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Crisis sin ningún provecho

Crisis sin ningún provecho

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 10 de julio de 2020
Para Lampadia

El viejo Einstein decía: “Las crisis son la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque las crisis traen progresos”. Y agregaba: “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo”.

Bueno pues, al margen de expresar nuestra admiración por las expresiones del gran científico alemán – e inspirados en su manera positiva de ver las crisis – hay que formularnos las siguientes preguntas: ¿Cuándo pase la crisis de la pandemia… vamos a seguir haciendo lo mismo? ¿Nada va a cambiar en las instituciones de la salud pública? ¿Vamos a seguir con el Ministerio de Salud tal cual… y con los Gobiernos Regionales politizando la gestión de los hospitales del Estado?

  • ¿Acaso los municipios provinciales y distritales seguirán manejando las empresas de agua y saneamiento?
  • ¿Seguiremos pasivos frente a las mafias municipales que promueven las invasiones de tierras y las viviendas de esteras en todo el país?
  • ¿Seguirán los mercados de abastos en manos municipales, si ni siquiera cuentan con baños… ni las más elementales condiciones de higiene y seguridad?

Y yendo más allá de los temas sanitarios y urbanísticos ¿seguiremos con las numerosas instituciones estatales que – supuestamente – están para promover inversiones en infraestructura pública; pero que en la práctica no promueven nada? Llámense PROINVERSIÓN para inversiones en infraestructura en general, PRONIS para inversiones en infraestructura de salud, PRONIED para inversiones en infraestructura educativa, PROVÍAS NACIONAL y PROVÍAS DESCENTRALUZADO para inversiones en infraestructura vial. Y por si fuera poco ¿seguiremos con las numerosas Direcciones Regionales de Infraestructura que no fueron capaces de reconstruir la infraestructura dañada por El Niño Costero del 2017?

Ahora bien ¿cómo reacciona el Gobierno ante tamaña inoperancia? Pues recurriendo a otros Gobiernos – de otros países – para que se hagan cargo de nuestros fracasos.

Efectivamente, tal es el caso del reciente acuerdo de Gobierno a Gobierno – entre el Gobierno Peruano y el Gobierno Británico – para que éste último se haga cargo de la reconstrucción de la infraestructura dañada por El Niño Costero del 2017. Es decir, pasados más de tres años del desastre natural, el Gobierno Peruano – reconociendo su fracaso – [avance de solo 24% de lo programado], recurre al Gobierno Británico para que éste asuma la responsabilidad de la reconstrucción de las carreteras y puentes, hospitales y postas médicas, escuelas, e infraestructura hidráulica dañada por El Niño.

Pero hay más. Para terminar la construcción de los hospitales Antonio Lorena de Cusco y Sergio Bernales de Lima, el Gobierno Peruano acaba de suscribir otro convenio parecido con el Gobierno Francés, para que éste se encargue de terminar la construcción de ambos hospitales.

Ante todo ello cabe preguntarnos ¿vamos a seguir con las instituciones que fracasaron en la reconstrucción de la infraestructura dañada por El Niño Costero, y con las que debieron terminar la construcción de los hospitales de Cusco y Lima?

En mi opinión, para que las cosas no sigan como están – y mejoren en el futuro – hay que hacer cambios radicales en la estructura institucional del Estado. El Ministerio de Salud y los Gobiernos Regionales NO deben seguir manejando la salud pública en nuestro país. Los municipios NO deben seguir manejando las empresas de agua y saneamiento. Y menos… los procesos de desarrollo urbano. Incluso, PROINVERSIÓN y todas sus derivadas, NO deben seguir gastando la millonada que vienen gastando… por las puras. ¡Han fracasado! No pretendamos que las cosas mejoren, si seguimos haciendo lo mismo.

De allí la propuesta – contemplada en la Constitución – de crear Organismos Autónomos para la salvaguardia del Estado de Derecho y la mayor eficiencia de la salud pública, el desarrollo urbano, y la infraestructura pública en nuestro país. Y – lo más importante – que no dependan de ninguno de los poderes del Estado. Tipo BCR. Tipo Juegos Panamericanos Lima 2019. Cero clientelismos. Cero corrupciones. Cero politiquerías. Profesionalismo, carrera pública, meritocracia, gestión enfocada en resultados… y todo lo demás.

Pero no… parece que todo seguirá tal cual después de la crisis. ¡Lamentablemente! ¡Ojalá me equivoque! Pero de ser así – contrario a lo que decía el viejo Einstein – esta habría sido una crisis sin ningún provecho. Lampadia




“e-peru.com” contra la corrupción e inoperancia del Estado

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 26 de abril de 2019
Para Lampadia

La “p” minúscula y la “u” sin acento son cosas de la internet. En todo caso, son cuestiones de forma. En el fondo, lo que queremos es la transformación digital del Estado. Un Estado más electrónico. Más interconectado. Más “on-line”. Un Estado más rápido. Más austero. Más servicial.

Es cuestión de decisión política. Estamos en plena era digital. La “Internet de las Cosas” – “Internet of Things” (IoT) por sus siglas en inglés. – está con nosotros para quedarse, y para evolucionar a ritmo vertiginoso. Nuestra juventud está recontra involucrada en ella. Tenemos comercio electrónico y comunicaciones virtuales por todos lados. Tenemos criptomonedas, vehículos sin conductor, sistemas de reconocimiento facial, cirugía humana por internet, robótica, drones, y mil otras aplicaciones digitales más.

El objetivo en el caso de “e-peru.com” es cero papeles en el Estado. Cero copias certificadas. Cero sellos y firmas de puño y letra. Cero colas interminables. Y – lo más importante de todo – cero coimas.

El ejemplo a seguir es la lejana Estonia. Un sufrido país que formó parte de la Unión Soviética, y que – liberado del yugo comunista – emprendió un extraordinario proceso de desarrollo y modernización basado en la democracia política, la economía de mercado, y la transformación digital del Estado.

Hoy Estonia es la sociedad digital más desarrollada del mundo. Desde su nacimiento, los bebitos reciben su e-identidad, y a partir de allí toda la tramitología de los estonios es digital. La salud, la educación, los registros civiles, los títulos de propiedad, todas las licencias y permisos, la creación de empresas, las elecciones políticas… ¡todo es digital! Incluso los procesos judiciales, y las compras y contrataciones del Estado.

Obviamente, han desarrollado tecnologías de avanzada – muy seguras – para contrarrestar los hackeos informáticos. Sí pues, la corrupción y la criminalidad están en todas partes. ¡Hasta en el ciberespacio! Pero lo cierto y concreto es que – a pesar de ello – no existe tecnología más confiable y efectiva para combatir la corrupción, y mejorar la competitividad de un país, que la digitalización del Estado.

En el Gobierno Regional de Ica – durante la gestión anterior – avanzamos mucho a este respecto. Digitalizamos los trámites documentarios, lo cual nos permitió reducir los tiempos de atención a los ciudadanos. Digitalizamos la gestión hospitalaria. Gracias a ello – y al orden y disciplina que impusimos – eliminamos las colas para consultas externas, y mejoramos mucho el servicio a los pacientes. Asimismo, digitalizamos la tramitación de las licencias de conducir, con lo cual desarticulamos las mafias de los brevetes. Realmente fue una experiencia muy aleccionadora y gratificante.

El problema es que la actual gestión regional está desandando todo lo avanzado en esta materia. Obvio. A la corrupción no le conviene la digitalización. Los corruptos medran del maltrato. Las colas son su botín. La digitalización detecta a los médicos que abandonan los hospitales en horario de trabajo. Las cámaras de video registran a los que desaprueban los exámenes de manejo. La digitalización señala a los malos funcionarios que demoran – a propósito – los trámites burocráticos.

Moraleja: La transformación digital del Estado es muy buena para los ciudadanos. Pero muy mala para los funcionarios corruptos e inoperantes. Así es el tema. Por ello, para combatir la corrupción e inoperancia del Estado ¡vamos con “e-peru.com”! Lampadia




Hay plata para la reconstrucción… pero hay más inoperancia

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 18 de mayo de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

La inoperancia del Estado es brutal. El Plan Integral de la Reconstrucción con Cambios es – hasta ahora – un fracaso. El cardumen burocrático – o la Costra del 5to. Nivel – está trabándolo todo. La indolencia de muchos funcionarios del Estado es atroz. El daño causado por el devastador Niño Costero del año pasado está intacto. Los pueblos, las redes de agua y desagüe, los caminos y puentes, los canales y bocatomas… prácticamente toda la infraestructura dañada sigue tal cual quedó después del desastre.

Yo pensaba que Ica – al haber sido menos afectada que la Costa Norte – era la región más atrasada. Pero no. El Norte está devastado. Sigue devastado.

Los damnificados merecen un reconocimiento especial. Están sobreviviendo sin ninguna ayuda de nadie. Para ellos, el Estado no existe. Y no es que sólo el Estado debía reparar todo lo dañado por el Niño Costero. Nada que ver. Cada quien debía asumir su propia responsabilidad. Los damnificados debían ocuparse de sus pertenencias. Y el Estado – obviamente – debía ocuparse de la reconstrucción de la infraestructura pública. Lo cual – hasta ahora – no ha ocurrido.

Volviendo al tema de los damnificados, es admirable ver cómo los agricultores están trabajando – sin desmayo – en la rehabilitación de sus campos. Y lo mismo se ve en los empresarios de las zonas afectadas. Comerciantes, fabricantes, operadores de hoteles y restaurantes, abastecedores de servicios diversos… todo el mundo está sudando la gota gorda para salir adelante. Excepto el Estado.

Insisto. Al Estado le tocaba ejecutar el Plan Integral de la Reconstrucción con Cambios. Y no lo ha hecho. En realidad – en algunas regiones afectadas – ni siquiera ha empezado. 14 meses después del desastre – en términos prácticos – la reconstrucción está súper lenta.

Conste que no estoy criticando al presidente Vizcarra ni a su Gabinete. Ellos acaban de asumir funciones. Más bien, todos los peruanos estamos esperanzados en que las cosas cambien – para mejor – con el nuevo Gobierno. Mi crítica es “al sistema”. Concretamente, al cardumen burocrático. A la Costra del 5to. Nivel… aquella maraña burocrática que está enquistada en los Ministerios de la Reconstrucción. Principalmente, en el Ministerio de Transportes, en el Ministerio de Agricultura, y en el Ministerio de Vivienda. Inclusive en los Ministerios de Salud, y Educación. Y ni qué decir del aparato burocrático de los Gobiernos Regionales y Locales.

Más aún, mi crítica es – también, y, sobre todo – a los Congresistas tramitadores de proyectos. “A los Congresistas que cobran 5% sin mover un dedo” como se reveló en los Mamani videos. Ahí está el principal problema de la reconstrucción. Ahí está la inoperancia atroz. Ahí está la indolencia cruel.

¿Qué hacer para salir del atolladero? Muy sencillo. Copiar el ejemplo del Comité Organizador de los XVIII Juegos Panamericanos Lima 2019. Parece mentira. La Villa Deportiva, la Videna, el Estadio de San Marcos… todas las sedes estarán listas – con varios meses de anticipación – para los Juegos del próximo año. Para ello S/. 5,000 millones habrán sido invertidos de manera eficiente y transparente. La mayor inversión está destinada a la construcción de infraestructura útil para la ciudadanía. Como que la Villa Deportiva – compuesta por siete torres de 20 pisos – podrá albergar dignamente a más de mil familias peruanas, una vez que terminen los Panamericanos.

¿Cuál es la diferencia entre el Comité Organizador de los Juegos Panamericanos y los Ejecutores de la Reconstrucción? La gente. Mejor dicho, la actitud de la gente. En un lado hay gente eficiente, honesta y profesional. Y en el otro, todo lo contrario.

Y ¿qué es eso de “todo lo contrario”? ¡Vamos! Todo el mundo lo sabe: corrupción, resistencia, maltrato, indolencia, ineptitud, temor, holgazanería. Salvo honrosas excepciones, eso es lo que más hay en los Ministerios de la Reconstrucción y en los Gobiernos Regionales y Locales. Por eso la reconstrucción va tan lenta. Lampadia