Finalmente, es necesario señalar que estas tendencias son nacionales y no dependen solo del MINSA, sino de todos los subsistemas, sean ESSALUD, las fuerzas armadas y policiales, privados, etc. Se requiere revisar la estrategia y coordinar los esfuerzos sectoriales e intersectoriales. Podríamos consolidar buenos resultados para este fin de año. Fuerza Perú. Lampadia




Necesitamos más datos para empoderar a las mujeres y niñas

Necesitamos más datos para empoderar a las mujeres y niñas

Recientemente, la Fundación Bill y Melinda Gates ha anunciado que estaría invirtiendo US$ 80 millones para recolectar mejores datos para luchar contra la desigualdad de género de mujeres y niñas.

Según un video publicado por la fundación (ver líneas abajo), todavía no tenemos suficiente información acerca de los desafíos que muchas mujeres y niñas enfrentan en sus vidas. Existen grandes puntos ciegos en temas mundiales de salud y desarrollo. Esto es especialmente cierto a la hora de analizar la información más básica sobre las mujeres y las niñas – dónde y cuándo nacen, cuántas horas trabajan, si se les paga, si han sufrido violencia, etc.

La dura realidad es que en muchos lugares no existe información. Lo que es peor: incluso si es que existe, a menudo tiene un sesgo sexista. Se minimiza a las mujeres y las niñas en su totalidad, o subestima y disminuye el valor de su contribución económica y social a sus familias, comunidades y países.

Esta falta de información obstaculiza nuestra capacidad para identificar las causas de la desigualdad de género. Si no se registra el nacimiento de una niña, ella no tiene una identidad oficial, lo cual daña sus posibilidades de ir a la escuela y, por lo general, significa que no pueden votar u obtener una cuenta bancaria en el futuro. Además, estas brechas y sesgos refuerzan los estereotipos y las prácticas nocivas que se basan en actitudes que subestiman a las mujeres y a las niñas. En Lampadia hemos comentado y criticado esta actitud en: La igualdad de género empieza con una buena educación.

Con una mejor comprensión de la forma en que las mujeres viven sus vidas; de las dificultades, humillaciones e injusticias que les impiden avanzar todos los días, podemos ver qué es lo que necesita ser corregido, si las soluciones están funcionando y qué progresos se están realizando. 

Como afirma el video, “la recopilación y el análisis de datos hace visible lo invisible”. Queda claro que el cierre de la brecha de género requiere cerrar la brecha de data.

Ver transcripción del video:

La data que no conoces de la brecha de género

Fuente: Melinda Gates

Transcrito, traducido y glosado por Lampadia

Vivimos en la era de la información. Unos asombrosos 2.5 trillones de bytes de datos se crean  todos los días. Aún así, todavía hay algunos puntos ciegos. Todavía no se sabe lo suficiente sobre las desigualdades e injusticias que enfrentan las mujeres y las niñas.

La gente ha trabajado durante décadas para lograr que las mujeres y las niñas estén en el centro de la agenda global de salud y desarrollo. Eso fue para darle una voz a los que no la tenían. Ahora, se trata de hacer visible lo invisible.

En demasiados casos, no estamos reuniendo la información necesaria sobre la vida de las mujeres y los desafíos sociales, políticos y jurídicos que enfrentan; e incluso cuando lo hacemos, a menudo es muy poca, está muy atrasada o no se utiliza correctamente. Mientras que las mujeres sean invisibles, los beneficios del desarrollo no les llegarán. El resultado es que millones de personas todavía no tienen acceso a atención primaria de salud o a la escuela.

A menudo son las mujeres las que se ocupan de sus hogares y familias; sin embargo, su estatus social es mucho menor que la de los hombres. Sus contribuciones a la economía son, en su mayoría, ignoradas y, aunque sabemos que muchas mujeres son víctimas de abusos, mal pagadas y se les niegan derechos básicos como identificación, propiedad de la tierra y cuentas bancarias; sin buena data, nos estamos perdiendo los detalles cruciales para poder cambiar las cosas. No podemos ver exactamente qué es lo que hay que solucionar.

Sin importar si las soluciones actuales están funcionando o no, o cuánto estamos progresando para lograr la igualdad de género; el desencadenar una revolución de data para llenar este vacío de conocimiento abrirá los ojos del mundo a las vastas disparidades y discriminación que enfrentan las mujeres y las niñas. Pero la data por sí sola no va a cambiar la vida de las mujeres. Los países tienen que diseñar programas basados en mejor información.

Sólo aprendiendo más sobre la vida de las mujeres, y las barreras que les impiden avanzar, vamos a ser capaces de ayudar a más mujeres a alcanzar su máximo potencial. Hay un montón de maneras de mejorar la forma de obtener y utilizar datos. Simplemente con el registro de nacimientos y matrimonios se revelan los matrimonios precoces y forzados. También da una identidad jurídica individual a las mujeres. En muchos lugares, es la única manera de que los derechos sean totalmente experimentados y ejercidos. La medición con precisión de todas las formas de trabajo puede ayudar a exponer cuándo la mujer trabaja sin remuneración o es mal pagada. Un mejor seguimiento de las nuevas infecciones del VIH puede alertar sobre una epidemia cada vez mayor entre las adolescentes y nos ayudará a asegurarnos de que reciban el tratamiento necesario. 

La recopilación de data y análisis puede parecer abstracta y complicada, pero la razón por la que tenemos que hacerlo es concreta y simple. Empodera a más mujeres y niñas para transformar sus vidas, y cuando lo hacen, todos se beneficiarán: las familias, las comunidades y los países; porque las mujeres y las niñas no sólo se benefician del progreso, sino que lo conducen.

Lampadia




La igualdad de género empieza con una buena educación

La igualdad de género empieza con una buena educación

Un reciente artículo del Financial Times afirma que un estudio psicológico en distintas universidades de EEUU habría concluido que “los estudiantes varones asumían que sus compañeros masculinos sabían más sobre el material del curso que las estudiantes de sexo femenino – incluso cuando las mujeres obtuvieron mejores calificaciones”.

Esto resalta un gran problema: a pesar de los grandes avances en los derechos de la mujer, todavía existe una gran brecha que cerrar con respecto a la gran desigualdad de género. Además, según el estudio reseñado, es importante hacer hincapié en la necesidad cambiar la mentalidad de los hombres hacia los derechos de la mujer, empezando en las aulas de clase.

La predisposición de los hombres de asumir que sus pares masculinos son más inteligentes que las mujeres es preocupante. Como afirma el Financial Times, “los estudiantes de hoy crecerán, tomarán  decisiones de contratación y de promociones y darán forma a las políticas públicas”. ¿Qué podemos esperar de una generación de egresados con esta mentalidad? ¿Qué pueden esperar las mujeres?

Las niñas y las mujeres, algo más de la mitad de la población mundial, contribuyen en gran medida a la economía como consumidores, trabajadores, empresarios y mediante la entrega de una gran cantidad de trabajo no remunerado dentro y fuera de sus hogares. Al mismo tiempo, las niñas y las mujeres constituyen la mayoría de los pobres del mundo, reciben un salario muy inferior al de los hombres, trabajan más tiempo y, en algunos lugares, tienen menos acceso a la educación y la salud. Hace algunos días, en Lampadia publicamos un artículo de Melinda Gates sobre su compromiso con la necesidad de empoderar a las niñas y mujeres del mundo, que aún no tienen el status y las condiciones de vida ni el  reconocimiento que merecen. Ver: Igualdad de género: Otra apuesta de la Fundación Gates

Para que el mundo pueda continuar progresando, tenemos que brindarles a las niñas y mujeres las mismas oportunidades que se les da a los hombres. Esto no sólo las beneficiará a ellas, sino a la sociedad en conjunto. Ver en Lampadia: La hora de la igualdad de género es hoy (8:00 a.m.)             

Invertir en ellas es la mejor y más efectiva inversión para el desarrollo. Por ejemplo, según el World Economic Forum, las mujeres utilizan el 90 % de su salario en sus hijos y en la salud, la educación y el bienestar de su familia, mientras que los hombres sólo invierten un 30 a 40 %. La eliminación de las barreras que impiden a las mujeres insertarse de manera equitativa al mercado laboral puede aumentar la productividad hasta en un 25%.

Por lo tanto, este es un tema que no se puede ignorar. La inversión en la participación económica de las mujeres es una de los mejores caminos para la reducción de la pobreza y un crecimiento económico inclusivo. Lampadia

¿Por qué los hombres piensan que otros hombres son más inteligentes?

Los visitantes caminan delante de una instalación. Imagen: REUTERS / Miro Kuzmanovic

Escrito por Danielle Paquette

Publicado en Washington Post

17 de febrero de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

El antropólogo Dan Grunspan estaba estudiando los hábitos de los estudiantes cuando notó una tendencia persistente: Los estudiantes varones asumían que sus compañeros varones sabían más sobre el material del curso que las estudiantes de sexo femenino – incluso cuando las mujeres obtuvieron mejores calificaciones. “El patrón simplemente me gritó,” dijo.

Así, Grunspan y sus colegas decidieron cuantificar el nivel de este sesgo de género en el aula, en la Universidad de Washington y en otras partes.

Después de encuestar a aproximadamente 1,700 estudiantes de tres cursos de biología,  encontraron que los hombres se dieron constantemente más crédito entre sí del que otorgan a sus compañeras de clase femeninas que son igualmente inteligentes.

Los hombres sobre-calificaban a sus pares en tres cuartos de punto de GPA (puntaje de notas americano), según el estudio publicado este mes en la revista PLOS ONE. En otras palabras, si Johnny y Susie ambos tenían A, recibirían la misma cantidad de aplausos de estudiantes de sexo femenino – pero Susie sería registrada como una estudiante ‘B’ a los ojos de sus pares masculinos, y Johnny se vería como una estrella de rock.

“Está pasando algo inconsciente”, dijo Grunspan. “Durante 18 años, estos [jóvenes masculinos] han sido socializados para tener este prejuicio.”

El ser de sexo masculino, agregó, “es una especie de impulso”. Por lo menos a los ojos de otros hombres.

Las encuestas le preguntaron a cada estudiante que “nomine” a sus compañeros de clase más capaces en tres momentos durante el año académico. ¿Quién conocía mejor el tema? ¿Quiénes fueron los alumnos de más alto rendimiento?

La igualdad de género

Para ilustrar la diferencia de percepciones entre sus pares, los investigadores compararon la importancia de las calificaciones del estudiante a la hora de ganar una nominación. El típico estudiante recibió 1.2 nominaciones, con un promedio de 1.3 para los hombres y un promedio de 1.1 para las mujeres.

Las estudiantes mujeres les dieron a otras estudiantes mujeres un reconocimiento equivalente a 0.04 GPA – demasiado pequeño como para indicar cualquier preferencia de género, dijo Grunspan. Los estudiantes varones, sin embargo, otorgaron a sus compañeros estudiantes de sexo masculino un reconocimiento equivalente a un incremento promedio de 0.76.

“En esta escala”, afirma el informe, “el sesgo de género de los presentadores masculinos es de 19 veces el tamaño de los presentadores femeninos”.

Las “celebridades” del aula – definidas en el estudio como los estudiantes con el mayor reconocimiento – eran mayoritariamente hombres. Los hombres dominaron los tres primeros puestos en las tres categorías, mientras que las mujeres alcanzaron su punto máximo en el número 4.

En una clase, el hombre más reconocido, por así decirlo, obtuvo 52 nominaciones, mientras que la mujer más famosa consiguió nueve.

Los investigadores también examinaron qué estudiantes hablaban más en las salas de lectura, que podían acomodar hasta a 700 estudiantes. El aumento en la visibilidad de sexo masculino, pensaron, podría conducir a un mayor reconocimiento de sexo masculino.

Los hombres levantan la mano más a menudo, al menos según recuerda el profesor. Sin embargo, después de controlar las variaciones en las notas y la participación, los estudiantes varones siguieron recibiendo un mayor reconocimiento de los otros hombres que sus pares femeninas.

Grunspan afirma que el refuerzo de los profesores y los compañeros es de enorme importancia en la educación y el desarrollo profesional de una persona joven. Un simple “puedes hacerlo”, tanto para hombres y mujeres, podría significar la diferencia entre empujarlo a través de la adversidad o renunciar.

“Nuestro trabajo implica que el frío ambiente para las mujeres no va a pasar ni desaparecer  pronto”, escribieron los investigadores.

Lampadia

 




Igualdad de género: Otra apuesta de la Fundación Gates

Igualdad de género: Otra apuesta de la Fundación Gates

El ‘circuito virtuoso del capitalismo’ liderado por Bill y Melinda Gates, Warren Buffett, y los movimientos ‘pro-dar’ de buena parte de los nuevos ricos de EEUU se dirige, como hemos indicado anteriormente, a resolver las mayores carencias de los pobres, lejos de los territorios que dieron origen a sus fortunas. 

Sus esfuerzos no solo comprometen grandes proporciones de suriqueza, tal vez lo más encomiable de esta ‘aventura’ es la entrega del  tiempo personal de los filántropos, tiempo que podrían dedicar, merecidamente, al disfrute personal. Ver en Lampadia: El Circuito Virtuosos del CapitalismoOtro testimonio de filantropía orientado a los pobres.

En esta ocasión, presentamos el artículo de Melinda Gates, la esposa y socia de Bill Gates, que nos cuenta sobre su compromiso con la necesidad de empoderar a las niñas y mujeres del mundo, que a pasar de su fabulosa contribución a la sociedad, aún no tienen el status y las condiciones de vida y reconocimiento que merecen.

En Lampadia pensamos que la igualdad de género es crucial para la salud de una nación moderna, no desde un punto de vista feminista, sino desde un punto de vista humano. Los seres humanos somos muchas veces tremendamente decepcionantes, como nos comentaba alguien cercano a Lampadia: “Creo que en mi próxima vida quisiera ser un Delfín”, pero gente como Melinda Gates renueva la fe en la humanidad.

2030 CREANDO FUTURO

Invertir en las mujeres sólo puede cosechar más beneficios para todos

Por Melinda Gates

Publicado en Asahi Shimbun, Japón

9 de mayo de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

En esta foto del 24 de enero de 2013, Melinda Gates habla con Sharmila Devi, quien había dado a luz a una niña (tapada bajo su chal), en su casa en el pueblo de Dedaur en el bloque Bakhtiarpur del distrito de Patna, India. A la derecha de Sharmila está su suegra, Lal Muni Devi. (Fuente: Fundación Bill y Melinda Gates)

Nota del editor: El Asahi Shimbun invitó a los co-fundadores de Microsoft Corp. Bill Gates y su esposa, Melinda, como editores invitados para un proyecto especial llamado “2030 Creando Futuro”. Los dos filántropos de renombre mundial contribuyeron con artículos en nuestro periódico en muchas cuestiones sociales globales, como enfermedades infecciosas, educación y pobreza, como parte de sus esfuerzos para crear un mundo mejor al año 2030 a través de la innovación y la tecnología. Esos artículos fueron publicados el 9 de mayo en la edición matutina del periódico. AJW también tiene artículos en inglés de los redactores de Asahi y otros colaboradores. 

Creciendo en Texas en la década de 1970, siempre supe que quería una carrera en ciencias de la computación. Eso requirió un poco de imaginación, porque no conocía a muchas mujeres que trabajaran fuera del hogar o que tuvieran carreras como la que yo aspiraba. Pero tuve suerte. Tuve una madre que me animó a ser cualquier persona que quisiera ser – y un padre que insistió en que ser una chica no debía poner límites a mis sueños.

Mi padre incluso me presentó a una mujer con la que trabajaba – una ingeniera que describió como uno de sus más respetados colegas – para que pueda ver por mí misma que las contribuciones e ideas de las mujeres son tan importantes como las de los hombres. Incluso hoy en día, la sociedad no siempre da ese mensaje a mujeres jóvenes. Así que tuve la suerte de tener un padre que lo hizo.

Con el apoyo de mis padres, obtuve títulos en ciencias de la computación y de negocios y trabajé una década como ejecutiva de software de Microsoft – y siempre estaré agradecida por eso. Pero su apoyo no sólo me convirtió en una científica de la computación. Me enseñó lo que significa ser defensor de las mujeres y las niñas. Y a través de su ejemplo, mis padres también me enseñaron el ‘valor de devolver a la sociedad’ desde una edad temprana.

Ahora, como copresidente de la Fundación Bill y Melinda Gates, estoy tratando de poner en práctica estas lecciones para ayudar a liberar el potencial de las mujeres y niñas en todo el mundo.

Durante la última década y media, he pasado mucho tiempo en los países en vías de desarrollo. Es la mejor parte del trabajo – conocer a distintas personas, ser invitada a sus casas, escuchar sus historias y aprender sobre sus vidas. Una cosa que he descubierto es que no importa en que parte del mundo esté, siempre soy capaz de lograr una conexión especial con otras madres.

Según muchas indicadores, nunca ha habido un mejor momento para nacer como niña. Los datos nos dicen que en prácticamente todos los países, las mujeres viven más tiempo, son más sanas y viven una vida mejor que nunca antes. Pero también confirman lo que sabemos de nuestras experiencias diarias: Hay un largo camino por recorrer para alcanzar la verdadera igualdad de género.

En todo el mundo, las mujeres y las niñas siguen aprendiendo menos, ganan menos y tienen muchas menos oportunidades para vivir una vida sana y participar plenamente en sus comunidades. Esto se me hizo evidente el año pasado en la India, cuando me encontré con unos gemelos de 6 años de edad, Krishna y Radha. Sus vidas serán muy diferentes, simplemente porque Radha es una chica en una comunidad donde los hijos son favorecidos sobre las hijas. Pero la verdad es que cuando las niñas puedan alcanzar su pleno potencial, todos se benefician, incluyendo niños y hombres.

Invertir en las mujeres y las niñas no sólo es lo que hay que hacer – es lo más inteligente. Empoderar a las mujeres y niñas a través de una mejor salud, más poder de toma de decisiones y la oportunidad económica ayuda a salvar vidas, hace que las familias prosperen y construye unas economías más fuertes. Eso es porque las mujeres invierten la mayor parte de cada dólar que ganan en sus familias y priorizan el presupuesto del hogar para la atención sanitaria, alimentos nutritivos y educación – las bases para la construcción de las sociedades prósperas.

Las mujeres saben lo que es mejor para ellas y sus familias – y necesitan el poder para actuar sobre ello. Cuando una mujer puede decidir si y cuándo quiere quedar embarazada, ella y su familia son más saludables y sus hijos son más propensos a salir de la pobreza. Sin embargo, todavía hay 225 millones de mujeres en el mundo que no tienen acceso a ningún tipo de anticonceptivo moderno. Estoy decidida a cambiar eso. Y nuestra fundación se ha comprometido a conseguir acceso a la planificación familiar a decenas de millones de mujeres y niñas al 2020.

La buena noticia es que estamos viendo un impulso sin precedentes para avanzar en la igualdad de género. El Primer Ministro Shinzo Abe – un gran defensor de la autonomía de la mujer – lidera con el ejemplo. Cuando nos encontramos en las Naciones Unidas el año pasado, me comentó su compromiso de construir “una sociedad donde las mujeres puedan brillar.” Y en marzo, la Directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, y yo nos sentamos a conversar con los ministros de Finanzas y banqueros centrales de toda el Asia para animarles a invertir aún más en las mujeres y las niñas.

Me gusta decir que soy una optimista impaciente. Sé que el progreso es posible porque vemos que ya está sucediendo. Pero también creo que todos tenemos que desempeñar un papel para acelerarlo. La ayuda exterior de los Estados Unidos, Japón y otros países del G7 pueden hacer mucho para construir comunidades más saludables y prósperas en los países en desarrollo – y eso nos conducirá a un mejor futuro para todos nosotros. Lampadia

 




Convergencia pro calidad de vida de las mujeres

Recientemente, Emma Watson, la famosa actriz y activista de la ONU, entrevistó a Malala Yousafzai, la joven ganadora del Premio Nobel de la Paz 2014 por su valiente defensa de la educación de las niñas. Ambas son mujeres líderes ejemplares que además son voceras de grandes causas. En Lampadia hemos alabado sus acciones y logros en múltiples ocasiones, ver: Malala, Premio Nobel de la Paz: Un regalo y Transcripción del discurso de Emma Watson para la ONU.

Ahora Emma y Malala se juntan en una entrevista ejemplar que inspira a seguir su ejemplo. La convergencia de ambas logra un bien común: Igualdad. En palabras de Malala: “Después de escuchar tu discurso… decidí no hay nada de malo en describirse como feminista. Así que soy una feminista y creo que todos deben ser feministas, porque el feminismo es otra palabra para la igualdad.”

Líneas abajo compartimos el video de la entrevista y la introducción escrita por Emma Watson:

https://www.youtube.com/watch?v=0jPsOVruI9A&feature=youtu.be

 

“Hoy conocí a Malala. Ella fue generosa, absolutamente elegante, atractiva e inteligente. Esto puede sonar un poco obvio, pero me ha sorprendido aún más en persona. Hay un montón de organizaciones no gubernamentales en el mundo que hacen grandes cosas… Pero si tuviera que escoger solo una dónde invertir mi dinero para lograr un cambio en este planeta, sería en la suya (El Fondo Malala). Malala no está jugando ni tiene pelos en la lengua (una de las muchas razones por las que la admiro). Ella tiene la fuerza de sus convicciones, junto con el tipo de determinación que rara vez encuentro… Y no parece haber disminuido por el éxito que ha tenido. Y por último… Ella tiene un aura de paz a su alrededor. Dejo esto para el final porque es quizás lo más importante. Tal vez es como resultado de lo que ha pasado. Yo personalmente creo que simplemente ella es así…”.

“Quizá el momento más emotivo de hoy para mí fue cuando Malala abordó el tema del feminismo. Para darles un poco de contexto, inicialmente yo había planeado preguntarle a Malala si ella era una feminista, pero luego investigué para ver si ella ya había utilizado esta palabra para describirse a sí misma. Después de ver que no lo había hecho, decidí no preguntárselo el día de nuestra entrevista. Para mi absoluta sorpresa, Malala trajo de vuelta la pregunta en una de sus propias respuestas y se identificó como tal. Quizás ‘feminista’ no es la palabra más fácil de usar… pero lo hizo de todos modos. Se puede ver claramente mi reacción en la entrevista. Ella también me dio tiempo al final de la entrevista para hablar sobre algunos de mis proyectos, algo que ella ciertamente no tenía que hacer, ya que yo estaba allí para entrevistarla. Creo que este gesto es muy emblemático de lo que Malala y yo discutimos. Ya he mencionado anteriormente lo polémica que puede ser en la actualidad la palabra feminismo. Recientemente, estoy aprendiendo que además es un movimiento en facciones. Todos nos estamos moviendo hacia el mismo objetivo. No volvamos intimidante decir que eres una feminista. Quiero que sea un movimiento acogedor e inclusivo [e igualitario, como afirma Malala en la entrevista]. Unamos nuestras manos y avancemos juntos para lograr un cambio real. Malala y yo estamos muy decididas al respecto, pero te necesitamos”.

Con amor, Emma L