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La disrupción del futuro inmediato

La disrupción del futuro inmediato

Siguiendo con nuestra exploración de la ‘tercera revolución industrial’, presentamos a continuación los planteamientos que sobre los grandes cambios disruptivos que está trayendo en el mundo de las personas, los negocios, las ciudades y los países, que nos ilustran Richard Dobbs (basado en Londres), James Manyika (basado en Silicon Valley – EEUU) y Jonathan Woetzel (basado en China), directores del Mckinsey Global Institute, en su libro: “No ordinary disruption, The four global forces breaking all the trends” (Las cuatro fuerzas globales que están rompiendo todas las tendencias).

Como hemos reseñado anteriormente (ver en Lampadia: La tercera revolución industrial), ésta no es una ‘disrupción ordinaria’. Es un cambio de paradigmas que requiere, según explican los autores, revisar nuestros principios básicos y rediseñar nuestra intuición, que gobierna en gran medida la forma en que tomamos decisiones.

Veamos un resumen del análisis que hacen los directores del Mckinsey Global Institute (traducido y glosado por Lampadia):

  • El futuro de las industrias, compañías, productos, tecnologías e inclusive países y ciudades, suben y bajan intempestivamente de modo completamente impredecible.
  • Velocidad, sorpresa y cambios rápidos de dirección en un inmenso mercado global impactan constantemente los destinos de compañías largamente establecidas y generan oportunidades para nuevos jugadores.
  • Nuestro mundo es una discontinuidad casi constante. Negocios que estaban protegidos por largos y profundos espacios encuentran que sus defensas son superadas con facilidad.
  • Esta nueva situación ‘norma’, un mundo en que China lidera el consumo global en un día feriado, con EEUU como el mayor productor de petróleo, con un APP móvil (aplicación de Internet) que se valoriza en 19,000 millones de dólares (WhatsApp) y con la India como el líder en exploración espacial, presenta dificultades existenciales a los líderes de compañías, organizacionales, ciudades y países.
  • El excedente demográfico que gozo el mundo mientras la población en edad de trabajar crecía en China y se unía al sistema de comercio global, se convertirá pronto en un déficit demográfico por el menor crecimiento de la población y el envejecimiento de la fuerza de trabajo.
  • Se está formando un mundo radicalmente diferente.
  • El mundo está ahora en el medio de una transición dramática como resultado de cuatro tendencias fundamentalmente disruptivas. Cualquiera de ellas puede ser considerada entre las más grandes fuerzas de la economía global, incluyendo la revolución industrial de las economías desarrolladas. La mayoría de nosotros fallamos en comprender su magnitud y las consecuencias que pueden resultar de una  segunda y tercera derivadas. Las cuatro juntas están produciendo un cambio monumental.

La primera es el cambiante centro de gravedad de la actividad y del dinamismo económico, a mercados emergentes como el de China y a ciudades de esos mercados. El Balance de poder en la economía global está cambiando hacia el este y el sur a una velocidad nunca vista antes, hacia el 2025 la mitad de las compañías grandes del mundo vendrán de los mercados emergentes. Tal vez, igualmente importante es que la activada económica esta cambiando dentro de esos mercados. Cerca de la mitad del crecimiento del producto global entre el 2010 y 2025 vendrá de 440 ciudades de los mercados emergentes.

La segunda fuerza disruptiva es la aceleración del alcance, escala e impacto económico de la tecnología. La diferencia, hoy día, es la profunda ubicuidad de la tecnología en nuestras vidas y su velocidad  de cambio. El ritmo de  multiplicación de la innovación y su alcance está destinado a cambiar y crecer a una velocidad exponencial más allá de lo que el poder la intuición humana puede anticipar, la tecnología ofrece la promesa de progreso económico para millones de personas en las economías emergentes a una velocidad que hubiera sido inimaginable sin la internet móvil. La tecnología permite a los negocios empezar y agarrar escala a velocidades impresionantes, usando poco capital. El ritmo furioso de la adopción de tecnologías e innovación está acortando el ciclo de vida de las empresas y forzando a los ejecutivos a tomar decisiones y a comprometer recursos con muchos mayor velocidad.

La tercera fuerza que está cambiando el mundo es la demografía. La población humana esta envejeciendo. Al 2013 aproximadamente el 60% de la población global vivía ya en países con ratios de fertilidad por debajo del ritmo de reposición.

La cuarta fuerza disruptiva es el grado en el cual el mundo se está conectado a través del comercio y movimientos de capital, personas e información. Que podemos llamar flujos.

Las cuatro disrupciones están afectando pautas largamente establecidas, prácticamente en todos lo mercados y para todos los actores de la economía mundial.

  • Nuestro mundo va cambiar radicalmente desde el cual muchos de nosotros crecimos, prosperamos y formamos las intuiciones que son vitales para nuestra toma de decisiones.
  • Las mismas fuerzas que sacaron a mil millones de personas de la pobreza extrema ente 1990 y 2010, ayudaran a impulsar a cerca de 2,000 millones más hacia una clase de consumidores globales en las próximas dos décadas. La rápida diseminación de la tecnología va empoderar a individuos y consumidores en números sin precedentes.
  • El nuevo mundo será mas rico, mas urbanizado, mas capaz y mas sano que el que esta reemplazando.
  • Vivimos, de muchas maneras, en una era de recurrentes milagros. Éstos desarrollos pueden causar destrozos de los pronósticos y los planes que fueron hechos simplemente por extrapolación de experiencias recientes para un futuro de corto y largo plazos.
  • La intuiciones todavía soportan mucho de nuestra toma de decisiones. Si vemos al mundo a través de una espejo retrovisor y hacemos decisiones sobre la base de intuiciones construidas sobre nuestra experiencia, podremos estar muy errados. En el nuevo mundo, ejecutivos, creadores de políticas publicas e individuos necesitamos escudriñar nuestras intuiciones  desde sus principios básicos y simplemente cambiarlas cuando sea necesario. Esto será  principalmente cierto para organizaciones que han gozados de un gran éxito.
  • Tenemos que repensar los supuesto a que dirigen nuestras decisiones en temas cruciales como el consumo, los recursos, el trabajo, el capital y la competencia. Debemos pensar diferente sobre estrategias, la construcción de planes de negocios, sobre como acercarse a los mercados, la evaluación de competidores y la asignación de recursos.
  • Ahora, el nuevo gran ejercito de consumidores de clase media del mundo emergente impulsa el crecimiento del gasto global.
  • Los precios de los commodities cayeron prácticamente a la mitad durante el siglo XX en términos reales. Pero esa tendencia se empezó a rompe en el año 2000. En los primero años del nuevo siglo, las caídas de precios de commodities de los 100 años anteriores fueron completamente borrados por la bullente demanda de la economía emergente que coincidió con la disminución de reservas de muchos recursos.
  • El crecimiento de la fuerza laboral global caerá en un tercio hacia el 2030. AL mismo tiempo la tecnología está agitando los mercados laborales como nunca antes. La computadoras están empezando a reemplazar a trabajadores del conocimiento. Al 2025 las computadoras pueden hacer el trabajo de 140 millones de trabajadores del conocimiento y los robots pueden hacer el trabajo de otros 75 millones de personas. Hacia el 2020 veremos una extraña dicotomía, la carencia de 85 millones de trabajadores con grados académicos y 95 millones de personas poco capacitadas que podrán estar desempleadas.
  • Hoy día la competencia viene de una ola de crecimiento rápido de nuevos jugadores que no están el radar estratégico y, que no aparecen en él hasta que  alcanzar masa crítica. Ellos tienen bases de costos mucho más bajas, tiempos más cortos para llegar al mercado, un despiadado conocimiento de sus competidores occidentales y, la disposición para aceptar menores retornos económicos.
  • Mientras que ésta era está llena de oportunidades, también es profundamente intranquilizante.

Dado el impacto revolucionario de estos cambios, venimos alertando al país de la necesidad de prepararnos. Eso implica la necesidad: de crear riqueza en el menor tiempo posible, de nivelar a nuestra gente en la educación para el futuro, de mejorar nuestros niveles de salud, de mejorar sustancialmente nuestras instituciones, de mejorar infraestructuras y de adaptar y adoptar tecnologías educativas, de salud y de producción que le den a nuestra gente y a nuestras empresas las mejores posibilidades de desarrollarse.

Pero sobre todo, mientras avanzamos en todos los frentes, de ver la manera de asegurar la generación de empleo de calidad para toda nuestra población trabajadora. Insistimos, que la única manera de hacerlo pronto, es aprovechando nuestros múltiples y abundantes recursos naturales. Para ello necesitamos un cambio drástico del ambiente de inversión y un gobierno que no nos haga perder otros cinco años. Lampadia