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Tomas Libres… ¡ahora!

Tomas Libres… ¡ahora!

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 25 de diciembre de 2020
Para Lampadia

En esta época del año – como todos los años – nuestros ríos se cargan con mucha agua que baja de la Sierra. Tanto que por momentos – cuando ocurren las crecidas – éstos se tornan furiosos e incontrolables. En esta época del año la preocupación generalizada deja de ser la escasez de agua o la sequía, y pasa a ser la protección de parcelas y pueblos ribereños de inundaciones y desbordes de los ríos.

En esta época del año, la maquinaria pesada de todo el país debe entrar a tallar. Me refiero a tractores de oruga (bulldozers), cargadores frontales, volquetes, etc. Por lo demás, en momentos como este… la unión hace la fuerza. Gobierno Central, Fuerzas Armadas, INDECI, Gobiernos Regionales y Locales, empresas, trabajadores, voluntarios… todo el mundo debe poner el hombro.

En esta época del año, todos los ríos del país se comportarán como acabo de describir. Frente a ello, el Gobierno no se dará abasto para atender las emergencias con la debida efectividad y celeridad. Y menos con tantos ministros novatos como los que tenemos.

Los huaicos caerán en las partes medias y bajas de nuestras cuencas, y todas las vías de acceso a nuestros distritos andinos quedarán severamente afectadas, por lo que la transitabilidad de las mismas quedará muy restringida.

Más aún, el Gobierno Central – con todas sus limitaciones – estará con la cabeza puesta en el Norte. Concretamente en Tumbes, Piura y Lambayeque donde los desastres por desbordes e inundaciones suelen ser mucho mayores que en el Centro y Sur del país.

Ese es – más o menos – el pronóstico de la situación de nuestros ríos en esta época del año… mucha agua, mucho lodo, mucha furia, muchos desbordes, muchas inundaciones, muchos daños a nuestra infraestructura urbana y vial, y mucha inoperancia estatal.

¿Qué hacer para evitar los desbordes de los ríos? Pero también ¿cómo sacarle provecho a la abundancia de agua? Bueno pues, mi propuesta al respecto es… ¡Tomas Libres! O sea, levantar todas las compuertas y sacar la mayor cantidad de agua posible de los ríos. Claro que más efectivo sería construir miles de pequeños y medianos reservorios – y plantar miles de hectáreas de bosques – en las cabeceras de nuestras cuencas. Es decir, sembrar y cosechar agua arriba en la cordillera, tal como planteé en mi artículo de la semana pasada. Pero veamos el tema de las “Tomas Libres” que también sirven.

Efectivamente, ahora que nuestras ciudades están amenazadas por la gran cantidad de agua y lodo que traen nuestros ríos, debemos dar “Tomas Libres” para que todos los agricultores rieguen sus campos sin ninguna limitación. De esa forma matamos cuatro pájaros de un tiro:

(1) regamos nuestros cultivos,

(2) mejoramos nuestros suelos,

(3) infiltramos los acuíferos, y

(4) protegemos a nuestra población de posibles desbordes e inundaciones.

A este respecto, me parece bien que muchos parceleros iqueños – al escuchar mi propuesta – hayan exigido a sus correspondientes Juntas de Usuarios la aplicación de esta medida. Sin embargo, me parece mal que algunas Juntas se muestren renuentes a permitir las “Tomas Libres” que para cualquier persona pensante, resulta puro sentido común.

Es verdad que las Juntas de Usuarios deben cubrir íntegramente sus presupuestos anuales, para lo cual tienen que cobrar por el agua que distribuyen a los parceleros y agricultores, pero ¿por qué cobrar lo mismo por el agua regulada, que por el agua de avenida? ¡No tiene sentido!

El presupuesto anual debe recabarse de los usuarios de agua. Eso está claro. Pero el agua regulada… aquella que se almacena en reservorios artificiales, debe costar más que el agua de lluvias. Simplemente, porque el agua de lluvias es abundante, y la otra es escasa.

Pues bien, eso que parece lógico y simple, no lo es para algunos dirigentes de Juntas de Usuarios que se empecinan en negarle el agua de avenida a ciertos parceleros que pudieran estar atrasados en sus pagos de agua. Y no es que esté a favor del “perro muerto”. ¡Todo lo contrario! Simplemente estoy a favor de la sensatez y el pragmatismo.

El agua de lluvias – o de avenida – debe ser muy barata; inclusive gratuita. En cambio, el agua regulada debe costar lo que corresponda. Hay que infiltrar la mayor cantidad de agua posible a los acuíferos, para disponer de ella en los estiajes. Hay que sacarle la mayor cantidad de agua posible a nuestros ríos para mitigar el riesgo de inundación de nuestros pueblos. Esa es la lógica de la propuesta.

Tomas Libres… ¡ahora! Las Juntas de Usuarios tienen la palabra. Lampadia




Asociaciones Público Privadas: Una solución efectiva ‘HOY’

Asociaciones Público Privadas: Una solución efectiva ‘HOY’

A diferencia del Asia, en América Latina, la política y el manejo de la cosa pública siguen teñidos por las ideologías, básicamente por aquellas que responden a las ‘ideas muertas’, como lo explica Moisés Naím. Ver: El amor a ideas muertas.

Por esa suerte de maldición, es que varios países de la región se encaminaron al llamado ‘socialismo del siglo XXI’ y destruyeron sus economías, empobrecieron a sus pueblos y desperdiciaron los mejores años de crecimiento de la economía global. Esta ideología capturó a buena parte de la región: Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia. 

En el Perú, nos libramos de caer en lo mismo en 2006, cuando el entonces ‘chavista’ Humala perdió las elecciones contra Alan García. Sin embargo, después de ‘aggiornarse’ Humala llega al gobierno el 2011, ya sin las ataduras revolucionarias del socialismo del siglo XXI, pero mantiene una profunda desconfianza en el sector privado que percoló a todos los niveles de la administración pública.

Solo a mediados del gobierno se empieza un cierto acercamiento con el sector privado y se logra instituir las Asociaciones Público Privadas (APP) para permitir que el sector privado pueda, mediante concesiones, invertir, operar y mantener obras de infraestructuras. Es así, que desde 2012 se han presentado 55 iniciativas privadas autosostenibles y 237 iniciativas privadas cofinanciadas, pero solo se llegaron a ejecutar cinco iniciativas privadas autosostenibles, pues la gran mayoría de las demás cayeron víctimas de la maraña burocrática o la desidia del aparato público.

Con mucho nivel de certeza se puede afirmar que esta pobre performance de la ejecución de las APPs se debe a que lo promovido por la mano derecha, ha sido inhibido por la mano izquierda. Producto de esa lejanía del gobierno y la burocracia estatal con el sector privado.

No se quiso entender, como ahora no lo entienden muchos de los candidatos a la Presidencia de la República, que el Perú ha cambiado. Ya no ese pequeño y empobrecido país diseñado por el nefasto velascato, donde lo que predominaba era el Estado, estado de cosas que subsistió hasta 1993 en que aprobamos la nueva Constitución. Ahora, las ‘Medidas del Perú son 90-90-90’.  Redondeando las cifras: 90% del empleo, la inversión y los recursos fiscales provienen del sector privado. Ver en Lampadia: 90-90-90.

Como un ejemplo muy exitoso de las APP que lograron pasar las vallas de la mentalidad estatista, tenemos los hospitales de ‘Bata Blanca’ de ESSALUD:  Alberto Leopoldo Barton Thompson y Guillermo Kaelin de la Fuente. (Ambos iniciados en el gobierno anterior). Ver en Lampadia: APPs en salud: Poniendo a la población por delante y Las APP han generado servicios de salud de alta calidad. Estos son los mejores hospitales del Estado (y probablemente también, del sector privado) que se hayan construido en toda nuestra historia. Pero, ¿ha aprovechado esta experiencia el gobierno para difundirla como ejemplo de lo que significa una APP para la población? No, en verdad está muy escondida de la opinión pública. Lo que es más, el propio ESSALUD no pretende replicar el éxito en los nuevos hospitales, que está desarrollando en la modalidad de ‘Bata Gris’ (que excluyen los servicios médicos).

En otras palabras, en el Perú hemos tenido una experiencia de APP muy exitosa en el tema más sensible a las necesidades sociales: la salud. Pero, ni por eso nos hemos volcado a promover el desarrollo EFECTIVO de las APPs. 

A continuación reseñamos un par de publicaciones del BID sobre la importancia de las APP en el desarrollo urbano.

BID: ¿Cómo financiamos la infraestructura urbana?

9 mayo 2014

Por Juan Ellis J., Coordinador General de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles

“Las agencias internacionales de desarrollo estiman que se requiere alrededor de 5% del PIB para responder a las necesidades anuales de inversión en infraestructuras y asegurar un crecimiento de la economía promedio del 4% anual en nuestra región. Durante el periodo de 2010 – 2012 solo se invirtió un promedio de 2.4% del PIB en la región, incluyendo la inversión pública y privada. Del total de estas necesidades de inversión en infraestructura, los gobiernos sub-nacionales de la región representan aproximadamente el 60% (US$ 150,000 millones, base PBI 2012).

http://blogs.iadb.org/ciudadessostenibles/2014/05/09/financiar-infraestructura-urbana/

Financiando la Infraestructura Urbana en Ciudades Emergentes: Asociaciones Público-Privadas

Por Luis Schloeter

Publicado en el Blog del BID

28 enero 2016

Glosado por Lampadia

(…) Analizaremos las Asociaciones Público-Privadas (APP) como una alternativa para satisfacer la creciente demanda de servicios de infraestructurasurbanos en nuestra región.

Los gobiernos sub nacionales que hayan agotado las fuentes tradicionales de ingresos (por ejemplo, impuestos locales; tarifas a los usuarios; y transferencias), pueden asociarse con el sector privado mediante Asociaciones Público-Privadas (APPs) para traer recursos, experiencia e innovación para la provisión de servicios de infraestructura.

Las APPs son contratos a largo plazo (por lo general duran entre 20 y 30 años) entre entidades públicas y privadas para la prestación de bienes o servicios. Bajo el esquema de una APP, los riesgos del ciclo del proyecto se transfieren al consorcio privado y los pagos se vinculan a la prestación del servicio, que usualmente los cubren los usuarios, el sector público, o una combinación de ambos.

Si la APP se articula correctamente, el consorcio privado tiene todos los incentivos para trabajar de manera eficiente durante el diseño, la construcción, la operación y el mantenimiento del proyecto, reduciendo así sus costos sin afectar los estándares de calidad del servicio. Adicionalmente, los contratos de APPs minimizan la inversión pública inicial para proyectos de infraestructura, reduciendo la presión fiscal que usualmente acompaña las inversiones de capital. Dado el potencial de las APPs para la expansión de los servicios de infraestructura, las APPs sub-nacionales se están convirtiendo cada vez más populares en ALC, especialmente en Brasil.

Un informe reciente de The Economist Intelligence Unit estima que la mayoría de las APPs en Brasil entre 2006 y 2014 se concentraron a nivel sub-nacional—39% a nivel municipal y 55% a nivel estatal. Las APPs sub-nacionales en Brasil atienden una amplia variedad de sectores que van desde los residuos sólidos y educación hasta transporte y salud. Por ejemplo, la ciudad de Belo Horizonte—la tercera más grande de Brasil—tiene varios programas de APPs para el transporte, edificios gubernamentales y educación. De hecho, la primera APP para la educación en Brasil fue desarrollada con el apoyo de la Corporación Financiera Internacional (CFI) y el fondo del BID para el desarrollo de las APPs en Brasil. Una mirada más cercana a este último proyecto aclara por qué Belo Horizonte es la referencia para otras ciudades, cuando se trata de Asociaciones Público-Privadas para la educación.

APPs para la Educación: Belo Horizonte marca la pauta

En 2010, Belo Horizonte estableció el desarrollo infantil temprano (DIT) como una prioridad dentro de su amplia estrategia para mitigar la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, satisfacer la creciente demanda de servicios de educación inicial en la ciudad para la época (un estimado de 11,000 niños estaban en lista de espera en 2010) requería importantes inversiones para la construcción de escuelas; inversiones irrealizables por el gobierno municipal. Para superar los obstáculos financieros, el gobierno municipal recurrió a un esquema de APP.

Después de una licitación competitiva, la concesión de la APP fue otorgada al Consorcio Educar en 2012. Por un período de 20 años, el consorcio privado debe financiar, diseñar, construir, equipar, operar y mantener 32 nuevos centros preescolares y 5 escuelas primarias, alcanzando una inversión privada de US$ 80 millones. Al transferir al sector privado los riesgos de diseño, construcción y mantenimiento de las obras, el gobierno espera que el proyecto se desarrolle con la mayor eficiencia posible, disminuyendo los tiempos de construcción y los costos de mantenimiento a lo largo del ciclo del proyecto.

Escuela pública en Belo Horizonte. Foto: Banco Mundial

Según el contrato de la APP, el gobierno municipal debe pagarle al consorcio privado la prestación de servicios sobre la base de una evaluación de la calidad; identificar los sitios para la construcción de las escuelas; y la prestación de servicios educativos, incluyendo la contratación de maestros y monitoreo de la calidad educativa. Una vez completado, el proyecto beneficiará a unos 18,000 niños de bajos ingresos, brindándoles acceso a servicios de educación.

Lecciones aprendidas

A continuación, algunas lecciones sobre la experiencia de Belo Horizonte:

  • Las APPs son una opción viable para la ampliación de la prestación de servicios en tiempos de restricciones fiscales.
  • La distribución adecuada de los riesgos en una APP puede aumentar la eficiencia de los proyectos.
  • Las instituciones multilaterales pueden desempeñar un papel importante en la expansión de las APPs a nivel sub-nacional.
  • Las licitaciones competitivas y transparentes para las APPs pueden resultar en precios más eficientes.
 Lampadia