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Nace nuevo diseño de los chips

Nace nuevo diseño de los chips

La industria de semiconductores, que en jerga común se asocia a la producción de los “microchips” o “chips”, se ha visto sacudida recientemente por el lanzamiento de una arquitectura de diseño, denominada, RISC-V, que haría posible la adquisición de microprocesadores de forma gratuita y en todo lugar.

Como hemos escrito en Lampadia: Las implicancias geopolíticas y económicas del enfrentamiento por los chips, los chips constituyen la base de toda la economía digital al estar presentes en una gran cantidad de bienes y servicios que utilizamos. Además, dada la alta complejidad de su cadena de valor, cualquier cambio producido en alguna de sus etapas genera que se trastoquen varias fábricas de diferentes partes del mundo en el que se ve inmersa su producción.

En ese sentido, el lanzamiento de esta nueva arquitectura para chips tendría fuertes implicancias en términos de costos en industrias conexas como los smartphones, laptops, PC de escritorio, entre otros bienes electrónicos. Pero más importante aún, de tener éxito, potenciaría el desarrollo del Internet de las Cosas (IoT), sustentado en la incrustación de chips en cualquier objeto físico, pudiendo conectarse a la red.

Además, en un contexto de desglobalización, producto de la guerra comercial China – EEUU, el lanzamiento del RISC-V significarían muy buenas noticias para los consumidores a nivel mundial. Como menciona un reciente artículo escrito por The Economist, que compartimos líneas abajo, el dominio de los microprocesadores patentados está en manos de dos empresas básicamente, Intel y Arm. Si se cuenta con un microprocesador que no depende de la licencia de alguna de estas empresas, las cuales pueden estar en el ojo de la tormenta del conflicto comercial de las superpotencias económicas, su acceso estaría garantizado. Además, dado que su carácter es descentralizado, podría permitir su uso en cualquier parte del mundo y dado que no pide patentes, a diferencia de Intel o Arm, abarataría los costos de los productos en los cuales se incrusten tales chips con dicha arquitectura.

No es adrede, como enfatiza The Economist, que ya hayan empresas chinas que se encuentren desarrollando herramientas de software utilizando como base el hardware de código abierto, RISC-V.

En conclusión, consideramos que dicho lanzamiento es auspicioso y si bien, aún no se cuenta con un 100% de fiabilidad de que dicho chips podrán ser utilizados en artículos electrónicos de uso común como el smartphone o las tablets, confiamos en que su desarrollo eventualmente posibilitará su uso no solo en dichos bienes sino también en aquellos no electrónicos que conecte el 5G en el futuro. Lampadia

Computación de código abierto
Un nuevo plan para microprocesadores desafía a los gigantes de la industria

RISC-V es una alternativa a los diseños patentados

The Economist
3 de octubre, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

La mayoría de los microprocesadores, los chips que hacen el trabajo pesado en las computadoras, están construidos alrededor de diseños, conocidos como arquitecturas de conjuntos de instrucciones (en adelante, ISA), que son propiedad de Intel, un gigante estadounidense, o de Arm, uno japonés. Los ISA de Intel potencian las computadoras de escritorio, servidores y computadoras portátiles. Arm potencia teléfonos, relojes y otros dispositivos móviles. Juntas, estas dos empresas dominan el mercado. Casi todos los 5,100 millones de teléfonos móviles del planeta, por ejemplo, se basan en una ISA diseñada por Arm. El año pasado, sin embargo, se lanzó un ‘boomlet’ en chips usando una ISA llamado RISC-V. Si el ‘boomlet’ se convierte en boom, puede cambiar drásticamente la industria de chips, en detrimento de Arm e Intel, porque a diferencia de las ISA de esas dos empresas, que son propietarias, RISC-V está disponible para cualquier persona, en cualquier lugar, y es gratis.

Una ISA es una descripción estandarizada de cómo funciona un chip en el nivel más básico, e instrucciones para escribir software para ejecutarlo. Para hacer una analogía, una casa puede tener dos pisos o tres, cinco habitaciones o seis, un baño o dos. Eso depende del arquitecto. Sin embargo, una ISA es el equivalente a insistir en que se coloquen el mismo tipo de enchufes eléctricos y entradas y salidas de agua en los mismos lugares en cada habitación adecuada, de modo que un electricista o un plomero puedan encontrarlos instantáneamente y llevar el kit correcto a conéctarte con ellos.

RISC-V ofrece a los arquitectos informáticos una forma de estandarizar sus enchufes y tuberías sin tener que obtener el permiso (y pagar regalías) a ninguno de los monopolistas, ya que cualquier empresa o individuo puede descargarlo de Internet. Fue escrito originalmente por científicos informáticos de la Universidad de California, Berkeley, que querían un conjunto de instrucciones que pudieran usar para la investigación publicable. Los productores comerciales de ISA eran reacios a poner los suyos disponibles, por lo que los académicos decidieron abrocharse y escribir los suyos.

El resultado, RISC-V, hizo su debut en 2014, en la conferencia de microprocesadores Hot Chips en California. Ahora se rige por una fundación sin fines de lucro. Aunque no hay regalías formales, la fundación solicita donaciones como gestos públicos gratuitos de empresas que emplean arquitectura RISC-V, porque lo que alguna vez fue una herramienta para académicos ahora está proliferando comercialmente.

Hay tres razones para esta proliferación. Lo más obvio es que la falta de regalías significa que usar RISC-V es menos costoso que emplear una ISA comercial. Si el producto final es un objeto de alto precio como un teléfono inteligente, eso puede no ser una gran consideración. Pero para dispositivos más baratos lo es. Además, a medida que los chips se incorporan a una gama creciente de productos, como electrodomésticos, infraestructura de la ciudad y equipos de fábrica, tiene sentido comercial mantenerlos lo más baratos posible.

Una segunda ventaja más sutil es que, a diferencia de los chips basados en diseños patentados, los que implican RISC-V pueden usarse sin largas y costosas negociaciones contractuales. Puede tomar entre seis meses y dos años negociar una licencia para usar un diseño de chip que involucre una ISA comercial. En el mundo de la informática, especialmente para una startup con problemas de liquidez, eso es una eternidad.

La tercera razón por la cual las personas están cambiando a RISC-V es la naturaleza del código abierto en sí. Dado que el conjunto de instrucciones ya está publicado en línea, los controles de exportación estadounidenses no se aplican a él. Esto lo ha hecho particularmente popular entre las empresas chinas de tecnologías de la información. Alibaba, un gigante del comercio electrónico con sede en Hangzhou, anunció su primer chip RISC-V en julio. El gobierno municipal de Shanghai tiene un programa que apoya a las startups que usan RISC-V en sus diseños. Huami, una gran empresa de dispositivos portátiles en Hefei, está produciendo en masa relojes inteligentes que contienen procesadores basados en RISC-V. Y en Shenzen, Huawei, una de las compañías de electrónica más grandes del mundo, tiene un equipo de desarrolladores trabajando en RISC-V. En una entrevista en septiembre, Wang Chenglu, el jefe del negocio de electrónica de consumo de Huawei, señaló el reciente traslado de la fundación RISC-V a Suiza, fuera de la jurisdicción de EEUU.

RISC-V tiene debilidades. Arm ha pasado décadas construyendo herramientas de software para trabajar con sus diseños, y dedica gran parte de su tiempo a ayudar a los clientes a implementarlas en sus chips. Las herramientas que existen para los diseños RISC-V aún no son tan sofisticadas. Intel simplifica aún más las cosas. Realiza todo el desarrollo, las pruebas y la fabricación en sí, entregando solo chips terminados a los clientes. Esta fiabilidad sin duda mantendrá los productos de estas empresas competitivos por un tiempo.

Sin embargo, a pesar de todo eso, es probable que RISC-V prospere, particularmente en productos que contienen chips pero que no son teléfonos inteligentes o computadoras. El software de código abierto fue un requisito previo para el auge de los teléfonos inteligentes que tuvo lugar durante la última década. El hardware de código abierto, como RISC-V, puede conducir a una expansión similar de otros dispositivos en la próxima década. Lampadia




La guerra contra Huawei

La guerra contra Huawei

Uno de los puntos focales en torno a la batalla por la supremacía tecnológica emprendida por EEUU y China, que representa uno de los trasfondos del conflicto comercial entre ambas potencias económicas (ver en Lampadia: EEUU vs. China: ¿Una nueva Guerra Fría?),  lo constituye la guerra iniciada por el gobierno de Trump hacia Huawei – compañía china transnacional, considerada segunda en ventas mundiales de teléfonos móviles y principal impulsora de la tecnología 5G.

La guerra contra Huawei tuvo sus orígenes a inicios de diciembre del 2018. En ese entonces, EEUU acusó a la empresa de fraude y espionaje industrial, así como de violación de derechos de propiedad intelectual, por lo que procedió a arrestar en Canadá a la que era su directora financiera, Meng Wanzhou (ver en Lampadia: La próxima guerra).

Con el pasar de los meses y avanzada la investigación, el gobierno americano recientemente tomó una segunda medida contra la empresa china, apenas después del incremento de aranceles a los productos chinos importados (ver en Lampadia: Se agrava la guerra comercial EEUU-China): Prohibió la exportación de tecnología estadounidense a Huawei a menos que las empresas obtuvieran una licencia especial del Departamento de Comercio.

Como consecuencia, la medida ha generado que, según fuentes de The Economist, hasta el pasado 20 de mayo, algunas de las compañías de tecnología más importantes y además proveedoras críticas en la cadena de suministros de Huawei como Google, Intel y Qualcomm dejen de venderle software, hardware e inclusive licencias de propiedad intelectual.  

Esto último ha infundido una incertidumbre mundial respecto al futuro funcionamiento de los celulares Huawei – ya que peligra inclusive la normal actividad de su sistema operativo Android – aun cuando en los últimos días el presidente Trump ha otorgado una tregua por tres meses antes de hacer efectiva la imposición de las sanciones y ante recientes declaraciones del director ejecutivo de la firma china, Ren Zhengfei, que dejan entrever que su organización ya tendría un plan con medidas paliativas que le permitirían seguir operando sin problemas en los siguientes meses.

Respecto a este último punto, es menester señalar que diversos medios internacionales especializados se muestran escépticos respecto a este hecho – incluido su plan para producir sus propios chips – sobretodo a la luz de las condiciones impuestas por la misma ley de control de exportaciones emitida por el gobierno de Trump, la cual no solo prohíbe la comercialización de productos estadounidenses con Huawei, sino también de otros países siempre y cuando guarden cierta relación con empresas americanas, por ejemplo a través de derechos de propiedad intelectual.

Al respecto, Financial Times indicó el pasado 22 de mayo: “Los planes de Huawei para aumentar la producción de sus propios chips de silicio se habrían estropeado después de que el diseñador de chips del Reino Unido, Arm, dijo que dejaría de licenciar su tecnología esencial a la compañía china. [La empresa] se vio obligada a dejar de compartir su tecnología con Huawei para cumplir con una orden de prohibición de EEUU, emitida la semana pasada.

Asimismo, The Economist señaló el pasado 20 de mayo: “Huawei está trabajando en su propia alternativa [de software], con el nombre en código de HongMeng OS de acuerdo con los medios estatales, pero es poco probable que sea capaz de implementarlo sin interrupciones significativas. […] Fuera de China, donde la firma reúne servicios propios de Google como Gmail y registra decenas de millones de teléfonos vendidos cada año, la pérdida del software de Google es abrumadora

Y estas últimas declaraciones nos llevan a los posibles efectos que podrían sufrir los usuarios de celulares Huawei en nuestro país.

Según Dominio Consultores, en el Perú hay 6 millones de usuarios de equipos Huawei, un número no menor. En primera instancia, dada la tregua anunciada por Trump, no se notará ningún efecto entre dichos usuarios hasta por lo menos el 19 de agosto del presente año. Sin embargo, a partir de esta fecha hay incertidumbre respecto a si dichos equipos móviles podrán seguir operando con total normalidad, por las razones anteriormente explicadas y aun cuando Huawei o Android puedan emitir comunicados que expliciten lo contrario.

Lo que sí se puede afirmar con certeza es que la empresa se enfrentó a un duro golpe que le costará mucho compensar a futuro, puesto que, aun teniendo un plan en ciernes, la duda sembrada entre sus usuarios y potenciales consumidores repercutirá en sus ventas en los siguientes meses.

Y en cuanto a la ley de control de exportaciones impuesta por Trump – como indica The Economist –  esta podría significar duras represalias por parte de China, probablemente ahora interrumpiendo las cadenas de suministro estadounidenses en el gigante asiático. Por ejemplo, China ya indicó que cortará las exportaciones de tierras raras a EEUU, minerales estratégicos para las tecnologías modernas.

Esperemos que esta guerra no siga agravándose, por los daños que ya viene infligiendo a los países emergentes – como el Perú. Ver, por ejemplo, la caída del precio del cobre.

Fuente: Financial Times

Esta guerra comercial, lamentablemente se ha tornado política y lejos de buscar el bienestar, busca la hegemonía global. Lampadia