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Cambiando la vida de los niños a través de la música

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 29 de junio de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

Lo primero que me impresionó fue la reventa de las entradas. Mismo partido de eliminatoria de la Selección Peruana. Estacionar fue todo un trámite. El estacionamiento del teatro estaba repleto. Había que buscársela donde sea… a pesar de llegar temprano. Felizmente hubo un hueco por ahí, y no pasó nada. Al final… nada de lunas rotas, llantas robadas, ni cosas por el estilo.

El teatro… precioso. Realmente, es un privilegio que los peruanos tengamos un recinto como el Gran Teatro Nacional de la Av. Javier Prado en San Borja. El confort, los espacios, las butacas, los palcos, los servicios, la atención… todo perfecto. La acústica y el escenario… lo mejor de lo mejor.

Lo bonito del teatro – en general – es que la gente va de buen humor. Al público se le ve contento, relajado, positivo. ¡Qué diferencia con los personajes amargados y pesimistas que deambulan por algunos espacios de la vida nacional! Sobre todo, en la política y en cierto periodismo local.  

Pero no. En el teatro, el ambiente es pura buena onda. Más… si va a cantar Juan Diego Flórez y el coro de niños de Sinfonía por el Perú. Y más aún… si va a tocar la Orquesta Sinfónica Juvenil.

El espectáculo fue superlativo. ¡Cómo han hecho para que niños de 10, 11… 13 años toquen y canten tan bien y tan bonito! 200 niños brillantes conforman la orquesta sinfónica… unas criaturitas. ¡Todos… unos maestros! Y el coro… maravilloso. Repito. El concierto fue superlativo.

El canto lírico – a nivel mundial – es testigo de la jerarquía que ostenta Juan Diego Flórez… tenor de tenores. Pero acompañado del coro de niños y de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Sinfonía por el Perú, Juan Diego es diferente. Es mejor. Es extraordinario.

Luego, cuando todo había terminado y me disponía a regresar a casa me invitaron a una cena – más o menos privada – con el propio Juan Diego Flórez… la persona buena, el hombre sencillo, el peruano camiseta que está cambiando la vida de miles de niños pobres a través de la música.

Me hubiera gustado grabarlo – o tomar nota – para repetir con precisión lo que dijo aquella noche. Pero vamos con lo que recuerdo. O – mejor dicho – con lo que ha quedado grabado en mi corazón.

Cuando un niño crea música… crea belleza. Y de allí, nadie lo para. Vuela solo. Vuela libre. Vuela feliz y contento. O sea… deja de ser pobre. La pobreza desaparece cuando un niño coge un instrumento y crea belleza.

La música cambia la vida de los niños… y la de sus padres y familiares. Y en el caso de los niños de Sinfonía por el Perú – por ser niños pobres – desarrollan su talento más rápido – muchísimo más rápido – que los niños no pobres. Los niños no pobres jamás habrían logrado lo que estos niños han logrado en tan poco tiempo.

La pobreza – la forma y el lugar donde viven estos niños – es injusta. La música es lo mejor, lo más justo, y lo más efectivo para sacar a nuestra niñez de la pobreza. 

La música es la expresión del viento que vuela por los aires y se posa sublime en las almas de la gente; haciéndolas más tiernas, más felices… haciéndolas mejores personas.

Algo así dijo Juan Diego Flórez aquella noche después del concierto de Sinfonía por el Perú en el Gran Teatro Nacional de Lima. En todo caso, así lo recuerdo para contarlo en este artículo.

Por último… ¡qué emoción pude sentir cuando Juan Diego agradeció al Gobierno Regional de Ica por lo que estamos haciendo con Sinfonía por el Perú para cambiarle la vida a los niños de nuestra región!

En ese sentido, tengo que compartir dicho agradecimiento con todos los que han hecho posible SINFÓNICA… el Núcleo Ica de Sinfonía por el Perú. Gracias CAF, gracias empresarios iqueños, gracias Sinfonía por el Perú. Gracias Dirección Regional de Educación. Gracias maestros y padres de familia. Gracias Martes Culturales. Gracias niños de Ica. Gracias a todos los iqueños que asisten a los conciertos de SINFÓNICA… el Núcleo Ica de Sinfonía por el Perú.

¡Canto! ¡Toco! ¡Crezco!

Lampadia




Descubriendo a nuestra niñez prodigiosa a través de la música

Descubriendo a nuestra niñez prodigiosa a través de la música

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 21 de abril de 2017
Para Lampadia

Yo conocí a Juan Diego Flórez allá por el año 2013. El encuentro se lo debo a don Alberto Benavides de la Quintana; cuando este gran señor vivía los últimos tramos de su vida. En aquel entonces, el tema de Minas Conga y Yanacocha estaban que ardían, y don Alberto quería apaciguar los ánimos de la gente de Cajamarca. Juan Diego había creado “Sinfonía por el Perú” y don Alberto quería informarse al respecto. Yo conocía a un amigo que conocía a Juan Diego… y así establecimos el contacto.

Fuente: Dirección Regional de Educación Ica

Don Alberto fue un hombre extraordinario. Mientras algunos “expertos en conflictos” proponían regalar chimpunes a futbolistas cajamarquinos; y otros sugerían construir locales comunales; don Alberto proponía música. Inclusive, los más atorrantes proponían el uso de la fuerza… “mandemos al ejército y acabemos con el problema” decían algunos, demostrando así su altanería. Sin embargo, el viejo sabio y bueno – con voz pausada y segura – decía “la gente de Cajamarca está llena de ira y de rabia; ellos necesitan paz, necesitan amor… Cajamarca necesita música”. Sin duda, don Alberto parecía más un gran líder pacifista – tipo Gandhi – que un exitosísimo empresario minero, que ciertamente era.

Pues bien; inspirados en la sabiduría de don Alberto – o sea, motivados por el desarrollo de los valores de paz y amor en la Región Ica – hace un año creamos “Sinfónica”; un programa educativo dedicado al fomento de la música para niños de 5 a 13 años de edad. La “Unidad Ejecutora” fue – y seguirá siendo – la Dirección Regional de Educación (DREI) del Gobierno Regional de Ica. Entre paréntesis… somos el único Gobierno Regional del país que tiene un programa de esta naturaleza, en convenio con “Sinfonía por el Perú” de Juan Diego Flórez. ¡Qué orgullo!

A lo que quiero llegar, es que los resultados de “Sinfónica” – apenas a un año de su nacimiento – no pueden haber sido mejores. Un coro de 230 niños – o mejor dicho, 230 angelitos – nos ponen “la piel de gallina” cada vez que cantan. Y sus familiares y amigos… ¡ni se diga! El talento es de verdad. Al menos, así lo certifican los especialistas de “Sinfonía por el Perú”. Pero la chochera de los iqueños por estas criaturitas es tan intensa, que muchos juramos que estamos frente a una nueva versión de “Los Niños Cantores de Viena”. De veras… ¡son lo máximo!

Tal es el éxito de “Sinfónica”, que se acaban de integrar 450 niños – más – de la provincia de Ica. Y – a pedido del público – 200 niños de Chincha se están integrando para conformar el “Módulo Chincha”. Como se ve, “Sinfonía por el Perú” está en pleno proceso de “procreación”. Aparte de engendrar a su hijo; el “Núcleo Ica”, ya nació el hijo del hijo; el “Módulo Chincha”. Lo cual quiere decir que en apenas un año, tenemos tres generaciones de coros de angelitos. ¡Y eso que se vienen los coros de Nasca, Pisco y Palpa! Pronto, toda la Región Ica estará impregnada de ternura y frenesí, gracias a la magia de la música cantada y tocada por nuestros niños.

Fuente: El Peruano

Aclaración final: Estos logros se deben al concurso invalorable de (1) Juan Diego Flórez y “Sinfonía por el Perú” quienes dirigen y capacitan a nuestros brillantes maestros de música, (2) la CAF, el Banco de Desarrollo de América Latina, quienes colaboran con el financiamiento de los gastos de “Sinfonía por el Perú”, (3) los empresarios iqueños que aportaron todo el instrumental para la orquesta, (4) los padres, familiares y amigos de los niños del coro “Sinfónica” de Ica, y (5) a los colaboradores de la DREI – directores, funcionarios, servidores, maestros… – que están descubriendo a nuestra niñez prodigiosa a través de la música. A todos ellos… gracias. Y ¡vamos que la función recién ha empezado! Lampadia