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Podrían morir 125 mil peruanos

Podrían morir 125 mil peruanos

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Lo que estamos viviendo no tiene precedentes. Hay miedo, angustia y al mismo tiempo hay una conciencia colectiva y hasta global casi inédita, una ‘rara hermandad’ como decía Rolando Luque. Hay una acción nacional, a la que nos subordinamos. Pero la paralización general tendrá consecuencias en la economía que serán probablemente desastrosas si no encontramos la forma de paliarlas. ¿Se justifican las medidas extremas que el gobierno está adoptando, con el riesgo de estrangular la economía y retornar a niveles de pobreza que hace décadas no veíamos?

Según el doctor Moisés Rosas, ex jefe del SIS, médico y estadístico, si respondemos a medias permitiendo que funcione la economía, 125 mil peruanos podrían morir en un año aniquilados por el coronavirus. Y este sería un cálculo conservador: considera solo un 1% de los infectados, que llegarían a 12.5 millones en un año tomando en cuenta que un 50% de la población urbana puede ser contagiada en ese periodo de tiempo (los gobiernos de Alemania y Gran Bretaña están actuando en el supuesto de que el virus infectará entre el 60 y 70% de su población).    

Lo que le está faltando al gobierno es dar los números, para tomar conciencia. La siguiente es una proyección del número de infectados desde el día 1 hasta el 29 de marzo. Para esa fecha tendríamos 3,701 personas contagiadas identificadas, como podemos ver en el siguiente cuadro, enviado por una fuente del MINSA:

Constatamos que la proyección para el día de ayer coincidió con la realidad: 145 casos. En días anteriores el número de infectados era mayor que lo previsto. Se entiende que si en los próximos 7 días la realidad da números sostenidamente menores que la proyección, ello podría significar que las medidas están empezando a dar resultados. En realidad, si la incubación del virus dura 7 días, recién la cuarentena empezaría a tener efecto en la segunda semana. Se esperaría que a fines de mes la curva empiece a aplanarse. Es decir, que el número de nuevos casos sea menor cada día.

¿Por qué no se publican estas proyecciones? En Perú había hasta ayer 145 casos oficiales. Esto significa que tendríamos entre 725 y 1,450 casos reales, pues según la OMS por cada caso diagnosticado hay entre 5 y 10 no diagnosticados. Ahora bien, respecto de los identificados, la mortalidad oscila entre 0.5 y 2%. Si fuera 1%, por cada 100 infectados uno muere. En Perú no ha muerto nadie aún, aunque el primer caso sería inminente. El porcentaje de hospitalizados -respecto de los identificados- oscila entre 15% y 20%; teníamos ayer 19 hospitalizados. Y el porcentaje en UCI es alrededor del 5%; teníamos ayer 5 pacientes en UCI, tres graves.

La estrategia drástica de aislamiento social funcionó en la China, aunque al costo probable de una caída del 9% de su PBI en el primer trimestre según estimaciones de Goldman Sachs, algo insólito para ese país. En Corea se aplicó una estrategia más fina y algo menos destructiva que combinó un despliegue masivo de pruebas o kits de diagnóstico (que nosotros no tenemos) para identificar a los infectados y sus entornos, aislarlos y monitorearlos al milímetro, junto con cuarentenas por zonas. En esos países la cultura de responsabilidad colectiva o de conciencia comunitaria es mayor. 

El Reino Unido ensayó una estrategia distinta, para no afectar la economía, y ya dio marcha atrás. Partió de la premisa que se trata de una epidemia que no se puede frenar y entonces decidió no frenarla sino, por el contrario, permitir la vida normal de modo que toda la población se infecte para que cuando ya no haya nadie más a quien contagiar, la epidemia implosione sola. Es la llamada “inmunidad de grupo o de rebaño”. Mientras tanto, eso sí, debía aislarse por completo por cuatro meses a los adultos mayores o personas con enfermedades crónicas. Pero ese aislamiento absoluto es imposible.

Finalmente el prestigiado Imperial College publicó un estudio[1] revelando que aún aplicando una combinación de estrategias de distanciamiento social habrían cientos de miles de muertes. El gobierno dio marcha atrás, pero probablemente ya es muy tarde. Como quizá lo sea también en Estados Unidos, donde el presidente Trump desoyó los consejos de los expertos hasta que ya no pudo negarlos.

Según Moisés Rosas, la decisión clara del presidente Vizcarra en este tema obedezca a que, siendo ingeniero, lee la data. Y saca las conclusiones. Pero sería bueno que el Ministerio de Salud o la PCM difundan precisamente toda esa data, para que a la gente no le quede dudas que no hay más remedio que vivir lo que estamos viviendo. Lampadia