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La puerta de la verdad

Líneas abajo compartimos otro informe de Bjørn Lomborg, uno de los pocos (pero poderosos) analistas globales que nos demuestran con cifras, con hechos y con la verdad, los indicadores sobre el progreso de la humanidad en los planos económicos, sociales, ambientales e institucionales. Para una mejor ilustración sobre nuestra realidad, ver en Lampadia: 7 ensayos sobre la prosperidad

Las noticias malas nos ganan el ojo todos los días y por eso es que hay que hacer un cierto esfuerzo consciente para no dejar de ver los procesos de mejora de la humanidad en los planos indicados. Lampadia

Vivimos en un mundo mejor
16 de agosto, 2018
Bjørn Lomborg
Profesor Visitante del Copenhagen Business School, director del Copenhagen Consensus Center
Project Syndicate
Glosado por Lampadia

Es muy fácil formarse la opinión de que el mundo moderno se está desmoronando. Nos enfrentamos constantemente a un ataque de negatividad: titulares que amedrentan, resultados de investigaciones alarmantes y estadísticas miserables.

En verdad, existen muchas cosas en el planeta por las que deberíamos estar profundamente preocupados. Pero obsesionarnos con las historias de terror significa que nos perdemos el panorama más amplio.

Las Naciones Unidas se centran en tres categorías de desarrollo: social, económico y ambiental. En cada categoría, mirando en retrospectiva los últimos 25 años, tenemos muchos más motivos para celebrar que para alarmarnos. Por cierto, estos años han sido un período de progreso extraordinario.

A nivel social, el indicador más importante es cuántos años vive cada uno de nosotros. En 1990, la expectativa de vida promedio era de 65 años. En 2016, subió a 72.5 años. En apenas 26 años, ganamos 7.5 años de vida.

Un pesimista podría sugerir que esto significa que tenemos 7.5 años más para estar enfermos y sentirnos miserables, pero no es el caso. En 1990, pasábamos casi el 13% de nuestra vida enfermos, y ese porcentaje no ha aumentado. Y si bien se habla mucho sobre que la desigualdad está peor que nunca, en esta medición más vital, la desigualdad está disminuyendo: la brecha entre la expectativa de vida en los países pobres y ricos se ha achicado drásticamente.

En términos de desarrollo económico, uno de los indicadores más importantes es el porcentaje de personas que viven en la pobreza. Hoy mucha menos gente vive en una condición de necesidad deplorable. En 1990, el 37% de la gente vivía en condiciones de extrema pobreza; hoy es menos de una persona de cada diez. En apenas 28 años, más de 1.250 millones de personas han sido sacadas de la pobreza –un milagro que recibe demasiado poca atención.

Si miramos el medio ambiente, uno de los principales asesinos es la contaminación del aire en lugares cerrados causada por gente pobre que utiliza estiércol y madera para cocinar y mantenerse abrigados. En 1990, esto causó más del 8% de las muertes; ahora es el 4,7%. Eso equivale a que son más de 1.2 millones de personas menos que mueren por contaminación del aire en lugares cerrados cada año, a pesar de un incremento de la población.

Existe una tendencia similar en muchas otras estadísticas de desarrollo ambiental. Entre 1990 y 2015, el porcentaje del mundo que practicaba defecación al aire libre se redujo a la mitad, al 15%. En el mismo período, 2,600 millones de personas más tuvieron acceso a mejores fuentes de agua, alcanzando un porcentaje del 91%. Más de un tercio de toda la población del mundo ganó acceso a un agua de mejor calidad.

Las mejoras no terminan ahí: el mundo está más alfabetizado; el trabajo infantil ha venido cayendo; vivimos en uno de los momentos más pacíficos de la historia, y la mayoría de los gobiernos del mundo son regímenes democráticos.

Max Roser de la Universidad de Oxford ha creado un sitio web integral para explorar datos como estos. Curiosamente sugiere que podríamos pensar en estos cambios que se produjeron en 25 años en términos de lo que sucedió en las últimas 24 horas. Visto de esta manera:

  • Sólo en el último día, la expectativa de vida promedio aumentó 9.5 horas
  • 137,000 personas salieron de la pobreza extrema
  • 305.000 tuvieron acceso a agua potable más segura.

Los medios podrían haber contado cada una de estas historias todos los días desde 1990.

Pero las buenas noticias no son tan noticiosas como las malas noticias. Esto no es sólo culpa de los medios. Es más difícil contar una historia positiva. En muchos casos, la “noticia” no es que sucedió algo, sino que algo malo ya no está sucediendo. No capta nuestra imaginación de la misma manera. Un estudio interesante de 2014 determinó que inclusive cuando los participantes decían que querían leer historias positivas, su comportamiento revelaba una preferencia por el contenido negativo (una preferencia de la que ni siquiera eran conscientes).

Todos deberíamos proponernos prestar más atención a los hechos positivos. Cuando a la gente se le pregunta si las condiciones de vida en el mundo serán mejores en 15 años, el 35% cree que sí, y el 29% cree que empeorarán –esencialmente un cincuenta-cincuenta-. Pero entre la gente que entiende que muchas cosas en el planeta ya están mejor que antes, el 62% cree en el progreso. Ese porcentaje cae a apenas 17% entre quienes desconocen los hechos. La percepción de que todo está empeorando pinta un panorama distorsionado de lo que podemos hacer, y nos hace sentir más temerosos.

Consideremos el escenario bastante frecuente en el que los políticos y los medios despiertan el miedo a la delincuencia, inclusive cuando las estadísticas demuestran que las tasas de criminalidad a nivel nacional son bajas o están cayendo. Finalmente, se puede terminar dedicando la atención y los recursos escasos a solucionar un desafío equivocado, y ponemos más policía en la calle o reducimos las libertades civiles, en lugar de implementar más políticas que favorezcan el bienestar –pero que son menos noticiosas- como mejorar la pre-escolaridad o la atención médica.

Mientras que entender mal los hechos puede resultar fácilmente en políticas equivocadas basadas en el miedo, un reconocimiento más equilibrado basado en los hechos de lo que la humanidad ha logrado nos permite centrar nuestros esfuerzos en aquellas áreas en las que podemos obtener los mejores resultados (muchas veces donde ya nos está yendo bien). Esto garantizará que el futuro pueda ser aún más brillante. Lampadia




Para superar el ‘Instinto de Negatividad’

La verdadera historia de los últimos 25 años trae sorprendentes mejoras en la salud, bienestar y el nivel de vida de todo el mundo, especialmente de las personas más pobres. Desde 1990, gracias a una reducción del 50% en las tasas de mortalidad infantil, han vivido 122 millones de niños que de otro modo habrían fallecido.

Sin embargo, no solemos ver estas cifras en el día a día. Más bien, vemos lo malo que sucede en el mundo y creemos que está empeorando, lo cual es completamente falso. Este fenómeno lo explicó el difunto Hans Rosling, profesor de estadísticas en Suecia y creador de “Gapminder”, en su video: Hans Rosling y Ola Rosling: Como no ser ignorantes del mundo, donde nos ilustran lo poco que los seres humanos sabemos de nuestra realidad. Para ello, hacen algunas preguntas a gente común, a profesores de universidades y a periodistas. En todos los casos se aprecia como nuestros prejuicios, mitos, o simple ignorancia, nos alejan de interpretar la realidad correctamente. (Este ejercicio es parte del “Ignorance Project” de Gapminder Foundation).

Rosling nos dice que es por un instinto de negatividad que notamos lo malo, más que lo bueno. Y describe tres fenómenos que lo explican:

  • La idealización del pasado
  • Los reportajes selectivos de periodistas, activistas y lobistas
  • Llevarnos por sentimientos sin analizar información 

En el Perú, más allá de la cotidiana distorsión de la realidad que siembran muchos medios, se escriben libros y artículos para sustentar lo mal que nos va en temas institucionales, desconociendo los avances económicos y sociales y devaluando las políticas públicas que permitieron dichos avances. Por ejemplo:

  • Qué se puede hacer con el Perú, de Piero Ghezzi y José Gallardo
  • El Perú está calato, de Carlos Ganoza Durant y Andrea Stiglich Watson (que en Lampadia disputamos con nuestro ensayo, ¡Qué “calato” … ni que ocho cuartos!
  • ¿Hortelanos o republicanos?, de Alberto Vergara, que manipula su análisis afirmando que quienes hablan de la inversión y el crecimiento, no se preocupan por la educación y las mejoras institucionales.

En esta segunda visita a Factfulness queremos ayudar a nuestros lectores, a entender por qué tenemos lecturas  equivocadas sobre la realidad. Ver nuestro primer despacho: El mega error de que “el mundo está empeorando”.

Para superar el ‘Instinto de Negatividad’

De Factfulness
Hans Rosling con Ola Rosling y Anna Rosling Rönnlund
Abril, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Es muy difícil ver las mejoras mirando desde una ventana. Estas se dan más allá del horizonte. Pero hay algunas señales que puedes sintonizar, si prestas atención. Escucha cuidadosamente, ¿puedes escuchar a un niño practicando con la guitarra o el piano? Ese niño no se ha ahogado en la pobreza y, en cambio, está experimentando la felicidad y la libertad de hacer música.

El objetivo de tener mayores ingresos no se trata de tener montañas de dinero. El objetivo de tener vidas más largas no es solo lograr tiempo extra. El objetivo más importante del desarrollo es tener la libertad para hacer lo que queramos: la cultura y la libertad.

El crecimiento económico es sólo el medio para lo más importante.
LampadiaSin crecimiento económico no hay desarrollo 

Los objetivos del desarrollo, pueden ser difíciles de medir, pero la cantidad de guitarras per cápita puede ser un buen proxi. Y, ¡cómo ha mejorado!. Con estadísticas tan lindas como esta, ¿cómo puede alguien decir que el mundo está empeorando?

I. El Instinto de Negatividad

Es por nuestro instinto de negatividad que notamos lo malo, más que lo bueno. Acá intervienen tres fenómenos: la idealización del pasado; los reportajes selectivos de periodistas, activistas y lobistas; y llevarnos por sentimientos sin analizar información.

  • La idealización del pasado

Los mayores siempre han afirmado que las cosas ya no son lo que eran, implicando algo que genera apreciaciones erróneas. La mayoría de las cosas estaban peor que hoy, no mejor, pero es muy fácil para los seres humanos olvidar cómo era el pasado.

[Por ejemplo, en el Perú ya nos hemos olvidado cómo era la vida con hiperinflación y terrorismo]. 

Por alguna razón, evitamos recordarles y comentarles a nuestros hijos, las miserias y brutalidades del pasado.

  • Reportajes selectivos de periodistas, activistas y lobistas

Todos somos sujetos de eternas cascadas de noticias negativas desde todo el mundo: guerras, hambrunas, desastres naturales, errores políticos, corrupción, cortes de presupuestos, enfermedades, despidos masivos y terrorismo. Si algún periodista reportara sobre aviones que no cayeron, o sobre cosechas que no fallaron, perderían sus puestos. Las historias sobre mejoras graduales rara vez aparecen en las carátulas, así se den en una escala dramática e impacten en millones de vidas.

Con las nuevas tecnologías y la mayor libertad de prensa, hoy escuchamos sobre más desastres que nunca antes. Por ejemplo, hace algunos siglos y décadas atrás, no nos enterábamos de las matanzas de los colonizadores; o de las hambrunas y muertes de la planificación central en China, mientras en Europa, algunos jóvenes ondeaban banderas comunistas, sin saber lo que pasaba; o de la destrucción de especies y ecosistemas completos. Hoy nuestra vigilancia sobre el sufrimiento ha mejorado tremendamente. Pero la multiplicación de los reportajes negativos crea la impresión de la multiplicación de desastres y de otros fenómenos negativos.

Al mismo tiempo, los activistas y lobistas se manejan hábilmente para alimentar las tendencias de las cosas malas en el mundo, aún cuando las tendencias generales mejoren con claridad, asustándonos con exageraciones y profecías alarmantes.

[Por ejemplo, en el Perú, durante los últimos 25 años, mientras la minería adoptaba los mejores estándares internacionales de cuidado ambiental, los activistas anti-minería sembraban la falacia de la multiplicación de daños ambientales producidos por la minería moderna].

  • Llevarnos por sentimientos sin analizar información

Hay algo más. Yo me pregunto ¿qué piensa realmente la gente cuando dicen que el mundo está empeorando? – Mi creencia es que ellos no están pensando, sino sintiendo. Cuando dices que el mundo mejora, se asume que se dice que todo está bien, pero tu sabes que muchos problemas importantes no se han resuelto.

Efectivamente, no todo está bien. Tenemos que seguir atentos. Mientras sigan ocurriendo cosas terribles, no podemos relajarnos.

Pero es igualmente ridículo y estresante dejar de mirar el progreso alcanzado.

[En el Perú, más allá de la cotidiana distorsión de la realidad que siembran muchos medios, se escriben libros y artículos para sustentar lo mal que nos va en temas institucionales, desconociendo los avances económicos y sociales y devaluando las políticas públicas que permitieron dichos avances. Por ejemplo:

  • Qué se puede hacer con el Perú, de Piero Ghezzi y José Gallardo
  • El Perú está calato, de Carlos Ganoza Durant y Andrea Stiglich Watson (que en Lampadia disputamos con nuestro ensayo¡Qué “calato” … ni que ocho cuartos!
  • ¿Hortelanos o republicanos?, de Alberto Vergara, que manipula su análisis afirmando que quienes hablan de la inversión y el crecimiento, no se preocupan por la educación y las mejoras institucionales.]

Cuando la gente, equivocadamente, piensa que nada mejora, puede concluir que lo que venimos haciendo hasta ahora, no funciona, y pierden confianza en las medidas que sí funcionan.

¿Cómo controlar el instinto de negatividad?

¿Cómo podemos ayudar a nuestro cerebro a reconocer que las cosas están mejorando, cuando todo nos señala que las cosas están empeorando?

  • Malo y Mejor

La solución no es propalar más noticias buenas. Para mi, la solución es persuadirme de albergar en mi cabeza, dos pensamientos al mismo tiempo. Cuando alguien dice que las cosas mejoran, no debo asumir que puedo relajarme o mirar a otro lado.

Piense en el mundo como si fuera un bebe prematuro en una incubadora. Sus indicadores son muy malos. Pero una semana después, está mejor. Está mejorando, pero aún debe mantenerse en la incubadora, pues su salud sigue siendo crítica.

  • ¿Hace sentido decir que el bebe está mejorando? Definitivamente sí.
  • ¿Hace sentido decir que está mal? Sí.
  • ¿Hace sentido decir que está mejorando y que podemos relajarnos? No, en lo absoluto.

Ambas respuestas son correctas, está mal y mejor al mismo tiempo.
Así es como debemos pensar del estado actual del mundo.

  • Esperemos las malas noticias

Algo que también ayuda a controlar el instinto de la negatividad es esperar, constantemente, las malas noticias.

Acuérdate que los activistas y lobistas se apoyan en los dramas para captar tu atención.
Cuando escuches algo muy malo, cálmate preguntando si ante un evento positivo de igual impacto, ¿lo habrías escuchado? Recuerda que las noticias buenas no te alcanzan, tu debes encontrarlas.

Así podrás escuchar las malas noticias sin ser arrastrado diariamente a una distopía (utopía negativa).

  • No censures la historia

La evidencia de un terrible pasado, es un gran recurso. Puede ayudar a apreciar lo que se tiene hoy, y darnos esperanza que las nuevas generaciones seguirán la tendencia de mejoras.

Durante mi vida, mi país, Suecia, mejoró desde la pobreza al mayor nivel de desarrollo del planeta. Las mismas mejoras se están dando hoy alrededor del mundo. Muchos países están mejorando más rápido de lo que Suecia hizo jamás. Mucho más rápido.

“Si en tu cabeza el mundo todavía empeora, tengo 32 mejoras adicionales que mostrarte”.

Sobre cada tema que veremos en los siguientes gráficos puedo comentar algo similar a lo que comenté sobre la pobreza y la esperanza de vida. Sobre muchas de estas mejoras la gente es más negativa que sobre la realidad.

II. Veamos primero 16 cosas terribles que están desapareciendo o mejorando:

III. Veamos ahora 16 cosas maravillosas que han mejorado:

Lampadia




El mega error de que “el mundo está empeorando”

En esta ocasión solo hemos hecho una traducción libre del segundo capítulo del libro de los Rosling, ‘FACTFULNESS’, que es otro de esos trabajos que luchan por mostrar la realidad del mundo. Esta obra debe servirnos para que nuestras políticas públicas puedan focalizarse donde más se necesita para abolir la pobreza, y no devaluar o descontar, lo que ha hecho posible la gran mejora de las condiciones de vida de la humanidad, durante las últimas décadas, la economía de mercado, la globalización y el libre comercio.

Aprovechamos para recomendar nuevamente, que bajen ‘Gapminder’ en sus procesadores, el programa creado por Hans Rosling, que permite evaluar la evolución de todos los indicadores económicos, sociales e institucionales, en todos los países del mundo, desde que se disponen estadísticas.

Factfulness
Hans Rosling, Ola Rosling y Anna Rosling Rönnlund
Traducido y Glosado por Lampadia

“Diez razones por las que estamos errados sobre el mundo
Y porqué las cosas son mejores que lo que piensas”

Del Capítulo Dos, que trata sobre el instinto de la negatividad: nuestra tendencia a notar lo malo más que lo bueno (el segundo mega concepto erróneo que presenta Rosling).

“Las cosas están empeorando” es la declaración del mundo que escucho más que cualquier otra. Y es absolutamente cierto que hay muchas cosas malas en este mundo.

  • El número de muertes de guerra ha estado disminuyendo desde la Segunda Guerra Mundial, pero con la guerra siria, la tendencia se ha revertido. El terrorismo también está aumentando de nuevo.
  • La sobrepesca y el deterioro de los mares son realmente preocupantes. Las listas de áreas muertas en los océanos del mundo y de especies en peligro se están haciendo más largas.
  • El hielo se está derritiendo. Probablemente, los niveles del mar continuarán aumentando en los próximos 100 años. No hay duda de que es debido a todos los gases de efecto invernadero que los humanos han bombeado a la atmósfera, que no se dispersarán por un largo tiempo, incluso si dejamos de agregar más.
  • El colapso del mercado inmobiliario estadounidense en 2007, que ningún regulador había predicho, fue causado por las ilusiones generalizadas de seguridad en inversiones abstractas, que casi nadie entendía. El sistema sigue siendo tan complejo ahora como lo era entonces y una crisis similar podría volver a ocurrir. Quizás mañana.

Para que este planeta tenga estabilidad financiera, paz y recursos naturales protegidos, hay una cosa de la que no podemos prescindir, y es la colaboración internacional, basada en un mejor entendimiento compartido del mundo, sobre la base de hechos. La falta actual de conocimiento sobre el mundo es el problema más preocupante de todos.

Pero escucho tantas cosas negativas todo el tiempo. Quizás pienses: “Hans, debes conocer a las personas más pesimistas del mundo”. Que decidimos verificar.

A la gente en 30 países se le preguntó con qué afirmación estaba de acuerdo:

  • Crees que el mundo está mejorando
  • Crees que el mundo está empeorando
  • Crees que el mundo no está mejorando ni empeorando

Esto es lo que dijeron:

Yo nunca confío en los datos al 100%, y tú tampoco deberías hacerlo. Siempre hay algo de incertidumbre. En este caso, diría que estos números son más o menos correctos, pero no se debe sacar conclusiones basadas en diferencias pequeñas. (Dicho sea de paso, ese es un buen principio general con las estadísticas: ten cuidado de saltar a conclusiones si las diferencias son menores que un 10%). Sin embargo, la perspectiva general está muy clara. La mayoría de las personas piensa que el mundo está empeorando. No es de extrañar que todos nos sintamos tan estresados.

Estadísticas como terapia

Es fácil estar al tanto de todas las cosas malas que suceden en el mundo. Es más difícil saber sobre las cosas buenas: miles de millones de mejoras que nunca se informan. No me malinterpreten, no estoy hablando de noticias triviales positivas para equilibrar supuestamente lo negativo. Estoy hablando de mejoras fundamentales que cambian el mundo, pero son demasiado lentas, demasiado fragmentadas o demasiado pequeñas para calificar como noticias.

Hablo del secreto y silencioso milagro del progreso humano

Los hechos básicos sobre el progreso mundial son tan poco conocidos que me invitan a hablar sobre ellos en conferencias y reuniones corporativas en todo el mundo. A veces llaman a mis clases “inspiradoras”, y muchas personas dicen que también tienen un efecto reconfortante. Esa nunca fue mi intención. Pero es lógico. Lo que muestro son principalmente datos oficiales de la ONU. Mientras las personas tengan una cosmovisión mucho más negativa que la realidad, las estadísticas puras pueden hacer que se sientan más positivas. Es reconfortante, e inspirador, aprender que el mundo es mucho mejor de lo que piensas. ¡Un nuevo tipo de píldora feliz, completamente gratis!

Pobreza extrema

Comencemos por ver la tendencia de la pobreza extrema.

En los últimos 20 años, la proporción de la población mundial que vive en la pobreza extrema se ha:

  • A: casi duplicado
  • B: mantenido más o menos igual
  • C: reducido a casi a la mitad

La respuesta correcta es C: en los últimos 20 años, la proporción de personas que viven en la pobreza extrema casi se ha reducido a la mitad. Pero en nuestras encuestas en línea, en la mayoría de los países, menos del 10% lo sabía.

En el año 1800, aproximadamente el 85% de la humanidad vivía en la pobreza extrema. En todo el mundo, la gente simplemente no tenía suficiente comida. La mayoría de las personas se iban a dormir con hambre varias veces al año. En toda Gran Bretaña y sus colonias, los niños tenían que trabajar para comer, y el niño promedio en el Reino Unido comenzaba a trabajar de diez años. Una quinta parte de toda la población sueca, incluidos muchos de mis parientes, huyeron de la hambruna a los Estados Unidos, y solo el 20% de ellos regresó. Cuando la cosecha falló y tus familiares, amigos y vecinos mueren de hambre, ¿qué haces? Escapas. Migras. Si puedes.

Ese nivel de pobreza es donde comenzó toda la humanidad. Es donde siempre vivió la mayoría, hasta 1966. Hasta entonces, la pobreza extrema era la regla, no la excepción.

La curva que ven arriba muestra cómo la tasa de pobreza extrema ha estado cayendo desde 1800. Y mira los últimos 20 años, la pobreza extrema cayó más rápido que nunca en la historia mundial.

En 1997, el 42% de la población de India y China vivía en la pobreza extrema. En 2017, en India, esa proporción había descendido al 12%: había 270 millones menos de personas que vivían en la pobreza extrema que 20 años antes. En China, esa proporción cayó a un asombroso 0.7 % durante el mismo período, lo que significa que otros 500 millones de personas superaron este umbral crucial. Mientras tanto, América Latina llevó su proporción de pobreza extrema del 14% al 4%: otros 35 millones de personas.

Si bien todas las estimaciones de la pobreza extrema son muy inciertas, cuando el cambio parece ser así, entonces, sin lugar a dudas, algo enorme está sucediendo.

¿Qué edad tenía usted hace 20 años? Cierra los ojos por un segundo y recuerda a una versión tuya más joven. ¿Cuánto ha cambiado tu mundo? ¿Mucho? ¿Un poco? Bueno, esto es lo mucho que ha cambiado el mundo: hace apenas 20 años, el 20% de la población mundial vivía en la pobreza extrema. Ahora ese número es 9%. Hoy casi todos escaparon del infierno. La fuente original de todo sufrimiento humano está a punto de ser erradicada. ¡Deberíamos planear una fiesta! ¡Una gran fiesta! Y cuando digo “nosotros”, ¡me refiero a la humanidad!

En cambio, estamos pesimistas. En nuestros televisores, todavía vemos personas en extrema pobreza y parece que nada ha cambiado. Miles de millones de personas han escapado de la miseria y se han convertido en consumidores y productores para el mercado mundial, miles de millones de personas han logrado pasar de la pobreza extrema a mejores niveles de vida, sin que las personas menos pobres lo noten.

Esperanza de vida

¿Cuál es la esperanza de vida del mundo hoy?

  • A: 50 años
  • B: 60 años
  • C: 70 años

Mostrar todas las causas de las muertes y el sufrimiento en un solo número es casi imposible. Pero la esperanza promedio de vida se acerca mucho. Cada muerte infantil, cada muerte prematura por desastres naturales o provocados por el hombre, cada madre que muere en el parto y la vida prolongada de cada persona mayor se reflejan en este indicador.

En 1800, cuando los suecos morían de hambre y los niños británicos trabajaban en las minas de carbón, la esperanza de vida era de aproximadamente 30 años en todo el mundo. Así ha sido a lo largo de la historia. Entre todos los bebés que nacieron, aproximadamente la mitad murieron durante su infancia. La otra mitad murió entre las edades de 50 y 70. Así que el promedio fue de alrededor de 30. No significa que la mayoría de la gente vivió hasta los 30. Es solo un promedio, y con promedios siempre debemos recordar que hay diferencias.

La esperanza de vida promedio en todo el mundo hoy en día es 70. En realidad, es mejor que eso: es 72. Aquí están los resultados de algunas encuestas.

Esta es una de esas preguntas en la que, cuanto mejor educado seas, más ignorante pareces ser. En la mayoría de los países donde probamos, los miembros del público vencieron a los chimpancés. Pero en nuestro público más educado, la respuesta más popular fue de 60 años. Eso podría haber sido correcto si hubiéramos hecho la pregunta en 1973 (el año en que 200,000 personas murieron de hambre en Etiopía). Pero lo preguntamos en esta década, después de más de 40 años de progreso. La gente vive un promedio de diez años más ahora. Los humanos siempre hemos luchado mucho para hacer que nuestras familias sobrevivan, y finalmente lo estamos logrando. 

Cuando muestro este sorprendente gráfico, la gente a menudo pregunta: “¿Cuál es la caída más reciente allí?” Y apuntan a 1960. Si no lo sabes ya, esta es una gran oportunidad para atacar el concepto erróneo de que el mundo es empeorando.

En 1960, la curva de la expectativa de vida mundial experimenta un descenso debido a que entre 15 y 40 millones de personas -no se sabe el número exacto- murieron de hambre ese año en China, en lo que probablemente fue la hambruna más grande jamás creada por el hombre.

La cosecha china en 1960 fue más pequeña de lo previsto debido a una mala temporada que se combina con los malos consejos del gobierno sobre cómo cultivar de manera más efectiva. Los gobiernos locales no querían mostrar malos resultados, así que tomaron toda la comida y la enviaron al gobierno central. No quedaba comida. Un año después, los impactados inspectores entregaban informes de testigos de canibalismo y cadáveres a lo largo de las carreteras. El gobierno negó que su planificación central haya fallado, y la catástrofe fue mantenida en secreto por el gobierno chino durante 36 años. No fue descrito en inglés para el mundo exterior hasta 1996. (Piénselo. ¿Podría algún gobierno mantener hoy en día la muerte de 15 millones de personas como un secreto mundial?). [Otros informes hablan de incautación de alimentos para canjearlos por armas rusas, una de los actos genocidas de Mao].

Incluso si el gobierno chino le hubiera contado al mundo sobre esta tragedia, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU -que hoy distribuye alimentos donde más se necesita en el mundo- no podría haber ayudado. No fue creado hasta 1961.

El concepto erróneo de que el mundo está empeorando es muy difícil de mantener cuando ponemos el presente en su contexto histórico. No deberíamos disminuir las tragedias de las hambrunas que están ocurriendo en este momento. Pero el conocimiento de las tragedias del pasado debería ayudar a todos a darse cuenta de cómo el mundo se ha vuelto mucho más transparente y mucho mejor para conseguir y llevar ayuda a donde se necesitaLampadia