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Apurímac y Junín pierden competitividad

El Índice de Competitividad Regional – INCORE elaborado por el IPE es una herramienta muy útil para identificar las fortalezas y los cuellos de botella que enfrentan las 24 regiones del país en su desarrollo económico, social e institucional – necesarios para alcanzar una mayor competitividad. Siguiendo la metodología ideada por el economista Xavier Sala i Martín para el Índice de Competitividad Global publicado por el Foro Económico Mundial, el IPE construye un indicador compuesto que pondera seis pilares para determinar la competitividad de cada región: Entorno Económico, Infraestructuras, Salud, Educación, Laboral e Instituciones. La edición del 2019 se publicó recientemente, por lo que a continuación repasamos y analizamos las principales conclusiones del mencionado informe.

Regiones que mejoraron

En primer lugar, como se puede apreciar en el gráfico líneas abajo, Lima ostenta el lugar de la región más competitiva del país, seguida de Arequipa, Tacna y Moquegua, por mencionar algunas. Por otra parte, entre las regiones menos competitivas se encuentran Huancavelica, Cajamarca, Huánuco y Loreto.

Fuente: IPE

Fuente: IPE

Los 16 primeros puestos no han registrado cambio alguno respecto a la edición del 2018; sin embargo, a partir del puesto 17, se puede destacar el avance de dos regiones. Así, Ucayali pasó de ocupar el puesto 20 al 17 y Loreto, del puesto 24 al 22. En el caso de Ucayali la mejora en su posición se ha dado principalmente por avances en el pilar de salud – 4 posiciones – y laboral – 3 posiciones. En relación al avance de Loreto, este quedó explicado principalmente por su avance en el pilar de instituciones, concretamente, un incremento de 18 posiciones en el indicador referido a la ejecución de la inversión pública.

Apurímac y Junín entre las regiones que más empeoraron

Por otra parte, es menester señalar que Apurímac, región que registró el mayor avance en el INCORE el año pasado (ver Lampadia: Apurímac avanza en su potencial de desarrollo), se encuentra – junto a Junín – entre las regiones que más empeoraron en el ranking general de competitividad – cayendo del puesto 17 al 20.

Tabla 1. Índice de Competitividad Regional de Apurímac

Fuente: IPE

Esta caída se ha dado principalmente por el descenso de 9 posiciones en el pilar instituciones, 5 posiciones en el pilar laboral y 3 posiciones en el pilar entorno económico. Es de destacar la caída del pilar instituciones, explicada por descensos en los indicadores de resolución de expedientes judiciales y percepción de la gestión pública. Asimismo y en relación a este mismo pilar, la región se ubica como la segunda con mayor tasa de conflictividad social, reflejo, entre otras cosas, de un agravamiento en los últimos meses del conflicto minero del gran proyecto cuprífero Las Bambas. Como explicamos en Lampadia: Esfuerzo Intelectual Anti-minero, este hecho responde a los ausentes esfuerzos anticipados por parte del Gobierno y del sector minero para estructurar un discurso que permita detener el creciente avance del movimiento anti-minero de los últimos años, promovido por ONG’s y diversos académicos asociados a ellas.

El proyecto Las Bambas – que actualmente se encuentra amenazado con otro bloqueo en su corredor minero, para impedir la salida de la producción de cobre para ser exportada – significó a Apurímac una inversión total de US$ 10,000 millones en una vida útil de 18 años, con una producción de 453,000 toneladas al año. Los ingresos fiscales producto de tal actividad hubieran significado sendos avances en los ámbitos de infraestructura, educación y salud, tan importantes para que más hogares de la región escapasen permanentemente de la pobreza e indigencia. Por otra parte – aunque no se menciona en el informe – este paro indudablemente ha debido estar asociado a las ya mencionadas caídas en los pilares de entorno económico – traducido en un menor gasto real por hogar – y en el laboral – concretamente por una reducción de la creación de empleo formal.

Otro caso a destacar, como mencionamos, es el de Junín que registró también una caída de tres posiciones en el ranking general de competitividad, pasando del puesto 11 al 14. Este retroceso estuvo explicado por notables caídas en los pilares de salud y laboral – 4 posiciones – así como también en los pilares de entorno económico e instituciones – 3 posiciones.

Tabla 2. Índice de Competitividad Regional de Junín

Fuente: IPE

Es de destacar la caída en el pilar de salud, la cual está explicada por un incremento en la incidencia de desnutrición crónica en menores de 5 años – situando a la región en el puesto 22 – y una mayor prevalencia de la anemia infantil – situando a la región en el puesto 19 – ambas enfermedades que – como se explica en el informe de Macroconsult: La anemia infantil, un enemigo silenciosogeneran efectos irreversibles en el desarrollo del cerebro temprano de los niños, comprometiéndolos a un bajo rendimiento tanto escolar como universitario.

Esperemos que los resultados de este informe puedan ser tomados en cuenta por los hacedores de política para enfocar mejor sus intervenciones en las regiones, priorizando las necesidades y oportunidades de mejora en cada una de ellas y considerando además que el presupuesto público hacia los gobiernos regionales, como todo presupuesto, cuenta con una restricción de recursos que debe ser usada de manera eficiente y eficaz para hacer frente a los problemas que aquejan – en este caso – a los peruanos al interior del país. Lampadia




Apurímac avanza en su potencial de desarrollo

Recientemente se publicó el último informe INCORE (Índice de Competitividad Regional) elaborado por el IPE. Según el informe, los resultados indican una relación directa entre competitividad y desarrollo económico y social.

Este indicador cuantifica la posición de las 24 regiones del país mediante seis pilares: Entorno Económico, Infraestructuras, Salud, Educación, Laboral e Instituciones. Cada uno de los cuales está compuesto por varios componentes que dan como resultado un total de 46 indicadores. Con esta información se puede evaluar el desarrollo integral de cada región, así como identificar sus principales fortalezas y debilidades.

Entre los resultados más importantes tenemos que Lima continúa liderando la competitividad del país. Además, una de las regiones que ha avanzado es Arequipa, que desplazó a Moquegua del segundo lugar que vino ocupando en los últimos tres años. Dicho avance se debe a que Arequipa obtuvo mejores cifras en el pilar Laboral debido a la mejora en creación de empleo formal, pero registró un retroceso de una posición en el pilar de Instituciones.

Les siguen las regiones de Moquegua, Ica y Tacna. Estas cinco regiones se ubican en el tercio superior en más del 60% de los 45 indicadores evaluados, lo que muestra una notable ventaja respecto al resto de regiones.

Por otro lado, Cajamarca, Puno y Loreto son las regiones menos competitivas del país por quinto año consecutivo, y se ubican en el último tercio en más de la mitad de los 45 indicadores del INCORE.

Cajamarca, específicamente, es un caso trágico porque hasta hace pocos años, era la región con mayor potencial de crecimiento del país y, de haber consolidado una vocación pro inversión y desarrollado, los cuatro grandes proyectos que estaban en marcha antes de la caída de los precios de los minerales, pudo haberse convertido en la región más rica del Perú.

El sorprendente salto de Apurímac

Quizás lo más revelador del informe es que Apurímac fue la región que registró el mayor avance, que subió del puesto 19 al 14, gracias al mejor desempeño de los pilares instituciones, laboral, infraestructura y entorno económico.

Según el IPE, Apurímac es la región que escaló más posiciones en el INCORE (cinco puestos) debido al avance sustancial de los pilares Instituciones y Laboral. El primero mejoró ocho puestos, por una caída importante en el número de homicidios por cada 100 mil personas y una mayor resolución de expedientes judiciales. El segundo avanzó seis puestos, debido principalmente a la mayor creación de empleo formal y a la reducción de la brecha de género en los ingresos laborales.

Es importante remarcar que gran parte de los avances que se pueden ver en Instituciones y Laboral tienen que ver con las mejoras de entorno económico que, aunque el informe no lo destaca, pasó del puesto 16 en el 2016 al 12 en el 2017. Estas mejoras económicas que dan inicio a las mejoras en los demás pilares fueron impulsadas por el inicio de las operaciones del proyecto Las Bambas.

En anteriores ocasiones hemos presentado información sobre la evolución del crecimiento y reducción de la pobreza en la región Apurímac, que en los últimos años se ha dinamizado notoriamente, como producto del gran proyecto minero de cobre de Las Bambas, el proyecto minero de mayor envergadura actualmente operativo en el país y representó una inversión de 10,000 millones de dólares, tiene una vida útil de 18 años y representa una producción de 453,000 toneladas de cobre al año.

Es importante recalcar que este proyecto ha estado asociado a conflictos sociales, pero, a pesar de todo, el proyecto pudo ir adelante iniciando sus embarques de exportación que ha brindado una gran mejora económica y social a la región, que se debe, fundamentalmente, al crecimiento de la producción minera. En Lampadia ya hemos podido comparar cómo Apurímac aprovechó la inversión minera para dar un salto adelante en las condiciones de vida de la región. Ver en Lampadia: Apurímac: Un nuevo testimonio del aporte de la minería.

Apurímac, al igual que otras regiones con un alto puntaje como Arequipa, Ica, y Tacna son parte de la zona cuprífera donde se ubican las principales unidades mineras productoras de cobre a gran escala: Toquepala, Cuajone, Cerro Verde, Tintaya, Antapacay, Constancia y el Proyecto de Las Bambas.

Esto debe dejar claro que la inversión minera ha traído consigo un impacto altamente positivo. La minería moderna usa tecnología de punta y se integra adecuadamente con sus espacios sociales y ambientales. La recuperación del sector minero ha traído consigo el desarrollo de un sector industrial que ahora puede calificarse como el más grande, sólido, competitivo y exportador de nuestra historia. Además, se han construido carreteras y aumentando la cobertura eléctrica y de telecomunicaciones, mejorando la calidad de vida de los pueblos aledaños. (Ver en Lampadia: Al menos 80% de la reducción de la pobreza es por el crecimiento).

La minería ha creado puestos de trabajo bien remunerados e importantes ingresos fiscales. (Ver en Lampadia: Informe del Efecto de la minería sobre el empleo, el producto y recaudación en el Perú elaborado por el IPE). Este estudio demuestra que, por cada empleo generado por la minería, se crean nueve empleos indirectos en otros sectores (el sector agrícola solo crea 1/6 de empleo indirecto por cada empleo directo de su sector). Esto se puede ver en los buenos resultados de Apurímac en este último INCORE.

El INCORE es un buen indicador para identificar el nivel de competitividad de las regiones y tomar las decisiones correctas en las agendas políticas para lograr retomar su crecimiento. Como afirma el IPE, “definirá la ruta que seguirán las regiones en el futuro y las condiciones responsables no solo de su crecimiento sino también de su desarrollo, atraso o estancamiento y de las diferencias regionales.”

Para retomar la senda del crecimiento y el ciclo virtuoso del Perú, urge seguir promoviendo un alto nivel de inversión, sobretodo en el sector minero. Esta es nuestra fuente principal de crecimiento de la economía, empleo y encadenamiento con los demás sectores. Hoy, sin embargo, estamos atrapados entre la tramitología y el caos político. Lampadia




Más allá del populismo: ¿Y las reformas?

Úrsula Letona
Para Lampadia

Desde el gobierno de Toledo en adelante no se han trabajado y debatido reformas estructurales demandadas por la sociedad de nuestro país, que sean de carácter transversal, tanto en lo social, político o económico, entre otros aspectos relevantes, por ausencia de voluntad política o por conveniencia de mantener el statu quo.

Es cierto que el modelo económico consagrado en la Constitución vigente y muchas reformas implementadas en la década de los 90 han logrado que nuestro país en conjunto se encaminara al crecimiento económico. Sin embargo, la realidad de los años 90 no es la misma de los años 2006 o 2011 ni mucho menos la de hoy, que ingresa a la cuarta revolución industrial vinculada a las tecnologías de la información y el conocimiento.

Justamente, atendiendo a la situación indicada, Fuerza Popular ha considerado que se requiere de reformas estructurales en 4 áreas principales: informalidad, salud, educación y laboral. He advertido hace varios meses acerca de la necesidad de estas reformas de segunda generación e inclusive he señalado la forma cómo considero que deben ser abordadas por el Poder Ejecutivo, que por un criterio de competencia es el gran llamado a efectuarlas.

Ya desde en los meses de mayo y junio del año 2017, en artículos que escribí en “El Montonero”,  indiqué que actualmente tenemos una informalidad que asciende al 72% y que los aspectos a abordar para revertir una cifra tan alta son, conforme a la literatura especializada, la carga regulatoria, la productividad laboral, mejores servicios básicos y educación financiera; y que el Gobierno estaba simplemente pensando en “parches” aislados como una propuesta legislativa que tenía por finalidad que el Estado subvenciones el seguro social de los jóvenes trabajadores a fin de fomentar su inserción al mercado laboral. No se observaba ninguna línea política que proponga diferentes medidas para abarcar de manera conjunta y transversal y multisectorial este problema.

Por ello, propuse la creación de una “Autoridad de Formalización” que articule el complejo tramado de actores en el marco de la informalidad y trabaje propuestas articuladas que ataquen diferentes aspectos del problema. Enfocarse solo en el crecimiento del PBI, no será suficiente para revertir los problemas de informalidad.

En lo que respecta a la reforma de salud, en un artículo del mes de marzo del presente año, advertí que una reforma importante en dicho sector era el emprendimiento de un programa piloto o de primera etapa que se vincule a la compra de medicamentos y equipamiento médico de forma centralizada para todos los servicios públicos de salud. La segmentación con la que actualmente contamos, nos ha llevado a resultados nefastos. A su vez, señalé que deben incorporarse las prácticas exitosas en salud que ha tenido el sector privado y adaptarlas a la esfera pública, y, de conformidad con la Comisión de Protección Social, crear un Fondo Único que centralice los aspectos vinculados al financiamiento de la salud pública, así como una división de los componentes de prestación de salud respecto al financiamiento. Necesitamos que los médicos hagan el trabajo para el que fueron formador: tratar y curar a los pacientes, y los administrativos lo suyo: gestionar los recursos.

En lo que respecta al aspecto educativo, ya desde el mes de septiembre del año 2017 enfaticé la necesidad de revertir las desigualdades educativas y señalé que la academia ya ha abordado ampliamente este tema. Debe plantearse objetivos a alcanzar en el corto y mediano plazo para poder adoptar las medidas correctivas que resulten pertinentes, principalmente en las regiones que registran menores índices de calidad educativa.

Asimismo, señalé que debe establecerse incentivos para la capacitación del docente aparejados a la asignación de incentivos económicos, siempre que logren alcanzar los estándares contemplados; pero, a su vez, señalé también la necesidad de generar incentivos para que las autoridades regionales cumplan con implementar políticas que trasciendan sus propias gestiones.

El Ejecutivo debe ya empezar a desterrar el criterio de que la mejora de la educación pasa por ampliar la jornada lectiva y ampliación de cobertura. Ya tenemos niveles de acceso de 94% a la educación primaria y 80% a la educación secundaria, situación muy similar a los estándares OCDE, pero el nivel de calidad sigue siendo algo en los que mostramos una brecha enorme incluso con países de la región como Chile o Colombia. En consecuencia, si bien no se debe descuidar la cobertura, es importante centralizar los esfuerzos en la mejora de la calidad educativa. Miremos la experiencia internacional, y lo señalé en un artículo reciente del mes pasado, los países que han logrado mayores avances en educación como Singapur, Corea y Chile han implementado cambios disruptivos. ¡Han implementado grandes reformas! Veamos cuáles son estas y adaptémoslas a nuestro medio. La evidencia existe.

La mejoría de los rubros de salud y educación repercutirá necesariamente en la reforma laboral pero no debe quedarse sólo en ello. La “doctrina del chorreo” seguida por el ex presidente Toledo sigue siendo desarrollada hasta el día de hoy y los resultados a nivel de generación del empleo no han sido satisfactorios. Sin duda un aspecto preocupante es el alejamiento de la inversión privada, pero no hemos observado ni una sola reforma estructural para generar empleo. La juventud sigue desempleada, los “ninis” crecen cada año y la mayoría son mujeres. Las Mypes son un importante motor de la economía y, conforme he señalado reiteradas veces, miremos la región. Chile ideó un programa de acompañamiento a las Mypes durante sus 2 primeros años de creación y articuló toda su cadena productiva para insertarlas en el mercado incorporándoles tecnologías para generar productividad –valor agregado. Aquí no tenemos eso, sino que las Mypes desaparecen dentro de sus 2 primeros años, pese a que ellas son el principal motor de nuestra economía y generan una gran cantidad de puestos de trabajo, donde está incorporada la gran masa laboral.

Finalmente, el pasado 09 de noviembre presenté a iniciativa mía, conjuntamente con otros colegas, la Moción 07471 a fin de “Conformar una Comisión Especial para promover el dialogo entre las diversas fuerzas políticas parlamentarias, hacer el seguimiento, analizar, debatir y proponer recomendaciones técnicas para la priorización de la agenda de reformas de interés nacional hasta la aprobación correspondiente”. Esta Comisión tendrá una importante misión: coadyuvar a cambiarle la vida al ciudadano. No populismo, no discursos histriónicos, sino trabajar. Articular entre las diferentes fuerzas políticas parlamentarias y, evidentemente, el Gobierno para impulsar estas reformas que hasta ahora el Ejecutivo no ha efectuado y tampoco ha mostrado iniciativas. Lampadia




El nuevo Régimen Mype Tributario es un gran avance

El nuevo Régimen Mype Tributario es un gran avance

Jaime de Althaus
Para
Lampadia

Entre las críticas que se han formulado a la gestión del renunciante ministro de Economía, Alfredo Thorne, está la de que el nuevo Régimen Mype Tributario (RMT) creado por él sólo habría servido para reducir la recaudación. Es, a nuestro juicio, una crítica miope, que no advierte que se trata de una reforma que si bien tiene un pequeño costo fiscal en el corto plazo, aumentaría la recaudación en el mediano y, sobre todo, ayudará a la formalización efectiva de las micro y pequeñas empresas incorporándolas a la cadena tributaria y productiva, reduciendo así el dualismo económico en el país, además de darles un respiro a las que estaban en el régimen general y accedieron al nuevo Régimen Mype.

Lo que pasa es que se trata de una reforma inteligente. La idea central detrás de ella es que el impuesto a la renta se incrementa gradualmente conforme suben los ingresos, de manera que no haya un salto mortal cuando se pase al régimen general, que es lo que lleva a muchas empresas a no crecer o a dividirse para no ingresar a ese régimen, pues si lo hacen perciben menos utilidades que en el nivel anterior.

Eso se resuelve casi totalmente con el nuevo RMT, cuando se establece que las primeras 15 UIT de utilidades solo pagan 10% de impuesto a la renta. El límite superior del nuevo RMT es 1,700 UIT de ventas. Esto representa  6’885,000 soles. Después de eso, ya no se tiene el beneficio de 10% de IR por las primeras 15 UIT. Pero eso significaría pagar 12 mil soles más para el que pasa el límite. Es decir, no es probable que por 12 mil soles vendiendo casi 7 millones de soles, una empresa decida dividirse para no saltar al régimen general.

Claro, lo ideal, como explica Victor Shiguiyama, jefe de la Sunat, sería que se elimine ese límite de las 1,700 UIT. Que no haya límite. De esa manera la gradualidad sería absoluta y casi no se percibiría el aumento de la tasa efectiva.

De la misma manera, debería eliminarse el límite hacia abajo. Esto para incorporar a los microempresarios. Es decir, eliminar el RUS y el RER, que son maneras de escapar de la tributación y de la formalidad con una apariencia de formalidad, porque se paga una cantidad fija pequeña y no se declara nada, no se brinda información ni se paga IGV. Quien está en el RUS está fuera de la cadena tributaria (y de la cadena productiva porque los formales no les compran puesto que no dan factura, acentuando el dualismo de nuestra economía) y fuera de todo control. Es conocido que hasta peluquerías en la Av. Conquistadores de San Isidro están en RUS. Así como cientos de miles de restaurantes que evidentemente venden más que el tope máximo de ese régimen. Los negocios se subdividen para no ingresar al régimen general.

Los negocios que están en las escalas más bajas de ingresos quizá incluso paguen menos en el nuevo régimen Mype que en el RUS, pero tendrían que dar información y la complejidad tributaria para ellos sería mayor. Ello, sin embargo, se resolverá a partir del 2018 cuando empiece a generalizarse el comprobante electrónico, que podrá ser emitido por el comerciante más pequeño desde su celular, sin necesidad de que sea un smart phone. De esa manera la Sunat tendrá el registro de todas las operaciones y podrá hacerle su liquidación de impuestos al microempresario, que ya no tendrá que hacer nada sino pagar. Según Shiguiyama, al 2019 el 100% de las transacciones en el Perú se harán mediante comprobante electrónico. Ese será un avance revolucionario, pero para que realmente lo sea habría que eliminar efectivamente el RUS y el RER de manera que todos ingresen al nuevo RMT, donde la Sunat le dirá a cada quién cuánto le corresponde pagar

En ese momento no solo toda la economía será formal desde el punto de vista tributario, sino que la recaudación aumentará por el simple efecto del incremento de la base y porque casi todos pagarán IGV. La evasión de este impuesto se reducirá del 35% actual a un nivel mucho menor. Será otro país.

La eliminación del RUS y del RER y del tope superior del Régime Mype Tributario debería ser materia del segundo diálogo que se produzca entre el presidente Kuczynski y Keiko Fujimori.

En la actualidad la mayor cantidad de contribuyentes que ha pasado al RMT son aquellos que estaban en el régimen general y vendían por debajo de las 1700 UIT. Estos son más de 400 mil empresas (de las cuales declaran 341 mil). Del RUS, respecto del cual se suprimieron las tres escalas superiores (3,4 y 5), han pasado al RMT alrededor de 4 mil microempresas, de un universo de unas 15 mil. El resto se subdividió y bajó a las escalas 1 y 2 del RUS. Wilfredo Albarracín, de la Sunat, nos precisa que delas 21,900 microempresas que estaban en las escalas superiores (3,4 y 5) del RUS, que fueron suprimidas, 7,227 microempresas (33%) pasaron al RUS y 14,235 al RER (un régimen más alto que el RUS). 8,760 (40%), en cambio,  bajaron al RUS 1 y 2.[1]Probablemente se subdividieron.

La solución, entonces, repetimos, está en eliminar el RUS y el RER, tal como sostiene Shiguiyama, y crear un solo sistema que, además, evite el juego (arbitraje) entre regímenes, algo que se presta a la evasión. El jefe de la Sunat añade que, además, podría establecerse un incentivo interesante para incorporarse al RMT: que parte del IGV que el pequeño contribuyente paga al comprar algo sirva para contribuir al sistema de pensiones o a Essalud, tal como ha propuesto Lampadia. Es decir, un incentivo para pedir facturas y solicitar comprobantes de pago electrónicos al vendedor o proveedor, porque el aporte lo haría la Sunat de manera automática al quedar registrada la compra en el sistema mediante el comprobante electrónico. De otro lado, quienes están en el RUS no dan facturas ni necesitan pedir facturas, pero las piden para venderlas, erosionando la recaudación. Razón adicional para eliminar ese régimen.  

Un dato interesante acerca de las virtudes del RMT es el que proporciona Carlos Gallardo, asesor de la Sunat, el viernes pasado en Gestión: que las empresas que están ahora en el RMT y que ya existían el 2016, han registrado 67 mil trabajadores más en mayo del 2017 que el mismo mes del año pasado. O han contratado más trabajadores o los han formalizado. Como fuere, considerando la caída del empleo general, este es un buen resultado, que refleja la medida en que el RMT favorece el crecimiento. Las empresas que están en este régimen estarían creciendo más que el resto.    

No solo eso, resulta que el número de RUCs nuevos es mucho mayor en el RMT que en los demás regímenes. En el RER incluso disminuyen.

Claro, estas reformas quedarán incompletas si no simplificamos y flexibilizamos la legislación laboral y no modificamos la interpretación que el Tribunal Constitucional ha hecho acerca del artículo 27º de la Constitución. De lo contrario, será muy difícil que las microempresas pongan a su gente en planilla, con contratos indefinidos.

[1]16% dejaron de presentar declaraciones. Existe un flujo de ingresos y salidas de nuevos contribuyentes por lo que esto está  dentro del margen

Ahora bien, es lógico que si más de 400 mil empresas bajan del régimen general al RTM, la recaudación se reduce en alguna medida en el corto plazo (aunque en el mediano plazo aumente, como vimos). Pero, ¿ha sido esa la causa principal de la reducción de la recaudación estos meses? La gran mayor parte de la recaudación viene de los medianos y grandes contribuyentes, no de los pequeños. Según Shiguiyama, la recaudación neta ha caído 7.4% este año. Esta caída se descompone de la siguiente manera:

  • 1,000 millones de soles en  devoluciones de impuestos;
  • 1,200 millones menos de ingresos extraordinarios por ventas de grandes empresas;
  • 200 millones menos por el impacto del IGV justo;
  • 700 millones menos por las prórrogas en el pago de impuestos originadas en el Niño costero, y
  • 150 millones menos a junio como consecuencia de la aplicación del RMT.

Eso significa que el impacto del RMT ha sido, hasta junio, de solo 0.3% del PBI. Nada en comparación a los otros efectos. No se le puede echar la culpa, entonces, de la caída en la recaudación.

En resumen, la creación del nuevo Régimen Mype Tributario contribuirá a la formalización de los microempresarios, a su incorporación a la cadena tributaria y productiva, y al incremento de la recaudación en el mediano plazo. Para ello resulta un complemento indispensable la digitalización de los comprobantes de pago, la eliminación del RUS y del RER y la simplificación en un solo sistema que elimine también el límite superior del RMT. Lampadia




Con flexibilidad laboral hay más y mejor empleo

Se viene una gran disrupción en el empleo en todo el mundo. Como hemos informado anteriormente, la ‘cuarta revolución industrial’ está ya sustituyendo empleo por efecto de la automatización. En el Perú, el tema laboral sigue inmobilizado en las trampas políticas que determinan resultados muy negativos para los trabajadores, rigidez de las normas laborales, un desincentivo para la contratación de empleo y costos y trámites de formalización del empleo que producen lo contrario de lo buscado, una altísima informalidad laboral.

La situación es tan absurda, que ningún gobierno, ni político, se atreve a decir la verdad y plantear a los ciudadanos las reformas necesarias para integrar a todos los trabajadores peruanos a un régimen laboral efectivo para la creación de empleo formal con protección social.

Como sabemos, cerca del 70% de la fuerza laboral está en la informalidad. Sin embargo, las pocas veces que la sociedad se reúne a conversar sobre el tema, se hace a través del llamado ‘Consejo Nacional del Trabajo’, en el que se reúnen los dirigentes de las centrales laborales, que no representan a más del 8% de los trabajadores, los gremios empresariales, que tampoco representan masivamente a los empleadores, y el gobierno, que lo último que quiere es que las cosas se acerque a definiciones que podrían complicarle la vida.

Así se solidifica el statu quo, un espacio formal lleno de mentiras, limitaciones y debilidades, con una tremenda rigidez laboral y sin libertad para contratar y/o despedir; y un espacio informal, sin protección social, en el que en lugar de libertad para contratar y/o despedir, se tiene un libertinaje absoluto.

En otras palabras, sin libertad de contratación para el 30% de los trabajadores y con libertinaje para el 70%, el 100% del mercado laboral está alejado de las mejores prácticas de empleo en el mundo y calatos para enfrentar los nuevos tiempos de la automatización masiva.

¿Quién le pone el cascabel al gato? Volveremos sobre el tema. Lampadia  

Dinamarca alcanza el pleno empleo gracias al modelo de «flexiseguridad»

Este país escandinavo ha creado más de 100,000 empleos en los últimos tres años y reducido en casi dos puntos el paro estructural, hasta algo más del 4%

Al estallar la crisis las empresas danesas se deshicieron pronto del excedente de mano de obra

Al estallar la crisis las empresas danesas se deshicieron pronto del excedente de mano de obra

ABC
EFE Copenhague
21 de octubre, 2016
Glosado por
Lampadia

Dinamarca, uno de los referentes del Estado de bienestar, suma catorce trimestres consecutivos con aumento de empleo y reducción del paro, unas cifras que coinciden con un repunte de la economía y que la alejan de la crisis. Este país escandinavo de 5.7 millones de habitantes ha creado más de 100,000 empleos en los últimos tres años y reducido en casi dos puntos el paro estructural, hasta algo más del 4%, unos números notables a pesar de que la ocupación aún está por debajo del nivel de 2008 y el desempleo supera en un punto los niveles de entonces.

Los expertos apuntan como una de las causas fundamentales el modelo danés de “flexiseguridad”, que combina flexibilidad para contratar y despedir con una alta protección social para los desempleados y una política activa en el mercado laboral.

“Cuando la crisis llegó a Dinamarca, teníamos unas condiciones de trabajo flexibles, la flexiseguridad permite que podamos contratar y despedir de forma rápida, no hay tantas ataduras. Y es así porque tenemos una buena red de seguridad social”, explica Mette Hørdum Larsen, economista de LO, el principal sindicato danés.

Al estallar la crisis las empresas danesas se deshicieron pronto del excedente de mano de obra y no resultaron muy dañadas, y cuando a principios de 2013 empezó a aumentar la ocupación, absorbieron la creciente oferta laboral provocada, entre otras cosas, por las reformas gubernamentales que retrasan la edad de jubilación a los 67 años.

Pese a los recortes introducidos en el último lustro -que han reducido por ejemplo las prestaciones por desempleo de cuatro a dos años-, el sistema danés ofrece aún una de las protecciones más altas de la Unión Europea (UE), complementada con subsidios y otras ayudas adicionales a estudiantes y a familias.

Es posible gracias a que el país tiene también una de las presiones fiscales más elevadas de la UE, lo que hace que los daneses paguen en torno al 40% de sus ingresos, como mínimo, en concepto de impuestos.

Formación para los jóvenes

Dinamarca, que lideró el Informe Mundial de la Felicidad 2016, destina además cerca del 1.5% de su PIB a impulsar una política laboral activa, con un sistema que incentiva la formación y la entrada en el mercado laboral de los jóvenes, lo que explica que su tasa de paro juvenil esté entre las más bajas de la UE.

El sistema incluye, por ejemplo, un modelo de rotación laboral que subvenciona a las empresas que envíen a trabajadores a realizar cursos de formación mientras sus puestos son ocupados de forma temporal por otros trabajadores; y empleos flexibles para facilitar la incorporación de personas con capacidad limitada.

El aumento prolongado del empleo y la caída del paro han hecho que el Banco Nacional de Dinamarca considere que el desempleo ha alcanzado su nivel estructural y alerte de que en algunos sectores, como la construcción y la industria, hay compañías que ya no tienen como cubrir algunos puestos de trabajo.

El peligro de la falta de mano de obra y su posible influencia en los sueldos y los precios del que ha alertado la máxima autoridad bancaria ha sido relativizado por el grupo de asesores del Gobierno y otros economistas, que apuntan más hacia un problema de cualificación. Lampadia

 




Las 25 mejores empresas globales para trabajar

Datos demasiado grandes para el formato del archivo




La reforma laboral que los peruanos necesitan

La reforma laboral que los peruanos necesitan

(Shhh, ¡Cuidado, de eso no se debe hablar!)

Uno de los temas principales en la agenda pendiente del Perú, para promover el empleo de calidad y superar la informalidad, que condena al 70% de los trabajadores, a vivir sin derechos laborales efectivos, es la normativa laboral. Nuestras regulaciones laborales inhiben la formalización del trabajo y, contrariamente, a los considerandos con que se fue creando, solo favorece a los pocos que tienen trabajo formal y, de facto, es elitista y está representada por cúpulas sindicales, como la CGTP, que solo pueden hablar en nombre de una ínfima proporción de trabajadores.

El arreglo de esta situación conlleva el tener que enfrentar una reforma laboral  que despercuda nuestras normas de sus estipulaciones fariseas e hipócritas. La manipulación populista de este tema ha llegado a tal nivel de penetración, que durante la reciente campaña electoral, ninguno de los candidatos se atrevió a tocar el tema por miedo a recibir un ‘bullying’ político y mediático.

Esta situación de inconsecuencia llega a tal nivel, que en el pasado mes de abril, cuando el gobierno socialista francés planteo una reforma laboral modernizante, la noticia no fue difundida por los medios nacionales, con excepción de Lampadia (ver: Reforma laboral francesa: flexibilidad o más desempleo). Solo cuando las protestas de los jóvenes franceses tomó cuerpo, algunos medios reportaron los desmanes.

Todo esto ejemplifica, una vez más, la debilidad de nuestra clase dirigente y la falta de líderes visionarios que muestren tercamente el camino de la prosperidad.

Según el World Economic Forum, por las normas de contratación y despido, el Perú es uno de los países con mayor rigidez laboral en el mundo; ocupamos el puesto 14 de 144 (donde el primero es el de mayor rigidez). Como afirmó Iván Alonso en La reforma laboral (Comentado por Lampadia): “¿Qué aspiración al desarrollo podemos contemplar si nuestro sistema laboral es más rígido y menos propicio para la creación del empleo formal que en todos los países desarrollados que integran la OECD? ¿Qué Alianza del Pacífico queremos forjar si el Perú tiene los costos no salariales y costos para el despido mucho mayores que en Chile, Colombia y México?”

Una reciente publicación de EY titulada Guía de Negocios e Inversión en el Perú (publicada en nuestra sección documentos), describe en una de sus secciones los principales elementos de nuestra legislación laboral, los cuales analizamos líneas abajo.

Contratación

Se da mayormente mediante contratos a plazo indefinido, y otorga al trabajador todos los derechos y beneficios laborales creados por la profusa normativa (ver líneas abajo).

Además de regímenes especializados para ciertos sectores, existen otros dos tipos de contratos: a plazo fijo y a tiempo parcial. El primero es por un periodo en particular y también cuenta con todos los beneficios, mientras que el segundo es de a lo mucho cuatro horas a la semana en promedio y no cuenta con el beneficio de indemnización por despido arbitrario ni compensación por tiempo de servicios (CTS) y solo cuenta con 6 días laborables de vacaciones anuales.

En el caso de los extranjeros, se dan las mismas opciones, pero, adicionalmente se requiere que sus contratos sean aprobados por el MTPE con la estipulación de ‘calidad migratoria habilitante’. Esto podría ser más complicado de lo que parece. Por ejemplo, gracias a la Ley Universitaria (Mora – Saavedra), para ser profesor universitario, es obligatorio tener una maestría con 48 créditos y haber culminado con una tesis.  El problema es que en el extranjero, muchas maestrías solo tienen 24 créditos y no necesariamente requieren de tesis. Ergo: un escondido mecanismo de protección para evitar la competencia de extranjeros que perjudica al objetivo del sistema educativo: el estudiante. (Una maestría de la Universidad Alas Peruanas permite la docencia, pero una del MIT, Yale o Harvard, no).

Beneficios Laborales

Estos beneficios son un gran dilema para la formalización del empleo. El exceso de beneficios y la obligación de que se apliquen uniformemente, sin tomar en cuenta diferencias de tamaño y productividad de las empresas, inhibe su aplicación en el llamado sector informal. El conjunto de estos derechos laborales crea grandes sobrecostos. Según Alonso, “sumando las gratificaciones, CTS y otros beneficios, y dividiendo entre los 12 sueldos por año, se llega a la conclusión de que hay unos sobrecostos del orden del 50% o 60%”.

Despido

El mayor inconveniente de las regulaciones radica en el costo de despido, que en teoría es de 1.5 remuneraciones por año trabajado hasta un tope de 12 remuneraciones.

Pero, más allá del costo monetario, está la ‘suerte de estabilidad laboral absoluta’ que se ha ido generando como producto de fallos de la Corte Suprema y del Tribunal de Garantías Constitucionales. Éstos llevan a tener que hacer reposiciones que desconocen la realidad económica de las empresas, destruyen la productividad y hasta, en instituciones como la Policía Nacional, por orden judicial, se obliga a reponer a elementos separados por actos delincuenciales. En este caso, se ha llegado a judicializar la disciplina en las Fuerzas Policiales.

Tributos y aportes que gravan las remuneraciones

El empleador asume la responsabilidad de retener y pagar el impuesto a la renta de sus trabajadores, monto que dependerá del ingreso anual del mismo. Además, el empleador asume el pago de los siguientes elementos:

El ‘Valle de la Muerte’

Tal vez el mayor escollo para la formalización, mayor al tributario, es el laboral, pues los fiscalizadores laborales pueden exigir compensaciones y multas hasta por los diez años anteriores. El resultado de esta eventual carga es de tal proporción, que de aplicarse efectivamente ‘quiebra’ a la empresa es lo que Pedro Olaechea ha llamado “el valle de la muerte” (el imposible paso de micro y pequeña empresa a una categorías de mayor tamaño y formalización). Ver en Lampadia: Sin flexibilidad laboral perdemos empleo y productividad.

Por eso es que el Perú no tiene muchas empresas medianas. Las que se atreven a hacer la transición mueren y, las demás se inhiben de formalizarse.

Como hemos reseñado líneas arriba, el Perú es uno de los países de mayor rigidez laboral del mundo. Lo que es más, durante los últimos 15 años hemos transitado de regreso a la estabilidad laboral absoluta, uno de los grandes frenos a la creación de empleo formal y de calidad. Una afrenta injustificable e hipócrita que afecta a los trabajadores más humildes y más necesitados de una protección laboral adecuada y efectiva.

¿Quién le va a poner el cascabel al gato?

La reforma laboral ha devenido en ser un acto de justicia social y por lo tanto debiera ser afrontada con realismo y responsabilidad, tal como ha tenido que plantear el gobierno francés, otrora modelo de políticas populistas que solo generaron a los galos, desempleo y pérdida de competitividad. Esperamos que el nuevo gobierno esté a la altura de las verdaderas demandas sociales. Lampadia




Necesitamos más minería para una mayor competitividad

Necesitamos más minería para una mayor competitividad

Recientemente se publicó el último informe INCORE (Índice de Competitividad Regional) elaborado por el IPE. Éste cuantifica la posición de las 24 regiones del país mediante seis pilares: Entorno Económico, Infraestructuras, Salud, Educación, Laboral e Instituciones. Cada uno de los cuales está compuesto por varios componentes que dan como resultado un total de 46 indicadores. Con esta información se puede evaluar el desarrollo integral de cada región, así como identificar sus principales fortalezas y debilidades. 

Según el IPE, los resultados indican una relación directa entre competitividad y desarrollo económico y social. Lima continúa liderando la competitividad del país, seguida de Moquegua y Arequipa, mientras que la región menos competitiva es Cajamarca.

Lima mantiene el primer puesto en cuatro de los seis pilares. Además, mejoró en el pilar de Instituciones, principalmente por una mayor ejecución de la inversión pública. Sin embargo, retrocedió dos puestos en el pilar Educación debido a la caída en asistencia escolar en inicial.

Moquegua se ubica en el segundo lugar. En el pilar Instituciones pasó del primer al segundo lugar debido a la caída de doce, once y ocho posiciones en los indicadores de fondos públicos no concursados, ejecución de la inversión pública y tasa de homicidios, respectivamente. Por otra parte, avanzó una posición en los pilares Educación y Laboral debido a los avances en los indicadores asistencia escolar en primaria y secundaria (3 posiciones) y desempleo juvenil urbano (14 posiciones).

Otras regiones con un alto puntaje son Arequipa, Ica, y Tacna. Es importante recordar que es justamente esa zona sur del Perú (menos Ica) la que se destaca como zona cuprífera (Moquegua, Tacna, Arequipa, Cusco y Apurímac). En ella se ubican las principales unidades mineras productoras de cobre a gran escala: Toquepala, Cuajone, Cerro Verde, Tintaya, Antapacay, Constancia y el Proyecto de Las Bambas que recién está entrando en producción. Queda muy claro que la inversión minera ha traído consigo un impacto altamente positivo.

La minería moderna usa tecnología de punta y se integra adecuadamente con sus espacios sociales y ambientales. La recuperación del sector minero ha traído consigo el desarrollo de un sector industrial que ahora puede calificarse como el más grande, sólido, competitivo y exportador de nuestra historia. Además, se han construido carreteras y aumentando la cobertura eléctrica y de telecomunicaciones, mejorando la calidad de vida de los pueblos aledaños. (Ver en Lampadia: Al menos 80% de la reducción de la pobreza es por el crecimiento).

La minería ha creado puestos de trabajo bien remunerados e importantes ingresos fiscales. (Ver en Lampadia: Informe del Efecto de la minería sobre el empleo, el producto y recaudación en el Perú elaborado por el IPE). Este estudio demuestra que por cada empleo generado por la minería, se crean nueve empleos indirectos en otros sectores (el sector agrícola solo crea 1/6 de empleo indirecto por cada empleo directo de su sector). El canon minero, bien utilizado, ha transformado las regiones más responsables y capaces (Arequipa, Moquegua y Tacna).

Esto también se puede analizar al otro lado del espectro. Cajamarca ha retrocedido nuevamente en el INCORE, convirtiéndose en la región menos competitiva del país. Ha venido retrocediendo consistentemente los últimos años, lo que significa una caída total de ocho puestos desde el INCORE 2012. Este es un retroceso que Cajamarca nunca debió tener, pues tenía el potencial para ser el departamento más rico y próspero del Perú.

En los seis pilares la región se ubica en el último tercio. Además, en 14 de los 46 indicadores se ubica entre los tres últimos lugares. El retroceso se explica, principalmente, por una caída de 18 puestos en el pilar Instituciones; ésta se debe al retroceso de 16 y 5 posiciones en los indicadores fondos públicos no concursados y ejecución de la inversión pública. Además, el pilar Laboral cayó por un aumento en la tasa de desempleo juvenil.

Cajamarca está en recesión hace varios años debido a la combinación de ‘ideas muertas’, violencia y a la pésima gestión de sus autoridades, lideradas por su ex presidente Regional (Gregorio Santos), en un desafinado concierto radical junto con el ex cura Marco Arana, Wifredo Saavedra y otros que generaron los conflictos político-sociales promovidos por el discurso anti minero (ahora anti extractivista).

Los mayores obstáculos al desarrollo de esta región son la alta conflictividad política (en la última década, del 2005 al 2014, se registraron 977 conflictos) y la ineptitud del sector público local. Es lamentable que los pilares en los que se muestra mayor retroceso, Infraestructuras y Laboral, podrían haber tenido una realidad muy distinta de no ser por los pregoneros violentistas del “Conga no va”. Lo que han logrado ahora es “Cajamarca no va”. Ver en Lampadia: Stalinismo en Cajamarca.

Según la última encuesta especializada de Fraser, el Perú bajó 10 posiciones en el Índice de Atracción de Inversiones mineras (del puesto 26 al 36). Esto se debe justamente a estos conflictos anti-mineros que el Estado ha sido incapaz de detener. Ver en Lampadia: El Perú sigue perdiendo atractivo en inversiones mineras.

El INCORE es un buen indicador para identificar el nivel de competitividad de las regiones y tomar las decisiones correctas en las agendas políticas para lograr retomar su crecimiento. Como afirma el IPE, “definirá la ruta que seguirán las regiones en el futuro y las condiciones responsables no solo de su crecimiento sino también de su desarrollo, atraso o estancamiento y de las diferencias regionales.”

Para retomar la senda del crecimiento y el ciclo virtuoso del Perú, urge seguir promoviendo un alto nivel de inversión, sobretodo en el sector minero. Esta es nuestra fuente principal de crecimiento de la economía, empleo y encadenamiento con los demás sectores. Hoy, sin embargo, estamos atrapados entre la tramitología y el caos político. Lampadia




Cajamarca destruyó su potencial de desarrollo

Cajamarca destruyó su potencial de desarrollo

Según en el último INCORE (Índice de Competitividad Regional) elaborado por el IPE, Cajamarca ha retrocedido nuevamente ubicándose en el penúltimo lugar de competitividad a nivel nacional. La región viene retrocediendo consistentemente los últimos años, lo que significa una caída total de siete puestos desde el INCORE 2012. Este es un retroceso que Cajamarca nunca debió tener, pues tenía el potencial para ser el departamento más rico y próspero del Perú.

El Director de Lampadia refiere que hace algunos años en Cajamarca (antes de Conga), al final de un debate con un connotado representante de la izquierda nacional, una señora le preguntó: “Dígame señor, Cajamarca ¿es mágico?”. La respuesta a la señora fue: “Fíjese señora, las mejores cosas del mundo se clasifican con tres A (AAA), Cajamarca tiene cuatro, CA-JA-MAR-CA. Tiene que ser mágico”. La pena es que los ‘Santos’, convirtieron la magia en brujería. Su mayor riqueza, sus proyectos mineros, se fueron cayendo uno a uno.

Cajamarca está en recesión hace varios años debido a la combinación de ‘ideas muertas’, violencia y a la pésima gestión de sus autoridades, lideradas por su ex presidente Regional (Gregorio Santos), en un desafinado concierto radical junto con el ex cura Marco Arana, Wifredo Saavedra y otros que generaron los conflictos político-sociales promovidos por el discurso anti minero (ahora anti extractivista).

El IPE explica la ubicación de Cajamarca entre los últimos departamentos, por sus debilidades en cinco de los seis pilares. Entre el 2012 y 2015, el pilar Infraestructuras, retrocedió cinco puestos (de 14 a 19) por la menor cobertura y continuidad en el servicio de agua a pesar de haber recibido importantes recursos del canon minero. En el pilar Laboral retrocedió seis puestos (de 17 a 23) debido principalmente a un mayor desempleo juvenil y al empleo informal, así como un caída del empleo adecuado. En el pilar Salud cayó cinco posiciones (de 15 a 20) por el segundo mayor incremento de la mortalidad infantil, solo por detrás de Tacna. En el pilar Instituciones, como se puede ver en el cuadro anterior, también se deterioró hasta el 2014, sin embargo, para el último año se muestra una mejora sustancial que es difícil de entender a no ser que se refiera al encarcelamiento del gran culpable de todo lo demás.

Además, según el INEI, Cajamarca lidera las cifras de pobreza con 53.7% y de desnutrición crónica en niños menores de 5 años. Existen unas 155,000 personas de 15 o más años que no saben ni leer ni escribir.

Los mayores obstáculos al desarrollo de esta región son la alta conflictividad política (en la última década, del 2005 al 2014, se registraron 977 conflictos) y la ineptitud del sector público local. Es lamentable que los pilares en los que se muestra mayor retroceso, infraestructuras y laboral, podrían haber tenido una realidad muy distinta de no ser por los pregoneros violentistas del “Conga no va”. Lo que han logrado ahora es “Cajamarca no va”. Ver en Lampadia: Stalinismo en Cajamarca.

La realidad es que la actividad minera es una de las principales fuentes de ingresos del país, aportando directamente al crecimiento económico y asegurando la estabilidad macroeconómica. Este sector representa más del 56 % del total de las exportaciones de todo el país y aporta casi 15 % del PBI. Conga habría invertido alrededor de US$ 5,500 millones. Además se suspendieron o debilitaron los proyectos de Quilish, Conga, Galeno, Michiquillay y Cerro Corona.

El canon minero aporta a la región donde opera el proyecto. El 50% del Impuesto a la Renta que pagan las empresas mineras solventa, en gran parte, el presupuesto de las regiones más pobres del país. Este debería usarse en la construcción de carreteras, colegios, centros de salud, y servicios sanitarios entre otros, mejorando así las condiciones de vida de sus pobladores. Estas mejoras generan efectos en cadena y vuelven a la región más atractiva para el turismo y el comercio, que también vitalizan su economía.

En el tema laboral, el proyecto Conga habría generado miles de puestos de trabajo. Según estudios del mismo IPE, por cada puesto minero se crean 9 en los demás sectores, entre directos, indirectos e inducidos. Sin embargo, actualmente en la región, la creación de empleo está de caída, -5.5% (puesto 23), el empleo informal en 90% (puesto 23) y la fuerza laboral capacitada en 16% (puesto 23).

Además, las empresas mineras construyen carreteras (una gran debilidad de Cajamarca), otras infraestructuras como acceso al agua, desagüe y electricidad, apoyo a colegios, hospitales y otros desarrollos sociales que son tan necesarios en regiones donde el Estado (gobiernos regionales y locales) muestran los máximos niveles de ineficiencia. Actualmente Cajamarca cuenta con una cobertura de electricidad de 75% (puesto 23), una cobertura de agua de 57.7% (puesto 22) y de desagüe de 43% (puesto 17). Peor aún, la cobertura del personal médico es de 4.8%, la peor del país.

Es por esto que no se debe permitir que sigan las protestas con violencia e impunidad como las de Tía María. Está sucediendo lo mismo que en Conga en el 2011. Nos quieren obligar a cancelar los proyectos mineros con mentiras, manipulaciones y piedras.

Hasta antes de la asonada del valle de Tambo en el sur, Cajamarca era el mal ejemplo de desarrollo, mientras Arequipa era uno de los mejores. Después de la penetración de los cajamarquinos como Arana en el sur, Arequipa parece encaminarse por la misma senda. El proyecto de Tía María representa una inversión de US$ 1,400 millones, pero en realidad es mucho más que eso, es una oportunidad para retomar la senda de crecimiento, promover la inversión, en armonía y con visión de futuro, pero tal vez, era la mejor ocasión, para demostrar que el Perú podía enmendar errores como la parálisis de Conga.

La creación de riqueza que aporta la minería, en la proporción y velocidad que no puede hacer ningún otro sector, le permitiría al Estado emprender la inmensa tarea de ponernos al nivel del resto del mundo y no seguir atrasados y ampliar las  brechas que mantenemos con los países más ricos, cuando termine de tomar cuerpo la ‘tercera revolución industrial’. Ver en Lampadia: La Tercera Revolución Industrial.

La situación ya está en un punto neurálgico: Como vamos, para el 2018 no habría inversión minera. Y sin Tía María, las cifras del 2017 se reducirían sustancialmente. Así habríamos perdido el motor más grande de nuestra economía. Ver en Lampadia: Hay que prender el motor de la inversión privada

No podemos consentir que unos pocos radicales ‘anti-inversión’, ´anti-progreso´ y ‘anti-extractivismo’, secuestren el desarrollo del país, ahuyenten miles de millones en inversiones y eviten la creación de empleo de calidad, en nombre de las ‘ideas muertas’ disfrazadas de un  falso ambientalismo. Lampadia




Cierran más, abren y se formalizan menos empresas

Cierran más, abren y se formalizan menos empresas

La desaceleración de la economía peruana es cada vez más pronunciada. Como hemos señalado (ver en Lampadia (L): Hay que prender el motor de la inversión privada), esta se debe en gran medida por la caída de inversión privada y  pública que el año pasado tuvieron un ratio negativo de 1.6% y 3.6%, respectivamente. El freno de la inversión privada se debe en gran medida a que varios proyectos del clave sector minero y de infraestructura no salieron.

 

 

Una demostración de que la inversión privada ha caído es que, “las expectativas empresariales se han deteriorado dela mano de la fuerte desaceleración económica. La prueba más palpable de esta situación es que el número de empresas cerradas ha llegado a su mayor nivel desde que se tiene registro.El año pasado se cerraron 163,729 empresas, 6.7% más que en el 2013, en una coyuntura de menor demanda tanto interna como externa, según el boletín “Demografía Empresarial en el Perú”, del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).Pero fue hacia el cuarto trimestre del año en que se llegó al punto más álgido,con hasta 46,370 empresas dadas de baja, lo que representó un 58.6% más que en el mismo periodo del 2013”, según Gestión.

Habría que hacer notar que los “sectores más vulnerables al cierre de empresas fueron el comercio al por menor (17% del total de bajas en el último trimestre), seguido de comercio al por mayor (16.6%), servicios prestados a empresas (14.7%) y otros servicios (12.5%)”. Este golpe se ha sentido mayormente en Lima que concentra el 44.3% del total de compañías desaparecidas. Las regiones parecen haber soportado mejor esta situación aunque las más golpeadas,entre ellas, son “Arequipa (5.3%), La Libertad (5.2%), Cusco (3.8%) y Junín (3.6%), zonas donde se registra un alto dinamismo empresarial”.

La situación económica, como no podía ser de otra manera “afectó el ritmo de creación de empresas.El año pasado se registraron 262,973 firmas nuevas en todo el país, un 8.2% menos que durante el 2013”. Esta situación está, indudablemente, afectando la creación de empleo.

Asimismo, mientras el Ministerio de Economía y Finanzas, trata de dejar más dinero en  manos de los ciudadanos y empresas, la Sunat hace lo contrario, al crear mayor rigidez para los procesos de fraccionamiento de las deudas tributarias. Esto obliga, como hemos señalado, a que muchas empresas cierren, despidan trabajadores o terminen informalizándose. Además, la Sunat está restringiendo los gastos que se pueden imputar como descuentos fiscales, con lo cual, se retira, adicionalmente, más caja a las empresas.(Ver en Lampadia: El MEF y la Sunat tiran de la cuerda en distintas direcciones).

En el tema laboral, una primera reforma podría ser el evitar lo que Pedro Olaechea llama “el valle de la muerte”, que es el abismo en que cae una empresa que decide formalizarse. El problema es que una vez formalizada es posible de que una eventual inspección laboral termine acotando a la empresa multas y recargos por los incumplimientos laborales en que incurrió mientras era informal. Como es fácil de entender, las eventuales cargas pueden ser tan onerosas que ninguna empresa se arriesga a pasar por el proceso. Las más ingeniosas abandonan su RUC y empiezan a trabajar con uno nuevo. Pero eso crea otros problemas y costos. ¿Cómo hacer? Pues, mediante cierto compromiso de la empresa, se le debería eximir de los eventuales cargos, estableciendo un plazo límite para que estas se acojan a una promoción práctica de la formalidad.

En cuanto a la Sunat, esta debiera desandar sus recientes acciones para dificultar los fraccionamientos. Además, cómo cualquier acreedor bancario, no debiera limitar la posibilidad refinanciar las pérdidas de fraccionamientos, una y otra vez, cobrando algo de cuotas iniciales cada vez que el deudor tributario necesite refinanciar. De lo contrario, si los deudores no cuentan con recursos suficientes para pagar de una sola vez el íntegro de sus deudas, no les queda otra alternativa que volverse informales o quebrar.

En las actuales circunstancias, es necesario que se haga una estrecha coordinación del objetivo de las normas del MEF, el Ministerio de Trabajo y la Sunat para establecer un período de facilitación de la formalización laboral y tributaria. Lampadia




Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II)

Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II)

Segunda parte

En la primera parte de este artículo explicamos que la tercera revolución industrial  tendrá efectos disruptivos en la vida de la humanidad, especialmente en el empleo, favoreciendo a los más preparados y ampliando la brecha con los países de menos ingresos. Señalamos que el paradigma de desarrollo basado en la industrialización y exportación de bienes físicos, estaría llegando a su fin. “La pérdida de industria a bajos niveles de ingresos, pone un tope a la contribución que esta puede hacer a los estándares domésticos de vida. Según Arvind Subramanian, asesor económico principal del nuevo gobierno hindú: “Este no es un problema pequeño, no hay una estrategia alternativa obvia, para convertir a los países pobres en ricos”. Ver en Lampadia (L): Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I).

Enfatizamos que el principal objetivo de la economía es que se generen suficientes empleos adecuados o de calidad para toda la población en edad de trabajar. La nueva realidad tecnológica lo hará difícil con los cánones tradicionales. En esta segunda parte,  trataremos de evaluar las implicancias de esta tendencia en el Perú, así como las posibles acciones que deberemos emprender para superar este reto con éxito. 

  • Implicancias de la “Tercera Revolución Industrial” para el empleo en el Perú

Como muchos países del mundo, en el Perú se asume que la estrategia de desarrollo pasa por la industrialización (manufactura), dándole las espaldas a nuestros recursos naturales (RN). Esto ha llegado a tal punto que muchos académicos, economistas, políticos y periodistas, así como varias ONGs de países desarrollados, han venido sembrando un sentimiento negativos sobre la explotación de dichos recursos.

El caso más notorio es el de la minería, que se ha pretendido equipararla con la exportación de piedras, o con la explotación del guano y del caucho. Lo mismo ha sucedido con el petróleo y las hidroeléctricas. Bajo esta falaz prédica, base del programa original del actual gobierno y durante el premierato de Salomón Lerner, el gobierno oficializó el lenguaje anti-minero y, fundamentalmente, paró la mayoría de proyectos en marcha. Ver más información en Lampadia (L): Del gobierno al radicalismo subversivo – Siomi sin careta en Caretas y Perder Cajamarca es el fracaso de nuestra clase dirigente.

Hoy nuestra economía está frenada, dejando de crear empleo y de reducir la pobreza. Hace un año, el gobierno anunció un “Plan Nacional de Industrialización”. Luego, con el cambio del Ministro de la Producción, este se reenfocó con el “Plan Nacional de Diversificación Productiva” (PNDP), que enfatizó, su primer eje, el de la diversificación, manifestando que se había terminado el ciclo de exportación de bienes primarios, que teníamos que encontrar nuevos motores de crecimiento e insertarnos en las cadenas de valor agregado internacionales, como la estrategia básica para lograr un desarrollo de largo plazo.

Felizmente, el Ministro Piero Ghezzi, ha ido flexibilizando su mensaje. En CADE 2014, no  habló de cadenas internacionales de valor de productos industriales, explicó cómo se podía potenciar el sector maderero (primario inicialmente) y el proyecto de Olmos, facilitando mejoras portuarias y otras. Pero la prédica original, que llovió sobre mojado, sigue fijada en el imaginario nacional.

Por otro lado, nuestro nivel educativo es clamoroso, y por lo tanto, nuestros ciudadanos podrían quedar en el último escalón de la división del empleo.

Del análisis de la primera parte de este artículo, que muestra que la estrategia de industrialización manufacturera ya no podrá ser el camino para que un país pobre se desarrolle, tenemos que concluir que, hoy por hoy, los peruanos estamos apuntando al pasado, pensando que este es el camino del futuro. Si persistimos en buscar nuevos motores de desarrollo alejados de nuestros sectores primarios, o seguimos parando el desarrollo de los proyectos mineros, petroleros y energéticos, entre otros: ¡Nunca podremos ser un país desarrollado!

  • ¿Cómo podemos generar empleo adecuado en la tercera revolución industrial?

Cualquier propuesta sobre las estrategias para crear empleo para los próximos 20 años  tiene que engarzarse en una visión amplia del futuro y una perspectiva correcta de nuestra realidad, (ver en (L): El Perú no es igual a ningún otro país).

Por ejemplo: ¿En cuántos países la élite de su juventud universitaria dice, en un 93%, que quieren ser empresarios en no más de cinco años? ¿En qué país se apagaron las luces por tres décadas (60, 70 y 80s), se impidió la inversión privada en recursos naturales y se interrumpió el desarrollo económico y social? ¿Dónde se empobreció un país al grado de que sus maestros tengan ingresos reales (2014) equivalentes a un tercio de lo que tuvieron en los años 60? ¿Dónde se destruyeron las instituciones públicas y se devaluaron sus partidos políticos? ¿En qué país hubo que luchar en paralelo contra el  terrorismo y contra una de las más largas y altas hiperinflaciones de la historia mundial?

Estos acontecimientos determinaron atrasos y brechas anormales. De no haber tenido que vivir semejantes situaciones, seguramente, seríamos hoy, un país mucho más desarrollado, rico e institucionalizado, como Chile o más.

El reto de ponernos al día y, de prepararnos para un futuro tan exigente como el que se nos viene, debe incluir un conjunto de agendas que deben ser enfrentadas simultáneamente. En CADE 2014, IPAE revisó su propuesta de visión de futuro, ejercicio en el que se identificaron tres agendas: de gobierno, social y productiva. Ver el siguiente esquema:

Sobre la base de un buen liderazgo y sentimiento de ciudadanía y pertenencia, debemos trabajar en los tres frentes indicados en los triángulos externos. Todos están interconectados y dependen mutuamente.

Es obvio que necesitamos buena gobernanza y un excelente servicio civil, una muy mejor educación y salud, instituciones muy superiores e, infraestructuras que nos hagan competitivos y que pongan el mundo moderno al alcance de nuestros pobres. Pero nada de esto se podrá lograr sin crecimiento económico, sin inversión privada, sin multiplicar los ingresos de nuestra gente y sin darles la oportunidad de tener trabajos dignos y los niveles de vida de los mejores países emergentes del globo.

En cuanto a la mejora educativa, si queremos ser parte del nuevo mundo, no podemos eludir la necesidad de hacer una verdadera revolución o “Big Bang”. Ver en (L): Tenemos que emprender una revolución educativa.

Si tenemos que descartar la opción de desarrollarnos a través de la manufactura, debería estar muy claro que el Perú, “sub-explotado”, “con inmensos potenciales productivos dormidos”, puede lograr un aumento sustancial de su producción y su riqueza, multiplicando varias veces nuestros sectores: agroindustrial, minero, acuícola, energético, forestal, turístico y los que se basen en nuestra biodiversidad.

En minería, por cada empleo directo se crean nueve indirectos e inducidos (IPE), en la explotación racional de bosques y reforestación, podríamos crear empleos bien remunerados para todos los habitantes de la selva y buena parte de los de la vertiente oriental de los andes (Antonio Brack Egg). El creciente mundo emergente necesitará cada vez más alimentos, como los que podemos exportar.

Infinitas oportunidades que, dada la nueva realidad industrial del mundo, nos tienen que llevar a revalorar nuestros sectores naturales como la mejor base posible para un crecimiento duradero, que financie la agenda social y de gobierno y, que genere buen empleo y buenos ingresos para todos los peruanos.

Cada día será más difícil remontar nuestras brechas de desarrollo. ¡Es hora de adoptar la visión correcta, despolitizada y con un enfoque estratégico dirigido al desarrollo integral, sostenible y duradero, que hemos debido lograr hace rato! Lampadia




Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I)

Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I)

Primera parte

El objetivo final del desarrollo y del manejo económico de un país tiene que ser la creación de empleo adecuado o empleo de calidad para toda la población en edad de trabajar. Lograrlo conlleva haber superado la pobreza, alcanzar niveles de educación y salud del mejor nivel internacional, disminuir la desigualdad y superar todos los indicadores sociales. Para ello, se necesita un buen nivel de gobernanza, buenos servidores públicos, alta inversión, crecimiento e incremento de la productividad que establezcan una base duradera de buenos ingresos y bienestar general.

Todo esto tiene que estar enmarcado en la realidad del mundo en que  viviremos en las próximas décadas. Tenemos que ser exitosos en un mundo que no gobernamos y que estamos lejos de entender. Tenemos que  asimilar que cada día el tiempo transcurre más rápido, los cambios tecnológicos se aceleran exponencialmente y las oportunidades de hoy dejarán de serlo mañana.

En ese contexto tenemos que preguntarnos: ¿Cómo puede el Perú, establecer una visión y estrategias de desarrollo que nos permitan generar empleo adecuado e ingresos que le den a nuestros ciudadanos el mismo nivel de vida que tendrán los habitantes de los países más desarrollados?

Este artículo pretende analizar la evolución del entorno global, para sobre esa base, hacer unos apuntes que nos indiquen la dirección de las políticas públicas necesarias para lograr esos objetivos en el difícil e incierto mundo de mañana. Para este efecto hemos traducido y glosado varios elementos del especial de The Economist, The third great wave (La tercera gran ola), de octubre 2014. Dada la importancia y novedad de este tema, lo presentaremos en dos partes.

Análisis

El mundo está en los albores de la tercera revolución industrial. Esta cambiará los paradigmas productivos y la forma de vida de la humanidad, como lo hicieron las dos revoluciones anteriores. “La tercera gran ola de invención y disrupción económica, traída por los avances en computación e información y tecnología de comunicaciones (ICT) desde fines del siglo XX, amenaza con generar una mezcla similar de tensión social y transformación económica, [a la producida por las revoluciones anteriores]”. The Economist.

Las primeras revoluciones, basadas en el uso del carbón, el vapor, los ferrocarriles, los buques a vapor, la electricidad y los motores de combustión, trajeron muchos beneficios, pero en su momento crearon problemas graves de adaptación y desplazamiento del empleo. La nueva revolución con máquinas inteligentes, internet, robótica, vehículos sin conductor, drones, impresoras 3D, computación en la nube, tecnología médica y educativa a distancia (a costos cada vez más reducidos); la “revolución digital”; puede traer, como dice The Economist, una creación o destrucción masiva del empleo que está por verse.

Como explica la misma fuente, la revolución digital está abriendo una gran división entre los trabajadores más preparados y pudientes con el resto de la sociedad. En el pasado, las tecnologías trajeronun aumento de los salarios incrementando la productividad, dividiendo las ganancias entre trabajadores capacitados y no capacitados, entre el capital y los trabajadores y consumidores. Ahora, las nuevas tecnologías estarían empoderando a los individuos talentosos y abriendo brechas entre los más y menos capacitados, así como entre los dueños del capital y los trabajadores. The Economist agrega, que los gobiernos ya no podrán contar con que el sector industrial pueda absorber a los trabajadores no capacitados del área rural. En otras palabras, el sector industrial ya no será generador de empleo por excelencia. Seguramente, el sector de servicios, liderado por la educación y la salud en línea, ofrecerán una “bonanza” de productividad.

“El modelo de desarrollo a través de la industrialización está de salida”. La industrialización de China atrajo un continuo flujo de migrantes desde el campo. Sus ciudades industriales fueron escaleras para el desarrollo conectando su economía con el mundo y permitiendo importantes aumentos de los ingresos de los trabajadores. Los gobiernos del mundo emergente sueñan con repetir el éxito chino, pero parece que la transformación tecnológica en marcha está cambiando permanentemente las ecuaciones del desarrollo. Según Dani Rodrik, del Institute for Advanced Study en Princeton, EEUU, muchos países emergentes están enfrentando un problema de “desindustrialización prematura” (premature deindustrialisation).

Durante la mayor parte de la reciente historia económica, ser industrializado era sinónimo de ser rico, pero ahora, esta relación se ha roto. Arvind Subramanian, asesor económico principal del gobierno de India, dice “que los países, a cualquier nivel de ingresos, son hoy menos dependientes de la manufactura, tanto en términos de producción como de empleo. Y que el nivel de ingreso por persona, basado en la manufactura, llega a su pico cada vez a niveles más bajos”. Ver el siguiente cuadro:

 

La temprana pérdida de industria, o lo que Subramanian llama “prematura no-industralización”, es una preocupante tendencia dado el rol que la exportación de bienes ha jugado, históricamente, en el desarrollo económico. La productividad en las industrias de exportación tiene que ser alta, de otra manera no se puede competir en los mercados globales. Las historias exitosas del desarrollo de los tigres de Asia, nos muestran como pasaron de operar con márgenes bajos y mano de obra intensiva, produciendo ropa y juguetes, al ensamblaje de productos electrónicos, luego a la manufactura de componentes y, en los casos de texto de Japón y Corea del Sur, a manufactura, diseño y gerencia avanzados.

La pérdida de industria a bajos niveles de ingresos, contrariamente, pone un tope a la contribución que la industria puede hacer a los estándares domésticos de vida.“Este no es un problema pequeño, no hay una estrategia alternativa obvia, para convertir a los países pobres en ricos”.

Richard Baldwin, especialista en desarrollo internacional, en Ginebra, dice que se ha producido un gran cambio en lo que puede industrializarse. La base industrial de Japón y Corea de Sur fue un proceso arduo, que solo pocos países podían lograr y alcanzar el beneficio de convertirse en una economía rica y diversificada. Al contrario, en la era del comercio de las cadenas productivas, la industrialización significa poco más que abrir los mercados laborales nacionales a los manufactureros globales. Pero lo que viene rápido, puede irse rápido. El eventual incremento de los salarios conducirá a los manufactureros a migrar a locaciones (países) más económicas.

Además, las nuevas tecnologías están desmaterializando la actividad económica. En todas partes, los consumidores gastan una mayor proporción de sus ingresos en servicios como salud, educación y telecomunicaciones. El comercio de bienes físicos, medido en términos de valor agregado cayó de 71% en 1980 a 57% en el 2008. Subramanian, piensa que la mayor esperanza de la India para satisfacer a sus millones de desempleados, es producir más trabajadores capacitados, en vez de apoyarse en la manufactura.

Dadas las debilidades de muchos países pobres en instituciones, infraestructuras y conocimiento, incluso los salarios muy bajos, pueden ser insuficientes para atraer a los manufactureros.

Un modelo de desarrollo en el que el crecimiento rápido de los ingresos se limita a los más capacitados, puede ser insostenible. Durante los últimos 10 a 20 años, la desigualdad ha crecido en muchas economías (desarrolladas), pero se ha reducido a nivel global por el rápido crecimiento de los países emergentes. Pero sin un nuevo modelo de desarrollo, esto puede reversarse.

The Economist destaca que la nueva revolución puede también traer una serie de oportunidades como la masificación de los mercados globales, artesanos globales, redes globales de apps en temas tan nuevos como alojamiento de turistas y viajes (economías compartidas), impresiones 3D de órganos humanos, educación informal en línea a bajísimos costos y con gran flexibilidad, disminución de los costos de comunicaciones, videos y música, hasta casi cero y servicios de salud remotos en línea. Y quién sabe qué otras oportunidades pueden aparecer, “como aumentar la productividad de los trabajadores menos capacitados mediante nuevos caminos, tal vez a través de exosqueletos o implantes cerebrales.

Existen tres maneras de enfrentar el eventual desbalance laboral, aumentar la productividad de los menos preparados, convertir a los menos preparados en más preparados y brindar un soporte de ingreso (subsidio) a aquellos que no puedan adaptarse. Más y mejor educación puede ser clave, un buen estándar en habilidades lectoras y matemáticas será crítico para lograr que la mayoría de trabajadores participe en el comercio de servicios globales. En los países desarrollados se está pensando en la posibilidad de generar subsidios individuales, si todo lo demás no es suficiente.

Esta nueva realidad tendrá enormes repercusiones en la vida de los seres humanos. Para entender sus impactos en el Perú y cómo podríamos proteger la creación de empleo, presentaremos la segunda parte en un próximo artículo.

Segunda parte: Implicancias para el Perú y Estrategias ad-hoc.

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