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El coronavirus social

El coronavirus social

Víctor Caballero
19 de mayo, 2020
Para Lampadia

1. Ha pasado más de 60 días del inicio de la declaratoria de emergencia sanitaria por el corona virus COVID 19. Estábamos alertados respecto de la suma peligrosidad del virus, de su mortalidad, de su increíble capacidad de transmitirse de un humano a otro, de la manera cómo se expandía hasta convertirse en pandemia. Por tal razón el 11 de marzo el gobierno puso en alerta todo el sistema sanitario peruano: se dictaron las primeras medidas de aislamiento social para controlar su expansión, reducir el contagio y mortalidad. La campaña mediática en tal sentido fue intensa, masiva, lo suficientemente dramática y didáctica como para generar temor en el ciudadano y obligarlo a tomar todas las precauciones del caso: lavado de manos, protección con mascarillas y guantes; así como instalar un Comando COVID que dirija toda la estrategia sanitaria del gobierno.

2. El 19 de marzo el gobierno anunció que la primera víctima se había producido en el país. A partir de la fecha, y a pesar de todas las alarmas dadas, de los tremendos esfuerzos para que el sistema de salud funcione y atienda a las poblaciones infectadas, los resultados no han sido satisfactorios. Al 14 de mayo el número de infectados supera los 80 600 y el número de fallecidos es de 2,267. Aunque las autoridades señalan que estamos llegando a la meseta y que pronto estaremos en la pendiente de descenso, lo más probable es que el número de infectados y fallecidos crezca, lamentablemente.

3. No obstante, tan lamentable es el poco afecto de la población en cumplir las recomendaciones para evitar contraer y/o contagiar el corona virus (en algunas regiones más que en otras) como el aparente descontrol social en las organizaciones que están en el sistema de salud, y los recurrentes casos de corrupción en los procesos de compra y distribución de equipos y materiales. Siendo la corrupción una conducta endémica, el problema más serio se ha presentado en la grave desestructuración existente en el sistema de salud, y en el infinito número conflictos en todos los niveles ya sea del sistema hospitalario como en las autoridades de salud.

4. Los conflictos en los diferentes niveles de salud existían antes desde el inicio de la pandemia: disputas con los innumerables gremios de médicos, obstetras, enfermeras, técnicos de salud, servidores eventuales, personal de limpieza, y otros tipos de organizaciones por especialidades, regiones y hasta en el nivel de posta médica. Solo para poner un ejemplo, en EsSalud se tiene registrados más de 160 sindicatos, de los cuales más de 17 son federaciones nacionales. En el 2015 se tenía registrado a más de 140 dirigentes sindicales con licencia sindical, algunos de ellos de carácter permanente. Y así.

5. A ese complejo panorama de conflictos gremiales se tiene que sumar la inestabilidad existente en todos los niveles de la gestión hospitalaria. Quizá el caso más grave se presente en los gobiernos regionales donde los consejos regionales presionan por la renuncia de los directores regionales, directores de hospitales, y los gobernadores despiden en cualquier momento a directores que no les son afines, por fallas o faltas reales o imaginarias.

6. En la mayor parte de conflictos sindicales, el centro de la disputa no necesariamente es la búsqueda de mejoras salariales o en las condiciones de trabajo de los agremiados, sino el control del sistema hospitalario y de las instituciones de salud.

7. Es sobre este terreno, minado por innumerables conflictos, donde ha actuado el corona virus y donde se mueve el comando de emergencia que el gobierno constituyó bajo el mando de la doctora Pilar Mazzeti. El corona virus lo que ha hecho es simplemente agravar esta situación de desgobierno y descontrol que ya existía en los hospitales, sobre todo de las regiones. Ahora los frentes de conflicto se han abierto en varios niveles, como veremos.

8. Son cuatro los frentes abiertos que, dada su importancia, pueden tornar inviable el éxito de la estrategia del gobierno para combatir el corona virus.

  1. Colegio Médico contra el Ministro de Salud;
  2. Los sindicatos médicos contra las autoridades de EsSalud;
  3. La disputa entre gremios médicos, y de ellos contra los otros gremios de trabajadores de la salud;
  4. La disputa en los gobiernos regionales por el control de las direcciones regionales y el cambio de gerentes.

9. El conflicto abierto entre los directivos del Colegio Médico contra el Ministro de Salud, si bien puede tener como pretexto declaraciones supuestamente ofensivas o desatinadas del ministro, obedece a que desde hace buen tiempo el objetivo de algunos dirigentes del Colegio Médico era cambiar al Ministro de Salud. Puede haber razones políticas para ese cambio, pero es evidente también que algunas fuerzas políticas buscan que el gobierno fracase en esta lucha contra el coronavirus. Y tumbarse un ministro constituye, en cierta medida, un triunfo en la medida que con ello se incrementa su capacidad de presión al gobierno y a cualquier otro ministro que ocupe ese cargo. Es probable que al final del coronavirus, lo que quedará es el distanciamiento entre el gobierno y el Colegio Médico, y al interior de él, los grupos que pugnaban por tumbarse al ministro, y con ello al Comando COVID 19, lo que, de paso, mellará muy fuertemente las relaciones al interior de los colegios médicos.

10. Ese mismo interés tienen algunos gremios en EsSalud. Hace poco el sindicato médico SINAMSSOP, difundió un comunicado en la que felicitaban a su actual secretario general por haber sido designado como presidente ejecutivo de EsSalud, en reemplazo de Fiorella Molinelli. Este anuncio – falso, por cierto – venía acompañado de una serie de acciones de protesta: plantones en los hospitales, denuncias en los medios, paros escalonados, exigiendo instrumental, equipo, nombramientos y, por supuesto, nombramientos de miembros del sindicato en puestos claves dentro del sistema de hospitales y de servicios de esta institución

11. Este clima de enfrentamientos se viene dando no solo en Lima sino en las regiones, sobre todo ahí donde el impacto del coronavirus – y el desgobierno hospitalario – ha generado ya centenas de muertos. En algunas regiones es evidente que ya las autoridades de salud han perdido el control de los centros hospitalarios. No solo protestan médicos, también trabajadores de otros servicios, cada quién con su propia demanda, con su propia medida de fuerza; peor aún, el enfrentamiento interno entre los diferentes gremios llega al extremo de plantones para evitar que otros ingresen a trabajar, o para evitar que la población ingrese a los hospitales. Algo que poco se conoce es que los gremios sindicales en el sector salud son numerosos, sin dirigencias reconocidas con los cuales dialogar. Algunos de los grupos son solo eso: grupos sin representación, surgidos al momento de cualquier problema. Todo eso hace que, en verdad, una política laboral y una negociación sindical ante tan diversos gremios torna inútil todo intento de llegar a acuerdos sindicales en estas circunstancias de emergencia.

12. Tanto como las disputas al interior de los gremios del sector salud, preocupan también las disputas en los Consejos Regionales para vacar o cesar a directores regionales de salud, o las disputas entre las autoridades regionales contra los equipos y profesionales del MINSA que llegan a las regiones a aplicar una sola estrategia y con equipos propios. En algunas regiones se ha removido directores de salud y directores de hospitales. En general los directores regionales duran muy poco, son cesados por causas reales o aparentes, pero en todos los casos – o en su mayoría – la razón de fondo es colocar en puestos claves a allegados a los grupos que controlan el gobierno regional.

13. Este es el principal problema en el combate al coronavirus. Las incontables contradicciones entre grupos y la feroz disputa por el control del Ministerio, direcciones regionales y hospitales, se ocultan muchas veces con la crítica a la estrategia del gobierno para combatir el coronavirus.

14. Es obvio que en esas condiciones la población tampoco colabora para el éxito de la política del control de la pandemia. Pero en la base está lo que ven: médicos, trabajadores de salud, consejeros regionales, presidentes regionales, colegios médicos y sindicatos, enfrentados en una brutal disputa por el poder de un sistema de salud que ya está en crisis.

15. No hay lecciones que sacar de esta trágica situación. Tampoco recomendaciones que permitan superar esta crisis. Si bien el panorama peruano no es bueno; tampoco lo es en otros países con problemas mucho mayores que los nuestros. El coronavirus no solo está generando una enorme mortandad en el mundo. También está destruyendo elementales reglas de convivencia y de cooperación en el sistema de salud.

Lampadia




Las regiones y su vocación por el error

Las regiones y su vocación por el error

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Exclusivo para Lampadia

Parece que las autoridades cusqueñas no vieran televisión ni escucharan noticias. Solo así se explica que estén implementando medidas que a nivel nacional han sido tan malas y contraproducentes en esta Pandemia que hasta sus autores se han disculpado y sobre cuyos efectos adversos ha informado hasta la prensa afín al gobierno.

  • El pico y sexo inventado por el señor Matuk, que prohibió la salida de las mujeres ciertos días y concentró la afluencia en los otros días de la semana originando más congestión y contagios, fue tan contraproducente que su autor ha pedido disculpas públicas.
  • Las restricciones de los horarios de atención de bancos, mercados y supermercados que originaron concentración de personas y la ampliación de los horarios de toque de queda, hoy en día no son avaladas ni por el errático presidente Martín Vizcarra, sus ministros y asesores. Apenas hace dos días el jefe del gobierno, autor de estos desatinos, explicaba de que forma la ampliación de los horarios de bancos, mercados y supermercados “permitirá distribuir mejor la afluencia de público y evitar contagios”.

En este escenario nacional, en el Cusco, hasta la tercera semana de abril sus autoridades se jactaban de no contar con pacientes Covid -19 en UCI, de tener únicamente 4 fallecidos y menos de 200 contagios, de haber dado de alta a sus pacientes infectados en los hospitales y que esta parte del país estaría favorecida por la naturaleza cuyos rayos ultravioletas afectaban al virus y explicaban la bajísima tasa de mortalidad local. Esta cifra reducida se mantuvo hasta inicios de este mes en que los contagios apenas superaban los 220 casos.

En el mes de mayo, se ha visto un fuerte incremento de la cifra, particularmente por la llegada de los retornantes, de forma tal que la cifra total se acerca al medio millar, aunque los casos activos sean mucho menores. A causa de esto, desde la semana anterior, las autoridades como el Gobernador Regional y los alcaldes de la ciudad, junto a autoridades policiales, militares y sanitarias, han pedido implementar las mismas medidas que en Lima y otras partes del país causaron efectos indeseados.

De manera equivoca entonces, a partir de esta semana los mercados sólo atenderán tres días a la semana, piensan extender esta medida a los supermercados y han suprimido, restringido y limitado las líneas de transporte público, con lo cual generarán inevitable congestión, hacinamiento y más contagios. Como si no fueran suficientes tantos errores ya padecidos por otras ciudades como Lima, han pedido que se amplíe el horario de inmovilización nocturna desde las 6 pm, restringiendo aún más el tiempo que los ciudadanos tienen para sus actividades esenciales.

¿Que se puede pensar de todo esto?

  • ¿Que las autoridades cusqueñas son inmunes a la data?
  • ¿Qué las lecciones que dejan los ensayos, las pruebas y errores del gobierno nacional no se conocen en esta parte del país?
  • O tal vez, ¿que las cifras que mostraba la región no se condicen con la realidad?

En su afán de planificar, decidir y dirigir, no han dudado en hacer lo que ya se comprobó que no sirve. Las consecuencias de este despropósito no se tienen que adivinar, vendrán de inmediato: más concentración de personas los días permitidos, colas, hacinamiento, contagios y más casos en esta Región que pese a todo estaba teniendo un mejor desempeño frente a la enfermedad que el resto del país.

No quiero abordar las consecuencias económicas de estas medidas, ya que no faltarán quienes desde su visión binaria de la realidad digan que la reflexión tiene un “obscuro interés crematístico” y que estas medidas “privilegian la vida antes que la economía”.  Limitó por tanto el enfoque a la lógica y la experiencia en el ámbito sanitario: Estas medidas originarán más contagios, enfermos y muertes.

Sería más apropiado hacer lo contrario.

  • Ampliar la circulación de unidades de transporte para permitir el traslado espaciado, distanciado y más económico de los ciudadanos.
  • Ampliar los horarios de atención de bancos, supermercados, mercados, bodegas y demás para que los ciudadanos tengan más horas, más holgura, más espacio y más distancia para realizar sus transacciones y adquirir sus productos.
  • Facilitar las ferias barriales, ventas por delivery y la desconcentración de los puntos de venta que evite las aglomeraciones y los desplazamientos.
  • Controlar el uso de mascarillas en los mercados y adquirirlas si es necesario para quienes no están en posibilidad de comprarlas. Los mercados y su situación sanitaria son tarea de las municipalidades, la solución no puede ser cerrarlos o restringirlo.
  • Repetir las pruebas a los trabajadores de mercados que arrojaban muy pocos contagios hasta hace apenas unas semanas y realizarlas periódicamente.
  • Ampliar la circulación a vehículos particulares y taxis para evitar que la congestión en el transporte público cause más contagios

Tropezar con la misma piedra no es lo correcto. Lampadia




¿Salud pública sin agua y con calles inmundas?

¿Salud pública sin agua y con calles inmundas?

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 13 de marzo de 2020
Para Lampadia

El Coronavirus es ya un problema mundial. Como se advirtió en su momento, el virus iba a salir de China y se propagaría en otras partes del mundo. Incluso en nuestro país. Pues bien, eso es exactamente lo que ha sucedido.

No obstante, algunos especialistas sostienen que el Coronavirus no es tan grave como se dice. Como que hay personas infectadas que lo confunden con un simple resfrío. Incluso, algunos portadores son asintomáticos. O sea, ni siquiera sienten malestar alguno. El porcentaje de mortalidad es bajo… 1 a 3%. Pero la prensa y la política – salvo honrosas excepciones – han magnificado el problema. ¿Qué se traerán bajo la manga?

El hecho es que – frente al Coronavirus – la acción preventiva más recomendada es el lavado de manos. Nada de tratamientos hospitalarios complejos, ni cosas por el estilo.

– Muy sencillo – se podría decir. – Lavémonos las manos, quedémonos en casa… y santo remedio –. Pero no. Resulta que muchos peruanos no tienen agua en sus domicilios ni para lavarse las manos. Peor aún… los servicios higiénicos de muchas escuelas y hospitales públicos tampoco tienen agua. Incluso, están inmundos. Lo mismo sucede en muchos mercados donde concurren grandes multitudes. Entonces – tanto o más grave que el Coronavirus – nuestro problema es la falta de agua para lavarnos las manos.

Ahora bien ¿quiénes son los responsables de suministrar agua a la población? Respuesta: las empresas municipales de agua y saneamiento. O sea, las municipalidades del país.

¡He ahí el problema! La gran mayoría de municipalidades provinciales y distritales NO están capacitadas para brindar un servicio tan vital como el agua potable y el alcantarillado. Tampoco están capacitadas para recoger la basura de nuestras calles, o para ordenar el tráfico vehicular en nuestras ciudades. Entonces ¿qué podemos esperar de nuestras empresas municipales en materia de agua y saneamiento? Ciertamente… NADA. Repito… ¡he ahí el problema! ¡No tenemos agua!

Dicho sea de paso, la epidemia del Dengue – que en opinión de muchos es tanto o más grave que la epidemia del Coronavirus – también se está propagando por falta de agua. Efectivamente, como el suministro de agua domiciliaria no es continua, la gente recurre a baldes o cilindros caseros para almacenar el agua, y disponer de ella en los momentos en que se corta el servicio. Pero ¿dónde y cómo se propagan los zancudos portadores del virus del Dengue? Precisamente, en el agua de los recipientes en cuestión, donde los zancudos ponen sus huevos. ¡Cómo que las municipalidades no están íntimamente ligadas a la salud de la población!

De allí la propuesta de quitarle a las municipalidades fallidas las funciones de suministro de agua y desagüe, recojo de basura y tratamiento de residuos sólidos, y ordenamiento del tráfico vehicular. Básicamente, porque han fracasado. No sirven. La idea es constituir instituciones estatales autónomas – tipo BCR – altamente especializadas, las cuales se encargarían de dichos servicios, sin que la politiquería meta su cuchara… y lo eche todo a perder.

REFLEXIÓN FINAL: Tenemos Dengue porque no tenemos agua continua en nuestras casas. Tenemos Coronavirus – entre otras razones – porque no tenemos agua para lavarnos las manos. Pero no tenemos agua – y estamos rodeados de basura – porque tenemos municipalidades que no sirven para nada.

¿SOLUCIÓN? Se reciben sugerencias. Lampadia




Pobreza multidimensional bajo la lupa

ComexPerú
Julio 19, 2019

En nuestro país, en el periodo 2004-2018, la pobreza se redujo sostenidamente (a excepción de 2017), al pasar del 58.7% al 20.5% en 2018, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Es decir, a 2018, solo un 20.5% de la población contaba con un nivel de gasto inferior al costo de la canasta básica de consumo (S/ 344), lo que comúnmente se conoce como pobreza monetaria. No obstante, existe un grupo de personas que pueden no ser consideradas como pobres, de acuerdo con la definición antes señalada, pero que no acceden a determinados servicios, como salud y educación, por ejemplo.

En su último informe Global Multidimensional Poverty Index 2019, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI) comparan la pobreza multidimensional en más de 100 países y 5,700 millones de personas, a través del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), el cual calcula cómo las personas experimentan la pobreza en su salud, educación y nivel de vida. Este índice identifica como pobres multidimensionales a personas con carencias no monetarias que tengan por los menos un tercio de los 10 indicadores que evalúa el IPM: nutrición, mortalidad infantil, años de escolarización, asistencia escolar, agua potable, saneamiento, combustible de cocina, electricidad, vivienda y bienes.

De acuerdo con los resultados de dicho informe, el Perú pasó de tener un 20% de pobres en 2006 a un 12.7% en 2019, convirtiéndose en uno de los países que más ha reducido la pobreza multidimensional en la última década, junto con Etiopía, que en el mismo periodo pasó de un 88% a un 83.5%, e India, de un 55% a un 27.9%. A su vez, destaca que el Perú desarrolló avances significativos en los indicadores de bienes, vivienda, combustible de cocina y electricidad; mas no así en el resto, dado que se encuentran por debajo de los 7 puntos porcentuales (pp). Sin embargo, esto no significa que no estemos avanzando. Por ejemplo, en mortalidad infantil se registró una disminución a la mitad.

SANEAMIENTO Y AGUA POTABLE

En cuanto al indicador de saneamiento, los peruanos que son multidimensionalmente pobres han pasado de un 17.2% en 2006 a un 11.2% en 2019; mientras que, en lo que respecta a agua potable, pasaron de un 11.9% a un 6%, lo que refleja en ambos una disminución de 6 pp. Por otro lado, de acuerdo con el INEI, durante el periodo febrero 2018-enero 2019, el 90.8% de la población nacional contó con acceso a agua por red pública y el 68.5% consume agua potable, lo que representa aproximadamente 21 millones de personas.

Ante las cifras mostradas, se esperaría que más de la mitad de los peruanos tenga acceso a este servicio y, con ello, una reducción del indicador de pobreza. Sin embargo, persiste la mala gestión de las entidades prestadoras de servicios de saneamiento, principalmente por problemas de solvencia y de gestión administrativa. Ante ello, nuevamente los más castigados son aquellos en situación de vulnerabilidad, que no pueden acceder a la red pública y que tienen que comprar el agua a camiones cisterna por S/ 15 el m3.

AÑOS DE ESCOLARIZACIÓN Y ASISTENCIA ESCOLAR

Si bien en el indicador de años de escolarización se registró un avance de 2.5 pp, esto no habría sucedido en todos los departamentos del país. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) 2018, elaborada por el INEI, en dicho año, el promedio de años de educación de la población entre 20 y 65 años, en los departamentos de Amazonas, Cajamarca, Huancavelica, Huánuco, Loreto y San Martín, fue 9.4 años, lo que significa que la mayoría de los habitantes de estos departamentos solo alcanzaron el nivel de secundaria incompleta.

Por otro lado, en el indicador de asistencia escolar, se tuvo un avance de 0.8 pp. A su vez, el Índice de Competitividad Regional 2019 señala que la asistencia escolar básica [1] se incrementó de un 82.6% en 2010 a un 90.9% en 2018, debido a que se mejoraron las condiciones de educación, pero, de nuevo, esto no sucede en todos los departamentos. Por ejemplo, en Lima, el 92.8% de los colegios públicos y privados cuenta con acceso a los tres servicios básicos[2], mientras que, en contraste, en Ucayali y Loreto tan solo un 9.9% y un 8.5%, respectivamente, los tienen.

NUTRICIÓN Y MORTALIDAD INFANTIL

En cuanto a los indicadores de nutrición y mortalidad infantil, se tuvo un avance de 3.3 pp y 0.5 pp, respectivamente. Al respecto, la mayoría de los Gobiernos en los últimos años han desarrollado programas para combatirlos; sin embargo, no se obtiene el efecto esperado por una mala focalización y un gasto público ineficiente. Un ejemplo de ello es el Programa Vaso de Leche (PVL), donde el 60.2% de los hogares beneficiados no califica dentro de la categoría de pobreza. Ahora bien, esto también sucede en otros programas sociales. Así, un 35% de los hogares infiltrados recibió ayuda de un programa adicional al PVL y un 19.5% se benefició de más de dos. ¡Incluso un 0,9% de los hogares infiltrados participó de 4 programas adicionales!

En conclusión, tal como señala el Banco Mundial, un elemento fundamental para la reducción de la pobreza multidimensional es el crecimiento económico, que impulsa la mejora en las condiciones de vida de los habitantes de un país. El Gobierno actual se ha trazado la meta de reducir la pobreza monetaria a un 18% en 2021. Si se sigue teniendo como objetivo una reducción tomando en cuenta el nivel de gasto (pobreza monetaria) y no el nivel de vida (pobreza multidimensional), ¿mejorará nuestro bienestar? ¡Tracémonos metas más ambiciosas en beneficio de todos los peruanos!

[1] Porcentaje de la población entre 3 y 16 años que asiste a inicial, primaria y secundaria en la edad correspondiente.
[2] Electricidad, agua y desagüe.




Acosada por extorsionadores y ninguneada por el Estado

Acosada por extorsionadores y ninguneada por el Estado

Cada vez son más las evidencias que el modelo económico que el Perú ha aplicado en el último cuarto de siglo ha traído beneficios inimaginables para nuestros ciudadanos y en especial para los más pobres, sobretodo ahora que hemos perdido la bonanza. (Ver en Lampadia :¡Qué calatos… ni ocho cuartos!). Un reciente informe titulado “América Latina después de Pisa elaborado por Axel Rivas, investigador principal del CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) y profesor de la Universidad Pedagógica de Buenos Aires sostiene que “Perú dio un gran salto de acceso y calidad educativa [2000-2011] desde un punto de partida muy bajo. Es un caso excepcional que parece explicarse más por la gran mejora social y económica que por las políticas propiamente educativas. Sí parece haber contribuido el tener bases más dignas de la oferta escolar y libros de texto gratuitos masivos. Sin embargo, un aspecto crítico del caso de Perú es que logró mejoras ampliando las desigualdades de aprendizajes de los alumnos, en paralelo a un progresivo pasaje al sector privado”. Y este defecto se debe básicamente a que el sector público no ha mejorado lo suficiente, mientras que el privado ha generado un salto cualitativo.

Rivas asegura que esta mejora se debe a nuestro crecimiento económico que nos ha permitido elevar nuestros índices sociales a pesar que a comienzos de siglo estaban muy por debajo de los niveles latinoamericanos: “La evolución social de Perú fue la más notable de las estudiadas. Partiendo de indicadores que colocaban al país claramente por debajo de los restantes siete en la mayoría de las dimensiones(Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Uruguay), Perú terminó el período analizado mucho más cerca del promedio de la región, así como México fue en la vía contraria en muchos aspectos. No es casual que Perú sea el país con más crecimiento económico tuvo entre los siete analizados, con mayor reducción de la pobreza y de la informalidad laboral, con mayor ampliación de la cobertura de salud y mayor reducción de la mortalidad y desnutrición infantil”.

Una prueba adicional, no solo de las ventajas del modelo, sino de la eficiencia del sector privado. De hecho, un dato relevante que arroja este exhaustivo estudio, es que en una década se ha duplicado el número de alumnos que asisten a las escuelas privadas. Si en el 2000 solo llegaban al 14% en el 2011, superaban el 25% de la población escolar.

La cifra revela dos cosas importantes: las sustanciales mejoras en los ingresos de peruanos lo que determina la emergencia de una clase media sólida (ver en Lampadia: El libro blanco de la clase media) y, la preferencia de los padres por la educación privada.

Así lo confirma el especialista en temas educativos y actual presidente del Consejo Nacional para la Educación, Hugo Días, al comentar los resultados del estudio: “Por un lado, se debe a que los ingresos de la población han aumentado y hay más personas que tienen poder de compra y de gasto en la educación. Otra razón es que ha habido un desencanto en la escuela pública“.

Que el Perú tenga un sector educativo privado tan dinámico se debe a que, a diferencia de los otros países estudiados por Rivas, en Perú la legislación permite mayores facilidades para abrir escuelas. Esto puede generar problemas como “una amplia oferta, muy heterogénea, de servicios de baja calidad, intermedios y de élite”, señala Rivas, pero finalmente son los padres los que terminan exigiendo mejores y mayores niveles de calidad, algo que es más difícil de conseguir en el sector público.

Lo cierto es que el Perú lidera en la región el índice de satisfacción de los alumnos con su escuela.El 94% de los estudiantes peruanos dice sentirse felices en sus colegios, algo impensable décadas atrás. Por otra parte, como revela el estudio, al igual que en toda la región, en esta última década “aumentó su tasa de escolarización del nivel secundario, al mismo tiempo que logró la mayor mejora del puntaje promedio en las pruebas PISA (véase Gráfico 1)y la mayor reducción de la desigualdad en los aprendizajes entre el cuartil de mayor y menor nivel socioeconómico.  El dato más notable: los alumnos del cuartil de menor nivel socioeconómico de América Latina fueron los que más mejoraron sus aprendizajes (en especial en matemática) de todas las regiones que tienen países representados en PISA de todos los cuartiles de nivel socioeconómico. Esto indica que la región tiene pisos más dignos de escolarización: la mejora social y la inversión educativa tuvieron un impacto constatable”.

El gran objetivo del Acuerdo Nacional es que el presupuesto de educación llegue al 6% del PBI. Cuando se fijó, a principios de la década pasada, la educación privada no tenía mayor presencia, hoy esta supera el 3% del PBI. Por lo tanto, sumando la educación pública y privada ya hemos superado la meta del Acuerdo. Curiosamente, el gobierno, desde el Ministro de Educación para abajo, nunca se refieren a la educación privada, ni al millón de alumnos que ha captado durante los últimos años, solo mencionan a este segmento de la educación para repetir una y otra vez que hay colegios privados de mala calidad. ¡! (Ver:Cómo el Estado sabotea la educación privada).

Además del ninguneo, la educación privada es hoy uno de los objetivos privilegiados de las bandas de extorsionadores. Y una vez más el Estado es el responsable. El boom de la educación privada ha generado un grave problema: se han convertido en blanco de delincuentes. Los directores y los dueños de colegios son extorsionados.

De acuerdo a informes policiales, bandas “que se dedican a la extorsión en las obras de construcción civil han ampliado los márgenes de sus actividades criminales a los propietarios y directores de escuelas particulares. A la fecha, los atentados se suceden contra los establecimientos escolares y ya fue asesinado Sabel Evangelista De Paz, director de la escuela privada María Montessori, de San Juan de Lurigancho”.

El presidente de Asociación Nacional de Promotores de Instituciones Educativas Privadas (Anpiep), Alfonso Briceño, ha reiterado su preocupación y pedido de apoyo a las autoridades estatales. En La Anpiep se hallan inscritos 350 colegios de distintos distritos de Lima (San Martín de Porres, Los Olivos, Independencia, Comas, Carabayllo, Santa Rosa, Ancón y Puente Piedra). Edgardo Palomino, presidente Colegios Privados de Lima (Acopril), Edgardo Palomino Huamanchumo, una asociación de 700 colegios de los distintos distritos de Lima Metropolitana, se sumó a este pedido.

Como señala la policía muchas de las bandas que extorsionan las obras de construcción ahora están haciéndolo con colegios. De hecho, en los distritos donde más se producen los delitos vinculados a la construcción, es que ahora se empiezan a producir las extorsiones a colegios.

Está experiencia nos lleva a la siguiente reflexión. Está claro, que la iniciativa privada en el sector educación ha sido enormemente provechosa y que ha permitido que el Perú mejore su nivel educativo, que los estudiantes estén más contentos con sus escuelas y que el país vea el futuro con cierto optimismo (a pesar de que aún es necesario un salto cuántico en educación). Esto se logró porque el Estado dio facilidades a este sector, pero ahora debiera cumplir con su rol fundamental de dar protección a los ciudadanos para que puedan continuar con sus actividades sin temor a ser asesinados o tener que pagar por protección.

El Estado, pues debe concentrarse en estas actividades, facilitar las cosas al sector privado y evitar los devaneos estatistas que cada día parecen incrementarse. Lampadia