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Summers vs Stiglitz sobre Estancamiento Secular

En un reciente ‘debate’ vía artículos, Larry Summers y Joseph Stiglitz han venido intercambiando opiniones sobre si las ideas del estancamiento secular son aplicables a la economía estadounidense. Larry Summers no se ha quedado atrás y señala que cada vez más personas están aceptando su tesis de “estancamiento secular”, a pesar de que el crecimiento económico se ha fortalecido dramáticamente y las tasas de interés han aumentado desde 2013, cuando sonó la alarma por primera vez.

¿Qué es estancamiento secular? Este término fue acuñado por primera vez por el economista Alvin Hansen en 1930 y se refiere, en simple, a un estado duradero en el que la depresión económica sería la norma, con episodios de pleno empleo escasos y distanciados. Para Summers, el estancamiento secular se caracteriza por:

  • Crecimiento económico debajo del crecimiento potencial
  • Inflación persistente en torno al 2%
  • Bajas tasas de interés, en torno a cero o negativas (trampa de la liquidez)
  • Burbujas e inestabilidad financiera

Para mayor detalle, ver su discurso de la XIV Conferencia Anual de Investigación del FMI: “Crisis ayer y hoy” del 8 de noviembre de 2013:

Existe un consenso de muchos economistas que las características del fenómeno indicado por Summers sí se observan en la economía mundial. Según Summers (en el artículo del Financial Times que inició todo este debate), “el estancamiento secular -como un problema- permanece muy real en la actualidad. Los paliativos actuales son apropiados, pero es poco probable que sean soluciones a largo plazo. El mundo industrial puede esperar que las demandas de inversión aumenten y las necesidades de ahorro disminuyan. Pero los responsables de las políticas deben centrar su atención en la demanda y en los problemas de suministro en el futuro.”

Lawrence Summers es uno de los protagonista del debate económico global. En Lampadia lo venimos siguiendo hace años. Es considerado como un economista honesto y hasta un poco controversial, pero muy acertado. Sin embargo, hay economistas como Joseph Stiglitz que lo ven como un responsable de la crisis financiera, por “impedir la regulación de derivados”.  Por eso es que, en un artículo reciente, Stiglitz desestimó que la idea de estancamiento secular sea aplicable a la economía estadounidense. “Un análisis de políticas por parte de Stiglitz me parece tan débil como cuanto es sólido su trabajo teórico académico”, como afirmó más tarde Lawrence.

Ver más sobre el debate de Summers y Lawrence líneas abajo:

Reflexiones finales sobre el estancamiento secular

Project Syndicate
6 de septiembre, 2018
Lawrence H. Summers, Secretario del Tesoro de EEUU (1999-2001) y Director del Consejo Económico Nacional de EEUU (2009-2010), es ex presidente de la Universidad de Harvard, donde actualmente es profesor universitario.
Traducido y glosado por Lampadia

Se hizo muy poco para estimular la demanda agregada después de la crisis financiera de hace una década, que se vería impulsada por una distribución más equitativa del ingreso. Y se necesita adoptar una regulación financiera sustancialmente más sólida que la existente antes de 2008 para minimizar los riesgos de futuras crisis.

Joseph Stiglitz, Roger Farmer y yo estamos de acuerdo, ahora y desde hace tiempo, en cuáles son probablemente los puntos más importantes. El paradigma del “Nuevo Keynesiano” que considera que los ciclos comerciales surgen de rigideces temporales en los salarios y los precios es insuficiente para explicar eventos como la Gran Depresión y la Gran Recesión. Casi no se hizo nada para estimular la demanda agregada después de la crisis financiera de hace una década. Una distribución del ingreso más equitativa opera para aumentar la demanda agregada. Se necesita adoptar una regulación financiera sustancialmente más sólida que la que existía antes de 2008 para minimizar los riesgos de futuras crisis.

Sigo teniendo desacuerdos con Stiglitz sobre el record de las políticas públicas, y otros desacuerdos tanto con Stiglitz como con Farmer sobre algunos puntos de la teoría con respecto al estancamiento secular.

Comenzando con el record de las políticas, Stiglitz tiene razón al afirmar que no se debe esperar que los economistas estén de acuerdo en cuestiones de viabilidad política. Sin embargo, deberían poder ponerse de acuerdo sobre lo que dicen los textos. El comentario del New York Times que Stiglitz cita con orgullo pide un estímulo de “al menos US$ 600 mil millones a US$ 1,000 millones en dos años”. El gobierno de Obama solicitó y recibió estímulos por un total de US$ 800 mil millones, una cifra dentro del rango de Stiglitz, a pesar de ser políticamente restringido por la necesidad de la aprobación del Congreso. Entonces no estoy seguro de lo que está afirmando.

Stiglitz afirma que el estudio que hizo para Fannie Mae en 2002 solo decía que, en ese momento, sus prácticas de préstamos eran seguras. Así no es como lo leo. Habla de que la probabilidad de incumplimiento en un plazo de diez años era de menos de uno en 500,000; señala que incluso si el análisis se realiza por un orden de magnitud, cualquier riesgo para el gobierno es muy modesto; y hace un llamamiento al sistema regulatorio vigente del momento para que minimice el hecho que su modelo omite riesgos. Presenta argumentos en contra de la Oficina de Presupuesto del Congreso, el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal, quienes habían sugerido que las garantías implícitas a Fannie Mae eran potencialmente costosas (basados ​​en la misma información disponible para Stiglitz cuando escribió su artículo).

No estoy seguro de que intenta decir Joe sobre los derivados. Estaba claro en mi artículo (al que está respondiendo) que desearía no haber apoyado la legislación del 2000. Pero también noté que no hay razón para pensar que, en ausencia de la legislación, la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas bajo la administración Bush habría afirmado una nueva autoridad sobre los derivados y señalado el problema de certeza legal que los abogados de carrera consideraron que era importante abordar.

¿Qué hay de la teoría del estancamiento secular? Stiglitz y yo estamos de acuerdo en que la predicción de Alvin Hansen no fue confirmada después de la Segunda Guerra Mundial debido a una combinación de políticas expansivas y cambios estructurales en la economía. Este fue mi punto hace cinco años al renovar la idea del estancamiento secular: sugerir que la economía, tal como estaba en 2013, requirió una combinación de expansión fiscal y cambio estructural para sostener el pleno empleo. Mis discusiones sobre el estancamiento secular han enfatizado una variedad de factores estructurales, que incluyen desigualdad, altas participaciones en los beneficios, cambios en los precios relativos y patrones de ahorro global. ¿Cuál es el desacuerdo de Stiglitz?

Farmer, en su reflexivo comentario, argumenta que los modelos del tipo que ha impulsado en los últimos años son la manera correcta de pensar sobre el desempleo crónico excesivo y que, con los microfundamentos adecuados, se puede concluir que las políticas fiscales son ineficaces. Creo que su enfoque de modelado bien puede ser muy fructífero y me gustaría haberlo entendido mejor. Pero, por ahora, considero que la evidencia empírica, las comparaciones internacionales, los estudios de series de tiempo y los estudios de variación local dentro de los Estados Unidos son convincentes al sugerir que la política fiscal funciona. Sin embargo, creo que las opiniones de Farmer sobre el uso de la política monetaria para estabilizar los precios de los activos merecen una consideración seria.

Finalmente, espero que Stiglitz responda positivamente a mis repetidas sugerencias de que debatamos estos asuntos en persona en Columbia o Harvard o en algún otro lugar adecuado. Todos podemos estar de acuerdo en que lo que está en juego en una mejor comprensión de las lecciones de la historia macroeconómica y que la importancia de evitar futuros eventos, como los de la última década, es muy alta. Lampadia




Se recuperan los precios del Cu, Zn, Au y Ag

Se recuperan los precios del Cu, Zn, Au y Ag

En una época de gran volatilidad de precios, debemos recordar las palabras de Larry Summers a inicios de año, cuando afirmó que “los mejores ejecutivos manejan sus compañías con un ojo en la rentabilidad de largo plazo, no en el precio diario de sus acciones. Y los hacedores de políticas públicas lo hacen mejor cuando se concentran en fortalecer sus fundamentales económicos, en vez de hacerlo en función de las fluctuaciones diarias de los mercados”.

El precio del cobre, el precio más importante para la economía peruana, cerró este lunes con un alza en la Bolsa de Metales de Londres, llegando a los US$ 2.22578 la libra. El último impulso al precio de este material se dio después de que los datos de las manufacturas chinas indicaran un ligero crecimiento, lo que ha incentivado las esperanzas de nuevos estímulos económicos, a pesar que se preveía que la fortaleza del dólar contendría el alza.

Uno de los principales motivos para esta alza es que la demanda de China por cobre ha subido un 14% en lo que va del año, una grata sorpresa tras la caída en los últimos años por la desaceleración del crecimiento y de su gasto de inversión. Las compras de China representan casi el 50% de del consumo global, equivalente a aproximadamente 22 millones de toneladas en 2016.

Más allá de la caída de un 50% del precio del cobre desde su pico en 2011, China mantiene una gran demanda del metal. Por ejemplo, sus fundiciones de cobre no han reducido su ritmo de expansión, más bien se espera que la industria de fundición del metal continúe creciendo durante los próximos cuatro años (más del 70% de la fundición mundial de cobre durante los próximos cuatro años se llevará a cabo en China). 

Según un reciente estudio de CRUGROUP, expertos en la minería mundial, dan el ejemplo de los cátodos de cobre: A pesar de que China ha sido el mayor productor de cátodos de cobre en el mundo durante varios años, todavía tiene que importar entre el 30-40% de su consumo total cada año (cuya demanda sigue en aumento), lo que significa que con el apoyo gubernamental (en forma de préstamos a bajo costo, la aprobación ambiental y el acceso a la tierra, entre otros), fácilmente hay un mercado disponible para el cobre.

Por otro lado, en el Perú el Ministerio de Energía y Minas (MEM) indicó recientemente que, durante el primer semestre del 2016, la producción nacional de cobre registró un crecimiento de 51% respecto al mismo periodo en 2015, alcanzando los 1.12 millones de toneladas métricas finas (TMF). El MEM precisó que, a nivel nacional, Arequipa lidera la producción cuprífera al obtener 23.19% del total, seguido por Áncash y Cuzco.

En cuanto a los otros commodities, el 2016 ha sido el año del zinc, el cual ha aumentado su precio en 51% en el primer semestre. Esto ha llevado a que la minera MMG de China, propietaria de Las Bambas, anunciara recientemente que buscará  nuevas minas de zinc en el Perú. “Estamos pensando en lugares como Perú, donde hay una gran cantidad de zinc”, afirmó el presidente ejecutivo Andrew Michelmore. Recordemos que el Perú tiene la tercera mayor reserva de zinc del mundo.

Además, según Bloomberg, “El zinc ha subido más de un 50% desde su mínimo de enero por recortes de producción en las minas y los cierres de Glencore PLC y Century de MMG y la disminución de las operaciones de Lisheen Vedanta Resources Plc. Goldman Sachs Group Inc. pronostica una escasez mundial cada vez mayor.”

En Lampadia estamos muy atentos a la evolución de los precios de los minerales básicos indicados, los del cobre y zinc, que configuran de manera muy importante el escenario económico global para el Perú. Además, la contribución del oro y de la plata, también ha tenido una evolución muy favorable al país. Todos estos metales forman parte de la minería peruana, la cual genera aproximadamente el 60% de las exportaciones y ha explicado una buena parte del crecimiento económico y de la inversión privada, muy importantes encadenamientos con otros sectores productivos al tiempo que ha beneficiado al fisco, incluyendo a los gobiernos locales y regionales con el canon minero.

Veamos la evolución de los precios más importantes para nuestra economía: 

Pero lo más importante es que este sector tiene un potencial para el crecimiento y la expansión muy importante. Nuestras oportunidades de inversión son amplias y variadas, pues aún no se ha explorado gran parte del territorio, dejando un inmenso potencial para el desarrollo futuro. Entre las exploraciones y operaciones mineras, se interviene menos del 2% del territorio nacional. Según un estudio de EY, se estima que sólo el 0.32% del territorio del país ha sido explorado al año 2013. Del mismo modo, sólo se ha explotado el 0.9% del territorio al mismo año.

Desde que empezaron a caer los precios de los commodities hace cuatro años, en Lampadia destacamos nuestra protección en mercados débiles dado nuestro nivel de costos competitivos, la oferta de diversos minerales y nuestro tamaño relativo al gran comprador de minerales, la China. Entonces afirmamos que los precios habían bajado, pero no la demanda por nuestros productos, máxime si el 7% de crecimiento de China equivale a 3.2 veces el PBI anual del Perú. Ver en Lampadia: China: Un Gigante cambia de Piel

En los últimos años hemos perdido magníficas oportunidades de inversión en importantes proyectos que ahora debieran estar en su fase productiva, generando los recursos que nos hacen tanta falta. Por ejemplo, según el IPE (ver el siguiente cuadro), el crecimiento de nuestra economía podría haberse mantenido en niveles del 6%, de no haberse suspendido los proyectos mineros.

Es momento de señalar y denunciar los daños originados por los anti mineros y aprovechar la autoridad moral del nuevo gobierno para, tal como ha planteado el Presidente Kuczynski en su primer mensaje a la nación, explicar a la población los beneficios de las industrias extractivas. 

Lampadia  




Caídas del cobre y petróleo superan expectativas

Caídas del cobre y petróleo superan expectativas

Según Larry Summers, ex Secretario del Tesoro de los EEUU y ex Rector de Harvard, “normalmente los mercados son más volátiles hacia finales de año, para calmarse luego, al inicio de un nuevo año. No este año. Los mercados de EEUU y Europa, cerraron de bajada el viernes, después de una semana muy dura, a pesar de un buen reporte del empleo en EEUU. La semana pasada vimos una caída dramática de la bolsa y moneda chinas. El petróleo bajo incluso a la luz de tensiones mayores entre Irán y Arabia Saudita”. Del Financial Times: Oil price to slide towards $20 a barrel, warns Morgan Stanley, Anjli Raval and David Sheppard in London, 11 de enero 2016. 

Pues ayer lunes el proceso se agravó aún más. El petróleo (WTI) bajó a US$ 31.13 por barril y, por diferentes razones, los bancos Morgan Stanley, Goldman Sachs, Citigroup y Bank of America Merrill Lynch, pronosticaron que el precio del petróleo podría bajar hasta US$ 20 por barril. Lo que es peor para el Perú, el cobre rompió la barrera de US$ 2.0 por libra, después de haber encontrado un buen nivel de resistencia a lo largo de las últimas semanas. Ver los siguientes gráficos del Financial Times para ambos commodities durante los últimos tres años: 

Financial Times: Una frenada en China, que lideró el crecimiento de la demanda de petróleo en la última década, ha añadido temores de un menor consumo y una sobre-oferta masiva, incluso después de una caída de su precio de 70% durante los últimos 18 meses. Esto puede llevar a otra ronda de debilidad de los commodities, dice Longson, del Morgan Stanley. “Fuertes temores de un aterrizaje duro de China y de otros mercados emergentes, han sido tomados en cuenta”, añadió Michael Wittner, analista de la Société, el banco francés.

Afortunadamente el oro todavía se resiste a romper la barrera de los US$ 1,000 la onza. Ver el siguiente gráfico del Financial Times de ayer:

Lawrence Summers, en el Financial Times, el 10 de enero 2016, asevera en su artículo: Heed the fears of the financial markets, que los mercados están más volátiles que los fundamentales que pretenden evaluar. “El economista Paul Samuelson dijo bromeando hace 50 años: ‘el mercado de valores ha predicho nueve de las últimas cinco recesiones”.

Agrega Summers: Los mejores ejecutivos manejan sus compañías con un ojo en la rentabilidad de largo plazo, no en el precio diario de sus acciones. Y los hacedores de políticas públicas lo hacen mejor cuando se concentran en fortalecer sus fundamentales económicos, en vez de hacerlo en función de las fluctuaciones diarias de los mercados.

Sin embargo, como los mercados evalúan permanentemente el futuro y agregan los puntos de vista de un inmenso número de participantes, muchas veces dan señales de alarma cuando cambian las condiciones. Los hacedores de políticas que descartan los movimientos del mercado como meras especulaciones, cometen errores graves. Si bien los mercados pueden dar falsas alarmas y no deben ser tomados sin criterio, esencialmente, la sabiduría convencional nunca reconoce la aproximación de tormentas.

Summers: “Las señales deben ser tomadas en serio cuando se mantienen y vienen de muchos mercados. Puede ser concebible que el desarrollo chino refleje sicología de los mercados y pobres reacciones de políticas y, que la respuesta de los mercados globales sea por contagio, pero lo dudo. La contribución de China a la demanda global de commodities bajará”.

“La experiencia sugiere que el mejor indicador de los prospectos futuros de la economía son las decisiones de sus ciudadanos acerca de mantener su capital en el país o exportarlo. La moneda china, el renminbi, está bajo presión porque los chinos estás deseosos de llevar su dinero al exterior. Si no fuera por el uso de reservas del gobierno chino, su moneda habría caído más”.

Dado el tamaño de China y su potencial volatilidad y el poco espacio para medidas monetarias convencionales, el riesgo global para la performance económica de EEUU, Europa y de muchos mercados emergentes, es tan alto como puedo recordar de algún otro momento. Los hacedores de políticas deben esperar lo mejor y planear para lo peor”.

En Lampadia estamos muy atentos a la evolución de los tres precios indicados líneas arriba, los del cobre, oro y petróleo, que configuran de manera muy importante el escenario económico global para el Perú, con largamente más impacto que los movimientos de tasas de interés de la FED (el banco central de EEUU).

Probablemente el impacto más dramático es la rotura de la barrera de los US$ 2.0 por libra del cobre. Lamentablemente, esto puede presagiar mayores dificultades, a las ya existentes para la recuperación de nuestros proyectos mineros. En un escenario más débil de precios, pronto tendremos que considerar, si somos racionales, una revisión completa de las trabas a las inversiones mineras y petroleras. La minería es y seguirá siendo nuestro más importante motor de crecimiento económico, crecimiento al que no podemos renunciar. No olvidemos que un 7% de China equivale a 3.2 veces el PBI anual del Perú y, que por lo tanto, más allá de la coyuntura, debemos apuntar a aprovechar nuestros recursos naturales y generar la alquimia del desarrollo integral. En los últimos años hemos perdido magníficas oportunidades de inversión en importantes proyectos que ahora debieran estar en su fase productiva, generando los recursos que tanta falta nos hacen. Es momento de señalar y denunciar los daños originados por los anti mineros, ya sean los de aquellos ideologizados, los de los acólitos del inconcebible pos-extractivismo o los de los oportunistas de la política barata; así como los de las ciegas y débiles comparsas de la política de turno.  Lampadia    

 

 

 




Perú le da la bienvenida al Mundo

Perú le da la bienvenida al Mundo

Luego de 48 años, la Reunión Anual de la Junta de Gobernadores del Grupo del Banco Mundial (BM) y del FMI se realizará en Latinoamérica, esta vez en Lima (la última reunión en la región fue en Brasil en 1967).

Durante la semana del 5 de octubre, el Perú acogerá a las autoridades monetarias y fiscales de 188 países, a los líderes de todos los organismos multilaterales y a connotadas figuras de las finanzas y economía global. Entre las eminencias que nos visitan tenemos a Janet Yellen (FED), Larry Summers (Ex Secretario del Tesoro de EEUU) y Martin Wolf (del Financial Times), el principal comentarista económico del mundo. 

Entre los temas más importantes a tratarse están: el crecimiento de la economía global, los precios de las materias primas, la desigualdad, las reformas pendientes y el cambio climático.

Hace 48 años nuestro país estaba ad-potas de iniciar una aventura anti natura de nuestro desarrollo con la dictadura militar que nos alejó del mundo de las políticas públicas racionales para sumirnos en una profunda crisis de empobrecimiento y de lejanía del resto del mundo que se fue agravando hasta 1990. En ese lapso, el Perú proscribió la inversión privada en el campo, la minería, la energía, los bosques, la pesca y hasta en el turismo.

El resultado de esa debacle lo conocimos con la miseria y la sangre de muchos peruanos. Dios mediante, nuestro país supo recuperarse de la implosión productiva, el desempleo, la hiperinflación, el terrorismo, la pobreza y la desigualdad; gracias a la gran reforma de los años 90, coronada con la Constitución del 93 que trajo de regreso a la inversión privada, la racionalidad de la cosa pública y que desató las magníficas capacidades dormidas de nuestra gente para crear riqueza y prosperidad.

Es de caballeros reconocer que ambas instituciones, el BM y el FMI, fueron determinantes en la recuperación y reinserción del Perú en la senda de la prosperidad. Ver en Lampadia: Crónica de una reinserción

 

Ver en Lampadia: Quieren bajarle la llanta a la prosperidad

Nuestra recuperación arrancó en 1993 con 7.5% de crecimiento anual hasta 1998 en que cortamos la cadena de pagos (ver en Lampadia: ¡Qué “calato”… ni que ocho cuartos! ). Luego de superar ese bache, volvimos a crecer desde el 2003 hasta el 2013 a tasas muy superiores a las del resto del mundo y muy por encima de la performance regional.

Como acaba de comentar Alberto Rodríguez, Director del BM para Bolivia, Chile, Ecuador, Venezuela y Perú: “El crecimiento económico del Perú de los últimos años fue inclusivo, porque a la par de incrementar sus ganancias, se preocupó por ser inclusivo y reducir los niveles de inequidad. (…) No solo se rebajó los niveles de pobreza, sino que además disminuyó la inequidad, pues el cociente GINI pasó de 0.49 a 0.44 puntos”. (Correo, 4 de octubre).

Por su lado, Alejandro Santos, representante del FMI en Lima, dejó atónito a Raúl Vargas el sábado 3 de octubre, cuando éste le pidió una nota para el desempeño del Perú: “Le pondría 9.9 sobre 10 por el manejo económico realizado en los últimos 25 años. Los logros no solo están en el área económica sino también en la social”. (Expreso, 4 de octubre).

Santos agregó: “Es algo de lo que la gente no se da cuenta, siento que cuando hablo con la gente hay una ola de pesimismo. En todos lados de repente se pasa de la euforia a la depresión, pero el Perú es el mismo del año pasado y será el mismo del próximo año”.

Ana Corbacho, economista del FMI nos dice: “El Perú enfrenta una situación de coyuntura económica de crecimiento bajo, pero desde una posición de fortaleza”. (Perú21, 4 de octubre).

Christine Lagarde, Directora General del FMI afirma: “El Perú es un país dinámico con un rico acervo cultural. A lo largo de la última década ha dado pasos extraordinarios para elevar los niveles de vida de sus habitantes y para convertir su economía en una de las más dinámicas entre los países emergentes”. (El Comercio, Portafolio, 4 de octubre).

Nada de esto significa que el Perú sea un país desarrollado. Aun somos ‘un país en construcción’. Como agrega Lagarde, todavía tenemos que emprender reformas de gran alcance, cerrar la brecha de infraestructuras y mejorar el capital humano. En esta línea de pensamiento, en Lampadia hemos venido insistiendo en: la necesidad de lograr una buena Gobernanza, tener un Estado Meritocrático, hacer una verdadera revolución educativa, mejorar sustancialmente en salud, bajar la barrera de la formalidad infraestructuras, aumentar el desarrollo tecnológico, facilitar los procesos de inversión y generar un clima de negocios sano. Este esfuerzo no ha sido sistemático, por eso, desde hoy estamos creando un ‘Repositorium’ sobre el Estado del Siglo XXI, donde acumularemos los elementos relevantes de esta importante y urgente tarea.

Durante esta semana, los peruanos tenemos que ser esponjas para absorber información sobre las mejores prácticas económicas y sociales del mundo y conocer un poco más de la realidad global, tan ajena a nuestro interés cotidiano. Además, debemos tener una semana de paz y armonía interna, brindando a nuestros visitantes nuestro calor humano, la gratificación de nuestra gastronomía y un mayor conocimiento de nuestra realidad de país con gentes maravillosas y lleno de oportunidades de inversión y crecimiento.

Lamentablemente la prensa peruana está en otra… La mayoría de los diarios que se exhiben en los kioscos, no informan a los ciudadanos de esta importante reunión para el Perú. (Ver ilustración). Lampadia

 




La visión de Arvind Subramanian

La visión de Arvind Subramanian

Arvind Subramanian, asesor económico principal del gobierno de India y, por lo tanto asesor de una de las naciones más importantes del mundo, tiene una perspectiva visionaria. Anteriormente, en Lampadia ya hemos publicado sus opiniones.

Subramanian afirmó “que los países, a cualquier nivel de ingresos, son hoy menos dependientes de la manufactura, tanto en términos de producción como de empleo. Y que el nivel de ingreso por persona, basado en la manufactura, llega a su pico cada vez a niveles más bajos”. Él llama a esto la “prematura no-industrialización.” Ver en L: Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I) y la segunda parte (II).

Es por esto que creemos en su importante y valiosa visión. Ahora compartimos un artículo suyo publicado en Project Syndicate el pasado 18 de abril de este año, siguiendo su línea de pensamiento sobre el desarrollo y manejo económico de un país.

Arvind Subramanian en una conferencia en China sobre la dominancia asiática y la G20         Fuente: Poptech

 

El problema del estancamiento persistente

Escrito por Arvind Subramanian.

Publicado por Project Syndicate el 18 de abril, 2015.

 

En un intercambio reciente entre el ex Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos Ben Bernanke y el ex Secretario del Tesoro del mismo país Larry Summers sobre la posibilidad de un estancamiento persistente, un aspecto en el que convenían era el de la necesidad de una perspectiva mundial, pero desde dicha perspectiva la hipótesis de un estancamiento persistente en el período inmediatamente anterior a la crisis financiera mundial no cuadra con un dato fundamental: el crecimiento mundial ascendió, por término medio, a más del cuatro por ciento, la mayor tasa registrada.

El mismo problema rodea la hipótesis de Bernanke de que el crecimiento lento reflejaba una “saturación del ahorro mundial”. Desde una perspectiva keynesiana, un aumento del ahorro no puede explicar el incremento repentino de la actividad que el mundo presenció a comienzos del decenio de 2000.

Parece que los partidarios de la hipótesis del estancamiento persistente no han entendido en qué consiste el problema. Desde una perspectiva de verdad mundial y duradera, la dificultad estriba en explicar el auge anterior a la crisis. Más concretamente, radica en explicar la conjunción de tres importantes acontecimientos mundiales: un aumento repentino del crecimiento (no un estancamiento), un descenso de la inflación y una reducción de los tipos de interés reales (ajustados a la inflación). Cualquier explicación convincente de ellos debe dejar de insistir exclusivamente en un marco de demanda agregada y centrarse en el aumento de los mercados en ascenso, en particular China.

Esencialmente, el mundo presenció una gran sacudida positiva de la productividad procedente de los mercados en ascenso, que aceleró el crecimiento mundial, al tiempo que reforzaba el proceso desinflacionario que ya había puesto en marcha la llamada gran moderación en la inestabilidad del ciclo económico. Ese dato fundamental permite conciliar dos de los tres importantes acontecimientos mundiales: un mayor crecimiento y una inflación menor.

Entonces el problema estriba en cuadrar el aumento de la productividad mundial con la bajada de los tipos de interés reales. Bernanke puso de relieve correctamente que los tipos de interés reales a largo plazo van determinados por el crecimiento real. Así, pues, la sacudida positiva de la productividad debería haber aumentado el rendimiento del capital y, por tanto, el equilibrio real de los tipos de interés. Además, el hecho de que la sacudida de la productividad reflejara una reducción del coeficiente entre el capital y la mano de obra mundiales debida a la integración de los trabajadores chinos e indios en la economía mundial debería haber acentuado esa tendencia, pero no fue así: al contrario, los intereses reales mundiales bajaron. 

Para entender ese misterio resultan fundamentales dos rasgos distintivos de la sacudida de la productividad de los mercados en ascenso: su origen y consecuencias fueron el gran consumo de recursos y su carácter mercantilista. Esos dos rasgos aumentaron el ahorro mundial.

Para empezar, como los motores del crecimiento mundial fueron países relativamente pobres, pero grandes –la India y en particular China–, que estaban ávidos de recursos, los precios mundiales del petróleo se pusieron por las nubes, lo que redistribuyó los ingresos mundiales hacia países con mayor propensión a ahorrar: los exportadores de petróleo.

Más importantes aún fueron las políticas mercantilistas. China y otros países con mercados en ascenso aplicaron una estrategia económica que desafiaba los postulados habituales de la teoría del crecimiento y del desarrollo. El crecimiento mercantilista se basó –porque en parte así lo requería– en impulsar el capital hacia fuera, en lugar de atraerlo. Al limitar las entradas de capitales extranjeros y mantener bajos los tipos de interés internos, China pudo mantener una divisa relativamente débil, lo que sirvió para sostener el modelo de crecimiento impulsado por la exportación y, a su vez, contribuyó a unos enormes superávits por cuenta corriente (más del diez por ciento del PIB en determinado momento), que enviaron capital flotante al resto del mundo.

El reconocimiento de la importancia de esa estrategia revela una falacia común por la cual se atribuye la saturación del ahorro al deseo de los mercados en ascenso de asegurarse contra la agitación financiera comprando dólares de reserva. Eso puede haber sido cierto inmediatamente después de la crisis financiera asiática de finales del decenio de 1990, pero no tardó en prevalecer el imperativo del crecimiento. Dicho de otro modo, el motivo de la autoseguridad podría explicar el primer billón de dólares de China en títulos de reserva, pero nada tiene que ver con los tres billones posteriores.

El propio crecimiento contribuyó también a la saturación del ahorro. Al aumentar los ingresos, los ya prudentes asiáticos se volvieron aún más prudentes y las empresas rentables resultaron aún más rentables. Esa reacción endógena ante el rápido aumento de la productividad fue un factor decisivo que contribuyó a la saturación del ahorro. Hubo que revisar antiguas verdades sobre el desarrollo, en el sentido de que el ahorro es un motor del crecimiento, porque el crecimiento de los mercados en ascenso fue, hasta cierto punto, el motor del ahorro.

En eso estriba la explicación del problema de los tipos de interés. Al aumentar el ahorro (y, por tanto, la oferta mundial de fondos prestables), los tipos reales experimentaron una presión que los hizo bajar. Los tipos bajos, a su vez, brindaron la lubricación necesaria para financiar la burbuja de los activos en los Estados Unidos y en otros países. Según Summers, la magnitud del ahorro causó una debilitación del crecimiento; según la explicación substitutiva aquí ofrecida, fue primordialmente el crecimiento rápido –y sus rasgos distintivos– el motor de la magnitud del ahorro.

Actualmente, al desacelerarse el crecimiento mundial, una vez más parece posible el estancamiento persistente, pero éste es una dolencia de los países que se encuentran en la frontera económica. Para el resto del mundo en desarrollo, la verdadera preocupación no es una escasez de demanda, sino la necesidad de mantener unos niveles elevados de aumento de la productividad a fin de que puedan alcanzar a las economías avanzadas. Cuando los encargados de la formulación de políticas se reúnan en Washington esta semana para celebrar sus conversaciones rituales, no deberían perder de vista esa distinción fundamental.