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En Ica tenemos agua dulce y en el Perú también

En Ica tenemos agua dulce y en el Perú también

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 12 de noviembre de 2021
Para Lampadia

Según el Ministerio de Agricultura, la actividad que más agua dulce consume a nivel nacional es – precisamente – la agricultura. Efectivamente, las plantas consumen mucha más agua que los animales y los seres humanos. Incluso, más agua que la minería, la industria y los servicios. Eso en cuanto a la demanda de agua según las actividades humanas.

Ahora veamos la oferta. Mejor dicho, la disponibilidad de agua dulce, la cual – en el caso peruano – proviene totalmente de las lluvias. La pregunta es: ¿hay suficiente agua de lluvias en nuestro país para atender las necesidades de la población, de la agricultura, de la minería, de los animales, y de todas las demás actividades? Y la respuesta es SÍ, aunque algunos digan lo contrario.

El Balance Hídrico Total en nuestro país, es positivo. Es decir, la cantidad de agua de lluvias supera largamente la demanda de agua de todas las actividades antes mencionadas. Efectivamente, todos los años, en la temporada de lluvias, entre los meses de diciembre y abril de cada año, todos los ríos del Perú llevan mucha más agua que la que necesitamos. Incluso, en regiones como Ica, donde se dice que hay escasez de agua.

El problema – es cierto – se presenta en los estiajes, entre los meses de mayo y noviembre de cada año, cuando no llueve. La repregunta entonces es:

  • ¿si llueve tanto en los veranos, por qué no construimos reservorios en la Sierra – y plantamos bosques y pastizales – para guardar parte de esas aguas abundantes, para disponer de ellas en los estiajes?
  • ¿Qué dice el Ministerio de Agricultura al respecto, el verdadero responsable del afianzamiento hídrico en el país?

No se oye padre.

Más aún:

  • ¿por qué no infiltramos los acuíferos con las aguas sobrantes de las avenidas?
  • ¿Por qué no tratamos las aguas servidas de los pueblos – me refiero a los desagües – y las volvemos aptas para su reutilización, al menos en la agricultura?
  • Incluso ¿por qué algunos alcaldes indolentes rechazan ofrecimientos de suministro de agua de parte de algunas empresas privadas?

¡A tanto llega la mezquindad de nuestras autoridades ediles!

A lo que quiero llegar es que tenemos mucha agua dulce que desperdiciamos. En nuestro país hay agua más que suficiente para que todos los peruanos tengamos agua de buena calidad, 24 horas al día, todos los días del año, todos los años.

Sin embargo, ese no es el caso. Pero en vez de identificar la verdadera causa del problema, hay personas ideologizadas – políticos, académicos, periodistas, dirigentes, etc. – que atribuyen la falta de agua a las empresas agrarias “que se la llevan toda, y dejan sedienta a la población”. ¡Así dicen esos acomplejados ideologizados!

¿Por qué no mencionan palabra alguna acerca del fracaso estrepitoso de las empresas municipales de agua y saneamiento, ni de la corrupción e inoperancia de estas? Su silencio los delata. Claramente, hay muchos opinólogos – que fungen de adalides del agua – que no se atreven a desenmascarar al Estado por su pésima gestión del agua.

Seamos sinceros. Ica tiene agua dulce, y muchas veces, demasiada. Tanta que el actual Gobierno Regional – lamentablemente, con hartas coimas de por medio – está ensanchando el río Ica para evitar inundaciones como las que ocurren en la ciudad cada cierto tiempo. Ojo, dije inundaciones… aquel fenómeno natural que ocurre cuando el río lleva tanta agua, que se desborda. Incluso, cuando no ocurren los desbordes en Ica ¿acaso los iqueños no estamos todos los años, entre los meses de diciembre y abril, al borde del desastre por inundación de la ciudad? ¿Acaso, todos los años en temporadas de avenida, los iqueños no vemos pasar cualquier cantidad de agua dulce frente a nuestras narices? ¡Como que Ica no tiene agua!

Y para graficar mejor la inoperancia del Estado en cuanto a la gestión del agua para uso poblacional ¿acaso nuestros hermanos charapas en Iquitos, no padecen de falta de agua potable en sus viviendas, a pesar de estar rodeados de agua dulce por todos lados?

Envidia, rencor, complejo, falsedad, politiquería barata… todo eso – y mucho más – denotan los videos ideologizados que el Ministerio de Cultura y la Pontificia Universidad Católica del Perú están propalando contra las empresas iqueñas.

Repito y concluyo. En Ica tenemos agua y en el Perú también… gracias a Dios. Lamentablemente, también tenemos opinólogos ideologizados que no se atreven a decir que tampoco tenemos es un Estado honesto y eficiente para gestionar bien el agua que tenemos. Lampadia




Puro floro

Puro floro

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 27 de diciembre de 2019
Para Lampadia

Todo el mundo dice luchar contra la corrupción. Incluso, los propios corruptos. Así son de hipócritas. No hay persona más cínica que un corrupto. Pero ese no es el tema. El tema es que el gobierno NO está luchando – de verdad – contra la corrupción. Ese es el tema.

Veamos el caso del presidente Vizcarra. Aparte del estribillo “no me van a doblegar” – que tanto propalan Los Chistosos cuando remedan al presidente por la radio – preguntémonos ¿qué ha hecho el presidente – o el gobierno – para luchar contra la corrupción? Por ejemplo, en cuanto a los procesos de compras y contrataciones – donde las coimas van y vienen como Pedro en su casa – ¿acaso ha habido algún cambio de procedimiento o tecnología para contrarrestar la corrupción?

En cuanto a la meritocracia en el Estado ¿alguien sabe de alguna disposición que exija la contratación de Gerentes Públicos de SERVIR, para evitar el clientelismo político, la inoperancia del Estado, la venta de puestos, y el maltrato a la ciudadanía?

Una más. En cuanto a la burocratización del aparato estatal ¿acaso ha habido alguna disposición para frenar el incremento desmedido – e indebido – de los Contratos Administrativos de Servicios (CAS) en el Estado?

¡No nos vengan con cuentos! El gobierno NO está luchando contra la corrupción. El presidente, lo único que hace es repetir – y repetir – su famoso estribillo… y punto.

A los hechos me remito. Muchos médicos siguen abandonando los hospitales en horarios de trabajo. Las ventas de puestos en los gobiernos regionales y locales siguen como de costumbre. Las mafias de los brevetes siguen sueltas en plaza. Las coimas en las compras y contrataciones del Estado siguen tal cual. La planilla estatal sigue creciendo vertiginosamente.

Es innegable. En materia de corrupción vamos mal. Peor aún, vamos de mal en peor. Y la ciudadanía – como siempre – es la que paga los platos rotos.

La lucha contra la corrupción de los peces gordos no está mal. Aunque en muchos casos se trata de justicia mediática. Enjuiciar – y sancionar – a presidentes, ministros, gobernadores, congresistas, alcaldes, jueces y empresarios corruptos está bien. Pero falta la lucha contra la corrupción de los peces chicos. La de los policías coimeros. La de los soldados que protegen a los narcos. La de los jueces y fiscales que cobran por lo bajo para liberar a delincuentes. La de los médicos que cobran indebidamente a pacientes pobres. Esa corrupción – la brava – sigue intacta.

Una verdadera lucha contra la corrupción tendría que verse reflejada en acciones concretas. Como – por ejemplo – imponer la contratación de Gerentes Públicos de SERVIR en todas las instituciones del Estado. Sobre todo, en los gobiernos regionales y locales. Convertir a Perú Compras en la Central Única de Compras y Contrataciones del Estado… 100% digital, cero coimas. Implementar una radical simplificación y digitalización del Estado… cero papeles, cero colas. Fusionar instituciones públicas redundantes como Provías Nacional y Provías Descentralizado… y muchas más. Y – lo más importante de todo – destituir a funcionarios y servidores probadamente corruptos, tal como hicimos en el Gobierno Regional de Ica en el período 2015 – 2018… con muy buenos resultados.

No hay nada que discutir. Para luchar – de verdad – contra la corrupción, hay que tomar al toro por las astas. Todo lo demás es… puro floro. Lampadia




CÍVICA contra la corrupción, el maltrato y la inoperancia del Estado

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 22 de febrero de 2019
Para Lampadia

Los corruptos saben que son corruptos. ¡No nos vengan con cuentos! Los presidentes, ministros, empresarios, árbitros… todos los involucrados en el caso Lava Jato sabían que le estaban robando al Estado. Igualmente, los congresistas, gobernadores, alcaldes, regidores, empresarios… todos los involucrados en los casos de corrupción que aparecen todos los días en la prensa, saben que han delinquido penalmente. Las coimas… coimas son. Aquí… y en la China.

Pero la historia no acaba ahí. Los jueces, fiscales, políticos, empresarios… todos los involucrados en el caso de los Cuellos Blancos del Callao sabían que estaban violando – descaradamente – los principios de veracidad, justicia y bien.

Y lo mismo sucede más abajo en la jerarquía del Estado. Por ejemplo… ¿qué pueden pensar – de su accionar – los médicos que abandonan los hospitales en horario de trabajo? ¿Y los mafiosos que trafican con terrenos, brevetes, títulos académicos, o licencias de construcción? ¿Acaso los municipales o policías coimeros no saben que están violando la ley cuando cobran cupos a vendedores ambulantes? ¿Qué decir del tremendo rabo de paja que arrastran los periodistas que calumnian – sin escrúpulos – para ver quién cede a sus chantajes? Como dice la canción de Los Nosequién y Los Nosecuántos… “y total, corrupción hay en todos lados”.

Lo curioso es que muchos corruptos niegan ser corruptos. Incluso les gusta fungir de santurrones. Preconizan – a los cuatro vientos – su “profunda” religiosidad. ¡Su cinismo no tiene límites! Muchos pertenecen a hermandades religiosas. El Señor de los Milagros tiene miles de fieles corruptos. El Señor de Luren – de Ica – igual. Pobres Virgencitas. ¡Tener que soportar a tantos sinvergüenzas infiltrados en sus feligresías!

Todos los años – en Semana Santa – los corruptos entran en trance. En octubre se visten de morado. Incluso cargan andas. Sus conciencias están llenas de remordimientos, pero conviven con ellas como si nada. Sin embargo, nada los exime de sus pecados mortales. El gran Basadre los describió con mucho acierto. Los llamó… podridos.

Ahora bien. El problema es que la corrupción no es – sólo – una afrenta, una vergüenza, o un deshonor. La corrupción es mucho más que un descaro moral. La corrupción es – sobre todo – una pesada e injusta carga para la población civil. Por eso hay que combatirla con firmeza y valentía.

Dado que el Estado no puede con la corrupción – o peor aún, dado que el Estado está coludido con ella – tenemos que hacerle frente… desde la ciudadanía. ¡No queda otra!

Para ello ha sido creada CÍVICA… La Asociación Cívica por el Perú (www.civica.pe). Una asociación de personas destinada a monitorear los servicios que debe brindar el Estado de manera idónea y cordial. CÍVICA también ha sido creada para denunciar actos de corrupción – sobre todo – aquellos que afectan directamente a la ciudadanía. Incluidas las faltas que el Estado suele dejar pasar… por falta de autoridad, indolencia, inoperancia, o – simplemente – por corrupción.

¡Caerán los que tengan que caer! Los de arriba, los del medio, y los de abajo. Los inoperantes que están de más en el Estado. Los abusivos que maltratan a la ciudadanía… cruelmente. Y los corruptos que le roban al Estado… descaradamente.

¡Insurgencia civil contra el Estado inoperante, maltratador y corrupto! Ese es el llamamiento de CÍVICA a la ciudadanía. Yo – Fernando Cillóniz – me aúno a ello. Lampadia