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¡ES A PROPÓSITO!!!

¡ES A PROPÓSITO!!!

CARLOS MILLA VIDAL
Desde Cusco
Para Lampadia

Mientras que el periodismo independiente, señala cada día, las gravísimas faltas a la ética, la razón y el pudor, perpetradas por todos los miembros del gobierno, y los partidos que lo apoyan, una gran parte del país cree que hemos caído en manos de los más incapaces, y que son ellos que no pueden gobernar.

Otros analistas tienen una mirada diferente… “Es a propósito”, dicen…. Y creo que tienen razón… Una de las premisas de la izquierda radical era (y eso lo escuché cuando era estudiante universitario hace ya varias décadas) “Destruir el Estado Burgués desde adentro”.

¿CÓMO LO HACEN?

Cuando el 12 de septiembre del 2012, los peruanos celebrábamos la victoria militar sobre Sendero Luminoso, y su sangrienta aventura que nos costó 70,000 muertos Abimael Guzmán, le dijo al General Ketín Vidal “Lo que está acá (señalándose la cabeza) no lo destruye nadie”.

Desde entonces, y mientras los peruanos aliviados, nos dedicamos a derrotar la pobreza, a crecer en economía y a mirar el futuro con optimismo, los enemigos del Perú, estaban trabajando en la sombra, infiltrando instituciones, cambiando la curriculum educativo, copando instituciones de la burocracia estatal, y lo peor… del poder judicial. Ya su ex presidente Duberlí Rodríguez lo admitió “Hay 800 servidores vinculados al Movadef de Sendero Luminoso, entre magistrados y administrativos”.

  • No quisimos ver cómo cuando teníamos elecciones generales, y elegíamos nuevo presidente, con ideas de libre mercado, gobernaba en realidad la izquierda.
  • Quisimos ver que era sólo una anécdota, que la regionalización de Toledo (sí Toledo el Virrey) que copiaba las estructuras de las intendencias coloniales atentaba contra el mismísimo Estado.
  • No quisimos ver cuando las izquierdas tenían los gobiernos distritales, Provinciales y Regionales.
  • No quisimos ver la corrupción y sus causas… Esa corrupción que fue decretada por José Ignazio Lula Da Silva, el foro de Sao Paulo y sus aliados
  • El Banco Do Brasil que daba créditos subsidiados a transportistas peruanos para destruir una próspera Industria Peruana)
  • Y la empresa Odebrecht, que corrompió gobernantes, empresas, y lo peor… corrompió la moral de los países latinoamericanos.

¿CÓMO LLEGARON AL PODER?

Muchos años antes, destruyeron los partidos, manosearon la ley electoral permitiendo que haya decenas de candidatos, y que quienes pasen a la segunda vuelta, sea con una ridícula minoría de no más de 15%.

Allí la cosa se hizo más fácil… Difícilmente pudo haber un opositor más fácil de vencer que el Fujimorismo, con más de dos décadas de desprestigio (y claro, un desprestigio por mérito propio por su desastrosa actuación cuando tenían una aplastante mayoría parlamentaria.

LOS CUATRO GABINETES

¿Creen ustedes por ventura que los peores ministros fueron nombrados por error?
¿Creen acaso que no podían haber escogido mejor si su propósito era gobernar?
¿Creen, además que estos personajes no hicieron lo que venían a hacer?

Nada de eso… ellos eficientemente nombraron a gente más incapaz que ellos en puestos claves, se aseguraron de la inmovilidad del aparato estatal, y siguen, vulnerando todos los principios de gobernabilidad. Sus escándalos se judicializan, y allí encuentran la impunidad, conseguida por sus aliados. Una prueba, la impunidad de Cerrón que pese a incumplir reglas de conducta de la libertad condicional, no tiene sentencia, o Bermejo que consiguió una sentencia absolutoria en primera instancia.

Entonces, la distracción del congreso, será censurar ministros, y la acción del gobierno, seguir nombrando a los peores.

Entonces, veámoslo de una vez: ES A PROPÓSITO.

¿QUÉ QUIEREN?

Instalar una nueva constituyente, no es el fin, es el medio para perpetrarse en el poder y desde allí el Estado se convierte en el “propietario de los medios de producción” empezando por las “industrias estratégicas”, y los gobernantes empiezan a manejar los fondos para llevar la corrupción al infinito como Cuba, Venezuela o Nicaragua… siempre vestidos de “moralizadores”.

¿CÓMO SE FINANCIA EL SOCIALISMO?

  • Corrupción: desde los gobiernos sub nacionales Cerrón y Los dinámicos del Centro esquilmaron las arcas del Gobierno Regional de Junín, en beneficio del partido. Financiaron una millonaria campaña. Y lo que quedó… “Lo tiene Mamita” como diría Tres Patines.
  • Recursos públicos: Una vez en el poder, como en Venezuela, echaron mano de PEDEVESA y subsidiaban a otros países (Cuba vivió de petróleo venezolano cuando se le acabaron los subsidios de la URSS.
  • Narcotráfico: El pretexto del “uso cultural de la Coca” es hábilmente manipulado por los carteles de narcotráfico, por guerrillas ultraizquierdistas y por Narco estados. Hay una cuota de producción para chacchado y para el mate. Pero nunca nadie controla, y en Bolivia han optado por un sistema de superficies dedicadas al uso cultural, no de toneladas de producción… Resultado, hay zonas liberadas, con la anuencia estatal.
  • ¿Y… ¿Las amapolas de Chota?  ¿Nunca las vimos? El opio es también un producto de exportación peruano.

Perú es rico en recursos… Todos esos recursos en manos del Estado, y manejados sin control alguno por las cúpulas, servirán para la “solidaridad con los pueblos hermanos…”   SI… LA PLATA DE LA MINERIA PERUANA, EL GAS Y CUANTA EMPRRESA ESTATAL PUEDAN COPÁR, IRAN A PARAR A VENEZUELA.

EN CONTRASENTIDO CON EL PAÍS UNITARIO:

El Perú y todos los países civilizados, son constitucionalmente Unitarios, la diversidad no puede atentar contra la unidad.

Sin embargo, el libreto socialista dice: que cada uno de los pueblos es una NACION. E inventaron la entelequia de los “Estados plurinacionales”.  La idea de afianzar las diferencias sobre las igualdades es parte de un plan mayor… Afectar la soberanía y el territorio de los países.

La confesión del profesor a CNN, no fue un error. Él piensa así.  Están pensando en el Estado Aymara, tomando territorio de Perú Bolivia y Chile…

Uno de los artículos que deberá aprobar el referéndum en Chile es el que dice: “Chile es un Estado regional, plurinacional e intercultural, conformado por entidades territoriales autónomas, en un marco de equidad y solidaridad entre todas ellas, preservando la unidad e integridad del Estado”,   

Es decir, es lo mismo que quieren hacer en Perú… No lo permitiremos. Y los chilenos deben despertar y decir NO a este tremendo contrabando que les ha puesto este congreso constituyente. La Historia juzgará a Piñera que entregó la constitución a cambio de la “precaria estabilidad”.

COMO LOS MUSICOS DEL TITANIC

Mientras tanto, el Congreso, los partidos, las instituciones y el pueblo estamos “como los músicos del Titanic”, haciendo música, mientras el barco naufraga…

¡ACTUEMOS YA!

Esta es tarea del Congreso. Hay algunos líderes (pocos desafortunadamente) que tienen el coraje y la lucidez para revertir esta situación…

¿General Chiabra…? … Dra. Echaiz? …. ¿¿¿QUIEN???

Lampadia




Aumento en carga tributaria y crecimiento

Aumento en carga tributaria y crecimiento

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
Glosado

Las izquierdas latinoamericanas siguen atrapadas en propuestas políticas que fomentan la lucha de clases y esquemas tributarios que inhiben la inversión, el crecimiento del PBI y la reducción de la pobreza.

Una concepción fallida que, por supuesto ha recogido en el Perú el gobierno de Castillo y de PL, y el de Gabriel Boric en Chile.

Continuando con sus aportes analíticos el Centro de Estudios Públicos (CEP) de Chile, acaba de publicar el trabajo de Roberto Cases Y Rodrigo Vergara, sobre el impacto de impuestos en la reducción del crecimiento del PBI, usando como base de análisis la experiencia de seis países de la OCDE. 

Se comprueba una vez más la debilidad programática de los gobiernos de izquierda, que predican la protección de los pobres, pero que solo crean más pobreza.

Estos graves errores de políticas públicas son especialmente dañinos en el mundo de hoy, el de la ‘Cuarta Revolución Industrial’, pues en vez de enganchar a sus poblaciones con las tecnologías modernas que producen grandes mejoras en la calidad de vida, llámese educación individualizada, salud preventiva o acceso universal a infraestructuras sociales y económicas, terminan encerrándolas en un aislamiento empobrecedor. Ver en Lampadia: Dejar a los pobres desconectados del mundo moderno.

Veamos el análisis del CEP:

 

 

Centro de Estudios Públicos (CEP) de Chile
Roberto Cases Y Rodrigo Vergara
Diciembre 2021

 

RESUMEN 

  • En el contexto de las elecciones presidenciales de 2021, algunas candidaturas han propuesto aumentar la carga tributaria. En particular, el programa del candidato Gabriel Boric plantea aumentar la recaudación tributaria en 8 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) en un período de ocho años. Dicha propuesta ha abierto discusiones respecto a la existencia de experiencias internacionales de cambios similares en la carga tributaria y los potenciales efectos económicos que tendría dicho cambio. 

  • Este artículo plantea dos aportes a la discusión sobre el aumento en la carga tributaria en Chile. En primer lugar, se documentan experiencias de incrementos en la carga tributaria de gran magnitud en períodos cortos de tiempo en países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En segundo lugar, se describe el desempeño económico de los países que experimentaron este tipo de aumentos en la carga tributaria en tres períodos de tiempo: cinco años antes del cambio, durante el aumento en la carga tributaria y cinco años después de dicho incremento. 

  • Dado que el programa del candidato Gabriel Boric incluye una reforma a la seguridad social de gran magnitud y orientación, se tomó la decisión de realizar el análisis con la carga tributaria neta de contribuciones por seguridad social. De acuerdo a los criterios de la OCDE, se consideran como impuestos las cotizaciones obligatorias pagadas a un organismo estatal. Así, siguiendo la categorización de la OCDE, el aumento en la carga tributaria del programa se podría aproximar a un rango entre 13 y 14% del PIB. Ello, pues las cotizaciones, que hoy, en el caso de Chile, no se consideran impuestos por parte de la OCDE, pasarían a enterarse en un organismo público, con los cual sí serían parte de la recaudación tributaria. No encontramos países de la OCDE que hayan tenido aumentos de la carga tributaria total de 13-14% del PIB en un período similar al de la propuesta evaluada. No obstante, sí se encontraron seis países que tuvieron alzas de la carga tributaria, excluida la seguridad social, del orden de 8% del PIB en un período como el señalado. 

  • Dentro de estas seis experiencias, cuatro países tuvieron una baja en su desempeño económico en el período posterior a dicha alza (en comparación con el período previo y controlando por crecimiento promedio de los países OCDE), uno subió su desempeño y un sexto, Irlanda, es difícil de comparar, porque en el período inmediatamente posterior al aumento de impuestos, se hizo una reforma a la inversa, esto es de baja de impuestos y la carga tributaria neta tuvo una disminución considerable, lo que fue acompañado por un elevado crecimiento posterior. 

  • Adicionalmente, se observa que dos de los seis países tuvieron un segundo incremento en la carga tributaria, posterior a la primera alza. En ambos casos, el período total de implementación fue mucho más largo que ocho años. 

La OCDE clasifica los impuestos según la base gravada. En esa línea, la clasificación de la OCDE se configura en seis categorías: 

La siguiente tabla muestra el nivel de aumento de impuestos en los países de la muestra.

 

Esta segunda tabla muestra que los aumentos indicados generaron reducciones significativas del crecimiento del PBI de los países indicados.

CONCLUSIONES 

A raíz de las propuestas de reforma tributaria del candidato presidencial del pacto Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, el artículo busca presentar evidencia comparada de países OCDE que aumentaron la carga tributaria neta de contribuciones por seguridad social en 8 puntos del PIB durante un período de ocho años. Adicionalmente, se describe el desempeño económico, definido como crecimiento del PIB, de los países que experimentan este tipo de incremento en la carga tributaria neta durante tres períodos de tiempo: los cinco años previos al aumento, durante el cambio y el período que comprende los cinco años posteriores al incremento en la carga neta. 

Se utiliza la definición de carga tributaria neta de contribuciones por seguridad social, debido a la reforma en el sistema de pensiones que propone el candidato Gabriel Boric. En particular, su programa plantea una transición del sistema actual de AFP hacia un sistema estatal, el cual sería administrado por un órgano público. En términos prácticos, esto implicaría que, de acuerdo con la clasificación de la OCDE, las contribuciones por seguridad social asociada a pensiones se tratarían como un impuesto, aumentando así adicionalmente la carga tributaria de Chile. En congruencia con los datos y definiciones utilizadas en este documento, si consideramos la reforma tributaria y la reforma de pensiones, el aumento en la carga tributaria que propone el candidato Boric, para efectos de medición de la carga tributaria según los estándares OCDE, podría ser de 13 a 14 puntos porcentuales del PIB. No encontramos países en la OCDE que hayan tenido un aumento de dicha magnitud en un período de alrededor de 8 años. 

Los resultados, para la carga tributaria que excluye seguridad social, indican que hay seis países que tuvieron un aumento de alrededor de 8 puntos del PIB, en un período similar al que apunta la propuesta de reforma tributaria. Dentro de estas experiencias, al comparar con el período previo al incremento y controlar por el crecimiento promedio de los países OCDE, se observa que cuatro países tuvieron una baja en su desempeño económico durante el período posterior al incremento en la carga tributaria neta, un país mejoró su desempeño y un sexto, Irlanda, es difícil de comparar. En efecto, el caso irlandés se caracteriza porque en el período inmediatamente posterior al aumento de impuestos, la carga tributaria neta tuvo una baja considerable, lo que se asocia a un elevado crecimiento posterior. Por otro lado, la evidencia revela que, entre los seis casos identificados, hay dos países que después de una primera alza en la carga tributaria, tuvieron un segundo incremento. En ambos casos el período total de implementación fue mucho más largo que ocho años. 

Finalmente, cabe recalcar que el análisis realizado en este artículo es descriptivo y, por ende, los resultados no deben ser interpretados de manera causal. Lampadia

 

 



El diálogo pre-electoral de chile

El diálogo pre-electoral de chile

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El espejo de la política chilena a semanas de la segunda vuelta, en la que compiten un izquierdista radical que apuesta por la refundación estatista del país, y un conservador que apuesta por relanzar a Chile hacia el crecimiento sostenido; es muy rico para nuestra coyuntura política, en la que, sin un liderazgo de oposición, la sociedad civil tiene que resistir los aprontes estatistas del caótico gobierno de Castillo, los ataques al sector privado y a la libertad individual, expresada en el acoso político a la prensa independiente.

Por ello compartimos la entrevista del diario El Mercurio de Chile a Rodrigo Vergara, uno de los expresidentes de su Banco Central.

“Cada problema tiene una solución: una empresa estatal (…) En el fondo, es una intervención constante del Estado que va a terminar ahogándonos”. Sobre el plan de Boric, el comunista.

Es impresionante la similitud de las propuestas de la izquierda extrema chilena y el plan de gobierno de Perú Libre. Es como si estos políticos hubieran agarrado un manual para imponer gobiernos de orientación continental (Cuba – Venezuela), más que gobiernos nacionales que respondan a las necesidades de sus poblaciones.

En el caso del Perú, es evidente que necesitamos un gobierno que reforme profundamente el Estado, que mejore la educación, la salud y las infraestructuras, y que cambie la estructura del Estado para eliminar la corrupción que ha tomado todos los niveles de gobierno.

En vez de ello, está destruyendo la base de crecimiento económico, la inversión privada (el 80%), así como por su capacidad de innovar y transformar nuestros recursos en riqueza y bienestar. 

Además de ello, el gobierno se está rodeando de personas incapaces para asumir esos retos, de personajes abiertamente corruptos y de gente ideologizada que está dando otro salto atrás en la educación pública.

Sigamos la experiencia y debates en Chile, para empoderar a los débiles líderes de nuestra sociedad civil. 

 

“Yo no me pierdo. En segunda vuelta voy a votar por Kast”
Rodrigo Vergara, expresidente del Banco Central
El Mercurio
Azucena González
28 de noviembre, 2021

 

El economista dice que el programa de Kast es mucho más amigable con el crecimiento, la inversión, la productividad, y cree que es más fácil y creíble que se mueva al centro. Sobre el plan de Boric, es categórico: “Cada problema tiene una solución: una empresa estatal (…) En el fondo, es una intervención constante del Estado que va a terminar ahogándonos. Definitivamente creo que no es un programa para el Chile del siglo XXI”. 

Es mucho más fácil mejorar y arreglar el programa de Kast que en el caso de Boric. Hay mucha cosa ideológica, propia de la izquierda más extrema, y en particular del PC y sectores del FA. Los distintos impuestos que se han propuesto son parte fundamental del programa de Boric. Puede moderarlo, sí y en el discurso también, y bienvenido sea. Pero creo que a él se le hace mucho más difícil ese movimiento hacia al centro que lo que se le hace a Kast”.

Rodrigo Vergara, expresidente del Banco Central, se declara un liberal de centroderecha. No milita en ningún partido político, votó Apruebo en el reciente plebiscito que dio paso a la Convención Constituyente, e incluso mucho antes, en el plebiscito de 1988, aunque no votó —estaba estudiando fuera de Chile—, dice que celebró el triunfo del No. “Fui del No”, explica. También se declara a favor del matrimonio igualitario, y revela que su opción presidencial en primera vuelta era otra.

Pero hoy no tiene dudas. “Voy a votar por Kast”, plantea el economista, también investigador sénior del CEP. En esta entrevista, y dejando en claro que no es vocero de Kast —revela que solo ha recibido “consultas informales” de ese comando—, entrega sus opiniones y desmenuza ambos proyectos presidenciales en lo económico.

—¿Cuál es su balance del resultado de la primera vuelta? ¿Es más tranquilizador para Chile?

“Definitivamente sí. Para Chile son buenos porque muestran un mayor equilibrio. Con los resultados de las elecciones anteriores —que habían sido muy favorables para la izquierda, y en particular para la extrema izquierda— había surgido una cierta arrogancia en este grupo que se sentía dueño de la verdad, depositario de los anhelos de la sociedad, del pueblo chileno. Y esto deja claro que no es así. Todo es mucho más matizado. Restablece el equilibrio. Existía el temor —y eso podía ser muy negativo para la economía— de que este grupo bastante extremo de izquierda tuviera una hegemonía en el Congreso, eventualmente en el Ejecutivo, en la Convención, y termináramos con un programa y con una Constitución que simplemente no fueran representativos de Chile, que fueran demasiado de izquierda. Y que eso terminara dañando la economía y a los propios chilenos, que vieran limitadas sus posibilidades de desarrollo. Una cosa refundacional, maximalista, donde todo lo que sonara a gradualidad parecía como una traición y todo lo que se había hecho en el pasado era simplemente despreciado. La Convención es un poco reflejo de eso (ver recuadro). Esta cosa tan extrema que había se equilibra con el Congreso. Y en el Ejecutivo está por definirse. Todo eso debe llevarnos a reflexionar, particularmente a aquellos sectores que están proponiendo soluciones extremas, avasalladoras y arrogantes. Que se den cuenta de que son importantes los acuerdos que incluyan a una muy amplia mayoría de los chilenos”.

—¿Tiene resuelto a quién va a dar su apoyo en esta segunda vuelta?

“Yo no me pierdo un segundo. En segunda vuelta voy a votar por Kast. No podría darle mi apoyo a una coalición cuyo socio mayoritario es el Partido Comunista. Y además con un programa que es muy extremo, que creo que no le hace bien ni al país ni a la economía. Entiendo que está moderándose y me parece una muy buena noticia. Pero no tengo duda al respecto. Yo no voté en primera vuelta por Kast, pero no me pierdo ni un segundo en que en segunda vuelta sí voy a votar por él”.

—Pero usted tiene una visión mucho más liberal en todo sentido…

“Efectivamente tengo una visión más liberal que la que tiene Kast. Soy más liberal en lo valórico, pero soy muy respetuoso y eso es parte de ser liberal. Y lo he visto a él muy decidido en decir ‘estos son mis valores, pero si las instancias democráticas deciden otra cosa, voy a respetarlo’. Creo que hay mucha más intolerancia en los sectores de extrema izquierda. Aquellos que no piensan como ellos, sobre todo en materias valóricas, inmediatamente son considerados retrógrados. También he visto, en algunos, posiciones bastante extremas respecto a ciertos símbolos y tradiciones de Chile. Me impactó, por ejemplo, lo que pasó en la Convención cuando un coro de niños intentó cantar el himno nacional. Yo soy orgulloso de ser chileno y de los valores que hay en este país y siento que hay bastante más intolerancia en ese sector político. No en todos, pero por lo menos en algunos de los que son líderes, definitivamente en los socios mayoritarios de la coalición, los comunistas, cuyas credenciales en materia de libertad son bien cuestionables”.

—¿Uno de los mayores peligros es la influencia que pueda tener el PC?

“A mí el programa de Boric en general me parece bastante negativo para la economía. No le cuadran las cifras fiscales. Tiene un aumento de la carga tributaria enorme, un cierto sabor a proteccionismo, revisión de los tratados comerciales. Chile es un país pequeño y no puede darse ese lujo, hay que mantener la apertura. Si no, no sé hacia dónde podemos crecer. No me gusta la propuesta de pensiones. En el siglo XXI pensar que un sistema de reparto va a ser la solución para las pensiones me parece absolutamente iluso, poco sustento práctico. Moderaron, pero esto de los trabajadores en las empresas, hay un tema de derecho de propiedad y de incentivo a la inversión, no sé cómo van a incentivar la inversión con ese tipo de medidas. El tema laboral, negociación ramal. Cada problema tiene una solución: una empresa estatal y un Banco de Desarrollo para la cosa más global. En el fondo, es una intervención constante del Estado que va terminar ahogándonos. Definitivamente creo que no es un programa para el Chile del siglo XXI. Yo no juzgo intenciones. Parto de la base que tienen buenas intenciones y quieren lo mejor para Chile, pero la verdad es que creo que se equivocan al tomar posiciones tan extremas en algunos temas”.

—Pero el de Kast también tiene problemas.

“Creo que tiene bien claro los temas de desarrollo del país, énfasis en crecimiento, productividad, bienestar. Obviamente hay cosas que se tienen que afinar: el tema fiscal tiene que afinarse bastante. Pensar que se pueden producir rápidamente las bajas de impuestos que se están proponiendo es ilusorio. Así como creo que el aumento de ocho puntos de la carga tributaria de Boric, que en la práctica es bastante más que eso —porque si se incluye toda la reforma a la seguridad social sube considerablemente—, simplemente produciría un daño tremendo al país. En el caso de Kast hay que pensar en gradualidad, en cuándo se puede y ser más prudente respecto al posible crecimiento de la economía chilena”.

—Ambos candidatos están reacomodando sus programas, reescribiéndolos, moderándolos, incorporando a economistas más de centro. ¿Por qué no creerle a esa renovación que puede hacer Boric y sí a la de Kast?

“No es que no le crea, yo no juzgo intenciones. Simplemente es mucho más fácil mejorar y arreglar el programa de Kast, que en el caso de Boric. Hay mucha cosa ideológica, propia de la izquierda más extrema, y en particular del PC y sectores del FA. Los distintos impuestos que se han propuesto son parte fundamental del programa de Boric. Puede moderarlo, sí y en el discurso también, y bienvenido sea. Pero creo que a él se le hace mucho más difícil ese movimiento hacia al centro que lo que se le hace a Kast. Es más fácil para él moverse hacia el centro que a Boric, y es más creíble en mi opinión. En el programa de Kast hay más flexibilidad, los partidos están más dispuestos a cambiar y moderar, que en el caso de Boric. De hecho, en el caso de Kast los partidos están presionando por ello”.

—Si ganara Boric, ¿los agentes económicos deberían estar más tranquilos dada la necesidad de moderación post primera vuelta? ¿Es un escenario mejor que el que había hasta el sábado anterior?

“Creo que sí. Igual creo que no sería un buen escenario, pero obviamente da más tranquilidad respecto a qué se puede y qué no puede hacer en una próxima administración”.

—Usted dijo que Chile iba a transitar a un modelo socialdemócrata con un estado de bienestar más grande. ¿Cómo eso se hace compatible con la visión que tiene Kast?

“Eso no está en el programa de Kast, es una cosa evidente. No soy socialdemócrata, sino un liberal de centroderecha, pero mi punto es que creo inevitable que el gasto social vaya aumentando gradualmente en el futuro. La evidencia en el mundo capitalista es abrumadora. No obstante, me parece que lo del programa de Boric —no sé si llamarlo ingenuidad o extremo—, nos pretende llevar al otro extremo de una, con un costo para Chile que va a ser muy grande”.

Programa de Kast: “No creo que sea populista, ni poco serio, pero tiene algunas falencias”

—¿Cómo califica el programa que hoy tiene Kast? ¿Populista, poco serio?

“No creo que sea populista, ni poco serio, pero tiene algunas falencias. Por ejemplo, en mi opinión, el encuadre fiscal tiene que mejorarse. No da una baja fuerte y rápida de impuestos con el aumento del gasto social. Sería mucho más escéptico respecto a la posibilidad de bajar impuestos. Espero que en su nueva versión esa parte esté bastante más matizada. Entiendo que el nuevo equipo económico está en eso”.

—El programa propone muchas bajas, 10 puntos en la tasa corporativa, del 27% al 17%, la integración al 100%, impuesto cero en primera categoría para micro y pequeñas empresas; reducción del IVA del 19% a 17%, y la eliminación gradual de las contribuciones, herencia. ¿Todo eso debe desaparecer, considerando el contexto país?

“Desde el punto de vista fiscal, no cuadran con el aumento del gasto social. Gran parte va a tener que postergarse, graduarse y ver qué cosas adicionales se pueden hacer. Podría incluir la eliminación de ciertas exenciones. Es difícil bajar el IVA porque tiene una recaudación enorme. El impuesto a las empresas es más alto en Chile que en la mayoría de los países OCDE, entonces uno podría pensar en menores impuestos para las empresas, pero no de la magnitud en que está en el programa. Si quiere incentivar la inversión, evidentemente ahí hay una herramienta, pero tiene que compensarlo con alguna otra cosa. Yo he escrito sobre la posibilidad de hacer aumento en el impuesto en el ingreso a las personas, tener una pendiente más alta, de manera de recaudar más. Ahí Chile tiene una diferencia importante con los países OCDE. En el agregado, esa baja tan fuerte de impuestos no da. Y además no creo en la curva de Laffer, esto que se va a bajar el impuesto y va a ser tanta la actividad que la recaudación va a aumentar. No. Creo que si se bajan los impuestos, la recaudación baja, la evidencia lo muestra en todas partes”.

—En materia de crecimiento plantea crecer cinco puntos por año, ¿es realista?

“Es muy optimista. El crecimiento potencial de Chile se estima hoy día en torno a 2,5%. Sería extraordinario que lo lograra, pero desde el punto de vista del plan, del programa, es importante hacer supuestos que sean más concordantes con la realidad. Efectivamente tiene un programa mucho más amigable con el crecimiento, la inversión y la productividad, y por ello el crecimiento durante su período sería más alto que en el que tendría Boric. Aun así, alcanzar el 5% sería algo excepcional. De hecho lo que se viene en materia económica hacia adelante es bastante difícil”.

—En pensiones, Kast se asienta totalmente en la capitalización individual y va por la vía de mejorar las pensiones con ingresos generales. ¿Debiera conceder puntos de cotización como componente solidario? ¿Se ve irreal perseverar en una reforma sin ello si ya ni siquiera la de este gobierno ha logrado ver la luz?

“Tiene que ser realista en la factibilidad política, pero lo importante en pensiones es afirmar el pilar de ahorro individual. Me parece bien lo que está planteando: pilar de ahorro individual, más solidaridad. Si después hay que cambiar un poco las proporciones, está bien, pero la parte contributiva de ahorro individual tiene que ser muy significativa. No estoy cerrado a que pueda haber una parte redistributiva, pero la gran parte tiene que ser de ahorro individual. Es importante para Chile afirmar hoy eso, que ha estado en mucho cuestionamiento. Hoy por el otro lado se plantea que se acaba el pilar individual y que pasemos a un sistema de reparto con cuentas nocionales. Una cosa que no es concordante con un país moderno”.

—Se ha dicho que el resultado en el Congreso, en el Senado, es equilibrado. Pero hay un riesgo también de bloqueo y de incapacidad de llegar a acuerdo en pensiones y tributario.

“Chile tiene un riesgo de que este bloqueo que se produjo durante los últimos cuatro años se mantenga y sería una cosa bastante nefasta. Por eso creo importante buscar acuerdos y ser muy realista. Y para los dos lados. Tiene que haber cambios en salud, educación, pensiones, pero plantear cosas que no van a tener consenso, creo que hay que tener cuidado con eso. Si no, podemos terminar de nuevo en un período sin nada. Y cuando se dice que hay una candidatura, la de Boric, que quiere cambios y la otra no quiere hacer nada, eso no es así. Kast también propone cambios”. 

“Es altamente probable que el próximo año tengamos un frenazo grande. Uno no puede descartar una recesión, por lo menos en una parte del año”

—Independiente de quién llegue a La Moneda, habrá un escenario difícil, bajo crecimiento, inflación, estrechez fiscal, etc. ¿Qué es lo más complejo?

“Estamos en un boom económico enorme, la economía va a crecer alrededor de 11%, porque tenemos una recuperación respecto a la caída del año pasado, pero además por todos los estímulos que ha tenido la economía chilena, de los mayores del mundo: fiscal, monetario y los retiros. Eso ha hecho que Chile esté muy por arriba del nivel prepandemia. En ese escenario yo veo que es altamente probable que el próximo año tengamos un frenazo, y un frenazo grande. Uno no puede descartar una recesión, por lo menos en una parte del año”.

“Este año la suma de los estímulos fiscales y retiros son como el 20% del PIB y creo que no hay otra opción más que retirarlos, al menos gran parte —espero que no sigan haciéndose retiros—, por tanto, vamos tener este frenazo fuerte. Y se suma el retiro del estímulo monetario del BC, producto de mayor inflación. El boom es gigante este año y vamos a tener que pagar la cuenta, hacer el ajuste durante el próximo año. Evidentemente para un gobierno no es fácil en el primer año entrar en esa situación. Y cuando el espacio fiscal se ha reducido considerablemente, en algún momento hay que empezar a converger. Eso es súper complejo. Eso lo van a enfrentar tanto Kast como Boric si son gobierno. Y en mi opinión el problema de Boric va a ser más complejo porque es un programa poco amigable con la inversión y por tanto no va a producirse un despertar natural del sector privado. O lo veo difícil que se produzca. No me sorprendería que para compensar eso, se usara la herramienta fiscal nuevamente. Creo que el programa de Kast es más amigable con la inversión. No es que no vaya a tener ese problema, pero de alguna forma puede estar mitigado por este mayor impulso en el sector privado”.

—¿Podríamos tener una recesión técnica, dos trimestres consecutivos negativos?

“Es perfectamente factible. En alguna parte del próximo año es factible que tengamos alguna recesión, al menos un par de trimestres”. 

Lampadia




¿100 días no te parece suficiente?

¿100 días no te parece suficiente?

Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia

Después de 100 días el Perú puede ver el daño que las ideas de izquierda nos están causando: inflación, devaluación, falta de inversión, desempleo, más corrupción, impunidad para los amigos, incapacidad clamorosa, desconfianza y desgobierno. Sin embargo, todavía quedan algunos para quienes, por ignorancia, necedad o interés, todo lo vivido no les parece suficiente.

Para todos ellos, conviene hacer una proyección, lo más fría posible, de lo que puede suceder en otros 100 días de desgobierno socialista, solamente siguiendo la tendencia actual:

A esto podemos agregar:

  • Contracción dramática de la inversión privada. El propio gobierno en el Marco Macroeconómico Multianual, estima que apenas crecerá en 5% el año 2022, cifra que podría pasar a ser negativa si se consuman las amenazas de nuevos impuestos, regulaciones y estatizaciones de empresas.
  • En minería, más minas sitiadas por el chantaje social impulsado por las propias facciones del gobierno y menos ingresos fiscales.
  • Deuda pública bordeando el 40% del PBI, luego de haber llegado a estar en 19% en la década anterior.
  • Calificación crediticia del Perú deteriorada
  • Riesgo País en crecimiento
  • Corrupción regional y municipal multiplicada para sostener políticamente al gobierno
  • Reparto de bonos, dádivas y programas sociales para asegurar la clientela electoral
  • Intento de cambio constitucional para mantenerse en el poder indefinidamente
  • Captura de las fuerzas armadas, policía nacional, instituciones públicas y organismos reguladores.

Para quienes enfrentamos el reto de mantener a nuestras familias con nuestro trabajo, emprendiendo día a día, poniendo en riesgo nuestros pequeños capitales y sobre todo nuestra fuerza de trabajo y empeño, estos 100 días si han sido más que suficientes.  100 días más de destrucción macroeconómica y de crisis institucional no son soportables. La aventura izquierdista avalada por el odio de algunos sectores de nuestras clases medias debe terminar. Otros 100 días, son demasiado para los peruanos. Lampadia




Cultura pro mercado

Cultura pro mercado

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Líneas abajo presentamos un magnífico ensayo de Pablo Paniagua de la Fundación para el Progreso de Chile, quién explica la relación causal entre la mentalidad económica o la cultura pro mercado, y la prosperidad de largo plazo de un país.

“Los mercados libres y sus instituciones inclusivas se mantendrán en el largo plazo solo si se entiende a nivel cultural que estos producen resultados que son moralmente, no solo materialmente, virtuosos y compatibles con el florecimiento humano”.

Paniagua explica que en Chile se habría producido una ruptura entre sus instituciones de mercado y la mentalidad anti mercado de buena parte de la población, especialmente de los jóvenes. Felizmente, parece que últimamente están reaccionando con la intención de voto que muestran por Kast.

Este análisis político y sociológico nos lleva a preguntarnos si los peruanos tenemos, o no, una cultura pro mercado

Tras el último proceso electoral, muchos pensaron que los peruanos estábamos polarizados, con la mitad de la población abjurando de la economía social de mercado. En Lampadia dijimos lo contrario. Ver: La polarización fue coyunturalEl Perú no está partido en dos.

Ya hemos explicado varias veces que la aparente polarización de las elecciones fue producto del desastroso, y hasta criminal, manejo de la pandemia, en la que el gobierno de Vizcarra con sus socios de la izquierda, y luego Sagasti, destrozaron el Perú, quién sabe si adrede.

Tuvimos los peores resultados del mundo, con la mayor cantidad de muertos por millón, la peor caída de la economía y el menor regreso a las aulas. En el combate de la pandemia, estos infelices, rechazaron el apoyo del sector privado, de las iglesias y de las Fuerzas Armadas, insistieron en el uso de pruebas rápidas, rechazaron la donación del software para el seguimiento del virus, las donaciones de pruebas moleculares y de plantas de oxígeno, pararon toda la economía dejando sin ingresos a millones de ciudadanos, y no compraron las vacunas.

Nos llevaron a una situación de desesperanza que crispó nuestro criterio político.

Pero muy rápido después de las elecciones, las encuestas mostraron el verdadero sentir de los peruanos, destacando mensajes como:

  • Priorizar la reactivación de la economía y el sistema de salud, versus convocar a una asamblea constituyente.
  • El 73% considera positiva la apertura del comercio internacional.
  • El 83% cree que la inversión extranjera trae beneficios para los peruanos.
  • Los peruanos no queremos que nos desunan.
  • No queremos que se cree inestabilidad con el cambio de Constitución.
  • No queremos que se ahuyente la inversión privada que crea empleo.
  • El 90% desaprobaría el modelo venezolano para el Perú.
  • El 71% cree que lo que se necesita es una mejor gestión publica en educación y salud, en vez de estar pensando en cambiar la Constitución.
  • El 80% dice que el gobierno debe respetar plenamente la libertad de prensa.

Ver más información en las encuestas encargadas por Lampadia:

De las recientes encuestas resulta claro que los peruanos favorecen la apertura de la economía. Pero además, sabemos hace tiempo que el Perú es un país de emprendedores, de gente que confía en sus capacidades, aunque sean limitadas. Los peruanos quieren que se les deje trabajar.

Cuando, por la ausencia de inversión privada en las regiones, debido a los malos gobiernos de la dictadura militar, el segundo gobierno de Belaunde y el primer gobierno de García, y por el abandono político de las regiones, debido al terrorismo; los peruanos no se plegaron al terrorismo, no se volvieron delincuentes, no se volvieron ociosos; se fueron a las grandes ciudades de la costa a crear empleo y a forjar un espacio de desarrollo que devino en la nueva clase media peruana. Ver en Lampadia: El libro de la clase media peruana.

Los peruanos somos muy diferentes a los argentinos, chilenos colombianos y venezolanos. Las poblaciones de nuestros vecinos son, en general, dependientes en su trabajo, ya sea del Estado como en Argentina, o del sector privado como en Chile y Colombia.

Los peruanos somos independientes en una gran mayoría, eso nos hace más cercanos a los valores de la economía de mercado. Acaso los puneños, que controlan el comercio en todo el Perú, e incluso en algunas ciudades de Ecuador, ¿tienen una mentalidad de dependientes que le reclaman empleo al Estado?

Como dice Juan Carlos Tafur, solo falta que hagamos clic entre nuestra realidad social y la ideología.

El que no hayamos hecho esa conexión es responsabilidad de nuestra clase dirigente, que no mostró empatía e integración con la población; que no supo acompañar la gran recuperación del Perú desde la Constitución de 1993, que trajo de regreso la inversión privada con crecimiento, reducción de la pobreza y disminución de la desigualdad; con la exigencia al Estado del buen uso de los recursos fiscales que generamos, para mejorar la educación y la salud. Y tampoco supimos desarrollar y divulgar el verbo de la prosperidad, conectar la realidad social con la mentalidad pro mercado.

Increíblemente, hoy tenemos un gobierno que pretende cambiar nuestra realidad social y borrar toda huella de nuestra mentalidad pro mercado. Que agudiza los resentimientos por las diferencias sociales, promoviendo la lucha de clases. Estoy seguro que, a pesar de la deficiencia de la clase política, esta vez, la sociedad civil sabrá ponerse al frente a predicar los caminos del bienestar y a defender la prosperidad que pretenden terminar de apagar.

Mentalidad económica y la prosperidad de las naciones

Fundación para el Progreso – Chile
Pablo Paniagua
Publicado en El mostrador, 04.11.2021
Glosado por Lampadia

Desde que Adam Smith publicara su célebre libro La riqueza de las naciones, los economistas llevan 250 años reflexionando acerca del origen y los catalizadores de la riqueza de las naciones. En simple, llevan más de dos siglos preguntándose: ¿qué es lo que hace que un país sea rico y próspero? Y ¿qué elementos ayudan a sustentar dichos procesos de riqueza?

Aproximadamente, durante 1760-1780 el Reino Unido y los Países Bajos comenzaron a experimentar un proceso de desarrollo económico y riqueza acelerado y sostenido nunca visto en la humanidad. Si bien otros procesos de florecimiento humano, como el Renacimiento italiano, proporcionaron explosiones de riqueza y creatividad, dichos procesos fueron transitorios y luego involucionaron hacia procesos de pobreza y estancamiento. El proceso de prosperidad iniciado por la Revolución Industrial es único en la historia de la humanidad; proceso que el Premio Nobel de Economía Angus Deaton ha denominado El gran escape de la pobreza y la miseria.

A lo largo de la historia, distintos economistas han tratado de explicar el origen de nuestro gran escape. El enfoque clásico se ha concentrado –equivocadamente– en la simple acumulación de capital como elemento catalizador del gran escape. Recientemente, el trabajo del Premio Nobel de Economía Paul Romer se ha desmarcado de este enfoque en el capital, poniendo énfasis en el poder de las ideas y el avance tecnológico en generar progreso sostenido.

Siguiendo el camino de Romer, varios economistas están poniendo énfasis hoy en el rol fundamental de las ideas y el poder de la cultura y las creencias en determinar el progreso de las naciones. Esto es lo que consideramos en estas líneas como “la mentalidad económica” que determina la riqueza de las naciones. Así, existe un factor desestimado por la mayoría de los economistas: las actitudes e ideas económicas y las creencias o mitos económicos de la población.

El poder de la cultura y las ideas en transformar instituciones

Dos economistas han trabajado recientemente en dicha dirección trazada por Romer, dejando en evidencia el poder de las ideas y de la cultura en fomentar ciertas actitudes dentro de la población y un ambiente cultural amigable con las ideas de la libertad económica y el progreso.

  • Por una parte, Joel Mokyr, en su más reciente libro, A Culture of Growth, explica que la Revolución Industrial surge debido a la presencia de una cultura del crecimiento –específica de la Ilustración europea–, la cual sentó las bases ideológicas para los avances científicos y los inventos que instigarían la explosión en desarrollo.
  • Por otra parte, la economista Deirdre McCloskey ha evidenciado –en su potente trilogía de ensayos– que la gran explosión en desarrollo económico, que ocurrió en Holanda e Inglaterra a finales del siglo XVIII, es el producto no solo de buenas instituciones, sino que, en gran medida, de un ambiente cultural y de ideas propicio que le dé sustento.

El trabajo de Mokyr y McCloskey nos sugiere que el factor principal de la explosión en desarrollo y crecimiento fueron las ideas a favor de la libertad de emprender y de innovar: la legitimación cultural de aquellos comportamientos de creación científicos y de riqueza de los innovadores, comerciantes y comercializadores. En épocas anteriores a la Revolución Industrial, dichas personas eran vistas como detestables y consideradas parias, las que eran aborrecidas por la población, en lugar de ser respetadas y de tener un lugar meritorio en la sociedad. Mokyr y McCloskey señalan que fue realmente la actitud de innovación, de la mano de una cultura del progreso, y no el capital, lo que explicaría la prosperidad.

Mientras una gran cantidad de trabajo empírico e histórico muestra una clara asociación entre el crecimiento económico y la prosperidad humana, por un lado, y las instituciones inclusivas o pro libertad económica, por el otro (Acemoglu y Robinson, 2010; Olson, 1984; Powell, 2019; Sen, 1999), dichas instituciones pro libertad pueden ser bastante frágiles si la población en general no tiene una comprensión clara de lo que determina que un país sea próspero o menos. Esto nos recuerda que buenas instituciones son una condición necesaria, pero no suficiente, para poder sustentar un proceso de desarrollo económico de largo aliento. De hecho, el Premio Nobel de Economía Douglas North reconoció (North, 2005) el rol fundamental de las ideas y de los modelos mentales compartidos por la población en la creación y posterior sustentabilidad de buenas instituciones.

En última instancia, las buenas instituciones (aquellas inclusivas) se sustentan en la mentalidad compartida y en los modelos mentales que predominan en una sociedad específica. La evolución de las instituciones de una sociedad es sobre todo una función de aquellos cambios en el sistema de creencias dominante (Zweynert, 2009). De hecho, un examen cuantitativo del rol de “la cultura” ha contribuido a iluminar cómo esta afecta el desarrollo económico y la evolución de las instituciones (Alesina y Giuliano, 2015). Si la cultura y creencias de una población favorecen un sistema de mercado y pro libertad económica, esto tendrá fuertes efectos prácticos, ya que –como se ha señalado– la libertad económica y las instituciones inclusivas proporcionan las condiciones esenciales para el progreso en el largo plazo. Entonces, para crear y luego sostener dichas instituciones claves de libertad económica, se requiere de un sustrato cultural y de ciertas ideas que sean amigables con los mercados y con las nociones de progreso.

Las instituciones pro libertad económica, como un Banco Central autónomo, son sin duda importantes, pero estas no son una panacea que resuelven todo. Ya que, si no hay un sustrato cultural amigable y un conjunto de ideas y actitudes que las defiendan y las legitimen a nivel ideológico y práctico, entonces aquellas instituciones quedarán sostenidas en arenas movedizas.

El caso del auge y caída del proceso modernizador en Chile y de toda nuestra institucionalidad, son una clara señal de lo que sucede cuando las instituciones pro libertad económica se sustentan de facto en meras constituciones y en papeles, pero no en las ideas y en la cultura de las personas. El caso de Chile sería el polo opuesto de aquella historia de prosperidad: el reflejo de lo que sucede cuando buenas instituciones son erigidas con pies culturales de barro.

Chile y su mentalidad económica

Se ha creado el índice global de la mentalidad económica (Global Index of Economic Mentality, GIEM): el GIEM utiliza datos de la Encuesta Mundial de Valores para medir cómo los ciudadanos reaccionan y piensan sobre los mercados y el Gobierno, capturando así sus actitudes culturales hacia las ideas del progreso económico (para ver la metodología y la construcción del índice, consultar aquí).

El GIEM busca cuantificar el grado en que las personas priorizan la iniciativa privada, la libre competencia y la responsabilidad personal, en contraposición a una mayor intervención del Gobierno en sus vidas, la redistribución de ingresos y un Gobierno que cumpla un rol de mantenedor social.

Dicho índice es una forma de cuantificar la “Ventana de Overton” (Lehman, 2018): la idea de que existe un conjunto de alternativas políticas consideradas como “políticamente aceptables” dentro de una sociedad en un momento dado –en cuanto se relaciona con la ideología económica imperante de un país–. De esta forma, el índice GIEM busca mediar el apoyo cultural y popular hacia la libertad económica y las instituciones pro mercado (ver ranking en Tabla 1, abajo). El índice proporciona una clasificación de países de acuerdo con su mentalidad y cultura a favor de la libre empresa y los mercados.

Tabla 1: Ranking de Mentalidad Económica
Fuente: Czeglédi, Lips y Newland (2021).

Al ver dicho ranking, podemos advertir que Nueva Zelanda, la República Checa, Suecia y Estados Unidos encabezan la lista de los países que valoran más la iniciativa privada que la intervención estatal. Estos países son considerados por el ranking como “Market Leaders”, dado el gran apoyo cultural e ideológico que sus poblaciones otorgan a una economía de libre mercado. No es extraño, entonces, que estos mismos países disfruten de una alta productividad (reflejada en sus ingresos per cápita) y posean instituciones inclusivas que promueven la libertad económica y el progreso social. Asimismo, podemos ver que Chile se ubica dentro de los 12 peores países del ranking, con una mentalidad económica muy baja, es decir, con una actitud cultural negativa hacia la iniciativa privada y una actitud favorable hacia la expansión del Estado. Chile comparte una mentalidad económica similar a aquella de países como Irán, Egipto y Bangladesh, entre otros países que repudian la libertad económica y la iniciativa privada.

Investigaciones recientes (Alesina y Giuliano, 2015; McCloskey y Carden, 2020; Mokyr, 2018) han confirmado la conjetura de Douglas North de que las ideas importan en demasía: las ideas y creencias que se sostienen ampliamente en un país ayudarán a determinar las instituciones y, en consecuencia, el desarrollo económico en el largo plazo. Esta relación entre ideas pro libertad y progreso es lo que precisamente el índice GIEM nos ayuda a iluminar.

Visto que el GIEM captura las convicciones ideológicas y culturales respecto a la mentalidad económica de la población, se puede esperar que, al comparar dos países, el que tenga un puntaje más alto tenga, a su vez, instituciones que garanticen mercados más libres. Existe una correlación positiva entre el Índice de mentalidad económica (GIEM) y aquellas instituciones y políticas de libre mercado en una muestra representativa de países. Esto es precisamente lo que los autores del índice han encontrado (Czeglédi, Lips y Newland, 2021): una correlación positiva entre la mentalidad económica pro mercado de un país y sus instituciones que impulsan el progreso. El índice “está fuertemente asociado con la libertad económica y, de hecho, puede ser un predictor de ella” (Ibíd., p. 676).

Asimismo, los autores señalan que, al revisar dicha correlación positiva entre creencias e instituciones, salta a la luz el hecho de que existen seis países que serían outliers o casos atípicos: Zimbabue, Irán, Hong Kong, Etiopía, Vietnam y Chile. El caso de Chile, señalan los autores, es paradójico, pues la correlación señala que nuestro país posee una incongruencia atípica: posee instituciones de facto pro mercado y libre competencia, pero que estas no se relacionan para nada con nuestro nivel cultural e ideológico actual, que sería bastante antimercado y antilibertad económica (ver Tabla 1).

De esta forma, las instituciones actuales en Chile serían (hasta ahora) propicias para el desarrollo y el crecimiento económico (pro libertad económica), sin embargo, nuestra mentalidad económica y cultural no es favorable para con los mercados libres. Esto señala que dichas instituciones no tienen ni sustento ni arraigo cultural en el país, lo que ayudaría a explicar nuestro actual derrumbe institucional y las razones culturales por las cuales nuestra institucionalidad duró apenas 30 años. De hecho, el puntaje GIEM de Chile es uno de los más bajos de toda América Latina (símiles de aquellos de Argentina). Los autores señalan que nuestro país sería uno de aquellos casos únicos en el mundo, en donde la ideología antimercado actual y la cultura imperante serían negativas e incompatibles con las instituciones pro mercado de facto existentes (Ibíd., p. 677).

El estallido social y la actual revuelta contracultural profundamente antagonista de nuestra modernidad capitalista –iniciada con fervor por los adultos jóvenes en el país– puede ser entendida como el resultado de aquella asimetría o contradicción entre cultura popular antimercado e institucionalidad pro mercado evidenciada por este índice. Con todo, la situación paradójica de Chile, de la cual hoy estamos viendo sus consecuencias más agudas, sería el resultado del profundo fracaso cultural e ideológico, tanto de la Concertación como de la centroderecha chilena y del mundo empresarial, en ayudar a que nuestras instituciones pro libertad económica adquirieran finalmente un sustrato cultural e ideológico propicio para que estas hayan podido perdurar en el tiempo. La actual ruina institucional podría entenderse mejor a través del rol fundamental de las ideas y la cultura en sustentar o socavar el progreso y a las instituciones pro libertad en el largo plazo. Esta es una de las más grandes lecciones que debemos tener en consideración a la hora de reconstruir nuestro país para poder retomar una senda de progreso y libertad que sea sustentable en el tiempo.

Lecciones para el futuro cultural de Chile

Una primera conclusión es que los mercados libres y las instituciones que generan progreso no pueden sostenerse solo con argumentos empíricos sobre la eficiencia económica y la evidencia empírica que los avala (Williams, 1996). Los mercados libres y sus instituciones inclusivas se mantendrán en el largo plazo solo si se entiende a nivel cultural que estos producen resultados que son moralmente, no solo materialmente, virtuosos y compatibles con el florecimiento humano (Sen, 1999).

Segundo, el Índice de Mentalidad Económica también proporciona un mensaje de advertencia para todos aquellos que valoran la libertad económica y el progreso. Ya que, en varias de las naciones que alguna vez fueron favorables a los mercados (como lo fue Chile), las generaciones más jóvenes están perdiendo rápidamente la fe en estos, repudiándolos y sintiendo cólera contra ellos, buscando así siempre mayores niveles de intervención estatal y de soluciones coercitivas para orientar sus vidas. El avance fáctico de la retroexcavadora sería una consecuencia cultural de nuestro rotundo fracaso en cambiar la mentalidad económica en el país durante estos últimos 30 años.

En definitiva, Chile sería un caso digno de estudio, ya que era un país con un alto grado de libertad económica, consagrado en sus instituciones formales, pero en el que el sentimiento público no coincide para nada con dichas instituciones. Existe un desajuste cultural en el país, el cual nunca se ha subsanado y que imposibilitaría que Chile cree las condiciones necesarias para un proceso sustentable de progreso económico de largo aliento. Una combinación contradictoria entre instituciones y cultura es bastante frágil, algo que los economistas denominan un equilibrio institucional inestable, el que tiene dos conclusiones posibles: o se preservan las instituciones pro libertad económica y se cambia la cultura subyacente para sostenerlas, o se mantiene la cultura actual, con el riesgo de ir desmoronando las instituciones existentes. Pareciera que en estos últimos años el país ya tomó una decisión respecto a esta crucial pregunta. Lampadia




El cubo mágico de Rubik

El cubo mágico de Rubik

 

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

¿Quién no ha jugado a resolver el cubo Rubik? Casi todos hemos pasado por esa experiencia y sabemos que, al ser un problema tridimensional, puede ir desordenándose por varios lados, mientras vamos trabajando el objetivo final, aunque, mientras tanto, el observador externo no entienda lo que está pasando en ese desorden aparente, que sólo entiende el ejecutor del juego.

Esto es exactamente lo que está ocurriendo en el Perú del 2021, tenemos unos movimientos raros, con gente de pensamiento extraño, que aparentemente no son adecuados, ni sirven a los propósitos de un observador ordenado y acostumbrado a los manejos personales y empresariales estructurados.

En primera instancia, un individuo que no puede expresar correctamente algunas pocas ideas, designa un gabinete con gente incapaz de trabajar en equipo, ni de sostener un mismo plan y mensaje, que se contradicen entre ellos y lo más preocupante, con tres perlitas; un canciller que debió renunciar a los pocos días, un premier incoherente y díscolo, digno de personificar al Tío Lucas de la serie “Los locos Adams” y un ministro de trabajo, cuando menos filosenderista, que nadie entendía cómo había llegado a ese puesto, ni para qué.

Renunciado ese primer gabinete, nos queda claro, ahora, que el rol de Maraví era formalizar al FENATEP, sindicato creado por el “prosor” y ponerlo en competencia con el SUTEP, mientras el “Tío Lucas” distraía a la ciudadanía con sus mensajes disparatados.

Ahora, el gabinete presidido por Mirtha Vásquez, que ha presentado un plan de gobierno burocrático e intrascendente, cuenta también con algunos personajes extraños, pero con propósito.

Por un lado, el ministro Barranzuela, uno de los instigadores para que la población del VRAEM se oponga a la erradicación de los cultivos de coca, pero que, se supone conducirá tal erradicación y la lucha contra el narcotráfico. Por el otro, los juegos pirotécnicos continúan con el show de Richard Rojas y sus frustradas embajadas, la ministra Chávez en trabajo, abogada del delincuente traficante de terrenos Rodolfo Orellana, la ministra de cultura Gisella Ortiz y la vicepresidente y ministra del MIDIS, todos involucrados en delincuencia pura y dura. Debemos reconocer, que esos son golpes efectistas y distractores, pues lo de fondo, pero que desean que pase inadvertido, es el rol del ministro Gallardo en educación.

Según José Luis Gil, ex GEIN, Abimael Guzmán ordenó a su gente de SL, en el año 2004, “un plan de construcción para crear organismos grises y penetrar organismos amarillos”, que les permita siempre mantenerse en la clandestinidad, evadir la ley e ir mutando. Así pasaron del CONARE al MOVADEF y luego al FONATEP. Ciertamente, la regla de oro es, “si te descubren, niega todo y crea otro organismo en reemplazo”. Con esa lógica, SL mantiene 56 bases del MOVADEF, con miles de profesores trabajando en ellas.

Según el MOVADEF, el escollo para capturar al magisterio siempre ha sido el SUTEP, que siendo de izquierda, no comulga con el ideario de SL y mantiene sus propios cuadros profesionales y manejo económico en base a la Derrama Magisterial, botín largamente anhelado por el FONATEP.

Lo grave de todo este proceso, es que el MINEDU, en manos de Gallardo, tiene manos libres para transformar el currículo educativo de los escolares, desde 4° grado de primaria, hasta 5° año de secundaria, según proyectos de ley presentados por PL. Ya desde hace 25 años, la educación escolar rural viene siendo utilizada, extraoficialmente, por los profesores del CONARE SUTE, como instrumento de adoctrinamiento más o menos desarticulado, pero ahora la propuesta es contar con un adoctrinamiento debidamente estructurado desde la autoridad educativa y trabajar “un nuevo proyecto revolucionario cultural” de mediano y largo plazo, para cuando ya toda nuestra infancia y juventud haya recibido el lavado de cerebro correspondiente.

Este proyecto de adoctrinamiento, atenta contra la libertad de los peruanos, quienes ciertamente tenemos el derecho de educar a nuestros hijos bajo los cánones de nuestro pensamiento, cultura y tradiciones, pero lo más preocupante hoy, es la notoria pasividad de los padres y su silencio. Ellos no dicen nada, ni están atentos a las señales de alarma que se producen cada día por las acciones del gobierno y sus representantes en el congreso. Y lo peor es que tampoco están reaccionando para proteger la educación de las nuevas generaciones.

Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay, decía: “Vamos a invertir primero en educación, segundo en educación, tercero en educación. Un pueblo educado tiene las mejores opciones en la vida y es muy difícil que los engañen los corruptos y mentirosos”.

La razón por la que PL insistía tanto en presidir la comisión de educación, era poder jugar en pared con el MINEDU. Por ahora tienen que contentarse con un ministro del FENATEP, que piensa y actúa en razón de su proyecto ideológico y los intereses de los profesores, por encima de los intereses de los niños, los jóvenes y del futuro de nuestro país. Es evidente, y se verifica diariamente, que hemos caído en manos de un gobierno de corruptos, prontuariados y mentirosos, quienes desean, tal como lo resaltó Mujica, engañar y corromper a nuestros jóvenes.

Bueno sería que la propuesta educativa tuviera una orientación hacia las matemáticas y las ciencias o artes y humanidades, pero no, la propuesta tiene básicamente connotaciones de adoctrinamiento político y social.  Absolutamente inadmisible.

Es tiempo de reaccionar rápidamente e impedir que, este proyecto político de mediano y largo plazo de SL, pero de ejecución inmediata, se inicie y nos conduzca progresivamente a situaciones no deseadas. Ya hoy estamos sufriendo las consecuencias de no haber prestado atención a las barbaridades que, ciertos catedráticos de las universidades más reconocidas del Perú, han inculcado en nuestros jóvenes.

¡Es ahora o nunca! Lampadia




Descifrando al Perú – 2

Descifrando al Perú – 2

EDITORIAL DE LAMPADIA

Cumpliendo con nuestra Misión, seguimos contradiciendo las narrativas perversas de las izquierdas retrógradas del Perú, que solo debilitan y empobrecen a los más pobres, que dicen defender.

Misión de Lampadia

o Defender la economía de mercado, la inversión privada, el 
   desarrollo y la modernidad.

o Promover el Estado de Derecho, un sistema judicial eficiente y
   la meritocracia para los funcionarios públicos.

En el Perú, las izquierdas promueven el pos-extractivismo y el ‘buen vivir’: producir lo menos posible, solo lo indispensable, no exportar alimentos y alejarse del mundo. Una visión enferma que pretende condenarnos a la pobreza eterna. Eso sí, sus dirigencias se convertirían en los padres de la patria y distribuidores del favor público.

En junio pasado publicamos en Lampadia: La prosperidad sin precedentes del Perú, reproduciendo el trabajo de Iván Alonso e Ian Vásquez, del CATO INSTITUTE, que en 38 gráficos:

“Demuestran una notable mejoría del bienestar en amplios sectores de la población. La prosperidad ha aumentado, la desigualdad ha caído y los pobres han visto elevar su nivel de vida. Y, a diferencia de otros episodios de crecimiento en la historia del Perú, el progreso no ha estado limitado geográficamente; más bien, el sector rural, tanto como el sector urbano, se ha beneficiado, como lo ha hecho la mayor parte del interior del país, además de Lima y las ciudades de la costa”.

La semana pasada publicamos los cuadros referidos al tema de ‘ingresos y pobreza’. Ver en Lampadia: Descifrando el Perú.

Hoy publicamos nuestro infomercial sobre la ‘salud’.

Lampadia




Delegación sería traición

Delegación sería traición

Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia

¿Te imaginas si para colocar tu perfil en LinkedIn tendrías que previamente pagar una detracción a la SUNAT?, ¿Si antes de hacer una reserva por Airbnb tendrías que llenar un formulario en el Banco de la Nación?, si antes de suscribirte a NETFLIX o Spotify tendrías que llenar un formulario aprobador por SUNAT, exhibir RUC y pagar una percepción? o, si antes de comprar en Ali Express, Amazon tendrías que pasar por SUNAT a que te sellen el formulario y declares para que, por que y de donde compras?

¿Te imaginas si todo esto también se repitiera cuando hagas un pedido de delivery al mercado de tu barrio?, ¿te imaginas al repartidor convertido en agente de retención, cobrándote el impuesto y haciéndote llenar el formulario cada vez que te trae un pollo a la brasa? ¿Cómo verías al chofer de Uber, haciéndote llenar un formulario antes de bajar del taxi para que detraigas el IGV?

Nada de esto te lo imaginas tu. Crees que por fin hemos llegado a un mundo sin papeles, sin formularios, sin colas. Crees que la pandemia logró un boom de interacción digital que ha agilizado la interacción comercial y simplificado las cosas a las personas y reducido mucho los costos.

Sin embargo, lo que tu no has pensado es qué desde hace años, los estados y no solo los que son gobernados por la izquierda, están buscando más dinero. Hace años buscan cobrarles impuestos a las multinacionales que te brindan estos servicios: Facebook, LinkedIn, Airbnb, Amazon, Uber, Netflix, Spotify, entre otros. El apetito de recursos nunca termina. Y, como no es factible cobrarles impuestos a empresas que no tienen domicilio en el Perú y la solución peruana siempre le carga la responsabilidad al ciudadano, te lo cobrarán a ti, al consumidor.

¿No me crees?

Te doy algunas razones:

  • La presión tributaria en el Perú no supera el 14% del PBI (aunque es mucho mayor para el formal y el gran contribuyente que paga 1 de cada 3 soles que gana y 1 de cada 5 soles que consume).
  • La recaudación del IGV es la principal fuente tributaria del Estado. De lejos. Un impuesto a las grandes fortunas no cambia esto.
  • Juntos por el Perú, el partido de la señora Mendoza que nunca debe haber pagado IGV, propone que la presión tributaria suba al 18% del PBI.
  • Sólo subiendo el IGV o gravando a más productos con este impuesto es posible acercarse a esta meta.

Si el pedido de Pedro Francke, el ministro de Verónika en el gabinete, de tener facultades legislativas, planteado por primera vez el 22 de setiembre y repetido hace algunos días, con el pretexto de “simplificar la tributación”, “gravar a las grandes fortunas” o “hacer una reforma tributaria justa” tiene acogida por el Congreso, les habremos dado a los representantes del 4.4% [i]del padrón electoral, la posibilidad de arruinar la economía del 100% de los peruanos. Vía delegación podrían, sin ningún rubor, cambiar en 180° el esquema económico de todos los peruanos, gravándonos con más impuestos, tributos, tasas, multas, sanciones y trámites. Habrían conseguido a través de una ley de delegación, lo que las urnas electorales les negó en dos elecciones:2016 y 2021.

¿Podría el Congreso, por decisión mayoritaria, conceder a quienes no representan ni la mayoría ni los intereses del país, la facultad de arruinar la economía del resto de los peruanos?

Yo particularmente creo que no. Eso sería una traición. La delegación de facultades sería una traición.

Si hay algo que hacer en materia tributaria es dejar de seguirnos persiguiendo a los mismos contribuyentes. Vayan por sus socios, amigos de la izquierda que están en el desgobierno.

  • Cobren a los dinámicos de las regiones,
  • a las empresas fantasmas que se crean para ganar licitaciones que ustedes mismos les otorgan.
  • Vayan al Vraem, cobren a sus financistas.  
  • Cobren a los mineros ilegales y sus fortunas escandalosas.
  • Vayan a Tacna, Juliaca y Puno, sus principales bastiones y cobren a sus electores.

Y, sobre todo, no dilapiden los recursos que los formales contribuimos en el país.

Y si hay algo que legislar, que lo sometan al Congreso y que este lo debata y apruebe, si corresponde al bien de todos los peruanos. Lampadia

[i] Juntos por el Perú. Resultado electoral 2021: 1´090,000 votantes. 4.4% padrón electoral.




A dos años del estallido social

A dos años del estallido social

La narrativa de las izquierdas chilenas es muy parecida a la ensayada por nuestras izquierdas en el Perú. Ambos se basan en la negación de los crecientes procesos de profundización del bienestar general, en la creación de mitos (especialmente en relación a la desigualdad) y en propuestas refundacionales, de tierra arrasada, que hace mucho daño a los pobres que dicen defender.

Detrás del cortinaje de estas improntas politiqueras, está la búsqueda del poder para instalar gobiernos extra nacionales, de orientación continental, alejados de los procesos de desarrollo del mundo moderno. Ver en Lampadia: La gran condena – Dejar a los pobres desconectados del mundo moderno.

Veamos líneas abajo, el artículo de Pablo Paniagua, de la Fundación para el Progreso de Chile, que nos ayuda a entender las trampas políticas diseñadas por las izquierdas menos modernas del mundo.

Fundación para el Progreso – Chile
Pablo Paniagua
Publicado en El Mostrador
14.10.2021

Durante estos días se cumplen ya dos años desde el estallido social iniciado el 18 de octubre del 2019, y del cual todavía estamos viviendo sus repercusiones en distintos aspectos, como lo político, lo constitucional, y así como también sus consecuencias en materia de violencia y destrucción del espacio público. A dos años del 18-O se ha derramado una marea de tinta al respecto y muchos intelectuales han tratado de analizar el fenómeno desde distintas perspectivas, pero muy pocos desde la economía política y con la evidencia en la mano. De esta forma, no se ha puesto un verdadero énfasis en los aspectos económicos del malestar y en la evidencia empírica que cuestiona la mayoría de los lugares comunes en torno al 18-O. Para subsanar estas deficiencias y estos vacíos en el debate público, es que he contribuido con el libro titulado: Atrofia: Nuestra encrucijada y el desafío de la modernización (Paniagua, 2021).

A pesar de aquel derrame de tinta y de los análisis hechos para explicar el estallido, pocos han puesto énfasis en el real proceso de deterioro del bienestar social y económico que han experimentado muchos chilenos en los últimos años. Esto es lamentable, ya que es probable que el malestar y la furia que se desbordaron en octubre del 2019 estén relacionados con este proceso de deterioro del bienestar económico y social en Chile. En esta columna examinaremos dos elementos claves y contrastantes del debate en torno al estallido: primero, cuestionaré y pondré en duda una de las tesis más conocidas –y uno de los mitos más errados– respecto al malestar social: que el origen de la crisis se encuentra en la desigualdad económica. Segundo, trataré de presentar una tesis alternativa relacionada con una crisis relativa de bienestar, producto de la atrofia de nuestra modernización y una desaceleración económica sin precedentes.

1. El mito: la desigualdad económica lacerante

La tesis más mencionada después del 18-O, es que Chile sería el país más desigual de Latinoamérica y uno de los más desiguales del mundo, en donde la desigualdad económica sería tan brutal y lacerante, que condujo a muchos chilenos a revelarse violentamente contra un sistema que exacerbaba y profundizaba dicha desigualdad. Esta tesis es falsa por varios motivos.

Primero, si vemos la evolución de la desigualdad económica en Chile, podemos ver que, desde 1990 en adelante, muchos de los índices de desigualdad han disminuido bajo distintas mediciones. Tanto el coeficiente de Gini como el coeficiente de Palma han disminuido durante el proceso de modernización capitalista chileno, como se puede ver en la Tabla 1 abajo. Existen bastantes estudios y evidencia empírica respecto a la desigualdad económica en Chile que demuestran que dicha desigualdad y la concentración de la riqueza no han aumentado significativamente en estos últimos 30 años, sino que más bien estas han disminuido, mejorando la mayoría de los índices de desigualdad respecto a aquellos de los años 80 del pasado siglo (ECLAC, 2017; Flores, et al., 2019; Larrañaga, 2016; PNUD, 2017, 2019; Sapelli, 2016; Paniagua, 2021; Peña, 2020; Urzúa, 2018).

Segundo, un estudio realizado por el exministro de Hacienda Rodrigo Valdés (2018), señala que el modelo chileno en realidad ha mejorado las oportunidades económicas y el bienestar de manera transversal, mejorando sobre todo la situación de aquellos menos favorecidos. Valdés estimó que el 10% más pobre de la población subió sus ingresos entre 1990 y 2015 en un 439%, el 20% más pobre de la población en un 437%, mientras que el 10% más rico lo hizo solo en un 208%. Es decir, el bienestar económico en Chile mejoró para todos los sectores sociales (la torta se ensanchó para todos), pero además se repartió sobremanera hacia los sectores medios y más pobres del país. Esto también se ve reflejado en los índices de movilidad social, los cuales evidencian que Chile tenía una alta movilidad social intergeneracional en relación con el resto del mundo (OCDE, 2018).

Tercero, a nivel comparado dentro de Latinoamérica, podemos ver que Chile se ubica hoy dentro del promedio de desigualdad de la región, mostrando una disminución de la desigualdad y pasando de ser uno de los países más desiguales de la región a inicios de los años 90, a estar hoy dentro de la media regional de desigualdad (CEDLAS, 2020; ECLAC, 2016; Amarante, et al., 2016). Así, si uno examina la evidencia en torno a los niveles de desigualdad de la región, podemos ver que Chile no es necesariamente más desigual que Brasil, Paraguay, Colombia, Bolivia o Ecuador, pero sí más desigual que Argentina y Uruguay. De esta manera, si fuera por la desigualdad económica y de ingresos, el continente entero tendría que estar sumido en las llamas y en revueltas violentas contra dicha desigualdad.

En síntesis, la evidencia histórica de distintos estudios, realizados por diversos autores con distintos métodos estadísticos y comparativos, pareciera indicar realmente una sola cosa: una lenta pero sostenida reducción de la desigualdad económica y de ingresos en Chile desde 1990, lo que hace que el país esté hoy dentro del promedio de desigualdad regional; es decir, ni muy mal, ni muy bien en materia de desigualdad. Todo esto señala que es absolutamente errado creer que Chile es el país más desigual de la región o del mundo, y que sería la desigualdad el motivo fundamental de nuestra crisis actual (para más detalles consultar aquí). En simple y como ya lo advertía Voltaire: “No es la desigualdad la verdadera tragedia, sino la dependencia”.

2. La realidad: una crisis de bienestar relativa

Ahora, visto que el mito más polémico en torno al estallido social queda refutado por la evidencia, cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿qué podría explicar entonces las causas subyacentes a nuestra crisis social? Una vez despojados de aquellos falsos argumentos con relación al malestar, podemos poner finalmente foco en la evidencia económica que sugiere que el estallido social de octubre del 2019 estuvo fuertemente relacionado con un importante deterioro del bienestar social y económico de los chilenos.

Debemos señalar que el fenómeno de octubre ocurre paralelo a la peor década de desempeño económico que ha tenido Chile en los últimos treinta años. La época dorada de nuestro crecimiento económico (1990-1999) ocurrió hace ya más de dos décadas, y el país lleva ya años creciendo muy por debajo de lo necesario para sustentar un proceso modernizador. El promedio de crecimiento económico anual hasta el 2012 fue de un 5,2% y desde entonces ha disminuido sostenidamente. De hecho, esta última década (2010-2019) ha sido el decenio con el peor crecimiento económico promedio (3,3%) desde la década de los 70 del siglo pasado (2,5%); una desaceleración económica considerable. Todo esto queda en evidencia en la Tabla 2 abajo.

Así las cosas, podemos advertir una contradicción profunda en la modernización chilena: un acelerado proceso de modernización que duró aproximadamente 20-25 años (1985-2011), seguido de un profundo proceso de atrofia de nuestra modernización y de una marcada desaceleración económica. De hecho, los datos muestran que, mientras en la década de los noventa del siglo XX Chile crecía a más del doble que la economía mundial (2,2 veces el crecimiento de la economía mundial), luego, los siguientes quince años (2000-2015), el país sacó el pie del acelerador económico y empezó a crecer solo un 70% más rápido que el resto del mundo; finalmente, para el periodo 2015-2021 bajamos otro escalón más, creciendo apenas a la mitad que la economía mundial (solo 0,6 veces el crecimiento mundial) (ver análisis aquí). En simple, en tres décadas pasamos de ser los “jaguares de Latinoamérica” –con un proceso de modernización acelerado sin precedentes– a ser un país chato, polarizado y atrofiado, que crece apenas a la mitad de velocidad que el resto del mundo. Es difícil creer que nuestra crisis no tenga relación directa con esta crisis relativa de bienestar.

Dicho proceso de desaceleración económica evidenciado en la última década se hace aún más evidente y marcado cuando comparamos, no solo el desempeño entre distintas décadas, sino también durante periodos económicos específicos, que nos permiten medir en el tiempo y capturar mejor la desaceleración ocurrida en distintos periodos de nuestra modernización. Esto se puede observar con más detalle en la Tabla 3 abajo.

Este mal desempeño económico coincide además con el fin del ciclo del “boom de los commodities” (2000-2015 aproximadamente) que sostenía el crecimiento de la mayoría de los países de América Latina. No por nada, el fin del boom económico en el continente coincide precisamente con el hecho de que en el 2018-2019 hubiera cerca de una decena de países latinoamericanos (tanto de derecha como de izquierda) con protestas y manifestaciones violentas. Es difícil creer que lo ocurrido en Chile no sea también parte de una convergencia natural a dicho proceso de deterioro del bienestar ocurrido en el continente.

En conclusión, nuestra crisis social pareciera ser el producto de una atrofia de nuestra modernización; una nefasta mezcla entre: 1) una fuerte desaceleración económica y salarial; 2) una grave desilusión producto del fin de la meritocracia y la expansión del bienestar relativo; y, finalmente, 3) un persistente deterioro de la confianza en las empresas nacionales y en el sistema educacional (los miserables abusos y falsas promesas).

Así, más que ser una crisis o derrumbe del supuesto “modelo neoliberal”, lo que estamos experimentando es una atrofia de la modernización: un fuerte agotamiento de nuestro fugaz progreso y las lamentables repercusiones de nuestra incapacidad de generar un rápido bienestar social generalizado. Con todo, el verdadero desafío de esta década pareciera estar entonces ya delineado. ¿Haremos oídos sordos a la evidencia? Lampadia




La Inflación y la izquierda, siempre juntas

La Inflación y la izquierda, siempre juntas

Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia

La inflación ha llegado al Perú, como siempre, de la mano de la izquierda y sus ideas.

Al 30 de setiembre, el Índice de Precios al Consumidor de Lima Metropolitana del año 2021 (IPC en lo sucesivo) ha llegado al 4.62%. El IPC anualizado (set 2020- set 2021) del último año llega a 5.23%. A nivel nacional la cifra es mayor. EL IPC Nacional de los últimos meses llega al 5.12% en los últimos 9 meses. De seguir la tendencia, es previsible que a fin de año superemos largamente el 7 % de inflación.

La inflación estuvo por debajo del 4% desde 1999 (con la única excepción del año 2008 donde la crisis financiera mundial llevó el índice al 5.8%). Han sido 22 años en los cuales una generación entera no supo lo que es el alza de precios.

Fuente: Banco Central de Reserva del Perú, INE y adaptación propia​

La izquierda no viene sola. Trae la inflación como su fiel compañera. En el Perú y en todo el mundo. Veamos algunos ejemplos.

ALAN de IZQUIERDA. 1985-1990. Con controles de precios, restricción de importaciones, control de cambios y ataque a la inversión privada.

ALAN 2006-2011. con libre mercado, libre importación, sin control de cambios y con respeto a la inversión privada.

La diferencia es clarísima entre el mismo político, pero con ideas distintas.

En VENEZUELA, con Maduro y sus ideas, que son las mismas del ideario de Perú Libre y de toda la izquierda que ha llegado al poder, las cifras son las siguientes, sólo en los últimos 4 años.

En la ARGENTINA, donde las ideas del control de precios, las restricciones a las importaciones, el control de cambios y el ataque a la inversión privada se han hecho institución desde hace 75 años, con la llegada de Perón, el promedio anual de inflación es del 105%.  

Alberto Fernández, actual presidente argentino, de la izquierda peronista, en 21 meses de gestión, tiene acumulada una inflación del 90%.

La inflación es desatada por las ideas de izquierda que limitan mercados, restringen la competencia, restringen las importaciones, controlan los precios, controlan el tipo de cambio. Estas ideas llegan con la izquierda y sus efectos trascienden a sus gobiernos. Las padecen los pueblos y los siguientes gobiernos.

El riesgo de que la espiral inflacionaria en el Perú se desate, no es por lo tanto un refrito electoral de la derecha, ni mucho menos un “castigo por que un hijo del pueblo ha llegado al poder”. La espiral inflacionaria se desata cuando las viejas ideas que trajeron inflación en el Perú y en otras partes del mundo se ponen en práctica.

Con cambio constitucional (al cual no renuncia Castillo), con segunda reforma agraria que controlará los precios de la importación de alimentos y destruirá el agro moderno, con controles de precios a ciertos productos, con nacionalizaciones de recursos naturales y otras perlas del ideario de la coalición de izquierda que nos desgobierna, llegar a cifras argentinas sería cosa de meses y a cifras venezolanas, cuestión de pocos años.

Estamos a tiempo de evitarlo.

5,12% de inflación hasta setiembre y un estimado de 7% para este año 2021 son dos alarmas que deben obligar al gobierno a cambiar el rumbo. Ya. No basta cambiar nombres, hay que cambiar el rumbo, el libreto y el objetivo.

Ya probamos, en muy pocos meses, que la inflación y la izquierda vienen juntas.  Ahora les toca a ellos desmentirnos y hacernos ver al Perú es posible un proyecto de izquierda que conviva con la sensatez macroeconómica, con el mercado y con las libertades económicas.  Lampadia




La libertad no tiene castillo

La libertad no tiene castillo

Milagros Leiva
Para Lampadia

Fue la seguridad de Hugo Chávez la que peor me trató en una cobertura periodística. Eran tiempos de Alejandro Toledo y de la Cumbre del Grupo de Río. Yo estaba en el Cusco tratando de cumplir mi misión: una entrevista con el poderoso venezolano. Intenté acercarme a él en Sacsayhuamán, pero sus agentes no solo me cargaron en peso, también me arrancaron una mata de cabellos porque yo terca me mantenía firme ejerciendo el oficio. Tanto fue mi dolor que termine gritando mientras veía un mechón de mis cabellos en manos de un agente; solo recuerdo que el gobernante volteó y reprendió a su seguridad accediendo a responder mi cuestionario. Yo triunfé por terca, él aceptó por culpa. La entrevista, dicho sea de paso, fue abortada ni bien comencé a preguntarle por la libertad de expresión. Acusándome de agente del imperialismo y de que trabajaba en un periódico de derecha, Chávez interrumpió el interrogatorio. La crónica de ese encuentro la escribí en diario El Comercio, medio en el que escribía.

Tengo que reconocer que no me extrañó la violencia de la guardia chavista. El líder de “la revolución bolivariana” despreciaba tanto a los periodistas que no solo cerró medios de comunicación, hoy muchos de los informadores viven exiliados en Estados Unidos. No me sorprendió porque el rechazo a la prensa es típico de las dictaduras, la crítica no está permitida.

Escribo todo esto porque últimamente he visto al presidente Pedro Castillo, a su primer ministro Guido Bellido y a varios miembros del partido Perú Libre como actores de un gobierno donde el veto a la prensa está formado por tres ejes fundamentales: silencio, burla y agresión. Un gobernante elegido en democracia que no respeta a la prensa ingresa al terreno del autoritarismo, quiera o no. El presidente Castillo prefiere tuitear a dar conferencias y es tan silente con las críticas que su mutismo termina convirtiéndose en un estruendo político. Uno podría pensar que se está acostumbrando a su nuevo rol, que las conferencias le quitan tiempo pues trabaja sin descanso y que incluso se toma tiempo antes de contestar; nada más lejos de la realidad. Castillo fue un candidato que azuzó a sus seguidores contra los periodistas, no dio entrevistas salvo contadas veces que lo dejaron mal parado y hoy ensaya un estilo que ya despertó alertas en la comunidad periodística. No habla, pero tampoco deja que le pregunten y si los periodistas osan acercarse agredidos quedarán. Allí están las reporteras de RPP y TV Perú para contarlo.

¿Puede un gobernante dejar de contestar a los periodistas? La respuesta es no, pero Castillo cree que sí. Aunque la incertidumbre de tanta crisis política dispare el dólar, prefiere seguir con su estrategia de campaña: hablo y digo lo que quiero en la plaza, pero jamás a un periodista que llegue cargado de preguntas. Y mientras todo esto sucede se va de viaje a México y Estados Unidos, dejándonos el cadáver del terrorista Abimael Guzmán en la morgue sin entierro a la vista y un rosario de preguntas sobre su gobierno que sabe Dios si algún día contestará. La libertad de prensa en el Perú hoy no tiene castillo y quienes están en el Ejecutivo buscan tener a los periodistas controlados y si se puede encerrados en una mazmorra; olvidan que el derecho a la información siempre encuentra una ventana para triunfar. Olvidan que mientras exista independencia no importan los silencios ni los desprecios, mucho menos los cantos del poder; lo que realmente importa es la búsqueda de la verdad. Lampadia




La hora del Congreso

La hora del Congreso

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Después de 45 días con PC y PL en funciones, creo que ya todos tenemos muy claro el nivel de incapacidad para gobernar del presidente y su gabinete. La pregunta que todo el mundo se hace es; ¿Esto es lo mejor que ha podido conseguir el Perú para gobernar? Y ciertamente la respuesta es no, el problema es que PC y PL no están pensando en el Perú, sino en las consignas que llevan grabadas, producto de su adoctrinamiento de izquierda radical y en muchos casos senderista o del MRTA.

El mensaje del lunes 6 de setiembre en la noche, fue una clara demostración de las limitaciones de PC y su gabinete. ¿40 días para leer lo que sus ministros habían estado diciendo de manera desordenada y sin agregar algún significado a lo que leía? Si a la ciudadanía no le quedó claro que el electorado se equivocó, tenemos un problema más grave aún, pero estoy seguro que la calle y los congresistas, ya van entendiendo la magnitud de la “metida de pata” ciudadana (con zapatos incluidos).

Ante esto, sólo nos queda trabajar en el mejor “control de daños” a nuestro alcance. Ojalá que el Congreso y su variopinta composición, estén a la altura de las circunstancias. De no ser así, no sé si el Perú podrá corregir el rumbo y escapar del destino que, un movimiento inercial en la dirección que se vislumbra, sería posible, por eso trataremos de juntar algunos aportes de quienes comentan en redes, para corregirlo.

Algunos comentarios recogidos son:

  • ¿Un poder ejecutivo como éste no se caerá solo y en poco tiempo, tras cavar su propia tumba (por incapaz) ante los ojos, no sólo de sus electores, sino de la comunidad internacional?
  • ¿Se puede dar facultades legislativas a un gobierno sin visión ni objetivos?
  • ¿El Congreso puede permitir que un gabinete con tanto corrupto, pueda crear un organismo de control dependiente de ellos mismos, paralelo y al margen de la Contraloría General de la República?
  • ¿Debemos permitir que se prorrogue el mandato de los miembros del Tribunal Constitucional por más tiempo?
  • ¿Podemos permitir que pase más tiempo, sin investigar las elecciones recientes y qué pasó en las instituciones electorales JNE, ONPE y RENIEC?
  • ¿Podemos permitir que se lleve a cabo otro proceso electoral (regional y municipal) sin completar el número de miembros del JNE y otros?
  • ¿Se puede permitir que los miembros del sistema electoral participen como candidatos en las elecciones?
  • ¿Podemos seguir en la indefinición respecto a la conducción del BCRP?
  • ¿No debiéramos estar trabajando en la selección del nuevo Defensor del Pueblo?

Habría, desde luego, muchas otras cosas que corregir, como la conformación de la JNJ, pero están dentro del tiempo de su mandato, o corregir las desviaciones del Ministerio Público y del Poder Judicial, pero eso, lamentablemente requiere de un esfuerzo de más largo plazo y la superestructura del Estado se caerá antes que esas tareas se puedan culminar.

En consecuencia, al Congreso y a la ciudadanía, nos toca estar vigilantes de la correcta marcha del Ejecutivo y que no se desvíe de los causes de la Constitución, el cumplimiento de las leyes y controlar que no caiga en la corrupción a la que se han acostumbrado desde el GR de Junín y otros.

Del mismo modo, nos toca impedir que la narrativa senderista siga avanzando entre nuestra ciudadanía y población estudiantil. A ese respecto, no es aceptable que hoy en día aparezca un senderista (como ha ocurrido) a decirnos, sin ningún empacho, que el terrorismo (“guerra interna” para ellos), son cosas del pasado que debemos olvidar y que a nadie se le puede impedir, por su pasado terrorista, tener un espacio en nuestro país ni en el aparato del Estado. ¡Eso jamás!

En principio, todos debemos contribuir a la gobernabilidad cuando contamos con un gobierno que respeta la constitución y las leyes y está conformado por gente honrada, con un plan transparente y por eso sugerimos resolver, prontamente, los vacíos que las preguntas antes planteadas requieren resolver.

Siempre lamentamos tener una democracia boba, por eso debemos apelar a la diversidad de partidos representados en el Congreso, para que ellos no permitan que el Congreso sea bobo. El Congreso debe tener presente que, por esta vía, va a ser, inexorablemente, víctima del Ejecutivo vía disolución, mientras que la oportuna vacancia del presidente, no disuelve al Congreso y éste no se convertiría en cómplice, por dejar avanzar a la izquierda radical. Mucho cuidado con aquellos que están permitiendo avanzar, a propósito, o distraídamente, las propuestas y prácticas antidemocráticas del Ejecutivo, pues ellos, aunque lo lamenten, serán absolutamente responsables de la desgracia nacional, que traería un narco-estado comunista instalado en el Perú por décadas, aunque ya sería demasiado tarde para cuando pretendan reaccionar. Lampadia