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Arruinando la minería y el país

Arruinando la minería y el país

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

Se equivocan quienes dicen que debido a la inacción del gobierno se paralizan operaciones mineras o se destruye el turismo. El gobierno de Pedro Castillo y Mirtha Vásquez está muy activo incentivando la ruina de las principales actividades económicas del Perú.

Eso, por supuesto, era perfectamente previsible durante el proceso electoral. Castillo y los que los respaldaron en la segunda vuelta no ocultaron sus ideas extremistas y anti inversión privada y, apenas instalado el gobierno, los nombramientos de los principales cargos en el Estado no hicieron más que ratificar eso.

No obstante, todo el coro caviar sigue repitiendo al unísono su último invento para justificar lo que hicieron en el proceso electoral y las expectativas que siguen vendiendo ahora, con el propósito de capturar puestos públicos: la oposición democrática es tan mala como Castillo y sus secuaces.

Es decir, por ejemplo, Luis Carranza, el exitoso ministro de Economía en el segundo gobierno de Alan García, sería tan desastroso como Pedro Francke o Rómulo Mucho sería tan anti minero como el impresentable que hoy ocupa el Minem.

En realidad, las necedades que repiten en conjunto, sin descanso, no tienen ningún asidero en la realidad, pero como tienen una influencia dominante en todos los principales medios de comunicación, sus mentiras sirven para engañar a algunos incautos.

La paralización de Cerro Lindo, de la brasilera Nexa, y de Las Bambas, de la china MMG, están causando pérdidas de cientos de millones de dólares al país, a las regiones en las que están ubicadas y a las empresas. 

Pero quizá más importante es el efecto que tiene sobre las inversiones futuras y la imagen del país. Es obvio que cualquier inversionista que observe lo que está ocurriendo en el Perú no arriesgará ni un dólar mientras siga en el gobierno una gavilla comunista, anti minera, incompetente y corrupta.

Lo mismo vale para el turismo. El bloqueo de la vía a Machu Picchu, el principal atractivo del Perú, causa un perjuicio enorme a una de las actividades más golpeadas por la pandemia. Ante la incertidumbre que se genera para visitantes, sobre todo extranjeros, que tienen itinerarios precisos, es evidente que los turistas serán disuadidos y elegirán otros destinos.

Nada de esto es casual. Lo que hizo Mirtha Vásquez cuando apoyó abiertamente a los violentistas que destruyeron Apumayo en Ayacucho y luego decidió cerrar ilegalmente cuatro minas, ha incentivado -y lo seguirá haciendo- a otros a seguir idéntico camino.

Antes había ocurrido lo mismo con Antamina, una de las minas más grandes del mundo, cuando el gobierno respaldó abiertamente a los delincuentes que obligaron a la paralización de sus actividades por primera vez en dos décadas.

En un reciente artículo en Lampadia, Jaime de Althaus demostró como el gobierno, a través del Ministerio de Energía y Minas, apoyó activamente a los extorsionadores que obligaron a paralizar otra de las minas más grandes del Perú y del mundo, las Bambas. (Ver: Delegación del Minem de sumó a la extorsión).

En suma, no cabe duda alguna, el gobierno comunista no es neutral o simplemente pasivo frente a la sistemática campaña para arruinar la minería y otras industrias. Está muy activo incitando y estimulando su destrucción.

Hemos tenido gobiernos buenos, regulares y malos en las últimas décadas, pero nada como el actual. Solo los comunistas y sus aliados caviares intentan sostenerlo para que siga destruyendo el Perú. Lampadia

 

 



Cusco y los “frentes de defensa”

Cusco y los “frentes de defensa”

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Recuerdo que desde el año 2006 entramos en una competencia universal por la elección de las “Siete maravillas del mundo moderno”, en esa oportunidad muchos peruanos, en especial los más jóvenes, se convirtieron en unos activistas para votar en favor de Machu Picchu, destino que merecidamente fue finalmente elegido como una de estas siete maravillas. Lo curioso es que, paralelamente y por mucho tiempo, el Frente de Defensa de Machu Picchu y otras organizaciones populares del Cusco, desarrollaban protestas con maltrato a los turistas extranjeros y nacionales que, con mucha ilusión, habían organizado sus vacaciones, contratado vuelos internacionales y locales, en particular el viaje en tren a Machu Picchu y sus correspondientes alojamientos.

Estos sufridos turistas no pudieron disfrutar el viaje, tuvieron que cargar por las calles su equipaje desde el aeropuerto al hotel y viceversa, perdieron vuelos y conexiones y les bloquearon la ruta del ferrocarril para su viaje a Machu Picchu.

Recuerdo claramente haber visto por televisión a algunas señoras extranjeras enfrentándose a las turbas que les bloquearon la partida del tren y, por supuesto, les malograron completamente el viaje y la ilusión que por este se habían forjado. Más de una gritaba que regresaría a su país y diría por todo el mundo que “no se les ocurra viajar al Perú y menos al Cusco” por el mal trato que recibirían y del que ellos eran testigos de excepción. Vaya usted a recordar ahora las veces que estos bloqueos de ferrocarril y maltrato a turistas se han producido en estas dos últimas décadas.

A pesar de esos desagradables y repetidos episodios de maltrato al turista, provocados por esos inconscientes “frentes de defensa”, por ser Machu Picchu un lugar tan interesante para el turismo mundial, el flujo de turistas fue creciendo sostenidamente hasta llegar a convertirse en una actividad económica que explicaba aproximadamente el 16% del PBI del Cusco, no obstante la importancia del gas de Camisea y la actividad minera.

Una de las cosas que siempre me ha llamado la atención, es que el cusqueño tiene una actitud curiosa respecto a sus visitantes, como que abrigasen el sentimiento que el mundo les debe algo y no muestran gratitud por tales visitantes, aún conociendo la importancia económica del turismo para el Cusco.

Ahora comentan los cusqueños y los operadores turísticos que, no hay comparación entre el flujo turístico alcanzado el año pasado con el que había hace sólo 35 años. Para ese entonces el Cusco era una ciudad vacía y sin vida, mientras que, en los últimos años, la visita y permanencia de turistas era notable.

Lamentablemente para el Perú y el mundo, estamos sufriendo esta pandemia del COVID-19 que ha herido muy gravemente la actividad turística universal y el Perú se ha hecho conocido por la magnitud descontrolada de contagio, independientemente de los mundialmente reconocidos sub-registros de contagio y fatalidad. Esto ha llevado a varios gobiernos a advertir a sus connacionales, del riesgo de viajar al Perú y también poner salvaguardas para no recibir peruanos en sus territorios. La consecuencia natural ha sido agudizar el temor de los viajeros a plantearse el normalmente soñado viaje a Machu Picchu.

En estas circunstancias, la ciudad del Cusco está nuevamente vacía, su actividad turística, hotelera, restaurantes y comercios artesanales completamente deprimidos, la facturación de los comerciantes de la zona llega a duras penas al 5% de lo que solían vender y lo más triste es que, este panorama no cambiará en menos de uno o dos años.

Sólo espero que esos “frentes de defensa” asimilen esta lección no deseada a nadie y que aprendan a aquilatar la importancia del turismo, del buen trato al visitante, de cuidarlo y protegerlo para que desee volver y lo recomiende a sus familiares y amigos. Que puedan disfrutar de las maravillas que este viaje puede ofrecer, cuando no te bloquean el ferrocarril, ni te hacen cargar tus maletas y padecer para llegar y salir del aeropuerto u hotel. Ellos son nuestros huéspedes y debemos privilegiar su estadía.

Esta es una buena oportunidad para hacerles ver a los “frentes de defensa” que, así como el COVID-19 nos aísla y nos trae un grave perjuicio económico, la mala actuación de estos frentes es igualmente maligna y que por más que tengamos en Machu Picchu una de las maravillas del mundo moderno, la mala reputación generada por un mal comportamiento de la población y el maltrato al turista, nos puede destruir como destino turístico.

En cambio, aprovechar este tiempo para mejorar nuestros circuitos turísticos, aumentar la fluidez de estos, mejorar el servicio y atención al turista, educando a nuestra población (desde el colegio) para convertirnos en los mejores anfitriones del mundo, traerá muy buenos resultados y oportunidad de aprovechamiento de ese precioso activo que es el Cusco, como una importante fuente de negocio cuando se recobre la normalidad y hayamos desarrollado ese factor diferenciador que nace del civismo de nuestros ciudadanos.

¡Tenemos cerca de dos años para enmendar nuestras malas actitudes del pasado y optimizar nuestro futuro! Lampadia




El falso dilema de la capacidad de carga de Machupicchu

Ricardo Ruiz Caro Villagarcia
Especialista en Cultura y Turismo
Cusco
Agosto, 2019
Para Lampadia

1) ¿COMO SURGEN LOS PARADIGMAS?

Muchos seguramente han oído del experimento que se hizo alguna vez a seis monos encerrados en una jaula en la que se coloca una escalera que conduce a una canasta con plátanos. Cada vez que un mono intentaba alcanzar a los bananos, los seis eran rociados con agua helada, repitiendo la mecánica hasta que ninguno volvió a intentarlo por miedo al escarmiento. Tiempo después un mono es sustituido por otro que no conocía del experimento y apenas intentó subir por los bananos, los otros cinco se lo impidieron a golpes hasta que luego de algunos intentos más comprendió que debía dejar de hacerlo. Cuando un siguiente mono fue reemplazado sucedió lo mismo; y lo curioso es que el otro mono nuevo (que desconocía la causa de dicha costumbre) participó activamente de la golpiza. Progresivamente fueron reemplazados uno a uno todos los monos originales y la tradición aprendida de moler a golpes al que intentará ir por las bananas se mantuvo a pesar de que ninguno de ellos conocía el origen de dicha conducta grupal (el escarmiento original del agua helada).

Esta jocosa especie de fábula moderna fue inspirada en los experimentos que hicieron hace casi un siglo de manera independiente GR Stephenson y Wolfgang Kölher; y dan como moraleja un patrón de comportamiento muy recurrente y común a todos los humanos (y también a los simios): La adquisición cultural de comportamientos, que en otras palabras sería “la invención de la tradición”[1]; y es que, suele pasar que cuando llegamos a adoptar una forma particular (tradicional) para hacer ciertas cosas, difícilmente accedemos a cambiarla; y ello sucede igual incluso cuando las circunstancias que dieron origen a dicha costumbre son desconocidas por el grupo o cuando estas pudiesen haber cambiado radicalmente en el tiempo.

2) BAJO EL IMPERIO DE UN PARADIGMA OBSOLESCENTE

Curiosamente en el turismo cultural peruano sucede una paradoja similar: La visita a los lugares arqueológicos se estableció hace ya casi medio siglo con una formula muy básica (que para su tiempo era correcta y suficiente). Había que generar un boleto, habilitar un ingreso y formar un recorrido; y el lugar se convertía inmediatamente en un Destino Turístico. Con el paso del tiempo los pocos miles de visitantes escalaron a cifras de 6 y luego 7 dígitos; y por supuesto la fórmula de hace casi 50 años no sólo empezó a resultar inadecuada para la calidad de la experiencia, sino (lo que es más grave) empezó a afectar la sostenibilidad de los monumentos arqueológicos, en especial del exitoso Machupicchu. En ese contexto, muchos expertos de buena fe y el propio UNESCO se inclinaron a exigir que se establezca una Cifra Máxima de visitantes como medida de protección. Es más, ahora el argumento también se está usando para atacar el proyecto de un nuevo Aeropuerto para Cusco con una lógica que más o menos dice así: Con un nuevo aeropuerto más grande para Cusco vendrán más visitantes y eso destruirá Machupicchu; lo cual lleva por extensión a una lógica perversa y falaz, que nos está diciendo a los cusqueños y los peruanos en general que nuestro turismo tiene fecha de caducidad y que no debemos anhelar hacer de él una palanca del desarrollo y una oportunidad de bienestar, pues su techo de crecimiento ya ha sido rebasado.

Pero ¿Dónde está la trampa en todo esto? Muy simple, en el mismo tipo de falacia que vimos al inicio de este artículo (con los monos), que nos lleva a pensar que solo existe una manera de hacer las cosas; y que en nuestro caso es asumir que la experiencia turística en nuestros monumentos tiene como única mecánica operacional el intensivo recorrido sobre ellos. La lógica está tan arraigada que incluso los Proyectos Turísticos para lugares arqueológicos en la legislación Peruana del MINCETUR (antes en el SNIP hoy en el Invierte.Pe) requieren sustentarse con un “cálculo de capacidad de carga” que de antemano asume la falaz aseveración: “experiencia = recorrido intensivo”; por lo cual tratan de medir azarosamente (bajo el bastante antiguo método Cifuentes[2]) el número de visitantes que bajo está mecánica podrían recorrer el monumento sin dañarlo irreversiblemente. Es tan fuerte el posicionamiento de esta forma ¿tradicional? de pensar, que incluso ha sido capaz de influir más allá de nuestras fronteras; provocando que UNESCO (con la mejor buena fe) exija al país determinar cuál es el número máximo de visitantes diarios que puede ir a Machupicchu sin generarle daños irreversibles a futuro[3], lo que nos hace ver que para ellos también (cuando se trata de Machupicchu) existe un número máximo asociado intrínsecamente a la forma actual ¿y única? de visitarlo (situación que curiosamente no es exigida por esta misma entidad internacional a monumentos similares y con un número mucho mayor de visitantes diarios).

Sin embargo, si esta lógica fuera correcta y universal; no habría modo de explicar por qué monumentos mucho más pequeños y frágiles como el Coliseo Romano, la Catedral de San Marcos en Venecia o el Templo de Kiyomizu-dera en Kioto (por citar algunos) pueden recibir más del cuádruple de visitantes que Machupicchu. ¿Estaríamos pensando que estos monumentos están enrumbados a su pronta destrucción? ¿O existe otra explicación? La respuesta es simple, y tiene que ver con el modelo de gestión implementado para la visita de estos monumentos, que hace que la experiencia en estos ellos sea más conceptual, monitoreada e interpretativa; y por supuesto más trascendente y con menos impacto físico.

3) ¿Y SI MIGRASEMOS A UN MODELO MÁS VIRTUOSO?

Retornando al caso de Machupicchu cabría preguntarse: ¿el número máximo de visitantes sería el mismo si se variasen algunas de las características de la experiencia actual? Y la respuesta es claramente SÍ, el número variaría.

Por ejemplo, mucho cambiaría si en lugar de desarrollar la experiencia en 10 hectáreas (como sucedo hoy) lo hiciéramos en doscientas o trescientas, incluyendo los caminos de acceso ancestrales, es decir replanteando la idea de que Machupicchu es una ciudad en la cumbre de una montaña, cuando en realidad es una geografía sagrada que se expande en toda la montaña y se integra simbióticamente a ella. Del mismo modo, si en lugar de ofrecer a todos un mismo recorrido (con algunas variantes) se ofrecieran distintas partes de su territorio en función a las distintas expectativas y preferencias de sus visitantes, es decir ofreciendo circuitos distintos (tematizados) a quienes buscan una experiencia espiritual, o natural, o vinculada al agua, o asociada a la ritualidad de la montaña, o a la contemplación, o al deleite estético de su arquitectura, o al misterio de su edificación, etc. etc.

Pero hay muchas más cosas que se podrían hacer en Machupicchu (y que podrían influir en su número máximo de visitantes). Por ejemplo la experiencia podría resultar más plena y trascendente volviéndola más conceptual y lúdica que propiamente física (de fricción y recorrido); para esto habría que desarrollar todo un conjunto de facilidades de alta calidad y tecnología que permita integrar la interpretación y la transmisión de contenido desde el inicio y de manera holística en toda la visita, trasfiriendo a  los visitantes la información correcta y el mensaje del lugar con los medios apropiados y la dosificación adecuada para evitar congestiones e impactos indeseables sobre los atributos patrimoniales más sensibles.

Rutas Ancestrales integradas al nuevo concepto de “Experiencia” en Machupicchu

Y si a todo lo anterior sumásemos la posibilidad de incorporar un sistema de gestión preventiva de impactos que pudiera monitorear en tiempo real cualquier indicio de afectación sobre los atributos de valor de Machupicchu, para inmediatamente implementar cambios que logren progresivamente recorridos con cero impactos (únicamente sobre pisos naturales reforzados con polímeros y superficies artificiales renovables), ¿seguiríamos hablando de los mismos números máximos? Clara y enfáticamente NO. El número máximo de visitantes diarios a un lugar NO depende únicamente del tamaño y características del monumento; depende de una ecuación prolija entre la naturaleza del Sitio, el modelo de gestión adoptado para la experiencia, las facilidades existentes para su visita y la correcta gestión preventiva de los impactos potenciales.

En la actualidad, el modelo de gestión turística de Machupicchu sigue siendo en esencia el mismo de hace medio siglo (con pequeños ajustes y mejoras); y personalmente creo que en ese obsolescente modelo el número máximo de visitantes diarios permitido actualmente (y que UNESCO exige revisar) no garantiza una sostenibilidad de largo plazo de este bien tan apreciado para la comunidad global entera. Y en ese escenario difícil, considero que la actual gestión a cargo del Sitio ha tenido valentía y ha hecho bien en limitar por horas la visita a los puntos más frágiles[4], pues así está logrando que el recorrido en ellos no supere los 1,000 visitantes diarios, aunque el monumento reciba más de 5,000. Y por supuesto, esas medidas de gestión (restrictivas) deberán seguir aumentando a medida que se evidencien impactos en otros puntos igualmente frágiles, a no ser que se decida de una vez por todas mudar a un modelo de gestión más moderno y virtuoso como el que proponemos en los párrafos previos de este artículo.

4) EL INICIO DEL CAMBIO ESTÁ EN NUESTRAS NARICES

En el mundo existen ejemplos como el del Museo del Louvre, el cual a través del cambio de gestión que asumió (y que tuvo como pieza central a la polémica pirámide de cristal) logró triplicar su capacidad de admisión de visitantes, con mejor calidad de experiencia y una excelente conservación de su patrimonio museográfico. Otros ejemplos recientes son los nuevos centros de visitantes del Parque Natural Bahía de Cádiz, del Museo de Alésia (Francia) y del Canal de Panamá, en los cuales hubo una notable mejora en su gestión gracias a estos proyectos emblemáticos que sirvieron de “llave maestra” para su reinvención.

Lo paradójico en el caso de Machupicchu es que no hace falta mirar tan lejos, por cuanto las herramientas para dar ese primer salto cualitativo en su gestión (como en el caso del Louvre) están dadas desde hace más de cinco años. El Ministerio de Cultura a través de su proyecto del Primer Centro de Visitantes de Machupicchu (en el Km 112 de la línea férrea) que presentó en el año 2014, propuso asumir el reto de mejorar la experiencia y gestionar mejor la sostenibilidad patrimonial de Machupicchu con una propuesta de instalaciones de primer nivel y alta tecnología, que gestionen mejor la conservación y provean la interpretación integral para los visitantes, mediante, replicas, simulaciones, videos, mapping, salas de exposición y muchos otros medios, integrando los caminos ancestrales, ampliando el territorio de visita, tematizando y multiplicando las opciones de recorrido y monitoreando al milímetro la conservación de sus valores patrimoniales desde su módulo científico, con sensores, programas y protocolos de conservación de última generación.

Modelo conceptual del Centro de Visitantes y las nuevas alternativas de visita

Este maravilloso proyecto propone que la inmersión a una nueva, repotenciada y multi-temática “experiencia Machupicchu” se extienda a toda la montaña[5] y se inicie desde sus faldas en su encuentro con el sagrado rio Wilkamayu, a través de hermosas y modernas instalaciones en perfecta armonía con el entorno patrimonial; sin embargo, su desarrollo ha quedo adormecido por una insana combinación de factores: (i) intereses económicos en contra, (ii) percepciones erróneas influidas sobre el imaginario local y (iii) algunas gestiones pasadas displicentes en la entidad cultural; y con ello se ha frenado las posibilidades de crear mayor bienestar para todos y en todos los aspectos (mejor conservación, experiencia turística más plena y trascendente, evitar la restricción del crecimiento turístico por algunos años, generar mayores oportunidades laborales y comerciales para los lugareños, mejores ingresos para el Estado, atender las recomendaciones de UNESCO, etc.).

El Ministerio de Cultura ha reactivado recientemente esta primera iniciativa (que es parte de una visión integral de largo aliento) enfocada en iniciar el cambio proactivo en Machupicchu y ya cuenta con un proyecto de inversión aprobado y fondos presupuestales para llevarlo a cabo. Es hora de que algunos dejen atrás la miopía que les hace pensar erróneamente que este cambio podría afectar su propio interés; y de que todos unamos fuerzas para priorizar el bien mayor; pues solo así, sumándose todos los sectores a este propósito (Cultura, Turismo, Región, Municipios, Población local, empresariado) se podrá materializar el Primer Centro de Visitantes de Machupicchu; y lograr a través de él esa ecuación que todos los peruanos deseamos: Conservar mejor nuestra maravilla mundial y evitar que el turismo peruano haya llegado tan pronto a su fecha de caducidad. Lampadia

[1] Tal como lo plantea el polémico historiador Erich Hobsbawm en su libro: ”The Invention of Tradition”

[2] El método Cifuentes fue sin dudas un importante aporte metodológico cuando aparece en 1992; sin embargo, su diseño responde a la realidad muy particular del frágil ecosistema de Galápagos; y por tanto es absolutamente inaplicable a nuestros monumentos arqueológicos; más aún que en los 30 años que han pasado han surgido nuevas herramientas de gestión de visitantes.

[3] Personalmente pude constatar esta percepción en los integrantes del WHC-UNESCO y de sus órganos consultivos, cundo fui parte del pequeño grupo de representantes peruanos que conseguimos evitar que Machupicchu sea incluido en la Lista del Patrimonio Mundial en peligro (en el 2015).

[4] Se trata de medidas de gestión para la conservación que limitan a un máximo de tres horas diarias el acceso al Intiwatana, el templo del Sol y el templo del cóndor, por haberse detectado (mediante mediciones periódicas) que estos lugares son los que más riesgo de desgaste presentan ante un tráfico intensivo y constante de visitantes.

[5] La propuesta incluye incorporar como parte del territorio gestionado y apto para la experiencia turística a los diversos caminos, sitios y paisajes contenidos en toda la montaña Machupicchu




El turismo: otra industria desaprovechada

El Perú viene desaprovechando su potencial productivo, tanto por el paralizante crecimiento de las regulaciones del Estado (nacional y regional), como por la invasión de personajes contrarios a la economía de mercado en todas las reparticiones públicas, y en los espacios de noticias y análisis político de los medios de comunicación más influyentes.

Esto es responsabilidad de la debilidad conceptual de la gran mayoría de nuestros políticos, y de la suicida ausencia de liderazgos valientes en el debate nacional, de representantes del mundo empresarial, académico e intelectual, que quieran ver al Perú como una nación próspera y moderna, con democracia, en la economía global.

Hoy día queremos aprovechar una publicación de The Economist sobre la nueva ola de turistas chinos, para llamar la atención a la forma en que estamos desaprovechando el inmenso potencial del turismo para nuestro país.

El turismo global

En 2017, la industria del turismo marcó una verdadera diferencia en la vida de millones de personas impulsando el crecimiento, creando empleos, reduciendo la pobreza y fomentando el desarrollo. Con una proyección de 1,800 millones de turistas internacionales para 2030, el Foro Económico Mundial afirma que la industria tiene el potencial de “desempeñar un papel clave en la creación de oportunidades de empleo de alta calidad, actuar como un vehículo para proteger y restaurar la biodiversidad de nuestro planeta y ayudar a construir puentes entre las personas y las culturas”.

El turismo es una de las industrias más grandes del mundo. “Supera la de las exportaciones de petróleo, productos alimenticios o automóviles”, según la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas. El turismo receptivo impulsa el crecimiento económico de la economía de una región al mismo tiempo que proporciona un alto potencial para apoyar la creación de empleo. El turismo emisor promueve la comprensión intercultural y el intercambio de ideas.

La creación de empleo es primordial para cualquier discusión sobre los efectos económicos positivos del turismo. El Informe de Impacto Económico 2017 del Consejo Mundial de Viajes y Turismo indica que la industria genera uno de cada 10 puestos de trabajo en todo el mundo, creciendo a un ritmo que supera el empleo en la economía mundial por sexto año consecutivo. El informe también indica que, entre los nuevos empleos, el sector representa uno de cada cinco.

No desaprovechemos el turismo

El desafío ahora es que el Perú aproveche el crecimiento del turismo y su importante fuente de empleo e ingreso de divisas, además de los beneficios generados por el encadenamiento con el resto de la economía. Según el CEPLAN (2015), el Perú tiene el potencial de captar entre 10 a 15 millones de turistas al año. Actualmente recibimos 3.7 millones de turistas extranjeros, menos del 2% del turismo global.

Esta ínfima participación en la industria del turismo, no refleja en absoluto nuestro potencial, que cubre todas las demandas del turismo global en áreas como naturaleza, aire libre y cultura. Nuestros atractivos incluyen lo arqueológico, cultural, gastronómico, de aventura, vivencial y ecoturismo, entre otros. Ver en Lampadia: El Turismo: Otro potencial desaprovechado.

Pero en los últimos años, no hemos podido siquiera evitar que los aeropuertos de Lima y Cusco se conviertan en cuellos de botella que afectan la calidad de la visita y pueden tener un efecto negativo que deteriore las posibilidades de los destinos turísticos del Peru y lo frenan, haciendo casi insoportable pasar por ellos.

Hoy tenemos nuestro gran atractivo, Machu Picchu, capturado por las mafias del transporte entre el santuario y Aguas Calientes, y a su población de comerciantes evitado el desarrollo del llamado ‘Gran Machu Picchu’ (ver en Lampadia: El Gran Machupicchu). Además, la población de la ciudad del Cusco, sigue siendo rehén de los politicastros que un día y otro organizan turbamultas por quítame estas pajas, y malogran uno de los mejores atractivos turísticos del mundo. Pero, ojo, no es el único, como parecen pensar los políticos cusqueños con ese ‘puputismo’ perdedor, tan contrario a la vocación de expansión del Incanato, que descontando las llanuras amazónicas abarcó casi toda Sudamérica.

Nuestra oferta potencial de turismo se ha multiplicado por todo el Perú. Además de los atractivos culturales tradicionales, también nos destacamos en lo vivencial, ecológico, aventuras y gastronomía entre otros. Pero no logramos superar la visión estatista que evita la participación del sector privado en la operación de atractivos turísticos.

Afortunadamente, hoy tenemos en el Ministerio de Comercio y Turismo, a un cusqueño de visión global, Roger Valencia, que puede ayudarnos a entender los retos que debemos superar para contribuir, desde el turismo, al bienestar de millones de peruanos. Lampadia

Abriendo las compuertas

Los viajeros chinos de todo tipo se han vuelto omnipresentes

La decisión de China de permitir que su gente viaje libremente al exterior está cambiando el mundo. James Miles argumenta que también está cambiando a China.

The Economist
17 de mayo, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

“Este compañero es políticamente confiable y no tiene antecedentes penales”. Los solicitantes de un pasaporte chino esperaban ansiosamente estas palabras. La firma de un burócrata en un formulario significaba el final a la vista, tras semanas o meses de tormento, que incluían hacer cola durante la noche, y ser enviados de un lado a otro en busca de documentos, verificando su lealtad al Partido Comunista, ser interrogados sobre su propósito y fuentes de financiación, y tener que coimear con cigarrillos a funcionarios malhumorados. No mucha gente llegó a ver esas preciosas palabras, o los cuatro caracteres chinos que les siguen: tongyi chuguo (permitido de ir al extranjero).

Los aspirantes a viajeros en la China gobernada por los comunistas tuvieron que llevar a cabo esta carrera de obstáculos kafkianos hasta principios de los años noventa. Pero en el último cuarto de siglo, un país casi tan paranoico como Corea del Norte en mantener a su gente dentro de sus fronteras ha cambiado drásticamente. El número de viajes al exterior realizados por ciudadanos chinos supera ampliamente los 130 millones, para 2020, el total podría llegar a 200 millones por año.

Mucho se ha escrito sobre cómo el ascenso de China como potencia mundial económica, política y militar, está cambiando el mundo. Este informe especial trata de otra faceta de la historia: la extraordinaria cantidad y variedad de chinos que viajan al extranjero y, en su mayoría, regresan.

Desde la década de 1980, la gente se ha estado moviendo alrededor del mundo en números cada vez mayores. Pero la contribución de China a este movimiento de masas ha eclipsado a todos los demás.

Su gente está marcando una gran diferencia en todo el mundo. En Sydney, Silicon Valley,  en la ciudad italiana medieval de Prato, en Namibia, unos estudiando, otros trabajando. Grandes gastadores, turistas de China, compiten ahora por marcas de lujo en Mayfair en Londres y los Campos Elíseos en París.

Hace cuarenta años, cuando Deng Xiaoping “abrió la gran puerta de la reforma y la apertura”, como lo expresaron a menudo los funcionarios, no estaba claro que esto pudiera ocurrir alguna vez.

Deng también vio algunos beneficios en el envío de más estudiantes chinos a las universidades del extranjero para adquirir conocimientos técnicos a expensas del estado, pero nunca previó una salida en la escala vista desde entonces. “Hay quienes dicen que no debemos abrir nuestras ventanas, porque las ventanas abiertas permiten la entrada de moscas y otros insectos”, dijo Deng en 1985. “Pero decimos: ‘Abre las ventanas, respira el aire fresco y al mismo tiempo lucha con las moscas”. Resultó que luchar contra los insectos ocupó gran parte de su tiempo.

Afortunadamente para China, a veces el Partido Comunista estaba preparado para asumir riesgos. Esto fue evidente en tres aspectos principales.

  • El primero fue la reforma de la economía. En la década de 1990, los líderes ignoraron las quejas de los conservadores y siguieron adelante con el cierre o la venta de decenas de miles de empresas estatales.
  • El segundo gran riesgo lo tomó el sucesor de Deng, Jiang Zemin: aceptar el Internet.

  • La tercera apuesta fue abrir las puertas del país y permitir que la gente se fuera. El éxodo comenzó a paso vacilante pero constante.

¿Bonanza o exceso?

Para muchas personas en los países visitados, la creciente presencia de chinos es una bonanza. Pero también está alimentando el resentimiento, a veces teñido de racismo. Los residentes de las ciudades australianas se preocupan por el alza en los precios de las propiedades, que atribuyen a la demanda china. En algunas partes de África, la gente se queja de la competencia de los comerciantes chinos o las empresas de construcción. Los italianos hablan de una amenaza percibida para su industria textil por los inmigrantes chinos, muchos de ellos ilegales.

Los miedos políticos y de seguridad entran en escena, también. En febrero, el director del FBI de Estados Unidos, Christopher Wray, llamó a China “no solo una amenaza para todo el gobierno, sino una amenaza para toda la sociedad”. Al señalar las actividades de lo que llamó “coleccionistas” de inteligencia de China.

Los políticos occidentales podrían mostrar más entusiasmo sobre esta ola de visitantes chinos si pensaran que los viajeros, una vez que regresen a casa, transformarían su país con ideas liberales recogidas en el extranjero. Pero la evidencia de esto es escasa.

Es demasiado pronto para evaluar el impacto total de este movimiento de personas a gran escala en China. Se observará a decenas de millones de turistas chinos que acuden en masa a los países occidentales cada año, enviarán imágenes y relatos de sus impresiones a incontables millones de personas en sus países de origen; los cientos de miles de estudiantes que se dirigen anualmente a las universidades occidentales para probar por primera vez la libertad intelectual; las decenas de miles que se dirigen al extranjero para ganarse la vida en fábricas, tiendas y restaurantes (y sueñan con hacer una fortuna); y los cientos de miles de chinos ricos que viajan entre dos mundos ricos: los afluentes suburbios de las ciudades occidentales, donde compran propiedades caras, y las ciudades en auge de China, donde ocupan las salas de juntas.

Los viajeros que regresan del extranjero y las ideas que traen consigo han desempeñado un papel crucial en la tortuosa historia del país, especialmente desde el siglo XIX. El flujo reciente ha sido mayor que todo lo visto anteriormente. A la larga, Deng puede haber tenido razón en preocuparse por las moscas políticas. Lampadia




Evaluemos el turismo con los indicadores relevantes

En 2017, la industria del turismo continúa haciendo una verdadera diferencia en la vida de millones de personas impulsando el crecimiento, creando empleos, reduciendo la pobreza y fomentando el desarrollo. Con una proyección de 1,800 millones de turistas internacionales para 2030, el Foro Económico Mundial afirma que la industria tiene el potencial de “desempeñar un papel clave en la creación de oportunidades de empleo de alta calidad, actuar como un vehículo para proteger y restaurar la biodiversidad de nuestro planeta y ayudar a construir puentes entre las personas y las culturas”.

El reciente reporte titulado Índice de Competitividad de Viajes y Turismo del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) muestra que para cada 30 nuevos turistas en un destino se crea un nuevo trabajo y actualmente representa 1 de cada 10 empleos a nivel global. Además, la industria turística movió US$7,400 millones en el mundo y creó 292 millones de puestos de trabajo en 2016.

En el informe, los países son clasificados de acuerdo con los pilares del Índice de Competitividad en Viajes y Turismo (TTCI), con una calificación de 1 a 7, la cual refleja el desempeño de cada país para cada subíndice específico. La nota 7 es la máxima calificación posible. El Índice está compuesto por 14 variables (pilares) agrupadas en cuatro subíndices: entorno, condiciones de la política turística, infraestructura y dotación de recursos naturales y culturales. 

Este modelo analítico permite juzgar con objetividad y sin romanticismo, los determinantes del éxito en la industria del turismo.

En este ranking, España ha sido calificada como el país líder en competitividad de viajes y turismo por segundo año consecutivo, seguido por Francia y Alemania. “Los tres líderes del ranking han asegurado sus posiciones gracias a sus recursos naturales y culturales de clase mundial y sus sobresalientes infraestructuras y servicios de alojamiento”, especifica el informe.

A medida que la industria continúa creciendo, cada vez hay más turismo procedente de países emergentes. Mientras que, históricamente, la mayoría de los viajes eran de Norte a Norte, esta realidad está cambiando. Se espera que los viajes de África, América Latina y Asia-Pacífico crezcan exponencialmente en la próxima década.

De hecho, desde la crisis financiera mundial, los gastos de turismo de los países en desarrollo han crecido más rápido que el de los gastos de las economías avanzadas, tendencia que seguirá en los próximos años. Los mercados emergentes y en desarrollo no sólo se están convirtiendo en mercados más grandes, sino que también están mejorando su competitividad para posicionarse como destinos más atractivos para el desarrollo del turismo.

El informe revela que varias economías emergentes han mejorado significativamente su puntaje de rendimiento en comparación con los resultados del año anterior. De hecho, 12 de los 15 países que más han mejorado son países en desarrollo y emergentes. Entre ellos figura el Perú, en la posición 11.

Perú, además, figura en la lista de los diez países más competitivos en turismo en América Latina. Los diez principales destinos turísticos en la región son: México, Brasil, Panamá, Costa Rica, Chile, Argentina, Perú, Ecuador, Barbados, y Colombia. De acuerdo al ranking, nuestro país ocupa el puesto siete de 18 países de este grupo y se ubica en el puesto 51 a nivel mundial, resultado que refleja un avance de siete posiciones, respecto al estudio anterior del 2015, en el que se ubicó en el puesto 58 (luego de haber escalado 15 lugares con respecto al 2013). Pero no nos entusiasmemos con estas cifras, pues, para variar, están muy lejos de nuestro potencial.

Fuente: El viajar es un placer

Veamos: El informe precisa que el Perú recibe alrededor de 3.5 millones de turistas internacionales (un número que representa solo el 0.17% del turismo global), que generan divisas por US$ 3,319 millones con un gasto promedio por viajero de US$ 960. Entre el 2002 y el 2014 hemos triplicado las visitas internacionales llegando a 3.2 millones. En la misma línea, los ingresos por divisas del turismo también se triplicaron, pasando de US$ 1,270 millones en el 2002 a unos US$ 3,800 millones en el 2014.

Fuente: Queverenz.com

Según la mencionada investigación, la mayoría de naciones latinoamericanas confían en sus recursos naturales y la buena hospitalidad para atraer a los turistas. También cuentan con políticas de visas internacionales muy abiertas (algo en lo que el Perú se puso al día recientemente). Además, refiere que Latinoamérica es una de las macro-regiones más “amigables” para el turismo internacional y la segunda que más ha mejorado desde la última edición del informe, detrás de la región Asia-Pacífico.

Fuente: Super Blog

A pesar de los avances del Perú en los distintos pilares, le queda mucho por mejorar:

Los pilares más destacados

El Perú solo destaca en recursos naturales y culturales, ubicándose en la posición 4 y 24 del mundo, respectivamente.

Además, registra posiciones medias en apertura internacional (puesto 12), infraestructura de servicios turísticos (45), recursos humanos y mercado de trabajo (62) y priorización de viajes y turismo (69).

Los pilares más débiles

Por el contrario, en el ranking, nuestro país no tiene buenas calificaciones en temas como infraestructuras. Según el WEF, nos encontramos en el puesto 109 en Infraestructura terrestre y portuaria y 73 en Infraestructura aérea.

Además obtenemos bajos resultados en el pilar de precios competitivos (puesto 127), infraestructura portuaria y terrestre (109), seguridad (108), salud e higiene (91), ambiente de negocios (83) y sostenibilidad ambiental (73).

Estos indicadores establecen una notoria brecha entre nuestro potencial y nuestra performance actual. Es evidente que no es suficiente tener atractivos naturales y culturales para hacer del turismo una actividad exitosa.

Veamos la performance de España, el líder mundial de la industria del turismo

Como puede verse, si comparamos los indicadores del Perú y España, hay una tremenda diferencia en prácticamente, todos los pilares, especialmente en Infraestructuras, Seguridad y Salud e Higiene.

Hacía un sector más desarrollado

El desafío ahora es que el Perú aproveche el crecimiento del turismo y su importante fuente de empleo e ingreso de divisas, además de los beneficios  por el encadenamiento con el resto de la economía que brinda, como la creación de infraestructuras. Según el CEPLAN (2015), el Perú tiene el potencial de captar entre 10 a 15 millones de turistas al año.

Fuente: HuacachinaHostels.com

Para aprovechar esas potencialidades, tenemos que asegurarnos de no seguir con el mono-producto en que se ha convertido Machu Picchu, ni seguir evitando que nuestras riquezas se pongan en valor, inhibiendo el desarrollo de concesiones, APPs y otras formas de colaboración de la inversión privada. Nuestro potencial cubre todas las demandas del turismo global en áreas como naturaleza, aire libre y cultura. Nuestros atractivos incluyen lo arqueológico, cultural, gastronómico, de aventura, vivencial y ecoturismo, entre otros. Ver en Lampadia: El Turismo: Otro potencial desaprovechado.

Fuente: Limitless Duo

El desarrollo del Perú está por debajo de su potencial. El turismo es una de las actividades económicas más atractivas para el desarrollo de los pueblos. Genera mucho empleo directo,  indirecto e inducido. Es fundamentalmente una actividad limpia y ayuda a generar mejores condiciones de vida. Esto se puede apreciar en nuestro destino icónico, el Cusco, el departamento que durante los últimos 15 años es el que más ha crecido, incluso, en algunos momentos, por encima del crecimiento de la China. Hoy el 50% de la población del Cusco es de clase media. Este desarrollo tiene solo dos explicaciones, el turismo y el gas de Camisea.

Fuente: Peru Travel

Para salir de la pobreza necesitamos poner en valor nuestro potencial productivo. Para ello es indispensable que logremos una mejor gobernanza, mayor sentido de pertenencia y compromiso de la población y que recuperemos el crecimiento económico. Para ello se debe dejar de mirar al sector privado como una fuerza de ocupación extranjera. Algo promovido por el gobierno anterior y por todos sus socios de las izquierdas de las ‘ideas muertas’ que lo ayudaron a llegar al gobierno, pero que una vez expulsados del entorno gubernativo, siguieron sembrando mitos y mentiras.

Para contrastar todo esto se necesita un gobierno con visión de desarrollo y valentía para llevar a los ciudadanos, y a los medios, las ideas de la prosperidad, acariciada por tantos países,  que hasta en el turismo, nos superan por varios cuerpos. Lampadia




Cuidado con la parálisis de la economía

El acoso al que está sometida la economía peruana por parte de grupos anti-mineros y, últimamente, por grupos que pretenden parar el desarrollo turístico, está dándose con un grado de impunidad alarmante, con una sensación de desapego del gobierno y con un grado de ignorancia por parte de los medios, que nos hacen temer que tenemos por delante un largo período en el que no se podrá recuperar el ritmo necesario de inversión privada, que nos permita crecer y generar recursos fiscales para afrontar un mínimo programa de gobierno que movilice el desarrollo de las infraestructuras sociales y económicas, además, por supuesto, de las reformas institucionales que requieren de un gobierno con liderazgo, que mire hacia delante y no un conjunto de ‘bomberos sin mangueras’ que todavía no identifican el origen del incendio.

Fuente:  www.pulsoregional.pe

En Lampadia venimos difundiendo análisis concienzudos sobre la conflictividad y hemos creado una biblioteca virtual: Recursos Naturales y Desarrollo, que presenta un conjunto de materiales que permiten juzgar la situación que se ha venido creando durante los últimos años, situación que se ha agravado sustancialmente desde el inicio del gobierno de PPK.

El nuevo gobierno inició su gestión con una economía estancada, con una persistente caída de la inversión privada, muy bajo nivel de demanda interna y un creciente déficit fiscal. En el corto plazo, el ajuste fiscal del MEF enfría la economía, corta el impulso de inversión pública y da una señal de aguantarse al sector privado. En el mediano y largo plazos, los conflictos sociales desalientan la recuperación de la inversión privada y reducen la futura disponibilidad de recursos fiscales para la  gestión del gobierno que estaba llamado a orientarse a reactivar la economía.

 

Lamentablemente, en los medios hay mucho cinismo y caras que se ponen de costado para juzgar la conflictividad anti-inversión. Si a esto le sumamos un gobierno que no llega a establecer una avenida de comunicación con la población, en la que puedan alertar al país sobre estas afrentas, es posible que nos estemos encaminando a perder años cruciales para nuestro desarrollo.

Desde acá hacemos un llamado a la reflexión y a la acción. Hoy se inicia un nuevo CADE, que es un espacio adecuado para hacerlo. No perdamos más tiempo. 

Ver la segunda entrega sobre las herramientas anti-mineras:

Herramientas Anti-Mineras II

El impacto de los documentales Anti-Mineros

Camilo Ferreira y Franco Olcese
Centro Wiñaq
Para Lampadia

“Hija de la Laguna[1]”, “Tambogrande: Mangos, Muerte, Minera”, “Operación Diablo”, “A Tajo Abierto”, “Choropampa: El Precio del Oro”, “La Batalla del Cobre[2]”, “Luz de Agosto” Son nombres que no resuenan entre los filmes más vistos por las mayorías nacionales. Son títulos de largometrajes documentales con un claro sesgo ideológico hostil a la inversión minera. A estas filmaciones se le agregan decenas de cortos documentales con el mismo sesgo.

Este tipo de producción no es exclusiva del Perú, la conflictividad anti-extractiva ha resultado ser un rico rubro de producción en Argentina, México, Colombia, Costa Rica, Chile y Ecuador.

A causa de la poca difusión pública de estos documentales se podría considerar que más allá de generar satisfacción emocional entre activistas ideologizados no podría tener efectos sobre la dinámica política de la conflictividad social ligada al sector extractivo.

Sin embargo, como explicaremos en el presente artículo, algunos mecanismos de los documentales terminan siendo instrumentos con capacidad de incidir sobre las dinámicas políticas presentes en los conflictos sociales.

Características y Uso

Los documentales anti-mineros tienen un conjunto de particularidades que los diferencian de los documentales con preocupaciones ambientales. El documental anti-minero se dedica a impulsar una agenda ideológica concreta y no hace esfuerzos por brindar afirmaciones con fundamento empírico o técnico. Lo importante en el documental anti-minero no son los hechos sino la narrativa. Los hechos que presenta están filtrados y moldeados en función de alimentar la narrativa, en el más claro sentido de la propaganda.

Los documentales anti-mineros tienden a cumplir la siguiente narrativa:

En primer en lugar se da una descripción idílica del estilo de vida rural al que se le presenta  amenazado por la actividad extractiva. Se sustenta la imagen de una población que vive en un entorno hermoso y llevando una vida que, sin ser materialmente prospera, expresa los ideales del “buen vivir”. 

Posteriormente se muestra que esta “pobreza feliz” se ve amenazada por las grandes empresas extractivas que destruirán el “buen vivir” en estos territorios. Para fundamentar esta amenaza se menciona lo nocivas que son las sustancias involucradas en un proceso minero, sin hacer mención a cuál es el nivel de riesgo efectivamente enfrentado por la población en caso se dé un proyecto extractivo. También se muestran impactos ambientales de empresas mineras en otras localidades de mundo sin importar si este impacto se dio con la aplicación de tecnologías ya anticuadas o radicalmente distintas a las que se aplicarían en el proyecto a ser atacado.

La fundamentación de estas amenazas se da mediante testimonios de pobladores de la zona y de expertos presentados como neutrales pero que, por lo general, son activistas hostiles a la minería.

La lucha contra el proyecto es otro de los aspectos a ser relatados en estos documentales. Esta debe representar a una población que se enfrenta a una poderosa empresa que tiene de su lado al poder del Estado. Los intereses políticos o de extracción de rentas por parte de los movilizados durante el conflicto social, son cuidadosamente ocultados. El significado moral del conflicto es importante: este se caracteriza como un acto de resistencia ante el abuso y el maltrato, una lucha desigual del débil en contra el fuerte. Los líderes de los movilizados son presentados como motivados por sentimientos altruistas y por movidas preocupaciones por las poblaciones locales.

El mensaje que busca transmitir es el de un enfrentamiento épico entre los desposeídos y los todopoderosos en el que se desnuda en toda su plenitud como la policía, la prensa y los políticos se someten al poder de las grandes empresas extractivas. La hostilidad a las actividades extractivas es mostrada como una lucha guiada por valores éticos que merece ser apoyada.

Implicancias Estratégicas

A pesar de la baja exposición pública, estos documentales cumplen un conjunto de roles importantes en la dinámica de los conflictos sociales, especialmente para ciertos públicos estratégicos hacia los cuales se dirige.

Sobre los donantes: Existe competencia entre las diversas ONGs respecto al acceso a donaciones por parte de la cooperación internacional. En buena medida, este acceso se verá afectado por la fuerza con la cual “la causa” que se pretende defender sea vista como relevante en los círculos de donantes del “primer mundo”. Los documentales anti-mineros son vistos en estos círculos y sirven para poder posicionar un conflicto en su mente. Los ayuda a identificar oportunidades interesantes de donación y de captación de fondos. Esa decisión de los donantes lleva a una mayor canalización de recursos hacia las ONGs involucradas en estos conflictos.

Sobre los voceros y periodistas: Estos documentales sirven para “municionar” con mitos e ideas a periodistas y líderes de opinión, tanto en el Perú como en el exterior, propensos a la  hostilidad hacia la minería. Por sus simpatías y afinidades ideológicas, esas personas están dispuestos a asistir y a creer en estos documentales.

Los documentales brindan una narrativa coherente que es fácilmente absorbible por quienes los ven. Los argumentos que se emiten son posteriormente repetidos por estas personas, como voceros y periodistas, en sus apariciones mediáticas con lo que se despliegan los mensajes provistos en estos documentales en múltiples plataformas y llegan a un publico amplio. Ellos operan como reproductores de los mensajes ante otros públicos objetivo.

Sobre los activistas: Entre las personas con simpatía por la narrativa anti-minera, la exposición a esta clase de documentales tiene un significado emocional y de identificación que propicia una mayor dedicación de tiempo y esfuerzo al activismo anti-minero. Ellos se sienten útiles trabajando por una causa que les parece noble. El documental les ayuda a construir esa ilusión.

Existen múltiples espacios potenciales para dedicarse a la política entre las personas con profunda insatisfacción hacia el actual modelo de desarrollo. Entre estos individuos, los documentales brindan el inicio de un marco interpretativo post extractivista que puede inspirar su acción inmediata y su formación política futura. Son instrumentos importantes de captación de nueva militancia política anti-minera y anti-sistema.

 Efectividad de la Herramienta

El efecto de esta herramienta sobre estos públicos depende de múltiples factores. La difusión del documental es el más obvio de estos factores, conforme más personas vean el documental o los derivados mediáticos del mismo mayor será el impacto. Entre los derivados mediáticos se encuentran los tráileres del documental, las notas periodísticas, y las entrevistas en medios de comunicación a sus actores y realizadores.

La imagen de independencia política e ideológica es otra condición. Múltiples públicos rechazarían un producto considerado como radical o adscrito a una ideología. Por ello, los mensajes son canalizados mediante casos que puedan ser percibidos como reales, y con personajes locales, que de preferencia se evidencien en declaraciones como las del realizador de “Hija de la Laguna” en las que declara que el suyo: “No es un documental anti-minero sino en favor del agua”[3]. La caracterización de un documental de este tipo como anti-minero radical reduce la capacidad de incidencia de este producto sobre los públicos no radicales.

La resonancia con los públicos externos es otro factor, ello se ve afectado por la medida en la que instituciones internacionales tales como OXFAM, Amnistía Internacional y la CIDH le hayan brindado relevancia al tema. Esta resonancia afecta de manera especial el efecto del documental sobre las ONGs internacionales en especial sobre su acceso a recursos.

La credibilidad pública del documental también es importante. Si seconsidera que las informaciones vertidas en el mismo son sesgadas o inexactas el mismo pierde efectividad como herramienta de difusión de la narrativa anti-minera. En especial menos medios de comunicación se encontrarán dispuestos a dar relevancia al documental realizando, y emitirán menos notas periodistas elogiosas o entrevistas a sus realizadores. Por ello, esos documentales siempre buscan brindar elementos que aparenten base factual para la historia que cuentan.

Lampadia

[1] Un análisis de este documental está disponible en: http://www.lampadia.com/analisis/mineria/manipulacion-politica-de-la-cultura/

[2]   Un análisis de este documental está disponible en:  http://www.lampadia.com/analisis/mineria/tv-espaola-distorsiona-los-hechos-en-tia-maria/

[3] Declaraciones disponibles en: http://diariocorreo.pe/cultura/ernesto-cabellos-hija-de-la-laguna-no-es-un-documental-antiminero-sino-a-favor-del-agua-608382/




Buscando las rentas del turismo por medio del conflicto

Alarmados por la nueva ola de conflictos vinculados al turismo, especialmente en el Cusco, hemos conversado con diversos representantes de la civilidad cusqueña, empresarial y mediática, y hemos podido juntar unas cuantas palabras para compartir con el país, la forma y estrategias con las que se va montando un proceso violentista destinado a desestabilizar la Región y el país, en manos de un gobierno que solo acaba de tomar la posta de la administración pública.

Primer día de paro en el cruce entre Urubamba y Ollantaytambo, donde se les impidió el paso a los turistas Fuente: La República

Los conflictos en el Perú, han sido históricamente muy rentables. Ver en Lampadia: El quid de los conflictos anti minería.

Quienes promueven la conflictividad (tradicionalmente contra la inversión) buscan una rentabilidad no productiva. Se posicionan como líderes locales, ganan elecciones, acceden a ejercer la autoridad, participan en las decisiones de gobierno, y también se nutren, muchas veces, de la corrupción.

El caso del turismo, una actividad muy sensible, ya tiene su primera “plataforma de lucha” a escasos días de la inauguración del nuevo gobierno.

Desde los tres temas que llevaron a un bloqueo de carreteras en Urubamba y Ollantaytambo, son, por decir lo menos,  solo pretextos:

  • La rebaja de las tarifas eléctricas (que para el día de la convocatoria ya estaban rebajadas por mandato de la ley) y que fueron debidamente sustentadas por Osinergmin.
  • Una pretendida “usurpación de terrenos por parte de un importante Hotel (que fue desvirtuada por las expresiones de su CEO, que probó que habían comprado terrenos saneados.

El tercer tema tiene otro trasfondo, no menos perverso.

  • Los huelguistas reclaman contra la empresa de buses que opera en Machu Picchu,  (CONSETUR) que se inició como propietaria de los trabajadores de la ex ENTUR PERU, y lamentablemente, devino en  un monopolio  que no sólo tiene muy poca popularidad,  sino que  opera  con muchas deficiencias.  No programa toda su capacidad en momentos de alta demanda creando largas colas, y todo esto en una ruta pública ¡de las más caras del mundo!!!  S/. 80 soles por un recorrido de 8 kilómetros.  (Un billete de bus de casi 1,000 kilómetros de Cusco a Lima, cuesta en condiciones de libre mercado, desde S/.60). CONSETUR factura 50 millones de soles y tiene 24 buses autorizados (cada uno genera en promedio algo más de dos millones de soles por año).

Esta distorsión del mercado permite plantear la protesta con la disculpa del abuso de la empresa, de la cual pretenden obtener beneficios en una suerte de extorsión y, además, crear un clima político favorable a sus designios desestabilizadores del orden público y del desenvolvimiento de un sector vital para el conjunto de la economía.

Con ésta “plataforma de lucha”  se inaugura la gestión de un grupo de profesores de la provincia (naturalmente militantes del SUTEP), que promovieron un paro con bloqueo de vías, y conatos de violencia, los días 3 y 4 de agosto pasado. El objetivo era, a todas luces, impedir la visita a Machu Picchu en un momento de alta demanda. Se calcula que los días mencionados hubo una demanda  superior a los 6,000 visitantes diarios. Es decir, además de la minería, el turismo parece también estar en la agenda de los violentistas.

Policías custodiando el puente de Urubamba Fuente: La República

Para variar, las “fuerzas” que convergen en éste atentado, serían por un lado, autoridades que  no pueden mostrar neutralidad en este conflicto, algunos alcaldes electos con los colores de “Tierra y Libertad” y por otro, tendríamos, a dos personajes llamativos, sin vinculación aparente con la problemática del  conflicto, pero que intervienen activamente azuzando a la población:

  • Un líder musulmán (militante confeso de HEZBOLLAH), llamado  Edwar Quiroga
  • Un pintoresco y díscolo personaje, buscador de conflictos, abogado “ad honorem” de cuanto conflicto se gesta en la Región, Ricardo Noriega  Salaverry.

Estas presencias deberían deslegitimar cualquier reclamo, pero de alguna manera tienen éxito… Entre otras razones, por el apoyo mediático que logran.

Esta vez, el movimiento, no logró impedir el acceso a Machu Picchu, pues se usó una carretera alterna y se logró una operación precaria, evitando que unos 10,000 turistas se queden sin Machu Picchu, gracias a la efectiva acción de la policía y la coordinación con el sector empresarial.

La violencia que se está gestando es definitivamente un plan de largo aliento… Misteriosamente,  están convergiendo a estas acciones, otros colectivos y otros reclamos.

El Gasoducto sur peruano, tiene movilizados a los dirigentes de La Convención. Se reclama por la calidad de los trenes locales y tienen al llamado ‘Frente de Defensa de Machu Picchu’, en pie de lucha.

Todos los días se anuncian nuevos paros, algunos de ellos “indefinidos”. Y muchos de los potenciales conflictos se enfocan en contra empresas privadas, sin embargo, cuando se marcha, se lo hace contra el Estado. ¿Quién entiende?

Ante cualquier evento y con cualquier pretexto, se gesta un FRENTE UNICO DE LUCHA, del cual, la Federación Agraria, es parte.

¿Qué nos espera durante los próximos meses?

Creemos que la puntería está dirigida a ‘debilitar el nuevo gobierno democrático’. No es casualidad que a sólo 3 días de la instalación de un nuevo gobierno que goza de aprobación ciudadana, algunos grupos de dirigentes políticos, cual enemigos del país, que detentan,  impunemente, una de las facultades más importantes de cualquier gobierno, ‘el monopolio de la violencia’. Y sigan dañando a los ciudadanos, las empresas, el Estado y a nuestros visitantes. Todos debemos rechazar estas acciones. ¡El Perú debe defenderse!!!! Lampadia




El Turismo: Otro potencial desaprovechado

El Turismo: Otro potencial desaprovechado

El turismo viene batiendo récords en el mundo. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el año pasado 1,184 millones de personas viajaron por placer a otro país. Sin embargo, el Perú sólo atrae a 3.2 millones de visitantes, incluyendo el turismo de fronteras, viajes de negocios y otros. El número de visitantes por placer está más cerca de 2 millones, o sea el 0.17% del turismo global. Otro sector de la economía que está muy por debajo de nuestro potencial, al igual que el minero, energético, forestal y agro exportador

Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)

Con todo, en los últimos años hemos venido aumentando la captación de turistas. Entre el 2002 y el 2014 hemos triplicado las visitas internacionales llegando a 3.2 millones. En la misma línea, los ingresos por divisas del turismo también se triplicaron, pasando de US$ 1,270 millones en el 2002 a unos US$ 3,800 millones en el 2014. 

Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)

En el mundo, a pesar de los conflictos políticos, desastres naturales, ataques terroristas y crisis económica, el turismo ha crecido espectacularmente desde 1970. Solía ​​ser que sólo los países en desarrollo buscaban activamente las exportaciones (o divisas) del turismo como una estrategia para el desarrollo. Por ejemplo, Japón y Estados Unidos han mostrado históricamente poco interés en atraer turistas. Esto ya no es el caso. Recientemente, ambos han implementado cambios en sus políticas y regulaciones de visado para promover las visitas desde el exterior, crear empleos y estimular sus economías.

En las últimas décadas, el número de turistas ha crecido mucho, más aún en los países en desarrollo. La OMT prevé que el turismo internacional crecerá un 3.3 por ciento por año hasta el 2030 y que el número de llegadas totales llegará a 1,800 millones. Se espera que el crecimiento en los países emergentes sea el doble de rápido que en los más avanzados. 

El desafío ahora es que el Perú aproveche el crecimiento del turismo y su importante fuente de empleo e ingreso de divisas, además de los beneficios  por el encadenamiento con el resto de la economía que brinda, como la creación de infraestructuras. Según el CEPLAN (2015), el Perú tiene el potencial de captar entre 10 a 15 millones de turistas al año.

Para aprovechar esas potencialidades, tenemos que asegurarnos de no seguir con el monoproducto turístico en que se ha convertido Machu Picchu. Nuestro potencial cubre todas las demandas del turismo global en áreas como naturaleza, aire libre y cultura. Nuestros atractivos incluyen lo arqueológico, cultural, gastronómico, de aventura, vivencial y ecoturismo, entre otros.

Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)

Solo en lo arqueológico, el Perú tiene una amplia gama de destinos que muestran el impresionante patrimonio heredado de civilizaciones más antiguas que nos dan testimonios de su cultura, arte, costumbres y ritos, así como expresiones del desarrollo de civilizaciones de hace 5,000 años, como Caral y de sofisticadas culturas precolombinas como Chavín, Chimú, Mochica, Paracas, etc., hasta el desarrollo más integral y reciente del Imperio de los Incas y la simbiosis cultural europeo-americana del virreinato.

Geográficamente, existen tres grandes espacios que acogieron a las culturas prehispánicas: el norte fértil, el sur árido y una región intermedia dominada por la costa central del Perú.

En el norte se encuentran los restos Chavín; que tuvieron grandes avances en arquitectura e ingeniería; la civilización Moche, reconocida por su cerámica realista y sus templos piramidales; y la Chimú, cuyo legado más conocido es la ciudadela de Chan Chan. Luego en el centro del país tenemos las líneas de Nazca y a nuestra hermosa capital virreinal, una de las pocas capitales del mundo de cara al mar. Finalmente, en el sur, está Cusco, con el inolvidable Machu Picchu y los impresionantes Sacsayhuaman, Písac y el Koricancha, así como el fabuloso despliegue de Choquequirao. Además, por supuesto, de la fabulosa ciudad del Cusco.

Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)

Más allá de nuestro legado histórico, tenemos también un potencial único en ecoturismo. La asombrosa biodiversidad del Perú es razón suficiente para atraer a los amantes de la naturaleza a explorar el interior del país. Los visitantes pueden pasar semanas recorriendo el fascinante desierto costero, la sierra o la selva tropical, todas ellas con una asombrosa diversidad de especies animales y vegetales.

Explorando la reserva Pacaya Samiria

Y no debemos olvidar la gastronomía. Actualmente el turismo gastronómico está en auge y el Perú, como una de las capitales gastronómicas del mundo, tiene mucho que ofrecer. Más de 40,000 restaurantes en todo el país reflejan la diversidad de una nación que ha mezclado sus tradiciones nativas con la culinaria europea, árabe, china, africana y japonesa. El resultado: sabores únicos que convierten a la cocina peruana una de las mejores y más variadas del mundo.

Platos peruanos

También se viene desarrollando el turismo de aventura, ya que nuestra topografía natural la hace muy atractiva. Los picos de las montañas heladas de los Andes atraen excursionistas y escaladores, la costa salvaje del desierto está llena de excelentes olas para los surfistas y, para los más exploradores, tenemos el Amazonas: un vasto bosque tropical y selva llena de monos, guacamayos, peces y muchos otros animales exóticos. También se puede hacer sandboard en un oasis en medio del desierto (Huacachina) y observar cóndores y hasta descender a uno de los cañones más profundos del mundo, en el Cañón del Colca de Arequipa.

Sandboarding en Huacachina

Como en tantas otras actividades productivas y desarollos sociales, de infraestructuras e instituciones, “El Perú es un ‘underperformer'” (un país que todo lo hace por debajo de su potencial). El turismo es una de las actividades económicas más atractivas para el desarrollo de los pueblos. Genera mucho empleo directo e indirecto, es fundamentalmente una actividad limpia y ayuda a generar mejores condiciones de vida. Esto se puede apreciar en nuestro destino icónico, el Cusco, el departamento que durante los últimos 15 años es el que más ha crecido, incluso por encima del crecimiento de la China. Hoy el 50% de la población del Cusco es de clase media. Este desarrollo tiene solo dos explicaciones, el turismo y el gas de Camisea.

Para salir de la pobreza necesitamos poner en valor nuestro potencial productivo. Para ello es indispensable que logremos una mejor gobernanza, mayor sentido de pertenencia y comopromiso de la población y que recuperemos el crecimiento económico (Ver: Tres Caminos al Bienestar General). Lampadia