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Desarrollo interruptus

Desarrollo interruptus

La ruptura de nuestro desarrollo que impidió la evolución del Perú hacia la unión y la prosperidad

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Después de la Guerra del Pacífico, el Perú inició un largo y continuo proceso de crecimiento económico, casi ininterrumpido, hasta que en 1968 un golpe militar instaló una dictadura de izquierdista estatista y nacionalista, que desbarató nuestro desarrollo hasta entrados los años 90.

En 1980, once años después, regresó la democracia, pero esta no supo corregir el descalabro social, económico e institucional producido por la dictadura.

Lo que es peor, tanto el gobierno de Belaunde, como el de García, mantuvieron la orientación estatista de la economía y se sumaron al pésimo manejo macroeconómico y fiscal que en los años 70 instaló la gran inflación peruana, que García llevó al extremo de 7,649% en un solo año.

Casi 30 años de malas políticas económicas provocaron ‘una ruptura tectónica de nuestro desarrollo’. Mirando el siguiente gráfico, reflexionemos un momento sobre lo que eso implica en la historia de un país.

Esta ruptura se manifestó dramáticamente desde 1973 hasta inicios de los años 90.

Una desgracia que sucedió en muy pocos países. Por cierto, no ocurrió en ninguno de nuestros vecinos. Por eso, nuestro desarrollo no es comparable con el de los otros países. Una ruptura de la vida nacional, de esa profundidad y duración, que malogró la vida de varias generaciones de peruanos, establece una carga, una cicatriz, que marca el futuro del país por mucho tiempo. Entre otros impactos, si ignoramos este trauma, podemos nublar nuestra capacidad de análisis político, social, económico e institucional sobre la realidad nacional.

Registremos algunos impactos originados por esta ruptura tectónica, que muchas veces no tenemos presente:

Caída de la inversión privada

La dictadura estatista militar, pretendió reemplazar la inversión de los peruanos en todas las actividades económicas. Se estatizaron todo tipo de empresas y se crearon monstruos burocráticos dilapidadores de recursos y creadores de corrupción.

Se destruyó la economía y todas las actividades productivas. El año 1990 estábamos todos empobrecidos, 60% de la población cayó en la pobreza; las empresas más grandes no facturaban más de US$ 600 millones anuales, mientras nuestros pares ecuatorianos vendían más de US$ 1,500 millones; y el Estado, que pretendió crecer y regular nuestra vida, el año 90 solo tuvo ingresos de 3.8% de un PBI diminuto. Hoy día nos quejamos de que los ingresos del Estado solo llegan al 14% del PBI, de un PBI S/ 546,000 millones, 3.6 veces mayor que el de 1990 (comparado en soles constantes del 2007).

Nótese que el 2011, cuando empezó el retroceso de nuestra economía de mercado, por las políticas populistas y nacionalistas, los ingresos del Estado llegaron al 21% del PBI.

Hiperinflación y destrucción de la clase media y de los servicios públicos

La hiperinflación destruyó los ingresos de la clase media tradicional, dependiente, cuyos ingresos eran fijos. Esa clase media desapareció, todos cayeron en la pobreza.

Además, tuvo efectos desastrosos en los servidores públicos, en los maestros, médicos, enfermeras y policías, gente que tenía ingresos fijos y que por lo tanto, sus fuentes de vida fueron licuadas, prácticamente desaparecidas por la inflación, sin que su efecto pudiera ser compensado por aumentos salariales.

Efectivamente, a partir de mediados de la década de 1970, la dictadura militar de Velasco y Morales Bermudez nos metió en una de las mayores inflaciones de la historia de la economía mundial. Una de las mayores en dos aspectos, por su incidencia y su duración. La hiperinflación peruana descalabró a nuestra sociedad por más de 20 años y en un solo año (1990), llegó a generar un aumento de precios de 7,482%.

Nuestros funcionarios públicos, entonces muy buenos y comprometidos en su gran mayoría, tuvieron que buscar otras fuentes de ingresos, cachuelando de cualquier forma para mantener a sus familias. El propio Estado tuvo que recortar los horarios de trabajo de maestros, médicos, enfermeras y policías, para permitirles sobrevivir.

Así se destruyó la calidad de los servicios públicos. Los trabajadores perdieron su relación de exclusividad con sus labores públicas. En escencia, nos quedamos sin servidores públicos.

El caso de los maestros es muy significativo. Sin posibilidades de tener ingresos dignos en la labor magisterial, tuvieron que recurrir a la acción gremial para arrancarle, por la fuerza, algunos aumentos al Estado. Tuvieron que politizar su acción gremial y cayeron en manos de extremistas, tan es así que hasta hoy el Sutep (en sus estatutos), adscribe a la lucha de clases en vez de tener un compromiso educativo.

Destrucción de la clase política

Se dice que Fujimori destruyó a los partidos políticos. Pero en verdad, en los 80s, durante los diez años de democracia después de la dictadura militar, Acción Popular, el Apra y los demás partidos políticos, lo hicieron muy mal en lo económico, social y en seguridad, y llegaron muy desprestigiados al año 90, donde dos personajes ajenos a la política (MVLl y AFF) se disputaron la presidencia.

Fujimori desconoció la importancia de reconstruir los partidos y ayudó a profundizar su crisis, y ya en el siglo XXI arrancamos con Toledo, otro personaje ajeno a la tradición partidaria.

Confusión de académicos, periodistas y analistas

Como indicamos líneas arriba, si no tenemos presente esta ruptura de la vida nacional en nuestro análisis político, social, económico e institucional, podemos caer en el error del inmediatismo y de plantear atajos y saltos al vacío.

En general, no somos conscientes que nuestra historia, con esa brutal ruptura de nuestra vida ciudadana, nos marca y nos limita para ver nuestra situación con perspectiva histórica y en comparación con otros países. Recuperarse de 30 años de errores graves no es fácil.

Empezamos a hacerlo desde 1993, con la nueva Constitución:

  • Que permitió el regreso de la inversión privada.
  • Que permitió eliminar la inflación, ese horrible impuesto a los pobres. Hace años tenemos una inflación que no pasa de 3% anual.
  • Que ayudó a bajar la pobreza de 60% de la población el año 90 a 20% el 2019.
  • Que permitió que recuperáramos el crecimiento de la economía. Entre 1993 y 1997 crecimos 7.5% anual, proceso que lamentablemente se interrumpió en 1998 con el innecesario corte de la cadena de pagos y la consecuente recesión, que solo superamos hacia el 2004. Luego recuperamos el crecimiento alto y sostenido superando el 6.5% anual hasta que el 2011 empezamos nuevamente con el desaliento de la inversión privada. Llegando el 2019 a un paupérrimo crecimiento de 2.16%.

Sin embargo, hasta ahora no recuperamos la calidad de los servicios públicos. Nuestras instituciones dejan mucho que desear y nuestros indicadores sociales no llegan a los niveles de desarrollo que el Perú tiene capacidad de lograr por la abundancia de nuestros recursos naturales y capacidad de trabajo y creatividad de nuestra población, que ha mostrado altos niveles de longanimidad, o perseverancia y constancia de ánimo en situaciones de adversidad. La longanimidad, a diferencia de la resiliencia, que es un concepto de la física, conlleva benignidad, clemencia y generosidad.

¿Qué pasa con los académicos, periodistas y analistas que opinan sobre la situación del Perú?

Que en buena medida nos juzgan como si nunca hubiéramos interrumpido nuestro desarrollo. No se dan cuenta que tenemos que seguir con la gesta del desarrollo continuo para cerrar las brechas económicas, sociales e institucionales, que todavía no podemos superar. No se dan cuenta que recuperar nuestro potencial productivo y de generación de empleo toma mucho tiempo. Las inversiones importantes, las de largo aliento, toman mucho tiempo en consolidarse y en sacar al país de la economía especulativa y mercantilista que se desarrollo hasta 1990.

Por eso no sorprende que varios analistas pierdan la perspectiva y nos comparen con Colombia y Chile, que nunca tuvieron que empezar de nuevo su desarrollo.

Por eso molesta que no entiendan que tenemos procesos inconclusos y que tenemos que aprender a sumar. No podemos empezar de nuevo cada cierto tiempo, tenemos que corregir y avanzar.

Esta trampa de desconectar nuestros períodos históricos va más allá de los últimos 50 años. Permítanme invocar un mejor análisis, citando al historiador Mario Arce Espinoza, director de la Biblioteca Municipal de Arequipa, cuando dice de Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco: “Para Belaunde, el Perú es resultado de una continuidad, de un proceso que se ha gestado en el tiempo. En este territorio se han asentado culturas preincas, incaicas, sociedad colonial y la república. Todos esos sistemas de gobierno y culturas nos han enriquecido y formado la peruanidad”.

El Perú es muy grande, no nos equivoquemos con visiones parciales, y no caigamos en los mismos errores, una y otra vez. Lampadia




Confrontación sin Gobernanza

Gobernanza
Arte o manera de gobernar que se propone como
objetivo el logro de un desarrollo económico,
social e institucional duradero, promoviendo un
sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil
y el mercado de la economía.
Real Academia Española

El gobierno parece no entender que su rol es amplio e integral. Como especifica la RAE, la buena gobernanza no puede desentenderse de ninguno de sus componentes, desarrollo duradero en lo económico, social e institucional. Lamentablemente el gobierno de Martín Vizcarra está a la caza de cualquier oportunidad para confrontar con el Congreso y esperar un rebote de su mermada popularidad.

Inclusive en lo institucional político, exacerba las contradicciones más allá de lo realista. En el caso de la última pechada al Congreso, si bien fue torpe archivar sumariamente la reforma de la inmunidad, el gobierno se quedó en la envoltura, pues ya se había anunciado que el tema se ajustaría vía el reglamento del Congreso. Por lo tanto, no había ninguna necesidad de forzar la mano.

Vizcarra malogró así lo avanzado en la reciente reunión de coordinación con los voceros de los partidos políticos.

En lo social, el gobierno se muestra incapaz de emprender una efectiva y urgente gesta para movilizar al país en pro de reducir la anemia infantil.

En la económico es evidente que el manejo de los conflictos sociales es muy pobre, tanto en los temas petroleros como en el caso de Las Bambas, que después de cien días aun no se resuelve definitivamente.

Lo mismo va por el caso de Tía María, un proyecto que evidentemente no trae consigo problemas ambientales, y que en lo social ha tenido avances sustanciales. Acá solo resta explicarle al país el balance del proyecto y devaluar los falaces argumentos de los minoritarios grupos anti-mineros.

Volviendo al tema político institucional, el mayor problema del país, según la opinión ciudadana e indicadores palpables, es el tema de seguridad ciudadana. El gobierno se tapa los oídos y el ministro del Interior no pierde ocasión de entrar a los juegos políticos. El colmo.

Además, ahora nos encontramos en una campaña pro cierre del Congreso, promovida por la encuestadora del IEP, ahora secundada por varios medios de comunicación.

Llegar al cierre del Congreso forzando una cuestión de confianza sería una gravísima irresponsabilidad, pero hasta el Primer Ministro mantiene el tema en el horno.

“La Magdalena no está para tafetanes”, o no está el ánimo para vanidades o adornos. La situación del país es difícil. No se puede seguir jugando la suerte del país en los extramuros. Es hora de asumir los retos que manda la buena gobernanza. Lampadia




Pésimo gobierno y renuncia con veneno

Ha terminado, de la peor forma, uno de los peores gobiernos de nuestra historia. En menos de dos años, el gobierno de PPK, nos dejó una economía coja, un tremendo desorden institucional y una crisis política de dimensiones. Pero el juicio es aún peor, si lo hacemos con los criterios de la Parábola de los Talentos, en función de las capacidades que dispuso.

Hace varios meses se hizo evidente que PPK no estaba capacitado para conducir el país. Y durante los últimos meses, su gobierno fue transitando hacia la parálisis y la pérdida de capacidad de convocatoria de nuevos colaboradores.

Acá no vamos a recorrer el largo proceso de errores que cometió PPK, desde los de frivolidad, pasando por los de gestión de gobierno, hasta los de falta de ética. Pero si vamos a destacar el divorcio entre la realidad que él ayudo a construir, y su percepción de ‘pobre víctima’, expresada en su último acto como gobernante, su falaz y venenosa carta de renuncia.

En el primer párrafo, PPK afirma: “(…) a pesar de la constante obstaculización y ataques de los cuales he sido objeto por parte de la mayoría legislativa desde el primer día de mi gobierno.”

Es cierto que hubo animadversión del Fuerza Popular hacia el gobierno, pero también es verdad que PPK y su gente más cercana confrontaron a Fuerza Popular (FP) desde el día siguiente a la primera vuelta electoral. Veamos:

  • El 11 de abril del 2016, al día siguiente de la primera vuelta, en la que resultó favorecido por una serie de votos cruzados, entre ellos, los de muchos fujimoristas, a las 8:30 de la mañana, PPK abrió la puerta de su casa a un periodista de Correo, a quién le dijo que se aprestaba a visitar en la cárcel, al anti-minero de la izquierda tradicional, Gregorio Santos. (Quién horas después lo desairó). Ver en Lampadia: El 67% de los peruanos votaron por construir sobre lo avanzado.
  • Durante la segunda vuelta, PPK optó por acercarse a Ollanta Humala y Nadine Heredia, y a todas las izquierdas, traicionando el voto popular, que hasta en un 80% mandó que se profundizara el modelo de economía de mercado, se avanzara en reformas institucionales, y se rechazaran los cantos de sirena de las izquierdas de una nueva constitución. Ver en Lampadia: Gobernabilidad con un gabinete multipartidario.
  • En los debates finales, previos a la segunda vuelta, PPK extremó su lenguaje descalificador hacia su oponente, con expresiones como: “Lo más probable es que hijo de ratero es ratero también. De tal palo, tal astilla” y además la acusó de estar vinculada con el narcotráfico. 
  • PPK polarizó la campaña electoral reactivando el anti-fujimorismo, y recibió algunas ayudas non-sanctas, como la denuncia de Cuarto Poder (o Poder de Cuarta) sobre una supuesta investigación de la DEA a Keiko Fujimori (KF) por el lavado de US$ 15 millones. Brulote desmentido luego por la agencia anti drogas, pero que desencadenó un rosario de errores, que FP no supo manejar.
  • En el muy importante proceso de transferencia de gobierno, PPK y su equipo pasaron por alto todos los errores del gobierno de Ollanta Humala, y taparon los graves problemas que dejaba. Además, conservó un 35% de los viceministros del nacionalismo. Con esto perdió la oportunidad de hacer un indispensable análisis causa-efecto que sentara las bases para que las reformas, correcciones y nuevos desarrollos de gobierno, fueran entendidos y apoyados por la ciudadanía.
  • Ad portas de la toma de mando, desde la Oroya, convocó a los ciudadanos para marchar contra el Congreso: “Hagamos marcha al Congreso para que no dejen morir a La Oroya”.
  • Una primicia (de buena fuente): Días antes de la investidura, Keiko Fujimori convocó a don Luis Bedoya Reyes (LBR), para encomendarle que le alcanzara a PPK, la propuesta de un nombre para posible primer ministro, un independiente de buen nivel, que podría haber provocado un acercamiento entre el ejecutivo y el legislativo. Lo increíble, es que a pesar de las tratativas del ínclito Bedoya Reyes para juntarse con PPK, previas explicaciones del tema a su personal de apoyo, el presidente electo no recibió a LBR y frustró la mejor oportunidad de convergencia de las fuerzas democráticas pro-mercado.
  • Ya en el gobierno, PPK y sus allegados plantean un gobierno basado en una alianza con los gobiernos regionales, para obligar al Congreso de la República, a apoyar la agenda de gobierno del ejecutivo.
  • Posteriormente, PPK vuelve a desairar a LBR como componedor de la relación con KF, pero se reúne con Keiko. Sin embargo, se presentó a la reunión sin llevar una agenda para un acuerdo sobre reformas que Keiko no hubiera podido rechazar.
  • Un par de días después, PPK hace unas declaraciones públicas que rompen cualquier posibilidad de acuerdos.

Nuevamente, sin desconocer los errores de la bancada mayoritaria del Congreso y la equivocada ausencia de Keiko Fujimori ante la opinión pública, no se puede desconocer que, en los temas de facultades legislativas, presupuestales y otros, el Congreso colaboró con el Ejecutivo.

En su carta de renuncia, PPK afirma: “(…) Inmediatamente después aparecen grabaciones editadas y selectivamente tendenciosas que daban la impresión de que el gobierno estaba ofreciendo obras a cambio de votos a favor de los congresistas que votaron en conciencia”. Desconociendo, una vez más, la realidad.

Lamentablemente, el gobierno de PPK no tenía ya ninguna proyección ejecutiva. Su salida es traumática, pero permite encontrar un gobierno con mayor viabilidad.

Por otro lado, tenemos que rechazar el que PPK haya hecho una carta de renuncia llena de veneno con el propósito de aceitar la continuidad de la conflictividad política y el caballo de troya que representa para los trabajadores más pobres el aumento del salario mínimo vital.

En estas circunstancias, no podemos dejar de rechazar expresiones de personajes que también son poseedores de importantes talentos, como el abogado José Ugaz y la periodista Cecilia Valenzuela, que proponen convocar a elecciones generales, en contra de lo estipulado por nuestra Constitución.

Hoy debemos ser escrupulosos en cuidar los procesos constitucionales y debemos superar la fallida campaña para desestabilizar al primer vicepresidente Martín Vizcarra, a quién le toca ahora asumir en plenitud, la primera magistratura del Estado con el apoyo patriótico de las bancadas democráticas del Congreso.

Esperamos que Vizcarra sepa formar un gobierno de recuperación del camino a la prosperidad, convocando a un primer ministro que permita la convergencia de los mejores peruanos, para retomar la inversión y el crecimiento de la economía, la agenda de reformas, y un ambiente de colaboración, que supere confrontaciones que nunca debieron darse.

El Perú es infinito, no nos olvidemos lo rápido que pasamos de ser un ‘Estado Fallido (1990)’, a ‘Estrella Internacional (2011)’, en una incipiente economía de mercado que permitió el crecimiento, la reducción de la pobreza y la desigualdad. Lampadia    




Más allá de la coyuntura

Más allá de la coyuntura

El ‘Gobierno-Pre-Bicentenario’ estaba llamado a ser el ‘Mejor Gobierno de Nuestra historia’.

  • Tenía que ser la síntesis de 50 años de errores y aciertos,que tenía que ayudarnos a encausarnos hacia la prosperidad.
  • Máxime, si, en abril 2016, el 80% de los ciudadanos votamos por profundizar nuestra democracia y la economía de mercado.

Pero los delegados de los ciudadanos (los miembros de PPK y FP), no entendieron ni respetaron el mandato ciudadano:

En vez de organizar un gobierno de convergencia, basado en sus enfoques políticos básicos, y en la amplia coincidencia de sus planes de gobierno, se enfrascaron en agravamientos mutuos, y PPK y su pequeño partido, se aliaron con el gobierno de Humala-Heredia y con todas las izquierdas. El objetivo era llegar al poder como sea.

No importaba que el gobierno de Humala-Heredia hubiera interrumpido (Ver el punto de inflexión – 2011) el ciclo virtuoso de desarrollo del país. En pago de los favores políticos, en la transferencia de gobierno, PPK le ocultó al país la situación en que se encontraba el Estado.

Tampoco importaba que las izquierdas fueran la negación de los planteamientos políticos del partido PPK. Ni que su favor electoral no representara ningún compromiso programático. Esas izquierdas, han sido ahora, justamente, las primeras en plantear la vacancia presidencial.

Los agravamientos entre el Partido de Peruanos por el Kambio(PPK) y Fuerza Popular (FP), no cesaron, como se debió hacer, con el inicio del gobierno. En cambio, se instaló una curiosa relación en la que, en los temas más importantes FP apoyaba a PPK, pero el tono de la relación, y los comentarios sobre la relación, transmitían un creciente enfrentamiento.

Hoy día enfrentamos una crisis terminal del ‘gobierno-pre-bicentenario’, y lamentablemente, las propuestas y afirmaciones de muchos comentaristas y políticos, en vez de refugiarse en la ponderación, hacen afirmaciones que confunden a la población, y peor aún, algunos como Pedro Cateriano (ex primer ministro de Humala-Heredia) y Cecilia Valenzuela, hacen comentarios insidiosos sobre una supuesta maniobra golpista.

Lamentablemente, en estas circunstancias, se presentan malos políticos a tratar de llevar agua para sus molinos. Un caso clamoroso es el del frustrado candidato, Julio Guzmán, que en una actitud de ‘carroñero’, reclama que se vayan todos (¿para que él nos dirija?).

Para recuperar la salud económica e institucional

Como hemos planteado en nuestros últimos editoriales, No es momento para buscar réditos – A mayor crisis mayor tranquilidad, y Salvemos el ‘Proceso’, lo que tenemos que hacer es seguir estrictamente lo establecido por la Constitución.

Ello conlleva, de darse la vacancia presidencial, apoyar a Martín Vizcarra (MV), el Primer Vicepresidente, para que asuma la conducción del Estado hasta el 2021, y terminar así el gobierno elegido el 2016. Así funcionan las democracias, así sucede en democracias ejemplares, como la de EEUU, así se evita caer en los típicos juegos de las débiles democracias latinoamericanas, con acciones tumultuarias o caudillistas.

Ante las circunstancias, y para evitar prolongar la debilidad e inconsecuencia del gobierno de PPK, Martín Vizcarra debiera convocar a un Primer Ministro independiente, no partidista, que convoque un gabinete compuesto independientes y por representantes del Partido de Peruanos por el Kambio y Fuerza Popular; que asuma el compromiso de un ‘Gobierno Programático’ dirigido a recuperar el crecimiento económico y la salud institucional. Lampadia

 




No toquen el arbitraje, una de las pocas instituciones valiosas del Perú

No toquen el arbitraje, una de las pocas instituciones valiosas del Perú

No sorprende a los ciudadanos, y menos a Lampadia la dación de “Normas Contra-Propósito”, absurdas y contrarias a sus denominaciones y a sus aparentes objetivos, que muchas veces proponen y dictaminan nuestros congresistas, políticos y funcionarios. En esta ocasión se trata del Proyecto de Ley No. 4505/2014-CR que pretende modificar la Ley de Arbitraje, un ejemplo internacional sobre la resolución extra-judicial de conflictos civiles. El proyecto de marras fue presentado por el congresista Héctor Becerril Rodríguez del Grupo Parlamentario Fuerza Popular, grupo que se ufana de hacer una oposición racional y de representar un espíritu de buen gobierno.

 

 

Como bien han ponderado distintos jurisconsultos, el arbitraje es una de las pocas reformas al sistema de justicia peruano que ha funcionado eficientemente. Como señala Alfredo Bullard: “El arbitraje en el Perú es una historia de éxito. Es usado masivamente reduciendo la congestión judicial, bajando el tiempo de los litigios de cinco años en las cortes ordinarias, a alrededor de un año. Ha reducido los riesgos de corrupción, da un manejo más técnico y especializado a los casos. Ha generado seguridad jurídica. Su efecto en el desarrollo institucional reduciendo los costos de transacción a la economía y fomentando la inversión y el crecimiento ha sido enorme. Diversos especialistas internacionales han calificado la ley peruana como una de las más modernas del mundo y la experiencia del Perú como uno de los desarrollos más positivos y exitosos del arbitraje en la historia”. 

Como sostiene el portal Enfoque Derecho, un blog de la revista de derecho Themis: “Renombrados especialistas en arbitraje como Fernando Mantilla-Serrano [una autoridad mundial en la materia] señalan que ‘No podemos más que felicitar al legislador peruano por sus esfuerzos en materia de arbitraje, pues supo, a través de sus reformas, identificar al Perú dentro del grupo de países que han promulgado leyes modernas y favorables al arbitraje’.Lo que esto demuestra es que el Perú se encuentra bien posicionado en el arbitraje internacional y ello se debe principalmente a nuestra ley de arbitraje”.

A pesar de que esta institución está tan bien considerada por propios y extraños, y tiene una vigencia de 20 años, el congresista Becerril está empeñado en borrarla de un plumazo. Por supuesto se escuda en una razón aparentemente loable. Evitar que los malos ciudadanos hagan un uso perverso del sistema.

Becerril justifica su proyecto aduciendo que: “Como se sabe, la mafia de Rodolfo Orellana utilizó las debilidades del sistema arbitral para crear una red delincuencial que, a través de laudos arbitrales, se adueñaba ilícita e injustamente de decenas de propiedades inmuebles (…). Ante estos hechos, es imposible no hacer nada. Tenemos que mejorar los vacíos del sistema arbitral que utilizó Orellana y sus secuaces para apropiarse de casas, terrenos y otras propiedades”.

El problema es que como indica Bullard, este “proyecto cae en lo que se conoce como “regulación anecdótica”: crear regulaciones generales por problemas causados por actividades aisladas. El problema se corrige aplicando la ley existente a los delincuentes, no afectando el derecho legítimo de los [buenos] ciudadanos”.

Así mismo, Enfoque Derecho señala: “este Proyecto (…) ataca la base del arbitraje. En un mal intento por solucionar el problema, el legislador podría terminar con el sistema arbitral peruano”.

Esta Norma Contra-Propósito mataría el arbitraje en tan sólo 5 pasos, según Enfoque Derecho:

1. Crea dos instancias: Propone la creación de una segunda instancia, lo que no resuelve el problema, pues esta no inhibiría su mala aplicación por delincuentes.

2. Impone arbitrajes de talla única: Obligar a que todos los arbitrajes que incidan directa o indirectamente con la transmisión de bienes muebles registrables o inmuebles sean institucionales (es decir en centro arbitral que dependa de una institución como el de la Cámara de Comercio). El arbitraje es como un traje a medida. Las partes pactan el convenio arbitral que más se acomode a lo que necesitan. Pueden elegir un arbitraje ad-hoc o institucional. El proyecto vulnera la voluntad de las partes y establecería una talla única. La limitación a la libertad contractual es injustificable.

3. Elimina la confidencialidad: Propone que, al iniciarse el arbitraje, se publique en el periódico quiénes son las partes, cuál es la materia controvertida y cuáles son los bienes en controversia. La publicidad como regla general en el arbitraje es innecesaria. Esa es una de las características que hacen que el arbitraje sea preferido frente al Poder Judicial, en especial por empresas que no desean que el mercado conozca desavenencias o problemas que podrían afectar el normal desenvolvimiento de negocios.

4. Aplica figuras judiciales: Propone la aplicación de la figura judicial de ‘tercerías de propiedad’ a arbitrajes en curso lo que dejaría al tercero en peor situación en la que se encuentra con la legislación actual y desconoce el sistema de incorporación de partes no signatarias, regulado en la ley de arbitraje. La solución está en el amparo arbitral, que hace inejecutables, frente a terceros, los laudos que afectan sus derechos.

5. Desnaturaliza la responsabilidad civil arbitral: Hace a las instituciones arbitrales solidariamente responsables de los daños y perjuicios ocasionados por decisiones “arbitrarias o contrarias a derecho” de los árbitros que la integran (concepto dudoso e impreciso). No se entiende cómo es que una institución arbitral respondería por las decisiones arbitrales si dicha institución no participa en el proceso. Los árbitros son independientes. Peor aún, las instituciones arbitrales terminarían respondiendo por árbitros que ni siquiera han nombrado y por cuestiones que no incumben al encargo de administración de los arbitrajes que se les encomienda. Esta propuesta no es coherente con el sistema de responsabilidad civil arbitral, ni con los criterios generales de responsabilidad civil establecidos en nuestro ordenamiento general.

Como se aprecia, existen suficientes razones como para impedir que esta norma sea promulgada. Es hora de que los congresistas legislen con mayor propiedad y no para la tribuna, el aplauso fácil y dar la impresión de que están protegiendo a los ciudadanos, cuando en realidad hacen lo contrario. Es además imperativo que los partidos a los que pertenecen ejerzan un mayor control sobre este tipo de iniciativas. Basta de iniciativas y normas contrapropósito que destruyen y traban el desarrollo integral del país. Lampadia

 




Visión del Perú al Tercio de Siglo

Visión del Perú al Tercio de Siglo

En Paracas, donde nacieron los CADE, se revisó la visión de futuro del Perú que se planteó originalmente en Arequipa en 1996. En esa ocasión, uno de los invitados a la reunión, Joel Barker, un especialista en la formulación de visiones, nos dijo a los peruanos que: “No hay nada más importante que tener una visión. Antecede al desempeño exitoso, es la fuerza que nos jala, la palanca más potente de la civilización”.

En 1996 había que imaginar el éxito, había que soñar que nos podía ir mejor, ahora se ha replanteado la visión sobre la base de las realizaciones positivas de la primera década de este siglo. En términos prospectivos, tal como se ha comentado en Lampadia (L): 2050: ¿El Perú en el puesto 26?, el HSBC analizó las potencialidades del Perú al año 2050 y explicó que si crecíamos, en promedio, un 5.5% por año,llegaríamos a ser la economía número 26 del mundo. Para ello, contaríamos con un bono demográfico muy positivo y con una continuada demanda de commodities por parte del mundo emergente, pero tendríamos que lograr mejoras sustanciales en educación, salud, instituciones e infraestructuras.

VISIÓN DEL PERÚ AL TERCIO DE SIGLO

El Perú será un país democrático y globalizado,
encaminado al desarrollo integral, sostenible y duradero,
con sentimientos de pertenencia y ciudadanía,
en el que se respete la ley.

En la formulación de esta renovada visión se hizo especial énfasis en tres importantes objetivos que no seincluyeron en CADE 96: la necesidad de contar con una buena gobernanza, un servicio civil meritocrático (de alto rendimiento, reconocido por la sociedad y bien remunerado) y, una clase dirigente, especialmente la empresarial, comprometida con el desarrollo del país en un sentido amplio, que sea respetada por la población, que se articule con el mundo académico e intelectual y que tenga presencia mediática.

La nueva visión plantea objetivos, líneas de acción, estrategias de desarrollo integral, sostenible y duradero y, la articulación de las agendas de trabajo:

Objetivos

1. Ser el país latinoamericano más integrado al mundo, en el comercio, la inversión y la tecnología

2. Lograr una democracia avanzada, integrada y plural

3. Superar la extrema pobreza

Líneas de Acción

1. Alcanzar un nivel educativo de excelencia, con capacitación permanente

2. Lograr una competitividad al nivel de los mejores países emergentes

3. Promover un liderazgo empresarial comprometido y respetado

4. Alentar una gobernanza del mejor nivel internacional

5. Formar un servicio civil meritocrático, reconocido y bien remunerado

6. Fomentar un sentimiento de pertenencia y ciudadanía

7. Tener una clase media consolidada y formal que abarque al 70%
de la población, con ingresos de US$ 8 a US$ 40 por persona y por día

Estrategia de Desarrollo Integral (Económico, Social e Institucional), Sostenible y Duradero

1. Económico

Acceso de los pobres a la economía de mercado

Ingreso a la OECD

Orientación global

Promoción de la inversión privada

Desarrollo de las infraestructuras internas

Promoción de la innovación y la competitividad

Desregulación burocrática

2. Social

Revolución educativa

Capacitación permanente

Agua y salud al alcance de todos

Cero desnutrición infantil

Programas sociales esencialmente productivos

3. Institucional

Mejores: Sistema Electoral, Partidos Políticos y Estructura del Estado

Imperio de la Ley y del Estado de Derecho

Seguridad ciudadana

Buena Gobernanza con una mejor regionalización

Servicio Civil Meritocrático

Regulaciones pro-desarrollo e inversión

Estabilidad de las reglas de juego y protección de la  propiedad

Predictibilidad y pre-publicación de normas

4. Sostenibilidad Social y Ambiental

Reforestación masiva

Titulación de propiedad comunal, minifundios, y derechos individuales, con registro público de sus convenios

Asociaciones Comunidad-Privados (ACP)

Tratamiento y reciclaje de desagües

Regulaciones ambientales racionales y balanceadas

Matriz energética que promueva energías limpias

Protección de reservas culturales, ecológicas y sociales

5. Duradero

Orientado al largo plazo y sin caer en la tradicional política pendular

Articulación de las Agendas de Trabajo

Este diagrama explica que en el corazón de las líneas de acción está la necesidad de contar con una clase dirigente comprometida con el largo plazo del país y con un sentimiento de ciudadanía y pertenencia de todos los peruanos. Desde esa perspectiva tendríamos que avanzar en tres agendas:

La del Estado: Buena gobernanza y excelente servicio civil.

La Social: Las mejoras en educación, salud, instituciones e infraestructuras.

La Productiva: La puesta en valor de nuestros recursos en agricultura, minería, acuicultura, energía, forestería, turismo y biodiversidad. El desarrollo de esta agenda debe generar los recursos para financiar la agenda social.

Para darle mayor sustento a la visión se convocó a diez expertos nacionales a que aporten unas reflexiones sobre los aspectos que determinan la naturaleza intrínseca del Perú. (Ver el contenido de esos magníficos documentos en (L): Fundamentos Estructurales del Perú:

1. País Megadiverso con una Geografía Privilegiada, por Carlos Amat y León

2. País Milenario y la trascendencia de la Civilización Caral, por Ruth Shady

3. Cultura con raíces milenarias y futuro enriquecedor, por Armando Andrade y Luis
Eduardo Wuffarden

4.  Capacidades Ideales para Crear Riqueza, por Roberto Abusada

5.  Gente Emprendedora, Creativa, Esforzada y Solidaria, por RolandoArellano

6.  Macroeconomía sólida y políticas públicas débiles, por Elmer Cuba

7.  Reservas Productivas por poner en Valor, por Patricia Teullet

8.  Formalidad Excluyente e Informalidad Limitante, por Jaime de Althaus

9.  Carencias Sociales y Brechas Económicas, por Gianfranco Castagnola

Además de estas reflexiones, se invitó a que, personalmente, un grupo de peruanos nacidos a lo largo de 50 años, diera sus ideas con respecto al futuro del país. Los invitados a este importante ejercicio fueron:

  • Felipe Ortiz de Zevallos, Fundador del Grupo Apoyo
  • Rolando Arellano, Director de Arellano Marketing
  • Juan Infante, Gerente General de Diempresa
  • Manuel Muñoz, estudiante del último año de economía en la UPC
  • Kelly Pérez, estudiante ayacuchana de último año del Colegio Mayor

Nada de lo planteado se podrá lograr sin un crecimiento económico alto y sostenido, que es la fuente de creación de empleo, reducción de la pobreza y generación de los recursos fiscales necesarios para la acción efectiva del Estado. El Perú debe ponerse como meta crecer 7 a 8% por año. Este objetivo debe ser el primer filtro de las políticas públicas y la gestión del Estado: ¿Aporta al crecimiento, o destruye crecimiento? Lampadia