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La ayuda de España hacia la región

La ayuda de España hacia la región

Recientemente el gobierno de España viene compartiendo sus experiencias en el manejo de la pandemia con los líderes políticos de nuestra región, a la vez que ata cabos para unificar la ayuda internacional hacia esta parte del mundo, un imperativo muy necesario para nuestro país, donde los bonos y las colocaciones de préstamos del Reactiva aún no dan abasto a todo el universo de hogares y empresas más afectadas por la crisis.

Como publicó recientemente The Economist en un artículo que compartimos líneas abajo, la importancia de esta iniciativa no solo es grande por la alta fragilidad de los sistemas sanitarios e informalidad de las economías latinoamericanas sino porque estas se encuentran altamente fragmentadas a nivel político, sin un rumbo claro que permita generar consensos en torno a la lucha contra el covid.

Lamentablemente, como señala el popular medio británico estos esfuerzos también se ven limitados por factores ideológicos de la misma alianza socialista liderada por Pedro Sánchez, la cual se ha hecho muchas veces de la vista gorda con los abusos cometidos por el régimen dictatorial de Maduro en Venezuela. Por su parte, la presencia de un populista como AMLO en México, que exacerba los prejuicios entre ambos bloques alegando a un conflicto de hace medio milenio, tampoco ayudan a un buen relacionamiento.

Más allá de estos impasses igual consideramos que toda ayuda hacia la región por parte de países que llevan más tiempo lidiando con esta crisis son siempre positivas y bienvenidas. Esperamos pues que las disputas políticas no limiten a las autoridades españolas a demostrar todo el expertise que han aprendido en estos duros meses de pandemia, cuyo alcance no tiene límites en el mundo. Lampadia

La complicada relación de España con América Latina

El antiguo poder colonial quiere jugar un papel útil, pero socava su propia influencia

The Economist
11 de julio, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Han ganado pocos titulares y apenas se han notado incluso en España. Pero en las últimas semanas, el gobierno español ha organizado seis reuniones ministeriales virtuales con sus homólogos en América Latina para compartir experiencias sobre cómo enfrentar la pandemia que ha afectado tanto a sus países. Estas reuniones culminaron en una reunión de video el 24 de junio en la que se unieron nueve presidentes a Pedro Sánchez, el primer ministro de España. Acordaron trabajar juntos para tratar de asegurar que las instituciones financieras internacionales tengan más dinero para prestar a América Latina mientras lucha por apoyar sus economías.

Este es un capítulo nuevo y útil en una relación que a menudo ha prometido más de lo que ha entregado. En muchos sentidos, España y América Latina están cerca. Comparten lazos de idioma, cultura e historia (aunque esto no se aplica en la misma medida al Brasil de habla portuguesa). Pero el diálogo político entre ellos ha tenido altibajos en los últimos 40 años. La transición de España a la democracia a fines de la década de 1970 influyó en América Latina, ya que también sacudió la dictadura. Felipe González, primer ministro socialista de España de 1982 a 1996, forjó lazos estrechos con los líderes de la región. Junto con México, en 1991, España lanzó la primera de las cumbres regulares “iberoamericanas”, que también incluyen a Portugal. Las empresas españolas se amontonaron en América Latina, a menudo comprando empresas privatizadas. En 2005, España estableció una secretaría iberoamericana (conocida como SEGIB) para implementar iniciativas acordadas en las cumbres.

Es un equipo discreto que hace cosas útiles, como organizar la portabilidad de los títulos profesionales y la seguridad social, y actúa como vehículo para proyectos de ayuda a pequeña escala por un valor de € 23 millones (US$ 26 millones) al año, a los que los países contribuyen como ellos desean. De una manera modesta, funciona.

Para América Latina, donde EEUU y China cobran gran importancia, los lazos con España son una forma de diversificar las amistades. El corazón de la oferta política de España a América Latina es presentarse como el defensor de la región en Bruselas, lo que aumenta su propio peso allí. De hecho, los grandes países como Brasil y Argentina a menudo no necesitan un intermediario. Pero España fue importante para aliviar los requisitos de visa para el área Schengen para los latinoamericanos y para cerrar un acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, el bloque con base en Brasil y Argentina. En mayo, la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, organizó con Josep Borrell, su predecesor que ahora es el jefe de política exterior de la UE, una exitosa conferencia de donantes para apoyar las necesidades de los migrantes venezolanos.

Pero el pasado arroja una sombra. Cuando el año pasado el presidente populista de México, Andrés Manuel López Obrador, exigió que España se disculpara por su invasión de 1519, los españoles se enojaron mientras que muchos latinoamericanos vitorearon en privado. Diplomáticos latinoamericanos dicen que España tiende a dar por sentada la región. SEGIB a veces ha parecido un vehículo a través del cual externalizar la política hacia la región, o no tener una. Una vez un gran donante para América Latina, España recortó la ayuda al desarrollo después de su depresión económica de 2009-12. Algunas de sus compañías ahora se están retirando de América Latina.

El mayor fracaso diplomático de España ha sido la caída de Venezuela en la dictadura bajo Nicolás Maduro. Se dejó a Noruega tratar de negociar un acuerdo el año pasado entre el gobierno y la oposición. España se ve obstaculizada por los disparates de José Luis Rodríguez Zapatero, un ex primer ministro socialista, que afirma ser un mediador en Venezuela. La oposición del país lo considera un títere para Maduro. Gracias a Zapatero, España “ha perdido mucho prestigio”, dice un ex canciller latinoamericano. Podemos, el miembro de extrema izquierda de la coalición de Sánchez, también es amigable con el régimen de Maduro. Por lo tanto, la política interna socava la diplomacia española en uno de los temas más importantes en una región que, según afirma, es una prioridad.

Rebeca Grynspan, la jefa de SEGIB, señala que las cumbres iberoamericanas son el único lugar donde todos los gobiernos de América Latina se sientan juntos. Eso refleja una región que está más dividida que durante décadas, en la que los presidentes de Argentina y Brasil no se hablan entre sí y sobre lo que a López Obrador no le importa. Es un incumplimiento del deber que los líderes de América Latina no hayan logrado llegar a una posición conjunta sobre muchos de los problemas apremiantes de la región, comenzando por cómo obtener apoyo internacional para reconstruir sus economías. Para el crédito de España, al menos en eso, ha entrado en esta ruptura. Lampadia




Las críticas a la responsabilidad limitada

Las críticas a la responsabilidad limitada

La estructura societaria denominada “responsabilidad limitada” se ha constituido desde los tiempos de la Revolución Industrial, como uno de las instituciones impulsoras del crecimiento al alinear los incentivos de los inversionistas de tal forma que se limitan los riesgos, potenciando así la acumulación de capital en las empresas.

Sin embargo, y como hemos comentado anteriormente (ver Lampadia: Formas societarias, propensión a invertir y control de riesgos), existen ciertas críticas académicas hacia esta institución argumentando que su existencia incentiva la comisión de actos que pueden ser en desmedro del consumidor, puesto que los activos personales de los propietarios no estarían en riesgo de liquidarse ante la posible quiebra de una empresa.

En un contexto de creciente calentamiento global y de diversas controversias que involucran muertes en torno grandes empresas (como el reciente caso de Boeing), estas críticas ahora se han potenciado en los últimos años con  líderes políticos que inclusive han solicitado el retorno a la figura de “responsabilidad ilimitada” (ver Lampadia: El plan disruptivo de Warren). Un reciente artículo publicado por Project Syndicate, que compartimos líneas abajo, refleja uno de estos embates.

Al respecto de esta postura, estamos completamente en desacuerdo. En primer lugar, porque estas críticas de la responsabilidad limitada se circunscriben a las empresas grandes, desconociendo  los grandes beneficios que otorgan a las pequeñas y medianas empresas y a sus propietarios. De no existir esta protección, el alto nivel de riesgo al cual están expuestos estos empresarios y sus restricciones de financiamiento producto de su poco patrimonio, desincentivarían cualquiera de sus inversiones limitando su crecimiento y así el de toda la economía.  En países en vías de desarrollo como el Perú en donde el 95% de empresas son MYPEs, la forma de responsabilidad limitada es fundamental para seguir incentivando la inversión y el empleo en ellas.

En segundo lugar, en relación a las críticas de la “responsabilidad limitada” a las grandes empresas, estas tampoco toman en cuenta que el mismo mercado en los últimos años está valorando, y por ende penalizando, aquellas organizaciones cuyos CEO no se encuentran impulsando lo que se denomina como “capitalismo de stakeholders” (ver Lampadia: ¿Qué tipo de capitalismo queremos?). Esto ya se visualiza con especial foco en EEUU con los políticos y la sociedad civil quienes les exigen a las empresas un nuevo rol en la sociedad, de tal manera que genere bienestar social y ambiental en torno a consumidores, proveedores, y todo agente que se vea beneficiado directa e indirectamente de su actividad productiva.

En ese sentido, creemos que en vez de lapidar permanentemente la responsabilidad limitada, se debiera difundir más la implementación de esta nueva corriente de tal forma que el mismo mercado pueda forzar la aparición de buenas prácticas en las grandes empresas. Así, el empresario propendería iniciativas sociales y ambientales de forma orgánica sin desvirtuar sus derechos de propiedad. Lampadia

La responsabilidad limitada está causando un daño ilimitado

Katharina Pistor
Project Syndicate
5 de febrero, 2020 
Glosado por
Lampadia

NUEVA YORK – En un tuit reciente, Olivier Blanchard, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional, se preguntaba cómo podemos “tener tanta incertidumbre política y geopolítica y tan poca incertidumbre económica”. Se supone que los mercados miden y atribuyen riesgos; sin embargo, a las acciones de las empresas que contaminan, venden analgésicos adictivos y construyen aviones inseguros les está yendo bien. Lo mismo es válido para las corporaciones que enriquecen abiertamente a los accionistas, directores y funcionarios a costa de sus empleados, a muchos de los cuales les cuesta ganarse la vida y proteger sus planes de pensión. ¿Los mercados están equivocados o las señales de alarma sobre el cambio climático, las tensiones sociales y el descontento político, en realidad, son pistas falsas?

Un análisis más de cerca revela que el problema reside en los mercados. En las condiciones actuales, los mercados simplemente no pueden valorar el riesgo de manera adecuada, porque los participantes del mercado están protegidos de los daños que las corporaciones les infligen a los demás. Esta patología lleva el nombre de “responsabilidad limitada”, pero cuando se trata del riesgo asumido por los accionistas, sería más preciso llamarla “sin responsabilidad”.

Según la normativa legal vigente, los accionistas están protegidos de toda responsabilidad cuando las corporaciones de las que tienen acciones causan daño a los consumidores, a los trabajadores y al medio ambiente. Los accionistas pueden perder dinero en sus participaciones, pero también obtener ganancias cuando e inclusive porque las empresas han causado un daño incalculable contaminando océanos y acuíferos, ocultando los perjuicios que causan los productos que venden o abarrotando la atmósfera de emisiones de gases de tipo invernadero. La propia entidad corporativa podría incurrir en responsabilidad, quizás hasta entrar en quiebra, pero los accionistas pueden salir del naufragio con ganancias en la mano.

Los accionistas han salido indemnes en un caso tras otro –desde la fuga de gas de 1984 en una planta de Union Carbide en Bhopal, India, que mató a miles de personas, hasta las grandes compañías tabacaleras, los fabricantes de asbestos y British Petroleum luego del desastre de Deepwater Horizon-. Desde entonces, los accionistas de Boeing, la empresa responsable de dos accidentes aéreos en los que murieron 346 personas, obtuvieron 43,000 millones de dólares a través de recompras de acciones entre 2013 y 2019 –precisamente el período durante el cual la empresa ignoró patrones de seguridad con la intención de recortar costos-. Mientras tanto, las familias de quienes murieron deben arreglárselas con un fondo de desastres de 50 millones de dólares, que representa apenas 144.500 dólares por víctima.

En otras partes, una demanda legal contra miembros de la familia Sackler, propietaria de Purdue Pharma, una de las compañías en el centro de la epidemia de opioides, está intentando una vez más que los beneficiarios de una mala conducta corporativa asuman sus responsabilidades. Por miedo a la responsabilidad, algunos miembros de la familia, según informes, han vendido sus propiedades en Nueva York y han trasladado su dinero a Suiza. Pero, probablemente, no tengan de qué preocuparse. Como demuestra John H. Matheson de la Facultad de Leyes de la Universidad de Minnesota, las cortes rara vez les permiten a las víctimas de una conducta corporativa nociva “levantar el velo corporativo” que protege a los accionistas de toda responsabilidad.

La justificación manifestada para una responsabilidad limitada es que ésta alienta la inversión –y la toma de riesgo- en corporaciones, lo que conduce a innovaciones económicamente beneficiales. Pero deberíamos reconocer que salvar a los dueños de los perjuicios que causan sus empresas equivale a un enorme subsidio legal. Como sucede con todos los subsidios, los costos y beneficios deberían volver a evaluarse cada tanto. Y, en el caso de la responsabilidad limitada, el hecho de que los mercados no puedan valorar el riesgo de actividades que, se sabe, causan un daño sustancial debería hacernos reflexionar.

Peor aún, este subsidio particular tiene poco sentido económico. Los derechos de propiedad, todo economista sabe, están pensados para aumentar la eficiencia garantizando que los propietarios internalicen los costos asociados con los activos que poseen. Pero la responsabilidad limitada aísla a los inversores de las externalidades creadas por las empresas de las que son dueños: las cabezas ganan –y las colas también.

Mientras que los accionistas puedan beneficiarse con estas externalidades, las defenderán. Y combatirán todo intento de forzar una internalización de los costos, incluido el impuesto al carbono que la Unión Europea está promoviendo actualmente. La regulación vertical, sostienen, es ineficiente, porque los gobiernos no tienen manera de identificar la tasa óptima del impuesto. Pero si ése es el caso, ¿por qué no permitir que los mercados evalúen el riesgo correctamente, eliminando la distorsión que hoy les impide hacerlo?

Las reglas de responsabilidad no se pueden cambiar de la noche a la mañana. Pero los cambios deberían introducirse gradualmente después de un período de transición que ponga a todos en aviso. No hace falta ningún tratado multilateral nuevo ni esfuerzos de armonización complicados. Si sólo un puñado de países adoptaran “estatutos que levanten el velo” y garantizaran que los demandantes pudieran presentarse en sus cortes, los mercados responderían en consecuencia.

Sin duda, los accionistas intentarían eludir responsabilidades trasladando activos a jurisdicciones seguras, y haciendo lobby con sus propios gobiernos para que los protejan con la amenaza de sanciones comerciales contra los países que sí adopten estatutos que levanten el velo. Pero cuanto mayor sea la cantidad de países que adopten estos estatutos, menos exitosas serán estas tácticas de brazo fuerte.

Al final, un subsidio que distorsiona los mercados y les da a los inversores una licencia para causar daño no sólo es ineficiente. Es una amenaza tanto para el sistema de mercado como para el ambiente natural del que todos dependemos para nuestra supervivencia. Lampadia

Katharina Pistor, profesora de Derecho Comparado en la Facultad de Derecho de Columbia, es autora de “The Code of Capital: How the Law Creates Wealth and Inequality”.




Un modelo de relaciones viable para la industria minera

Un modelo de relaciones viable para la industria minera

Lino Abram Caballerino
Para Lampadia

La explicación de la importancia de la industria minera en el Perú es un tema que podríamos llamar, en términos figurados, un “lugar común” por lo que no parece necesario agregar más argumentos que los que han sido expuestos por incontables medios incluyendo conferencias, discursos, artículos académicos, periodísticos, etc. Sólo diré, sin necesidad de hacer un esfuerzo argumental, que la Minería es una actividad de la mayor importancia para impulsar el crecimiento y el desarrollo socio-económico del Perú.

La aceptación de tal afirmación conduce el pensamiento a la pregunta de porqué los proyectos mineros u operaciones en marcha provocan tanta oposición y tanta insatisfacción, ¿es que tenemos motivaciones tanáticas? ó sus beneficios no son tan evidentes para algunos sectores de la población o peor aún dañan los intereses de esos sectores?  Descartemos, aunque sea por razones analíticas, el concepto de las motivaciones tanáticas y nos quedamos con que los beneficios por tener una operación cerca de casa, no son evidentes o no son tangibles para la mayoría de los vecinos, por lo que ven razonable adherirse a los líderes que se oponen de modo sistemático o eventual a proyectos u operaciones mineras.

Es un hecho reconocido que la generación de riqueza de la industria minera tiene su base en recursos naturales que son propiedad de la Nación, es decir de todos los peruanos, pero también es un hecho que quienes nacen, poseen, crecen, fundan familias, trabajan y tienen ancestrales raíces en las tierras donde subyacen los recursos minerales se sienten más propietarios de esos recursos que el resto de los peruanos… y no les falta razón.  Si agregamos al sentimiento de propiedad, que, los vecinos al sitio minero son protagonistas pasivos de inevitables cambios ambientales, sociales, paisajísticos, resulta obvio que merecen recibir compensaciones que hagan justificables los cambios que, en alguna medida, afectan su modo de vida y que la extracción de los recursos, valiosos y agotables, les abran las puertas para su desarrollo individual y colectivo a largo plazo.  Ver en Lampadia: Una gran idea que no entienden – El gobierno destruye la potencia del ‘adelanto social’.

Las compañías mineras que asumen la inversión y la explotación minera, legítimamente, remarcan que asumen ingentes cantidades de dinero por el pago de impuestos y contribuciones, además del costo de programas voluntarios de relaciones comunitarias, y que son materializados por la vía de pago de impuestos y/o contribuciones al Gobierno Central, Gobiernos Regionales, Gobiernos Municipales o incluso a la Comunidad vecina. La cuestión crítica es que el dinero generado por la industria minera y recibido por las autoridades de las entidades mencionadas no se traduce en beneficios visibles y significativos, ni individuales ni colectivos para los vecinos y, para cuando ocurra el agotamiento de dichos recursos sus condiciones de vida no habrán tenido el cambio que implica el “Desarrollo Económico-Social”.  No es necesario citar casos o ejemplos; sabemos que ésta es la realidad para la mayoría de las comunidades del entorno a la mina. La creación de puestos de trabajo, accesibles para los vecinos, beneficia directamente a una porción menor de ellos y el incremento de la actividad económica local no logra ser asociado racionalmente con la operación minera.  Los conceptos amplios de contribución de la operación minera al crecimiento del consumo, del PBI, generación de divisas u otros, no causan impacto en la mayoría de las poblaciones locales, ni siquiera en las nacionales.

Las negociaciones y acuerdos circunstanciales con los vecinos de las operaciones mineras tienden a atenuar temporalmente la insatisfacción existente.  Por supuesto, existen casos en los que no se han logrado, ni siquiera, estos acuerdos circunstanciales.  Los proyectos han debido ser suspendidos indefinidamente. Es palpable que se requiere cambiar sustancialmente el modelo de relaciones de la industria minera con el Estado y las Comunidades vecinas.  Es necesario contar con un modelo por el que cada vecino vea y perciba que recibe beneficios individuales, que son tangibles y significativos, para que el hallazgo de un recurso minero sea visto como una bendición. 

Empecemos por reconocer la realidad: Las entidades que administran los impuestos y/o contribuciones son ineficaces e ineficientes, que no tienen una visión de futuro a largo plazo para los pobladores de las comunidades aledañas.  Un aspecto clave para tener un modelo exitoso es eliminar su intermediación para trasladar la responsabilidad financiera y gerencial a un ente Ad Hoc, dirigido por la propia compañía minera y supervisado por las entidades estatales y locales.

El otro aspecto clave es la creación de un polo de desarrollo que se incluya en el proyecto minero, siendo éste el principal proveedor de recursos para el financiamiento de un programa de inversiones en beneficio de las comunidades vecinas. El programa de inversiones debería contener los elementos necesarios para que sus efectos se materialicen en plazo inmediatos, y que perduren más allá de la vida útil de la operación minera.

Conociendo las carencias de nuestro país, parece obvio que a los servicios de salud y educación les correspondería un lugar prioritario, ya que representarían un beneficio tangible en forma inmediata, pero también beneficios relevantes con permanencia a largo plazo.

Otro aspecto de crucial importancia sería la introducción de tecnologías modernas para las actividades agropecuarias y la identificación de las ventajas competitivas de la zona para promover negocios exitosos que generen actividad económica, más allá de la vida de la mina. Los costos asumidos por la operación minera serían compensados con las obligaciones tributarias que le corresponden, bajo un modelo similar al de “obras por impuestos”.

La existencia de un plan de desarrollo motivado por la presencia de una operación minera permitiría, a los pobladores vecinos, adquirir un sentido de pertenencia: La mina es de todos y los beneficios son para todos. La aprobación del plan de desarrollo y del proyecto minero se convierten así en un paquete apreciable y su rechazo resultaría claramente un acto irracional.

Durante el proceso de diseño de un plan de desarrollo y su posterior supervisión sería indispensable crear y respetar espacios para la participación de los líderes políticos locales y regionales, pues sería de la mayor importancia que ellos perciban que el producto de estos procesos es un activo político que les corresponde.  También deberían tener un rol en la supervisión de la ejecución del plan de desarrollo.

La puesta en práctica del modelo de relaciones que se describe en este artículo es una tarea compleja y requerirá, en cada caso, tiempo para obtener resultados consensuados, pero constituiría un reemplazo para la situación actual que, para ser exitosa, ha debido adaptarse a requerimientos arbitrarios o que muestra una elevada tasa de fracasos. Pensemos en los proyectos mineros que se encuentran paralizados y coincidiremos en que bien vale la pena desplegar el esfuerzo. Imaginemos, también, cómo se vería Cajamarca si los altos montos de impuestos pagados por Yanacocha se hubieran aplicado, durante los últimos 20 años a un plan de desarrollo.

Esta propuesta o cualquier otra orientada a eliminar la intermediación financiera del aparato burocrático significará una contribución para superar el rechazo que enfrentan los proyectos de explotación de recurso naturales por las comunidades vecinas…y el Estado estará presente del modo que les interesa a los ciudadanos. Lampadia




Fantasmagoría política

Gonzalo Prialé
Para Lampadia

Hoy, tanto en países ricos como en desarrollo, existe una marcada ansiedad respecto al futuro. Para cubrir este vacío, allí estaban antes los líderes constructores de narrativas colectivas inspiradoras que nos ofrecían una tierra prometida y nos convencían de que era posible alcanzarla con fe y persistencia en el empeño ¿Qué pasó, porqué dejó esto de funcionar?

Resulta paradójico que, según el catecismo de la post modernidad, el conocimiento sea la narrativa y los hechos sean siempre interpretables, y que al mismo tiempo los partidos políticos hayan perdido esa capacidad de narrar, interpretar la realidad, e inspirar a sus seguidores. Algo no funciona para los partidos en el mundo postmoderno.

Crítica de la narrativa política

En muchos países los políticos tradicionales se han quedado sin sueños que vender. Es que la tecnología avanza vertiginosamente, da saltos quánticos, y cualquier promesa de futuro que los políticos hagan se vuelve obsoleta rápidamente, queda desbordada y superada por la innovación disruptiva. La innovación en comunicaciones y las redes sociales han roto los esquemas y los moldes del pasado. Probablemente ahora muchos políticos profesionales no tienen qué ofrecer porque sencillamente no tienen idea de qué hacer ni cómo transmitirlo.

Además, los líderes políticos han dejado de ofrecer mensajes atractivos. Basta ver las noticias para percatarse del triunfo global de la mediocridad del discurso como resultado de la mediocridad de las ideas. Se perdieron los lazos de confianza entre gobernantes y gobernados y parecería que en muchas partes del mundo las organizaciones políticas perdieron el sentido ético. ¿Cuándo se disociaron la ética y la política?

En el país ya no existen grandes partidos ideológicos organizados a nivel nacional. Qué sentido tiene entonces exigir que los partidos tengan un número de comités y de militantes que resultan ser esencialmente ficticios. Ahora las discusiones se producen en las redes, ya no es necesario el contacto físico ni los grandes mítines como antaño, y quizás por eso el partidismo tradicional ha desaparecido y los únicos que no parecen haberse dado cuenta son sus dirigentes.

Pese a que los partidos políticos mantienen la exclusividad de ser el vehículo intermediador de la voluntad popular para competir en las elecciones y acceder al poder, lo cierto es que han perdido contacto con la nueva realidad. Lo que parece haber sucedido es que ahora los ciudadanos no requieren intermediación y opinan sobre lo que quieran en las redes y en las encuestas.

Este divorcio de hecho, se complica aún más dado que hace rato que los gobiernos y los políticos no lideran, sino que siguen a la opinión pública. De otro lado, hace rato también que el Legislativo ha quedado desbordado porque la legislación económica es demasiado técnica y sus conocimientos no les alcanzan para producir leyes que valgan la pena, y porque su labor fiscalizadora está desprestigiada ya que blindan allegados, sancionan adversarios, y no son capaces de fiscalizarse a sí mismos.

Lo cierto es que ahora a cualquier proyecto político la gente le exige resultados razonablemente pronto, no en el más allá, no en una próxima vida. Sucede que al final ningún político es responsable de lograr resultados en un futuro lejano, aunque lo que diga suene bonito. Los políticos tratan de ofrecerle a la gente, los electores, un coctel de mensajes interesados mezclado con contenidos emocionales. Les ofrecen sueños sin compromiso con la realidad, el compromiso es con el sueño y el sueño suele ser un fiasco.

¿Hay esperanza?

En este preocupante contexto ¿que será del país en los próximos 20 años? ¿Qué podemos hacer para no volvernos definitivamente irrelevantes en un mundo totalmente distinto al que vivimos hoy? ¿Cómo insertarnos a la nueva modernidad para dar el gran salto cualitativo?

En el vertiginoso mundo actual, es necesario decir cómo se lograrán los resultados deseados y tener la capacidad de gestión pública necesaria para lograrlos en un tiempo razonablemente corto. Si no resolvemos el reto de la ineficaz gestión pública, la débil institucionalidad y la ausencia de un Estado de derecho, estaremos destinados al fracaso.

Finalmente, el frenesí del cambio tecnológico rompe los esquemas de la política a la antigua, la de los partidos políticos tradicionales, los desnuda como al emperador del cuento, y los desfasa. Sin embargo, a falta de nuevas categorías seguimos usando las viejas categorías para tratar entender lo nuevo y, lo peor de todo, las usamos para legislar sobre una reforma de la política. Los viejos fantasmas aun sirven de referencia. Ese es el problema. Lampadia




14 señales para identificar el fascismo

El fascismo, como sistema político, siempre ha estado presente en mayor y menor grado en varios regímenes autoritarios durante el período de la posguerra y bajo diferentes banderas políticas tanto de derecha como de izquierda.

Al ser además un término usado de manera peyorativa entre contrincantes políticos, por las atrocidades cometidas por la Alemania nazi de Hitler y la Italia fascista de Benito Mussolini en la primera mitad del siglo pasado, tiende a ser un sistema que pretende mantenerse encubierto en los gobiernos, lo cual dificulta su identificación.

En esta línea, el famoso y recientemente fallecido escritor y filósofo italiano Umberto Eco desarrolló en 1995 lo que él denominó como las 14 señales para identificar el fascismo (ver artículo líneas abajo), como una suerte de guía para identificar fácilmente los regímenes fascistas que asechan la libertad individual en los países.

Consideramos que es relevante compartir dichas ideas porque nos puede ayudar a vislumbrar de una manera más clara respecto a qué recursos recurren los líderes políticos cuando desean instaurar regímenes autoritarios y antidemocráticos, que son característicos bajo esta forma de gobierno.

En Lampadia estamos a favor de los sistemas democráticos, que admiten total libertad económica, que respeten la propiedad privada y los derechos fundamentales de los individuos, principios que muchas veces se ven atentados en esta clase de regímenes, además de los socialistas.  Lampadia

Las 14 señales de alerta del fascismo según Umberto Eco

Este filósofo propuso una serie de síntomas que advierten de la aparición de esta ideología.

La política siempre ha sido un elemento integrado en la vida humana, tanto en lo que nos afecta colectivamente como en lo que tiene que ver con nuestra individualidad. Sin embargo, algunos fenómenos sociales dejan más huella que otros, y en algunos casos, para mal.

Elclubdeloslibrosperdidos.org
Agosto, 2018
Glosado por Lampadia

¿Qué es el fascismo?

Técnicamente, el fascismo es un movimiento político y una ideología asociada a este que se basan en la defensa de una política basada en la identidad “esencial” de la población, el uso de la violencia para reprimir a la oposición política y el uso de una economía dirigida estatalmente que, a su vez, favorece a grandes empresas debido a su corporativismo.

En un principio el término fascismo se utilizaba para llamar la deriva política impulsada por Benito Mussolini en la primera mitad del siglo XX, pero también puede denominar otras propuestas políticas recientes y similares a la original, como el peronismo o el kirchnerismo en Argentina o ciertas inclinaciones de Donald Trump en EEUU.

En nuestro tiempo, en que los viejos “proletarios” se están transformando en pequeña burguesía (y el lumpen se auto excluye de la escena política), el fascismo encontrara en esa nueva mayoría su público.

Umberto Eco advirtió que “Cada vez que un político pone en duda la legitimidad del Parlamento por ya no representar la “voz del pueblo”, se puede sentir el olor de Fascismo”.

Por su actualidad y porque nos ayuda a entender lo que ocurre en Brasil y en el mundo de la globalización, publicamos las “14 Iecciones” que nos dio en 1995 para identificar al fascismo.

Compartimos esta breve lista de las 14 características del fascismo según Umberto Eco. Para los interesados, el texto completo de la conferencia se encuentra en línea con el título “EI fascismo eterno”.

1. Culto de la tradición.

De los saberes arcaicos, de la revelación recibida en el alba de la historia humana encomendada a los jeroglíficos egipcios, a las runas de los celtas, a los textos sagrados, aún desconocidos, de algunas religiones asiáticas.

2. Rechazo del modernismo.

La Ilustración, la edad de la Razón, se ven como el principio de la depravación moderna. En este sentido, el Fascismo puede definirse como irracionalismo.

3. Culto de la acción por la acción.

Pensar es una forma de castración. Por eso la cultura es sospechosa en la medida en que se la identifica con actitudes críticas.

4. Oposición sistemática a la más mínima crítica

EI rechazo total a las críticas permite hacer y deshacer cualquier clase de iniciativas sin tener que dar explicaciones ni rendir cuentas ante nadie.

5. Miedo a la diferencia.

EI primer llamamiento de un movimiento fascista, o prematuramente fascista, es contra los intrusos. EI Fascismo es, pues, racista por definición.

6. Llamamiento a las clases bajas frustradas.

En nuestra epoca el fascismo encontrara su público en esta nueva mayoría.

7. Apelación constante a una amenaza que no desaparece

Estar todo el tiempo apelando a una amenaza eterna permite introducir el estado de excepción, gracias al cual el partido político puede incumplir la legalidad vigente “por el bien del pueblo”.

Los casos de terrorismo de estado son un claro ejemplo de esto.

8. Búsqueda constante de culpables externos

Culpar de todo a quien está fuera del sistema de propaganda y que no se puede defender permite desplazar la atención sobre los fallos del partido o, si quedan revelados, se muestran como equivocaciones dadas en la lucha contra un mal mayor.

9. Llamamiento constante a una clase social descontenta

Esla no es una característica que de por sí defina al fascismo, ya que se hace desde muchas tendencias políticas.

Sin embargo, el fascismo se reivindica como la única voz de esa parte de la población, como si en ella no existiese la pluralidad.

10. Apelación constante a la voluntad del pueblo

Se intenta apropiarse de las reivindicaciones populares haciendo que pasen a lo institucional y alii se disuelvan y se confundan con los objetivos políticos de los líderes del movimiento fascista.

11. Utilización de un líder carismático que representa al pueblo

EI líder es el reflejo del pueblo, y como tal habla en su lenguaje y trata de expresar las mismas preocupaciones que el estereotipo de la parte de la población a la que apela.

Sus decisiones personales y sus gustos y preferencias son tomadas como un asunto público, ya que es la encarnación de la voluntad popular.

12. Uso de discursos de vocabulario sencillo y basado en tópicos

La utilización de palabras con significado muy amplio permite producir discursos que, pese a que parecen muy claros, no contactan con la realidad.

Normalmente el único mensaje que se da tiene que ver con las ideas más impactantes, como quien tiene la culpa de algo o la actitud que el partido va a tener frente a un hecho, pero no se concreta demasiado.

13. Populismo cualitativo, oposición a los gobiernos parlamentarios.

Cada vez que un político arroja dudas sobre la legitimidad del parlamento porque no representa ya la voz del pueblo, podemos percibir olor de Fascismo.

14. Neolengua.

Todos los textos escolares nazis o fascistas se basaban en un léxico pobre y en una sintaxis elemental, con la finalidad de limitar los instrumentos para el razonamiento complejo y crítico.

Pero debemos estar preparados para identificar otras formas de neolengua, incluso cuando adoptan la forma inocente de un popular reality show.

Lampadia




La falla de las clases dirigentes

Una de las peores tragedias de nuestro tiempo, es el fracaso de las clases dirigentes. Algo que caracterizaba al antiguo tercer mundo, ha pasado también a caracterizar la realidad política de los países más desarrollados.

Abundan los ejemplos de líderes políticos que no tienen legitimidad y reconocimiento de parte de las poblaciones que gobiernan -calidad que tampoco pueden mostrar sus opositores, o gobernantes que han polarizado a sus pueblos y han desprestigiado la política.

Evidentemente, los casos más notorios son los de Trump en EEUU y de May en Gran Bretaña (como veremos líneas abajo), pero lo mismo se puede apreciar, entre otros, en España e Italia. El populismo se presenta por doquier, y los enfoques extremistas prevalecen.

El caso de Macron en Francia, una opción centrista que levantó las banderas del libre comercio y la globalización, se ve acosada por resistencias internas y errores de gestión. Ángela Merkel perdió el liderazgo del partido y la representación ecuménica del poder, debilitando también el centro de la política europea.

En México y Brasil se producen cambios profundos, el primero con López Obrador hacia un socialismo decimonónico y el segundo en Brasil, alejándose del socialismo y corrupción del PT de Lula y compañía, pero con un tono radical, que lleva, como en el caso de México, a tener que esperar por resultados.

En nuestro territorio, la expresión de las élites o clases dirigentes, es más la anomia, la deserción del rol de dirigencia, la falta de compromiso cívico, y el cortoplacismo de corte mercantilista.

Hace pocas semanas, en CADE 2018, dos chilenos, un senador y un empresario, sorprendieron a la audiencia mostrando el grado de compromiso cívico de la clase dirigente chilena, especialmente, el de los empresarios. Sana envidia. Ver en Lampadia: Liderazgo consciente en CADE – Compromiso Cívico.

Como se hace evidente de los distintos casos de fallas de liderazgo, ni siquiera el éxito y un alto grado de avance de una sociedad, permite la desidia y la distancia con los temas nacionales. Al menor descuido se interrumpen los procesos virtuosos. Así nos pasó en el Perú el 2011, con la elección del nacionalismo de Ollanta Humala, que desconectó los procesos de inversión y estigmatizó a los empresarios en el quehacer público.

Lo peor es que desde entonces no damos pie con bola. PPK se coqueteó con Humala-Heredia, se aconchabó con las izquierdas y todas sus ramificaciones, no enmendó el clima de inversión. Su sucesor, Martín Vizcarra, renuncio a su inicial compromiso por la concertación y se focalizó en mantener su popularidad al lado de una supuesta gestión efectiva contra la corrupción, olvidando la necesidad de mejorar los indicadores sociales y el ritmo de inversión que nos están condenando a un clima de mediocridad, abandonando la gobernanza.

Gobernanza
Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía.
Real Academia de la Lengua

Veamos que nos dice The Economist de la falla de las élites británicas:

La elite que falló

La crisis política británica expone la insuficiencia de sus líderes

The Economist
18 de diciembre, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

En el último año, el cuerpo político británico soportó una sorprendente lista de males. El gabinete perdió a un secretario de Relaciones Exteriores y dos secretarios de Brexit, por no mencionar otros casos menores. El parlamento ha votado a favor del desacato del gobierno. El Partido Conservador tiene un voto de no confianza del Primer Ministro y otros heridos graves. Y esto solo va a empeorar. No hay consenso para ningún acuerdo Brexit, y no hay forma de salir del callejón sin salida que no rompa las promesas, y posiblemente las cabezas.

Hay dos explicaciones populares para este caos.

  • Una es que Europa siempre estuvo destinada a desgarrar a Gran Bretaña, ya que demasiados británicos detestan la evolución del mercado común hacia una Unión Europea.
  • Una segunda es que Brexit ha proporcionado el catalizador para una guerra civil a largo plazo entre la exitosa Gran Bretaña (que es metropolitana y liberal) y la Gran Bretaña que se queda atrás (que es provincial y conservadora).

Ambas explicaciones tienen mérito. Pero también hay una tercera:

  • Que el modelo de liderazgo del país se está desintegrando. Gran Bretaña se rige por una camarilla de auto-participación que premia la membresía del grupo por encima de la competencia, y auto-confianza por encima de la experiencia. Esta chumocracia (empobrecida élite) ha encontrado finalmente su Waterloo.

Considere la decisión que desató el desastre actual. David Cameron jugó el futuro del país en un simple referéndum: 51% y estás fuera. Mientras otros países, para decisiones menos trascendentes, optan por votos en dos etapas y súper-mayorías. Cameron hizo la apuesta solo para quitarse de encima la presión del ala de los euro-fóbicos del partido conservador y para evitar fugas hacia el partido independiente. Le dio mucha importancia a su capacidad de vender Bruselas en casa. A pesar de que tuvo muchos problemas en su carrera. Su renuncia provocó una guerra civil entre sus amigos de Oxford, Boris Johnson y Michael Gove, cuya mutua destrucción allanó el camino para Theresa May.

Pero tenga en cuenta la carrera actual por el liderazgo conservador que May lanzó la semana pasada cuando se vio obligada a prometer que no lo encabezará en las próximas elecciones.

Los tories están en crisis no solo porque están divididos, sino porque los diferentes candidatos son inadecuados. Jeremy Hunt, el secretario de Asuntos Exteriores, carece de principios; Sajid Javid, el secretario de Interior, carece de carisma; y Johnson, el campeón de la derecha, es una vergüenza.

La crisis de liderazgo de Gran Bretaña está arraigada en la evolución del antiguo establishment hacia una nueva clase política. Esta evolución ha sido ampliamente aclamada como un triunfo de la meritocracia sobre el privilegio y el profesionalismo sobre el amateurismo. De hecho, la nueva clase política tiene muchos de los mismos fracasos del antiguo establishment. Es introvertida y espera de sí misma, enviando a sus miembros, directamente, desde la universidad a trabajos en la villa de Westminster, donde se casan con otros de su clase. Se recuesta más en un bluff, que en expertos.

Al mismo tiempo, la clase política ha abandonado una de las virtudes del antiguo establishment. La vieja clase dominante preservaba un grado de autocontrol caballeresco. Los políticos principales dejaban el cargo para cultivar sus jardines y abrir ferias. La nueva clase política, por el contrario, carece de autolimitación, porque es más una realidad que la suerte de nacimiento. Así, la meritocracia se transforma en capitalismo de compinches. Tony Blair ha amasado una fortuna y George Osborne, el ex canciller de Hacienda de Cameron, está siguiendo sus pasos con entusiasmo.

El triunfo de la nueva élite coincide con la erosión de otros caminos en la clase dirigente. El Partido Laborista tradicionalmente reclutaba talento de la clase trabajadora a través de los sindicatos y el gobierno local. Su gobierno de 1945-51 tuvo éxito en parte porque contaba con grandes figuras como Ernest Bevin, quien perfeccionó sus habilidades de liderazgo en los sindicatos, y Herbert Morrison, que dirigía el Consejo del Condado de Londres. Los conservadores eran reclutados de una amplia gama de circunscripciones, desde la investigación a las fuerzas armadas y el mundo de los negocios.

El llamado de un bluff nacional

Hay algunas señales de que el sistema político está comenzando a desarrollar antídotos al gobierno de la chumocracia.

  • El Partido Laborista ha roto con el hábito de Blairite de colocar a los MPs (Miembros del Parlamento) metropolitanos en las circunscripciones regionales y ha comenzado a promover talentos locales como Angela Rayner (quien dejó la escuela a los 16 años sin calificaciones y un niño en camino).
  • El partido Tory ha logrado reclutar a ex soldados impresionantes como Tom Tugendhat, y Javid, el hijo de un conductor de autobús inmigrante.

La creación de líderes locales poderosos está delegando la toma de decisiones desde Londres y creando nuevas avenidas hacia la elite política nacional.

Desafortunadamente, esta autocorrección llega demasiado tarde. El fracaso de la clase política británica no solo abrió el camino al voto de Brexit. También abrió el camino a la captura del Partido Laborista por Jeremy Corbyn y su camarilla de extrema izquierda. Muchos británicos se desesperan porque tienen que elegir entre Brexit y el caos, bajo los conservadores, y el socialismo y el caos, bajo el laborismo. Si el próximo año va tan mal como este, pueden terminar con ambos. Lampadia




Davos en búsqueda de la inclusión y la globalización

Davos en búsqueda de la inclusión y la globalización

Más de 3,000 de los líderes políticos y económicos más influyentes del mundo, así como un puñado de celebridades, llegaron ayer a la ciudad suiza de Davos esta semana para la reunión anual que marca la agenda del año.

El Foro Económico Mundial, que comenzó el martes, ha reunido a élites de todo el mundo desde que comenzó como una pequeña reunión en la década de 1970. Este año, más de 900 directores ejecutivos y 70 líderes mundiales asistirán, entre ellos el controversial presidente estadounidense Donald Trump.

El tema de la cumbre del 2018, “Crear un futuro compartido en un mundo fracturado”, apunta a centrarse en hacer que la globalización funcione para aquellos que sienten que el sistema actual los está dejando atrás. La elección del tema viene de la elección de Trump, Brexit y el ascenso de la extrema derecha en algunas partes de Europa.

Este año, la atención se centrará en personas como el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro indio Narendra Modi. Otras figuras clave que asistirán incluyen a la primera ministra Theresa May, el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, la canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro canadiense Justin Trudeau.

Ayer, el líder indio Narendra Modi advertió que la “globalización pierde lentamente su brillo en favor de proteccionismo”. Modi afirmó a los delegados que “las fuerzas del proteccionismo están alzando la cabeza” contra el comercio y el comercio internacional. “Las negociaciones comerciales bilaterales y multilaterales han llegado a una especie de estancamiento”, dijo.

Modi, el primer primer ministro indio, que visita una cumbre del WEF en más de dos décadas, pidió la reforma de las instituciones internacionales, el compromiso continuo con un orden mundial basado en reglas y un mayor enfoque en la inclusión en la economía global durante su discurso. “Para una sociedad con diversas religiones, culturas, idiomas, atuendos y cocinas, la democracia no es solo un sistema político, sino una forma de vida”, dijo, y agregó que la inclusión es el “principio más importante” de su gobierno.

Por su lado, Justin Trudeau llamó la atención a otro tema vital, las campañas como #MeToo y Time’s Up. El primer ministro canadiense declaró que “Estos movimientos nos muestran que debemos tener una discusión crítica sobre los derechos de las mujeres, la igualdad y las dinámicas de poder del género. El acoso sexual en los negocios y en el gobierno es un problema sistémico y es inaceptable. Como líderes, debemos reconocer y actuar para demostrar verdaderamente que el tiempo se acaba.”

Entre los temas centrales en el mundo actual se encuentra el acoso sexual y el movimiento #MeToo, que comenzó en Hollywood pero se extendió rápidamente en otras industrias y en toda la sociedad en su conjunto. La política y la industria de servicios financieros no se han escapado del escándalo de acoso sexual.

Quizás tomando en cuenta esta tendencia global, por primera vez en sus 48 años de historia  los siete copresidentes de la conferencia (que suele ser abrumadoramente masculina) son mujeres. Dicho esto, solo el 21 por ciento de los asistentes son mujeres y la brecha salarial de género en muchas de las empresas representadas permanece firme.

Erna Solberg, primera ministra de Noruega, y Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), encabezan la dirección de este Davos. Solberg afirma que “Estoy especialmente preocupada por la necesidad de crear una sociedad del bienestar sostenible. El crecimiento inclusivo es esencial para alcanzar ese objetivo. Y eso significa, entre otras cosas, que tanto hombres como mujeres deben ser capaces de formar parte del mercado de trabajo en los mismos términos”.

En otros temas, como sugiere la temática de la conferencia, lograr que la recuperación económica mundial actual funcione para todos es también una de las principales preocupaciones en Davos de este año. Uno de los eventos más destacados tendrá lugar el jueves, cuando la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, el canciller estadounidense Philip Hammond y el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, comparecerán en una mesa redonda sobre la reconstrucción de las finanzas globales.

Con los titulares probablemente dominados por la agenda proteccionista de Trump, dirigida directamente a los votantes que lo llevaron a la victoria en 2016, esperamos que se evidencie la necesidad de un mensaje más amplio sobre cómo más personas pueden cosechar los frutos de la globalización. Lampadia




¿Quién vigila a nuestros políticos?

El mundo siempre es guiado por intereses. A veces, estos están alineados, pero no siempre es así. Uno de los Nobel de Economía del año pasado, el finlandés Bengt R. Holmströng (actualmente profesor de economía del Instituto de Tecnología de Massachuset), se hizo conocido por su trabajo del “problema del agente-principal” que intenta explicar las dificultades que se presentan cuando se presentan desalineamientos de intereses y  condiciones de información asimétrica.

Fuente: James De Quesada

¿Qué es el problema del agente-principal? Es un conjunto de situaciones que se expresan cuando los intereses del gestor, o agente (gerente o político) no están alineados con los del principal (accionista o ciudadano elector). El problema surge cuando el agente (que se supone debe tomar decisiones en el mejor interés del principal) está motivado de forma natural por su propio interés. Los intereses del agente pueden ser muy distintos a los intereses del principal.

En la política, como afirma The Economist en el artículo (glosado líneas abajo), “La legislación queda a cargo de nuestros agentes, los representantes electos. Pero tienden a responder a las preocupaciones de aquellos que ejercen presión sobre ellos”.

Por lo tanto, viene la pregunta ¿Quién vigila a nuestros vigilantes? En países como el Perú, y el resto de Sudamérica, que tienen altísimos índices de corrupción, uno de los grandes problemas que tenemos es la falta de confianza en nuestros líderes políticos, una gran proporción del público ya no confía en ellos. En parte, esto se debe a que algunos se han mostrado indignos de confianza y en parte porque ya no se sabe cuál es el principal interés de estos líderes, el de los electores (nosotros) o el de sus intereses personales.

Depende de nosotros vigilar a nuestros líderes y mantenerlos alineados con los mejores intereses del país, por lo tanto los ciudadanos no podemos descuidarnos de la cosa pública. Lampadia

¿Quién vigila a los vigilantes?

El problema que vincula negocios, finanzas y política

Una vez que confías en agentes, creas conflictos de interés. Y usted tiene que confiar en ellos

The Economist
13 de febrero de 2017
Traducido y glosado por Lampadia

El problema es tan antiguo como la humanidad. El autor romano Juvenal lo encapsuló en la frase “Quis custodiet ipsos custodes” o “¿Quién vigilará a los propios vigilantes?” Fue claramente ilustrado en la clásica serie de la BBC “Yo, Claudio”. El enfermo Claudio quiere el regreso de la República. Pero la guardia pretoriana, establecida por sus parientes, necesitaba un emperador para asegurar su estatus especial. Así que en el asesinato de Calígula, arrastran a Claudio desde su escondite detrás de una cortina y lo hacen emperador.

En los negocios y las finanzas, esto se conoce como el problema de “agente principal”. Los accionistas emplean a los gerentes para dirigir una compañía; los inversionistas utilizan los administradores de fondos para cuidar sus ahorros. Eso tiene sentido. Nos permite aprovechar la experiencia de otros y las economías de escala en la gestión de fondos. Pero es extremadamente difícil alinear exactamente los intereses de los principales y los agentes.

Antes de los años ochenta, la preocupación era que los gerentes de negocios se preocuparan más por expandir la compañía, que en los rendimientos de los accionistas. Así es que las opciones de acciones se pensaron como si fueran a alinear los intereses de ambos. Sin embargo, las opciones de acciones son una apuesta unidireccional; muy valiosas si se ejercen, pero sin valor  para el ejecutivo si no se hace. El efecto general ha sido aumentar la remuneración de los ejecutivos, en última instancia, a expensas de los accionistas. Como informa el Financial Times, se están haciendo algunos esfuerzos para controlar esta situación en los casos más flagrantes, pero el progreso es lento; el costo de la remuneración de los ejecutivos se distribuye muy ampliamente, mientras que los beneficios van a unos pocos.

En efecto, esto es un poco como las subvenciones pagadas a los productores de materias primas en algunas economías. Algunos reciben grandes ganancias, pero el costo se disemina entre un gran número de consumidores. De hecho, este es otro ejemplo de un problema ‘del agente-principal’. La legislación queda a cargo de nuestros agentes, los representantes electos. Pero tienden a responder a las preocupaciones de aquellos que ejercen presión sobre ellos.

En la inversión, los administradores de fondos son pagados a través de tarifas ad valorem, un porcentaje de los fondos invertidos. En un artículo reciente, Paul Lewis, el presentador de la BBC, bromea que ad valorem es latín para el timo. Una vez más, el enfoque ad valorem parece que debería funcionar; si el valor del activo sube, también lo hace el salario del gestor del fondo y la riqueza del cliente. Pero si el mercado permanece plano, el gestor del fondo continúa ganando dinero a pesar de que el cliente está en una peor situación. Y si el mercado sube, los honorarios del gestor del fondo aumentarán, incluso si el resultado es menor al índice.

Pero un montón de dinero está siendo ganado por mediocres gestores de fondos. Al igual que con los ejecutivos, el problema en los últimos 30 años es que los agentes se están volviendo más rápidos, mucho más rápidamente, que los directores.

Otro problema con las finanzas y los negocios modernos es que los asuntos son extremadamente complejos; por lo que existe una “asimetría de información” entre los clientes y el agente.

El problema que vincula negocios, finanzas y política es la confianza. La confianza es más fácil de tratar en las pequeñas comunidades donde uno puede enfrentarse cara a cara. Esto era incluso cierto en la democracia ateniense. Una vez que nuestras relaciones con nuestros agentes son más remotas, y nuestras transacciones más complejas, tenemos que depender de esquemas de incentivos y éstos están listos para ser explotados.

El problema de la confianza es particularmente difícil en la política donde una gran proporción del público ya no confía en los principales líderes. En parte, esto se debe a que algunos se han mostrado indignos de confianza. Pero también es porque la estructura de incentivos del sistema (particularmente en Estados Unidos, donde la financiación es un tema fundamental) enseña a los políticos a aliarse con los poderosos. Y es también porque los problemas que enfrentan no son susceptibles a soluciones fáciles. Como he señalado antes, los temas importantes son globales y complejos, pero los políticos son elegidos centrándose en respuestas simples y locales. Cuando esas respuestas fallan, el cinismo aumenta.

La ironía es que, como escribe Edward Luce, los estadounidenses han elegido a un líder que está repleto de conflictos de interés en cada momento. Cuando sus promesas decepcionan, el cinismo sólo subirá más. De hecho, la cuestión de los controles y balances parece más importante hoy en día; ¿Quién vigila los líderes electos de un país?




Mejores regulaciones para una mejor sociedad

Mejores regulaciones para una mejor sociedad

En una reciente publicación de Expreso, la embajadora de la Unión Europea en Lima, Irene Horejs, afirmó que “Hay mucha gente [peruana] de negocios y otros que son pobres, pero son muy trabajadores y disciplinados, pese a lo que se pueda pensar en Lima.

Es una lástima que en el Perú menospreciemos a nuestra propia gente y tengamos una visión de ellos como de gente floja o de mala educación. Un ejemplo de esta actitud se pudo apreciar  en una entrevista de Raúl Vargas y Patricia del Río (en RPP, hace pocos meses), al sicoanalista Jorge Bruce que comentó que cuando los peruanos iban a EEUU “…los civilizaban…”.

Peruanos en Italia organizan ‘flash-mob’ de marinera en Roma
Fuente: Il Messaggero Italo-Peruviano

Lo anecdótico de la entrevista fue que Vargas y del Río llevaron la conversación a otros escenarios, ‘cuando un taxista tacneño cruza la frontera hacia Chile, se detiene en un semáforo en rojo en medio del desierto, así no venga ningún carro a muchos kilómetros, ¿también lo civilizan?’. ‘Y en Lima los taxistas que pasan al Callao, ¿también los civilizan?’

En Lampadia queremos enfatizar que no hay manera que ‘te civilicen’ instantáneamente en EEUU, ni en Chile, ni en El Callao. Como hemos dicho antes (ver en Lampadia: La fuerza del migrante: emprendimiento y libre mercado), lo que está mal no somos los peruanos, lo que no funciona es el sistema.

Hemos creado una selva enmarañada de reglas absurdas que se sobreponen, que nadie conoce y además una suerte de ‘reino de la impunidad’. Veamos el ejemplo de lo sucedido en el proceso electoral, en el que nuestros congresistas nos regalaron un excelente ejemplo de cómo las malas reglas pueden malograr cualquier proceso. (Llegó un momento en que todo el país discutía si alguien había entregado una botella de agua, o no). Ver en Lampadia: El Perú sucumbe a la ‘urdimbre regulatoria’.

Esto ha llevado a muchos a ignorar y hasta resentir las leyes que deberían poner orden en el país. Es hora de que los líderes políticos y las instituciones que rigen nuestra normativa, vean que tengan buenos fundamentos y que nos inspiren a cumplirlas, y así lograr que nos ordenemos con capacidad y autoridad moral para evitar la impunidad generalziada.

Volviendo a la calidad de nuestra gente, hoy tenemos cerca de tres millones de nuestros compatriotas viviendo afuera. Ellos (una muestra de 10% de la población) son hoy día un ejemplo de la verdadera naturaleza de los peruanos: no se pasan las luces rojas, respetan las leyes, educan a sus hijos, participan honradamente en la política de los países que los acogen y son solidarios pues envían regularmente dinero a sus familiares en el Perú (US$ 3,000 millones anuales). Nunca nos olvidemos de que lo malo en el Perú no somos los peruanos, sino el SISTEMA. Ver en Lampadia: Un mensaje para nuestros queridos jóvenes.

Los peruanos somos excelentes personas, así lo prueba el comportamiento de la gran mayoría de los tres millones de compatriotas que viven en el exterior,  que Irene Horejs corrobora con su afirmación, “Sobre todo en España e Italia donde los peruanos van a  trabajar. No es una comunidad problemática y más bien traslada nuestros valores culturales y contribuyen con sus economías”.

¡Lo que está mal no es el hombre, es el sistema! No dejemos que un sistema mal planteado desmejore el desarrollo de nuestro potencial como líderes, profesionales y jefes de familia. Debemos exigir las mejores condiciones regulatorias para ser las mejores personas, también en nuestro país.

Una de las grandes tareas del nuevo gobierno debe ser rediseñar prácticamente desde cero las normas que regulan a los ciudadanos, empresas y procesos sociales y políticos. 

Lampadia

 




Los grandes líderes globales del 2016

Los grandes líderes globales del 2016

La revista Fortune publicó recientemente una diversa e impresionante lista de los 50 líderes más importantes del mundo del 2016; líderes inspiradores, capaces de cambiar el mundo, que no son necesariamente políticos.

Este año, sus nombres van desde el fundador de Amazon, Jeff Bezos, hasta el principal periodista mexicano, Jorge Ramos. Personas de distintos ámbitos como el entrenador de fútbol americano de Alabama, Nick Saban y el dramaturgo Lin-Manuel Miranda, que destacan como líderes en todos los ámbitos de la vida. Además, es interesante e importante notar como casi la mitad de la lista corresponde a mujeres. Este año fueron elegidas 23 líderes mujeres, un gran avance en comparación con 15 del año pasado y 19 del 2014.

¿Cómo se escogen a estas personas? Según el editor jefe de Fortune, Geoff Colvin, todos los candidatos son juzgados por su liderazgo dentro de ámbitos profesionales, industrias o campos de servicio o de gobierno. Para estar en la lista no es suficiente ser brillante, admirable, o incluso poderoso. En general son líderes singulares con una visión que inspira a otros a actuar de la misma manera y que cuentan con una gran cantidad de seguidores para lograr el bien común.

Hay una notable falta de líderes políticos en la lista de este año y una sorprendente cantidad de personas que no son muy conocidas. Fortune explica esto diciendo que “el mundo está lleno de gente de la que nadie nunca ha oído hablar que se dedica a reclutar seguidores para mejorar la vida de las personas en formas que nunca imaginamos. El profesor que dirigió a un grupo que descubrió la crisis de agua en Flint, Michigan; el funcionario del gobierno en Nueva Delhi que arriesgó su carrera para luchar contra la contaminación; el alcalde italiano que le dio la bienvenida a los inmigrantes del Medio Oriente a su pequeña ciudad, mejorando su economía y sus perspectivas a futuro.”

Y es que hoy existe un gran vacío de liderazgo político a nivel mundial. Según Fortune, “el sistema político en EEUU está roto y vemos pocas razones para pensar que los contendientes actuales puedan solucionarlo.” Ni siquiera el actual presidente de EEUU, Barack Obama, aparece en la lista. Este es un indicio más de que hay un problema importante: un extraordinario nivel de disfunción política en el mundo y una aparente incapacidad de cualquiera de nuestros líderes actuales para salir adelante.

En Lampadia hemos analizado múltiples veces la falta de liderazgo en el mundo: La caída de nuestros líderes es una tragedia. Acá tomamos algunas conclusiones: primero, tomar nota de la velocidad a la que todo  puede cambiar, ya sea por hechos objetivos o por imágenes y, segundo, el choque entre expectativas y realidades, la intolerancia y exigencia de la sociedad, que no está dispuesta a retroceder o a dejar de avanzar, según sea el caso del país en cuestión (por ejemplo: EEUU o Brasil).

Fortune deja claro esto con una frase: “Ni demagogia, ni proxenetismo, ni el populismo es liderazgo.” El verdadero líder va adelante, dirigiendo el rebaño. Por ejemplo, para desarrollar sus nuevos productos, Steve Jobs, nunca hizo un estudio de mercado (preguntar qué se necesitaba), pues sus innovaciones no estaban en la mente de la gente, sino en la de un líder preclaro. Henry Ford decía: “si yo le hubiera preguntado a la gente qué querían, me hubieran dicho que caballos más rápidos”.

Los líderes que actualmente hacen nuestras leyes, escriben nuestros presupuestos y establecen nuestras agendas no son vistos como eficaces. Las personas que nos conducen a través de desastres naturales o crisis locales no están destacando por su liderazgo. Su ausencia casi universal de la lista Fortune es un recordatorio de que en la actualidad, hay una falta grave y alarmante de liderazgo en los cargos de elección popular.

Aquí les presentamos las personalidades que ocupan los primeros 10 lugares de la lista de los 50 grandes líderes del mundo:

1. Jeff Bezos

A sus 52 años, el fundador de Amazon fue elegido por la revista Fortune como el más grande líder del año. Él sigue innovando desde hace 20 años. El despliegue de la compañía de comercio electrónico a más negocios ha llevado a que su figura también evolucione.

2. Angela Merkel

La canciller de Alemania ha dominado la política de Europa por una década. Ella es la única líder continental cuyo mandato es anterior a la crisis financiera del 2008 y es ganadora de tres elecciones generales tras competir con un sinnúmero de rivales dentro del partido.

3. Aun San Suu Kyi

Premio Nobel de la paz, ella ha trabajado por años para que Myanmar, la antigua Birmania, transite a la democracia después de más de 50 años de dictadura militar. Ver nuestro análisis al respecto: Myanmar (Birmania) llega a la democracia

4. Papa Francisco

Al igual que Jeff Bezos y Tim Cook, el Papa figura en varias de las listas de Fortune. Este último año ha sido el año de Francisco el diplomático. El primer Papa latinoamericano jugó un papel clave en la negociación de un acuerdo entre los EEUU y Cuba, escribiendo cartas a ambos presidentes, Barack Obama y Raúl Castro, alentando a ambas naciones a encontrar un terreno común, señaló Fortune.

5. Tim Cook

El CEO de Apple cayó cinco posiciones respecto a la lista del 2015. Su posición respecto al pedido del FBi para desbloquear un iPhone fue la que decidió su lugar en la lista de este año.

6. John Legend

Además de vender más de 6 millones de discos, el cantante de 37 años también se distingue por su labor filantrópica. El año pasado lanzó la campaña (sin fines de lucro)  Show Me, orientada a la educación y lideró #FreeAmerica, iniciativa para enfrentar el encarcelamiento masivo.

7. Christiana Figueres

La secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático trabaja convenciendo a las naciones a comprometerse con la reducción de emisiones de carbono.

8. Paul Ryan

Este político estadounidense fue compañero de fórmula presidencial de Mitt Romney y juega un influyente rol en ese país como presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

9. Ruth Bader Ginsburg

A sus 82 años, la juez de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos se convirtió en un icono pop tras defender los derechos de las mujeres y los homosexuales. El meme que la reputaba #RBG ha sido uno de los más compartidos en Estados Unidos.

10. Sheikh Hasina

La primera ministra de Bangladesh, la nación con la cuarta mayor población musulmana del mundo, ha comprometido a su país en asegurar la protección legal para mujeres y ayudar a lograr una mayor educación, libertad financiera y poder político.  

Estos hombres y mujeres están transformando el mundo e inspirando a otros a hacer lo mismo. Sigamos sus buenos ejemplos y busquemos líderes de su altura. (Ver la lista de los 50 líderes en el gráfico inferior). Lampadia

 

 




Un nuevo líder refresca la política del mundo global

Un nuevo líder refresca la política del mundo global

Una de las habilidades esenciales de la política en la democracia, es conocer la diferencia entre un enemigo y un adversario. Un adversario trata de ganarte, un enemigo trata de destruirte”. (Michael Ignatieff, escritor, antiguo líder del partido Liberal de Canadá y profesor de Harvard, Financial Times, 20 de octubre, 2015).

“Si tratas a un oponente como un enemigo, conduces la política como si fuera una guerra y todos los medios son adecuados. Si consideras a tu oponente como un adversario, no todos los medios son adecuados, estás esperando que tu adversario de hoy sea un amigo mañana”, continua Ignatieff en su artículo sobre la victoria de Justin Trudeau en Canadá.

Agrega Ignatieff: “El profundo significado del triunfo de Justin Trudeau en las elecciones generales de Canadá esta semana, y su potencial influencia en la política de las democracias más allá de su propio país, es que ha mostrado cómo la política de adversarios puede derrotar a la política de los enemigos”.

“Mi carrera como político comenzó en un estacionamiento. El estacionamiento de una tienda de comestibles,
 para ser precisos, directamente enfrente de un restaurante de shawarma y de una barbería.”

“El candidato liberal ganó, no solo porque los canadienses quieren un cambio de régimen, sino porque ellos quieren un cambio de artes en la política. ‘Los conservadores no son nuestros enemigos. Ellos son nuetros vecinos. (…) Puedes apelar a los mejores ángeles de la naturaleza, y puedes ganar’”. Cita Igantieff a Trudeau.

Agrega el autor de la nota: “Lo que le dice a Harper [el rival conservador] descubrió es que la política de las enemistades hace imposible el conseguir nuevos amigos y, también, envenena el legado del político. La política de las enemistades no la inventó Harper”, la importó de EEUU y Gran Bretaña”. 

Que oportuna y precisa lección para nosotros los peruanos que estamos embarcados en la destrucción mutua de nuestros líderes políticos, como si todos hubieran salido del infierno. Todavía faltan algo más de cinco meses para las elecciones generales de abril, que los ciudadanos esperamos con ansias, pero dadas estas circunstancias, también con mucha aprensión.

Pero lo que nos trae la elección de Trudeau es mucho más que su filosofía. Veamos algunas de sus ideas:

  • Una economía fuerte comienza con una clase media fuerte. Cuando nuestra clase media tiene más dinero en sus bolsillos para ahorrar, invertir y hacer crecer la economía, todos nos beneficiamos. Nuestro plan entregará los servicios que necesitamos, creará puestos de trabajo y restaurará la seguridad económica de la clase media.
  • Los canadienses quieren un gobierno en quien puedan confiar para proteger el medio ambiente y hacer crecer la economía.
  • Vamos a cancelar la división de los ingresos y otras exenciones de impuestos y beneficios para los ricos.
  • Vamos a invertir para crear más puestos de trabajo y mejores oportunidades para los jóvenes canadienses.
  • Vamos a invertir en los proyectos que nuestro país necesita y en la gente que puede construirlos.
  • Durante la próxima década, vamos a invertir más en infraestructura social.
  • Nos aseguraremos de que se utilice todo el dinero destinado a la inversión en las comunidades.
  • Vamos a ayudar a los canadienses a que reciban la capacitación que necesitan para encontrar y mantener buenos empleos.
  • Vamos a poner en marcha más inversión en innovación para hacer crecer nuestra economía y crear empleos buenos y de clase media.
  • Vamos a darle la bienvenida a la Open Data.
  • Vamos a ofrecer un liderazgo nacional y vamos a unirnos con las provincias y todos los territorios para tomar medidas sobre el cambio climático, poner un precio al carbono y reducir la contaminación de carbono.
  • Vamos a crear incentivos para las empresas canadienses a invertir en la creación de puestos de trabajo limpios.

Justin Trudeau, de 44 años, no ha salido de la nada. Es hijo de Pierre Trudeau, ex Primer Ministro de Canadá (1968 – 1979 y 1980 – 1984), considerado como el refundador del Canadá moderno que asumió el federalismo, el bilingüismo y el multiculturalismo como señas de identidad. A su muerte fue despedido en un multitudinario funeral en el que su hijo Justin, de 29 años, recitó unas muy sentidas ‘Coplas a la muerte de su padre’.

Las palabras de este jóven fueron tan significativas entonces como ahora, como Primer Ministro, y queremos compartir con ustedes el video de su elogía y glosar algunas de sus palabras:

Verlo también en: Justin Trudeau’s eulogy

 

Amigos, romanos, compatriotas…

Yo tenía unos seis años cuando me fui en mi primer viaje oficial. Yo iba con mi padre y mi abuelo hasta el Polo Norte.

(…) No tenía hermanos con quien jugar y me estaba aburriendo un poco porque mi papá todavía tenía mucho trabajo que hacer.

Recuerdo que una tarde ventosa en Arctic me llevaron rápidamente en un Jeep en una misión secreta especial. Pensé que por fin me iban a explicar la razón de esta base ártica de alta seguridad.

Estaba en lo cierto. Nos condujeron lentamente a través de los edificios, todos ellos muy grises. Doblamos una esquina y nos encontramos con uno rojo. Paramos. Me bajé del Jeep y comencé a dirigirme hacia la puerta principal. Me dijeron, no, a la ventana.

Así que cruzamos sobre un banco de nieve, me levantaron para alcanzar la ventana, froté mi manga contra el cristal escarchado para ver dentro y, apenas mis ojos se acostumbraron a la penumbra, vi una figura, encorvada sobre una de las muchas mesas de trabajo que parecían muy desordenadas. Llevaba un traje rojo con ese borde blanco lanudo.

Fue entonces cuando comprendí lo poderoso y maravilloso que era mi padre.

Pierre Elliott Trudeau. Esas mismas palabras transmiten tantas cosas a tanta gente. Estadista, intelectual, profesor, adversario, amante de la naturaleza, abogado, periodista, escritor, primer ministro.

Pero más que nada, para mí, era papá. Y qué papá. Él nos amó con una pasión y una devoción que acompasaba toda su vida. Nos enseñó a creer en nosotros mismos, a luchar por nosotros mismos, conocernos a nosotros mismos y aceptar nuestras responsabilidades.

Sabíamos que éramos los niños más afortunados del mundo. Y no habíamos hecho nada para merecerlo.

En su lugar, era algo que tendríamos que pasar el resto de nuestras vidas trabajando para estar a su altura.

Nos dio una gran cantidad de herramientas. Nos enseñó a no dar nada por sentado. Nos adoraba, pero no nos complacía en todo.

Mucha gente dice que no soportaba a los tontos, pero tengo que decirles que tenía una paciencia infinita con nosotros.

Nos animó a estimularnos, a poner a prueba los límites, a desafiar a cualquier persona o cosa.

Había ciertos principios básicos que nunca podrían verse comprometidos.

(…) [otra ocasión] incluyó un almuerzo en el restaurante parlamentario que siempre parecía ser terriblemente importante y lleno de gente seria que no reconocía. Pero al cumplir ocho, ya comenzaba a tener una conciencia política. Y reconocí a uno quien yo sabía que era uno de los principales rivales de mi padre.

Pensando en complacer a mi padre, le dije una broma sobre él – una pequeña cosa tonta y genérica de escuela primaria. Mi padre me miró con severidad, con esa mirada que más adelante aprendería a conocer tan bien, y dijo: “Justin, nunca ataques a la persona. Podemos estar en total desacuerdo con alguien sin denigrarlo como consecuencia.”

(…) fue en ese momento que comprendí que tener opiniones que son diferentes a las de otro no se opone a ser merecedor del respeto como individuo.

Esta simple tolerancia y (el reconocimiento de) las dimensiones reales y profundas de cada ser humano, independientemente de sus creencias, orígenes, o valores – eso es lo que él esperaba de sus hijos y eso es lo que esperaba de nuestro país.

La creencia fundamental de mi padre nunca vino de un libro. Deriva de su profundo amor y fe en todos los canadienses y, en los últimos días, con cada tarjeta, cada rosa, cada lágrima, cada ola y cada pirueta, ustedes le entregaron de vuelta su amor.

(…) ya no volverá nunca más. Ahora todo depende de nosotros, de todos nosotros.

Más allá de que estemos de acuerdo o no con todas sus ideas, saludamos la calidad del liderazgo de Trudeau. En esta época de liderazgos tan débiles y de la devaluación de la política en el mundo y, dramáticamente en el Perú, la humanidad espera mucho de Justin Trudeau. ¡Que los ángeles te protejan! Lampadia